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lunes, 13 de enero de 2020
domingo, 12 de enero de 2020
TERMINÓ LA NAVIDAD, INICIAMOS EL TIEMPO ORDINARIO
Terminó el tiempo de la Navidad y comenzamos
el Tiempo Ordinario
En este domingo, damos por terminado el tiempo de la Navidad y comenzamos el tiempo litúrgico llamado “Tiempo ordinario” o “Tiempo durante el año”.
Así como el Bautismo de Jesús significó el comienzo de su vida pública, así para nosotros este día señala en la liturgia el momento de comenzar a recorrer junto a Jesús el tiempo de su ministerio público en la Palestina dominada por los romanos, alrededor del año 30 de nuestra era.
Al comienzo del año la Iglesia pone a nuestra consideración el Bautismo del Señor, porque por ese sacramento comenzamos a ser hijos de Dios. Él tiene sus caminos ocultos para dar la gracia a quienes no han oído hablar de Jesucristo ni de su Iglesia, pero lo ordinario es entrar en comunión con Dios recibiendo este sacramento. Para eso lo ha instituido Jesús: “El que crea y se bautizare será salvo” (Mc 16,16).
De esta manera entramos a formar parte de la Iglesia y podemos participar en su liturgia dando culto agradable a Dios.
AL ESPÍRITU SANTO
Al Espíritu Santo
El Espíritu Santo habita en el bautizado en estado de gracia como en un templo y es para nosotros el principio de la vida sobrenatural, así como el alma es el principio de la vida corporal. Por eso podría decirse que, si el hombre está compuesto de cuerpo y alma, el cristiano está compuesto de cuerpo, alma y Espíritu Santo. Aquí tienes una hermosa oración a este divino Espíritu.
Ven, Espíritu Santo, luz y gozo, Amor, que en tus incendios nos abrasas: renueva el alma de este pueblo tuyo que por mis labios canta tu alabanza.
En sus fatigas diarias, sé descanso; en su lucha tenaz, vigor y gracia: haz germinar la caridad del Padre, que engendra flores y que quema zarzas.
Ven, Amor, que iluminas el camino, compañero divino de las almas: ven con tu viento a sacudir al mundo y a abrir nuevos senderos de esperanza. Amén.
El Espíritu Santo comunica al bautizado la vida divina, la vigoriza y perfecciona. Nos alienta a practicar buenas obras. Con este fin, nos enriquece con sus siete dones que generan en nuestra vida actos eminentes de virtud, llamados frutos del Espíritu. A saber, aplica a cada uno la Redención de Cristo, en especial por los sacramentos de la Iglesia.
* Enviado por el P. Natalio
HE VISTO AL ESPÍRITU POSARSE EN ÉL - EL BAUTISMO DEL SEÑOR
“He visto al Espíritu posarse en él”
Incluso en los días más sombríos de nuestro invierno, apreciamos las ventanas que dejan entrar la luz conservando el calor. Y cuando viene la noche, sólo tenemos que dar a un botón para haya abundancia de luz.
No ocurría así en tiempos de Isaías. Después de la puesta de sol, la gente sólo disponía del fuego o de una llama vacilante de una pequeña lámpara de aceite. En este contexto es cuando Dios promete que hará de su Servidor “la luz de las naciones”. Es pues una visión grandiosa.
Las tres lecturas de hoy se proponen que conozcamos mejor al Mesías que acaba de aparecer. Juan Bautista, la gran figura de la preparación de Navidad, ha cumplido muy bien su papel. Se prepara para dar paso a Jesús el Mesías, el Hijo de Dios.
Juan Bautista era el profeta más célebre de su tiempo. Había logrado un vasto movimiento de conversión a las orillas del río Jordán, y después se opuso abiertamente al rey Herodes. Toda la atención que giraba en torno a él, la orienta al Hijo de Dios. Ha comprendido claramente que su papel es caer en el olvido de tal modo que todas las miradas se dirijan en adelante al que viene a inaugurar el Reino de Dios.
En nuestro mundo en el que las libertades individuales son fundamentales y en donde el goce personal es el rey, Juan Bautista nos da un raro ejemplo de olvido de sí. ¿Estamos preparados para cumplir nuestros compromisos buscando hacernos olvidar en la alegría de una misión cumplida?
Padre Felipe Santos SDB
LECTURAS BÍBLICAS DE HOY BAUTISMO DEL SEÑOR, DOMINGO 12 DE ENERO DE 202
Lecturas de hoy Bautismo del Señor - Ciclo A
Hoy, domingo, 12 de enero de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (42,1-4.6-7):
ESTO dice el Señor:
«Mirad a mi siervo, a quien sostengo;
mi elegido, en quien me complazco.
He puesto mi espíritu sobre él,
manifestará la justicia a las naciones.
No gritará, no clamará,
no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará,
la mecha vacilante no la apagará.
Manifestará la justicia con verdad.
No vacilará ni se quebrará,
hasta implantar la justicia en el país.
En su ley esperan las islas.
Yo, el Señor,
te he llamado en mi justicia,
te cogí de la mano, te formé
e hice de ti alianza de un pueblo
y luz de las naciones,
para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la cárcel,
de la prisión a los que habitan en tinieblas».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 28,1a.2.3ac-4.3b.9b-10
R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz
V/. Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.
V/. La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.
V/. El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta sobre las aguas del diluvio,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.
Segunda lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (10,34-38):
EN aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él».
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (3,13-17):
EN aquel tiempo, vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».
Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él.
Y vino una voz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy domingo, 12 de enero de 2020
Fernando Torres cmf
¡Descubramos nuestro Bautismo!
Hoy entendemos el Bautismo como un sacramento, un rito que hay que cumplir para entrar a formar parte de la comunidad católica. Pero la fiesta de hoy nos recuerda que el Bautismo es algo mucho más profundo. Y que sería bueno que recuperásemos ese significado en nuestra vida cristiana.
Lo que hoy es apenas en la mayor parte de las parroquias un echar un poco de agua sobre la cabeza del recién nacido, era al principio de la historia del cristianismo y lo es todavía en algunas parroquias, un sumergirse completamente en el agua. El agua es principio de muerte (en el agua nos ahogamos, no podemos respirar, lo que se echa al agua se disuelve, se deshace, deja de existir) pero también es principio de vida (científicamente se puede afirmar que la vida comenzó en el agua, el feto está envuelto en líquido, del agua se resurge limpio y puro). El Bautismo tiene pues un significado básico: expresa la muerte y la resurrección de una persona. El que se bautiza muere a una vida y al salir del agua comienza una nueva vida. Por eso la tradición cristiana hizo que en el Bautismo se impusiera un nuevo nombre a la persona. La nueva vida requería un nuevo nombre.
Todo es un signo. Nadie muere de verdad ni resucita de verdad. Pero hay momentos en la vida en que se requiere un signo de ese tipo que rubrique un cambio real de vida en la persona. A veces, aunque no se produzca una muerte física, se dan cambios en la vida de una persona que traen ciertamente un nuevo estilo y una nueva orientación.
Con ese sentido tan profundo se bautizó Jesús. Hasta entonces había vivido como uno más. Quizá se había retirado al desierto y allí había estado con el grupo de Juan Bautista o con otros grupos. Fue allí donde maduró su decisión, donde reconoció su llamada a anunciar la buena nueva del Reino. Por eso se bautizó. Fue una forma de refrendar públicamente su nuevo estilo de vida. El Bautismo de Jesús marca una frontera entre su vida anterior y posterior. Fue de verdad el comienzo de una nueva vida al servicio del Reino de Dios.
Para nosotros el bautismo no tiene ese sentido. La mayoría fuimos bautizados de recién nacidos. No recordamos nada de aquella celebración. No significó un antes y un después en nuestra vida. Más bien nos sentimos inmersos desde el principio en la tradición cristiana. Desde el principio de nuestra vida somos cristianos. Ahora se trata de llevar a la práctica diaria lo que nuestro bautismo celebró y significó. Como Jesús, estamos comprometidos a vivir de acuerdo con el Evangelio. A ser portadores de la buena nueva para todo el mundo.
Para la reflexión
¿Ha habido algún momento de mi vida en que me haya dado cuenta de verdad de lo que significa ser cristiano y seguir a Jesús? ¿Qué debería hacer para vivir mi bautismo con mayor fidelidad? ¿Trato de vivir como cristiano a lo largo de todo el día y con aquellos con los que me encuentro?
HOY LA IGLESIA CELEBRA EL BAUTISMO DEL SEÑOR
Hoy la Iglesia celebra el Bautismo del Señor
Redacción ACI Prensa
“Cuando se lava el Salvador, se purifica toda el agua necesaria para nuestro bautismo y queda limpia la fuente, para que pueda luego administrarse a los pueblos que habían de venir a la gracia de aquel baño”, dijo San Máximo de Turín en el Siglo V al referirse al Bautismo del Señor que la Iglesia celebra hoy.
Con el Bautismo del Señor se concluye la temporada de Navidad y la Iglesia nos invita a mirar la humildad de Jesús que se convierte en una epifanía (manifestación) de la Santísima Trinidad.
“Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua”, manifestó San Gregorio Nacianceno en uno de sus sermones.
“También el Espíritu da testimonio de la divinidad, acudiendo en favor de quien es su semejante; y la voz desciende del cielo, pues del cielo procede precisamente Aquel de quien se daba testimonio”, añadió el Santo.
Evangelio: Lucas 3,15-16.21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a a todos: - 'Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino un voz del cielo: - ´'Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco'”.
FIESTA DEL BAUTISMO DE JESÚS: EL PAPA INVITA A REDESCUBRIR NUESTRO BAUTISMO
Fiesta del Bautismo de Jesús: El Papa invita a redescubrir nuestro Bautismo
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media / ACI
El Papa Francisco invitó a “redescubrir nuestro Bautismo” en la Fiesta del Bautismo del Señor que la Iglesia Católica celebra este año el domingo 12 de enero.
Así lo indicó el Santo Padre antes del rezo del Ángelus dominical y después de bautizar en la Capilla Sixtina a 32 bebés, 17 niños y 15 niñas, hijos de empleados vaticanos.
“Una vez más tuve la alegría de bautizar a algunos niños en la Fiesta de hoy del Bautismo del Señor. Hoy eran 32. Recemos por ellos y por sus familias”, afirmó el Papa.
En esta línea, el Pontífice pidió “en la Fiesta del Bautismo de Jesús redescubramos nuestro Bautismo” y añadió “como Jesús es el Hijo amado del Padre, también nosotros nacimos del agua y el Espíritu Santo sabemos que somos hijos amados, el Padre nos ama a todos, somos el objeto de la complacencia de Dios, hermanos de muchos otros hermanos, investidos de una gran misión para testimoniar y anunciar a todos los hombres el Amor sin límites del Padre”.
Además, Francisco señaló que “esta Fiesta del Bautismo de Jesús nos hace recordar el propio Bautismo, nuestro Bautismo. También nosotros hemos renacido. En el Bautismo vino el Espíritu Santo para permanecer en nosotros”.
“Por eso es importante recordar, saber, cuál es la fecha de mi Bautismo, nosotros sabemos cuál es la fecha de nuestro nacimiento, pero no siempre sabemos cuál es la fecha de nuestro Bautismo, seguramente alguno de ustedes no lo sabe… Una tarea para hacer en casa: cuando vuelvan, pregunten: ¿cuándo fui bautizada? ¿cuándo fui bautizado? Y festejen en el corazón la fecha del Bautismo cada año. Háganlo. También es un deber de Justicia ante el Señor que ha sido muy bueno con nosotros”, expresó el Papa.
Al reflexionar sobre la narración del Evangelio de San Mateo sobre el Bautismo del Señor, el Santo Padre se detuvo en “el diálogo entre Jesús, que pide el Bautismo, y Juan Bautista quien quiere negarse y observa: ¿Soy yo quien necesito ser bautizado por ti y tú vienes a mí?”.
“Esta decisión de Jesús sorprende al Bautista: de hecho, el Mesías no necesita ser purificado; en cambio es Él quien purifica. Pero Dios es el Santo, sus caminos no son los nuestros, y Jesús es el Camino de Dios, un camino impredecible”, explicó Francisco quien agregó: “recordemos que Dios es el Dios de las sorpresas”.
En esta línea, el Pontífice destacó que “el Mesías pide ser bautizado, para que se cumpla toda justicia, para que se realice el diseño del Padre que pasa a través del camino de la obediencia filial y de la solidaridad con el hombre frágil y pecador” y añadió que “es el camino de la humildad y la cercanía plena de Dios a sus hijos”.
Por ello, el Papa remarcó que “el Siervo de Dios realiza su misión en el mundo con un estilo contrario al espíritu mundano” y apuntó que se trata de “la actitud de mansedumbre, que nos enseña Jesús con su humildad, la actitud de sencillez, respeto, moderación y ocultamiento, que se requiere también hoy de los discípulos del Señor”.
Sin embargo, el Santo Padre reconoció que “es triste decirlo, pero, cuántos discípulos del Señor se pavonean por ser discípulos del Señor… No es un buen discípulo el que se pavonea. El buen discípulo es el humilde, el manso, quien hace el bien sin hacerse notar”, indicó.
En este sentido, Francisco dijo que “en la acción misionera, la comunidad cristiana está llamada a ir siempre al encuentro de los otros proponiendo y no imponiendo, dando testimonio, compartiendo la vida concreta de la gente”.
Finalmente, el Papa rezó para “que María Santísima nos ayude a comprender siempre más el don del Bautismo y a vivirlo con coherencia en las situaciones de cada día”.
5 COSAS QUE TAL VEZ NO SABÍAS DEL BAUTISMO CATÓLICO
5 cosas que tal vez no sabías del Bautismo católico
Redacción ACI Prensa
“Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión”, dice el Catecismo de la Iglesia Católica (CCI 1213).
Te presentamos 5 cosas que tal vez no sabías de este sacramento, puerta para los otros sacramentos.
1. Se inició con los Apóstoles
“Desde el día de Pentecostés la Iglesia ha celebrado y administrado el santo Bautismo. En efecto, san Pedro declara a la multitud conmovida por su predicación: ‘Convertíos [...] y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo’ (Hch 2,38)” (CCI 1226).
San Higinio, pontífice aproximadamente entre los años 138 al 142, instituyó el padrino y la madrina en el bautismo de los recién nacidos para que guíen a los pequeños en la vida cristiana.
2. Tiene varios nombres
Bautizar, del griego “baptizein”, significa “sumergir” o “introducir dentro del agua”. Esta inmersión simboliza “el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo, de donde sale por la resurrección con Él” (CCI 1214).
Este sacramento también es llamado “baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo”, así como “iluminación” porque el bautizado se convierte en “hijo de la luz”.
San Gregorio Nacianceno decía que es “Don, porque es conferido a los que no aportan nada; gracia, porque es dado incluso a culpables; bautismo, porque el pecado es sepultado en el agua; unción, porque es sagrado y real (tales son los que son ungidos); iluminación, porque es luz resplandeciente; vestidura, porque cubre nuestra vergüenza; baño, porque lava; sello, porque nos guarda y es el signo de la soberanía de Dios”.
3. Se renueva cada año
“En todos los bautizados, niños o adultos, la fe debe crecer después del Bautismo. Por eso, la Iglesia celebra cada año en la vigilia pascual la renovación de las promesas del Bautismo. La preparación al Bautismo solo conduce al umbral de la vida nueva. El Bautismo es la fuente de la vida nueva en Cristo, de la cual brota toda la vida cristiana” (CCI 1254).
4. Un no bautizado también puede bautizar
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica (1256) que “son ministros ordinarios del Bautismo el obispo y el presbítero y, en la Iglesia latina, también el diácono (cf CIC, can. 861,1; CCEO, can. 677,1). En caso de necesidad, cualquier persona, incluso no bautizada, puede bautizar (cf CIC can. 861, § 2) si tiene la intención requerida y utiliza la fórmula bautismal trinitaria”.
“La intención requerida consiste en querer hacer lo que hace la Iglesia al bautizar. La Iglesia ve la razón de esta posibilidad en la voluntad salvífica universal de Dios (cf 1 Tm 2,4) y en la necesidad del Bautismo para la salvación (cf Mc 16,16)”(CCI 1253).
5. Es un sello único y permanente
“El Bautismo imprime en el cristiano un sello espiritual indeleble (character) de su pertenencia a Cristo. Este sello no es borrado por ningún pecado, aunque el pecado impida al Bautismo dar frutos de salvación (cf DS 1609-1619). Dado una vez por todas, el Bautismo no puede ser reiterado” (CCI 1272).
EL PAPA FRANCISCO BAUTIZA A 32 NIÑOS: BAUTIZAR A UN HIJO ES UN ACTO DE JUSTICIA
El Papa Francisco bautiza a 32 niños: Bautizar a un hijo es un acto de justicia
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Foto: Captura YouTube
El Papa Francisco bautizó en el Vaticano a 32 bebés, 17 varones y 15 mujeres, este domingo 12 de enero, Fiesta del Bautismo del Señor.
Como es tradición, esta conmovedora ceremonia en la que participan familias de empleados vaticanos, se realizó en la Capilla Sixtina.
En esta ocasión, concelebraron con el Papa Francisco Mons. Georg Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia y Mons. Fernando Vérgez Alzaga, secretario de la Gobernación del Vaticano.
En su breve homilía que pronunció de forma espontánea, el Santo Padre recordó a los padres que “así como Jesús fue a bautizarse, ustedes traen a sus hijos” y afirmó que “bautizar a un hijo es un acto de justicia para ustedes”.
En esta línea, el Papa explicó que el Bautismo es un acto de justicia porque “nosotros en el Bautismo le damos un tesoro, nosotros en el Bautismo le damos una promesa: el Espíritu Santo”.
Tras el Bautismo, Francisco destacó que “el niño sale del Bautismo con la fuerza del Espíritu Santo dentro” y añadió que el Espíritu Santo “lo defenderá, lo ayudará durante toda la vida”.
“Por eso es tan importante bautizarlos de niños, para que crezcan con la fuerza del Espíritu Santo”, advirtió el Papa.
Tras volver a decir “ustedes traen a sus hijos hoy con el Espíritu Santo”, el Pontífice recomendó a los padres y padrinos que “cuiden que crezcan con la luz, con la fuerza del Espíritu Santo” y puso como ejemplo “la catequesis, la ayuda, la educación, el ejemplo que ustedes darán en su casa”.
Además, el Santo Padre observó que “los niños no están acostumbrados a venir a la Sixtina, es la primera vez, no están acostumbrados a estar encerrados, en un ambiente un poco caliente, y no están acostumbrados a vestir así… para una fiesta tan bonita como hoy, y se sentirán incómodos en algún momento”.
En este sentido, Francisco dijo a los padres que “no se asusten, dejen llorar a los niños. Esto si, si tu niño llora o se queja, quizá es porque tiene demasiado calor, quítale algo, o porque tiene hambre, amamántalo aquí, si, siempre en paz”, exclamó.
Por último, el Papa repitió una idea que dijo el año pasado: “ellos tienen una dimensión coral, es suficiente que uno de el ‘La’ y comienzan todos y se hará el concierto ¿no? No se asusten. Es una bella predicación cuando llora un niño en la iglesia, es una bella predicación. Traten de que se sienta bien y vamos hacia adelante”.
“No se olviden: ustedes traen al Espíritu Santo dentro de los niños”, concluyó el Papa.
Con la Fiesta del Bautismo del Señor termina el Tiempo de Navidad.
miércoles, 8 de enero de 2020
LA MARIPOSA AZUL
La mariposa azul
La persona responsable responde por sus actos. Por eso piensa antes de actuar y mide sus consecuencias. Sabe que tiene que responder de sus propios actos ante su conciencia, ante la familia, ante la sociedad y ante Dios. La responsabilidad consiste en cumplir con perseverancia el propio deber, sin vacilar, sin miramientos.
Dos niñas durante sus vacaciones fueron a donde vivía un gran sabio para aprender de él. El filósofo respondía todas las preguntas con seguridad. Las traviesas niñas decidieron inventar una pregunta que él no supiera responder. Una de ellas apareció un día con una linda mariposa azul. “¿Qué vas a hacer?” Preguntó la hermana. “Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta” “Si dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva la apretaré y la aplastaré. Es imposible acertar”. Las dos chicas fueron a ver al sabio, que meditaba. -“Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?”. Con mucha calma el sabio sonrió y respondió: “Depende de ti… Ella está en tus manos.”
Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debes de culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos (o no conquistamos). Nuestra vida está en nuestras manos. Dios nos la dio, como la mariposa azul… Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella.
* Enviado por el P. Natalio
NIÑO JESÚS
Niño Jesús...
Niño Jesús: Tú eres el Rey de la Paz, ayúdame a aceptar sin amarguras las cosas que no puedo cambiar.
Tú eres la fortaleza del cristiano; dame valor para transformar aquello que en mí debe mejorar.
Tú eres la sabiduría eterna; enséñame en cada instante como debo obrar para agradar más a Dios y hacer mayor bien a las demás personas.
Te lo suplico, por los méritos de tu infancia a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¿POR QUÉ SE HIZO BAUTIZAR JESÚS?
¿Por qué se hizo bautizar Jesús?
En el gesto de Jesús descubrimos su solidaridad redentora. Se hace uno de los nuestros, para compartir hasta el fondo nuestra suerte y así poder transformarla.
Por: P. Guillermo Juan Morado | Fuente: Infocatolica
Jesús no tenía necesidad de ser bautizado. Juan Bautista acertaba plenamente al decir: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco ni agacharme para desatarle las sandalias" (cf Mc 1,7-11). El bautismo de Juan, que no es todavía el sacramento cristiano del bautismo, era un bautismo de penitencia, que expresaba el deseo de ser purificado de los pecados. Ningún pecado había en Jesús. Él es el Santo, el Inocente, el Hijo de Dios.
¿Por qué, entonces, quiso Jesús ser contado entre los pecadores y, como algunos de ellos, dejarse bautizar por Juan? En el gesto de Jesús descubrimos su solidaridad redentora. Se hace uno de los nuestros, para compartir hasta el fondo nuestra suerte y así poder transformarla. En realidad, no es el agua del Jordán la que purifica a Jesús, sino que es Él, dejándose sumergir en el agua, quien confiere al agua el poder de santificar.
La inmersión de Jesús en el Jordán prefigura su inmersión en la muerte. El Señor no sólo se dejó contar entre los pecadores, sino se apropió de todo el pecado de los hombres y asumió la consecuencia de ese pecado, la muerte. Haciendo suya la muerte la destruyó desde dentro, trasformándola en vida, al igual que convirtió el agua del Jordán en agua de vida.
El Señor, que posee el Espíritu en plenitud, puede comunicarlo a los suyos por medio de un Bautismo que ya no es, como el de Juan, un mero signo de penitencia, sino una participación sacramental en su Pascua. Al recibir el sacramento del Bautismo por el agua y el Espíritu Santo somos verdaderamente regenerados; morimos al hombre viejo, al pecado, y renacemos como hombres nuevos, como hijos adoptivos de Dios por la gracia, como miembros de la Iglesia.
El evangelio dice que apenas salió Jesús del agua se "rasgó el cielo". Los cielos se abrieron, comenta Santo Tomás de Aquino, para mostrar los elementos que pertenecen a la eficacia de nuestro Bautismo. Una eficacia que proviene, no de las fuerzas humanas, sino de la virtud del cielo. Una eficacia relacionada con la fe del que se bautiza y con la fe de la Iglesia, mediante la cual "contemplamos las cosas del cielo, que superan los sentidos y la razón humanos". Y, además, "se abrieron los cielos, para manifestar que el camino del cielo queda abierto para los bautizados" (STh III 39 5).
Debemos perseverar en la oración para que este nuevo nacimiento, que ha tenido lugar en nuestro Bautismo, llegue a su plenitud, a su cumplimiento, que no es otro que el cielo; la amistad con Dios, la comunión con Él y con todos los bienaventurados.
ORAR EN MEDIO DE LA TEMPESTAD
Orar en medio de la Tempestad
El temor es una de las situaciones emotivas que todo ser humano enfrenta durante su vida, más tarde o más temprano. El temor puede convertirse en pánico, el temor de alta intensidad que paraliza la persona o la lleva hacia una huida irracional de la situación en que se encuentra.
Por: P. Pedro Barrajón, LC | Fuente: www.la-oracion.com
Pánico en medio de la tempestad
Los momentos de pánico pueden ser pocos o pueden por el contrario manifestarse con frecuencia en la vida de los hombres. Hay situaciones humanas donde predominan los vientos fuertes y las mareas y las tempestades se alzan impetuosas sobre la barca de nuestra vida. En el Evangelio encontramos algunos episodios en donde los discípulos de Jesús son presa del pánico en medio a la tempestad. San Mateo nos narra una tempestad que de modo imprevisto se alzó en medio del lago de Galilea, normalmente tranquilo. “De pronto se levantó en el mar una tempestad” (Mt 8, 24). También en la vida humana se levantan tempestades sin previo aviso. Nadie las espera, pero aparecen como resultado de varias causas que se entrecruzan por permisión divina. Cuando todo parece sereno, se levanta una tempestad, un problema, una dificultad, una situación que nos hace perder el equilibrio. “La barca quedaba tapada por las olas” (Mt 8, 24). Y esas olas no dejan ver el horizonte, llenan el corazón de aprensión, no se ven con facilidad las soluciones, la mente se oscurece, la lógica que había funcionado bien hasta entonces, deja de ser luz en la conciencia. Y todo aparece como un caminar en medio de un túnel negro sin salida.
Lo peor de todo no es tanto que aparezcan estos signos negativos que no sabemos dominar; lo peor es que puede ocurrir que Jesús no se halle en el corazón, no se le encuentre, aparezca lejano, duerma cuando más falta nos hacía: “Él estaba dormido” (ibid.). Entonces Jesús parece insensible a nuestra necesidad; parece que no le importamos: él duerme mientras nosotros sentimos que estamos a punto de perecer.
Sálvanos, Señor, que perecemos
Nuestra oración en estas circunstancias puede que no sea muy diferente de la de los discípulos que acompañaban a Jesús en la barca: “¡Sálvanos, Señor, que perecemos!” (Mt 8, 25). Esta oración sencilla y dramática podrá ser la nuestra en las ocasiones en las que también nosotros nos vemos abandonados por las fuerzas contrarias a Dios, cuando las pasiones se levantan como olas que amenazan con hundir la barca. Y esa ausencia de Dios puede asumir proporciones desgarradoras para el alma, como fue la experiencia de la Madre Teresa de Calcuta en su noche oscura: “Padre, le decía a su director espiritual, quiero contarle cuánto deseo –cuánto mi alma desea a Dios– lo desea solamente a Él y lo doloroso que es estar sin Él”. Madre Teresa por un período largo de su vida se sintió sin Dios, como abandonada y desolada. ¿Cómo fue su oración en estos momentos? Seguramente también que en ella su oración habrá asumido tonos llenos de dramatismo como la oración de los discípulos, pero también es probable que esta prueba de la fe haya llenado su alma de fortaleza y haya dado a su vida esa luminosidad que se desprendía en su rostro.
La oración es posible, aún en medio de las dificultades
Es posible orar en medio de las tempestades de la vida. Es posible perseverar en la oración aunque el miedo invada nuestro espíritu y lo llene de angustia. Es posible vivir con la convicción de que Dios no nos deja aunque en apariencia parezca como dormido.
En el contacto con el mar comprendemos mejor la majestuosidad de la creación divina y cómo somos pequeños en medio de las aguas. Allí también, en medio de las tempestades que puedan surgir mientras navegamos en el mar de la vida, podremos comprender cómo, aunque Jesús duerma en apariencia, Él nunca nos abandona y ante la oración que nace del corazón en medio de la dificultad para pedirle ayuda, también podemos oír su voz que manda con autoridad calmarse a los vientos y sobrevenir una gran bonanza.
“¡Hombres de poca fe!”, dirá Jesús a sus discípulos, nerviosos y asustados en medio de la tempestad. Entonces el Señor nos invita a creer más y con mayor profundidad. Toda prueba permitida por Dios es una ocasión para que nuestra oración crezca en una fe más intensa, más luminosa, más confiada, más concreta.
LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 8 DE ENERO DE 2020
Lecturas de hoy 8 de Enero. Feria de Navidad
Hoy, miércoles, 8 de enero de 2020
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (4,7-10):
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 71,1-2.3-4ab.7-8
R/. Que todos los pueblos de la tierra
se postren ante ti, Señor
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.
Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre. R/.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,34-44):
En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer.»
Él les replicó: «Dadles vosotros de comer.»
Ellos le preguntaron: «¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?»
Él les dijo: «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.»
Cuando lo averiguaron le dijeron: «Cinco, y dos peces.»
Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 8 de enero de 2020
Luis Manuel Suarez, cmf
Queridos amigos:
El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús preocupado por dos dimensiones del ser humano: sus necesidades espirituales y sus necesidades materiales.
En el comienzo del relato, Jesús mira y siente. Es porque mira con los ojos de Dios, y ante lo que ve, siente lo que todo padre sentiría: ante los que están desorientados, cansados, extraviados, sin rumbo -“como ovejas sin pastor”-, siente compasión de ellos, y les da lo que necesitan: su Palabra.
Es la Palabra de Dios que es capaz de recordarnos quiénes somos y a dónde vamos: venimos del Padre, somos hijos suyos y hermanos de los demás, y estamos llamados a volver juntos a la casa del Padre. Es la Palabra que cuando lo necesitamos nos reconduce en nuestros extravíos… como la palabra de un buen padre o una buena madre, que quiere lo mejor para sus hijos. Es la Palabra que se ha seguido encarnando en la historia en forma de catequesis, predicación, educación, formación… para que tengamos vida, y vida en abundancia.
A la vez, en la segunda parte del relato, Jesús se muestra sensible a otro tipo de demandas del ser humano: las necesidades materiales. Porque cuando los discípulos querían que el Maestro despidiera a la gente, para que se fueran a los pueblos de alrededor a comprarse lo que necesitaran para comer, Jesús les responde: “Dadles vosotros de comer”. Y recogiendo lo que hay, bendiciéndolo y repartiéndolo, hubo para todos en aquella tarde.
Jesús no creó una panadería, ni una asociación de ayuda, ni una ONG… pero su Palabra, igual que sacia la sed interior del hombre, es capaz de movilizar los recursos para que la justicia del Reino comience a hacerse presente. Es su misma Palabra la que anuncia esa posibilidad y la que denuncia toda injusticia, con expresiones especialmente duras para aquellos que buscan la seguridad de su vida en acumular y atesorar… para, al final, morirse tal cual vinieron al mundo.
Así el Maestro sigue hoy enviando a su Iglesia: a dar sentido a la vida y a alentar al mundo para que siga acogiendo el Reino, donde hay pan y palabra para todos.
Vuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)
EL PAPA FRANCISCO SE SOLIDARIZA CON LAS VÍCTIMAS DE LOS INCENDIOS EN AUSTRALIA
El Papa Francisco se solidariza con las víctimas de los incendios en Australia
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa Francisco se dirigió este miércoles 8 de enero al finalizar la Audiencia General en el Aula Pablo VI del Vaticano a un grupo de peregrinos australianos y les mostró su solidaridad por los catastróficos incendios forestales que desde el inicio de año están asolando Australia.
“Entre vosotros hay un grupo de Australia: Quiero pediros a todos que recéis al Señor para que ayude al pueblo en este momento difícil, con una oración muy fuerte. Estoy cercano al pueblo de Australia”, fueron las palabras del Pontífice.
Australia está sufriendo desde el pasado mes de septiembre una virulenta ola de incendios forestales que ha alcanzado especial intensidad en las últimas semanas.
La zona más afectada es el Estado de Victoria, donde han ardido 800.000 hectáreas con 70 focos activos. La ciudad de Mallacoota, donde hasta el 31 de diciembre más de 4000 personas quedaron atrapadas en la playa al tratar de escapar del fuego, ha sido evacuadas, al igual que otras poblaciones tanto del Estado de Victoria como de Nueva Gales del Sur. En total, en todo el país se han quemado 8 millones de hectáreas de bosque desde septiembre.
La catástrofe ha causado también la muerte a 25 personas, ha destruido 2000 viviendas y ha causado grandes estragos en los ecosistemas locales, con la muerte de cientos de millones de animales. En concreto, según expertos de la Universidad de Sídney, han muerto más de 480 millones de animales afectados de forma directa o indirecta por los incendios.
Entre las especies afectadas se encuentran algunas endémicas de Australia y en peligro de extinción, como canguros, koalas y wombats.
Además, el humo causado por los incendios ha disparado los niveles de contaminación del aire. Muchas ciudades australianas, entre ellas Sídney, se han visto particularmente afectadas con su cielo cubierto por una espesa niebla naranja causada por el fuego.
Según reconocieron las autoridades del país, estos incendios forestales son los más graves de toda la historia del país. La extensión quemada es ya más del doble de la de los incendios de la Amazonía en el último año.
Los incendios son también motivo de preocupación para la Iglesia local. El Arzobispo Sídney, Mons. Anthony Fisher, destacó el trabajo de los bomberos para hacer frente a los incendios forestales y pidió a los católicos que recen a la Virgen “por todos los que están en peligro en este momento difícil”.
Asimismo, el Arzobispo de Melbourne, Mons. Peter Comensoli, lamentó que el inicio de 2020 esté marcado por “pérdidas, destrucción, separación y profunda tristeza; y parece que hay más por venir”.
ORACIÓN POR LA PAZ DEL MUNDO
Oración por la paz en el mundo
Señor Jesús, tú guías sabiamente
la historia de tu Iglesia y de las naciones,
escucha ahora nuestra súplica.
Nuestros idiomas se confunden
como antaño en la torre de Babel.
Somos hijos de un mismo Padre
que tú nos revelaste
y no sabemos ser hermanos,
y el odio siembra más miedo y más muerte.
Danos la paz que promete tu Evangelio,
aquella que el mundo no puede dar.
Enséñanos a construirla como fruto
de la Verdad y de la Justicia.
Escucha la imploración de María Madre
y envíanos tu Espíritu Santo,
para reconciliar en una gran familia
a los corazones y los pueblos.
Venga a nosotros el Reino del Amor,
y confírmanos en la certeza
de que tú estás con nosotros
hasta el fin de los tiempos. Amén.
Autor: Padre Ignacio Larrañaga
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