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jueves, 13 de marzo de 2014
MEDITACIONES DIARIAS DE CUARESMA: JUEVES 13 DE MARZO DEL 2014 - DÍA 9
MEDITACIONES DIARIAS DE CUARESMA
JUEVES 13 DE MARZO DEL 2014 - DÍA 9
ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.
PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.
Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?
Día 9º. JUEVES PRIMERO (13 de Marzo)
Conversión. La Cuaresma es buen momento para una profunda conversión. Conversión significa cambiar la dirección de tu vida, quizá perezosa, quizá facilona. ¡Cuántas veces buscas la felicidad en una vida cómoda! Y sabemos que para alcanzar la felicidad lo que se necesita es amor, servicio a los demás, corazón que se da. Es una paradoja: para vivir y ser feliz, hay que morir, no buscar la felicidad cómodamente. Para tener hay que dar. Ahora Jesús puede ayudarte. Te propongo un cambio en concreto, por si te sirve: morir a la ley del gusto.
Debes morir a la ley del gusto: Hacer las cosas porque me gusta, me apetece, me va bien.... Un cristiano hace las cosas por dar gusto a Jesús: Porque le gustará a Jesús, le dará una alegría, le interesará que yo haga esto, o lo otro.
Madre mía, que siempre actúe para darle gusto a tu Hijo; que muera a la ley del gusto mío. Esta es la elección que tengo que hacer vivir esclavo de mis caprichos, o vivir con la ilusión de hacerme esclavo de Dios. Prefiero esto último, María, pero ayúdame.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras
ORACIÓN FINAL
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en la Cruz y escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
HUELLAS EN EL CORAZÓN
HUELLAS DEL CORAZÓN
Lo que sea que toquen tus manos
Dejan sus huellas digitales!
En las paredes, en los muebles,
En las manijas de las puertas, platos, libros,
Donde tocamos, dejamos nuestra identidad.
Por favor, allí donde vayas hoy
Ayúdame a dejar mis huellas, las del corazón.
Huellas de compasión,
De entendimiento y de amor
Huellas de bondad
Y verdadera preocupación.
Deja que mi corazón se acerque a un vecino solitario
O a una niña que se ha ido de su casa
O a una madre ansiosa, o tal vez a un amigo querido!
Yo iré afuera hoy
A dejar mis huellas, aquellas del corazón
y ojalá alguien dijera
"Yo hoy te sentí, dejaste tus huellas en mí".
Por favor, vé y deja las tuyas hoy, cada día, todos los días.
SALMO DEL AYUNO
Salmo del ayuno
No queremos, Señor,
caras largas
ni corazones tristes.
Ayunar es tener hambre de ti,
es solidarizarse con los pobres,
con los pequeños del mundo,
que ayunan de todo
porque apenas tienen nada.Sabemos, Señor,
que el ayuno que tú quieres
es amor derramado,
entrega ofrecida,
cambio de corazón.
Señor, por el ayuno,
haznos partir el pan
con los que no lo tienen,
repartir esperanza
con los que carecen de ella,
amar a todos
sin excluir a nadie.
Danos Señor,
ser sencillos y transparentes,
acogiendo de ti
la iniciativa,
a poner el corazón en marcha. Amén.
LA VIDA ES UN CAMINO
La vida es un camino
La vida es un camino.
Desde que nacemos es preciso partir.
Hay que ir dejando atrás muchas cosas: infancia, familia, hogar, ...
salir del presente y orientarse hacia el futuro .. y caminar ..
No podemos pararnos porque la vida sigue.
Lo importante es no dejar la propia ruta y no salirse del camino,
aunque a veces resulta difícil y cuesta arriba.
Pero no vamos solos.
Caminamos con los otros,
y Cristo también se hace compañero de camino.
Y el camino tiene una meta.
La vida tiene un sentido.
Al final del camino cenaremos juntos. Y se hará luz.
Entonces Percibiremos que el corazón ardía mientras hacíamos el camino.
Y nos vendrán las ganas de reemprender el camino,
de volver al encuentro de los que quedaron atrás.
Porque los otros también esperan que vayamos a decirles:
“Hemos visto al Señor".
UNA CUARESMA PARA DAR FRUTOS
Una Cuaresma para dar frutos
Un árbol es bueno cuando da frutos buenos. Y para que llegue a darlos, el árbol requiere muchos cuidados.
Lo primero que hay que hacer es preparar la tierra para plantarlo; ha de estar la tierra bien regada, sin malas hierbas ni piedras que impidan a sus raíces extenderse y agarrar profundamente la tierra.
Después, es necesario tener una gran paciencia para permitirle crecer a su ritmo. También es necesario darle tiempo para reponer fuerzas, para recobrar la salud. En una palabra, hay que estar pendientes de él con un gran cuidado. Al árbol hay que darle también sus oportunidades.
Hay que podar las ramas secas para que la savia pueda llegar sin dificultad hasta las ramas más pequeñas y más alejadas del tronco.
Hay que apuntalarlo para que resista las tempestades. Si es frágil y está mal cuidado, resistirá poco y será arrancado de cuajo. HAY QUE PRESERVARLO DE LOS BICHOS QUE SE COBIJAN EN ÉL Y LE destruyen quitándole las fuerzas.
Hay que preocuparse de él en todo momento. ¡Entonces sí que será capaz de dar los frutos esperados, sabrosos y nutritivos!
Nosotros somos parecidos a los árboles. Nuestros frutos son nuestras obras y nuestras palabras. Si permanecemos plantados en la Palabra de Jesús, en su Evangelio, entonces daremos frutos -nuestras obras y palabras- en las cuales se podrá saborear la Palabra de Jesús. Si nos preocupamos de que nuestras raíces estén asentadas en Jesús; entonces nuestros frutos serán frutos de amor y no de odio.
ORACIÓN POR UN ENFERMO
ORACIÓN POR UN ENFERMO
“Oh Dios mío, este enfermo que está aquí delante de Ti,
ha venido a pedirte lo que él desea y piensa
que es lo más importante para él.
Tú, oh Dios, haz que entren en su corazón estas palabras:
“¡Es más importante la salud del alma!”
Señor, ¡Hágase sobre él Tu Santa Voluntad en todo!
Si Tú quieres que sane, que se le dé la salud.
Pero si Tu voluntad es diversa, que continúe llevando su cruz.
Te rogamos también por nosotros que oramos por él;
purifica nuestros corazones para que seamos dignos de donar,
a través de nosotros mismos, Tu Santa Misericordia.
Protégelo y alivia sus penas, hágase en él Tu Santa Voluntad.
Que Tu Santo Nombre sea revelado a través de él,
ayúdalo a llevar con amor su cruz. Amén.
EL EVANGELIO DE HOY: 13.03.2014
Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net Eficacia de la oración | |
Mateo 7, 7-12. Cuaresma. Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos, sino aquello que conviene a nuestra vida. | |
En aquel tiempo dijo Jesús: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Oración introductoria Vengo a orar, Jesús, confiado en tus palabras. Sé que si te pido, me darás; que si te busco, te encontraré; que si toco a la puerta de tu corazón, me la abrirás, porque Tú sólo me das cosas buenas. Petición Te pido, Señor, que me ayudes a descubrir siempre cuál es tu voluntad y me des tu gracia para cumplirla. Meditación del Papa Francisco ¿Cómo oramos, nosotros? Oramos así, por costumbre, con piedad pero tranquilos, ¿o nos introducimos con valentía, ante el Señor para pedir la gracia, para pedir aquello por lo cual oramos? Una oración que no es valiente no es una verdadera oración. El coraje de confiar en que el Señor nos escucha, el coraje de llamar a la puerta... El Señor lo dice: “Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama, se le abrirá”. Pero se necesita, buscar y tocar a la puerta. Nosotros, ¿nos involucramos en la oración?, ¿sabemos tocar el corazón de Dios? En el evangelio Jesús dice: "Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!" Esto es algo grande. Cuando oramos valientemente, el Señor nos da la gracia, e incluso se da a sí mismo en la gracia: el Espíritu Santo, es decir, ¡a sí mismo! Nunca el Señor da o envía una gracia por correo: ¡nunca! ¡La lleva Él mismo! ¡Él es la gracia! (S.S. Francisco, 10 de octubre de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). Reflexión El sermón de la montaña es uno de los pasajes de los cuatro evangelios en que encontramos más claridad y precisión en las palabras de Cristo. Jesús nos transmite dos cosas en este texto: la eficacia total de la oración y la ley de la caridad. Con frecuencia se puede caer en la tentación de desanimarse en la vida de oración porque no vemos los frutos o no se nos concede aquello que pedimos. Jesús, sin embargo, nos dice todo lo contrario. Todo lo que pidamos a Dios se nos concederá, porque Él es un padre bueno que da a sus hijos aquello que le piden. ¿Qué pensaríamos de un padre que da a su hijo una serpiente, como dice el evangelio, porque éste le ha pedido un pan? Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos, sino aquello que conviene a nuestra vida, aunque no nos demos cuenta. Finalmente Jesús concluye con la ley que sigue Dios: el amor. Dios nos concede todo por este único motivo. Nosotros, que hemos sido creados a su imagen y semejanza, tenemos que vivir este mismo amor con todos de una manera universal, como lo hace Él. Hagamos un esfuerzo especial estos días de cuaresma para amar más a todos los hombres a ejemplo e imitación de Jesucristo. Propósito Dejar, con confianza, mis preocupaciones en manos de Dios y dedicar un tiempo a la evangelización. Diálogo con Cristo Jesús, ayúdame a llevar a cabo mi misión, confiado en que Tú me darás la luz y la fortaleza para poder ser ese canal por el cual fluya tu gracia e inunde a mis hermanos de tu amor. Soy un torpe y débil instrumento, pero sé que si te lo pido y te dejo actuar, podré lograr milagros. ¡Gracias, Señor, por permitirme participar en la evangelización! |
miércoles, 12 de marzo de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: 12.03.2014
Autor: Juan Gralla | Fuente: Catholic.net La muchedumbe pide una señal | |
Lucas 11, 29-32. Cuaresma. La mejor señal que Cristo nos ha dejado es la Eucaristía. | |
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús y Él se puso a decirles: Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. Oración introductoria Señor, conoces mi corazón, todos mis pensamientos, deseos e intenciones, buenos y malos, y sé que puedo contar con tu amor, aunque no soy digno de él. Gracias por tu paciencia y misericordia, por las innumerables gracias que hoy quieres concederme en esta oración, por eso te pido que me ilumines para dedique estos preciosos momentos a contemplar la grandeza de tu amor. Petición Señor, no permitas que te pida señales o dude de Ti, ayúdame a crecer cada día en la fe y en la humildad. Meditación del Papa Francisco Jesús en el evangelio de hoy habla de una "generación perversa". No se refiere a las personas que lo seguían con mucho amor, sino a los doctores de la ley que trataban de probarlo y hacerlo caer en una trampa. Estas personas le pedían signos y Jesús les responde que sólo se les dará la señal de Jonás. Existe sin embargo el "síndrome de Jonás". El Señor le pidió que fuera a Nínive, y él huye a España. Jonás tenía las cosas claras: la doctrina es ésta, se debe hacer esto y los pecadores que se las arreglen, yo me voy. Los que viven de acuerdo con este síndrome de Jonás, Jesús los llama hipócritas, porque ellos no quieren la salvación de la pobre gente, de los ignorantes y de los pecadores. El "síndrome de Jonás" no tiene el celo por la conversión del pueblo, busca una santidad de ‘tintorería’, toda hermosa, bien hecha, pero sin aquel celo de ir a predicar al Señor. (S.S. Francisco, 14 de octubre de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). Reflexión: Ya lo repetiría Cristo con otras palabras, pero en sentido positivo: "Dichosos los que creen sin haber visto." Lo que este Evangelio pretende no es reprocharnos, sino recordarnos que ya tenemos la señal que esperamos y necesitamos. No hace falta buscar ni pedir más señales. Hay una que basta. "Más que Jonás... más que Salomón". Hoy se nos hace la invitación a descubrir esta señal. Es la misma de hace 20 siglos: la que muchos no quisieron ver, pero también la que bastó para que muchos creyeran. Cuando un avión va a aterrizar, el piloto observa muchas luces que le guían, pero todas pretenden indicarle dónde está la pista. Así, todos los signos que hoy tenemos nos señalan a Cristo. ¡Aprendamos a "leerlos" adecuadamente! Nos habla de Cristo la Eucaristía, pues es Cristo mismo. Nos hablan de Cristo los buenos ejemplos que observamos en los demás... ¡Todo nos lleva a Cristo si nosotros lo buscamos! Este es el camino de la fe: avanzar por la vida sin milagros, sin certezas humanas absolutas. Vivir la fe en lo más ordinario. ¡Qué adjetivo pondrá Cristo a nuestra generación si nos distinguimos no por pedir señales extraordinarias, sino por ser nosotros mismos signos de Dios, que ayuden a los demás a llegar a Él! Propósito Rezar el resto de esta semana, una oración para pedir la humildad. Diálogo con Cristo Señor, ¡qué distinto sería el mundo si los cristianos viviéramos en todo tu mensaje redentor! Mi falta de fe y soberbia inutilizan tu gracia, porque aunque digo que soy cristiano, muchas veces, en la vida diaria, me comporto como si no lo fuera, porque frecuentemente pierdo la paciencia, soy mal humorado y altanero en mi trato con los demás. Ayúdame para que, lleno de alegría y optimismo, dedique mi tiempo a querer, a amar, a sonreír y a poner en práctica mi fe para hacer feliz a los demás. |
martes, 11 de marzo de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: 11.03.2014
Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net Jesús enseña a orar | |
Mateo 6, 7-15. Cuaresma. A Dios le basta una palabra: "Padre" Sí, repetirlas con los labios de nuestro corazón. | |
Y al orar, no hables mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seas como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Que si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, se les perdonarán también a ustedes el Padre celestial; pero si no perdonas a los hombres, tampoco el Padre perdonará sus ofensas. Oración introductoria Señor, quiero iniciar mi oración llamándote ¡Padre! Permite que sepa meditar la profundidad de esta realidad tan hermosa. Por mi bautismo, ¡soy un verdadero hijo tuyo! Tomado con fe, esperanza y mucho amor de tu mano, concédeme que la presencia de Jesucristo en mi vida me convierta en un digno hijo tuyo. Petición Padre, que siempre rece el Padrenuestro. Meditación del Papa Jesús nos da un consejo en la oración: "No malgasten palabras, no creen ruido", el ruido de lo mundano, los ruidos de la vanidad. La oración no es algo mágico, no se hace magia con la oración. Alguien me dice que cuando uno va a un curandero, le dice un montón de palabras para sanarlo. Pero aquello es pagano. Jesús nos enseña: No debemos ir con tantas palabras donde Él, porque Él lo sabe todo. La primera palabra es "Padre", esta es la clave de la oración. Sin decir, sin escuchar esa palabra no se puede orar. ¿A quién debo orar?, ¿al Dios Todopoderoso?, demasiado lejos. Ah, esto no lo siento. Jesús ni siquiera lo sentía. ¿A quién debo orar?, ¿al Dios cósmico?, un tanto habitual en estos días, ¿no?... orar al Dios cósmico, ¿no? Esta cultura politeísta que viene con esta cultura light… ¡Tú debes rezarle al Padre! Es una palabra fuerte: "Padre". Tú debes orar a quien te engendró, al que te dio la vida. No a todos: a todos es demasiado anónimo. A ti, a mí. Y también orar a aquel que te acompaña en tu camino: que conoce toda tu vida. Todo: lo que es bueno y lo que no es tan bueno. Él lo sabe todo. Si no empezamos la oración con esta palabra, no dicha de los labios, sino dicha desde el corazón, no podemos orar en cristiano. (S.S. Francisco, 20 de junio de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). . Reflexión A un buen Padre no le hacen falta muchas explicaciones cuando un hijo pequeño se le acerca a pedirle algo. Un padre que se precie o una madre atenta saben, de antemano, lo que el hijo necesita, incluso cuando no sabe todavía pedirlo. La razón por la que los judíos y buena parte de los rabinos se perdían en largas oraciones y plegarias, está en que su Dios se había convertido para ellos en un Ser lejano, inalcanzable... razonaban humanamente pensando en que las oraciones crecían en valor a medida de su "longitud"... Del mismo modo habían ido añadiendo nuevas normas a las prácticas de la Ley mosaica. Con ello exasperaban al mismo Dios. Con sus sacrificios, tan largos como vacíos de sentido, no se daban cuenta, y en esto nos podemos también incluir nosotros, que a Dios le bastan pocas palabras cuando éstas nacen verdaderamente del interior. Y que para acercársele la clave no está en añadir más sílabas o más "velas"... como si esto desencadenara un efecto "mágico" por sí solo. Sin dejar de tener su valor, no es lo más importante. Bastaría quizás con iniciar esa oración que Cristo nos enseña conscientes de sus primeras dos palabras... "Padre nuestro". Sí, repetirlas con los labios de nuestro corazón lentamente para gustar el inefable don de ser hijos. No nos resulta fácil, en un mundo tan complicado y "alambicado", regresar a esa infancia espiritual. Esa niñez del alma que vive permeada por la sencillez ¡Cuánto bien nos haría volver a ser así! Se es más feliz cuando se vive más confiado en Dios (Padre), como hace un niño pequeño. Recordemos las palabras del mismo Jesús: "Quien no se hace como uno de estos... no podrá entrar en el Reino de los Cielos..." Propósito Con confianza y humildad hacer un acto de alabanza y adoración a Dios recitando el padrenuestro y algunos salmos. Diálogo con Cristo Gracias, Señor, por enseñarme a orar. Sé que me puedo acercar a Ti con toda confianza, con la seguridad de ser escuchado y la certeza de ser amado. Que esta familiaridad no me lleve a olvidar con quién estoy tratando. Humildemente te pido que sepa, al igual que tu Madre Santísima lo hizo, reconocer y corresponder a las grandes maravillas con las que quieres enriquecer mi vida. |
EL CORAZÓN PERFECTO
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