viernes, 15 de mayo de 2020

EL PAPA FRANCISCO RECHAZA LA RELIGIOSIDAD RÍGIDA QUE CAUSA TURBACIÓN ENTRE LOS CRISTIANOS


El Papa rechaza la religiosidad rígida que causa turbación entre los cristianos
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco rechazó la religiosidad rígida, la religiosidad de prescripciones que elimina la libertad del Espíritu Santo y la gratuidad de la resurrección de Cristo, provocando turbación en los fieles.

Así lo señaló el Pontífice durante la Misa celebrada este viernes 15 de mayo en Casa Santa Marta, donde explicó que al principio del cristianismo había tiempos de paz y tiempos de persecución, y también tiempos de turbación.

Esa turbación estaba causada por actitudes rígidas por parte de algunos cristianos, actitudes que llevan a los apóstoles a escribir la carta que figura en la Primera Lectura, del Libro de los Hechos de los Apóstoles.

En ella, los apóstoles escriben a cristianos que procedían del paganismo: “Hemos sabido que algunos de nosotros, sin haber recibido ningún encargo, han venido a turbaros con discursos que han trastornado vuestros ánimos”.

“Estos cristianos”, explicó el Pontífice, “que provenían de entre los paganos, habían creído en Jesucristo y recibido el bautismo. Estaban felices. Habían recibido el Espíritu Santo. Del paganismo al cristianismo, sin ninguna etapa intermedia”.

Sin embargo, entre los cristianos procedentes del judaísmo, estaban los que se llamaban “judaizantes”, que defendían que los convertidos procedentes del paganismo debían hacerse judíos como paso intermedio antes de ser cristianos.


Defendían que “si uno era pagano, primero debía hacerse hebreo, un buen judío, y luego hacerse cristiano. Para seguir la línea de la elección del pueblo de Dios”.

“Y estos cristianos no entendían esto: ‘¿Somos cristianos de segunda clase? ¿No se puede pasar del paganismo directamente al cristianismo? ¿Es que la resurrección de Cristo no ha dado cumplimiento la antigua Ley y la ha llevado a una plenitud todavía más grande?’. Estaban turbados y tenían muchas discusiones entre ellos”.

Aquellos judaizantes “eran personas que, con argumentos pastorales, argumentos teológicos, también alguno moral, sostenían que no, que se debía seguir ese recorrido. Y eso ponía en discusión la libertad del Espíritu Santo, incluso la gratuidad de la resurrección de Cristo y de la gracia. Eran metódicos, y también rígidos”.

“Habían reducido la Ley, el dogma, a una ideología: ‘Se debe hacer esto, esto y esto’. Una religión de prescripciones. Y con esto eliminaban la libertad del Espíritu. Y la gente que lo seguía era gente rígida, gente que no se sentía cómoda. No conocía la alegría del Evangelio”.

Para ellos, “la perfección del camino para seguir a Jesús era la rigidez. Se debe hacer esto, esto, esto… Esta gente, estos doctores, manipulaban la conciencia de los fieles, y los hacían volverse o rígidos o se marchaban”.

El Papa señaló que ese es el motivo por el que “repito muchas veces y digo que la rigidez no es del buen Espíritu, porque pone en cuestión la gratuidad de la redención, la gratuidad de la resurrección de Cristo”.

Además, explicó que esta rigidez se ha repetido a lo largo de la historia: “Pensemos en los pelagianos, en estos rígidos famosos. Y también en nuestros tiempos. Hemos visto algunas organizaciones apostólicas que parecían bien organizadas, que trabajaban bien, pero todos rígidos, todos iguales uno al otro, y luego hemos sabido de la corrupción que había dentro, incluso en el fundador”.

“Donde hay rigidez, no está el Espíritu de Dios, porque el Espíritu de Dios es libertad. Y esta gente quería seguir los pasos eliminando la libertad del Espíritu de Dios y la gratuidad de la redención. ‘Para ser justificado, tú debes hacer esto, esto, esto…’. La justificación es gratuita. La muerte y resurrección de Cristo es gratuita. No se paga, no se compra, es un don”.


Por el contrario, la respuesta de los Apóstoles ante la turbación de aquellos cristianos, les devuelve la alegría y la libertad del Espíritu: “Los apóstoles se reunieron en este Concilio y al terminar escriben una carta que empieza así: ‘Nos ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros, no imponeros más obligaciones’. Y ponen estas obligaciones más morales de buen sentido, de no confundir el cristianismo con el paganismo: abstenerse de la carne ofrecida a los ídolos, etcétera”.

“Al final, “cuando estos cristianos que estaban turbados, ‘leyeron la carta y se alegraron al recibir aquel aliento’. De la turbación, a la alegría. El espíritu de la rigidez siempre te lleva a la turbación: ‘Pero esto lo he hecho bien, no lo he hecho bien’. Al escrúpulo. El Espíritu de la libertad Evangélica te lleva a la alegría. Porque es precisamente esto lo que Jesús hizo con su resurrección: la alegría”.

“La relación con Dios, la relación con Jesús no es una relación de ‘hacer cosas’: Yo hago esto y tú me das esto’. Una relación, se podría decir, ‘comercial’. No. Es gratuito, como es gratuita la relación de Jesús con los apóstoles: ‘Vosotros sois mis amigos. No os llamo siervos, os llamo amigos. No sois vosotros los que me habéis elegido a mí. Yo os he elegido a vosotros. Esta es la gratuidad”.

El Papa Francisco concluyó su homilía pidiendo al Señor “que nos ayude a discernir los frutos de la gratuidad evangélica de los frutos de la rigidez no evangélica. Y que nos libre de toda turbación de aquellos que ponen la fe, la vida de la fe bajo las prescripciones casuísticas, las prescripciones que no tienen sentido”.

A continuación, la lectura comentada por el Papa Francisco:

Hechos 15:22-31
22 Entonces decidieron los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y enviarles a Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron Judas, llamado Barsabás, y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos.
23 Por su medio les enviaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos, saludan a los hermanos venidos de la gentilidad que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia.
24 Habiendo sabido que algunos de entre nosotros, sin mandato nuestro, os han perturbado con sus palabras, trastornando vuestros ánimos,
25 hemos decidido de común acuerdo elegir algunos hombres y enviarlos donde vosotros, juntamente con nuestros queridos Bernabé y Pablo,
26 que son hombres que han entregado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo.
27 Enviamos, pues, a Judas y Silas, quienes os expondrán esto mismo de viva voz:
28 Que hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que éstas indispensables:
29 abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la impureza. Haréis bien en guardaros de estas cosas. Adiós.»
30 Ellos, después de despedirse, bajaron a Antioquía, reunieron la asamblea y entregaron la carta.
31 La leyeron y se gozaron al recibir aquel aliento.

HOY 15 DE MAYO SE INICIA LA NOVENA A MARÍA AUXILIADORA


Hoy 15 de mayo se inicia la Novena a María Auxiliadora


 (ACI).- “Nuestra Madre, concede grandes favores a los que hacen bien su novena”, solía decir Don Bosco. El Santo siempre contaba a los jóvenes sobre los muchos favores que él y otros hermanos obtenían con esta oración a María Auxiliadora y que la Iglesia reza del 15 al 23 de mayo.

Cierto día San Juan Bosco recibió en la sacristía a un Señor que le entregó una limosna, pidiendo que rezara por él y que pregonara por todo el mundo las maravillas que el Señor hace a través de su Madre.

El hombre le contó que tenía un hijo único de cuatro años que cayó enfermo, sin esperanza de curación. Él lloraba mucho y un amigo le sugirió hacer una novena a la Auxiliadora con la promesa de entregar un donativo a la Iglesia construida bajo esta advocación.

Así lo hizo y a la mitad de la novena su hijo quedó fuera de peligro.

Según la tradición salesiana, esta es la novena que difundió Don Bosco:

1. Rezar durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la jaculatoria "Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento", y tres Salves con la jaculatoria "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".

2. Acercarse a los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.

3. Ofrecer una limosna o el propio trabajo personal para sostener obras de apostolado, de preferencia aquellas en favor de los jóvenes.



Novena a María Auxiliadora y Novena de la Confianza
La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora. 
Del 15 al 24 de mayo




El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".

San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".

En el año 1572, el Papa San Pío V ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.

En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo. Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".

En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.




Primer Día de la Novena a María Auxiliadora
15 de Mayo

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA HUMILDAD

¡Oh Soberana Señora del Cielo y poderosa Auxiliadora de los cristianos!, por aquella profundísima humildad con que fuiste a servir a Santa Isabel siendo ya, realmente, Madre de Dios, ayúdame a copiar y grabar en mi alma tan bella virtud y a conseguir de tu Divino Hijo la gracia que te pido... Las culpas que he cometido, mis infidelidades y malas tendencias, la incertidumbre de perseverar en la amistad de Dios, no son, por desgracia, suficientes motivos para inspirarme un bajo concepto de mí mismo; pero Tú ayúdame, oh Madre, y haz que siendo pospuesto, no me resienta; olvidado, me goce; alabado, no me ensoberbezca; a fin de que pueda obtener lo que te imploro, representarte dignamente en la tierra y ser tu corona en el Cielo. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifestaste como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARÍA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUÉSTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...



Segundo Día de la Novena a María Auxiliadora
16 de Mayo

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA PACIENCIA

¡Oh dulcísima Auxiliadora!, que por nuestra salvación sufriste al pie de la Cruz angustias mortales, concédeme la gracia que te pido... y dígnate hablar a mi alma el lenguaje del amor y del sacrificio. Ya lo ves, oh Madre, por pequeño que sea todo trabajo me espanta; la más leve aflicción me fastidia, y casi me resisto a persuadirme de que la paciencia nos es a todos necesaria y de que sólo por el camino de la tribulación se va al Paraíso.— ¡Ah! querida Madre mía, infunde en mi alma una viva compasión por tus dolores, y ayúdame a abrazar voluntariamente la cruz de cada día en descuento de mis pecados y para merecer el reino de los Santos. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARÍA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUÉSTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...



Tercer Día de la Novena a María Auxiliadora
17 de Mayo



Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA DULZURA

¡Oh clementísima Reina y Auxiliadora de los cristianos! Con las más ardientes súplicas vengo a pedirte la gracia que necesito... y me concedas además la santa dulzura, que es el ropaje de la humildad y la virtud predilecta del Sacratísimo Corazón de Jesús. Débil y orgulloso como soy, jamás llegaría a revestir mi alma de este encantador ropaje sin tu misericordia. Ayúdame a ser cortés en el trato, dulce en el sentir y en el hablar, bueno con todos y especialmente con quien se me manifieste frío y maligno, a fin de procurarte una complaclencia a Tí y a tu dulcísimo Jesús. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...




Cuarto Día de la Novena a María Auxiliadora
18 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA PUREZA

¡Oh María Auxiliadora! Virgen purísima, espejo sin mancha, vivo reflejo de la luz de Dios! ¡ Ah! concédeme la gracia que te imploro... e inspírame el más grande amor hacia la bella virtud de los Angeles. Y puesto que para conservarla es vano todo propósito sin la fuga de las ocasiones, te suplico, oh dulce Madre mía, me socorras diariamente con tu santo auxilio para que huya de toda ocasión de pecado. Entretanto me ofrezco todo a Tí, y Tú oh Inmaculada Auxilliadora, haz que viviendo yo en la mortificación, en la humildad y en la oración, sea como un ángel en la tierra y goce un día con ellos en la gloria del Paraíso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...



Quinto Día de la Novena a María Auxiliadora
19 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA CARIDAD

¡Oh María Auxiliadora, gloriosa Madre de Dios! Por aquella unión que tu alma santísima tuvo con el Señor desde el primer instante de tu Inmaculada Concepción, ¡ah!, concédeme la gracia que te pido... y haz que yo empiece, a lo menos desde este instante, a amar de veras a Jesús con amor generoso, puro y constante. Y por aquel solemne mandato que Jesús nos dió de amarnos alcánzame una sincera caridad para con mi prójimo tanto que me interese prácticamente por su bien y sea fácil en perdonarle, excusarle y también de prevenirle en sus necesidades del alma y del cuerpo, para hacerme siempre más digno de Tí, Auxiliadora de los cristianos. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...



Sexto Día de la Novena a María Auxiliadora
20 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA CIENCIA DIVINA

¡Oh Virge Auxiliadora, Madre de la verdadera Sabiduría, Esposa del Espíritu Santo!, Tú que eres esplendísimo faro de luz eterna, concédeme la gracia que te imploro..., y envía a mi alma un rayo de luz celestial. Sí; yo te pido, oh Madre, aquella ciencia divina que edifica, y que es compañera de la caridad y maestra de la humildad; aquella ciencia que hará que me conozca a fondo a mí mismo y que me eleva al amor de Dios; aquella ciencia que despierta la contricción en mi corazón y me excita a detestar mis culpas pasadas y presentes. ¡Oh María Auxiliadora!, obténme este don del Espíritu Santo, para que se perfeccione en mí la fe y yo camine seguro por la senda del Paraíso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...



Séptimo Día de la Novena a María Auxiliadora
21 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACION PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA DEVOCION A JESUS SACRAMENTADO

¡Oh tiernísima Madre y Auxiliadora mía!, concededme la gracia que te pido... A pesar de que me veo lleno de pecados y miserias, al pensar en Jesús Sacramentado, siento en el alma un fuerte deseo del bien para agradarle; pero yo quisiera que este sentimiento no fuera homenaje de un instante solamente. Tú pues, Madre clementísima, que depués de la Ascención de Jesús encontraste en la Sagrada Eucaristía tu única delicia sobre la tierra, dame una fe viva, y enciéndeme en ardentísimo amor hacia este Divino Tesoro, para que lo tenga siempre en la mente y en el corazón, hasta el día que lo vea manifiesto en el Cielo. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...




Octavo Día de la Novena a María Auxiliadora
22 de Mayo

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA DEVOCION AL SAGRADO CORAZON DE JESUS

¡Oh María Auxiliadora!, celestial Aurora que nos has anunciado a Jesús, Sol de Justicia, concédeme la gracia que te pido... y enséñame las íntimas y suaves finezas de la devoción al Sacratísimo Corazón de Tu Divino Hijo, devoción que eleva en seguida las almas a la más alta perfección, que es el mejor modo de consolar a Aquél que ha amado a los hombres y que es de ellos tan poco amado. Sí, Madre mía, enséñame a conocerle, a amarle y a nunca más ofenderle. Alcánzame su amor, y no me queda otra cosa que desear. Eternamente te agradeceré este favor. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...



Noveno Día de la Novena a María Auxiliadora
23 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR EL TRIUNFO DE LA SANTA IGLESIA

¡Oh Virgen incomparable! que por la asombrosa victoria de Lepanto, resplandeciste con el nuevo título de Auxiliadora... Oh Madre benigna, poderoso auxilio de los cristianos, concédeme la gracia que te pido... y vuelve a tus antiguas victorias en estos tiempos de osada impiedad. Guarda piadosamente al Vicario de Jesucristo en la tierra, santifica a los Eclesiásticos y a los Religiosos, y apresura la hora de la misericordia para todos y del triunfo de la Iglesia Católica, a fin de que todo el mundo te aclame a Tí, su Madre y su Reina, y a tu Jesús, su Rey y Salvador. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...


SANTORAL DE HOY VIERNES 15 DE MAYO DE 2020

Aquiles el Taumaturgo, SantoAquiles el Taumaturgo, Santo
Obispo, 15 de mayo
Joan Montpeó Masip, BeatoJoan Montpeó Masip, Beato
Seminarista y Mártir, 15 de mayo
Andrés Abellón, BeatoAndrés Abellón, Beato
Presbítero, 15 de mayo
Dionisia de Troas, SantaDionisia de Troas, Santa
Mártir, 15 de mayo
Ruperto de Bingen, SantoRuperto de Bingen, Santo
Ermitaño Laico, 15 de mayo
Isidro Labrador, SantoIsidro Labrador, Santo
Laico, 15 de mayo

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY VIERNES 15 DE MAYO DE 2020


Lecturas de hoy Viernes de la 5ª semana de Pascua
Hoy, viernes, 15 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,22-31):

EN aquellos días, los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron elegir algunos de ellos para mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas, llamado Barsabá, y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y enviaron por medio de ellos esta carta:
«Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia provenientes de la gentilidad. Habiéndonos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alborotado con sus palabras, desconcertando vuestros ánimos, hemos decidido, por unanimidad, elegir a algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, hombres que han entregado su vida al nombre de nuestro Señor Jesucristo. Os mandamos, pues, a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegítimas. Haréis bien en apartaros de todo esto. Saludos».
Los despidieron, y ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la comunidad y entregaron la carta. Al leerla, se alegraron mucho por aquellas palabras alentadoras.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 56,8-9.10-12

R/. Te daré gracias ante los pueblos, Señor

Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora. R/.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,12-17):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 15 de mayo de 2020
Juan Carlos Martos, cmf



Hace tiempo leí este simpático dicho: “La vida debería ser «amarilla», es decir, «amar-y-ya»”. La ocurrencia expresa lo mismo que dice san Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. El verdadero amor llega a trepar por encima del instinto de supervivencia. Puede convertirse en “amor loco”. Amar así, solo se aprende con Jesús. Él hace posible lo más difícil. Pone nuestra vida vuelta del revés. Tres lecciones suyas cambian un corazón de piedra en un corazón de carne.

La lección de la intimidad (“Os llamo amigos…”).
Esa amistad profunda se expresa "estando con Él" para adorarlo y, además, “estando con los otros" para servirlos. La intimidad exige entrenarse en el sosiego que sabe sustituir el "perdona, no tengo tiempo" por el "todo mi tiempo es para ti". Esta frase suena romántica, pero es heroica. La saben decir las madres y los enamorados. ¿Qué intimidad cabe esperar si no nos detenemos para estar con Él desde el centro, corazón con corazón? Siempre tenemos tiempo para lo que amamos. Quien no nos dedica su tiempo a fondo perdido no nos quiere: simple­mente nos utiliza, aunque sea para satis­facer su conciencia altruista.

La lección del mayor amor (“Nadie tiene amor más grande…”)
Cada grupo humano vive de sus historias. A menudo son historias románticas. Chico conoce a chica, se enamoran y viven felices para siempre. Es una buena historia que seguramente se dé aún. Pero si pensamos que es la única historia posible, viviremos con horizontes demasiado reducidos. Nuestra imaginación necesita ser alimentada con otras historias que nos hablen de formas de vivir y amar más al filo, “hasta el extremo”. Por eso son tan importantes las vidas de los santos. Nos muestran que hay otras formas de amar. Prueban que existe también el “amor más grande”: el que da la vida sin temer la muerte. Como Jesús.

La lección de la reciprocidad (“Que os améis unos a otros…”)
El amor es recíproco que implica dar y recibir. Pero, para llegar hasta ahí, hay que empezar por el amor “unívoco”: Yo soy el primero que debo amar. El primer paso me toca a mí. Y gratuitamente. Alguien comparó a Dios con un caballero inglés, que era tan inmensamente discreto que no quería imponerse de ninguna forma sobre aquellos a los que amaba. Abría la puerta y se asomaba para asegurarse de que todos estaban a gusto y después, por más que deseaba quedarse, desaparecía para no molestarles. Se negaba a dejar que los otros se volvieran demasiado dependientes de él. No ocupaba el centro de sus vidas. Por eso, cautivaba.

BUENOS DÍAS





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