sábado, 24 de diciembre de 2011

NAVIDAD Y NAVIDADES

Navidad y navidades
Autor: Mario R. Saviñón

Un grupo de amigos decide celebrar el cumpleaños de Jesús, uno de ellos. Unánimemente le reconocen como el mejor de todos. A cada uno le ha hecho favores sin cuento, hasta el punto, de que todos le deben el puesto de trabajo y todo lo que son. El homenaje es por todo lo alto. En el club, antes de la cena, han mantenido conversaciones amenas, la alegría y el buen humor ha reinado en el grupo. Durante la cena y tras ella la animación se ha mantenido a niveles extraordinarios. Sin embargo, durante todo el acto nadie ha mirado, conversado, ni se ha dado cuenta de que allí estaba el homenajeado, el tal Jesús; quien , al final, sólo, decepcionado, amargado y dolido emprende el camino de su hogar. Uno o dos de esos amigos, algo bebidos, en el momento de marcharse, sin mirarle a los ojos y de pasada,  le han mascullado un: ¡Hasta el año que viene!.

Así nos comportamos muchos de nosotros al celebrar la Navidad , el nacimiento de Jesús de Nazaret, pero ¿quién se acuerda del recién nacido? Los cristianos del siglo XXI hemos llegado a la insólita incoherencia de conmemorar el cumpleaños de Jesucristo ¡sin Jesús! Le hemos puesto tantas envolturas y artificios sobre la cuna al Señor, que no llegamos ni a ver su rostro. Nos quedamos con la envoltura…vacía

La NAVIDAD es una sola: el hecho de que Dios cumpliera su promesa de hacerse hombre, naciendo de una mujer, en la mayor pobreza, y de la forma más humillante. El niño Dios ingresa en nuestra historia, y con su presencia se hace realidad la esperanza de salvación para todos los pecadores.

La celebración de este nacimiento , el 25 de diciembre, la extendemos-Las Navidades- hasta el día de Reyes, 6 de enero. Todos esos días se han convertido en una gran fiesta donde incluimos otras navidades pequeñitas que, como pequeñas trampas, intentan sustituir el Aniversario de Dios por un mundo material y ficticio, cambiar la fe por el placer, la esperanza por el dinero, la adoración a Dios por la adoración del hombre. Entre esas pequeñitas navidades podemos distinguir:

La navidad GASTRONÓMICA. El besugo al horno, el jamón, el cordero, los pasteles, los mariscos, los mazapanes, los turrones el champán... La gruta de Belén, la cuadra se convierte en  una sala luminosa con la mejor cena del año. Los manteles de lino fino, la embriaguez y la hartura. Claro está, el hambre de los más pobres y necesitados de este mundo nada tiene que ver con esto. Durante el festín a nadie se le ocurre recordar a Cristo ni, mucho menos,  bendecir la mesa , rezar un Padrenuestro o releer el bellísimo pasaje de San Lucas sobre el nacimiento de Jesús (Lc. 2, 1-20). ¡ Hombre no nos agüe Vd. la fiesta ¡ Diría más de uno.

La navidad POSTAL. El recuerdo de aquellos amigos que olvidamos, los otros 364 días del año. Toneladas de correspondencia atascada en las oficinas de correo, justo unos días antes. La feria de las tarjetas, bastante cursis por cierto.

La navidad TURÍSTICA. No esa que fomenta la convivencia familiar, sino el viaje apresurado a donde sea para "divertirnos", para evadirnos de los problemas del diario quehacer. Al volver podremos presumir cuando nos pregunten: ¿Donde estuviste? ¿ que has comprado?, en vez de ¿Cómo viviste esta Navidad?

La navidad CONSUMISTA. Desde los niños, que únicamente valoran la celebración por los regalos y juguetes que reciben, hasta los adultos que juegan con ellos. Lo divertido del asunto es obsequiar para que te obsequien. Bienvenida la navidad que deja la caja de bombones, un perfume Made in France, una bonita corbata, un cheque al portador, etc.

La navidad NOCTURNA. La fiesta en el  Club de moda, la discoteca del momento , el bar o el hotel más popular, donde podemos dar culto al hedonismo. Se contratan a las mejores orquestas, bailamos entre serpentinas, globos y confeti, todo incluido; mientras el niño Dios lloriquea en un pesebre de verdad entre burros y vacas malolientes.

La navidad FOLKLÓRICA. Adornar todo sin importar el costo de las cosas, una franca competencia por mostrar el árbol más hermoso, el más llamativo. Nuestras ciudades gastan millones con iluminaciones artísticas; se olvida que el pino, el nacimiento y los adornos tienen un profundo sentido cristiano, un recuerdo y una enseñanza que nada tiene que ver con su apariencia o valor económico. Desde un mes antes, Los establecimientos comerciales compiten entre sí con ofertas tentadoras, donde raramente se incluye algo que nos recuerde al festejado, al niño Dios.

La navidad ESPUMANTI. Una espiritualidad estilizada y exquisita, una piedad epidérmica, y una religiosidad sin compromiso ni sentido, que no nos lleva a acción alguna. Demasiado lírica y demasiado pegajosa.

La NAVIDAD histórica es algo más cruda y redentora: un Dios que ha nacido voluntariamente pobre, desplazado, sufriente, exigiendo a los hombres la renuncia a la vanidad, a la soberbia, al orgullo y a las pasiones. Que nos reclama a viva voz que renovemos nuestros corazones, nuestras familias y el mundo en que vivimos.

Desde hace dos mil años, sigue siendo válida la frase de San Juan en su Evangelio: “Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron”. Palabras que resuenan a través de los siglos.

Sólo hay una NAVIDAD digna de este nombre: la que conjuga el verbo dar, el darse.

Así,  el Padre nos dio a su HIJO unigénito,  el HIJO dio su vida por nosotros. La Virgen María dio a luz a su primogénito para que fuera nuestra LUZ y nuestra SALVACIÓN. Se supone que algo deberíamos dar nosotros como agradecimiento a tantos regalos recibidos. ¿Compartimos lo mucho o lo poco que tenemos con nuestros hermanos: el pan, el dinero, la alegría, la ayuda, el amor…?

¿No podríamos celebrar esta Navidad, estas Navidades también con Cristo? Dejémosle un sitio en nuestra mesa y otro en nuestro corazón. Quizá quiera asistir.

NAVIDAD ES UN PRESENTE, NO UN PASADO

Navidad es un presente, no un pasado

Navidad no es una fecha histórica a recordar, sino un presente que hay que vivir:

Cuando decides amar a los que te rodean. Ese día es Navidad.


Cuando decides dar un paso de reconciliación con el que te ha ofendido. Ese día es Navidad.


Cuando te encuentras con alguien que te pide ayuda y lo socorres. Ese día es Navidad.


Cuando te tomas el tiempo para charlar con los que están solos. Ese día es Navidad.


Cuando comprendes que los rencores pueden ser transformados a través del perdón. Ese día es Navidad.


Cuando te desprendes aún de lo que necesitas, para dar a los que tienen menos. Ese día es Navidad.


Cuando renuncias al materialismo y al consumismo. Ese día es Navidad.


Cuando eliges vivir en la alegría y la esperanza. Ese día es Navidad.

BENDICIÓN DE LA CENA DE NAVIDAD


CRISTO JESÚS ESTÁ CON NOSOTROS ESTA NOCHE


Autor: P. Alberto Ramírez Mozqueda | Fuente: Catholic.net
Cristo Jesús está con nosotros esta noche
El Dios de los cielos, queriendo ponerse en nuestras manos, se hace pequeño, indefenso, niño, en el portal de Belén, donde podremos adorarle.
Cristo Jesús está con nosotros esta noche



Natividad del Señor

"Como el joven se desposa con una doncella, se desposará contigo tu hacedor: como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu Dios contigo".

Como en un magnífico exordio, con la alegría de los esposos que conviven juntos, así anuncia el Profeta Isaías la venida de Cristo el Salvador que colmará los deseos de los hombres de una muy estrecha solidaridad con el autor de los siglos, de los continentes y de los hombres.

Cristo Jesús está con nosotros esta noche, este día y todos los siglos, y aunque personajes extraños tratan de acaparar las miradas y atraerlas hacia sí, Cristo Jesús tendrá que ser el único centro de atención, de amor, de paz y de solidaridad.

Benedicto XVI lo expresa magníficamente: "En la gruta de Belén, la soledad del hombre está vencida, nuestra existencia ya no está abandonada a las fuerzas impersonales de los procesos naturales e históricos, nuestra casa puede ser construida en la roca: nosotros podemos proyectar nuestra historia, la historia de la humanidad, no en la utopía sino en la certeza de que el Dios de Cristo Jesús está presente y nos acompaña".

No cabe duda que todos los hombres se preguntan, unos para acogerlo y otros para rechazarlo, cómo es Dios y qué rostro tiene. Los que han intentado acercarse a él, nos han dado su propia versión, y nos han reflejado su experiencia, pero ha sido la suya propia que muchas veces no refleja definitivamente el rostro del verdadero Dios. Ni los profetas, ni los sacerdotes, ni Moisés siquiera, han logrado darnos una versión total del Dios del Universo, e incluso, muchos quisieron hacerse un Dios a su imagen y semejanza, para sostener la precariedad de sus vidas e incluso tratando de encontrar en él, justificación para su estrecha o torcida manera de vivir, justificando sus injusticias, su avaricia, su tremenda avaricia, que deja a muchos sin comer, mientras ellos se permiten disfrutarlo todo.

Todas esas versiones que nos han dejado de Dios, han sido o incompletas o falsas, y podría haber desconcierto, cuando San Juan, en el prólogo de su Evangelio, afirma tajantemente que a Dios nadie lo ha visto. ¿Entonces qué hacer? ¿Está el Señor jugando a las escondiditas? No definitivamente no, pero tendríamos que decir al llegar a este punto, que el verdadero Dios es tan grande, que nunca lo entenderíamos ni podríamos poseerlo con nuestra débil inteligencia y con la cortedad de nuestra manos.

Pero precisamente el Dios de los cielos, queriendo ponerse en nuestras manos, se hace pequeño, indefenso, niño, en el portal de Belén, y en él podremos adorar al Dios que los hombres buscan para tener una respuesta a todas sus inquietudes. Es la respuesta del verdadero Dios, un Dios que se hace niño y se hace hombre, para que el hombre se haga Dios. Y esa realidad se realiza en la persona de Cristo Jesús, que es todo Dios y es al mismo tiempo todo hombre. Qué admirable descubrimiento del Dios de los cielos, creador de cuanto existe. En el Divino Niño podemos adorar la grandeza de Dios, sin olvidarnos que cuando el Hijo de Dios se encarna, ya lleva presente con él la salvación para todos los hombres con su muerte y resurrección.

Es el momento de la adoración, es el momento del amor. a Cristo mismo no lo entenderemos sin amor, y sin amor tampoco comprenderíamos el designio de Dios de hacerse cercano a los hombres. Mientras prendemos luces y más luces en al árbol de Navidad, esforcémonos más por encender el corazón en la luz del corazón de Cristo para que todo el mundo se convierta en una hoguera de amor, de paz, de consuelo y de solidaridad para todos los hombres.


Esta es la VERDADERA Y FELIZ NAVIDAD.

viernes, 23 de diciembre de 2011

ESTA NAVIDAD...

Esta navidad...

Regala Tiempo:
Acordarte de un viejo amigo.
Come con alguna persona solitaria.

Regala Esperanza:
Viví llena de alegría
Levántale el ánimo a un niño.

Regala Paz:
Perdona a un enemigo.
Arregla diferencias.

Regala Parte de Vos Mismo:
Compórtate con ternura.
Ofrece tu mejor sonrisa.
¡ Regala amor y siempre será Navidad !"

EL SILENCIO INTERIOR

El Silencio Interior

El silencio significa:
La capacidad de pensar sin cabeza,
La capacidad de volar sin alas,
La capacidad de caminar sin pies,
La capacidad de observar sin perturbar,
La capacidad de escuchar sin interrumpir,
La capacidad de palpar sin crear incomodidad.
La capacidad de disfrutar la flor sin robarle su aroma y sobre todo la capacidad de entrar en ti y ver tu realidad.

La verdad solo se puede conocer en absoluto silencio.

No solo el silencio de afuera es necesario, pero también el silencio interior.

Si al cerrar tus ojos tu mente está en silencio la puerta está abierta para conocer la realidad que te anima a vivir. Esa única realidad que llena tu alma de luz y claridad.

Sin el silencio tu alma no tiene claridad, no tiene luz.

El silencio es la atmósfera que el amor necesita para que tu alma brille.

El silencio en un lado y el amor en el otro le dan alas a tu corazón.

Esa belleza y esa armonía han sido perdidas debido a la ira, al orgullo etc.. esto es lo que significa la falta de silencio.

Todas las preguntas están listas para ser respondidas, sin importar que profundas sean. Simplemente entra en la paz del silencio, calma ese mar de deseos, ese mar de ilusiones, deja que la calma te invada, deja que el silencio te posea, en ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo nace en ti.

Recuerda el silencio es el vientre de donde nacen los sabios. Si deseas adquirir sabiduría, vuelve a nacer en medio del silencio. Solo así encontrarás tu razón de ser, la razón por la cual haz nacido.

Siéntate cómodamente, observa a tu alrededor, no juzgues, detente en tu afán, observa de nuevo, comprende que tu vida es un tesoro, deja tus preocupaciones a un lado. no hay necesidad de llevar un equipaje pasado, ya tu corazón tiene lo que necesitas en este viaje maravilloso que es tu vida.

Deja el temor y permite que el silencio te posea, solo en esa inmensidad podrás escuchar la voz de Dios dentro de ti llamándote a vivir plenamente, llamando para darte a conocer todos los misterios del universo y no solamente esto, también esa voz quiere darte a conocer el secreto de la vida eterna, pero cuidado, no creas en promesas, has que esta se convierta en tu única realidad. Solo en profundo silencio podrás comprender lo que significa todo esto y sobre todo el estar vivo.

ORACIÓN DE NOCHEBUENA

Oración de Nochebuena

La siguiente oración, es una oración que deberán realizar el día 24 de Diciembre en la cena de Navidad...

"Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor.

Vamos a encender un cirio en medio de la mesa, para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo.

Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.

Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.

Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.

Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás.


Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,

Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.

Señor, te damos gracias.

Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.

María, te damos gracias.

Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.

San José, te damos gracias.

Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon.

Niño Dios, tú que llegaste al mundo para salvar, te pido años de paz.
Niño Dios, tú que naciste en un pesebre, te pido que no haya más miserias en el mundo.
Niño Dios, tu que naciste de una madre virgen, te pido pureza en este mundo.
Niño Dios, tu que eres salvador, sálvanos de los desastres que nos provoca la naturaleza.
Niño Dios, tú que nos diste la vida para vivirla, que la vivamos de acuerdo a tu gloriosa vida.

¡Amén!."

CUENTO DE NAVIDAD


Cuento de Navidad

Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa:

_ Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa.

La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas y vino importados.

De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.

_ Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme?
Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo.

_¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita.

Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.

_Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina. ¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda presta?

La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:

_¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así?. Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos.

La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champaña en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinos, preparó unos coctelitos.
Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño harapiento de la calle.

_Señora, deme un plato de comida.
_¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado?
Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.

Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los coctelitos, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño hizo olvidar los pollos y los platos preparados.
A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró , con gran espanto frente a un ángel.

_¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?
_No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo ángel. Jesús estuvo aquí tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento. Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo.

EL SILENCIO DE SAN JOSÉ...


Autor: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net
El silencio de san José
Dejémonos "contagiar" por este silencio. Nos es muy necesario, en un mundo ruidoso, que no favorece el recogimiento y la escucha de la voz de Dios.



El silencio de san José
En estos últimos días del Adviento, la liturgia nos invita a contemplar de modo especial a la Virgen María y a san José, que vivieron con intensidad única el tiempo de la espera y de la preparación del nacimiento de Jesús. Hoy deseo dirigir mi mirada a la figura de san José. (......)

Desde luego, la función de san José no puede reducirse a un aspecto legal. Es modelo del hombre "justo" (Mt 1, 19), que en perfecta sintonía con su esposa acoge al Hijo de Dios hecho hombre y vela por su crecimiento humano. Por eso, en los días que preceden a la Navidad, es muy oportuno entablar una especie de coloquio espiritual con san José, para que él nos ayude a vivir en plenitud este gran misterio de la fe.

El amado Papa Juan Pablo II, que era muy devoto de san José, nos ha dejado una admirable meditación dedicada a él en la exhortación apostólica Redemptoris Custos, "Custodio del Redentor". Entre los muchos aspectos que pone de relieve, pondera en especial el silencio de san José. Su silencio estaba impregnado de contemplación del misterio de Dios, con una actitud de total disponibilidad a la voluntad divina. En otras palabras, el silencio de san José no manifiesta un vacío interior, sino, al contrario, la plenitud de fe que lleva en su corazón y que guía todos sus pensamientos y todos sus actos.

Un silencio gracias al cual san José, al unísono con María, guarda la palabra de Dios, conocida a través de las sagradas Escrituras, confrontándola continuamente con los acontecimientos de la vida de  Jesús; un silencio entretejido de oración constante, oración de bendición del Señor, de adoración de su santísima voluntad y de confianza sin reservas en su providencia.

No se exagera si se piensa que, precisamente de su "padre" José, Jesús aprendió, en el plano humano, la fuerte interioridad que es presupuesto de la auténtica justicia, la "justicia superior", que él un día enseñará a sus discípulos (cf. Mt 5, 20).

Dejémonos "contagiar" por el silencio de san José. Nos es muy necesario, en un mundo a menudo demasiado ruidoso, que no favorece el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de preparación para la Navidad cultivemos el recogimiento interior, para acoger y tener siempre a Jesús en nuestra vida.



Meditación del Ángelus. Domingo 18 de diciembre de 2005

jueves, 22 de diciembre de 2011

ORACIÓN DEL MAGNIFICAT

EL MAGNIFICAT...

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amen.

FORJAR TU SER CON FELICIDAD...

Forjar tu ser con felicidad.


Eres feliz cuando descubres el encanto de las cosas pequeñas. En ellas luce la verdadera grandeza. Eres feliz cuando disfrutas el ahora intensamente, no te ofuscas por el pasado ni te angustias por el porvenir.

Eres dichoso cuando eres misericordioso, pacífico, limpio de corazón, cuando tienes hambre y sed de justicia. Eres dichos cuando te esfuerzas por ser benevolente, humilde, amigo de Dios y hermano de los hombres. La felicidad no te es esquiva al caminar en la verdad, actuar con la justicia y vivir en el amor. "El hombre, para ser feliz, no necesita riquezas ni dignidades. Lo estrictamente necesario basta para la alegría del cuerpo; la cultura desinteresada, para la satisfacción del espíritu; y el cumplimiento del deber, para la tranquilidad de la conciencia", Lacordaire.

La felicidad la llevas contigo si eres íntegro y bondadoso. La felicidad está en servir, no en dominar, nace de compartir, no de acumular.

NAVIDAD... UNA VEZ MÁS SEÑOR!!



Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Navidad... una vez más Señor
La Navidad no es solo para una noche y de esta noche un ratito y tal vez mañana otro poquito. Es mucho más...es todos los días.

Navidad... una vez más Señor

Una vez más hemos limpiado la casa. Hemos pulido los metales, hemos abrillantado las maderas.

Una vez más hemos sacudido el polvo, hemos encendido las luces...

Una vez más hemos hecho estrellas de papel plateado, hemos colgado guirnaldas, una vez más está engalanado el árbol de Navidad, una vez más, Señor, tienen nuestra casa ambiente de fiesta navideña.

Una vez más hemos andado con el vértigo del tráfico, de acá para allá buscando regalos y una vez más, Señor, hemos dispuesto la mesa y preparado la cena con esmero... una vez más, Señor...

Y una vez más todo esto pasará y será como fuego de artificio que se pierde en la noche de nuestras vidas, si todo esto ha sido meramente exterior. Si no hemos encendido la luz de Tu amor en nuestro corazón. Si nuestra voluntad no se inclina ante ti y te adora incondicionalmente.

Tu no quieres tibios , ya lo dijiste cuando siendo hombre habitabas entre nosotros, no quieres "medias tintas", a ratos si y a ratos no. Trajiste la paz pero también la guerra. La guerra dentro de nosotros mismos para vencer nuestro egoísmo, nuestra soberbia, nuestra envidia, nuestra gran pereza para la entrega total.

La Navidad no es solo para esta noche y de esta noche un ratito y tal vez mañana otro poquito. Es mucho más que eso, es todos los días, todos los meses y todos los segundos del año en que tenemos que vivir la autenticidad de nuestro Credo.

Ser auténticos con nuestra Fe no solo es: no robar, no matar, no hacer mal a nadie. Busquemos en nuestro interior y veamos esos pecados de omisión: el no hacer el bien, el no preocuparnos de los que están a nuestro lado, del hermano que nos tiende la mano y hacemos como que no lo vemos, como que no lo oímos... Veamos si en nuestra vida hay desprendimiento y generosidad o vivimos solo para atesorar y cuando nos parece que tenemos las manos llenas, las tenemos vacías ante los ojos de Dios.

Que esta Noche sea Nochebuena de verdad en nuestro corazón. Vamos a limpiar y quitar el polvo del olvido para las buenas obras. Vamos a colgar para siempre la estrella de la humildad donde antes había soberbia, vamos a poner una guirnalda de caridad donde antes había desamor.

Vamos a cambiar nuestra vida interior fría y apática, por una valiente y plena de autenticidad. Vamos a darte, Señor, lo que viniste a buscar en los hombres una noche como esta hace ya muchos años: limpieza de corazón y buena voluntad.

Empezamos esta pequeña reflexión con: Una vez más Señor... pues bien, ya no será una vez más, será: Siempre más, Señor.

Y como es una Noche muy especial, en nuestra primera oración, en nuestra primera conversación contigo te pedimos:

POR LOS ENFERMOS, POR LOS QUE NADA TIENEN Y NADA ESPERAN, POR LA PAZ EN EL MUNDO, POR LOS QUE TIENEN HAMBRE, POR LOS QUE TIENEN EL VACÍO DE NO SER QUERIDOS, POR LOS QUE YA NO ESTÁN A NUESTRO LADO, POR LOS NIÑOS Y LOS JÓVENES, POR LOS MATRIMONIOS, POR EL PAPA BENEDICTO XVI, POR LA IGLESIA, POR LOS SACERDOTES.
A TODOS DANOS TU BENDICIÓN Y PARA TODOS LOS LECTORES DE CATHOLIC.NET, UNA MUY FELIZ NAVIDAD.

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme;
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.

NAVIDAD...¿QUÉ ES?

Navidad...¿Qué es.?


Navidad es un presente, no un pasado.  
Navidad no es una fecha histórica a recordar, sino un presente que hay que vivir:

Cuando decides amar a los que te rodean. Ese día es Navidad.

Cuando decides dar un paso de reconciliación con el que te ha ofendido. Ese día es Navidad.

Cuando te encuentras con alguien que te pide ayuda y lo socorres. Ese día es Navidad.

Cuando te tomas el tiempo para charlar con los que están solos. Ese día es Navidad.

Cuando comprendes que los rencores pueden ser transformados a través del perdón. Ese día es Navidad.

Cuando te desprendes aún de lo que necesitas, para dar a los que tienen menos. Ese día es Navidad.

Cuando renuncias al materialismo y al consumismo. Ese día es Navidad.

Cuando eliges vivir en la alegría y la esperanza. Ese día es Navidad. 

miércoles, 21 de diciembre de 2011

EL AMOR...

El amor
Autor: Anthony de Mello

El amor no es dependencia. ¡El amor no es compartir nuestra soledad! El amor no es deseo, no es fijación.
 
Apasionarse es el exacto opuesto del amor.
Cuando el ojo está limpio, el resultado es la visión. Cuando el corazón está limpio, el resultado es el amor.

Hablamos de lo que el amor no es y llegamos a la conclusión de que no puede ser dicho lo que el amor es. No se puede decir.
 
Amar significa, al menos, claridad de percepción y precisión de respuesta. Ver al otro claramente como es. Eso es lo mínimo que puedo pedirle al amor.
 
El amor es una sensibilidad que te capacita para escuchar todos los instrumentos, precisamente porque uno despertó más hondamente esa sensibilidad.
 
Y la armonía se logra cuando juntos estáis disponibles y sensibilizados para escuchar las melodías.

        Oír un solo instrumento de la sinfonía del amor es privarse de la
armonía del concierto. Amar es escucharlos todos.
 
El amor no es una relación. Es un estado del ser. El amor existía antes que cualquier ser humano. Antes de que existieses, el amor ya existía.
 
Amar es como oír una sinfonía. Ser sensible a toda esa sinfonía 
significa tener un corazón sensible a todos y a todo. ¿Puedes imaginar que una persona oiga una sinfonía y sólo escuche los tambores? ¿Dar tanto valor a los tambores que los otros instrumentos queden casi apagados? Un buen músico, que ama la música, escucharía cada uno de aquellos instrumentos; él puede tener su instrumento favorito, pero los escucha a todos.

CALENDARIO DE RENCORES

CALENDARIO DE RENCORES

Acostumbro tener un calendario del cual dia a dia,
arranco la hoja del dia anterior.

Algo bastante simple, excepto cuando deje
de hacerlo por un par de meses,
y al tratar de arrancar todas las hojas atrasadas
no pude hacerlo, pues una a la vez es facil,
pero todas juntas es muy diferente.

Lo mismo sucede con nosotros
cuando no nos perdonamos dia a dia,
o cuando guardamos rencores o sufrimientos.

Muchas veces nosotros mismos
no nos perdonamos errores y decidimos
cargarlos en silencio, haciendo cada vez mas
 dificil la tarea de arrancarlos de nuestras vidas.

No acumules mas hojas de tu vida;
decide hoy arrancarlas de ti y ser libre,
pues para eso fuiste hecho.

No acumules tus penas y daselas cada dia
a quien ya pago por todas y
 cada una de ellas en una Cruz.

UN MINUTO CON EL NIÑO JESÚS

UN MINUTO
CON EL NIÑO JESÚS


Bendiceme, Niño Jesús y ruega por mi sin cesar. 
Aleja de mí, hoy y siempre el pecado.
Si tropiezo, tiende tu mano hacia mi. 
Si cien veces caigo, cien veces levántame. 
Si me dejas Niño, ¿que será de mi? 
En los peligros del mundo asísteme.
Quiero vivir y morir bajo tu manto. 
Quiero que mi vida te haga sonreír. 
Mirame con compasión, no me dejes Jesús mio. 
Y, al final, sal a recibirme y llevame junto a Ti.
Tu bendición me acompañe hoy y siempre. 
Amén.
Aleluya. 

Rezar un gloria.

UN REGALO DE NAVIDAD

Un regalo para Navidad

Esta Navidad abundaran los regalos...
Regalos de todos los colores, olores, sabores, tamaños y hasta muchos de ellos innecesarios...
Por eso conviene recordar el sentido original y cristiano del Regalo...
Por eso conviene ubicar muy bien nuestra práctica ordinaria navideña de dar regalos...
La Navidad requiere:

          Regalarnos, cada uno debemos ser algo más que un regalo para todos, ser la expresión de la gratuidad de Dios.

Para ello:


          Prepara tu regalo. Elígelo con cuidado y tino. Envuélvelo con cariño. Entrégalo con gusto. Sabiendo que va algo de ti. (Vencerás el deseo innato del egoísmo y del quedar bien con los demás)
    
      Regala algo no comprado: un poema tuyo, una canción, un recorte, una foto, un dibujo, algo creado con tus manos y tu corazón... (Vencerás el consumismo desmedido que despersonaliza y neutraliza la bondad)
    
      Regala unas palabras personales: que salgan de adentro, pensadas, amadas, sacadas de un buen libro o autor... La palabra de Dios, que nunca viene mejor... (Vencerás la superficialidad en la comunicación)
    
      Regala algo simbólico: Elige algo significativo para regalar, ya sabes que todo regalo es simbólico, manifiestas algo de ti en él, lo que piensas de tu destinatario, lo que le deseas,... lo mejor será que lo hagas con este sentido, vencerás el vaciamiento que de los símbolos hace la sociedad hoy... ofreciéndote cualquier cosa como un valor. Regala un símbolo lleno de contenido y realismo.
    
      Regala algo que no sirva más que para eso: de regalo, lo demás es superfluo... (Vencerás el despilfarro económico que es un grave pecado de injusticia) regala solidaridad, justicia y atención a los pobres.
    
      Regala tu presencia: hazte presente a ti mismo, en alguna situación de necesidad, que tal en un hospital, en un orfanato, en una familia en problemas. ¡Dios ha sido el mejor de los regalos! Oportuno y eficaz.
    
      Regálate algo de ti mismo: quiérete un poco y regálate eso que andas buscando, un buen libro, unas ricas manzanas un poco de tiempo para ti. ¡Pero no exageres frente al espejo o la mesa! Date a ti mismo como das a los demás. (Vencerás la depresión y la baja estima personal).
    
      Regálate tiempo: que las prisas, los alborotos y carreras no hagan perder lo más valiosos de ti mismo: tu interioridad. Que el Señor Jesús esta mas dentro que ti mismo.
    
      Déjate regalar: recibe los regalos como un don y se agradecido, que el amor no tiene precio. Y el agradecimiento es uno de los dones mejor vividos: una sonrisa, una palabra, un gesto bastan.
    
      No pretendas comprar a nadie con regalos. Da sin esperar nada a cambio, lo demás ya llegará. Solo Dios basta y en el todo vendrá por añadidura.
    
      Y date a ti mismo, no escondas tus capacidades a los demás, tus inspiraciones, tus buenas obras. Sorprende a los demás con una ofrenda de tu propio ser y date en el servicio, la generosidad, el amor.
    
      Sólo siendo regalo podremos ser lo que el Señor quiere de nosotros.

Regale afecto, no lo compre.
 

EL HOMBRE DE LA VENTANA...



Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
El hombre de la ventana
Si quieres sentirte rico en esta Navidad, ve y comparte todas las cosas hermosas que has vivido.
El hombre de la ventana




Cada uno tiene experiencias particulares de la vida. Ante ellas, unos somos optimistas, otros somos medio tremendistas, unos positivos y otros negativos, unos realistas y otros subjetivos.

Por decirlo así, cada uno se la va cocinando como quiere. Pero hay personas especiales que siempre te dejan un mensaje, siempre te dejan una palabra, un comentario que te abre puertas y ventanas a un mundo mejor. Así es, por ejemplo, el hombre de la ventana. Un hombre cualquiera, que vive en cualquier lugar, de cualquier época y que come cualquier cosa; un hombre que vivió, vive y vivirá siempre, un hombre como tú y como yo, porque dentro de cada uno de nosotros hay uno como él.

Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones.

Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos charlaban durante horas; hablaban de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, dónde habían estado de vacaciones. Y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana. El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior.

La ventana daba a un parque con un precioso lago, patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad. Según el hombre de la ventana, describía todo esto con detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena. Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando.

Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras. Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía. Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital para llevarse el cuerpo. Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada, y tras asegurarse de que estaba cómodo, salió de la habitación.

Lentamente y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo para lanzar su primera mirada al mundo exterior; ¡por fin tendría la alegría de verlo él mismo! Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama... y se encontró con una pared blanca. El hombre preguntó a la enfermera qué podría haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana.

La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indicó: “Quizás sólo quería animarle a usted”.
Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación. El dolor compartido es la mitad de la pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble. Si quieres sentirte rico, ve y comparte todas las cosas hermosas que has vivido o que te gustaría vivir.

martes, 20 de diciembre de 2011

LA VIDA ES UN ESPEJO...


LA VIDA ES UN ESPEJO
 

Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles eran los factores que destruyen al ser humano.

Él respondió así:
La Política sin principios.
El Placer sin compromiso.
La Riqueza sin trabajo.
La Sabiduría sin carácter.
Los Negocios sin moral.
La Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.

La vida me ha enseñado que:
la gente es amable, si yo soy amable;
que las personas están tristes, si estoy triste;
que todos me quieren, si yo los quiero;
que todos son malos, si yo los odio;
que hay caras sonrientes, si les sonrío;
que hay caras amargas, si estoy amargado;
que el mundo está feliz, si yo soy feliz;
que la gente es enojona, si yo soy enojón
y que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.

La vida es como un espejo:
Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa.
La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.
"El que quiera ser amado, que ame".

Mahatma Gandhi
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