domingo, 15 de marzo de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 3° DE CUARESMA, 15 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Domingo 3º de Cuaresma - Ciclo A
Hoy, domingo, 15 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (17,3-7):

En aquellos días, el pueblo, torturado por la sed, murmuró contra Moisés: «¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?»
Clamó Moisés al Señor y dijo: «¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen.»
Respondió el Señor a Moisés. «Preséntate al pueblo llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el río, y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo.»
Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. Y puso por nombre a aquel lugar Masá y Meribá, por la reyerta de los hijos Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo: «¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 94,1-2.6-7.8-9

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón.»

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,1-2.5-8):

Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. En efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (4,5-42):

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.
La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice: «Señor, dame de esa agua así no tendré más sed ni tendré que venir aquí a sacarla.»
Él le dice: «Anda, llama a tu marido y vuelve.»
La mujer le contesta: «No tengo marido».
Jesús le dice: «Tienes razón que no tienes marido; has tenido ya cinco y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad.»
La mujer le dijo: «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.»
Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»
La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.»
Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo.»
En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 15 de marzo de 2020
Fernando Torres cmf


En espíritu y en verdad

      ¿Quién no ha recibido una carta de esas que dicen que haciendo esto o lo otro se consigue automáticamente que te suceda algo bueno, un milagro para ser exactos, que te dará la felicidad? O quizá se trata de esos predicadores que nos anuncian que haciendo esto o lo otro es como lograremos la salvación de una forma absolutamente segura. Hay quien entiende así las devociones. Hay que hacer los nueve primeros viernes de mes al Corazón de Jesús o la novena a tal santo para salvarse o para alcanzar eso que deseamos. O rezar el rosario todos los días. O peregrinar a tal santuario o a tal otro. O... Siempre parece que es una condición, más o menos difícil de cumplir, que se nos pone por delante como una especie de prueba necesaria para conseguir la salvación, para ir al cielo. 

      La samaritana también andaba con esos problemas. Entre samaritanos y judíos había un contencioso. Unos decían que el culto a Yahvé sólo se podía celebrar en el monte Garizím y los otros que en Jerusalén. Unos que había que cumplir unas normas y otros que otras. Conclusión: que no se hablaban. De repente, aparece Jesús, un judío, y pide agua a la mujer, una samaritana. Tiene sed y pide agua. Es un ser humano que expone su necesidad. Sin más. A Jesús no le preocupa que aquella mujer sea samaritana. Es una hermana más. Es hija de Dios. 

      Ahí comienza un diálogo en el que Jesús va a invitar a la samaritana a ir más allá de las normas y los cultos. Como dice Jesús, se acerca la hora en que los que adoran a Dios lo harán en “espíritu y en verdad” y no en este monte o en el otro, o cumpliendo unas leyes u otras. Entonces se abre la mente de la samaritana y no puede menos que anunciar lo que ha “visto y oído” a los otros samaritanos. 

      Pero, ¿qué significa ese “en espíritu y en verdad”? Quizá tendríamos que poner en contacto este relato de la samaritana con la parábola del buen samaritano. Quizá ahí encontramos la clave de lo que significa adorar a Dios para Jesús. No es algo que se hace en el templo –recordemos que en la parábola se reprueba precisamente la actitud del sacerdote y del levita– porque a Dios se le adora allá donde se le encuentra. Y se le encuentra en el prójimo. Más específicamente, en el prójimo necesitado y sufriente. A este punto se nos viene a la memoria la cita de San Ireneo: “La gloria de Dios es la vida del hombre”. La propuesta de Jesús para judíos y samaritanos es la misma: el culto no pasa de ser un folklore si no se fundamenta en un real amor a Dios que se manifieste primeramente en el amor a nuestros prójimos, sobre todo a los que sufren. Es de esperar que esta Cuaresma nos convirtamos a adorar a Dios en espíritu y en verdad, en nuestros hermanos y hermanas que sufren.



Para la reflexión

      ¿Me hago alguna vez preguntas al estilo de la Samaritana? ¿Vivo preocupado por el cumplimiento de las normas y me olvido de amar y servir a mi prójimo? ¿Qué hago para adorar a Dios en mis hermanos y hermanas que sufren?

CON ESTE BELLO HIMNO PUEDES ACOMPAÑAR LA NOVENA A SAN JOSÉ Y APOYAR LA MÚSICA CATÓLICA


Con este bello himno puedes acompañar la novena a San José y apoyar la música católica
Redacción ACI Prensa


Los devotos de San José que por estos días realizan la novena en su honor, y de esta forma se preparan para su fiesta el próximo 19 de marzo, pueden acompañar su momento de oración con un bello himno interpretado por la Fundación Canto Católico.

“Himno a San José” es el nombre de la canción que Fundación Canto Católico compuso en 2016 con instrumentos de cuerda, viento y voces.

Con mucha fe, los miembros de Canto Católico se encomiendan a San José, “quien ha respondido siempre con gran generosidad a nuestras intenciones”, expresó la fundación a través de un comunicado.

Con esa convicción, este año la fundación compuesta por jóvenes músicos pide al santo patrono del trabajo, dos intenciones.

“Le queremos pedir a San José por la paz en nuestro país, Chile, que está viviendo un momento difícil y una profunda crisis, no sólo social sino también espiritual. Sólo de la mano de Dios podremos encontrar las soluciones que nuestro país tanto necesita”, explicaron.

El segundo propósito de Canto Católico es pedir por los frutos de una nueva campaña de recaudación de fondos que iniciaron el 11 de marzo, primer día de novena del santo.

Los fondos recaudados permiten sostener la labor de Canto Católico orientada a rescatar, renovar y fomentar la música católica.


De esta forma, pueden solventar los gastos de producción y continuar con la difusión de música católica de manera gratuita y al alcance de todos.

Cada cinco meses, la fundación sube a su canal de YouTube un video de un canto en particular, con el arreglo musical y las partituras correspondientes a cada uno de los instrumentos y voces.

Más información AQUÍ 

POR CORONAVIRUS, SEMANA SANTA DEL PAPA FRANCISCO NO TENDRÁ PÚBLICO


Por coronavirus, Semana Santa del Papa Francisco no tendrá público
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa





La Prefectura de la Casa Pontificia informó que, debido a la epidemia del coronavirus o COVID19, las celebraciones de Semana Santa del Papa Francisco en el Vaticano se realizarán sin público.

En un aviso publicado en el sitio web de la Prefectura de la Casa Pontificia se informa que “debido a la actual emergencia sanitaria, todas las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa se llevarán a cabo sin la presencia física de fieles”.

La Prefectura de la Casa Pontificia es la oficina del Vaticano responsable de distribuir las entradas o tiquetes gratuitos que dan acceso a los peregrinos a las audiencias generales y otras celebraciones litúrgicas presididas por el Santo Padre.

En el horario conocido hasta ahora la celebración del Domingo de Ramos debe realizarse en la Plaza de San Pedro el próximo 5 de abril, mientras que la Misa Crismal de Jueves Santo debe celebrarse el 9 de abril en la Basílica de San Pedro.

La celebración de la Pasión del Señor debe realizarse en la Basílica de San Pedro el 10 de abril, mientras que el Vía Crucis debería llevarse a cabo ese día en el Coliseo Romano.

La Vigilia Pascual debe llevarse a cabo el sábado 11 de abril en la Basílica de San Pedro, mientras que la Misa del Domingo de Resurrección corresponde al 12 de abril junto con el tradicional saludo Urbi et orbe ese mismo día en la Plaza de San Pedro.

Todas estas liturgias se harán ahora sin público. No se sabe aún si los lugares designados para las celebraciones se mantendrán o no.

El aviso de la Prefectura indica además que “hasta el domingo 12 de abril de 2020 las audiencias generales del Santo Padre y la recitación de la Oración Mariana del Ángelus de los días domingo, serán transmitidas solo vía streaming a través del sitio oficial de Vatican News: www.vaticannews.va”.

Actualmente Italia tiene una serie de restricciones hasta el próximo 3 de abril para hacer frente a la epidemia del coronavirus. La principal es que los ciudadanos no salgan de casa para evitar un mayor contagio de la enfermedad.

Con más de 1250 muertos hasta este sábado, Italia es el país con más víctimas mortales por el coronavirus fuera de China. Se calcula que en el país europeo hay casi 18 mil casos confirmados.

HOY ES EL TERCER DOMINGO DE CUARESMA - 2020


Hoy es el Tercer Domingo de Cuaresma
Redacción ACI Prensa




Este 15 de marzo la Iglesia celebra el tercer domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura de Juan 4:5-42, pasaje en el que Jesús señala: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.».

A continuación puede leer el Evangelio y la homilía del Obispo de Santa María de los Ángeles (Chile), Mons. Felipe Bacarreza Rodríguez:

Evangelio del día (Juan 4:5-42)
5 Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José.
6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.
7 Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: «Dame de beber.»
8 Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana:
9 «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
10 Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.»
11 Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?
12 ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
13 Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed;
14 pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.»
15 Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.»
16 El le dice: «Vete, llama a tu marido y vuelve acá.»
17 Respondió la mujer: «No tengo marido.» Jesús le dice: «Bien has dicho que no tienes marido,
18 porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.»
19 Le dice la mujer: «Señor, veo que eres un profeta.
20 Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.»
21 Jesús le dice: «Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
23 Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.
24 Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.»
25 Le dice la mujer: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo.»
26 Jesús le dice: «Yo soy, el que te está hablando.»
27 En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué quieres?» o «¿Qué hablas con ella?»
28 La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente:
29 «Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?»
30 Salieron de la ciudad e iban donde él.
31 Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: «Rabbí, come.»
32 Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis.»
33 Los discípulos se decían unos a otros: «¿Le habrá traído alguien de comer?»
34 Les dice Jesús: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra.
35 ¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. Ya
36 el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador.
37 Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador:
38 yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga.»
39 Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho.»
40 Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días.
41 Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras,
42 y decían a la mujer: «Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.»

Puede revisar las otras lecturas litúrgicas del día AQUÍ

Homilía de Mons. Bacarreza:

El Evangelio del domingo pasado, el de la Transfiguración de Jesús, tiene su punto culminante en la voz del cielo que nos decía quién es Jesús: "Este es mi Hijo amado, en el cual me complazco". Esa misma voz nos decía cuál debe ser nuestra actitud ante Jesús: "Escuchadlo" (Mt 17,5). El Evangelio de este domingo, que nos relata el encuentro de Jesús con la samaritana junto al pozo de Sicar, concluye con esta declaración de los samaritanos: "Nosotros mismos lo hemos escuchado y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo". ¿Cómo llegaron a esta conclusión sorprendente?

Para leer la homilía completa puede ingresar AQUÍ

ORACIONES A SAN JOSÉ!!






















FELIZ DOMINGO!!!












sábado, 14 de marzo de 2020

CON SUS HERMANOS Y AMIGOS


Con sus hermanos y amigos



Hoy te cuento el caso de una familia que se marchó detrás de Cristo, dejando castillos, riquezas y títulos de nobleza. Es el comienzo de la historia de san Bernardo, Padre de la Iglesia por la calidad de sus escritos, abad del monasterio de Claraval por muchos años y legado del Papa para restablecer la paz y la unión entre los reinos de Europa.

Bernardo volvió a su familia a contar la decisión que había tomado y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para ir a sepultarse vivo en un convento. Pero Bernardo les habló tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y treinta amigos de la nobleza que dejaron todo para unirse a Cristo. Dicen que cuando anunciaron a Nervando, el hermano menor, que se iban de religiosos, el joven les dijo: "¡Ajá! ¿Ustedes se van para ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo acepto". Y poco después, también él se hizo religioso del Císter.

Esa familia se decidió a seguir con generosidad a Cristo pobre, casto y obediente. Sintieron y siguieron el llamado a una vida entregada totalmente a dar testimonio de los valores del Evangelio. Los bautizados estamos llamados a ser testigos de que el amor a Cristo puede llenar nuestra vida en cualquier condición nos encontremos. También tú, amigo/a.


* Enviado por el P. Natalio

EL TAZÓN DE MADERA


El tazón de madera






El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían que alimentarse fuera un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel.

El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".

Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado solo.
Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.

El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Se le acercó y le preguntó dulcemente: -"¿Qué estás haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos." Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a su padre de tal forma que quedó sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. El padre contó lo sucedido a su esposa y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.

Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios y modelos a seguir. La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca cómo los hiciste sentir.

He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que maneja tres cosas: un día lluvioso, el equipaje perdido y las luces del arbolito enredadas. He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo. He aprendido que aún cuando me duela, no debo estar solo. He aprendido que aún tengo mucho que aprender y que deberíamos pasar esto a todos los que nos importan. Yo acabo de hacerlo.

LLORAR...


Llorar
Talentos Trabajando


Por: Katlheen Velasco | Fuente: Catholic.net




Después de un excelente retiro espiritual del Triduo Sacro y con la alegría de la resurrección, me disponía a regresar a casa junto con mi hermana, el camino era largo, el camión un poco estrecho e incómodo pero el corazón estaba lleno y la mentalidad más santa.

La primera parada del camión era para que aquellos lugares vacíos se ocuparan. Un matrimonio joven con dos pequeños se sentaron a la izquierda de nuestros asientos, nos acomodamos como pudimos, cubrimos nuestro cuerpo y rostro con la colcha e intentamos dormir.

No pasó mucho para que la más pequeña de los niños que los acompañaban comenzara a llorar, por un momento pensé en lo incómodo que era aquello, había sido un fin de semana agotador y las horas de viaje eran tantas que de verdad quería aprovecharlas para descansar, pero el llanto de la pequeña hacía mi deseo de descanso complicado.

La pequeña no se callaría durante un largo rato, así que dejé de pensar en mí y comencé a pedir a Dios por la pequeña, de seguro sus padres estaban apenados por la situación, la niña lloraba cada vez más intensamente y me di el tiempo para la siguiente reflexión.

Hoy en día tanto para hombres como para mujeres llorar es de débiles, los únicos que pueden llorar “en paz” son los niños, y se les perdona que lo hagan porque son pequeños y “berrinchudos”. Pero la realidad es que no importa la edad que tengas, todos siempre necesitamos llorar las situaciones difíciles.


 Mientras la pequeña lloraba, pude clasificar el llanto en cinco etapas que describiré aquí.


La primera etapa la nombre valentía, porque sin duda alguna con la situación actual que vivimos, llorar es para valientes. Dejar que la primera lágrima recorra tu mejilla y dejar que el nudo en la garganta se desenrede requiere valor. Sobre todo cuando te encuentras rodeado de personas, efectivamente tu rostro y tu cuerpo cabizbajo indican tu tristeza, pero vas con la mirada alta hasta llegar al coche a soltar el primer lamento. Así es señores, llorar no es de débiles, llorar es de valientes.

Cuando uno está en una crisis fuerte y ya has decidido comenzar el llanto se entra a la etapa de la incomprensión, es ese momento en el que la pregunta ¿Por qué? se repite en la cabeza en incluso en voz alta las veces necesarias y todas esas veces sin conseguir ninguna respuesta. Decidí llamarla así, porque el dolor de la situación causa en nosotros el pensamiento individual y esto nos lleva a sentirnos incomprendidos y un poco frustrados por no entender lo que está pasando.

Entonces con todo el dolor y la incomprensión sembrados en el momento, llegamos a la etapa de la desesperanza. Ésta etapa es la más larga de todo el desahogo, pues ya no importa el porqué de la situación y tampoco importa quién te está viendo llorar, lo único que importa es el dolor de la derrota que se siente en el corazón por la situación. Porque efectivamente, no importa cuánto  intentes entenderlo ni mucho menos cuanto quieras cambiar el pasado para no llegar al punto, lo único que importa es desahogar el alma mediante los gritos de desaliento que tus cuerdas bucales pueden cantar y las lágrimas cristalinas que emanan de tus ojos y recorren tu rostro.

Entonces con la derrota abrazada se llega a la etapa del cansancio. Ésta etapa es la más cercana a la victoria, pero también la que está a un paso de la desesperanza, dicho esto, quiero dar a entender que del cansancio se puede regresar a la etapa anterior si el corazón aún no está listo para la victoria de la última etapa. Cansancio es algo que todos hemos sentido, pero en cuanto a la del corazón se refiere es uno muy pesado, pues te has cansado incluso de la desesperanza antes vivida y se puede llegar a creer que después de éste no hay forma de levantarse y seguir, incluso el famoso “mal de corazón” que tu respiración cortada al inhalar pausadamente indica refleja dicho cansancio.

Pero entonces viene la última etapa, la etapa del amor. Cuando el corazón ha sufrido lo suficiente, se ha cansado de hacerlo y por ende se ha entregado a las manos de su creador. El creador con su infinita misericordia premia al corazón herido con más amor que el que tiene, sellando con su preciosa sangre derramada en la cruz la herida que pudo haberle dejado la batalla. Y así con calma y en silencio, la tormenta llega a su final dejando un corazón cicatrizado en el amor y con mayor preparación para la siguiente batalla.

Mientras escuchaba a la pequeña vivir las cinco etapas antes descritas, pude imaginarme a mí llorando mis batallas, pude imaginar a Jesús y María consolándome en cada una de ellas, incluso en la tercera etapa de la pequeña pude sentir el dolor de su dolor y pude entender lo difícil que es para Dios vernos sufrir, pero la certeza de que es por nuestro bien lo alienta a dejarnos vivir el dolor, pues sabe que cuando lleguemos al punto del amor de las mismas, después del desahogo, el corazón estará fortalecido.

 Agradecí a Dios la luz que me había proporcionado respecto a éste método tan criticado, pero tan sanador de reparación de corazón y pensé en lo difícil que seguro era para mi hermana la situación, su método para terminar la situación fue tomar una cajita de leche que había guardado para más tarde y regalársela al papá de la pequeña con mucho amor para ver si el llanto podría venir del ayuno de la niña, efectivamente luego de recibir alimento, la pequeña llegó a la etapa del amor y su sufrimiento llegó a su fin.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 14 DE MARZO DE 2020




Lecturas de hoy Sábado de la 2ª semana de Cuaresma
Hoy, sábado, 14 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecía de Miqueas (7,14-15.18-20):

PASTOREA a tu pueblo, Señor, con tu cayado,
al rebaño de tu heredad,
que anda solo en la espesura,
en medio del bosque;
que se apaciente como antes
en Basán y Galaad.
Como cuando saliste de Egipto,
les haré ver prodigios.
¿Qué Dios hay como tú,
capaz de perdonar el pecado,
de pasar por alto la falta
del resto de tu heredad?
No conserva para siempre su cólera,
pues le gusta la misericordia.
Volverá a compadecerse de nosotros,
destrozará nuestras culpas,
arrojará nuestros pecados
a lo hondo del mar.
Concederás a Jacob tu fidelidad
y a Abrahán tu bondad,
como antaño prometiste a nuestros padres.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 102,1-2.3-4.9-10.11-12

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

V/. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.

V/. No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.

V/. Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (15,1-3.11-32):

EN aquel tiempo, se acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían ¡os cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.
Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado e! ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.
El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 14 de marzo de 2020
CR



Henri J.M. Nouwen ha desgranado con una maestría admirable el contenido de este texto bíblico inmortalizado por Rembrandt en el cuadro “El Regreso del Hijo Pródigo”. Y llega a decir: “En él está todo el evangelio. En él está toda mi vida y la de mis amigos. Este cuadro se ha convertido en una misteriosa ventana a través de la cual puedo poner un pie en el Reino de Dios”.

Esta parábola nos hace entrar en el mundo de las relaciones familiares, de las que cualquier lector puede hablar por experiencia. Habla de herencia, tema siempre delicado en la armonía de las familias. Habla de un hijo, el menor, que quiere disfrutar cuanto antes del patrimonio, y habla de un padre que, en un alarde de enorme generosidad, le entrega su parte; lo malgasta todo y cuando se ve en la ruina física y moral, se acuerda de su padre y le pide perdón.

El mayor, por su parte, cree que ha hecho méritos suficientes para ganarse todo el amor del padre, pues no ha faltado ni a uno solo de sus mandatos y por tanto tiene que ser recompensado. De su hermano no quiere ni saber.

Jesús revela su experiencia de Dios como Padre, un padre que ama con igual medida tanto a su hijo mayor como al menor.

Lo escandaloso de la parábola es cómo Jesús muestra al hijo menor acaparando el amor del padre a pesar de todo lo que ha hecho.

Es el legalismo el que no permite al hijo mayor descubrir la gratuidad del amor divino, un amor que no se exige como pago a una buena conducta, sino que se recibe como gracia.

Hace años en un encuentro de los cursillos de cristiandad oí el testimonio de un hombre, camionero de profesión, que dijo: “Yo he vivido en mi familia esta parábola, pero al revés: yo eché a mi hijo de casa. Escuchando hoy la lectura de este evangelio me he dado cuenta de mi gran error”. Las lágrimas no le dejaron continuar. Pero todos entendimos que este hombre, curtido en la dura vida de la carretera, había llegado a entender el corazón de Dios.

LA MISA PRESIDIDA POR EL PAPA FRANCISCO SE TRANSMITIRÁ EN DIRECTO UNA SEMANA MÁS POR EL CORONAVIRUS


La Misa presidida por el Papa se transmitirá en directo una semana más por el coronavirus
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco ha decidido prorrogar una semana la emisión de la Misa celebrada todos los días en Casa Santa Marta a las 7,00 de la mañana (hora local) como medida de prevención contra la difusión del coronavirus COVID-19.

Se trata de una forma de facilitar a los fieles la participación en la eucaristía, ya que las Misas están suspendidas en toda Italia.


Según un comunicado difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el rezo del Ángelus dominical del 15 de marzo y la Audiencia General del miércoles 18 de marzo también se transmitirán en directo, al igual que la Misa en Santa Marta, a través de la señala de Vatican Media.

Posteriormente, las imágenes serán distribuidas entre todos los medios que las soliciten, de forma que la Misa presidida por el Pontífice pueda llegar a todo el mundo.

BUENOS DÍAS !





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