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miércoles, 16 de noviembre de 2016
martes, 15 de noviembre de 2016
TU GUARDAESPALDAS
Tu guarda-espaldas
En estos tiempos difíciles hay personas importantes y con suficiente dinero como para pagarse guarda-espaldas, que las defiendan de posibles peligros. La prensa informa cada día sobre asaltos, robos, secuestros, crímenes. La Biblia, especialmente en el libro de los salmos, revela al creyente que ponga toda su confianza en el Señor que él es su refugio, su pastor, su guarda-espalda. Aquí te ofrezco este salmo de protección, es el 121.
Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale tu pie. Tu guardián no duerme, no duerme ni reposa el guardián de Israel. El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.
Es un salmo breve, puedes aprenderlo de memoria. Otros dos salmos de protección son el 23, el Buen Pastor, y el 91, el Señor, refugio y alcázar del que confía en él. En el salmo 91 Dios dice refiriéndose al que se amparó en él: “Se puso junto a mí, lo libraré, lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé, con él estaré en la tribulación, lo defenderé y lo glorificaré”. Maravillosas promesas del Dios que es fiel y poderoso.
* Enviado por el P. Natalio
POR QUÉ JESUCRISTO ES REY?
¿Por qué Jesucristo es Rey?
Cristo impera sobre nosotros, no sólo por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista
Por: ACI Prensa | Fuente: ACI Prensa
Desde la antigüedad se ha llamado Rey a Jesucristo, en sentido metafórico, en razón al supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que:
Reina en las inteligencias de los hombres porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de El y recibir obedientemente la verdad;
Reina en las voluntades de los hombres, no sólo porque en El la voluntad humana está entera y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque con sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobles propósitos;
Reina en los corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad y con su mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie -entre todos los nacidos- ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús.
Sin embargo, profundizando en el tema, es evidente que también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey, ya que del Padre recibió la potestad, el honor y el reino; además, siendo Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas.
Ahora bien, que Cristo es Rey lo confirman muchos pasajes de las Sagradas Escrituras y del Nuevo Testamento. Esta doctrina fue seguida por la Iglesia -reino de Cristo sobre la tierra- con el propósito celebrar y glorificar durante el ciclo anual de la liturgia, a su autor y fundador como a soberano Señor y Rey de los reyes.
En el Antiguo Testamento, por ejemplo, adjudican el título de rey a aquel que deberá nacer de la estirpe de Jacob; el que por el Padre ha sido constituido Rey sobre el monte santo de Sión y recibirá las gentes en herencia y en posesión los confines de la tierra.
Además, se predice que su reino no tendrá límites y estará enriquecido con los dones de la justicia y de la paz: "Florecerá en sus días la justicia y la abundancia de paz... y dominará de un mar a otro, y desde el uno hasta el otro extrema del orbe de la tierra".
Por último, aquellas palabras de Zacarías donde predice al "Rey manso que, subiendo sobre una asna y su pollino", había de entrar en Jerusalén, como Justo y como Salvador, entre las aclamaciones de las turbas, ¿acaso no las vieron realizadas y comprobadas los santos evangelistas?
En el Nuevo Testamento, esta misma doctrina sobre Cristo Rey se halla presente desde el momento de la Anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen, por el cual ella fue advertida que daría a luz un niño a quien Dios había de dar el trono de David, y que reinaría eternamente en la casa de Jacob, sin que su reino tuviera jamás fin.
El mismo Cristo, luego, dará testimonio de su realeza, pues ora en su último discurso al pueblo, al hablar del premio y de las penas reservadas perpetuamente a los justos y a los réprobos; ora al responder al gobernador romano que públicamente le preguntaba si era Rey; ora, finalmente, después de su resurrección, al encomendar a los apóstoles el encargo de enseñar y bautizar a todas las gentes, siempre y en toda ocasión oportuna se atribuyó el título de Rey y públicamente confirmó que es Rey, y solemnemente declaró que le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Pero, además, ¿qué cosa habrá para nosotros más dulce y suave que el pensamiento de que Cristo impera sobre nosotros, no sólo por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista, adquirido a costa de la redención? Ojalá que todos los hombres, bastante olvidadizos, recordasen cuánto le hemos costado a nuestro Salvador, ya que con su preciosa sangre, como de Cordero Inmaculado y sin tacha, fuimos redimidos del pecado. No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo nos ha comprado por precio grande; hasta nuestros mismos cuerpos son miembros de Jesucristo.
ME SIENTO UN NÁUFRAGO ESPIRITUAL
Me siento un náufrago espiritual
En este mar apático se nada y se nada, buscando una isla donde aferrarse, hasta que vemos a Dios a nuestro alrededor.
Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org
Si, a veces me siento como un náufrago nadando en un mar de incomprensión espiritual, tratando de encontrar aunque más no sea una isla pequeña donde descansar ¿A qué me refiero?
Rodeado de la vida mundana, no se advierte que los demás miren este mundo aunque no sea más que un poquito, con los ojos de Dios. Escucho hablar a la gente de cosas que suceden, y se advierte de inmediato la mano de Dios en ello. Pero, ¿cómo decirlo, si no hay peor sordo que el no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver? Miro a derecha, a izquierda, por delante y por detrás, y sólo veo gente que no tiene la más mínima voluntad de introducir a Dios en sus vidas. ¡Un verdadero mar de frialdad espiritual!. Miles de millones de almas viven totalmente ajenas a El. Mientras rezo en mi interior, y pienso en lo mal que se siente el Creador al ver semejante nivel de indiferencia, más y más me siento como un náufrago perdido en un mar de ignorancia y ceguera espiritual. Y ésta realidad me resulta visible en aquellos momentos en que, por Gracia de Dios, se abre mi corazón a ver la realidad con una mirada espiritual, porque el resto del tiempo entristezco al Señor con pensamientos y sentimientos del todo mundanos también.
En este mar apático se nada y se nada, buscando una isla donde aferrarse. Y esas islas aparecen, cuando cruzamos nuestro camino con alguien que ve a Dios en lo que ocurre a nuestro alrededor. ¡Y cómo nos aferramos a estas personas en esos momentos! Conversaciones vibrantes, plenas de amor a Dios, compartiendo tantas cosas que el mar-desierto espiritual que nos rodea ignora totalmente. Son momentos de descansar, de tomar fuerzas, de recordar que el Señor nunca nos deja desamparados. Y luego de gozar estos instantes de unión con esos hermanos en el amor a Jesús y María, a nadar nuevamente en el mar que nos rodea.
Creo que nuestra obligación, como hijos de Dios, es sobreponernos a éstas frustraciones del alma, y seguir luchando en medio de tan grande incomprensión. Debemos dar testimonio del amor por Dios, aunque nadie nos preste atención, a riesgo de que nos tomen por locos o aburridos, o pasados de moda, o el calificativo que sea. Imaginen que el pobre Jesús también nadó en este mar espiritual cuando vino a nosotros, y como siempre, la Palabra del Señor es el modelo de lo que debemos esperar de nuestras vidas, y también de cómo debemos reaccionar frente a la falta de amor del mundo.
Hoy nos sentimos náufragos, y también colaboramos con el naufragio general ante nuestra falta de amor por El. Pero, personalmente, creo que si cada uno de nosotros nada con fuerza en estas aguas, dando vigoroso testimonio del amor como único camino, se irán formando más y más islas a nuestro alrededor, hasta que se unan poco a poco.
Y esas islas, que son las almas de los que aman a Dios, unidas unas con otras formarán un continente espiritual, donde reine el Amor por nuestro Dios, donde se pueda pisar firme y confiado en tierras regadas por las lágrimas de quienes donaron sus vidas por el Salvador, a lo largo de los siglos.
EL MEJOR CATECISMO, MIS PAPÁS REZANDO
El mejor catecismo: mis papás rezando
!Qué alegría para unos padres escuchar de su hijo, que fueron ellos, con su vida y ejemplo, su mejor catecismo!
Por: Marcelino de Andrés y Juan Pablo Ledesma | Fuente: Catholic.net
Hay recuerdos infantiles que se graban indelebles en la memoria y el corazón. Así como hay lecciones que uno, sin darse mucha cuenta, aprende de pequeño para siempre.
Recuerdo por ejemplo una que, aunque común y casi desapercibida entonces, ahora me parece magnífica. Mi padre, de vez en cuando, me preguntaba cuánto le quería, y yo, abriendo y estirando los brazos a más no poder -como queriendo abarcar el mundo entero- le respondía: “así”; pero percibía que mis bracitos no alcanzaban a medir el inmenso amor que sentía por él. Mi madre, teniéndome en su regazo, también me lo interrogaba, y yo, contestando lo mismo, le abrazaba el cuello lo más fuerte que podía; pero sintiendo que me faltaban fuerzas para demostrarle todo mi amor por ella.
En hechos tan simples fui aprendiendo una lección digna de todo un tratado y de una entera vida: que el amor que uno llega a experimentar por su padre, no hay metro que lo mida; y que ante la deuda incalculable de amor con nuestra madre, siempre nos descubriremos faltos de fuerzas para saldarla del todo.
Es en el hogar donde se aprende el amor; donde se aprende a amar. Y junto a ésta, otras lecciones magistrales tienen su cátedra en la familia. Son los padres los maestros que deben ir grabando en sus hijos, con cosas sencillas de hoy, otras que no han de olvidar nunca mañana.
Así es como creo que muchos de nosotros no podremos olvidar que fue de nuestros padres de quienes recibimos el tesoro de la fe y de quienes aprendimos a rezar.
A este propósito, acabo de leer unas líneas preciosas y emocionantes, escritas por alguien que a su vez guarda imborrable en su alma la gran lección, impartida por sus padres, de cómo hablar con Dios. Voy a dejarle la palabra a él, auque esto se lleve la mitad de este artículo. A mí no me importa. Y tú mismo pensarás lo mismo tras escucharlo:
"En casa, nada de piedad expansiva y solemne; sólo cada día el rezo del rosario en común, pero es algo que recuerdo claramente y que lo recordaré mientras viva...
“Yo iba aprendiendo que hace falta hablar con Dios despacio, seria y delicadamente. Es curioso cómo me acuerdo de la postura de mi padre. Él, que por sus trabajos en el campo o por el acarreo de madera siempre estaba cansado, que no se avergonzaba de manifestarlo al volver a casa; después de cenar... se arrodillaba, los codos sobre la silla, la frente entre sus manos, sin mirar a sus hijos, sin un movimiento, sin impacientarse.
Y yo pensaba: Mi padre, que es tan valiente, que es insensible ante la mala suerte y no se inmuta ante el alcalde, los ricos y los malos, ahora se hace un niño pequeño ante Dios. ¡Cómo cambia para hablar con Dios! Debe ser muy grande Dios para que mi padre se arrodille ante él y también muy bueno para que se ponga a hablarle sin mudarse de ropa.
“En cambio, a mi madre nunca la vi de rodillas. Demasiado cansada, se sentaba en medio, el más pequeño en sus brazos, su vestido negro hasta los tacones, sus hermosos cabellos caídos sobre el cuello, y todos nosotros a su alrededor, muy cerquita de ella. Musitaba las oraciones de punta a cabo, sin perder una sílaba, todo en voz baja.
Lo más curioso es que no paraba de mirarnos, uno tras otro, una mirada para uno, más larga para los pequeños. Nos miraba, pero no decía nada. Nunca, aunque los pequeños enredasen o hablasen en voz baja, aunque la tormenta cayese sobre la casa, aunque el gato volcase algún puchero. Y yo pensaba: Debe ser sencillo Dios cuando se le puede hablar teniendo un niño en brazos y en delantal. Y debe ser una persona muy importante para que mi madre no haga caso ni del gato ni de la tormenta.
“Las manos de mi padre, los labios de mi madre... ellos fueron mi mejor catecismo."
¡Qué mayor alegría y satisfacción para un padre y una madre que escuchar del propio hijo, a la vuelta de los años, que para él fueron ellos, con su vida y ejemplo, el mejor catecismo!
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 15 DE NOVIEMBRE
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 15
Cuando el astronauta ruso Yuri Gagarin fue interrogado sobre si había visto a Dios allá en las alturas, respondió: "No lo he visto; Dios no existe".
Algo más tarde subió también a la estratósfera Gordon Cooper y, cuando le hicieron la misma pregunta, replicó: "Para ver a Dios no necesito subir a las alturas; lo llevo dentro de mí mismo".
¡Cuántos pretenden encontrar a Dios lejos de sí, cuando lo tienen tan cerca!
Dios sonríe en el juego del niño; Dios gime en el dolor del enfermo; Dios sufre en la miseria del que no tiene pan; Dios muere en el niño desnutrido; Dios huye en el hombre perseguido; Dios alarga la mano en el mendigo; Dios grita en el reclamo de justicia para el pobre obrero explotado.
Dios está en todas partes y en todos; no es preciso ir muy lejos para encontrarlo; basta con que abramos los ojos para poder verlo. ¡Qué triste sería pasar a su lado sin reconocerlo!
“La Biblia nos enseña que el hombre ha sido creado a imagen de Dios, con capacidad para conocer y amar a su Creador y que por Dios ha sido constituido señor de la entera Creación visible, para gobernarla y usarla, glorificando a Dios” (GS 12). Nuestro error está en que pretendemos ver a Dios demasiado lejos de nosotros mismos, o en cosas o acontecimientos raros y lejanos; esforcémonos en verlo en lo que a diario nos sucede.
* P. Alfonso Milagro
lunes, 14 de noviembre de 2016
SALMO 1, AL VENCEDOR LE DARÉ A COMER DEL ÁRBOL DE LA VIDA
Salmo
Sal 1,1-2.3.4.6
R/. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.
V/. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.
V/. Será como un árbol,
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
V/. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 14 DE NOVIEMBRE 2016
Los gritos del corazón
Lucas 18, 35-43. Lunes XXXIII. Tiempo Ordinario. Ciclo C. ¡Ten compasión de mí!
Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
«Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, ayúdame a pensar en Ti; te ofrezco mis palabras, ayúdame a hablar de Ti; te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad; te ofrezco mis penas, ayúdame a sufrir por Ti.
Todo aquello que quieres Tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque Tú lo quieres, como Tú lo quieras y durante todo el tiempo que lo quieras.» Así sea. (Oración del Papa Clemente XI, fragmento).
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 18, 35-43
En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó que era aquello, y le explicaron que era Jesús el nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!". Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!".
Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". Él le contestó: 'Señor, que vea'. Jesús le dijo: "Recobra la vista; tu fe te ha curado".
Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Sólo hay que ponerle nombre a la persona. Pero, en el fondo, cada uno de nosotros es este ciego a las afueras de Jericó. Acerquémonos así a Cristo que viene, pidámosle que nos cure de nuestra enfermedad…
Bartimeo se llamaba este hombre. Conquistó el corazón de Cristo por su insistencia en gritar. Pero no era el volumen de los gritos o el número de ellos lo que movió al Señor para curarlo. La fe salvó a este hombre, esa fe profunda que brota del corazón. En este rato de oración atrevámonos a gritarle al Señor, no con la boca, sino con el corazón: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
Gritar con el corazón significa poner toda la confianza en Jesucristo. Significa hacerse vulnerable ante Él, mostrarnos tal cual somos, con aquello que nos duele, con lo que nos preocupa, con nuestros anhelos y esperanzas. Ponernos totalmente en sus manos y dejar que Él haga lo que quiera con nosotros.
Entonces, Él pregunta: «¿Qué quieres que haga por ti?» Él quiere actuar en nuestra vida. Sólo necesita un corazón abierto, un corazón que confíe en el Amigo que nunca falla. Bartimeo fue directo al grano: «Señor, que vea». Digámosle nosotros también esa situación concreta, esa necesidad específica que tiene cada uno. Él para eso ha venido, para sanar nuestra alma, para saciar nuestra hambre, para sacarnos de la miseria del espíritu…
Cristo, además, tiene un Corazón generoso. No sólo llega y cura los ojos, sino que entra en la vida y la salva de todo pecado, de toda angustia. Él quiere darlo todo. El corazón que le grita con confianza acaba recibiendo más de lo que ha pedido. Pidamos al Señor con gritos de fe. O bien, pidámosle que nos enseñe a gritar con el corazón. «Señor, aumenta mi fe, ¡ten compasión de mí!».
«[Jesús] se detiene para responder al grito de Bartimeo. Se deja interpelar por su petición, se deja implicar en su situación. No se contenta con darle limosna, sino que quiere encontrarlo personalmente. No le da indicaciones ni respuestas, pero hace una pregunta: “¿Qué quieres que haga por ti”? Podría parecer una petición inútil: ¿Qué puede desear un ciego si no es la vista? Sin embargo, con esta pregunta, hecha “de tú a tú”, directa pero respetuosa, Jesús muestra que desea escuchar nuestras necesidades. Quiere un coloquio con cada uno de nosotros sobre la vida, las situaciones reales, que no excluya nada ante Dios.»
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de octubre de 2015).
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de octubre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré ayudar a alguien en una necesidad concreta, haciéndolo con alegría y generosidad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Amén.
EN TIEMPO DE ENFERMEDAD
En tiempo de enfermedad
Los infortunios y enfermedades traen siempre algún valioso mensaje que puedes aprovechar con sabiduría. Pero hay que reflexionar con calma para atesorar la experiencia que dejan, porque las desgracias descubren al alma luces que en la prosperidad no llegas a percibir.
Señor tú conoces mi existencia, conoces mi dolor. Has visto mis ojos llorar, mi rostro triste, mi cuerpo doliente y mi alma atribulada. Seguiré tus pasos, Señor, porque “tu yugo es suave y tu carga es ligera”. Hazme comprender tus sufrimientos, tu amor hacia los hombres. Sé que estoy cumpliendo en mi vida lo que falta a tu dolorosa pasión. Ayúdame a sufrir, con paz y alegría, sin quejarme. Ayúdame a sufrir con amor. Te pido por todos los que sufren, los pobres, los que no reciben ni siquiera un poco de cariño. Señor, sé que transformarás en rosas todas mis espinas, sé que todo, también el dolor, lo dispones para el bien de los que te aman. Te amo Jesús mío. Amén.
La lección más importante que puedes aprender en tu vida no es que en el mundo hay dolor, sino que depende de ti sacar provecho de él, pues se te ha permitido cambiarlo en gozo (R. Tagore). He leído: Tus dolores son como astillas de la cruz de Cristo. No está bien que adorando esa cruz, maldigas sus astillas.
* Enviado por el P. Natalio
EL DEPORTE REQUIERE RESPETO Y TRABAJO EN EQUIPO, RECUERDA PAPA FRANCISCO A CAMPEONES
El deporte requiere respeto y trabajo en equipo, recuerda el Papa a campeones del mundo
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 14 Nov. 16 / (ACI).- Una vez más, el Papa Francisco ha reafirmado la importancia del deporte como instrumento de superación personal y de compañerismo. En un breve encuentro con el equipo nacional de fútbol alemán, el Pontífice se alegró de recibir a “los actuales campeones del mundo”.
Francisco explicó que en varias ocasiones ha escuchado decir que “vuestras victorias son victorias ‘de equipo’ y por eso 'la Mannschaft' (el equipo) se ha convertido en una definición común de vuestro equipo”.
Además, explicó que este deporte no solo requiere “disciplina y sacrificio personal”, sino también “disciplina y respeto por el prójimo y por el espíritu de equipo”.
El Papa recordó a los jugadores y la directiva que tienen una responsabilidad “más allá del campo de fútbol” y hacia “los jóvenes que a menudo los toman de modelo”.
Por último, agradeció algunas iniciativas hacia los pobres y necesitados porque esto muestra “como es posible superar juntos barreras que parecen inabarcables y penalizan a las personas más necesitadas y marginadas”.
LA MUDANZA
La mudanza
Debemos entender que la conversión es un don de Dios y que debe de estar unida a una gran fe y humildad. Esta debe de ser nuestra oración continua el señor.
La mudanza
Conversión. Esta es una palabra que hemos dicho en repetidas ocasiones en el transcurso de nuestra vida y quizá también todos sepamos su significado, pero para no errarle como de dicen por ahí, consulte un diccionario y éste es su significado literal.
Conversión: acción de convertirse; transformación de ideas, de valores etc.
Creo que estas son las acepciones que de esta palabra más nos interesa. La conversión cristiana es deja la oscuridad por la luz, es darse cuenta que se ha caminado por el camino equivocado, es abrir el corazón, el entendimiento y la voluntad para dejarse llevar y llenar por Jesús.
Es mudarse de mi soberbia a la humanidad. Es mudarse de mi egoísmo a la generosidad, mudarme de mi autosuficiencia para entender que sin Dios no soy nada, que él es y debe ser el principio y mi fin y volverse hacia Dios y entender y comprender en toda su riqueza que lo único y verdadero que valen la pena en este mundo es seguir a Cristo.
Cuando una conversión se da, siempre existe una historia detrás; una historia de comportamientos erróneos, de ideas falsas, de dudas, de lucha interior, de vació de inquietud, y después de un tiempo de oscuridad y de caídas, pero también te busqué búsqueda guiados por la gracia de Dios.
Esa gracia que el señor siempre, siempre nos está dando, pero para que si eficaces necesario abrir el corazón de par en par y también nuestro entendimiento para que penetre hasta lo más profundo de nuestro ser. De no ser así esa gracia será vana como el choque de una espada contra el escudo, como choque contra un muro de acero impenetrable.
Como dice San Agustín " Dios que te creó sin ti, no puede salvarte sin ti".
Dios siempre nos llama y quiere que lo encontremos, que lo descubramos a veces detrás de pequeños detalles, de una plática a la cual asistimos, en medio de la enfermedad o de la salud, de los éxitos y de los fracasos; pero también en medio de las alegrías y de todas las cosas buenas y amables que tenemos en nuestra vida.
Como el caso verídico de una amiga mía que se casó con un verdadero ateo, y se casaron por el rito católico pero él no era practicante; de verdad era un ateo confeso, no creía en nada.
Sin embargo a través de los años de matrimonio y de testimonio de entrega, de paciencia, de trabajo por Dios, de oración y de amor se dio la lo inevitable: la conversión de este hombre; se acercó a la iglesia, se confesó y comulgó, se encontró íntimamente con Jesús.
Se mudó del vacío de la nada hacia un todo verdadero capaz de satisfacer completamente el corazón humano. En la conversión se da un encuentro íntimo de Dios con el hombre.
Hasta ahora hemos hablado de la conversión de aquellos que no creen en nada y se vuelven hacia el ser supremo, sin embargo que hay de aquellos que se dicen, católicos, apostólicos, romanos y demás Marianos y ¡a mucha honra! y cuidado y se atreven a decirles lo contrario porque se ofende; y sin embargo no va a Misa en meses sino en años; que critican sin piedad, que toman alcohol sin medida, que maltratan a su familia, que no permite que nadie les diga nada pues ellos lo saben todo. No tienen idea de lo que dicen.
Todo nosotros debemos de trabajar diariamente por nuestra conversión personal y verdadera a Dios N. S. Pues la conversión sea de manifestar en nuestra forma de ser, lo que decimos, lo que pensamos, lo que hacemos, en nuestras actitudes. Conversión es mucho más que un reacomodo superfluo nuestro comportamiento; afecta en lo más profundo de nuestro ser.
Debemos entender que la conversión es un don de Dios y que debe de estar unida a una gran fe y humildad. Esta debe de ser nuestra oración continua el señor.
Mudamos, mudamos de una casa (nuestra alma) vieja, sucia, llena de vicios, de malos hábitos, de lastres, de soberbia, de comodidad, de egoísmos, hacia una casa limpia, generosa de la entrega, fiel perseverante y sobre todo, llena de un inmenso amor a Dios humilde y confiada limpia, generosa en la entrega, fiel perseverante y sobre todo llena de un inmenso amor a Dios humilde y confiada en Él. Mudanza del corazón.
San Agustín maestro en la escuela del amor y un ejemplo de una verdadera conversión nos dice que el vacío que experimenta el nombre de un corazón no puede llenarse con cualquier cosa y que el centro de gravedad sólo tiene un nombre: Dios
"Nos hiciste señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti"
Fuente: Tiempos de Fe
ESTE DOMINGO 22 ES EL DÍA DE CRISTO REY
Este domingo es el día de Cristo Rey
Jesús, un Reino que los hombres no entendemos, porque lo que tu viniste a enseñar no está en el exterior sino en lo más profundo de nuestro corazón.
Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Ante ti, Señor una vez más. Ante ti, que siempre estás ahí para escucharme para infundir calor a mi corazón muchas veces indiferente y frío. Más frío que estas tardes del ya cercano invierno. Pero hoy quiero que hablemos, no del cercano invierno, sino del cercano día en que vamos a festejar tu Día. Señor, el DÍA DE CRISTO REY.
El Padre Eterno, como tu nos enseñaste a llamarle a Dios, es el Rey del Universo porque todo lo hizo de la nada. Es el Creador de todo lo visible y de lo invisible, pero...¿cómo podía este Dios decírselo a sus criaturas, cómo podría hacer que esto fuese entendido?.... pues simplemente mandando un emisario.
No fue un ángel, no fue un profeta, fuiste tu, su propio HIjo, tu, Jesús.
Como nos dice San Pablo : - "Fue la propia imagen de Dios, mediador entre Este y los hombres y la razón y meta de toda la Creación. Él existe antes que todas las cosas y todas tienen su consistencia en Él. Es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia católica. Es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo". Así se expresa San Pablo de ti, Jesús mío y en esa creencia maravillosa vivimos.
Cuando fuiste interpelado por Pilato diste tu respuesta clara y vertical : - "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos... PERO MI REINO NO ES DE AQUÍ". Entonces Pilato te dijo :-" Luego..Tu eres rey". Y tu Jesús, respondiste : - "Si, tu lo dices, SOY REY. Para esto he nacido yo y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la Verdad, escucha mi voz. (Jn 18,36-37).
Jesús... tu hablabas de un Reino donde no hay oro ni espadas, donde no hay ambiciones de riquezas y poder. Tu Reino es un reino de amor y de paz.
Un Reino que los hombres no entendieron y seguimos sin entender porque lo que tu viniste a enseñar no está en el exterior sino en lo más profundo de nuestro corazón.
Pertenecer a este Reino nos hace libres de la esclavitud del pecado y de las pasiones. Pertenecer a este Reino nos hace súbditos de un Rey que no usa la ley del poder y del mando sino del amor y la misericordia.
Diariamente pedimos "venga a nosotros tu Reino".... y sabemos que en los hombres y mujeres de bien, ya está este Reino, pues el "Reino de Dios ya está con nosotros" (Lc.17, 20-21).
Este domingo 22 de noviembre la Iglesia celebra a "CRISTO REY". A ti, Jesús, que pasaste por la Tierra para decirnos que " Reinar es poder servir y no servirse del poder" Que viniste para ayudar al hombre y bajar hasta él, morir con él y por él, mostrándonos el camino hacia Dios.
¡VENGA TU REINO, SEÑOR!
¡Viva Cristo Rey!
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 14 DE NOVIEMBRE
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 14
La vida está llena de secretos.
Hoy han nacido unos, y otros se despidieron de la vida; unos cerraron sus ojos, y otros los abrieron a la luz.
Hoy han reído y gozado muchos, mientras otros sufrieron a gritos o en silencio; todo está mezclado en este mundo; penas y glorias; guerra y paz.
Pero no todo pasa; no es todo como el ave, que no deja ni el rastro de sus alas en el aire.
Hay algo que no pasa; son las obras que cada uno de nosotros realiza; sean ellas buenas o malas, quedan en nuestro recuerdo, en lo profundo de la conciencia, en la presencia de Dios.
Y de cada una de esas cosas deberemos dar cuentas al Creador, para nuestra vergüenza o para nuestro consuelo.
Dicen que la mortaja no tiene bolsillos; pero es que las obras no nos siguen en la mortaja sino en nuestra conciencia.
“La fe cristiana enseña que la muerte corporal, que entró en la historia a consecuencia del pecado, será vencida cuando el omnipotente y misericordioso Salvador restituya al hombre en la salvación perdida por el pecado” (GS 18). “No busques la muerte viviendo extraviadamente; ni se atraigan la ruina con las obras de sus manos; porque no fue Dios quien ha hecho la muerte, ni se complace en la perdición de los vivientes…” (Sab 1,12-13)
* P. Alfonso Milagro
domingo, 13 de noviembre de 2016
DISFRUTA DE TU HOGAR
Disfruta de tu hogar
La familia que reza unida permanece unida y reproduce el clima de la casa de Nazareth: Jesús está en el centro, se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino. Esa oración alcanza su culmen cuando la familia participa de la Misa del domingo.
Siéntete cómodo en tu casa. Haz que sea y parezca simple. No la recargues de adornos innecesarios. Evita que el televisor haga las veces de «hogar» o chimenea, desplazándolo a un lugar menos visible o poniéndole puertas. Aprende a decorar y reparar las cosas con tus manos. Redescubre el rito de las comidas en familia y sin televisión. No seas esclavo del teléfono y/o celular. Invita a tus amigos a tu casa y hazles sentirse bienvenidos. ¿Por qué no les preparas tú mismo la comida? (Juan Yzuel).
La primera mujer, Eva, salió de la costilla del hombre. No de los pies, para ser pisoteada. No de la cabeza, para ser superior... sino del lado, para ser igual. Debajo del brazo, para ser protegida y al lado del corazón, para ser amada. Que este símbolo ayude a los esposos a cultivar cada día una mejor convivencia, hecha de respeto y tolerancia mutua.
* Enviado por el P. Natalio
LEES HORÓSCOPOS PARA CONOCER EL FUTURO? EL PAPA TIENE UNA ADVERTENCIA PARA TI
¿Lees horóscopos para conocer el futuro? El Papa tiene una advertencia para ti
Por Álvaro de Juana
VATICANO, 13 Nov. 16 / (ACI).- En la Misa que presidió con motivo del Jubileo de las personas socialmente excluídas, el Papa Francisco ofreció una homilía en la que habló de la riqueza que son los pobres, aunque la sociedad no lo valore. Pero también realizó una dura advertencia hacia quienes buscan conocer el futuro y los designios de Dios a través de los horóscopos o predicadores extraños.
Al comentar el Evangelio del día, Francisco recordó las palabras de Jesús “no quedará piedra sobre piedra” y que también habla de que “habrá conflictos, hambre, convulsión en la tierra y en el cielo”. Pero “Jesús no nos quiere asustar, sino advertirnos de que todo lo que vemos pasa inexorablemente. Incluso los reinos más poderosos, los edificios más sagrados y las cosas más estables del mundo, no duran para siempre; tarde o temprano caerán”, dijo.
Es aquí donde advirtió contra los horóscopos y cierto tipo de predicadores: “Ante estas afirmaciones, la gente inmediatamente plantea dos preguntas al Maestro: ‘¿Cuándo va a ser eso? Y ¿cuál será la señal de que todo eso está para suceder?’.
“Siempre nos mueve la curiosidad: se quiere saber cuándo y recibir señales. Pero esta curiosidad a Jesús no le gusta”.
“Por el contrario, él nos insta a no dejarnos engañar por los predicadores apocalípticos. El que sigue a Jesús no hace caso a los profetas de desgracias, a la frivolidad de los horóscopos, a las predicciones que generan temores, distrayendo la atención de lo que sí importa. Entre las muchas voces que se oyen, el Señor nos invita a distinguir lo que viene de Él y lo que viene del falso espíritu”.
“Es importante distinguir la llamada llena de sabiduría que Dios nos dirige cada día del clamor de los que utilizan el nombre de Dios para asustar, alimentar divisiones y temores”, explicó.
Así pues, el Santo Padre invitó como Jesús a “no tener miedo ante las agitaciones de cada época” porque “Él pide que perseveren en el bien y pongan toda su confianza en Dios, que no defrauda”.
Y DÓNDE ESTABA DIOS?
¿Y donde estaba Dios...?
En quienes se levantan por encima del mal que les ha sucedido y muestran que son más grandes que los males que vivieron
Por: Fr. Nelson Medina, OP | Fuente: fraynelson.com
Quien le escribe es un joven de 18 años que sabe muchas cosas traumáticas de la vida y está conociendo acerca del amor de Dios, sólo que en su caminar le nace una interrogante: ¿Dónde esta Dios cuando ocurre una violación o un asesinato? ¿Dónde esta Dios cuando se clama auxilio? ¿Por qué no manda angeles a detener a los abusadores de inocentes? ¿Acaso si se viola a un niño se lo está castigndo por algo que ha hecho?
Perdone la crudeza de la pregunta pero creo que las dudas se resuelven cuando están candentes, le pido por favor me responda y me ayude. Gracias.
Empecemos por la parte más sencilla, de en medio de este conjunto de preguntas tan complicadas: cuando el inocente sufre no sufre "por algo que haya hecho".
La pregunta supone que Dios debería evitar que se cometieran injusticias. Lo que uno puede decir es: ¿en dónde empiezan las injusticias en las que Dios debería intervenir? Si sucede la violación de un niño, o incluso antes de eso: ¡un aborto!, lo que uno piensa es: "Ahí Dios debería haber intervenido" Pero si un empresario paga salarios de hambre a miles de obreros, ¿no debería intervenir Dios también ahí? Si un país invade injustamente a otro país, ¿no sería otro caso que Dios debería impedir? ¿Y no sería también motivo suficiente cuando un hombre casado, de veinte años de matrimonio, sale a su primera "aventura," que en realidad es un adulterio, y que en realidad va a arruinar su vida, al de su esposa y al de sus hijos?
Por el camino de las "intervenciones" uno no llega muy lejos. O mejor dicho: uno llega a que Dios tendría que estar todo el tiempo suprimiendo la libertad que dio al hombre. Sería un Dios en perpetua contradicción consigo mismo.
Lo que Dios hace es muy distinto. Él no quita la libertad que dio pero tampoco renuncia a su propia libertad que es siempre sabia, poderosa y compasiva. Ejerciendo su propia libertad, Dios conduce la historia humana sin negar la obra de nuestra libertad. ¿Cómo? A partir de las consecuencias que puedan tener los actos perversos. Es decir: no todas las personas manejan del mismo modo el "después" de las cosas malas que les suceden. Hay personas, sin duda guiadas por Dios, que aprovechan los traumas de su niñez para hacer respetar los derechos de los niños. Hay personas que han conocido los horrores de la droga y hoy son los mejores terapistas y acompañantes de quienes quieren abandonar ese infierno. Hay personas que, siguiendo el ejemplo de Cristo, y sostenidos, sin duda, por el amor de Cristo, se levantan por encima del mal que les ha sucedido y muestran que son más grandes que las desgracias que los visitaron. ¡Ahí está Dios!
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE 2016
PARA TIEMPOS DIFÍCILES
Los profundos cambios socioculturales que se están produciendo en nuestros días y la crisis religiosa que sacude las raíces del cristianismo en occidente, nos han de urgir más que nunca a buscar en Jesús la luz y la fuerza que necesitamos para leer y vivir estos tiempos de manera lúcida y responsable.
Llamada al realismo
En ningún momento augura Jesús a sus seguidores un camino fácil de éxito y gloria. Al contrario, les da a entender que su larga historia estará llena de dificultades y luchas. Es contrario al espíritu de Jesús cultivar el triunfalismo o alimentar la nostalgia de grandezas. Este camino que a nosotros nos parece extrañamente duro es el más acorde a una Iglesia fiel a su Señor.
No a la ingenuidad
En momentos de crisis, desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación. Estas son las consignas de Jesús. En primer lugar, «que nadie os engañe»: no caer en la ingenuidad de dar crédito a mensajes ajenos al evangelio, ni fuera ni dentro de la Iglesia. Por tanto, «no vayáis tras ellos»: No seguir a quienes nos separan de Jesucristo, único fundamento y origen de nuestra fe.
Centrarnos en lo esencial
Cada generación cristiana tiene sus propios problemas, dificultades y búsquedas. No hemos de perder la calma, sino asumir nuestra propia responsabilidad. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: «Yo os daré palabras y sabiduría»… Incluso en un ambiente hostil de rechazo o desafecto, podemos practicar el evangelio y vivir con sensatez cristiana.
La hora del testimonio
Los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, la nostalgia o el desaliento. No es la hora de la resignación, la pasividad o la dimisión. La idea de Jesús es otra: en tiempos difíciles «tendréis ocasión de dar testimonio». Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de Jesús, de su mensaje y de su proyecto.
Paciencia
Esta es la exhortación de Jesús para momentos duros: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». El término original puede ser traducido indistintamente como «paciencia» o «perseverancia». Entre los cristianos hablamos poco de la paciencia, pero la necesitamos más que nunca. Es el momento de cultivar un estilo de vida cristiana, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevas situaciones y retos sin perder la paz ni la lucidez.
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc 21,5-19
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