miércoles, 23 de diciembre de 2020

IMÁGENES DE TARJETAS DE FELIZ NAVIDAD



































 

PAPA FRANCISCO: LA NAVIDAD ES LA FIESTA DE AMOR



Papa Francisco: La Navidad es la fiesta del Amor

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media




En la Audiencia General de este 23 de diciembre, el Papa Francisco destacó que “la Navidad es la fiesta del Amor encarnado y nacido por nosotros en Jesucristo” porque Él es la luz que “da sentido a la existencia humana”.

“La Navidad es la fiesta del Amor encarnado y nacido por nosotros en Jesucristo. Jesucristo es la luz de los hombres que resplandece en las tinieblas, que da sentido a la existencia humana y a la historia entera”, dijo el Papa.

En su catequesis, el Santo Padre reflexionó en la celebración de la próxima Navidad y recordó que “en la Liturgia de la Noche resonará el anuncio del ángel a los pastores: ‘No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre’”.

En esta línea, el Pontífice señaló que “imitando a los pastores, también nosotros nos movemos espiritualmente hacia Belén, donde María ha dado a luz al Niño en un establo, porque – dice San Lucas – no tenían sitio en el alojamiento”.

“La Navidad se ha convertido en una fiesta universal, y también quien no cree percibe el encanto de esta festividad. El cristiano, sin embargo, sabe que la Navidad es un evento decisivo, un fuego perenne que Dios ha encendido en el mundo, y no puede ser confundido con las cosas efímeras”, advirtió el Papa.

Por ello, el Santo Padre subrayó que es importante que la Navidad “no se reduzca a fiesta solamente sentimental o consumista” y mencionó que el domingo pasado durante el rezo del Ángelus subrayó que “el consumismo ha secuestrado la Navidad”. 

En este sentido, el Papa explicó que “la Navidad no se debe reducir a una fiesta solamente sentimental o consumista rica de regalos y de felicitaciones, pero pobre de fe cristiana y también pobre de humanidad” y por lo tanto “es necesario frenar una cierta mentalidad mundana, incapaz de captar el núcleo incandescente de nuestra fe, que es que ‘la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad’ -y añadió- “este es el núcleo de la Navidad, la verdad de la Navidad”.

Además, el Pontífice afirmó que “la Navidad nos invita a reflexionar, por una parte, sobre la dramaticidad de la historia, en la cual los hombres, heridos por el pecado, van incesantemente a la búsqueda de verdad, a la búsqueda de misericordia, a la búsqueda de redención; y, por otro lado, sobre la bondad de Dios, que ha venido a nuestro encuentro para comunicarnos la Verdad que salva y hacernos partícipes de su amistad y de su vida”.

De este modo, el Santo Padre subrayó que se trata de “un don de gracia, sin mérito nuestro” porque “es un don de gracia que recibimos a través de la sencillez y la humanidad de la Navidad, y puede quitar de nuestros corazones y de nuestras mentes el pesimismo, que hoy se ha difundido por la pandemia”.

“Podemos superar ese sentido de pérdida inquietannte, no dejarnos abrumar por las derrotas y los fracasos, en la conciencia redescubierta de que ese Niño humilde y pobre, escondido e indefenso, es Dios mismo, hecho hombre por nosotros”, señaló.

Luego, el Santo Padre citó al Concilio Vaticano II, en un pasaje de la Constitución Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, que describió que la Navidad es un evento que nos concierne a cada uno de nosotros: “el Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, uno de nosotros, semejantes en todo a nosotros, excepto en el pecado”.

“¡Jesús es uno de nosotros, Dios en Jesús es uno de nosotros! Esta realidad nos dona tanta alegría y tanta valentía. Dios no nos ha mirado desde arriba, desde lejos, no, no ha pasado de largo, no ha sentido asco por nuestra miseria, no se ha revestido con un cuerpo aparente, sino que ha asumido plenamente nuestra naturaleza y nuestra condición humana. Es uno de nosotros, como nosotros. No ha dejado nada fuera, excepto el pecado, la única cosa que no tiene: toda la humanidad está en Él. Él ha tomado todo lo que somos, así como somos”, dijo el Papa.


Meditar ante el pesebre

Asimismo, el Santo Padre invitó a prepararse a la Navidad meditando “en silencio delante del pesebre” porque “el pesebre es una catequesis” de esa realidad y recordó la Carta que escribió sobre el pesebre “Admirabile signum”, “Signo admirable”.

“Siguiendo las huellas de San Francisco de Asís, nos podemos convertir un poco en niños y permanecer contemplando la escena de la Natividad, y dejar que renazca en nosotros el estupor por la forma ‘maravillosa’ en la que Dios ha querido venir al mundo”, explicó.

Por ello, el Papa invitó a pedir “la gracia del estupor, delante a este misterio, a esta realidad, así de tierna, así bella, así cercana a nuestros corazones, que el Señor nos de la gracia del estupor para encontrarlo, para acercarnos a Él, para acercarnos a todos nosotros” para que esto haga “renacer en nosotros la ternura”.

“¡Hoy necesitamos mucho la ternura! La ternura humana que es similar a la ternura de Dios, y hoy necesitamos tanto de la ternura, de la ternura humana delante a tantas miserias”, reconoció el Papa.

Finalmente, el Santo Padre destacó que “si la pandemia nos ha obligado a estar más distantes, Jesús, en el pesebre, nos muestra el camino de la ternura para estar cerca, para ser humanos” por lo que animó a seguir este camino y deseó a todos “¡Feliz Navidad!”. 

ORACIÓN PARA REZAR EN FAMILIA ANTE EL PESEBRE EN NOCHEBUENA



 Oración para rezar en familia ante el Pesebre en Nochebuena




Lector 1:

Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:

En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por las personas que trabajan con nosotros.

Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.

Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.


Lector 2:

Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tu nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.

Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.


(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre o si ya esta allí se coloca un pequeño cirio o velita delante de El).


Lector 3:

Santísima Virgen María, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que día a día intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.

Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.

Amén


Rezar: 1 Padre Nuestro, 1 Ave María, 1 Gloria


Fuente: Navidad es Jesús

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 23 DE DICIEMBRE DEL 2020 - ADVIENTO

 Lecturas de hoy 23 de Diciembre. Feria de Adviento

Hoy, miércoles, 23 de diciembre de 2020




Primera lectura

Lectura de la profecía de Malaquías (3,1-4.23-24):

ESTO dice el Señor Dios:

«Voy a enviar a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí.

De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo.

¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como el fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas.

Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño.

Mirad, os envío al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor, día grande y terrible. Él convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir a castigar y destruir la tierra».


Palabra de Dios



Salmo

Sal 24,4-5ab.8-9.10.14


R/. Levantaos, alzad la cabeza;

se acerca vuestra liberación.


V/. Señor, enséñame tus caminos,

instrúyeme en tus sendas:

haz que camine con lealtad;

enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.


V/. El Señor es bueno y es recto,

y enseña el camino a los pecadores;

hace caminar a los humildes con rectitud,

enseña su camino a los humildes. R/.


V/. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad

para los que guardan su alianza y sus mandatos.

El Señor se confía a los que lo temen,

y les da a conocer su alianza. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,57-66):

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.

A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:

«¡No! Se va a llamar Juan».

Y le dijeron:

«Ninguno de tus parientes se llama así».

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:

«Pues ¿Qué será este niño?»

Porque la mano del Señor estaba con él.


Palabra del Señor




«‘¿Qué será este niño?’. Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él»


Rev. D. Miquel MASATS i Roca

(Girona, España)

Hoy, en la primera lectura leemos: «Esto dice el Señor: ‘Yo envío mi mensajero para que prepare el camino delante de Mí’» (Mal 3,1). La profecía de Malaquías se cumple en Juan Bautista. Es uno de los personajes principales de la liturgia de Adviento, que nos invita a prepararnos con oración y penitencia para la venida del Señor. Tal como reza la oración colecta de la misa de hoy: «Concede a tus siervos, que reconocemos la proximidad del Nacimiento de tu Hijo, experimentar la misericordia del Verbo que se dignó tomar carne de la Virgen María y habitar entre nosotros».

El nacimiento del Precursor nos habla de la proximidad de la Navidad. ¡El Señor está cerca!; ¡preparémonos! Preguntado por los sacerdotes venidos desde Jerusalén acerca de quién era, él respondió: «Yo soy la voz del que clama en el desierto: ‘Enderezad el camino del Señor’» (Jn 1,23).

«Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20), se lee en la antífona de comunión. Hemos de hacer examen para ver cómo nos estamos preparando para recibir a Jesús el día de Navidad: Dios quiere nacer principalmente en nuestros corazones.

La vida del Precursor nos enseña las virtudes que necesitamos para recibir con provecho a Jesús; fundamentalmente, la humildad de corazón. Él se reconoce instrumento de Dios para cumplir su vocación, su misión. Como dice san Ambrosio: «No te gloríes de ser llamado hijo de Dios —reconozcamos la gracia sin olvidar nuestra naturaleza—; no te envanezcas si has servido bien, porque has cumplido aquello que tenías que hacer. El sol hace su trabajo, la luna obedece; los ángeles cumplen su misión. El instrumento escogido por el Señor para los gentiles dice: ‘Yo no merezco el nombre de Apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios’ (1Cor 15,9)».

Busquemos sólo la gloria de Dios. La virtud de la humildad nos dispondrá a prepararnos debidamente para las fiestas que se acercan.

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 23 DE DICIEMBRE DEL 2020


José Cho Yun-ho, SantoJosé Cho Yun-ho, Santo
Martir Laico, 23 de diciembre






Sérvulo el Paralítico, SantoSérvulo el Paralítico, Santo
Mendigo, 23 Diciembre






Pablo Meléndez Gonzalo, BeatoPablo Meléndez Gonzalo, Beato
Mártir y Padre de familia, 23 Diciembre






Antonio de Santa Ana (Fray Galvão), SantoAntonio de Santa Ana (Fray Galvão), Santo
Franciscano, 23 de diciembre






Juan Stone, SantoJuan Stone, Santo
Mártir Agustino, 23 Diciembre






Juan de Olmillos, SantoJuan de Olmillos, Santo
Franciscano, 23 de diciembre






Juan Cancio de Kety, SantoJuan Cancio de Kety, Santo
Sacerdote, profesor de la universidad, 23 de diciembre



María Margarita de Youville, SantaMaría Margarita de Youville, Santa
Primera santa canadiense, 23 de Diciembre

BUENOS DÍAS!!!








 

martes, 22 de diciembre de 2020

IMÁGENES CON ORACIÓN PARA BENDECIR LA MESA DE NAVIDAD





EL MAGNIFICAT - REFLEXIÓN



 El Magnificat

La Virgen expresa su inmensa alegría por todo lo que Dios ha hecho en su humilde esclava


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer



Lucas 1, 46-56

En aquel tiempo, María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia para siempre. María permaneció con Isabel unos tres meses, y se volvió a su casa.


Reflexión

El Evangelio de hoy nos presenta el gran cántico de la Sma. Virgen en su visita a la casa de Santa Isabel: el Magnificat. Expresa su inmensa alegría por todo lo que Dios ha hecho en su humilde esclava.

En el canto, en realidad, María dice pocas cosas nuevas. Casi todas sus frases encuentran numerosos paralelos en los salmos y en otros libros del Antiguo Testamento. Pero - como escribe un teólogo - si las palabras provienen en gran parte del antiguo testamento, la música pertenece ya a la nueva alianza. En las palabras de María estamos leyendo ya un anticipo de las bienaventuranzas y una visión de la salvación que rompe todos los moldes establecidos. En el canto, María dice cosas que deberían hacernos temblar.

El canto es como un espejo del alma de María. Es, sin duda, el mejor retrato de María que tenemos. Su canto es, a la vez, bello y sencillo. Sin alardes literarios, sin grandes imágenes poéticas, sin que en él se diga nada extraordinario. Y sin embargo, ¡qué impresionantes resultan sus palabras!

Es, ante todo, un estallido de alegría. Las cosas de Dios parten del gozo y terminan en el entusiasmo. Dios viene a llenar, no a vaciar. Pero ese gozo no es humano. Viene de Dios y en Dios termina. La alegría de María no es de este mundo. No se alegra de su maternidad humana, sino de ser la madre del Mesías, su Salvador (M. Thurian). No de tener un hijo, sino de que ese hijo sea Dios.

Por eso se sabe llena María, por eso se atreve a profetizar que todos los siglos la llamarán bienaventurada, porque ha sido mirada por Dios. Nunca entenderemos los occidentales lo que es para un oriental “ser mirado por Dios”. Para éste - aún hoy - la santidad la transmiten los santos por medio de su mirada. La mirada de un hombre de Dios es una bendición. ¡Cuánto más si el que mira es Dios!

La cuarta estrofa del himno de María resume su visión de la historia. Y se reduce a una sola idea: el reino de Dios, que su hijo trae, no tiene nada que ver con el reino de este mundo. Y ésta es la parte subversiva del himno que no podemos disimular: para María el signo visible de la venida del Reino de Dios es la humillación de los soberbios, la derrota de los potentados, la exaltación de los humildes y los pobres, el vaciamiento de los ricos.

Estas palabras no deben ser atenuadas: María anuncia lo que su Hijo predicará en las bienaventuranzas: que Él viene a traer un plan de Dios que deberá modificar las estructuras de este mundo de privilegio de los más fuertes y poderosos.

Los pobres y humildes de los que habla María son los que sólo cuentan con Dios en su corazón: los humildes, los que temen a Dios, los que se refugian en él, los que le buscan, los corazones quebrantados y las almas oprimidas. María no habla tanto de clases sociales, sino más bien de clases de almas. ¿Y quién podrá decir de sí mismo que es uno de esos pobres de Dios?

María no habla solamente de la pobreza material o de la pobreza espiritual. Habla de la suma de las dos. Y al mismo tiempo ofrece un programa de reforma de las injusticias de este mundo y de elevación de los ojos al cielo. Son dos partes esenciales de su Magnificat y del evangelio, dos partes inseparables.

María, en el Magnificat, no separa lo que Dios ha unido por medio de su Hijo: los problemas temporales de los celestiales. Su canto es, verdaderamente, un himno revolucionario, pero de una revolución integral. Por eso María puede predicar esa revolución con alegría.

Queridos hermanos, pienso que es necesario que también todos nosotros cantemos con ella, y como ella, atreviéndonos a decir toda la verdad de esa revolución que María anuncia. Esa revolución que hubiera hecho temblar a Herodes y Pilato, si la hubieran oído. Y que debería hacernos sangrar hoy a cuantos, de un modo o de otro, multiplicamos el mensaje de María.


¡Qué así sea!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.


Padre Nicolás Schwizer

Instituto de los Padres de Schoenstatt

BENDICIÓN URBI ET ORBI DE NAVIDAD DEL PAPA FRANCISCO SERÁ SIN LA ASISTENCIA DE FIELES



 Bendición Urbi et Orbi de Navidad del Papa será sin la asistencia de fieles

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


La oficina de prensa de la Santa Sede confirmó que debido a las nuevas restricciones en Italia por el COVID-19 el Papa Francisco impartirá la Bendición Urbi et Orbi del día de Navidad en forma privada y no ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

El 25 de diciembre, Solemnidad de la Navidad del Señor, el Papa Francisco pronunciará el mensaje natalicio e impartirá la Bendición Urbi et Orbi en el aula de las bendiciones y no desde el balcón central de la fachada de la Basílica vaticana. Modo similar a la Pascua pasada.

Además, durante todo el periodo natalicio el Santo Padre rezará el Ángelus nuevamente desde la biblioteca del palacio apostólico del Vaticano y no desde el balcón ante las personas presentes en la plaza.

En esta línea, la comunicación vaticana informó que la fiesta de San Esteban, 26 de diciembre; el domingo 27 de diciembre; la Solemnidad de la Madre de Dios, 1 de enero de 2020; el domingo 3 de enero y la Solemnidad de la Epifanía, 6 de enero, el rezo del Ángelus se llevará a cabo desde la Biblioteca.

Todavía no se sabe si el 25 de diciembre, y los días siguientes, la plaza de San Pedro estará cerrada o si la oración del Santo Padre será transmitida en directo a través de las pantallas colocadas en la plaza.


Nuevas restricciones en Italia

Debido al aumento de contagios del COVID-19, a partir del próximo 24 de diciembre hasta el 6 de enero todo el territorio italiano tendrá mayores restricciones, por lo que la población no podrá viajar entre ciudades ni regiones y deberá permanecer en casa lo más posible. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, informó a la población sobre estas nuevas medidas el pasado viernes 18 de diciembre.

Según las nuevas restricciones, los días festivos -Navidad y San Esteban, el 1 de enero y la Epifanía- se podrá ir a Misa regularmente en todo Italia, pero los obispos italianos sugirieron que será mejor llevar consigo un permiso de tránsito firmado.

El modelo de “autocertificación” es un documento previsto por las autoridades italianas que indica la causa del viaje y especifica el trayecto de la persona en caso de tener que salir de casa por razones de necesidad, como trabajo, cuestiones médicas, entre otros.

El Ministerio del Interior italiano subrayó en un comunicado que los lugares de culto a los que se puede asistir “deberán estar razonablemente identificados entre los más cercanos” al domicilio.

El 1 de diciembre la Secretaría General del Episcopado italiano se reunió en Consejo permanente y acordó, entre otros temas, que la Misa de Nochebuena podrá celebrarse alrededor de las 8:00 p.m., y no más tarde como se acostumbra en Italia, para que los fieles puedan volver a sus casas antes de las 10:00 p.m. y no rompan el toque de queda impuesto por las autoridades en todo el país.

Según el nuevo decreto – ley 172, todo el territorio italiano será “zona roja” en los días 24, 25, 26, 27, 31 de diciembre de 2020, y el 1, 2, 3, 5 y 6 de enero de 2021, y “zona naranja” los 28, 29 30 de diciembre de 2020 y el 4 de enero de 2021.

Durante los días que en Italia será “zona naranja” los fieles podrán ir libremente a cualquier lugar sagrado en la ciudad de residencia. Solo si la población no es mayor a cinco mil habitantes será posible salir a otras poblaciones a una distancia no mayor de 30 km. 

MEDITACIONES DE ADVIENTO - 22 DE DICIEMBRE




 Meditación delante del pesebre


El Señor vuelve a nacer y desde el pesebre nos llama a trabajar por su Reino. “Hallarán a un niño envuelto en pañales acostada en un pesebre”. El Dios de la Vida es el que nace pobre y sencillo en un pesebre de Palestina, una tierra sin mayor importancia para los tiempos del imperio romano.

Ese es nuestro Dios… el que también renace en cada Navidad, para despertar la esperanza y convocar a la conversión y el compromiso. En nuestros días muchas realidades están en pañales, principalmente la justicia y la dignidad. Por eso el mensaje de Navidad tiene una actualidad motivadora y comprometedora. Se trata de anunciar con nuestras vidas, nuestra palabra y nuestro ejemplo que hay una esperanza viva porque ¡Dios está con nosotros! La Biblia nos enseña que en los momentos más inesperados Dios sale al encuentro y cambia la vida, personal y social, porque él es un Dios de la Vida.

Que la Navidad nos encuentre haciendo algo, por pequeño que sea, para sembrar esperanza a nuestro alrededor.


* Enviado por el P. Natalio

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