domingo, 30 de noviembre de 2025

¿SEGUIMOS DESPIERTOS? - MEDITACIÓN DEL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO 2025



 ¿Seguimos despiertos?


Un día la historia apasionante de los hombres terminará, como termina inevitablemente la vida de cada uno de nosotros. Los evangelios ponen en boca de Jesús un discurso sobre este final, y siempre destacan una exhortación: «vigilad», «estad alerta», «vivid despiertos». Las primeras generaciones cristianas dieron mucha importancia a esta vigilancia. El fin del mundo no llegaba tan pronto como algunos pensaban. Sentían el riesgo de irse olvidando poco a poco de Jesús y no querían que los encontrara un día «dormidos».

 

Han pasado muchos siglos desde entonces. ¿Cómo vivimos los cristianos de hoy? ¿Seguimos despiertos o nos hemos ido durmiendo poco a poco? ¿Vivimos atraídos por Jesús o distraídos por toda clase de cuestiones secundarias? ¿Le seguimos a él o hemos aprendido a vivir al estilo de todos?

 

Vigilar es antes que nada despertar de la inconsciencia. Vivimos el «sueño» de ser cristianos cuando, en realidad, no pocas veces nuestros intereses, actitudes y estilo de vivir no son los de Jesús. Este «sueño» nos protege de buscar nuestra conversión personal y la de la Iglesia. Si no «despertamos», seguiremos engañándonos a nosotros mismos.

 

Vigilar es vivir atentos a la realidad. Escuchar los gemidos de los que sufren. Sentir el amor de Dios a la vida. Vivir más atentos a su presencia misteriosa entre nosotros. Sin esta sensibilidad no es posible caminar tras los pasos de Jesús.

 

Vivimos a veces inmunizados a las llamadas del evangelio. Tenemos corazón, pero se nos ha endurecido; tenemos oídos, pero no escuchamos lo que Jesús escuchaba; tenemos ojos, pero no vemos la vida como la veía él, ni miramos a las personas como él las miraba. Puede ocurrir entonces lo que Jesús quería evitar entre sus seguidores: verlos como «ciegos conduciendo a otros ciegos».

 

Si no despertamos, a todos nos puede ocurrir lo de aquellos de la parábola que todavía, al final de los tiempos, preguntaban: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te asistimos?»

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P. José Antonio Pagola 

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 30 DE NOVIEMBRE DE 2025 - PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO



 Domingo I (A) de Adviento

Domingo 30 de noviembre de 2025



1ª Lectura (Is 2,1-5): Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén. En los días futuros estará firme el monte de la casa del Señor, en la cumbre de las montañas, más elevado que las colinas. Hacia él confluirán todas las naciones, caminarán pueblos numerosos y dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, la palabra del Señor de Jerusalén».


Juzgará entre las naciones, será árbitro de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor.



Salmo responsorial: 121

R/. Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.


Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David.


Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios».


Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo». Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.

2ª Lectura (Rom 13,11-14a): Hermanos: Comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo.

Versículo antes del Evangelio (Sal 84): Aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mt 24, 37-44): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado; dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.


»Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».




«Velad (...) porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor»

Mons. José Ignacio ALEMANY Grau, Obispo Emérito de Chachapoyas

(Chachapoyas, Perú)



Hoy, «como en los días de Noé», la gente come, bebe, toma marido o mujer con el agravante de que el hombre toma hombre, y la mujer, mujer (cf. Mt 24,37-38). Pero hay también, como entonces el patriarca Noé, santos en la misma oficina y en el mismo escritorio que los otros. Uno de ellos será tomado y el otro dejado porque vendrá el Justo Juez.


Se impone vigilar porque «sólo quien está despierto no será tomado por sorpresa» (Benedicto XVI). Debemos estar preparados con el amor encendido en el corazón, como la antorcha de las vírgenes prudentes. Se trata precisamente de eso: llegará el momento en que se oirá: «¡Ya está aquí el esposo!» (Mt 25,6), ¡Jesucristo!


Su llegada es siempre motivo de gozo para quien lleva la antorcha prendida en el corazón. Su venida es algo así como la del padre de familia que vive en un país lejano y escribe a los suyos: —Cuando menos lo esperen, les caigo. Desde aquel día todo es alegría en el hogar: ¡Papá viene! Nuestro modelo, los Santos, vivieron así, “en la espera del Señor”.


El Adviento es para aprender a esperar con paz y con amor, al Señor que viene. Nada de la desesperación o impaciencia que caracteriza al hombre de este tiempo. San Agustín da una buena receta para esperar: «Como sea tu vida, así será tu muerte». Si esperamos con amor, Dios colmará nuestro corazón y nuestra esperanza.


Vigilen porque no saben qué día vendrá el Señor (cf. Mt 24,42). Casa limpia, corazón puro, pensamientos y afectos al estilo de Jesús. Benedicto XVI explica: «Vigilar significa seguir al Señor, elegir lo que Cristo eligió, amar lo que Él amó, conformar la propia vida a la suya». Entonces vendrá el Hijo del hombre… y el Padre nos acogerá entre sus brazos por parecernos a su Hijo.

PREPARA TU CORONA DE ADVIENTO - INICIAMOS EL TIEMPO DE ADVIENTO: DOMINGO 30 DE NOVIEMBRE DE 2025



Prepara tu Corona de Adviento 

La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. ¿Qué significa? ¿Cómo encender las velas?

Autor: P. Alberto Ramírez Mozqueda 



La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. Es un círculo de follaje verde, la forma simboliza la eternidad y el color la esperanza y la vida...


Dios se hace presente en la vida de cada ser humano y de cualquier manera le hace sentir su amor y deseo de salvarle.


La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad. Actualmente hay inquietud por reavivar una costumbre muy significativa y de gran ayuda para vivir este tiempo: La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad.

La corona es un círculo de follaje verde, la forma simboliza la eternidad y el color la esperanza y la vida. Va enrollada con un listón rojo, símbolo del amor de Dios que nos envuelve y también de nuestro amor que espera con ansiedad el nacimiento del Hijo de Dios. En el centro de círculo se colocan las cuatro velas (pueden ser tres moradas y una rosa o bien todas blancas) para encenderse una cada domingo de Adviento. La luz de la vela simboliza nuestra fe.

El conjunto se sitúa cerca del altar o del ambón de la Palabra, si es en la Iglesia, o en un lugar adecuado si se utiliza en un ambiente familiar o escolar.

En Navidad se puede añadir una quinta vela blanca, hasta el final del tiempo de Navidad y si se quiere se puede situar la imagen del Niño en relación con la corona: se tiene que ver que la Navidad es más importante que la espera del Adviento.

La corona, que procede del Norte (países escandinavos, Alemania), tiene raíces simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, forma redonda como eternidad. Simbolismos que se vieron muy coherentes con el misterio de la Navidad cristiana y que pasaron fácilmente a los países del sur.

Se ha convertido rápidamente en un simpático elemento complementario de pedagogía cristiana para expresar la espera de Cristo Jesús como Luz y Vida, junto a otros ciertamente más importantes, como son las lecturas bíblicas, los textos de oración y el repertorio de cantos. 




MEDITACIONES DIARIAS DE ADVIENTO - DÍA 1, DOMINGO 30 DE NOVIEMBRE DE 2025

 

ADVIENTO: TIEMPO DE PREPARAR EL CORAZÓN


 

ADVIENTO: tiempo de preparar el corazón 

Católicos Somos Rcc


El Adviento no es solo el inicio de un nuevo tiempo litúrgico… es una oportunidad para iniciar de nuevo nosotros también.

Es un tiempo para detenernos, respirar hondo y mirar hacia adentro, donde muchas veces Jesús quiere nacer y no siempre encuentra espacio.

En medio del ruido, de las carreras, de las preocupaciones de cada día, el Adviento nos invita a algo distinto: esperar, confiar y preparar el corazón.

Porque no se trata solo de que llegue la Navidad, sino de permitir que Cristo llegue a nuestra vida de manera real, profunda y renovadora.

Este tiempo es una llamada a encender nuestras propias velas:

• La esperanza que vence el desánimo.

• La fe que sostiene en las pruebas.

• La alegría que transforma las sombras.

• El amor que nos hace renacer.

Que este Adviento no pase de largo.

Que sea un tiempo para volver al Señor con sinceridad, para reconciliarnos con nosotros mismos, para sanar heridas, para dejar entrar la luz que tanto necesitamos.

Jesús viene… y viene por ti. ❤️

Que encuentre un corazón abierto, dispuesto y lleno del deseo de recibirlo.

domingo, 23 de noviembre de 2025

23 DE NOVIEMBRE: CELEBRAMOS AL PADRE PRO, MÁRTIR DE LA GUERRA CRISTERA - VIVA CRISTO REY



 23 de noviembre: celebramos al Padre Pro, mártir de la Guerra Cristera

Cada 23 de noviembre, la Iglesia recuerda al beato Miguel Agustín Pro, mártir de la Guerra Cristera.

Autor: Carlos Villa Roiz


En el templo de la Sagrada Familia, en la colonia Roma, de la Ciudad de México, yacen los restos del beato Miguel Agustín Pro, conocido con cariño como el Padre Pro, uno de los mártires de la Guerra Cristera (1926-1929).

Cada 23 de noviembre, la Iglesia Católica celebra su memoria.

Miguel Agustín Pro Juárez fue un sacerdote jesuita nacido en Zacatecas, ejecutado en 1927 durante la persecución religiosa del gobierno de Plutarco Elías Calles.

A los 20 años ingresó a la Compañía de Jesús, en Zamora Michoacán. Hizo sus votos el 15 de agosto de 1913, y se ordenó en Bélgica el 30 de agosto de 1925 de manos de monseñor Charles Albert Lecomte, Obispo de Amiens.

En Europa su salud se deterioró, por lo que sus superiores decidieron que volviera a México. Antes de emprender el viaje visitó el santuario de Lourdes, en Francia.

Llegó a México el 7 de julio de 1926, cuando faltaban 24 días para que entrara en vigor la Ley Calles. Una vez que se suprimió el culto público en todos los templos, tuvo que ejercer su ministerio de manera clandestina.

Aunque era inocente, lo acusaron falsamente de un atentado contra Álvaro Obregón y condenado a muerte para dar un escarmiento público.

El 23 de noviembre de 1927 lo fusilaron sin permitir que se le cubrieran los ojos; murió de pie, con un rosario en la mano y gritando “¡Viva Cristo Rey!”. Su testimonio atrajo a miles de fieles que honraron su vida entregada a Dios.

El fusilamiento del padre Miguel Agustín Pro ha sido visto por algunos historiadores como un posible acto del gobierno del presidente Elías Calles para poner fin a la Guerra Cristera; no obstante, fue un acto que ocasionó indignación.

Las crónicas recuerdan que más de 30 mil personas asistieron a su funeral y la comitiva fúnebre estuvo compuesta por más de 500 automóviles, por lo que lejos de amedrentar a los fieles, los alentó a aferrarse a su fe.


Aún no inicia su proceso de canonización

El padre Pro es el más conocido de todos los mártires de aquella época, no obstante, su proceso de canonización no ha prosperado, entre otras cosas, por circunstancias marcadas por errores y accidentes de información.

La serie de testimonios sobre la fama de santidad del Padre Pro se han acumulado durante varios años. El primero data de 1930; cuando era postulador de esta causa de canonización el padre José Camarena. A este sacerdote acudieron personas que afirmaban haber recibido favores de Dios por intercesión del hasta ahora beato.

“Existen testimonios de incontables milagros del orden moral, esto es, que han servido para la transformación de la vida de la gente, pero la Santa Sede requiere de un milagro de orden físico para que no haya duda de la intervención divina en él, y para que se le pueda catalogar como la firma plausible de Dios que verifique la santidad de la persona”, decía.

“Hay un milagro documentado, certificado por tres médicos, a propósito de una intervención divina en Torreón, Coahuila. El expediente se envió a Roma en valija diplomática, a través del entonces Delegado Apostólico en México, pero la documentación jamás llegó a las oficinas vaticanas. Al paso de los años, cuando el mismo expediente se decidió enviar a la Santa Sede, uno de los médicos que habían avalado el presunto milagro se retractó, de modo que se tuvo que empezar de cero”, explicaba.

Las anteriores son solo algunos de los problemas para que su proceso de canonización avance.


San Juan Pablo II lo declaró beato en 1988

La vida y el martirio del Padre Pro está lo suficientemente documentada como para que san Juan Pablo II lo haya declarado beato el 25 de septiembre de 1988. Existe testimonio de que perdonó a sus verdugos y que al tiempo que recibió la descarga del pelotón gritó: ¡Viva Cristo Rey!

Su ejecución la realizaron por odio a la Iglesia, y no dejó dudas de su martirio; por ello, el proceso de beatificación se inició poco después de su muerte.

Cada año sus devotos peregrinan en la Ciudad de México

Como una tradición cada 23 de noviembre, en el aniversario de su muerte, decenas de fieles realicen una peregrinación que va desde el actual edificio de la Lotería Nacional -lugar en que lo fusilaron- hasta el templo de la Sagrada Familia, en que se encuentran sus restos.

La peregrinación realiza escalas en varias capillas temporales, así como en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Reina de la Paz, en donde también estuvo el Padre Pro.

CORAJE


 Coraje

Hay que tener coraje para enfrentarse con alguna bestia salvaje. Pero más coraje hay que tener para enfrentarse con el mundo, que está en poder de Satanás, que es la peor Bestia que podamos imaginar.

Y hay que tener coraje también para enfrentarnos a la propia bestia qua cada hombre lleva en su interior, es decir, la carne con todas sus pasiones desordenadas.

Estos tiempos son malos, y necesitamos de mucho coraje para enfrentar las burlas y escarnios de quienes no creen y se mofan de la religión.

Coraje también se necesita para extirpar de raíz las malas costumbres y apegos desordenados que tenemos a las criaturas, y animarnos a seguir a Cristo por el camino estrecho de la cruz y del cumplimiento del deber.

En definitiva, para ser héroes, no es necesario emprender una aventura a parajes distantes y peligrosos, sino que basta que nos decidamos a tratar de vivir en gracia de Dios, y los enemigos aparecen solos, por todas partes.

Tratemos de ser santos de verdad, y veremos cómo por todos lados surgen enemigos que con lisonjas o amenazas, querrán desalentarnos y acobardarnos. Es aquí donde necesitamos poner coraje, porque el Cielo es de los esforzados y no de los miedosos.

HOY ES LA SOLEMNIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO, ÚLTIMO DOMINGO DEL AÑO LITÚRGICO




 Cristo Rey del Universo

Solemnidad, último domingo del año litúrgico

Fuente: Corazones.org



Solemnidad

Martirologio Romano: Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo: a El todo el poder, la gloria y la majestad por los siglos de los siglos.

Fue el Papa Pio XI, el 11 de diciembre de 1925, quien instituyó esta solemnidad que cierra el tiempo ordinario. Su propósito es recordar la soberanía universal de Jesucristo. Es una verdad que siempre la Iglesia a profesado y por la que todo fiel está dispuesto a morir.

Cristo es rey del universo porque es Dios. El Padre lo puso todo en sus manos y debemos obedecerle en todo. No se justo apelar al amor como pretexto para ser laxo en la obediencia a Dios. En nuestra relación con Dios, la obediencia y el amor son inseparables.

El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.» -Juan 14,21

Nadie y ninguna ley esta por encima de Dios. El Pontífice León XIII enseñaba en la "Inmortale Dei" la obligación de los Estados en rendir culto público a Dios, homenajeando su soberanía universal.

Diferente a los hombres, Dios ejerce siempre su autoridad para el bien. Quien confía en Dios, quien conoce su amor no dejará de obedecerle en todo, aunque no comprenda las razones de Dios.

¿BURLARNOS O INVOCAR? MEDITACIÓN DE CRISTO REY



 ¿Burlarnos o invocar?


Lucas describe con acentos trágicos la agonía de Jesús en medio de las burlas y bromas de quienes lo rodean. Nadie parece entender su entrega. Nadie ha captado su amor a los últimos. Nadie ha visto en su rostro la mirada compasiva de Dios al ser humano.

 

Desde una cierta distancia, las «autoridades» religiosas y el «pueblo» se burlan de Jesús haciendo «muecas»: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si es el Mesías». Los soldados de Pilato, al verlo sediento, le ofrecen un vino avinagrado, muy popular entre ellos, mientras se ríen de él: «Si tú eres rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Lo mismo le dice uno de los delincuentes, crucificado junto a él: «¿No eres el Mesías? Pues sálvate a ti mismo».

 

Hasta tres veces repite Lucas la burla: «Sálvate a ti mismo». ¿Qué «Mesías» puede ser este si no tiene poder para salvarse? ¿Qué clase de «Rey» puede ser? ¿Cómo va a salvar a su pueblo de la opresión de Roma si no puede escapar de los cuatro soldados que vigilan su agonía? ¿Cómo va a estar Dios de su parte si no interviene para liberarlo?

 

De pronto, en medio de tanta burla, una invocación: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Es el otro delincuente, que reconoce la inocencia de Jesús, confiesa su culpa y, lleno de confianza en el perdón de Dios, solo pide a Jesús que se acuerde él. Jesús le responde de inmediato: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». Ahora están los dos agonizando, unidos en el desamparo y la impotencia. Pero hoy mismo estarán los dos juntos disfrutando de la vida del Padre.

 

¿Qué sería de nosotros si el Enviado de Dios buscara su propia salvación escapando de esa cruz que lo une para siempre a todos los crucificados de la historia. ¿Cómo podríamos creer en un Dios que nos dejara hundidos en nuestro pecado y en nuestra impotencia ante la muerte?

 

Hay quienes también hoy se burlan del Crucificado. No saben lo que hacen. Se están burlando del hombre más humano que ha dado la historia. ¿Cuál es la postura más digna ante ese Crucificado, encarnación suprema de la cercanía de Dios al sufrimiento del mundo, burlarnos de él o invocarlo?

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P. José A. Pagola

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