sábado, 3 de mayo de 2014

FLORECILLAS A MARÍA: 3 DE MAYO



FLORECILLAS A MARIA
Flor del  3 de mayo: Madre de Dios
Fiesta de nuestra Señora del Valle.

Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.

Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.

LA VIRGEN MARÍA Y LA RESURRECCIÓN DE CRISTO




Autor: San Juan Pablo II | Fuente: Catholic.net
María y la Resurrección de Cristo
María es la única que mantiene viva la llama de la fe, preparándose para acoger el anuncio gozoso de la Resurrección.



Después de que Jesús es colocado en el sepulcro, María es la única que mantiene viva la llama de la fe, preparándose para acoger el anuncio gozoso y sorprendente de la Resurrección 

La espera que vive la Madre del Señor el Sábado santo constituye uno de los momentos más altos de su fe: en la oscuridad que envuelve el universo, ella confía plenamente en el Dios de la vida y, recordando las palabras de su Hijo, espera la realización plena de las promesas divinas. 

Los evangelios refieren varias apariciones del Resucitado, pero no hablan del encuentro de Jesús con su madre. Este silencio no debe llevarnos a concluir que, después de su resurrección, Cristo no se apareció a María; al contrario, nos invita a tratar de descubrir los motivos por los cuales los evangelistas no lo refieren. 

Suponiendo que se trata de una "omisión", se podría atribuir al hecho de que todo lo que es necesario para nuestro conocimiento salvífico se encomendó a la palabra de testigos escogidos por Dios (Hch 10, 41), es decir, a los Apóstoles, los cuales con gran poder (Hch 4, 33) dieron testimonio de la resurrección del Señor Jesús. Antes que a ellos el Resucitado se apareció a algunas mujeres fieles, por su función eclesial: Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán (Mt 28, 10). 

Si los autores del Nuevo Testamento no hablan del encuentro de Jesús resucitado con su madre, tal vez se debe atribuir al hecho de que los que negaban la resurrección del Señor podrían haber considerado ese testimonio demasiado interesado y, por consiguiente, no digno de fe. 

Los evangelios, además, refieren sólo unas cuantas apariciones de Jesús resucitado, y ciertamente no pretenden hacer una crónica completa de todo lo que sucedió durante los cuarenta días después de la Pascua. San Pablo recuerda una aparición "a más de quinientos hermanos a la vez" (1 Co 15, 6). ¿Cómo justificar que un hecho conocido por muchos no sea referido por los evangelistas, a pesar de su carácter excepcional? Es signo evidente de que otras apariciones del Resucitado, aun siendo consideradas hechos reales y notorios, no quedaron recogidas. 

¿Cómo podría la Virgen, presente en la primera comunidad de los discípulos (cf. Hch 1, 14), haber sido excluida del número de los que se encontraron con su divino Hijo resucitado de entre los muertos? 

Más aún, es legítimo pensar que verosímilmente Jesús resucitado se apareció a su madre en primer lugar. La ausencia de María del grupo de las mujeres que al alba se dirigieron al sepulcro (cf. Mc 16, 1; Mt 28, 1), ¿no podría constituir un indicio del hecho de que ella ya se había encontrado con Jesús? Esta deducción quedaría confirmada también por el dato de que las primeras testigos de la resurrección, por voluntad de Jesús, fueron las mujeres, las cuales permanecieron fieles al pie de la cruz y, por tanto, más firmes en la fe. 

En efecto, a una de ellas, María Magdalena, el Resucitado le encomienda el mensaje que debía transmitir a los Apóstoles (cf. Jn 20, 17-18). Tal vez, también este dato permite pensar que Jesús se apareció primero a su madre, pues ella fue la más fiel y en la prueba conservó íntegra su fe. 

Por último, el carácter único y especial de la presencia de la Virgen en el Calvario y su perfecta unión con su Hijo en el sufrimiento de la cruz, parecen postular su participación particularísima en el misterio de la Resurrección. 

Un autor del siglo V, Sedulio, sostiene que Cristo se manifestó en el esplendor de la vida resucitada ante todo a su madre. En efecto, ella, que en la Anunciación fue el camino de su ingreso en el mundo, estaba llamada a difundir la maravillosa noticia de la resurrección, para anunciar su gloriosa venida. Así inundada por la gloria del Resucitado, ella anticipa el "resplandor" de la Iglesia (cf. Sedulio, Carmen pascale, 5, 357-364: CSEL 10, 140 s). 

Por ser imagen y modelo de la Iglesia, que espera al Resucitado y que en el grupo de los discípulos se encuentra con él durante las apariciones pascuales, parece razonable pensar que María mantuvo un contacto personal con su Hijo resucitado, para gozar también ella de la plenitud de la alegría pascual. 

La Virgen santísima, presente en el Calvario durante el Viernes santo (cf. Jn 19, 25) y en el cenáculo en Pentecostés (cf. Hch 1, 14), fue probablemente testigo privilegiada también de la resurrección de Cristo, completando así su participación en todos los momentos esenciales del misterio pascual. María, al acoger a Cristo resucitado, es también signo y anticipación de la humanidad, que espera lograr su plena realización mediante la resurrección de los muertos. 

En el tiempo pascual la comunidad cristiana, dirigiéndose a la Madre del Señor, la invita a alegrarse: "Regina caeli, laetare. Alleluia". "¡Reina del cielo, alégrate. Aleluya!". Así recuerda el gozo de María por la resurrección de Jesús, prolongando en el tiempo el "¡Alégrate!" que le dirigió el ángel en la Anunciación, para que se convirtiera en "causa de alegría" para la humanidad entera. 



Catequesis durante la audiencia general del 3 de abril de 1996 

viernes, 2 de mayo de 2014

ENCOMIENDATE A DIOS


NOVENA EN HONOR A LA VIRGEN DE FÁTIMA: DEL 4 AL 12 DE MAYO


NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
Del  4 al 12 de Mayo 


Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre,
del Hijo,
y del Espíritu Santo,
Amén.


PARA TODOS LOS DÍAS

ORACIÓN PREPARATORIA
Oh Nuestra Señora de Fátima, en mi pobreza, en mi destierro, en mis sinsabores, te contemplo como arco iris de esperanza, de paz y de protección. Sé mi consuelo en la lucha y en los peligros; mi luz en la oscuridad; mi escudo en las batallas contra las pasiones, el mundo y el demonio. Sálvame y salva a todos los pecadores.

Así sea.

ORACIÓN PARA CADA DÍA


PRIMER DÍA

El Ángel de la Paz se aparece a los tres pastorcitos, se postra de rodillas y pegando la frente al suelo les enseña a orar repitiendo tres veces: “OH, Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan ni os aman”. Les asegura que si oran “con humildad, confianza y amor reparador, los Corazones de Jesús y María escucharán sus plegarias”. Desde hoy empiezo a imitar al Ángel y a los tres pastorcitos. Ayúdame, Madre mía.





SEGUNDO DÍA

La segunda vez el Ángel de Portugal (de la patria) se aparece a los tres niños notificándoles que los Corazones de Jesús y María tenían designios de misericordia sobre ellos. “Ofreced, les dice, oraciones y sacrificios en reparación de los pecados y para obtener la conversión de los pecadores. Aceptad con resignación los padecimientos. Así vendrá la paz”. Quiero seguir ese consejo. Ayúdame, OH Madre mía, a ser alma orante y reparadora.





TERCER DÍA

La tercera vez es el Ángel de la Eucaristía. Trae en sus manos un cáliz y una hostia. Dejándolos suspensos en el aire, se arrodilla suplicando así: “OHoh, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente, y os ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presentes en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes que se infieren. Por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y por la intercesión del Corazón Inmaculado de María os pedimos la conversión de los pecadores”. Les da la Comunión. Y se sienten fortalecidos. Así quiero adorar, suplicar y comulgar a menudo.





CUARTO DÍA

Se les aparece por primera vez la Santísima Virgen. Les dice que viene del Cielo; que no teman, y que les va a hacer bien. Quiere que la visiten los días 13 de cada mes. Les pregunta si están dispuestos a sufrir en reparación por las blasfemias e injurias a su Inmaculado Corazón. Contestan los niños que quieren padecer por todas esas intenciones y rezar todos los días el rosario para obtener la paz. OH, Madre mía, yo quiero ser tu hijo fiel. Hago propósito de obedecerte a imitación de los tres pastorcitos. Ayúdame.






QUINTO DÍA

La Santísima Virgen confía a los niños un secreto para bien de ellos, pero no para enriquecerse. Les dice que su Hijo Jesús quiere servirse de Lucía para dar a conocer y amar la devoción a su Inmaculado Corazón rodeado de punzantes espinas, que simbolizaban los agravios de los hombres. Quiero, OH Madre mía, consolarte y desagraviarte. Inspírame.







SEXTO DÍA

En la tercera aparición, la Santísima Virgen les enseña que al ofrecer los sacrificios deben decir así: “OH, Jesús, lo hago por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de las injurias cometidas contra el Inmaculado Corazón de María”. Al retirarse les muestra el infierno. Un mar de fuego. En él negros demonios. Los pecadores eran devorados por las llamas entre gritos y lamentos. La vista de la Blanca Señora les conforta. Les asegura que al fin triunfará su Inmaculado Corazón. Me consagro a Ti y me comprometo a la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados. Dame perseverancia.





SÉPTIMO DÍA

Después de la visión del infierno tomaron más en serio la vida. Jacinta pensaba en la eterna condenación de los que morían sin confesarse. Francisco se acordaba de Jesús Sacramentado, olvidado, ofendido y muy triste. Lucía añoraba el cielo. Los tres intensificaron oraciones, ayunos y toda clase de mortificaciones. Repiten sin cesar la jaculatoria que la misma Blanca Señora les enseñara: “OH, Jesús mío, perdónanos nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”. Así quiero vivir, pensar y orar yo también.





OCTAVO DÍA

Los pastorcitos fueron perseguidos y encarcelados. En la prisión hacen de misioneritos enseñando a los delincuentes a rezar el rosario. Dan ejemplo de resignación. No se apropian las limosnas de los peregrinos. Son para pagar los gastos de la fiesta y para construir la capilla. Muchos van al infierno porque no tienen quien se sacrifique y ruegue por ellos. Como los niños voy a perseverar rezando el rosario todos los días con esas intenciones. Para curar el cuerpo, antes hay que limpiar el alma de pecado. Quiero con tu gracia, Madre Mía, llevar a la práctica esos consejos.






NOVENO DÍA

En la sexta aparición se manifiesta abiertamente: “Soy, dice, la Virgen del Rosario y vengo a exhortar a los fieles que abracen una vida cristiana”. Quiere una capilla en su honor, que se persevere en el rezo cotidiano del rosario. Así se obtendrá la paz. Les dice que el Señor está demasiado ofendido. Prueba la verdad de sus apariciones con el milagro del sol danzando por los espacios. Asombró a los 70 mil peregrinos que contemplaron el espectáculo. OH, Nuestra Señora de Fátima, quiero vivir tu Mensaje Celestial y además practicarlo para merecer tu protección y lograr la ansiada paz mundial.





ORACIÓN FINAL

OH dulcísima Reina del mundo. Madre de Dios y nuestra, que al aparecerte con rostro dolorido a los tres niños pastorcitos, nos has pedido la fiel observancia de los Mandatos divinos, el rezo cotidiano del rosario, la reparación y la consagración a su Inmaculado Corazón, a fin de conseguir la ansiada paz mundial; impulsado por el filial anhelo de contemplarte, acudo a prometerte la leal correspondencia a tus deseos, y a implorar que protejas al Papa, a los obispos y a los sacerdotes, a los religiosos y demás fieles cristianos. Orienta, bondadosa Reina de la Paz, a los gobernantes, convierte a los pecadores y paganos, consuela a los afligidos y perseguidos. Cura, oh Virgen de las fuentes milagrosas, a los enfermos, asiste a los agonizantes y alivia a las almas del Purgatorio. Te ruego, en fin, OH Blanca y Peregrina Señora del Rosario, por todas mis necesidades… (pida cada uno la gracia que desee alcanzar). Yo, confiado en tu omnipotencia suplicante, me abandono en tus amorosos brazos. Recíbeme, como hijo, en tu maternal regazo, y no me desampares en la vida ni en la muerte.

Así sea.


¡Nuestra Señora de Fátima, Salud de los enfermos;
ruega por nosotros!
¡OH dulce Corazón de María, sé la salvación del alma mía


LAS BUENAS PERSONAS



LAS BUENAS PERSONAS

Las personas buenas saben madrugar con el sol, saludan con amor cada amanecer; están alegres, activas y optimistas; hablan poco y con sencillez; no hablan mal de nadie; elogian, estimulan y sirven sin interés, tienen para los demás un buen deseo; no hablan de sí mismos, saben perdonar, no maldicen, no mienten, no engañan, no exageran, ni tergiversan. 

Las personas buenas procuran ser pacientes y humildes; hacen algo por la felicidad de otros, conceden la razón y no disputan; reconocen sus errores y sus limitaciones; no se creen sabios ni poderosos, ni mejores que los demás; no humillan, ni acusan, ni subestiman, ni censuran la moral ajena. 

Las personas buenas son sinceras, leales y agradecidos; no revelan secretos ni propios ni ajenos; no ridiculizan, ni maltratan; saben mirar y sonreír como los niños; no ponen acechanzas ni subyugan, no gritan ni amenazan; saben usar sus manos solo para aliviar, enseñar y bendecir. 

Las personas buenas tienen la capacidad de compartir su vida con los demás. Son gente honesta, tanto en las palabras como en los hechos; son sinceros y compasivos, y siempre se aseguran de que el amor forme parte de todas las cosas que hacen. 

Las personas buenas tienen la capacidad de brindarse a los demás y ayudarlos frente a los cambios que enfrentan en la vida. No temen mostrarse vulnerables; creen en su singularidad y están orgullosos de ser lo que son. 

Las personas buenas se permiten el placer de acercarse a los demás y preocuparse por su felicidad. Han llegado a comprender que es el amor lo que marca toda la diferencia en la vida. 

Las personas buenas no dicen todo lo que saben; aprecian a los demás y cuanto hacen, no son avaros ni envidiosos; actúan con serenidad y con decoro; se adaptan a todo y a todos, no hacen chismes, saben callar y no se meten nunca en vidas ajenas; aman a su cónyuge y son fieles; en la prosperidad no se envanecen, y la desgracia no los abate, porque saben hacer la voluntad del Padre, cualquiera sea la idea o creencia que tengas de Él.

FELICIDAD



FELICIDAD


A ver: Que alce la mano quien quiera ser feliz… ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! … Y ¡yo también! Responden todos los niños de un aula a su profesora. Muy bien pero, dime Juanito: ¿ En qué consiste para ti la felicidad?

Y Aquí desapareció la unanimidad. La felicidad es una de esas palabras comodines que “lo mismo sirve para un roto que para un descosido” Niños y mayores sabemos o intuimos lo que es ser feliz, aunque las palabras sean incapaces de expresarlo con precisión. En estos casos es preferible poner ejemplos, y que cada uno elija lo que mejor le parezca. A continuación exponemos algunos:

Un ciego que recobra la vista es una persona feliz. Lo mismo le sucede a las que se les calma un dolor de cualquier clase o recuperan los movimiento de un miembro. Tener buena salud es condición básica para ser feliz. Es lo que podríamos llamar la felicidad del animal sano, el primer escalón para ser feliz.

La envidia, pesar del bien ajeno, es una máquina creadora de amarguras, de infelicidades. Pedro tiene un amigo con un coche mucho mejor que el suyo, ese amigo dispone de un hermoso chalet con piscina, tiene una mujer preciosa, gana más que él y trabaja menos,…Si además la mujer le echa en cara esas diferencias, su infelicidad puede llegar a límites insospechados. Si a Pedro le tocase la lotería cambiaría de motivos para ser un desgraciado, pero la envidia está dentro de cada uno, es eterna y ya encontraría otras causas para ser infeliz.

En la tele es típica la respuesta de la madre famosa que aparece abrazada a su bebé tras el parto. “Es lo mejor que me ha pasado en esta vida”. “No hay felicidad comparable” Desde luego pocas cosas se pueden comparar a dar vida. Con los años esta felicidad queda ensombrecida por muchas preocupaciones y limitada por la muerte.

También es feliz quien acaba de volver a la vida sano y salvo tras un accidente de avión, coche, naufragio, incendio,…Ha vuelto a nacer, se dice. Festejará este segundo nacimiento, pero pronto volverán las dificultades de cada día .

¿Qué decir del estudiante que aprueba brillantemente sus exámenes, saca las oposiciones a la primera y ve resuelta su vida laboral y económica? Se encuentra orgulloso y feliz igual que les sucede a sus padres. Por supuesto algunos de sus amigos les felicitará calurosamente, pero… poniendo cara de conejo.

Conocemos de sobra el amor de los padres por sus hijos, dispuestos a dar sus vidas por las de ellos, así como el milagro del amor entre marido y mujer o entre novio y novia. A nivel humano da lugar a una felicidad de las más nobles, cuando cada persona siempre piensa “en el bien de la otra”. 

Posiblemente sea el amor, en cualquiera de sus facetas, la causa más noble de sentirse feliz. El sentimiento que embarga a la persona que acaba de salvar a un náufrago, el que acaba de conseguir un puesto de trabajo para un amigo sin dinero y con familia, el que presta ayuda desinteresada a personas desconocidas ante una tragedia, el que arriesga su vida en un incendio,…Podemos asegurar que es un tipo de felicidad de más nobles quilates que los anteriores. Nadie puede ser feliz en este mundo si no ama y es amado. Solo que el amor de este mundo tiene fecha de caducidad, terminando con la vida

A veces hemos contemplado en la tele reportajes sobre los monjes cartujos, sobre las monjas encerradas o sobre la dureza de la vida de los misioneros y sacerdotes. No podemos entender que una vida tan sacrificada engendre una sonrisa apenas esbozada, tan llena de seguridad, contestando con el aplomo que da el poseer la única verdad. Se transparenta en ellos una íntima felicidad y confianza que el mundo no puede dar. En ellos se da en plenitud lo que podemos llamar Caridad, o amor de Caridad. 

“La Caridad no se encuentra más que en el ser humano, es la milagrosa aptitud de amar con desinterés, con un amor no impuesto por la sangre, ni por el instinto, ni por cualquier deseo de apropiación, un amor desprendido que se enriquece con todo lo que da , que no vive para sí mismo sino para el otro”. Sólo comprensible bajo el supuesto de que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, único amor del que procede ese amor sin reservas ni frontera, que no termina jamás y es eternamente renovado por la propia efusión divina. ¡Que difícil es ser feliz cuando el amor no está anclado en Cristo! Los religiosos han elegido este amor eterno, por eso puede que sean, a pesar de las apariencias, las personas más felices de este mundo

LOS JUICIOS HUMANOS

LOS JUICIOS HUMANOS


Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años que tenían un burro. Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. 

Así, al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba: "¡Mira ese chico mal educado!. Él arriba del burro y los pobres padres, ya grandes, llevándolo de las riendas!".

Entonces, la mujer le dijo a su esposo: "No permitamos que la gente hable mal del niño." El esposo lo bajó y se subió él.

Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: "¡Mira qué sinvergüenza es ese tipo!. Deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima!".

Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas.

Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba: "¡Pobre hombre!. Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro!. ¿Y el pobre hijo?. ¡Qué le espera con esa madre!".

Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje.

Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los habitantes decían: 
"¡Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!".

Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro. Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes: "¡Mira a esos tres idiotas: caminan, cuando
tienen un burro que podría llevarlos!"

Moraleja:
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres alguien a quien le conformen tus actitudes. Entonces: ¡Vive como creas!, haz lo que te parezca correcto a ti, lo que te dicte tu conciencia y tu corazón.

ORACIÓN DE SANACIÓN


ORACIÓN DE SANACIÓN:

Padre Santo, en el Nombre de Jesucristo y con la intercesión de la Santísima Virgen María, de los santos ángeles, de los santos, de la Madre María de San José te presentamos a los enfermos en el alma, en la mente, en el cuerpo y en el espíritu y te pedimos para todos ellos y también para nosotros que nos sanes. Todo lo pedimos de acuerdo a tu Santa Voluntad Padre Santo, en el Nombre de Jesús, por los meritos de su Divina Infancia, por su Sangre Preciosa, por sus santas llagas, por su Resurrección que todo sea para tu gloria. Creemos en tu poder y te pedimos, oh buen Jesús que la fuerza del Espíritu Santo sea liberada ahora y que todos seamos curados. 

En el Nombre de Jesús y con la intercesión de María, Rosa Mística, de los santos ángeles, de los santos y benditas animas del purgatorio, te pedimos Padre Santo que nos sanes de toda herida profunda en nuestros corazones, de todo resentimiento y rechazo, de toda carencia de amor, de depresión y de soledad, sánanos de toda carencia afectiva. Sánanos de toda frustración, fracaso, complejo y trauma, de odios, de divisiones, de envidia, de hipocresía, de ira, rabia, (especialmente de...). Llena Señor en nosotros cualquier vacío que pudiera existir con tu presencia santa y danos tu llenura. Danos tu libertad y tu amor. Danos tu paz. 

En el Nombre de Jesús y con la intercesión de nuestra Madre Celestial María, Madre de la Iglesia, de los santos ángeles y santos del cielo, te pedimos Padre Santo que nos sanes de cualquier vicio que pudiéramos tener (especialmente de...), sánanos de todo miedo, temor, nerviosismo, angustia, ansiedad, e inseguridad, del orgullo y de toda soberbia. Sánanos de depresión, psicosis, obsesiones, de toda inestabilidad emocional y mental, decepción, desengaño, amargura, de rebeldía, de toda idolatría y superstición, de toda enfermedad mental, y de cualquier falta de perdón. 

En el Nombre de Jesús y con la intercesión de la Santísima Virgen María, de los santos ángeles, de los santos y benditas animas del purgatorio, Padre Santo te pedimos que nos liberes de toda atadura genética de cosa proveniente de nuestros antepasados. En el nombre de Jesucristo te pedimos que cortes Padre Santo en este momento cualquier atadura de pecado transmitida por nuestros antepasados, así como cualquier maldición heredada. 

En el Nombre de Jesús y con la intercesión de la Sma. Virgen María, de los santos ángeles, de los santos y benditas animas del purgatorio, te pedimos Padre Santo que nos sanes físicamente de toda enfermedad conocida o desconocida, de toda enfermedad curable o incurable. Sánanos especialmente de cáncer, de toda enfermedad glandular, de obesidad, anorexia, asma, artritis, artrosis, hígado, páncreas, vesícula, vaso, enfermedades circulatorias, de la sangre, de la presión arterial, de enfermedades en la piel, de alergias, de enfermedades respiratorias, de enfermedades estomacales, de nervios, de ansiedad, de stress, de anemia, de sida, 

(especialmente de...). 

Gracias Padre Santo por escuchar nuestras plegarias, sabemos que tu estas actuando con tu poder y que todo lo puedes. Señor en ti confiamos y en ti esperamos. Te damos gracias por todo lo que has hecho, por lo que estas haciendo y por lo que seguirás haciendo en nuestras vidas. 

Amén.

FLORECILLAS A MARÍA: 2 DE MAYO


FLORECILLAS A MARIA
Flor del  2 de mayo : Lirio Perfecto de Dios

Meditación: “Hágase en mi según Tu Palabra”. “El que haga la Voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marcos 3,35). María cumplió como nadie la Voluntad de Dios. Esto vale más que todos los demás dones suyos, sean cualidades humanas o gracias espirituales. Del mismo modo, por cumplir la Voluntad del Padre, Jesús sufre Su Pasión y Muerte, alcanzándonos la Redención. 

Oración: ¡Oh María, Preciosísima, Cáliz de Amor!. Te ofrecemos nuestro corazón para que lo guardes junto a vos, uniéndolo al de tu Hijo Dios, como entrega de amor. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Prontitud y alegría para el trabajo, empezando por levantarme sin pereza y agradeciendo a Dios por un nuevo día.

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 2 DE MAYO DEL 2014

Autor: Héctor Vargas | Fuente: Catholic.net
Multiplicación de los panes y peces
Juan 6, 1-15. Pascua. ¡Confiad en Jesucristo! como aquel muchacho de la multiplicación de los panes y los peces.
 
Multiplicación de los panes y peces
Del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15

Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: « ¿Donde vamos a comprar panes para que coman éstos?» Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco». Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?» Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente». Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos 5.000. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda». Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.

Oración introductoria

Jesús, me acerco en este día a escucharte con el corazón abierto. Tú sabes cuáles son mis ilusiones, mis sueños, mis deseos y sabes que, aunque aquí estoy en tu presencia, tengo la mente en las preocupaciones de mi vida ordinaria. Pero vengo a darte un poco de mi tiempo, como la gente que te seguía en la ribera del mar de Galilea, y lo hago con mucho amor y generosidad. Confío además en tu providencia amorosa que nunca me abandona pues sabes perfectamente lo que necesito en cada instante.

Petición

Señor, que comprenda que tu providencia nunca me abandona. Ayúdame a ser generoso contigo.

Meditación del Papa Francisco

Invito a todos a reflexionar sobre el problema de la pérdida y del desperdicio del alimento a fin de identificar vías y modos que, afrontando seriamente tal problemática, sean vehículo de solidaridad y de compartición con los más necesitados.
Hace pocos días, en la fiesta de Corpus Christi, leímos el relato del milagro de los panes: Jesús da de comer a la multitud con cinco panes y dos peces. Y la conclusión del pasaje es importante: "Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos". Jesús pide a los discípulos que nada se pierda: ¡nada de descartar! Y está este hecho de los doce cestos: ¿por qué doce? ¿Qué significa? Doce es el número de las tribus de Israel; representa simbólicamente a todo el pueblo. Y esto nos dice que cuando el alimento se comparte de modo equitativo, con solidaridad, nadie carece de lo necesario, cada comunidad puede ir al encuentro de las necesidades de los más pobres. Ecología humana y ecología medioambiental caminan juntas.
Así que desearía que todos asumiéramos el grave compromiso de respetar y custodiar la creación, de estar atentos a cada persona, de contrarrestar la cultura del desperdicio y del descarte, para promover una cultura de la solidaridad y del encuentro. Gracias. (S.S. Francisco, 5 de junio de 2013).

Reflexión 

Cristo es una persona exigente. Exigente consigo mismo pues nos quiere dar siempre lo mejor. Él busca la manera de hacerse presente en nuestras vidas y siempre encuentra la manera de hacerlo. Sin embargo en su manera de actuar le gusta verse ayudado de las circunstancias pero especialmente de las personas. Quiso usar los cinco panes y dos peces de aquel pobre muchacho para dar de comer a una multitud. El pequeño sacrificio de ese muchacho, de desprenderse de lo poco que tenía, fue suficiente para que Cristo hiciera un milagro de grandes dimensiones. Él nos pide poco para hacer mucho pero quiere ese poco.

Propósito

Me esforzaré en hacer un sacrificio de generosidad en el uso de mi tiempo en beneficio de mi prójimo.

Diálogo con Cristo

Señor, gracias por ser tan generoso conmigo. Me pides 1 y me das 100. Quiero aprender de ti. Quiero yo también ser una persona generosa, generosa especialmente contigo, sabiendo que esta generosidad se reflejará forzosamente en generosidad para con mis hermanos.


Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oraciónSan Pío de Pietralcina



  • Preguntas o comentarios al autor
  • Héctor Vargas 

    EN LAS TORMENTAS DE LA VIDA


    jueves, 1 de mayo de 2014

    PRIMER VIERNES DE MES DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: 4 DE MAYO DEL 2014



    PRIMER VIERNES DE MAYO
    DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
    Viernes 2 de Mayo del 2014

    BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús a su discípula Margarita María de Alacoque: "Si me amas, recibe, hija mía, la Cruz que te mando; llévala en tu corazón, viviendo crucificada a todo; abrázate con ella, porque  Yo la amo, y Yo, que te amo también a ti, te la he obsequiado como prueba, la más segura; del amor infinito que te profesa mi Sagrado Corazón... Recuerda que el lecho de mis esposas más queridas es la Cruz, de la cual hice mis delicias por tu amor".




    ORACIÓN
    Aspiraciones al Sagrado Corazón de Jesús

    Salve, Corazón de Jesús; sálvame.
    Salve, Corazón de mi Creador; perfeccióname.
    Salve, Corazón de mi Juez; perdóname.
    Salve, Corazón de mi Salvador; rescátame.
    Salve, Corazón de mi Padre; gobiérname.
    Salve, Corazón de mi Esposo; ámame.
    Salve, Corazón de mi Maestro; enséñame.
    Salve, Corazón de mi Rey; coróname.
    Salve, Corazón de mi Bienhechor; enriquéceme.
    Salve, Corazón de mi Pastor; guárdame.
    Salve, Corazón de mi Hermano; acompáñame.
    Salve, Corazón todo caridad; abrásame.

    ¡Oh Jesús, mi soberano bien!, yo te amo, no por el galardón prometido, sino puramente por amor de Ti; yo te amo sobre todo cuanto hay de amable, y más que a mi mismo. A la faz del cielo y de la tierra protesto que, aunque para vivir amándote tenga que ser perseguido y deba arrastrar la muerte, ayudado por tu gracia repetiré siempre con San Pablo: no hay criatura alguna que sea capaz de apartarme de la caridad del Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, a quien amo y quiero amar eternamente. Así sea.

    (De Santa Margarita María de Alacoque)




    QUINTA PROMESA:
    "Bendeciré con superabundancia de gracias todas sus empresas".

    (Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)

    (Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)



    LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    V: Señor, ten piedad de nosotros.
    R: Señor, ten piedad de nosotros.
    V: Cristo, ten piedad de nosotros.
    R: Cristo, ten piedad de nosotros.
    V: Señor, ten piedad de nosotros.
    R: Señor, ten piedad de nosotros.
    V: Cristo, óyenos.
    R: Cristo, óyenos.
    V: Cristo, escúchanos.
    R: Cristo, escúchanos.

    V: Dios, Padre celestial,
    R: ten piedad de nosotros.
    V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
    R: ten piedad de nosotros.
    V: Dios Espíritu Santo,
    R: ten piedad de nosotros.
    V: Trinidad Santa, un solo Dios,

    R: ten piedad de nosotros.

    V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
    R: Ten piedad de nosotros.
    V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
    seno de la Virgen María, R/.
    Corazón de Jesús, unido substancialmente al
    Verbo de Dios, R/.
    Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
    Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
    Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
    Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
    Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
    Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
    Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
    Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
    Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
    Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
    Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
    Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
    de la sabiduría y la ciencia, R/.
    Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
    de la divinidad, R/.
    Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
    complacencias, R/.
    Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
    Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
    Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
    Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
    Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
    Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
    Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
    Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
    Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
    Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
    Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
    Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
    Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
    Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
    y esperan, R/.
    Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

    V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
    R: perdónanos, Señor.

    V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
    R: óyenos, Señor.
    V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
    R: ten piedad y misericordia de nosotros.
    V: Jesús, manso y humilde de corazón,
    R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
    V: Sagrado Corazón de Jesús,
    R: en Vos confío.

    V: Sagrado Corazón de María,
    R: salvad el alma mía.

    V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
    R: salvad almas y salvad el alma mía.



    UNA PALABRA DE MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE A SUS HERMANOS ASOCIADOS: "Cuando te encuentres en un abismo de sequedad espiritual y de impotencia par amar..., cuando te halles en un abismo de pobreza en virtud y de gran debilidad..., cuando te sientas en un abismo de orgullo y de amor propio, entra entonces en el Sagrado Corazón  y pierdete en ese abismo de caridad, de riqueza inagotable y de humildad profunda."

    Un PadreNuestro y AveMaría por los agonizantes y pecadores.

    ACTO DE CONSAGRACIÓN
    SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

    Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

    Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

    Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén





    Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

    Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

    San José, Ruega por nosotros.

    Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

    SAN JOSÉ, HOMBRE DE TRABAJO


    Autor: SSJuan Pablo II | Fuente: Catholic.net
    San José, hombre de trabajo
    Fiesta de San José Obrero. Todos los trabajadores están invitados hoy a mirar el ejemplo de este "hombre justo".
     


    San José, hombre de trabajo
    "Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor... Servid a Cristo Señor" ( Col 3, 23 s.).


    ¿Cómo no ver en estas palabras de la liturgia de hoy el programa y la síntesis de toda la existencia de San José, cuyo testimonio de generosa dedicación al trabajo propone la Iglesia a nuestra reflexión en este primer día de mayo? San José, "hombre justo", pasó gran parte de su vida trabajando junto al banco de carpintero, en un humilde pueblo de Palestina. Una existencia aparentemente igual que la de muchos otros hombres de su tiempo, comprometidos, como él, en el mismo duro trabajo. Y, sin embargo, una existencia tan singular y digna de admiración, que llevó a la Iglesia a proponerla como modelo ejemplar para todos los trabajadores del mundo.

    ¿Cuál es la razón de esta distinción? No resulta difícil reconocerla. Está en la orientación a Cristo, que sostuvo toda la fatiga de San José. La presencia en la casa de Nazaret del Verbo Encarnado, Hijo de Dios e Hijo de su esposa María, ofrecía a José el cotidiano por qué de volver a inclinarse sobre el banco de trabajo, a fin de sacar de su fatiga el sustento necesario para la familia. Realmente "todo lo que hizo", José lo hizo "para el Señor", y lo hizo "de corazón".

    Todos los trabajadores están invitados hoy a mirar el ejemplo de este "hombre justo". La experiencia singular de San José se refleja, de algún modo, en la vida de cada uno de ellos. Efectivamente, por muy diverso que sea el trabajo a que se dedican, su actividad tiende siempre a satisfacer alguna necesidad humana, está orientada a servir al hombre. Por otra parte, el creyente sabe bien que Cristo ha querido ocultarse en todo ser humano, afirmando explícitamente que "todo lo que se hace por un hermano, incluso pequeño, es como si se le hiciese a Él mismo" (cf. Mt 25, 40). Por lo tanto, en todo trabajo es posible servir a Cristo, cumpliendo la recomendación de San Pablo e imitando el ejemplo de San José, custodio y servidor del Hijo de Dios.

    Al dirigir hoy, primer día de mayo, un saludo cordialísimo a todos vosotros, (...), mi pensamiento va con todo afecto especialmente a los trabajadores presentes y, mediante ellos, a todos los trabajadores del mundo, exhortándoles a tomar renovada conciencia de la dignidad que les es propia: con su fatiga sirven a los hermanos: sirven al hombre y, en el hombre, a Cristo. Que San José les ayude a ver el trabajo en esta perspectiva, para valorar toda su nobleza y para que nunca les falten motivaciones fuertes a las que pueden recurrir en los momentos difíciles. 
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