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sábado, 6 de agosto de 2016
LA TRANSFIGURACIÓN CAMBIA LA VIDA
La Transfiguración cambia la vida
Los padecimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria que un día se nos revelará.
Por: Pedro García, Misionero Claretiano | Fuente: Catholic.net
El hecho de la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor tiene en los Evangelios una importancia muy grande. Como la tiene después para la vida de la Iglesia, que le consagra hoy una fiesta especial, la cual reafirma nuestra esperanza en el Señor Resucitado, pues sabemos que, cuando se nos manifieste, transformará nuestros cuerpos mortales, eliminando de ellos todas las miserias, y configurándolos con su cuerpo glorioso e inmortal...
Lo que pasó en el Tabor lo sabemos muy de memoria.
Jesús, al atardecer de aquel día, deja a los apóstoles en la explanada galilea y, tomando a los tres más íntimos --Pedro, Santiago y Juan--, se sube a la cima de la hermosa montaña.
Pasa el Señor la noche en oración altísima, dialogando efusivamente con Dios su Padre, mientras que los tres discípulos se la pasan felices rendidos al profundo sueño...
Al amanecer y espabilar sus ojos los discípulos, quedan pasmados ante el Maestro, que aparece mucho más resplandeciente que el sol...
Se le han presentado Moisés y Elías, que le hablan de su próxima pasión y muerte...
Se oyen los disparates simpáticos de Pedro, que quiere construir tres tiendas de campaña y quedarse allí para siempre...
El Padre deja oír su voz, que resuena por la montaña y se esparce por todos los cielos: -¡Éste es mi Hijo queridísimo!...
Y la palabra tranquilizante de Jesús, cuando ha desaparecido todo: -¡Animo! ¡No tengáis miedo! Y no digáis nada de esto hasta que yo haya resucitado de entre los muertos...
Pedro recordará muchos años después en su segunda carta a las Iglesias:
- Si os hemos dado a conocer la venida poderosa de nuestro Señor Jesucristo, no ha sido siguiendo cuentos fantasiosos, sino porque fuimos testigos de vista de su majestad. Cuando recibió de Dios Padre honor y gloria, y de aquella magnifica gloria salió la poderosa voz: ¡Éste es mi Hijo amadísimo en quien tengo todas mis delicias! Y fuimos nosotros quienes oímos esta voz cuando estábamos con él en la montaña santa.
Este hecho del Tabor tuvo muchas repercusiones en la vida de Jesús y de los apóstoles.
Sí, en la de Jesús ante todo. Porque Jesús no era insensible al dolor que se le echaba encima con la pasión y la cruz. La vista de la gloria que le reservaba el Padre por su obediencia filial fue para Jesús un estímulo muy grande al tener que enfrentarse con la tragedia del Calvario.
Para los apóstoles, ya lo sabemos también. Acabamos de escuchar a Pedro. Y sabemos cómo la visión del Resucitado ante las puertas de Damasco fue para Pablo una experiencia extraordinaria, que supo transmitir después en sus cartas a las Iglesias: -¡Nuestro cuerpo, ahora sujeto a tantas miserias, será transformado conforme al cuerpo glorioso del Señor!...
Así lo es también para nosotros. Porque la vida no se nos ofrece siempre risueña, sino que muchas veces nos presenta unas uñas bien aceradas.
En esos momentos de angustia, recordamos con la visión del Tabor la palabra del apóstol San Pablo:
- Comprendo que los padecimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria que un día se nos revelará.
Cuando todo nos va bien en la vida, solemos decir con Pedro --del que dice el Evangelio que no sabía lo que se decía--: ¡Qué bien se está aquí!...
Pero es cuestión de dejar el Tabor para después. Ahora hay que subir a Jerusalén con Jesús. Es decir, hay que cargar con la cruz de cada día, porque en el Calvario nos hemos de encontrar con el Señor, para encontrarnos seguidamente con Él en el sepulcro vacío...
La Transfiguración fue un paréntesis muy breve, aunque muy intenso, en la vida de Jesús. Detrás quedaban casi tres años de apostolado muy activo, en los que había predicado y hecho muchos milagros. Ahora había que enfrentarse con Getsemaní, la prisión, los tribunales, los azotes y el Gólgota. Pero la experiencia del Tabor le anima a seguir adelante sin decaer un momento.
Para nosotros, es cuestión de mirar a nuestro Jefe y Capitán, Cristo Jesús.
Hay que tener fe en Dios, cuando nos brinda la misma gloria que a Jesucristo.
Porque si Dios nos ofrece el mismo cáliz que a su Hijo, es decir, la misma suerte en sus sufrimientos, es porque nos tiene destinados también a la misma gloria y felicidad que las de Jesucristo.
Jesús se manifiesta en el Tabor, más que en ninguna otra ocasión, como el esplendor de la gloria del Padre. Nadie ha visto la gloria interna de Dios. Pero mirando a Jesús envuelto en una luz que opaca y anula del todo la luz del sol, nosotros llegamos a barruntar lo que es ese Dios que un día veremos cara a cara y que nos envolverá con sus esplendores. Esplendores que son ya ahora una realidad que llevamos dentro, aunque no los vemos. La Gracia del Bautismo nos ha transformado en esa luz que nos hace gratos, ¡y tan gratos!, a los ojos divinos...
¡Señor Jesucristo! ¡Qué grande, qué amoroso, y qué humilde, te muestras en el Tabor! ¿Cuándo, pero cuándo nos será dado gozar de aquel espectáculo que enloqueció a los discípulos?...
Ya vemos que nos preparas cosa buena de verdad. El caso es que sepamos merecerla....
LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS, 6 DE AGOSTO
Transfiguración de Jesús
Fiesta, nuestro Señor mostró su gloria a tres de sus apóstoles en el monte Tabor, 6 de agosto
Por: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net
Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve,y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con El acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.
Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.
Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo".
El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que más le demostraban su amor y su fidelidad. Pedro que era el que más trabajaba por Jesús; Juan, el que tenía el alma más pura y más sin pecado; Santiago, el más atrevido y arriesgado en declararse amigo del Señor, y que sería el primer apóstol en derramar su sangre por nuestra religión. Jesús no invitó a todos los apóstoles, por no llevar a Judas, que no se merecía esta visión. Los que viven en pecado no reciben muchos favores que Dios concede a los que le permanecen fieles.
Se celebra un momento muy especial de la vida de Jesús: cuando mostró su gloria a tres de sus apóstoles. Nos dejó un ejemplo sensible de la gloria que nos espera en el cielo.
Un poco de historia
Jesús se transfiguró en el monte Tabor, que se se encuentra en la Baja Galilea, a 588 metros sobre el nivel del mar.
Este acontecimiento tuvo lugar, aproximadamente, un año antes de la Pasión de Cristo.
Jesús invitó a su Transfiguración a Pedro, Santiago y Juan. A ellos les dio este regalo, este don.
Ésta tuvo lugar mientras Jesús oraba, porque en la oración es cuando Dios se hace presente. Los apóstoles vieron a Jesús con un resplandor que casi no se puede describir con palabras: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos eran resplandecientes como la luz.
Pedro quería hacer tres tiendas para quedarse ahí. No le hacía falta nada, pues estaba plenamente feliz, gozando un anticipo del cielo. Estaba en presencia de Dios, viéndolo como era y él hubiera querido quedarse ahí para siempre.
Los personajes que hablaban con Jesús eran Moisés y Elías. Moisés fue el que recibió la Ley de Dios en el Sinaí para el pueblo de Israel. Representa a la Ley. Elías, por su parte, es el padre de los profetas. Moisés y Elías son, por tanto, los representantes de la ley y de los profetas, respectivamente, que vienen a dar testimonio de Jesús, quien es el cumplimiento de todo lo que dicen la ley y los profetas.
Ellos hablaban de la muerte de Jesús, porque hablar de la muerte de Jesús es hablar de su amor, es hablar de la salvación de todos los hombres. Precisamente, Jesús transfigurado significa amor y salvación.
Seis días antes del día de la Transfiguración, Jesús les había hablado acerca de su Pasión, Muerte y Resurrección, pero ellos no habían entendido a qué se refería. Les había dicho, también, que algunos de los apóstoles verían la gloria de Dios antes de morir.
Pedro, Santiago y Juan experimentaron lo que es el Cielo. Después de ellos, Dios ha escogido a otros santos para que compartieran esta experiencia antes de morir: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús y San Pablo, entre otros. Todos ellos gozaron de gracias especiales que Dios quiso darles y su testimonio nos sirve para proporcionarnos una pequeña idea de lo maravilloso que es el Cielo.
Santa Teresita explicaba que es sentirse “como un pajarillo que contempla la luz del Sol, sin que su luz lo lastime.”
¿Qué nos enseña este acontecimiento?
Nos enseña a seguir adelante aquí en la tierra aunque tengamos que sufrir, con la esperanza de que Él nos espera con su gloria en el Cielo y que vale la pena cualquier sufrimiento por alcanzarlo.
A entender que el sufrimiento, cuando se ofrece a Dios, se
convierte en sacrificio y así, éste tiene el poder de salvar a las almas. Jesús sufrió y así se desprendió de su vida para salvarnos a todos los hombres.
A valorar la oración, ya que Jesús constantemente oraba con el Padre.
A entender que el Cielo es algo que hay que ganar con los detalles de la vida de todos los días.
A vivir el mandamiento que Él nos dejó: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”.
Habrá un juicio final que se basará en el amor, es decir, en cuánto hayamos amado o dejado de amar a los demás.
Dios da su gracia a través de la oración y los sacramentos. Su gracia puede suplir todas nuestras debilidades.
PALABRAS DEL PAPA JUAN PABLO II AL INICIO DE MISA DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR
Palabras del Santo Padre Juan Pablo II al inicio de la Misa de la Fiesta de la transfiguración del Señor
Lunes 6 de agosto de 2001
Amadísimos hermanos y hermanas:
La solemnidad de la Transfiguración, que celebramos hoy, cobra para nosotros, en Castelgandolfo, un carácter íntimo y familiar desde que, hace veintitrés años, mi inolvidable predecesor el siervo de Dios Pablo VI concluyó precisamente aquí, en este palacio apostólico, su existencia terrena. Mientras la liturgia invitaba a contemplar a Cristo transfigurado, él terminaba su camino en la tierra y entraba en la eternidad, donde el rostro santo de Dios brilla en todo su esplendor. Por tanto, este día está vinculado a su memoria, envuelta por el singular misterio de luz que irradia esta solemnidad.
Ese venerado Pontífice solía subrayar también el aspecto "eclesial" del misterio de la Transfiguración. Aprovechaba cualquier ocasión para poner de relieve que la Iglesia, cuerpo de Cristo, participa por gracia en el mismo misterio de su Cabeza. "Yo quisiera -exhortaba a los fieles- que fueseis capaces de entrever en la Iglesia la luz que lleva dentro, de descubrir a la Iglesia transfigurada, de comprender todo lo que el Concilio ha expuesto tan claramente en sus documentos". "La Iglesia -añadía- encierra una realidad misteriosa, un misterio profundo, inmenso, divino. (...) La Iglesia es el sacramento, el signo sensible de una realidad escondida, que es la presencia de Dios entre nosotros" (Homilía durante la misa celebrada en la parroquia de San Pedro Damián, 27 de febrero de 1972: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 5 de marzo de 1972, p. 4).
Estas palabras muestran su extraordinario amor a la Iglesia. Esa fue la gran pasión de toda su vida. Que Dios nos conceda a todos y cada uno servir fielmente, como él, a la Iglesia, llamada hoy a una nueva y audaz evangelización.
Eso es lo que pediremos al Señor durante esta santa eucaristía por intercesión de María, Madre de la Iglesia y Estrella de la nueva evangelización.
LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR, 6 DE AGOSTO
Hoy 6 de agosto la Iglesia celebra la Transfiguración del Señor
Por Abel Camasca
(ACI).- El 6 de agosto la Iglesia celebra la Transfiguración del Señor, que ocurrió en presencia de los apóstoles Juan, Pedro y Santiago. Es aquí donde Jesús conversa con Moisés y Elías, y se escucha desde una nube la voz de Dios Padre que dice “Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo” (Lc. 9, Mc. 9, Mt. 17).
En el Catecismo de la Iglesia Católica (555), en referencia al pasaje bíblico, se menciona que “por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para ‘entrar en su gloria’ (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén”.
“Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías (cf. Lc 24, 27). La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre”, señala el Catecismo.
Asimismo recuerda las palabras de Santo Tomás de Aquino, quien afirmó que en este acontecimiento “apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa”.
Según el relato evangélico, la Transfiguración ocurrió en un monte alto y apartado llamado Tabor (Israel) que en hebreo significa “el abrazo de Dios”.
San Jerónimo comentaba este episodio de la vida de Jesús con mucho fervor y añadía incluso palabras en la boca de Dios Padre para explicar la predilección de Jesús. “Este es mi Hijo, no Moisés ni Elías. Éstos son mis siervos; aquel, mi Hijo. Éste es mi Hijo: de mi misma naturaleza, de mi misma sustancia, que en Mí permanece y es todo lo que Yo soy. También aquellos otros me son ciertamente amados, pero Éste es mi amadísimo. Por eso escuchadlo”, decía el Santo.
“Él es el Señor, estos otros, los consiervos. Moisés y Elías hablan de Cristo. Son consiervos vuestros. No honréis a los siervos del mismo modo que al Señor: prestad oídos sólo al Hijo de Dios”, añadía.
Cuando la Transfiguración acabó, Pedro, quien había dicho “Señor, ¡qué bien se está aquí!”, desciende sin comprender lo que ha pasado. Por ello San Agustín, en un sermón, se dirigirá al Primer Pontífice con palabras de reflexión, que en realidad se convierten en una interpelación para cada cristiano del mundo de hoy:
“Desciende (tú, Pedro) para penar en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir?”
viernes, 5 de agosto de 2016
EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 5 DE AGOSTO 2016 - EL QUE QUIERA VENIR CONMIGO, CARGUE CON SU CRUZ
El que quiera venir conmigo, cargue con su cruz
Tiempo Ordinario
Mateo 16, 24-28. Tiempo Ordinario. Cargar la cruz que tenemos con alegría, Cristo va por delante.
Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Mateo 16, 24-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del Hombre con majestad.
Oración introductoria
Padre santo, ayúdame a buscar lo que me haga crecer en el amor, para darte gloria y servir mejor a los demás: bienes que duren y valgan para la eternidad. Y, aunque no me guste ni me atreva a buscarla, que sepa renunciar a mí mismo para tomar mi cruz y seguirte.
Petición
Señor, dame la fortaleza para tomar mi cruz y seguir los pasos de tu Hijo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del Hombre con majestad.
Oración introductoria
Padre santo, ayúdame a buscar lo que me haga crecer en el amor, para darte gloria y servir mejor a los demás: bienes que duren y valgan para la eternidad. Y, aunque no me guste ni me atreva a buscarla, que sepa renunciar a mí mismo para tomar mi cruz y seguirte.
Petición
Señor, dame la fortaleza para tomar mi cruz y seguir los pasos de tu Hijo.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Que tome su cruz y me siga.
Que tome su cruz y me siga.
El Evangelio de hoy nos alienta a la alegría y, asimismo, a aceptar el sufrimiento, la cruz, inseparables del seguimiento de Jesús. ¿Tengo experiencia de ambas realidades? ¿Sé armonizarlas en mi vida? A nadie le gusta sufrir. Pero el sufrimiento viene sin que lo busquemos. Todos podemos hablar de nuestra cruz de cada día. También de la lucha diaria por seguir a Jesús en medio de una sociedad que piensa y vive lo contrario.
En este Evangelio de Mateo, Jesús nos anima a seguirlo, a poner nuestros pasos en sus huellas. Jesús nos invita a superar nuestro egoísmo, a tomar nuestra cruz y a dar la vida por su reino.
La recompensa será enorme: Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras.
Y quien sigue a Cristo tiene que aceptar llevar su cruz. Lo dice Jesús, en seguida, para hacer comprender a sus discípulos que sería una ilusión pensar en seguirlo, pero sin llevar con Él la cruz: “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.” ¿Después del pecado, es éste el único camino de salvación para los individuos y para la humanidad entera?
Pedro no entendía las cosas de Dios, del mismo modo, por no situarnos nosotros en el plan del Padre, se nos hace difícil entender sus obras, sus planes para con nosotros. Tenemos necesidad de despojarnos de los criterios del hombre, de nuestros quereres, preferencias y egoísmo y adoptar sólo y únicamente el de Jesucristo.
«No se trata de una cruz ornamental, o de una cruz ideológica, sino que es la cruz del propio deber, la cruz del sacrificarse por los demás con amor —por los padres, los hijos, la familia, los amigos, también por los enemigos—, la cruz de la disponibilidad para ser solidarios con los pobres, para comprometerse por la justicia y la paz. Asumiendo esta actitud, estas cruces, siempre se pierde algo. No debemos olvidar jamás que “quien perderá la propia vida [por Cristo], la salvará”. Es un perder para ganar.»
(Homilía de S.S. Francisco, 19 de junio de 2016).
(Homilía de S.S. Francisco, 19 de junio de 2016).
Reflexión
Un sacerdote tuvo que realizar un viaje a Estados Unidos y en el avión coincidió con un empresario muy importante. Después de un rato de diálogo, el millonario le contó esta confidencia: Daría con gusto gran parte de mi dinero con tal de volver a tener la experiencia de Dios que viví hace muchos años.
La amistad con Cristo no se paga con dinero, es gratis. Por eso es tan difícil lograrla, porque no se vende en ningún establecimiento. No es una mercancía, pero es el bien más cotizado del mundo. Y por desgracia, también el más desconocido.
¿Cómo se logra esa amistad? En primer lugar, haciéndose como Cristo. Para eso hay que empezar a conocerlo; leer el Evangelio, acudir a los sacramentos, dedicar momentos diarios a la oración, etc. Es necesario "empaparse" de sus enseñanzas, que son divinas. Es entonces cuando damos un fundamento sólido a nuestra vida cristiana.
Jesús nos avisa que esa transformación en Él es costosa, como cargar con una cruz sobre los hombros. No hay que engañarse. Pero también es la manera más plena de vivir, despreocupándose de los propios intereses y tratando a los demás como Cristo lo haría. Es así como podremos experimentar su amistad y cercanía. Así "recobramos" nuestra alma para el Señor y ayudamos, con nuestro testimonio, a los otros.
Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón
Señor, no es fácil ser tu amigo en la cruz. La tentación a escapar o renegar de la realidad, cuando se presentan los problemas, fácilmente me domina. Gracias por esta meditación que me confirma que puedo confiar en que, con tu gracia, puedo perseverar hasta el final. No puedo esperar gozar de una eternidad gloriosa, llena de fiesta y de alegría, si no derramo, por amor a Ti y a mis hermanos, un poco de sangre, sudor y lágrimas en la tierra.
Propósito
Adoptar una actitud positiva, y no quejarme, ante las dificultades de este día para seguir a Cristo en el camino de la cruz.
Un sacerdote tuvo que realizar un viaje a Estados Unidos y en el avión coincidió con un empresario muy importante. Después de un rato de diálogo, el millonario le contó esta confidencia: Daría con gusto gran parte de mi dinero con tal de volver a tener la experiencia de Dios que viví hace muchos años.
La amistad con Cristo no se paga con dinero, es gratis. Por eso es tan difícil lograrla, porque no se vende en ningún establecimiento. No es una mercancía, pero es el bien más cotizado del mundo. Y por desgracia, también el más desconocido.
¿Cómo se logra esa amistad? En primer lugar, haciéndose como Cristo. Para eso hay que empezar a conocerlo; leer el Evangelio, acudir a los sacramentos, dedicar momentos diarios a la oración, etc. Es necesario "empaparse" de sus enseñanzas, que son divinas. Es entonces cuando damos un fundamento sólido a nuestra vida cristiana.
Jesús nos avisa que esa transformación en Él es costosa, como cargar con una cruz sobre los hombros. No hay que engañarse. Pero también es la manera más plena de vivir, despreocupándose de los propios intereses y tratando a los demás como Cristo lo haría. Es así como podremos experimentar su amistad y cercanía. Así "recobramos" nuestra alma para el Señor y ayudamos, con nuestro testimonio, a los otros.
Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón
Señor, no es fácil ser tu amigo en la cruz. La tentación a escapar o renegar de la realidad, cuando se presentan los problemas, fácilmente me domina. Gracias por esta meditación que me confirma que puedo confiar en que, con tu gracia, puedo perseverar hasta el final. No puedo esperar gozar de una eternidad gloriosa, llena de fiesta y de alegría, si no derramo, por amor a Ti y a mis hermanos, un poco de sangre, sudor y lágrimas en la tierra.
Propósito
Adoptar una actitud positiva, y no quejarme, ante las dificultades de este día para seguir a Cristo en el camino de la cruz.
SALMO 32: YO DOY LA MUERTE Y LA VIDA
Salmo
Dt 32,35cd-36ab.39abcd.41
R/. Yo doy la muerte y la vida
El día de su perdición se acerca
y su suerte se apresura,
porque el Señor defenderá a su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos. R/.
Pero ahora mirad: yo soy yo,
y no hay otro fuera de mí;
yo doy la muerte y la vida,
yo desgarro y yo curo. R/.
Cuando afile el relámpago de mi espada
y tome en mi mano la justicia,
haré venganza del enemigo
y daré su paga al adversario. R/.
HIMNO AL CREADOR
Himno al Creador
“Reconoce, cristiano, tu dignidad”, exclamaba san León Magno en una de sus homilías. ¿Sientes y vives la inmensa dignidad de ser hijo de Dios? Al empezar este día y orar con las palabras de un hermoso himno, asómbrate del amor gratuito con que Dios te ama. Él te dice: “Tú eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso y yo te amo”. (Is. 43, 4).
Señor tú que llamaste del fondo del no ser todos los seres, prodigios del cincel de tu palabra, imágenes de ti resplandecientes; Señor, tú que creaste la bella nave azul en que navegan los hijos de los hombres, entre espacios repletos de misterio y luz de estrellas; Señor, tú que nos diste la inmensa dignidad de ser tus hijos, no dejes que el pecado y que la muerte destruyan en el hombre el ser divino. Señor, tú que salvaste al hombre de caer en vacío, recréanos de nuevo en tu Palabra y llámanos de nuevo al paraíso. Amén.
La palabra creadora de Dios es formidable: sacó de la nada todos los seres. El poder de su Palabra leída y meditada puede restaurar y renovar toda tu vida. Dile con el profeta David: “¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme”, (S. 51). Él ha prometido darnos un corazón nuevo e infundirnos un espíritu nuevo. Ábrete a su regalo de vida nueva.
* Enviado por el P. Natalio
UN ADELANTO DEL CIELO
Un adelanto del cielo
Ocurrió durante un mes de voluntariado en las vacaciones de verano. Cuando llegamos a Nairobi (Kenya) nos preguntábamos cómo nosotros, inexpertos universitarios, podríamos ayudar en aquella África sucia, polvorienta y calurosa.
Quizá arreglando tejados..., pero no teníamos experiencia en construcción. Quizá pintando un colegio... pero no sabíamos de pintura.
Lo que sí teníamos claro era nuestra intención de darnos totalmente a los demás. Sin embargo, recibiríamos mucho más de lo que logramos dar: tuvimos la suerte de entrar en contacto con el Tercer Mundo, a través de un alojamiento para niños moribundos de las Hermanas de la Caridad en Nairobi.
Todos entramos en aquella casucha, un tugurio sin muebles, con poca luz. Contrastaban las hamacas llenas de niños enfermos y lloriqueando con los limpísimos trajes talares blancos y azules de las Hermanas de la Caridad, que rebosaban alegría. Yo me quedé bloqueado, en mitad de la habitación. Nunca había visto nada así. Mis compañeros universitarios se esparcieron por las estancias, siguiendo a distintas monjas, que requerían su asistencia.
Una hermana me preguntó en inglés:
- ¿Has venido a mirar o quieres ayudar?
Sorprendido por tan directa pregunta y en estado de sopor, balbuceé:
- A ayudar...
- ¿Ves a ese niño de allí, el del fondo que llora?
Lloraba desconsoladamente, pero sin fuerza.
- Sí, ése (le dije señalándolo).
- Bien: tómalo con cuidado y tráelo. Lo bautizamos ayer.
Lo noté con una fiebre altísima. El niño tendría un par de años.
- Ahora tómalo y dale todo el amor que puedas...
- No entiendo... - me excusé
- Que le des todo el cariño de que seas capaz, a tu manera... -Y me dejó con el niño.
Le canté, lo besé, lo arrullé... dejó de llorar, me sonrió, se durmió...
Al cabo de un rato busqué llorando a la hermana:
-Hermana: no respira...
La monja certificó su muerte:
- Ha muerto en tus brazos... Y tú le has adelantado quince minutos con tu cariño el amor que Dios le va a dar por toda la eternidad.
Entonces entendí tantas cosas: el cielo, el amor de mis padres, el amor de Jesús, los detalles de afecto de mis amigos...: mi viaje a Kenya supuso un antes y un después en mi vida. Ahora sé que todos tenemos "kenyas" a nuestro alrededor para dar amor cada día.
“Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).
PRIMER VIERNES DEL MES DE AGOSTO, DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
PRIMER VIERNES DEL MES DE AGOSTO
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
BREVE CONSIDERACIÓN: Jesús a su víctima Margarita María de Alacoque: "Aquí tienes la herida de mi costado, quiero que en ella hagas tu morada, ahora y para siempre, la entrada es estrecha: esto te significa que debes ser pequeña y despojada de todo para entrar en mi Sagrado Corazón... He de aniquilarte tanto a tus propios ojos, mostrándote u vileza y tu nada, que sobre ese fundamento de humildad y de abyección levantaré en tu alma el reinado de mi amor".
ORACIÓN:
ACTO DE CONTRICCIÓN AMOROSA
¡Oh Sacratísimo Corazón de Jesús ¡ Heme aquí postrado humildemente en tu presencia con el alma penetrada de vivo dolor, por haberte amado tan poco y por haberte herido con tantas ingratitudes, que me han hecho indigno de tus misericordias y favores. ¡Oh Corazón de Jesús¡ Ejercita conmigo el oficio salvador que te cuesta ya tan caro y no se pierda el fruto de tantas penas y de una muerte dolorosa, hónrala con mi salvación, para que mi corazón pueda amarte y glorificarte eternamente. Si tu justicia me condena, como indigno de perdón, apelaré al tribunal de tu amor, dispuesta mi alma a sufrir todos los rigores, antes que verse privada, un solo instante, de amarte. Corta y quema, no perdones mi cuerpo, ni mi vida, si es interés de tu gloria. Soy todo tuyo, ¡oh ivinio y adorable Corazón¡ Sálvame, te lo suplico, y no me entregues a mí mismo, en castigo de mis pecados, permitiéndome que vuelva a recaer en ellos.
¡Morir antes mil veces que ofenderte a Ti, a quien amo más que a mi propia vida¡ (De Santa Margarita María de Alacoque)
OCTAVA PROMESA
Las Almas fervorosas se elevarán rápidamente a una gran perfección.
(Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)
LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.
V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,
R: ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.
V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.
V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
R: salvad almas y salvad el alma mía.
Una palabra de Santa Margarita María de Alacoque
a sus hermanos asociados:
"Pedid, sin intermisión, al cielo que os conceda el don inefable de amar con santos ardores, con pasión sin límites, por encima de vosotros mismos y de las criaturas, al Sagrado Corazón de Jesús... Y pedid, que con ese amor, o mayor todavía, le amen cuantos han recibido la gracia de conocerle".
ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN
Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.
Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.
Haz también de mi corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén
Un padrenuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.
Sagrado Corazón de Jesús, en VOS CONFÍO!
Inmaculado Corazón de María, SED LA SALVACIÓN DEL ALMA MIA
Santa Margarita María de Alacoque, RUEGA POR NOSOTROS
HOY 5 DE AGOSTO SE CELEBRA LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA SANTA MARÍA LA MAYOR EN ROMA
Hoy 5 de agosto se celebra la dedicación de la Basílica Santa María la Mayor en Roma
Por Abel Camasca
(ACI).- La Basílica Santa María la Mayor es la más grande dedicada a la Virgen María en Roma. Fue construida tiempo después del Concilio de Éfeso (431), en el que Nuestra Señora fue proclamada Madre de Dios.
El Papa Sixto III mandó erigir el templo sobre el monte Esquilino y cada 5 de agosto se celebra la consagración de esta famosa iglesia, la más antigua en occidente dedicada a la Virgen.
Durante siglos la Basílica de Santa María la Mayor ha sido embellecida y adornada. Los mosaicos de la parte cercana al altar y de las paredes de la nave son de los más finos de Roma y representan escenas de la vida de la Virgen María. El techo está decorado con el primer oro que Colón llevó de América.
En esta Basílica se encuentra también una imagen mariana con el título de Virgen María, salvadora del pueblo romano, la “Salus Populi Romani”, que en varias situaciones de gran necesidad se le ha sacado en procesión. En una ocasión acabó con una plaga en Roma.
San Juan Pablo II desde el comienzo de su pontificado quiso que una lámpara estuviera encendida bajo este ícono mariano como muestra de su gran devoción.
El Papa Francisco antes de emprender un viaje internacional y al retornar a Italia se dirige a la Basílica de Santa María la Mayor, deja un ramo de flores al pie de la imagen mariana y se detiene en un momento de oración.
La Basílica es también conocida como la Iglesia de Santa María de las Nieves por un milagro que se produjo vinculado a esta advocación, Basílica Liberiana en memoria del Papa Liberio que fue quien la consagró y como Iglesia de Santa María de la Cuna porque según la tradición allí se conserva un fragmento de la cuna del Niño Jesús que trajo Santa Elena.
En Roma existen cuatro Basílicas mayores de gran importancia por la historia y riqueza espiritual que encierran. Santa María la Mayor es una de ellas. Las otras tres son la Basílica de San Pedro, la Basílica de San Juan de Letrán y la Basílica de San Pablo Extramuros.
EL GIMNASIO DE LOS VALORES
Gimnasio de los Valores
¿Cómo vivir y aplicar los valores? Hay que conocer y saber aplicar los valores a nuestra vida pensando en nuestro bienestar y el bienestar de los que nos rodean.
Fuente: http://encuentra.com/
No solamente se trata de saber qué son los valores. La verdadera pregunta está en cómo vivirlos.
Valores Religiosos
Repeticiones: Toda la vida
Tipo de Ejercicio
• ¡Confiésate hoy!
• Ve a Misa
• Lee la Biblia
• Practica las virtudes
• Reza el Rosario
• Haz un examen de conciencia diariamente
• Ofrece tu traba a Dios
• Dedica un tiempo fijo a la oración
Valores Morales
Repeticiones: Toda la vida
Tipo de Ejercicio
• ¡Confiésate hoy!
• Procura ser una persona digna de confianza.
• Haz tratos justos
• Evita el aprovecharte de los demás
• Haz tu deber
Valores Intelectuales
Repeticiones: Toda la vida
Tipo de Ejercicio
• Lee un libro por semana
• Estudia una maestría
• Termina la carrera
• Estudia un curso de especialización
• Cultiva alguna afición
Valores Afectivos
Repeticiones: Diariamente
Tipo de Ejercicio
• Trata con aprecio a los demás.
• Llama a un ser querido.
• Dedícale tiempo a tu familia.
• Ten encuentros de calidad con tus amigos.
• Reconcíliate con algún familiar.
• Ejerce tu sexualidad con sentido cristiano.
Valores Estéticos
Repeticiones: Semanal
Tipo de Ejercicio
• Visita algún museo
• Vete de Picnic con la familia
• Aprecia la belleza de la naturaleza
• Lee un libro de arte
Valores Sociales
Repeticiones: Semanal
Tipo de Ejercicio
• Cultiva amistades
• Ejerce un liderazgo en tu comunidad.
• Ayuda a los más necesitados
• Aumenta el número de tus amigos.
• Ingresa a un grupo de personas con tus mismos intereses
Valores Físicos
Repeticiones: Diariamente
Tipo de Ejercicio
• Cuida tu forma de comer.
• Haz ejercicio al menos una vez a la semana.
• Duerme las horas suficientes para tu edad.
• Evita la dependencia a cualquier substancia.
Valores Económicos
Repeticiones: Una vez en la vida
Tipo de Ejercicio
• Estable las prioridades económicas en base a tus necesidades reales.
Repeticiones: Una vez a la semana
Tipo de Ejercicio
• Reflexiona sobre lo que realmente necesitas.
Repeticiones: Diariamente
Tipo de Ejercicio:
Trabaja pensando no solo en tu bienestar, sino en el de tu familia y el de la sociedad.
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