martes, 15 de abril de 2014

PRIMERAS ESTAMPAS DE JUAN PABLO II Y JUAN XXIII CON LA AUREOLA


Vaticano: primeras estampas
 de Juan Pablo II y Juan XXIII con la aureola.

Puestas a disposición en la Sala de Prensa de la Santa Sede, con una oración compuesta por el card. Angelo Comastri


En la inminencia de la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, en la Sala de Prensa de la Santa Sede fueron puestas a disposición del público dos estampitas, de ambos pontífices, con la aureola de santos. La aureola está permitida solamente a quienes son canonizados y en la inminencia de la ceremonia del 27 de abril, las imprentas ya están imprimiendo.


Ambas tienen una oración. La de Juan XXIII dice: “Tu persona simple y tranquila perfumaba de Dios y encendía en el corazón el deseo de la bondad”... Y concluye: “Reza por nosotros para que no nos limitemos a llorar la oscuridad sino que encendamos la luz, llevando a todas partes Cristo y rezando siempre a María. Amén

La de Juan Pablo II inicia: “Oh san Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición y bendice a la Iglesia, que tu has servido y guiado, empujándola con coraje en las vías del mundo para llevar a Jesús a todos, y todos a Jesús...”

Y concluye “Oh san Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos al lado de María, enciende en todos nosotros la bendición de Dios. Amén”.

Las estampas tienen al pié la indicación: “Card. Angelo Comastri, Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano.



Ciudad del Vaticano, 15 de abril de 2014 (Zenit.org) H. Sergio Mora 

lunes, 14 de abril de 2014

IMÁGENES DE SEMANA SANTA









REFLEXIÓN Y IMÁGENES DEL LUNES SANTO





¿POR QUÉ NOS SANTIGUAMOS?

Autor: Padre Oscar Pezzarini | Fuente: www.feliceslosninos.org
¿Por qué nos santiguamos?
Realizar el gesto de la señal de la cruz no es suficiente si no va acompañado de otros gestos que tiene que ver con nuestra condición de creyentes
 
¿Por qué nos santiguamos?
¿Por qué nos santiguamos?
Es común ver a mucha gente realizar lo que llamamos "santiguarse", es decir hacer la señal de la cruz, que es la señal del cristiano, es decir de aquel que cree en Jesús y en lo que Él nos ha revelado.

Esta señal la hacemos cada vez que comenzamos una Oración, quizás al comienzo y al final del día, pero también vemos que muchos la realizan ante determinados momentos importantes que están por vivir, o antes de comenzar alguna actividad. Ahora, pregunto: ¿Saben realmente lo que están haciendo, saben lo que significa?

El realizar esta acción no es otra cosa que invocar a Dios en su realidad, tal como nos la ha revelado Jesús y que además constituye el gran "misterio de nuestra fe" y lo que nos identifica.

¿Al realizar la señal de la cruz, sabemos y somos conscientes de que con este signo de la cruz sobre nuestro cuerpo, manifestamos nuestra fe en la obra redentora de Jesús?

¿Al realizar la señal de la cruz, sabemos que este acto de fe en la Santísima Trinidad nos compromete no sólo a creer en ella, sino a tratar de vivir de acuerdo con su voluntad?

¿Todos los que realizamos la señal de la cruz sobre nuestra persona, estamos de acuerdo en el compromiso que significa el creer en Dios y en su realidad más íntima y profunda, y que por lo tanto eso nos compromete de una manera especial en nuestra vida?

La señal de la cruz es la señal del cristiano, por lo tanto, al hacerla estamos identificándonos con Cristo, con su vida, sus palabras y sus enseñanzas, y debemos tratar de vivir de acuerdo con ello. ¿Somos conscientes de eso?

Me pregunto si muchas veces quienes nos proclamamos cristianos no estamos realizando gestos (como el de la señal de la cruz) por una simple costumbre, a veces con una gran mezcla de "superstición", quizás creyendo que la "protección" del Señor es casi como algo "mágico" que nos vendrá sólo por un simple gesto que podamos realizar, y nos olvidamos que nuestro seguimiento de Jesús implica un compromiso de toda nuestra vida y que por lo tanto nuestros actos deben reflejar esa fe que tenemos siguiendo el camino que Él nos ha señalado.

El realizar el gesto de la señal de la cruz, sin dudas que no es suficiente si no va acompañado de otros gestos que tiene que ver con nuestra condición de creyentes. Gestos de acercamiento al que sufre, gestos de amor con quien está necesitado, gestos que signifique respeto a la vida de los demás, ya que Jesús nos enseñó que para ser sus discípulos y que así los demás puedan identificarnos como seguidores suyos, debemos "amarnos los unos a los otros", y no quedarnos "simplemente tranquilos" porque realizamos determinados gestos, pero que sin el compromiso con los demás, quedarán vacíos.

EL SOL Y EL VIENTO



EL SOL Y EL VIENTO


El sol y el viento discutían sobre cuál de dos era más fuerte. 
La discusión fue larga, porque ninguno de los dos quería ceder. 
Viendo que por el camino avanzaba un hombre, acordaron en probar sus fuerzas desarrollándolas contra él. 
-Vas a ver - dijo el viento - como con sólo echarme sobre ese hombre, desgarro sus vestiduras. 
Y comenzó a soplar cuanto podía. Pero cuanto más esfuerzos hacían, el hombre más oprimía su capa, gruñendo contra el viento, y seguía caminando. 
El viento encolerizado, descargó lluvia y nieve, pero el hombre no se detuvo y más cerraba su capa. Comprendió el viento que no era posible arrancarle la capa. 
Sonrió el Sol mostrándose entre dos nubes, recalentó la tierra y el pobre hombre, que se regocijaba con aquel dulce calor, se quitó la capa y se la puso sobre el hombro. 
-Ya ves - le dijo el Sol al Viento - como con la bondad se consigue más que con la violencia.

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Los seres humanos deberíamos pensar profundamente acerca de nuestras acciones. 
Utilizamos la violencia, la ironía, la agresividad, la sorna y la burla para tratar de lograr nuestros objetivos. Pero no nos damos cuenta de que, la mayoría de las veces, con esos métodos, son más difíciles de alcanzarlos. Siempre una sonrisa puede lograr mucho más que el más fuerte de los gritos. Y basta con ponerse por un momento en el lugar de los demás para comprobarlo. ¿Preferimos una sonrisa o un insulto?... ¿Preferimos una caricia  o una bofetada?... ¿Preferimos una palabra tierna o una sonrisa irónica?... Pensemos que los demás seguramente prefieren lo mismo que nosotros... Entonces tratemos a nuestros semejantes de la misma manera en la que nos gustaría ser tratados... Así veremos que todo será mejor... Que el mundo será mejor... Que la vida será mejor...


  Reflexión: Graciela Heger A.

LA SEMANA SANTA EN IMÁGENES PARA NIÑOS Y PARA COLOREAR



RESERVA TIEMPO


RESERVA TIEMPO

Reserva tiempo para REÍR,  es ésta la música del alma.
Reserva tiempo para LEER, es ésta la base de la sabiduría.
Reserva tiempo para PENSAR, es ésta la fuente del poder.
Reserva tiempo para TRABAJAR, es éste el precio del éxito.
Reserva tiempo para DIVERTIRTE, es éste el secreto de la juventud eterna.
Reserva tiempo para SER AMIGO, es éste el camino de la felicidad.
Reserva tiempo para SOÑAR, es éste el medio de encontrar tus objetivos.
Reserva tiempo para AMAR Y SER AMADO, es éste el privilegio de los hijos de Dios.
Reserva tiempo para SER ÚTIL A LOS OTROS, esta vida es demasiado corta para que seamos egoístas.
Nosotros no perdemos tiempo en la vida; lo que se pierde es la vida, al perder el tiempo. 

LA BENDICIÓN DE JESÚS


EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 14 DE ABRIL DEL 2014

Autor: P. Juan Jesús Riveros | Fuente: Catholic.net
La unción en Betania
Juan 12, 1-11. Lunes Santo. Aunque yo cayera, Su amor no disminuiría, incluso me amaría más.
 
La unción en Betania
Del santo Evangelio según san Juan 12, 1-11


Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?» Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis». Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.

Oración introductoria

Dame, Señor, la sabiduría y fuerza de voluntad para saber dedicar el mejor tiempo de este día a la oración. Sé que vendrás a mi encuentro para transformarme. ¡Gracias por tu bondad y misericordia!

Petición

Señor, que no me ciegue como Judas. Tú eres lo mejor de mi vida, dame un corazón abierto a tu gracia y un alma generosa que sepa corresponder a tu infinito amor.

Meditación del Papa Francisco

Si de verdad queremos seguir a Jesús, debemos vivir la vida como un don para dar a los demás, no como un tesoro que se debe preservar. Jesús nos dice hoy una palabra dura: "Nadie tiene un amor más fuerte que el que da su vida". Pero la liturgia de hoy, añadió, también nos muestra a otra persona: Judas, que tenía en sí la actitud opuesta. Y esto porque Judas nunca se dio cuenta de lo que es un don. Pensamos en aquel momento de la Magdalena, que lava los pies de Jesús con el nardo, tan caro: es un momento religioso, un momento de gratitud, un momento de amor. Y él se aísla y hace una dura crítica: "¡Pero esto podría ser utilizado para los pobres!". Esta es la primera referencia que he encontrado, en el evangelio, de la pobreza como ideología. El ideólogo no sabe qué es el amor, porque no sabe entregarse. Judas estaba aislado, en su soledad y esta actitud de egoísmo ha crecido hasta la traición de Jesús... (Cf. S.S. Francisco, 14 de mayo de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta). 

Reflexión

Jesús se encuentra con sus amigos. Yo soy su amigo. Sale a mi encuentro.
Es Él quien va a Betania y quien viene a tocar a mi puerta. Desea sentarse a mi mesa, partir el pan conmigo, hablar conmigo.

Toca a la puerta de mi corazón para iluminarlo y consolarlo: "Sólo Él tiene palabras de vida eterna" No sólo está a mi lado: me lleva en sus brazos para que las asperezas, las piedras y el barro no me salpiquen y no me hagan tropezar y caer, si yo quiero.

Y, aunque cayera, su amor no disminuiría, incluso me amaría más. Limpiaría mis heridas y manchas del camino. Él sería una María de Betania para con nosotros, nos perfumaría los pies y la cabeza. ¿No deberíamos nosotros hacer lo mismo?

Ponernos a sus pies y llorar. Llorar por la tristeza de ofenderle y llorar por la alegría de su perdón. Las lágrimas son la mejor oración que podemos elevar a Dios. Y, también, perfumar sus pies; que el perfume de nuestras buenas obras y el ungüento de nuestro perdón sean dignos de un Dios tan misericordioso. Como Él perdona, así perdonar a quienes nos ofenden.

No nos fijemos en el "derroche" de este caro perfume. Es un perfume que nunca se acaba si es a Cristo a quien lo ofrecemos. Obrando así prepararemos la sepultura del Señor, su resurrección y su permanencia entre nosotros.

Propósito

Si hoy tengo un pensamiento negativo sobre una persona, orar y buscar una cualidad de ella para alabarle.

Diálogo con Cristo

Jesús, esta Semana Santa es una excelente oportunidad para dedicar más tiempo a fijarme en los demás, como ha propuesto el Papa. Dame tu luz para emprender una labor de fermento en mi propia familia, en mi propio ambiente, para vivir un cristianismo más dinámico, más apasionado, que no mida el esfuerzo o sacrificio. Dame la generosidad de María, que supo escoger siempre la mejor parte. 

domingo, 13 de abril de 2014

JUAN PABLO II SERÁ PATRONO DE LAS JMJ



El Papa en el ángelus: 
' Juan Pablo II será patrono de las JMJ'

Delante de una plaza de San Pedro con unos 70 mil fieles, el papa Francisco al concluir hoy la ceremonia del Domingo de Ramos rezó el ángelus.


“Al concluir esta celebración dirijo un saludo especial a los 250 delegados --obispos, sacerdotes, religiosos y laicos-- que han participado a las Jornadas Mundiales de la Juventud organizadas por el Pontificio Consejo para los Laicos. Inicia así el camino de preparación al próximo encuentro mundial que se realizará en julio de 2016 en Cracovia y que tendrá por tema «Beatos los misericordiosos porque encontrarán misericordia»” dijo.

Y el Papa adelantó lo que iba a suceder en breve: “De aquí a poco jóvenes brasileños entregarán a jóvenes polacos, la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. La entrega de la cruz a los jóvenes fue realizada hace treinta años por el beato Juan Pablo II: él les pidió que la lleven por todo el mundo como signo del amor de Cristo por la humanidad”.

Y prosiguió: “El próximo 27 de abril tendremos todos la alegría de celebrar la canonización de este Papa, junto con Juan XXIII. Juan Pablo II que fue el iniciador de las Jornadas Mundiales de la Juventud se volverá su gran patrono, y en la comunión de los santos seguirá siendo para los jóvenes del mundo un padre y un amigo”.

“Pidamos al Señor --rezó el Santo Padre-- que la cruz, junto a la imagen de María Salus Populi Romani sea un signo de esperanza para todos, revelando al mundo el amor invencible de Cristo".

A este punto un grupo de jóvenes brasileños le entregó la cruz de dimensión grande a sus pares polacos.

“Saludo a todos los romanos y a los peregrinos” prosiguió el papa Francisco y añadió: “Saludo en particular a las delegaciones de Río de Janeiro y de Cracovia, guiadas por sus arzobispos: el cardenal Orani Joao Tempesta y Stanislaw Dziwisz. En este contexto tengo la alegría de anunciar que si Dios quiere, el próximo15 de agosto en Daejeon, en la República de Corea, encontraré a los jóvenes asiáticos en su su gran concentración continental”.

Y concluyó sus palabras indicando: “Y ahora nos dirigimos a la Virgen Madre para que nos ayude a seguir siempre a Jesús, con fe y con amor”.

DIOS ES AMOR



Dios es Amor

Los momentos que pasas con Dios en oración ofrecen una bendición edificante, 
pues te dan la oportunidad de descansar 
mental y corporalmente, renovar tu espíritu y sentir cómo el amor de Dios lo rodea todo.

Al tomar un momento ahora para orar, 
recuerda que Dios es amor y que estás unido a este amor ahora y para siempre. 
Ora ahora con mente y corazón en armonía con Dios:

Dios, aquieto mis pensamientos 
y mi alma recibe Tu abrazo divino. 
Tu amor incondicional me satisface.

Tú, Dios, eres mi paz, 
y al acudir a Ti en este momento sagrado de oración, mi corazón recibe paz. 
Centro mis pensamientos sólo en Ti 
y permito que mi mente se tranquilice... 
que mi cuerpo se relaje...

Querido Dios, 
Tu presencia me llena y Tu amor me rodea. 
Te entrego mi vida con fe 
en Tu amorosa presencia en mí.
Descanso en la conciencia tranquila de Tu amor, confiando en que todo está bien... Viviendo en la luz del amor de Dios, 
descubro nuevos discernimientos.

Tú, Dios, 
eres una fuente ilimitada de amor en mí. 
Mantengo esta verdad en mi corazón 
al acudir a Ti por guía. 
Vivo en la luz de Tu sabiduría amorosa, 
querido Dios, y sé que Tu luz 
me guía en el camino correcto. 
Al escoger el sendero que es bueno para mí, tengo la seguridad de que mi sendero es claro.

Estoy receptivo en mente y corazón 
a Tu sabiduría, Tu perspectiva, 
Tu luz interminable. 
Consciente de que Tú me revelas 
lo que necesito saber 
en momentos tranquilos de oración,
me calmo y Te entrego amorosamente 
cualquier preocupación.

Siento paz y calma, 
soy un canal abierto de Tu sabiduría guiadora y poder interminable.

Descanso ahora consciente de Tu amor y guía,
hago una pausa para orar tranquilamente...

La sanadora presencia de Dios 
vierte vitalidad en cada célula de mi cuerpo.

Dios, yo sé que Tu amor obra en toda creación 
e infunde vida y energía. 
Como Tu creación divina, 
siento vida nueva por medio de Tu presencia 
revitalizadora y sanadora.

Respiro profundamente 
y dirijo mis pensamientos a Ti. 
Rodeado de Tu amor, tengo confianza 
en que sentiré y disfrutaré de la salud 
y la perfección que son mías.

En este momento valioso de oración, 
me calmo y me vuelvo más consciente 
de Tu presencia sanadora que manifiesta mayor energía y fortaleza.
Sé, en el fondo de mi alma, que me amas y me cuidas, Dios,  y que la curación se está llevando a cabo. 
Tu presencia amorosa sana y transforma 
cada parte de mi cuerpo templo, 
cada átomo, célula y órgano.

Al descansar consciente de Tu amorosa presencia, querido Dios, 
doy gracias por la actividad sanadora 
que se lleva a cabo en mí ahora...

Abro mi corazón a Dios 
y a una abundancia de experiencias que me prosperan.

Al centrar mis pensamientos en prosperidad, tengo confianza en que Tu amor todo proveedor está conmigo, querido Dios.
Tú provees de muchas maneras y bendices mi vida con bien.

Consciente de Tu amor, Dios, dejo ir cualquier preocupacióny Te entrego los buenos deseos de mi corazón.
Siento la seguridad de que me encuentro 
bajo Tu cuidado constante. 
Siento paz... tranquilidad... y confianza.

Mientras respiro profundamente,
estoy consciente de Tu gloria en la abundancia que me rodea. 
La belleza de mi mundo, la gloria de Tu bondad me recuerda que como Tu hijo amado, soy heredero de provisión interminable. 
Gracias, Dios, por rodearme de Tu amor.

Confiando en Tu amor próspero, 
hago una pausa ahora en tranquila oración...

Éste ha sido un momento sagrado de oración, un momento valioso de descanso y renovación.
Antes de regresar a las actividades del día, 
respira profundamente una vez más y afirma: 
Dios es amor...

Puede alentarte saber que el amor de Dios está contigo en cada experiencia de tu vida.En armonía con este amor, 
ora la "Oración de Protección":

La luz de Dios me rodea;
el amor de Dios me envuelve;
el poder de Dios me protege;
la presencia de Dios vela por mi.
¡Dondequiera que estoy, está Dios!

LA CRUZ


!BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR!


Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
El Domingo de Ramos abre la puerta a la semana de los días más amargos, más crueles para el Dios que se hizo hombre por amor.




Domingo de Ramos, la Iglesia Católica y sus fieles, conmemoramos la entrada de Jesús en Jerusalén. Marcos en su Evangelio, nos describe como fue esa entrada: "Llegó Jesús en un borriquillo mientras muchos extendían sus mantos en el camino y otros lo tapizaban con ramos cortados en el campo y gritaban vivas, ¡Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor!. 

Parece que todo nos anima a que sea un domingo de fiesta, los ramos, las palmas, los gritos de júbilo...y sin embargo la tradición nos sorprende en la santa misa de este día, relatándonos la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. 

¡Qué cercano estaba el día en que sería entregado a los sumos sacerdotes, a los grandes personajes y autoridades, Anás, Caifás, Pilato, Herodes y luego al mismo pueblo que ahora lo vitorea y más tarde pedirá su crucifixión. 

Repasamos toda esta historia (que siempre es la misma, dirán algunos) pero que siempre es diferente según la medite nuestro corazón. 

El Domingo de Ramos abre la puerta a la semana de los días más amargos, más crueles para el Dios que se hizo hombre por amor, por amor a rodos los hombres y en ese "todos" estaba yo. 

La agonía en el Getsemaní, una oración al Padre con temblores de miedo, sus palabras "una tristeza en el alma hasta la muerte" y bajo el resplandor de la luna llena de Pascua, allá en el Huerto de los Olivos, nuestro Salvador postrado en tierra, se cubre de sudor y se llena de amarga soledad. Necesita la compañía de sus amigos, "velad conmigo" pero ellos se durmieron. 

Y después el beso que traiciona, la flagelación, las espinas, la cruz, los clavos en pies y manos, la lanza que penetra en su costado, la muerte. "Al que no conoció el pecado, Dios lo trató por nosotros, como el propio pecado, para que, por medio de él, nosotros sintamos la fuerza salvadora de Dios" (Cor 5:21). 

"El fue triturado por nuestros crímenes, sobre él descargó el castigo que nos sana" (Is 53:5). 

Cristo se acerca al Padre en esa hora de redención, los pecados de la humanidad están sobre Cristo misteriosamente. El pecado es el rechazo a Dios. Cristo está entre los hombres de todos los tiempos y ese amor es rechazado, pisado. 

Hay que meditar sobre esto: 

Yo soy la causa pero también el destinatario de la redención, soy el fin de la obra redentora de Cristo. 

Entremos pues, con la fe y la alegría del Domingo de Ramos, alabando a Jesús desde nuestros corazones, con la confianza y amor que es nuestro Señor, y preparándonos con la lectura de la Pasión, escuchando la Palabra de Dios (el mismo Dios que nos habla) para acompañar a Cristo en la Pasión, 

Y desde la cruz con nuestra Madre para todos los seres humanos. María que al pie de la cruz nos recibe como hijos que aunque algunas veces perdamos el rumbo, será nuestro faro de luz que nos conducirá amorosamente hasta su Hijo Jesús 

COMENZAMOS LA SEMANA SANTA: DOMINGO DE RAMOS


EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 13 DE ABRIL DEL 2014

Autor: P . Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net
Sus llagas nos han curado
Mateo 26, 14-27. 66. Domingo de Ramos. Aprendamos a abrazar la cruz, amando y siguiendo las huellas de nuestro Cristo Crucificado.
 
Sus llagas nos han curado
Del santo Evangelio según san Mateo 26, 14-27, 66


Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes,
y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré? Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle. El primer día de los Azimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?» El les dijo: Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos." Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua. Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.» Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor? El respondió: El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido! Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: ¿Soy yo acaso, Rabbí?» Dícele: Sí, tú lo has dicho.» Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomad, comed, éste es mi cuerpo. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: Bebed de ella todos.


Oración preparatoria 

Jesús, te proclamó como Señor de mi vida. No permitas que la tentación, mi mediocridad o mi tibieza, me lleven a traicionar el gran amor que me tienes. Te ofrezco en esta oración mi fidelidad.

Petición 

Jesucristo, dame la gracia de no quedarme dormido o ser indiferente, quiero acompañarte en tu pasión.

Meditación del Papa Francisco

Porque Jesús toma sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, el de todos nosotros, y lo lava, lo lava con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios. Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, que nadie puede llevárselo consigo, lo debe dejar. Mi abuela nos decía a los niños: El sudario no tiene bolsillos. Amor al dinero, al poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación. Y también –cada uno lo sabe y lo conoce– nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación. Y Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección. Este es el bien que Jesús nos hace a todos en el trono de la cruz. La cruz de Cristo, abrazada con amor, nunca conduce a la tristeza, sino a la alegría, a la alegría de ser salvados y de hacer un poquito eso que ha hecho él aquel día de su muerte. (S.S. Francisco, 24 de marzo de 2013). 

Reflexión

Hoy es Domingo de Ramos porque celebramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Pero entra como un rey humilde, pacífico y manso.

No entra con tanques ni con metralletas para conquistar la ciudad. Tampoco entra en un caballo blanco al sonido de las trompetas, como lo hacían antaño los emperadores o los generales romanos después de vencer a los enemigos. No. Jesús entra montado en un burrito, signo de humildad y de mansedumbre.

Es aclamado por gente buena y sencilla, y una gran cantidad de sus discípulos son mujeres y niños. Lo proclaman rey no con el estruendo de las armas, sino con los gritos de júbilo. Y no agitan bayonetas o pancartas, sino ramos de olivo y de laurel, signos de la paz. ¡Éste es Jesús, nuestro Rey, el Rey de la paz y del amor verdadero, el que entra hoy triunfante a Jerusalén!

Pero también hoy es Domingo de "Pasión" porque iniciamos esta semana de dolor, que culminará en la Cruz. Por eso en el Evangelio de la Misa de este día se proclama toda la pasión del Señor. Sólo ocurre esto dos días en todo el año: hoy y el Viernes Santo. Pero la muerte de Cristo en el Calvario no es una derrota, sino el triunfo más rotundo y definitivo de Nuestro Señor sobre los poderes del mal, del pecado y de Satanás.

Estos días santos son, pues, para acompañar a Cristo en los sufrimientos de su Pasión y en su camino al Calvario: para unirnos a Él a través de la oración, los sacramentos, la caridad, el apostolado y las obras buenas. ¡Tántas cosas podemos hacer en favor de los demás!, pero tal vez nos falta imaginación o inventiva. O pensar más en los demás y menos en nosotros mismos.

Sería interesante recordar ahora, paso a paso, los diversos momentos de la Pasión de Cristo. Pero eso lo tiene que hacer cada uno en particular. Y no sólo como quien recuerda una historia pasada, sino viviéndolo en primera persona. Tú y yo somos protagonistas de esta historia, pues Cristo sufrió por nosotros, para darnos la salvación, la vida eterna.

Una de los momentos que más impactan es la flagelación. Realista y cruel por parte de los soldados.
Pero nos hace comprender y sentir la inocencia de Jesús, su humildad y su mansedumbre infinita, su heroísmo ante el sufrimiento y su voluntad de oblación a Dios por nosotros: "Padre, mi corazón está pronto". Y enseguida la tortura: los latigazos que se hacen interminables y el brutal ensañamiento de los verdugos romanos, sádicos y ávidos de sangre, que destrozan sin piedad el cuerpo de Jesús y el corazón de su Madre santísima: "¿Cómo, dónde, hasta cuándo decidirás poner fin a tanta tortura, Hijo mío?" –balbucea María al contemplar a su Jesús flagelado-. Las lágrimas y el tremendo dolor de aquella Madre taladran el propio corazón. Es dura. Y nuestro adorable Jesús sufre hasta el paroxismo por amor a cada uno de nosotros. Es la Sangre preciosa del Cordero inmaculado, derramada por amor, para redimirnos del pecado. ¡Es una escena impresionante!

El camino hacia el Calvario está lleno de imágenes profundamente conmovedoras: el encuentro de Jesús con María, el quebranto y la compasión amorosa de aquella Madre bendita traspasan de nuevo el corazón y conmueven muy hondamente. El gesto dulce y compasivo de la Verónica que enjuga el santísimo rostro de nuestro Señor. El humanísimo comportamiento del Cireneo, sobre todo la transformación interior de su alma al contacto con el Cristo sufriente. Renuente al principio, al ir compartiendo la cruz de Jesús se va compadeciendo y compenetrando con aquel condenado a muerte.

Las últimas palabras de Jesús en la cruz son de una elevación singular: la súplica de perdón para sus enemigos, la promesa del paraíso al buen ladrón, la sed, la entrega de su Madre a Juan, el misterioso abandono paterno, el informe de su misión, la entrega de su espíritu al Padre.

Hoy iniciamos la Semana Santa y la Pasión de Cristo es una experiencia espiritual que todos debemos hacer si queremos ser auténticos cristianos. Sólo en la Pasión logramos comprender y aceptar tantas cosas incomprensibles en nuestra vida y experimentamos en el fondo de nuestra alma el amor infinito de un Dios que se entregó, hasta la locura, para salvarnos. ¡Sus llagas nos han curado! Y por ti y por mí volvería a repetirlo con tal de llevarnos al cielo. Ojalá también nosotros aprendamos a abrazar la cruz, amando y siguiendo las huellas de nuestro Cristo Crucificado. Eso significa ser cristiano.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Sergio Córdova LC 

    OFRECIMIENTO A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA


    sábado, 12 de abril de 2014

    ESTAMPA DE DOMINGO DE RAMOS


    ¿ QUE ES UN ABUELO ?



    ¿ QUE ES UN ABUELO ?

    (Las respuestas a esta pregunta fueron escritas por niños de 8 años)

    Los abuelos son una señora y un señor que como no tienen niños propios les gustan mucho los de los demás.

    Un abuelo es una abuela pero hombre.

    Los abuelos son gente que no tienen nada que hacer, solo están ocupados cuando nosotros los vamos a visitar.

    Los abuelos son tan viejitos que no deben correr.

    Los abuelos son personas con las que es bien divertido salir de compras.

    Cuando salimos a pasear con ellos, se detienen para enseñarnos cosas bonitas como hojas de diferentes formas o un ciempiés de muchos colores.

    Ellos no nos dicen:"Apurate!"

    Por lo general, las abuelas son unas señoras bien gordas pero así y todo se agachan para amarrarnos los zapatos.

    Son unos señores que para leer usan anteojos, siempre los pierden y cuando me he quedado a dormir con ellos usan unas ropas bien cómicas.

    Algunos abuelos tienen papás, esos si son bien viejitos, la mamá de mi abuelita, se puede quitar las encías y los dientes.....a la misma vez.

    Nos responden preguntas como:"Por qué Dios no está casado? o Por qué es que los perros persiguen a los gatos ?
    No les importa contarnos el mismo cuento varias veces y les encanta leernos historias.

    Todo el mundo debe buscarse unos abuelos, son las únicas personas grandes, que siempre están contentas de estar con nosotros.

    Ellos saben que antes dormir podemos comer "algunas" chucherías, antes de acostarnos, les encanta rezar con nosotros y nos besan y consienten aunque nos hayamos portado un poco mal.

    A un niño de 6 años le preguntaron donde vivía su abuelita y él contestó: Ella, ella vive en el aeropuerto, cuando la necesitamos vamos allá y la buscamos y cuando queremos que regrese
    a su casa la volvemos a llevar a su aeropuerto.

    EL PODER DE UN ABRAZO



    EL PODER DE UN ABRAZO

    El poder de un abrazo hace que uno se sienta bien.

    Investigaciones científicas apoyan el hecho de que los abrazos son absolutamente necesarios y muy recomendables para el bienestar físico y emocional, veamos:

    Un abrazo, es agradable y ahuyenta la soledad,
    Aquieta los nervios,
    Fortalece la autoestima,
    Demora el envejecimiento,
    Ayuda a dominar el apetito,
    Alivia las tensiones,
    Combate el insomnio,
    Es democrático.
    Para darse no necesita de un lugar especial,
    Hace más felices los días difíciles.
    Más soportables de los insoportables.
    Llena los vacíos de la vida.
    Al dar un abrazo se expresa y se hace sentir:

    Amor, cariño, seguridad, protección, confianza,
    Fortaleza, apoyo, aprecio, amistad, alegría, felicidad.
    ¿Abrazos? ¿dónde?, ¿cuándo?:

    Cualquier lugar es bueno para un abrazo.
    A cualquier hora, en la mañana, tarde o noche.
    Acompañados siempre de una sonrisa.
    Se debe recordar:

    4 abrazos para sobrevivir
    8 para mantenerse en pie
    12 para crecer.
    Pero lo más importante son los espontáneos, los que damos o nos dan a la hora inesperada.

    EL QUE ES FIEL A MIS PALABRAS NO MORIRÁ PARA SIEMPRE

    Autor: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net
    "El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre"
    Sábado quinta semana de Cuaresma. Dios promete, pero Dios también pide. Y pide que por nuestra parte le seamos fieles en todo momento.
     

    La cercanía a la Semana Santa va haciendo que la Iglesia nos vaya presentando a Jesucristo en contraposición con sus enemigos. En el Evangelio de hoy se nos presenta la auténtica razón, la razón profunda que lleva a los enemigos de Cristo a buscar su muerte. Esta razón es que Cristo se presenta ante los judíos como el Enviado, el Hijo de Dios. Este conflicto permanente entre los dirigentes judíos y nuestro Señor, se convierte también para nosotros en una interrogación, para ver si somos o no capaces de corresponder a la llamada que Cristo hace a nuestra vida.

    Cristo llega a nosotros, y llega exigiendo su verdad; queriendo mostrarnos la verdad y exigiéndonos que nos comportemos con Él como corresponde a la verdad. La verdad de Cristo es su dignidad, y nosotros tenemos que reflexionar si estamos aceptando o no esta dignidad de nuestro Señor. Tenemos que llegar a reflexionar si en nuestra vida estamos realizando, acogiendo, teniendo o no, esta verdad de nuestro Señor.

    Cristo es el que nos muestra, por encima de todo, el camino de la verdad. Cristo es el que, por encima de todo, exige de los cristianos, de los que queremos seguirle, de los que hemos sido redimidos por su sangre, el camino de la verdad.

    Nuestro comportamiento hacia Cristo tiene que respetar esa exigencia del Señor; no podemos tergiversar a Cristo. No podemos modificar a Cristo según nuestros criterios, según nuestros juicios. Tenemos necesariamente que aceptar a Cristo.

    Pero, a la alternativa de aceptar a Cristo, se presenta otra alternativa -la que tomaron los judíos-: recoger piedras para arrojárselas. O aceptamos a Cristo, o ejecutamos a Cristo. O aceptamos a Cristo en nuestra vida tal y como Él es en la verdad, o estamos ejecutando a Cristo.

    Esto podría ser para nosotros una especie de reticencia, de miedo de no abrirnos totalmente a nuestro Señor Jesucristo, porque sabemos que Él nos va a reclamar la verdad completa. Jesucristo no va a reclamar verdades a medias, ni entregas a medias, ni donaciones a medias, porque Jesucristo no nos va a reclamar amores a medias. Jesucristo nos va a reclamar el amor completo, que no es otra cosa sino el aceptar el camino concreto que el Señor ha trazado en nuestra vida. Cada uno tiene el suyo, pero cada uno no puede ser infiel al suyo.

    Solamente el que es fiel a Cristo tiene en su posesión, tiene en su alma la garantía de la vida verdadera, porque tiene la garantía de la Verdad."El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre".

    Nosotros constantemente deberíamos entrar en nuestro interior para revisar qué aspectos de mentira, o qué aspectos de muerte estamos dejando entrar en nuestro corazón a través de nuestro egoísmo, de nuestras reticencias, de nuestro cálculo; a través de nuestra entrega a medias a la vocación a la cual el Señor nos ha llamado.
    Porque solamente cuando somos capaces de reconocer esto, estamos en la Verdad.

    Debemos comenzar a caminar en un camino que nos saque de la mentira y de la falsedad en la que podemos estar viviendo. Una falsedad que puede ser incluso, a veces, el ropaje que nos reviste constantemente y, por lo tanto, nos hemos convencido de que esa falsedad es la verdad. Porque sólo cuando permitimos que Cristo toque el corazón, que Cristo llegue a nuestra alma y nos diga por dónde tenemos que ir, es cuando todas nuestras reticencias de tipo psicológico, todos nuestros miedos de tipo sentimental, todas nuestras debilidades y cálculos desaparecen.

    Cuando dejamos que la Verdad, que es Cristo, toque el corazón, todas las debilidades exteriores —debilidades en las personas, debilidades en las situaciones, debilidades en las instituciones—, y que nosotros tomamos como excusas para no entregar nuestro corazón a Dios, caen por tierra.

    Nos podemos acomodar muchas cosas, muchas situaciones, muchas personas; pero a Cristo no nos lo podemos acomodar. Cristo se nos da auténtico, o simplemente no se nos da. "Se ocultó y salió de entre ellos". En el momento que los judíos se dieron cuenta de que no podían acomodarse a Cristo, que tenían que ser ellos los que tenían que acomodarse al Señor, toman la decisión de matarlo.

    A veces en el alma puede suceder algo semejante: tomamos la decisión de eliminar a Cristo, porque no nos convence el modo con el que Él nos está guiando. Y la pregunta que nace en nuestra alma es la misma que le hacen los judíos: "¿Quién pretendes ser?". Y Cristo siempre responde: "Yo soy el Hijo de Dios".

    Sin embargo, Cristo podría regresarnos esa pregunta: ¿Y tú quién pretendes ser? ¿Quién pretendes ser, que no aceptas plenamente mi amor en tu corazón? ¿Quién pretendes ser, que calculas una y otra vez la entrega de tu corazón a tu vocación cristiana en tu familia, en la sociedad? ¿Por qué no terminar de entregarnos? ¿Por qué estar siempre con la piedra en la mano para que cuando el Señor no me convenza pueda tirársela?

    Cristo, ante nuestro reclamo, siempre nos va a responder igual: con su entrega total, con su promesa total, con su fidelidad total.

    Las ceremonias que la Iglesia nos va a ofrecer esta Semana Santa no pueden ser simplemente momentos de ir a Misa, momentos de rezar un poco más o momentos de dedicar un tiempo más grande a la oración. La Semana Santa es un encuentro con el misterio de un Cristo que se ofrece por nosotros para decirnos quien es. El encuentro, la presencia de Cristo que se me da totalmente en la cruz y que se muestra victorioso en la resurrección, tenemos que realizarla en nuestro interior. Tenemos que enfrentarnos cara a cara con Él.

    Es muy serio y muy exigente el camino del Señor, pero no podemos ser reticentes ante este camino, no podemos ir con mediocridad en este camino. Siempre podremos escondernos, pero en nuestro corazón, si somos sinceros, si somos auténticos, siempre quedará la certeza de que ante Cristo, nos escondimos. Que no fuiste fiel ante la verdad de Cristo, que no fuiste fiel a tu compromiso de oración, que no fuiste fiel en tu compromiso de entrega en el apostolado, que no fuiste fiel, sobre todo, en ese corazón que se abre plenamente al Señor y que no deja nada sin darle a Él.

    Cristo en la Eucaristía se nos vuelve a dar totalmente. Cada Eucaristía es el signo de la fidelidad de la promesa de Dios: "Yo estaré contigo todos los días hasta el fin del mundo". Dios no se olvida de sus promesas. Y cuando vemos a un Dios que se entrega de esta manera, no nos queda otro camino sino que buscarlo sin descanso.

    Buscarlo sin descanso a través de la oración y, sobre todo, a través de la voluntad, que una vez que ha optado por Dios nuestro Señor, así se le mueva la tierra, no se altera, no varía; así no entienda qué es lo que está pasando ni sepa por dónde le está llevando el Señor, no cambia.

    Dios promete, pero Dios también pide. Y pide que por nuestra parte le seamos fieles en todo momento, nos mantengamos fieles a la palabra dada pase lo que pase. Romper esto es romper la verdad y la fidelidad de nuestra entrega a Cristo.

    Que la Eucaristía abra en nuestro corazón una opción decidida por nuestro Señor. Una opción decidida por vivir el camino que Él nos pone delante, con una gran fidelidad, con un gran amor, con una gran gratitud ante un Dios que por mí se hace hombre; ante un Dios que tolera el que yo muchas veces haya podido tener una piedra en la mano y me haya permitido, incluso, intentar arrojársela. Y sobre todo, una gratitud profunda porque permitió que mi vida, una vez más, lo vuelva a encontrar, lo vuelva a amar, consciente de que el Señor nunca olvida sus promesas.



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