|
¿Qué es el Domund? |
Día del Domund 23 de octubre de 2011
“Así os
envío yo” (Jn 21,21)
El lema del Domingo Mundial de las
Misiones (DOMUND), que es una oportuna, rica y hermosa cita,
apunta al corazón mismo de la misión, que no es
otro que el corazón de Dios. En efecto, Jesucristo comparte
con nosotros su misión, y nos envía. Pero nos hace
ver que la misión tiene su origen en el Padre.
Eso es lo que nos dice con el “así”. Esta
primera palabra del lema nos da la clave de la
fuente misma del envío: procede del amor del Padre: “Como
el Padre me ha enviado…”.
Este envío de Jesús con
origen en el Padre marca nuestra conciencia misionera desde los
orígenes mismos de la Iglesia. Ella sabe que su misión
le da continuidad al amor mismo de Dios, sobre todo
desde Pentecostés, cuando el Espíritu Santo, don amoroso del Padre
y del Hijo, pone en acción a la Iglesia.
Por tener esa fuente divina, ser misioneros es para nosotros,
ante todo, una experiencia espiritual, como lo fue, por ejemplo,
para Santa Teresita del Niño Jesús.
Cada año, en el
DOMUND, renovamos la llamada inicial de Cristo y así se
despierta de nuevo nuestra conciencia misionera universal. En el DOMUND
niños, jóvenes, familias, es decir, todos, nos descubrimos como Iglesia
en misión, que siente e interviene en la misión que
otros, los misioneros, realizan directamente en las misiones. Se puede
decir que el DOMUND ensancha nuestro corazón misionero y lo
hace universal: nos hace abrir nuestros ojos creyentes, nuestro corazón
que ve, hacia el ancho mundo de la misión, ese
que creativamente nos nuestra el cartel del DOMUND 2011: desde
la Iglesia española (observa el mapa) se nos invita a
mirar hacia los cinco continentes.
Entiendo que a estas alturas
no hay que insistir mucho en cómo situarse ante esta
Jornada Misionera. De todos es sabido que nuestra vida en
Cristo se forja con hondura en la oración, pues ésta
nos pone en sintonía con el corazón mismo de Cristo.
Se puede decir que la comunión misionera entre nosotros se
cultiva especialmente en la oración que hacemos por las misiones
y los misioneros. Es más, sin la oración difícilmente llegaríamos
a comprender del todo qué significa ser y sentirse misioneros.
Pero también es evidente que la oración nos empuja a
una proyección misionera activa. En el Domando se nos pide,
sobre todo, una cooperación económica, generosa con las misiones, como
siempre ha sido.
En nuestras parroquias nos animarán con materiales
y llamadas a colaborar con la labor de los misioneros.
El obispo os anima hacerlo con generosidad y sentido de
Iglesia. También quiero ayudaros a resolver algunas preguntas que quizás
os hagáis ante estas campañas:
¿De quién es la iniciativa
de llamarnos a colaborar en el DOMUND?
De la Santa Sede,
del Santo Padre; porque nuestra colaboración con las misiones en
esta Jornada del DOMUND es a través de la Iglesia
universal y en favor de todos los territorios de misión,
de los 1.100 que hay en todo el mundo (37%
de la Iglesia católica).
¿Quién recoge y distribuye lo recaudado en
el DOMUNDO?
Esta labor la hacen las Obras Misionales Pontificias
(OMP), que tienen delegaciones en todas las Diócesis, en las
naciones y su sede central en Roma. Cada año los
Directores nacionales de las OMP se reúnen, en la Congregación
para la evangelización de los pueblos, para determinar la distribución
de lo recaudado, de acuerdo con los proyectos solicitados por
los misioneros.
¿Es lo mismo el DOMUND que los hermanamientos
que algunas parroquias tienen con proyectos o misioneros amigos?
En realidad
no, aunque tengan un mismo destino misionero. El dinero del
Domund llegará a todas las misiones de la Iglesia, sin
distinción, y los hermanamientos se hacen con algunos misioneros concretos,
a los que, por supuesto, recomiendo ayudar, pero con
otras acciones y en otros momentos. Lo recaudado en el
DOMUND ha de ir todo íntegro a las OMP para
que los distribuyan entre todas las misiones. Si retuviéramos las
colectas para nuestros proyectos apadrinados, estaríamos cometiendo una injusticia: unas
misiones recibirían mucho y otras muy poco.
¿Qué destino tiene
nuestra aportación económica?
Nuestros donativos van destinados a las tareas
de las misiones: la transmisión de la fe, la educación,
la salud y a la mejora de las condiciones de
vida de las personas con las que conviven los misioneros,
que en la mayoría de las ocasiones son de pobreza,
malnutrición y enfermedades.
De corazón os animo a todos a
que seáis generosos con las misiones, como siempre habéis sido.
No olvidéis que la sensibilidad misionera muestra siempre un alto
índice de fe, que, en sí misma, es un don
que se ha de compartir. Pongamos, pues, nuestro grano de
arena en la gran montaña de amor que están poco
a poco formando nuestros misioneros.
Con mi afecto y bendición.
+
Amadeo Rodríguez Magro
Obispo de Plasencia
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario