martes, 5 de mayo de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 5 DE MAYO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 4ª semana de Pascua
Hoy, martes, 5 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (11,19-26):

EN aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor.
Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 86,1-3.4-5.6-7

R/. Alabad al Señor, todas las naciones

Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios! R/.

«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí».
Se dirá de Sión: «Uno por uno
odos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado». R/.

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí».
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti». R/.



Evangelio de hoy
Lectura del evangelio según san Juan (10,22-30):

SE celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
«¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».
Jesús les respondió:
«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy martes, 5 de mayo de 2020
Óscar Romano, cmf


A la paz de Dios:

Era costumbre antigua que las fiestas se celebraran en invierno. En una cultura agrícola el verano quedaba marcado por las tareas de la recolección. No había tiempo para fiestas. Invierno: con su frío, sus días cortos, su todo parecer muerto, reclamaba también su día de fiesta. Para acabar con la rutina, para renacer esperanzas, para sentirse vivo.

Una fiesta y un invierno. Y Jesús que se pasea y responde a los que están en ascuas: que sí, que soy yo, que hagáis caso a mis obras. Que soy el rostro del Padre. Que pasará el invierno, y vendrá la primavera, y llegará el tiempo de dar frutos.

Esta primavera, que parece invierno, donde todo está dormido como a la espera, donde nos vienen preguntas que nos tienen en ascuas… Que si esto pasará, que si cómo, que si saldremos, que si lo haremos a mejor… Sentimos su llamada de Buen Pastor: yo doy la vida y nadie os arrebatará de mi mano.

Vuestro hermano y amigo
Óscar Romano

BUENOS DÍAS





domingo, 3 de mayo de 2020

JESÚS ES LA PUERTA - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 3 DE MAYO 2020


JESÚS ES LA PUERTA


Jesús propone a un grupo de fariseos un relato metafórico en el que critica con dureza a los dirigentes religiosos de Israel. La escena está tomada de la vida pastoril. El rebaño está recogido dentro de un aprisco, rodeado por un vallado o pequeño muro, mientras un guarda vigila el acceso. Jesús centra precisamente su atención en esa «puerta» que permite llegar hasta las ovejas.

Hay dos maneras de entrar en el redil. Todo depende de lo que uno pretenda hacer con el rebaño. Si alguien se acerca al redil y «no entra por la puerta», sino que salta «por otra parte», es evidente que no es el pastor. No viene a cuidar a su rebaño. Es «un extraño» que viene a «robar, matar y hacer daño».

La actuación del verdadero pastor es muy diferente. Cuando se acerca al redil, «entra por la puerta», va llamando a las ovejas por su nombre y ellas atienden su voz. Las saca fuera y, cuando las ha reunido a todas, se pone a la cabeza y va caminando delante de ellas hacia los pastos donde se podrán alimentar. Las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.

¿Qué secreto se encierra en esa «puerta» que legitima a los verdaderos pastores que pasan por ella y desenmascara a los extraños que entran «por otra parte», no para cuidar del rebaño, sino para hacerle daño? Los fariseos no entienden de qué les está hablando aquel Maestro.

Entonces Jesús les da la clave del relato: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas». Quienes entran por el camino abierto por Jesús y le siguen viviendo su evangelio son verdaderos pastores: sabrán alimentar a la comunidad cristiana. Quienes entran en el redil dejando de lado a Jesús e ignorando su causa son pastores extraños: harán daño al pueblo cristiano.

En no pocas Iglesias estamos sufriendo todos mucho: los pastores y el pueblo de Dios. Las relaciones entre la jerarquía y el pueblo cristiano se viven con frecuencia de manera recelosa, crispada y conflictiva: hay obispos que se sienten rechazados; hay sectores cristianos que se sienten marginados.

Sería demasiado fácil atribuirlo todo al autoritarismo abusivo de la jerarquía o a la insumisión inaceptable de los fieles. La raíz es más profunda y compleja. Hemos creado entre todos una situación difícil. Hemos perdido la paz. Vamos a necesitar cada vez más a Jesús.

Hemos de hacer crecer entre nosotros el respeto mutuo y la comunicación, el diálogo y la búsqueda sincera de verdad evangélica. Necesitamos respirar cuanto antes un clima más amable en la Iglesia. No saldremos de esta crisis si no volvemos todos al espíritu de Jesús. Él es «la puerta».


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn (10,1-10)

PASTOR Y GUÍA - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY


Pastor y guía



Celebramos el domingo conocido como del Buen Pastor. Es difícil hacer un paralelismo entre Jesús (Buen Pastor que nos conduce hacia valles llenos de vida) y el pastor que, con su rebaño por delante o por detrás, intenta lo mejor para él. ¿Dónde han quedado los rebaños de hoy? Contemplar la figura de un pastor rodeado de cientos de ovejas es hoy, poco menos que un privilegio de unos pocos.

Aun así, la figura del Buen Pastor, por ser una de las más antiguas en la iconografía cristiana sigue teniendo una irresistible atracción y con unas connotaciones muy profundas:

🕊 Jesús, cada domingo, nos preside la Eucaristía a todos aquellos que, perdidos o centrados, caminamos detrás de Él porque sabemos que sus Palabras no nos dejan indiferentes. Y, entre otras cosas, porque caminar a la sombra de su cayado es saber que problemas, inquietudes, desesperanzas y mil ansiedades tienen solución y respuesta, al igual que en los discípulos de Emaús, con Jesús.

🕊 Por otro lado, en una sociedad tan colapsada y confundida por palabras interesadas y maquilladas en falsas apariencias, el Buen Pastor habla como nadie y con sinceridad al corazón de cada persona. ¿Cuál es, además, su originalidad? Pues, ni más ni menos, que lo hace para cada persona y para cada situación. El Buen Pastor, no solamente tiene palabras de vida eterna, es que además tiene mensajes personales. Esa voz que, cuando uno la escucha llega a concluir: esto, Jesús, lo ha dicho por mí y para mí.

🕊 Además, Jesús, como Buen Pastor quiere no un rebaño de borregos (creyentes que viven al amparo de su fe pero no se comprometen ni piensan en su causa). El Señor quiere un equipo de personas que, avanzando en la misma dirección, trabajen por hacer presente el Reino que Él nos trajo con su nacimiento, y que rubricó impresionantemente con su pasión, muerte y resurrección.

Para ello, claro está, la Eucaristía es el mejor alimento con el que, los creyentes, tonificamos el espíritu, fortalecemos el corazón y entramos en comunión con Aquel que se ofrece, se parte y comparte su existencia con los que creen y esperan en Él. ¿Sentimos la Eucaristía como el alimento que el Pastor pone a disposición de su rebaño? ¿Conocemos la vida, la historia, la grandeza de Aquel que va por delante indicándonos el camino que conduce hasta el Padre? ¿Nos dejamos conocer por El? ¿Intentamos que nuestra vida sea traspasada por ese lenguaje de vida y de verdad que es el Evangelio?

Hoy, un cristiano sin un conocimiento auténtico y radical de Jesucristo, corre el riesgo de tener una fe pendiente de cuatro hilos de simple formalismo, tradición o ritos. Jesús, si pronuncia nuestros nombres, si conoce la verdad o la mentira de nuestra existencia, si nos conoce de arriba abajo… ¿no merece también un tiempo y un interés por nuestra parte? ¿No merece que, su persona, sea conocida, seguida, reverenciada, amada y respetada?

Que el Buen Pastor, Aquel sobre el que descansan nuestras vidas y se amortiguan nuestros temores, nos ayude a dar y cumplir con esa hoja de ruta que no es otra que el camino de una vida nueva traspasada por la alegría de la Pascua.

Que el Buen Pastor, referencia de todos los sacerdotes (débiles pero probados pastores que intentan asemejarse a Cristo) nos anime también a trabajar, potenciar, rezar y presentar en nuestras comunidades cristianas la vida sacerdotal, como necesaria e interpelante a un mundo que necesita menos líderes y personas más sacrificadas, entregadas y que se desvivan contracorriente a favor de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.



* Padre Javier Leoz

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY 4° DOMINGO DE PASCUA 3 DE MAYO DE 2020


Lecturas de hoy Domingo 4º de Pascua - Ciclo A
Hoy, domingo, 3 de mayo de 2020





Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,14a.36-41):

EL día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y declaró:
«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó:
«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Salvaos de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.

Palabra de Dios



Salmo
Sal 22,1-3a.3b-4.5

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.



Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (2,20-25):

QUERIDOS hermanos:
Que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien,
eso es una gracia de parte de Dios.
Pues para esto habéis sido llamados,
porque también Cristo padeció por vosotros,
dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas.
Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca.
Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban;
sufriendo no profería amenazas;
sino que se entregaba al que juzga rectamente.
Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño,
para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia.
Con sus heridas fuisteis curados.
Pues andabais errantes como ovejas,
pero ahora os habéis convertido
al pastor y guardián de vuestras almas.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,1-10):

EN aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 3 de mayo de 2020
Fernando Torres cmf


La puerta del Reino

      La comparación que nos ofrece el Evangelio de hoy nos sitúa ante dos realidades bien diferentes, opuestas y separadas. De un lado está el aprisco. Es el lugar donde se guarda a las ovejas. Allí encuentran refugio frente al frío y el alimento necesario además de protección contra los animales dañinos. Fuera del aprisco es precisamente el lugar donde están esos animales. Fuera del aprisco no hay comida. Fuera del aprisco el frío puede ser mortal. Fuera del aprisco las ovejas están a la intemperie. El lobo amenaza. Nada hay seguro ahí afuera. Pero la comparación de Jesús no se centra ni en los peligros de fuera ni en las comodidades de dentro sino en la puerta. La puerta es el paso obligado por el que las ovejas han de pasar para entrar en el aprisco. Jesús afirma que él es la puerta o, también, que es el dueño de las ovejas. Conoce a cada una por su nombre. Las cuida, las alimenta, las protege. En oposición al ladrón, que salta la valla y sólo entra para robar y matar, Jesús ofrece a las ovejas vida y vida abundante. 

      Toda la comparación se basa, más allá de la imagen concreta, en la contraposición entre vida y muerte. Seguir a Jesús, acercarse a él, la puerta, es encontrarse con la vida. No entrar por esa puerta es quedarse afuera, aislado en medio de los peligros y amenazas. No entrar supone quedarse del lado de la muerte.

      Pero, ¿qué significa para nosotros hoy entrar por la puerta que es Jesús? Alguno podría pensar que la única solución para alejarse de los peligros de los que, según dicen algunos,está lleno el mundo sería pasar todo el día metido en la Iglesia. Ese sería el lugar seguro. Pero se equivoca el que piensa así. Jesús deja bien claro que “Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos”. 

      Parece claro que entrar por la puerta que es Jesús, encontrarse con él, dejar que sea nuestro único señor, cambia la vida de la persona. No es que cambie el lugar donde la persona tiene que vivir. Lo que cambia es la persona y su forma de relacionarse con el mundo. Tras pasar por la puerta que es Jesús, la persona puede entrar y salir. El mundo ya no es un lugar amenazador y lleno de peligros. Todo el mundo se ha convertido en un aprisco seguro donde puede encontrar pastos y vida. Teniendo a Jesús como pastor, podemos salir del aprisco con confianza, podemos mirar la realidad de otra manera. Sin miedo. La presencia del Resucitado llena el mundo y hace que las personas tengan vida y vida abundante. Con Jesús el cristiano no tiene miedo a nada ni a nadie y su misma presencia en medio del mundo es portadora de salvación para ese mundo.



Para la reflexión

      Somos comunidad cristiana en medio del mundo. ¿Salimos a la calle atemorizados porque el mundo es malo? ¿O contemplamos el mundo como creación de Dios y lugar de la presencia de Jesús? ¿Hemos pasado por la puerta de Jesús? ¿Qué significaría en concreto para mí pasar por la puerta que es Jesús?

HOY 3 DE MAYO SE CELEBRA LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES


Hoy se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)



Este 03 de mayo, Domingo del Buen Pastor, la Iglesia celebra la 57° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.




Aunque en este año no sea posible celebrarlo en las parroquias de forma pública, los cristianos vuelven a estar llamados a rezar por todas las vocaciones, para que el Señor siga llamando, y los jóvenes puedan decir sí a la llamada.

En su mensaje para la Jornada Mundial de las Vocaciones 2020, el Papa Francisco pidió una Iglesia al servicio de las vocaciones, “abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle ‘sí’”.

El Papa hace referencia en su mensaje a las cuatro palabras clave “dolor, gratitud, ánimo y alabanza” que, con motivo del 160 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, empleó para expresar el agradecimiento del Pueblo de Dios a los sacerdotes.

A partir del pasaje evangélico de la tempestad en el lago de Tiberíades, el Pontífice reflexionó sobre la primera palabra de la vocación: gratitud. “Navegar en la dirección correcta no es una tarea confiada sólo a nuestros propios esfuerzos, ni depende solamente de las rutas que nosotros escojamos”.

“Es el Señor quien nos concede en primer lugar la valentía para subirnos a la barca y nos indica la orilla hacia la que debemos dirigirnos. Es Él quien, cuando nos llama, se convierte también en nuestro timonel para acompañarnos, mostrarnos la dirección, impedir que nos quedemos varados en los escollos de la indecisión y hacernos capaces de caminar incluso sobre las aguas agitadas”.

La vocación, subrayó el Papa Francisco “llegaremos a descubrirla y a abrazarla cuando nuestro corazón se abra a la gratitud y sepa acoger el paso de Dios en nuestra vida”.

La segunda palabra es ánimo. “Cuando los discípulos vieron que Jesús se acercaba caminando sobre las aguas, pensaron que se trataba de un fantasma y tuvieron miedo. Pero enseguida Jesús los tranquilizó con una palabra que siempre debe acompañar nuestra vida y nuestro camino vocacional: ‘¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!’”.

“El Señor sabe que una opción fundamental de vida –como la de casarse o consagrarse de manera especial a su servicio– requiere valentía. Él conoce las preguntas, las dudas y las dificultades que agitan la barca de nuestro corazón, y por eso nos asegura: ‘No tengas miedo, ¡yo estoy contigo!’”.

Sobre la tercera palabra, dolor, el Papa la reinterpretó como “fatiga”. Afirmó que “toda vocación implica un compromiso”. “Pero nosotros somos como el Apóstol: tenemos deseo y empuje, aunque, al mismo tiempo, estamos marcados por debilidades y temores”.

“A pesar de nuestras fragilidades y carencias, la fe nos permite caminar al encuentro del Señor resucitado y también vencer las tempestades. En efecto, Él nos tiende la mano cuando el cansancio o el miedo amenazan con hundirnos, y nos da el impulso necesario para vivir nuestra vocación con alegría y entusiasmo”.

La acción de Jesús en la vida de las personas queda descrita en ese fragmento evangélico sobre la tempestad en el lago de Tiberíades. “Finalmente, cuando Jesús subió a la barca, el viento cesó y las olas se calmaron”.

“Es una hermosa imagen de lo que el Señor obra en nuestra vida y en los tumultos de la historia, de manera especial cuando atravesamos la tempestad: Él ordena que los vientos contrarios cesen y que las fuerzas del mal, del miedo y de la resignación no tengan más poder sobre nosotros”, dijo el Santo Padre.

La última palabra empleada por el Papa para describir la población es “alabanza”. “Esta es la última palabra de la vocación, y quiere ser también una invitación a cultivar la actitud interior de la Bienaventurada Virgen María. Ella, agradecida por la mirada que Dios le dirigió, abandonó con fe sus miedos y su turbación, abrazó con valentía la llamada e hizo de su vida un eterno canto de alabanza al Señor”.

PAPA FRANCISCO EN DOMINGO DEL BUEN PASTOR RESALTA EJEMPLO DE SACERDOTES Y MÉDICOS


Papa Francisco en Domingo del Buen Pastor resalta ejemplo de sacerdotes y médicos
Redacción ACI Prensa
Crédito: Captura de video / Vatican Media.



Al presidir la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta en el Vaticano en el Cuarto Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor, el Papa Francisco exhortó a que el testimonio de sacerdotes y médicos, muchos de ellos fallecidos atendiendo enfermos de coronavirus COVID-19, “nos ayude a cuidar del santo pueblo fiel de Dios”.

De acuerdo a Vatican News, el Santo Padre señaló que recordar a Jesús el Buen Pastor “me hace pensar en tantos pastores que en el mundo dan su vida por los fieles, incluso en esta pandemia, muchos, más de 100 aquí en Italia han fallecido. También pienso en otros pastores que se preocupan por el bien de la gente, los médicos. Se habla de los médicos, de lo que hacen, pero hay que tener en cuenta que, sólo en Italia, han fallecido 154 médicos, en un acto de servicio”.

Reflexionando sobre las lecturas y el Evangelio del día, el Papa Francisco subrayó que Jesús no solo es el pastor, “sino la ‘puerta’ por la que se entra en el rebaño. Todos los que vinieron y no entraron por esa puerta eran ladrones o bandidos o querían aprovecharse del rebaño: los falsos pastores”.


“Y en la historia de la Iglesia ha habido muchos de estos que explotaron el rebaño. No les interesaba la grey, sino solo hacer una carrera o la política o el dinero. Pero el rebaño los conocía, siempre los conoció e iba a buscar a Dios en sus caminos”, dijo.

“Pero cuando hay un buen pastor, hay un rebaño que sigue adelante, que continúa. El buen pastor escucha al rebaño, conduce al rebaño, cura al rebaño. Y la grey sabe distinguir entre los pastores, no está mal: el rebaño confía en el buen pastor, confía en Jesús”, añadió.

El Papa subrayó que “el estilo de Jesús debe ser el estilo del pastor, no hay otro”.

“Uno de los signos del buen pastor es la mansedumbre, es la mansedumbre. El buen pastor es manso. Un pastor que no es manso no es un buen pastor. Tiene algo escondido, porque la mansedumbre se muestra tal cual es, sin defenderse”, dijo.

“Por el contrario, el pastor es tierno, tiene esa ternura de la cercanía, conoce a las ovejas una a una por su nombre y cuida de cada una como si fuera la única, hasta el punto de que cuando llegan a casa después de un día de trabajo, cansados, se da cuenta de que le falta una, sale a trabajar otra vez para buscarla y la lleva consigo, la lleva sobre sus hombros. Este es el buen pastor, este es Jesús, este es quien nos acompaña en el camino de la vida, a todos”, aseguró.

SANTORAL DE HOY 3 DE MAYO DE 2020

Tomás Acerbis de Olera, BeatoTomás Acerbis de Olera, Beato
Religioso capuchino, 3 de mayo
María Leonia Paradis, BeataMaría Leonia Paradis, Beata
Fundadora, 3 de mayo
Juvenal de Narni, SantoJuvenal de Narni, Santo
Obispo, Mqyo 3
Emilia Bicchieri, BeataEmilia Bicchieri, Beata
Dominica, 3 de Mayo
Alejandro I, SantoAlejandro I, Santo
VI Papa y màrtir, 3 de mayo
La Santa CruzLa Santa Cruz
Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326.

QUÉDATE EN CASA!!





sábado, 2 de mayo de 2020

HAGAMOS UN ALTAR A LA VIRGEN MARÍA EN CASA






¿ADORACIÓN O VENERACIÓN A LA VIRGEN MARÍA?

¿Adoración o veneración?
6 motivos (bíblicos) por los cuales los católicos veneramos a la Virgen María


Por: Ailín Fessler | Fuente: Catholic-link.com




Muchas veces escuchamos decir que adoramos a la Virgen María, o algunos no entienden por qué rezamos frente a imágenes de la Virgen o de los santos, cuando «la Biblia lo prohíbe». En este post intentaremos aclarar todas esas dudas para que puedas responder con fundamentos bíblicos la próxima vez que alguien lo pregunte.

La adoración, también conocida como «latría», debe ser rendida únicamente a Dios por ser Señor de todo lo creado, fuente de Bien, Sabiduría y Misericordia infinitas y Salvador nuestro. «Adorar a Dios es reconocer, en el respeto y la sumisión absoluta, la “nada de la criatura”, que sólo existe por Dios (…) es alabarlo, exaltarle y humillarse a sí mismo, como hace María en el Magnificat, confesando con gratitud que él ha hecho grandes cosas y que su nombre es santo (cf Lc 1,46-49). La adoración del Dios único libera al hombre del repliegue sobre sí mismo, de la esclavitud del pecado y de la idolatría del mundo» (Catecismo de la Iglesia Católica, número 2097). En contraposición, la idolatría consiste de divinizar todo aquello que no es Dios.

Por otro lado, la veneración destinada a la Virgen María, a los santos o a los bienes materiales que a ellos les pertenecieron, no tiene como fin a ellos mismos sino a Dios. Como católicos veneramos a la Virgen María, conocido como «hiperdulía», en razón de la excelencia de sus virtudes por sobre los demás santos. Y veneramos a los santos, conocido como «dulía», reconociendo que todo lo que han recibido es un regalo de Dios y ellos son solamente un reflejo de las perfecciones divinas obtenidas por los méritos de Cristo en la Cruz.

Es decir, los católicos adoramos únicamente a Dios. No adoramos imágenes, ni estatuas, sino que veneramos lo que ellas representan y no a ellas por sí mismas. ¿Acaso las madres no llevan las fotos de sus hijos en sus billeteras? Sin embargo, ellas no aman la foto, sino que aman a quienes se encuentran en ellas. Del mismo modo, los católicos amamos a la Virgen María independientemente de que esté o no en una imagen, porque Ella nos conduce a Dios.

La Biblia puede interpretarse fuera de contexto o de manera incompleta, por ejemplo, en Éxodo 20,4 encontramos que dice: «No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás.» Sin embargo, si continuamos leyendo, en Éxodo 25:18 encontraremos que Dios dice a Moisés: «Harás también dos querubines de oro, labrados a martillo los harás, en los dos cabos de la cubierta». Otros ejemplos de este estilo lo vemos en Números 21,8 y en 1 Crónicas 28:18-19 donde Dios manda construir imágenes como símbolos de salvación, pero no como salvación en sí mismas, ya que nuestra única salvación está en Cristo Jesús.


Habiendo aclarado lo anterior, compartimos seis motivos bíblicos por los cuales los católicos rezamos y amamos a la Virgen María:

1. Es madre nuestra
Juan 19, 26-27: «Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa». Jesús nos deja a María como nuestra madre. Siendo Juan el modelo de todo discípulo nos enseña que quien acoge a Jesús, debe acoger también a Su Madre. Es curioso que en Juan 21, 25 se lea «hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir». Es decir, de todo lo importante que Jesús ha hecho, Juan ha considerado este hecho tan importante que debía ser digno de escribirse.

2. Es la madre de Jesucristo
Mateo 1, 16: «Y Jacob engendró a José, marido de María, de quien nació Jesús, el que es llamado el Cristo». Mateo 1, 18: «Y el nacimiento de Jesucristo fue así: Estando María, su madre, desposada con José, antes que se unieran, se halló que había concebido del Espíritu Santo». Gracias a su gran Sí y a su total confianza en la voluntad de Dios, tenemos a nuestro Salvador Jesucristo, a través de Quien todos podemos llegar al Padre.

3. Es bendita entre todas las mujeres
Lucas 1, 26-28: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres». Lucas 1, 41 – 42: «Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando a gran voz y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!». Si Dios mismo mediante el ángel y mediante el Espíritu Santo la llama «bendita», ¿cómo no hacerlo también nosotros?. Una manera de demostrarle nuestro amor y agradecimiento, es rezando con esas mismas palabras el Ave María.

4. Es la bienaventurada de generación en generación
Como respuesta al saludo de Isabel, María responde: «Desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada» (Lucas 1, 48). Las numerosas devociones marianas que hay por el mundo son una muestra de que se ha cumplido lo dicho por nuestra madre María.


5. María es mediadora ante su Hijo Jesucristo
En las bodas de Caná ocurre que «(…) faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino»(Juan 2, 3). Este sencillo gesto nos demuestra que María siempre está atenta a nuestras necesidades e intercede por nosotros ante Jesús. Y si bien la Biblia dice que Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres, no significa que María no pueda interceder por nosotros o que no podamos orar los unos por los otros, como pide la Biblia en Santiago 5, 16 o en 1 Timoteo 2, 1.

6. María nos conduce a Dios
Aunque María sea la más excelsa entre todas las criaturas, una verdadera devoción mariana no debe quedarse en Ella sino que debe conducirnos a su Hijo Jesucristo. Como nuestra Madre quiere el mayor bien para nosotros, sus hijos, y por eso nos dice: «Hagan todo lo que Él les diga» (Juan 2,5).

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 2 DE MAYO DE 2020

Lecturas de hoy Sábado de la 3ª semana de Pascua
Hoy, sábado, 2 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9,31-42):

EN aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo.
Pedro, que estaba recorriendo el país, bajó también a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacía ocho años no se levantaba de la camilla.
Pedro le dijo:
«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y arregla tu lecho».
Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarón, y se convirtieron al Señor.
Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacía infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba.
Como Lida está cerca de Jafa, al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle:
«No tardes en venir a nosotros».
Pedro se levantó y se fue con ellos. Al llegar, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron todas las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela mientras estuvo con ellas. Pedro, mandando salir fuera a todos, se arrodilló, se puso a rezar y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo:
«Tabita, levántate».
Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él, dándole la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.
Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.

Palabra del Señor

Salmo
Sal 115,12-13.14-15.16-17

R/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor. R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio segun san Juan (6,60-69):

EN aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron:
«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?».
Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
«¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen».
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.
Y dijo:
«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
«¿También vosotros queréis marcharos?».
Simón Pedro le contestó:
«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy sábado, 2 de mayo de 2020
Alejandro Carbajo Olea, cmf


Queridos amigos paz y bien.

¡Qué sensación más conocida! Cuántas veces se oye eso de que seguir a Jesús “es duro”. Se ve que no es nuevo. Ya incluso en tiempos de Jesús. Y no lo dicen los de fuera, sino sus mismos discípulos. No son pocos los amigos que han dejado el Seminario, para tomar otros caminos. Compañeros de colegio, que no han vuelto a pisar una iglesia desde que terminaron los estudios…

Es la grandeza (o el problema) de la libertad. Es la elección personal de cada uno. De ahí la importancia de la pregunta de Jesús: “¿también vosotros queréis marcharos?” Cada uno elige su camino. Hace algún tiempo pudimos ver la última trilogía de “la guerra de las galaxias”. Nueve películas (tres series de tres) en las que, de alguna manera, podíamos ver el proceso de evolución de algunos de los protagonistas. Allí se habla de que existe “el lado oscuro de la fuerza”. El deseo de dominar a los demás, de adquirir un poder superior al de los otros. Y usarlo para el mal. No es difícil hacer un símil con nuestra fe, con la posibilidad de hacer el bien o hacer el mal a los demás. La lucha es intensa, algunos de los actores hasta el final no pueden decidirse, y siempre queda lugar para el arrepentimiento.

Es duro ser siempre bueno. A veces nos apetecerían unas vacaciones, para poder vivir como viven los demás, o hacer lo que hacen los otros. Es nuestra elección dejarse llevar por esa tentación. O no. Sabemos que con Jesús se puede ser feliz. Muchos de nosotros lo hemos sido, lo estamos siendo hoy. A pesar de la pandemia, a pesar de las dificultades. Porque ser feliz no significa no tener problemas. Ser feliz significa estar donde tienes que estar, y aceptarlo. Es hacer lo que hizo Jesús, que fue capaz de morir por nuestra salvación. Nosotros escuchamos la pregunta del Maestro, “¿también vosotros queréis marcharos?”, y tenemos que pensar la respuesta.

¿Crees y sabes que Cristo es el Santo de Dios? ¿Crees que Él es el que da la vida eterna? ¿Acudes a su Palabra, para salir adelante cuando el camino se hace cuesta arriba? Valen más los hechos que las buenas palabras. Ojalá que podamos demostrar que somos de los de Jesús, que no le abandonamos a las primeras de cambio, y que nos permite ser felices, a pesar de todos los pesares. Una de las frases de Anthony de Mello más citadas y recordadas nos puede ayudar: “la felicidad no puede depender de los acontecimientos. Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace sufrir”.

Que la fe en Cristo y la respuesta afirmativa a su pregunta nos libre de nuestras parálisis y resucite nuestras zonas muertas. Así sea.

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro. C.M.F.

EL PAPA FRANCISCO REZA PARA QUE DIOS DÉ FUERZA A GOBERNANTES EN ESTOS MOMENTOS DE CRISIS


El Papa Francisco reza para que Dios dé fuerza a gobernantes “en estos momentos de crisis”
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Vatican Media.




Al presidir la celebración de la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco pidió esta mañana a Dios ayude y dé fuerzas a los gobernantes de todo el mundo “en estos momentos de crisis”.

De acuerdo a Vatican News, al comenzar la celebración de la Eucaristía, el Santo Padre señaló que “oramos hoy por los gobernantes que tienen la responsabilidad de cuidar a sus pueblos en estos momentos de crisis: jefes de estado, presidentes de gobierno, legisladores, alcaldes, presidentes de regiones. Para que el Señor los ayude y les dé fuerzas, porque su trabajo no es fácil”.

“Y cuando haya diferencias entre ellos, entiendan que, en tiempos de crisis, deben estar muy unidos por el bien de los pueblos, porque la unidad es superior al conflicto”, dijo el Papa.

El Santo Padre indicó en su homilía que en la historia de la Iglesia hay tiempos de paz en los que “la Iglesia crece. La Iglesia es pacífica, tiene el consuelo del Espíritu Santo, está en consuelo”.


“Pero existen tiempos sin paz en la Iglesia primitiva: tiempos de persecuciones, tiempos difíciles, tiempos que ponen a los creyentes en crisis. Tiempos de crisis”, señaló.

“Un momento de crisis es un momento de elección, es un momento que nos coloca frente a las decisiones que tenemos que tomar: todos en la vida han tenido y tendrán momentos de crisis. Crisis familiares, crisis matrimoniales, crisis sociales, crisis laborales, muchas crisis. Esta pandemia es también un momento de crisis social”, añadió.

Tras recordar que Jesús dijo en el Evangelio que “si comes mi cuerpo y mi sangre, resucitarás el último día”, un grupo de discípulos dejó de seguirlo, el Papa indicó que ese fue también un momento de crisis para muchos.

“¿Cómo reaccionar en ese momento de crisis? ‘En ese momento, muchos de sus discípulos regresaron y nunca más fueron con él’. Jesús toma la decisión de interrogar a los apóstoles: ‘Entonces Jesús dijo a los Doce: ¿También quieren irse? Tomen una decisión’. Y Pedro hace la segunda confesión: ‘Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tienes palabras de vida eterna y creímos y supimos que eres el Santo de Dios’”.

El Santo Padre destacó que “Pedro confiesa, en nombre de los Doce, que Jesús es el Santo de Dios, el Hijo de Dios”.

“Esto nos ayuda a todos a vivir los momentos de crisis”, dijo el Papa Francisco, y recordó que “en mi tierra hay un dicho que dice: ‘Cuando vas a montar a caballo y tienes que cruzar un río, no cambies de caballo en medio del río’. En tiempos de crisis, se debe ser muy firme en la convicción de fe. Los que se fueron, cambiaron de caballo, buscaron otro maestro que no fuera tan duro, como le dijeron”.

El Papa remarcó que “en tiempos de crisis hay perseverancia, silencio”, y señaló que “es el momento de fidelidad, de fidelidad a Dios, de fidelidad a las cosas que hemos tomado antes; además, es el momento de la conversión porque esta fidelidad sí, nos inspirará algunos cambios para bien, no para alejarnos de lo bueno”.

Los cristianos, dijo el Papa Francisco, “debemos aprender a manejar” tanto los “momentos de paz y momentos de crisis”.

“Algún padre espiritual dice que el momento de crisis es como atravesar el fuego para fortalecerse. Que el Señor nos envíe al Espíritu Santo para saber cómo resistir las tentaciones en tiempos de crisis, para saber cómo ser fieles a las primeras palabras, con la esperanza de vivir después de momentos de paz”, señaló.

“Piensen en nuestras crisis: crisis familiares, crisis de vecindario, crisis laborales, crisis sociales en el mundo, en el país. Muchas crisis, muchas crisis. Que el Señor nos dé la fuerza, en tiempos de crisis, para no vender la fe”, finalizó.
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