San José Marello, OSJ
Mayo 30
Apóstol de los jóvenes y Fundador de los Oblatos de San José
Nuestro
Padre Fundador nació el 26 de diciembre de 1844 en Turín (Italia). Tuvo
una niñez bastante común con una vida arraigada en la fe sencilla,
humilde y de mucho servicio al prójimo tal como lo aprendió de sus
padres. A los 10 años fue acólito en su Parroquia y a los 12 años, en
1856, el 31 de octubre, pide ingresar al Seminario Menor de Asti con la
intención de hacerse sacerdote.
De joven seminarista, despliega
gran sensibilidad ante las necesidades de su entorno social, pastoral y
espiritual de su tiempo. Se prepara con el entusiasmo y empeño más
atento para lograr ser otro Cristo en el ejercicio de la caridad.
Se
ordena Sacerdote a los 24 años, el 19 de setiembre de 1868 en la
Catedral de Asti por la imposición de manos de Mons. Carlos Savio quien
lo elige su secretario el 21 de octubre del mismo año.
Participa,
como secretario de su Obispo en el Concilio Vaticano I, desde el 21 de
noviembre de 1869 hasta el verano de 1870. Funda la Compañía de San José
el 14 de marzo de 1878. El 4 de noviembre de 1884, traslada a sus
primeros hijos espirituales de la Obra Michelerio al hospicio de Santa
Clara, que se convirtió en la Casa Madre de la Congregación.
Es
nombrado Obispo de Acqui el 23 de noviembre de 1888. Al año siguiente,
es consagrado Obispo, el 17 de febrero, en la ciudad de Roma; y tomó
posesión canónica de su diócesis el 16 de junio. Desempeñó una labor
apostólica inmensa en bien de sus feligreses. Muere santamente el 30 de
mayo de 1895, en la ciudad de Savona. Tras su deceso es llamado "Mártir
de de los pobres", "perla de Obispo", "Pastor insigne", "Apóstol de los
jóvenes". Es canonizado el 30 de mayo de 2001.
ALGUNOS ASPECTOS DE SU VIDA
Retorno al Seminario
En
diciembre de 1863 se enfermó gravemente de tifus. Le dijo a su padre:
“Papá, yo hubiera querido continuar con los estudios para hacerme
sacerdote. Tú no has querido y yo te he obedecido. Pero la Virgen
viendo los peligros en los que me encuentro, ha escuchado mi oración y
está por liberarme. Si tú consientes que yo siga mi camino, me curaré
rápidamente, de otro modo, la Virgen me llamará a sí”.
Sacerdote, nuestro modelo de vida
Al
inicio de 1864, completamente restablecido, reinició los estudios en el
Seminario y el 19 de setiembre de 1868 fue ordenado sacerdote en la
Catedral de Asti. Por su inteligencia y por sus grandes capacidades
prácticas, el obispo Monseñor Carlos Savio lo escogió como su
secretario. Con él tuvo la oportunidad de conocer el gobierno de la
Diócesis, acompañándolo en todas sus visitas a las parroquias de la
Diócesis y en todos sus viajes.
Confesor en el seminario
En
Asti, su preocupación particular era el Seminario, donde daba lecciones
de catecismo. Durante dos años, entre 1881 y 1883, recibe el encargo
de director espiritual y confesor de los seminaristas. De 1881 a 1889
fue también director espiritual en el Instituto Michelerio. Ya nombrado
canónigo en 1881 frecuentó asiduamente la catedral para el oficio
litúrgico del coro y para las confesiones.
Concilio Vaticano I
A
fines de noviembre de 1869, Monseñor Carlos Savio fue a Roma para
participar en el Concilio Vaticano I y llevó consigo a su secretario.
Se alojó en el palacio del Quirinale, por entonces residencia de los
papas, y conoció al cardenal Gioacchino Pecci, futuro Papa León XIII.
Monseñor Savio y el Padre Marello tuvieron un encuentro con el Papa Pío
IX en audiencia privada la noche de navidad del mismo año.
Fundador
El
14 de marzo de 1878 nació la Congregación en los locales del Instituto
Michelerio donde el Padre José Marello había intentado construir la
primera Compañía de San José. Los primeros cuatro jóvenes iniciaron la
vida común. La espiritualidad de la nueva institución se inspira en San
José, en su amor a Jesús, en el ocultamiento y en la laboriosidad:
«Cartujos en casa y apóstoles fuera de casa».
La Congregación
La
nueva familia religiosa se desarrolló, humilde y desapercibida, primero
en un orfanatorio y luego en un hospicio. Su labor apostólica fue la
actividad pastoral en las parroquias, en las escuelas, colegios y
orfanatos, en la enseñanza de la religión, en el servicioProcesion en
Lima
a los párrocos, en el cuidado de la juventud, en la dedicación a los más humildes.
Obispo
Su
nombramiento como obispo llegó improvisadamente el 23 de noviembre de
1888. Tenía apenas 44 años. El ingreso a su Diócesis tuvo lugar el 16 de
junio de 1889. Su servicio episcopal en Acqui duró seis años, la muerte
llegó también repentinamente el 30 de mayo de 1895, en Savona. Durante
su gobierno pastoral visitó todas las parroquias. El contacto directo
con la población era para él su primer deber. Por donde pasara suscitaba
sentimientos de entusiasmo y de fe. En todos lados se repetía: “¡Es un
santo!”.
LA GLORIA
Las virtudes heroicas
«Mons.
Marello aparece como un pastor celoso, un modelo de virtudes practicadas
con heroicidad, en la simplicidad y humildad de todos los días. Amaba
la vida desapercibida, aunque no podía evitar ser admirado por su
carácter dulce. Hombre de grandes virtudes y de un gran amor a Dios,
estaba abierto a todas las iniciativas de caridad» (juicio de los
consultores de la Congregación para la Causa de los Santos).
Beatificación
Manteniéndose después de su muerte la fama de su santidad, testimoniada
con numerosas gracias obtenidas, se iniciaron los procesos
informativos. El 28 de mayo de 1948 se introdujo la Causa de
Beatificación y el 12 de junio de 1978, en presencia del Papa Pablo VI,
se leyó el decreto sobre la heroicidad de sus virtudes. Juan Pablo II lo
proclamó Beato en Asti Capilla de Ranquish
el 26 de septiembre de
1993, presentándolo a los Pastores del Pueblo de Dios, a sus Oblatos y a
los fieles, como ejemplo y modelo de caridad hacia todos, y de
incansable y silenciosa labor en favor de los jóvenes y de los
marginados.
Canonización
Ocho años más tarde, con un decreto
solemne del 18 de diciembre del 2000, el Santo Padre Juan Pablo II
declaró que "ha sido probado el milagro obrado por Dios por la
intercesión del Beato José Marello, Obispo de Acqui, Fundador de la
Congregación de los Oblatos de San José: es decir, la curación
improvisa, completa y duradera de los niños Alfredo e Isila Chávez León,
sanados ambos simultáneamente de broncopulmonía con fiebre alta, disnea
y cianosis en pacientes con desnutrición crónica". Por tanto, el 25 de
noviembre de 2001, al día siguiente del Sínodo de los Obispos, fue
canonizado por el Papa Juan Pablp II quien recordó que el lema de vida
del nuevo santo era « Proteger los intereses de Jesús ».