No conoció el amor
Charles Crawford no conoció el amor en su infancia. El día que su novia le terminó, decidió quitarse la vida mientras se repetía: “Nadie me quiere…la vida no tiene sentido”.
Rajón Bejín, quien iba para su casa a sacar a su hija a pasear, detuvo su vehículo y, arriesgando su propia vida, subió a la baranda del puente junto a Charles.
Con tacto y amor comenzó a darle apoyo; y estaba de tal modo aferrado a él en un espacio mínimo, que ambos hubieran caído del puente si Charles se hubiera arrojado al vacío.
Después llegaron dos personas que también colaboraron hasta que el desesperado joven dejó de gritar: “¡Déjenme morir! ¡Déjenme morir!...”.
Días después, confesó: “Vi que sí hay quienes se interesan por los demás, y en esta segunda oportunidad nunca olvidaré que alguien arriesgó su vida por mí”.
autor desconocido