miércoles, 25 de mayo de 2016

HOY SE INICIA LA NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: 25 DE MAYO AL 2 DE JUNIO 2016


NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



DÍA PRIMERO 

Por la señal de la santa Cruz, etc. 


ORACIÓN PREPARATORIA 

Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones. 

Breve reflexión. 
Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20 3-8). Nos asomamos con esta novena a tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de tu Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que quieres vivir y habitar permanentemente dentro de nosotros, porque tú nos comprendes, conoces nuestra fragilidad, conoces nuestros más íntimos deseos de adorar, corresponder y reparar, y de amar a nuestro prójimo. Tú sabes qué difícil esto resulta a veces. Tú conoces tantos corazones secos y arrugados porque se han cerrado al amor gratuito del Padre, porque han hecho una fe al margen de la que Tú, a través de la Iglesia, nos has donado. Jesús, tan divino porque tu costado traspasado sigue día a día, hora a hora, segundo a segundo derramando el agua para purificarnos y la Sangre para salvarnos. 

¡Dulzura del Corazón de Jesús! ¡Penetra nuestro corazón! Ablándanos para que creamos en Tu presencia, dulcifícanos para acoger tus inspiraciones en estos días de novena y toda nuestra vida, para acoger por igual a cada hermano, penétranos de tu amor, ternura y dulzura para querer amar y reparar Tú Corazón por tantas ofensas, ingratitudes, omisiones e indiferencias hacia Ti y Tu Iglesia. 

Oración final: 
Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena-

 Tres Padrenuestros y Avemarías.



NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DÍA SEGUNDO 

Por la señal de la santa Cruz, etc. 


ORACIÓN PREPARATORIA 

Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones. 

Breve reflexión. 
Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20 3-8). Nos asomamos este segundo día de la novena a tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano porque tuviste una Madre como nosotros, tan divino porque has hecho a María, Madre de Dios y Madre nuestra. 

Humildad del Corazón de Jesús ¡Anonada mi corazón!
La manera de La Virgen es hacer silencio y escuchar, la manera tuya en los albores de la Pasión fue silenciar ante el insensato Herodes, y sentenciar ante Pilatos: "Tú lo has dicho: Yo soy Rey. Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la Verdad". (Jn 18, 36-37). A nuestro orgullo y amor propio les da miedo anonadarse, silenciarse, humillarse. En la familia, en el trabajo, con los amigos o enemigos, si los tuviéramos. Tú desde la Eucaristía silencias y ahí estás anonadado, pero… ¡cómo nos hablas! Ayúdanos a ser humildes ante Ti, ante los demás, ante nosotros mismos y así ofrécenos al Padre para reparar, agradarte y amar en verdad. 

Oración final: 
Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- 

Tres Padrenuestros y Avemarías.



NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DÍA TERCERO 

Por la señal de la santa Cruz, etc.


 ORACIÓN PREPARATORIA

 Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones.

 Breve reflexión.
 Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20 3-8). Nos asomamos este tercer día de la novena a tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que nos enseñaste que no viniste a ser servido, sino a servir (Mt 20,28), tan divino que como Sumo y Eterno sacerdote no dejas de servirnos en nuestras muchas y pobres necesidades. Siempre estás con nosotros, en el Papa, en tus pastores, sacerdotes, en cada uno de nosotros miembros de tu Cuerpo Místico. 

Reino del Corazón de Jesús ¡Establécete en mi corazón! Tú nos dices que aquel que no cumpla lo más pequeño de la Ley del amor que nos enseñaste, será el más pequeño en el Reino de los cielos. Tú mismo, Jesús, vivo, presente y resucitado eres aquí y ahora el Reino de los cielos. “Será el más pequeño”… pero no echado, ni desechado. Porque Tú eres así de magnánimo, incapaz de contradecirte a Ti mismo, Dios de amor y verdad. Y también nos dijiste que el que viviera y cumpliera con amor la Ley de plenitud que nos trajiste, ¡ese será grande en el Reino de los cielos! Esto te pedimos, ser grandes en el Reino de Tú Corazón, sabiéndonos niños y pequeños ante Ti Ayúdanos a crecer en nuestra vida interior, tu misma vida en nosotros; ayúdanos a tomarnos en serio la vida espiritual, a vivir y necesitar de Ti en tus sacramentos, a perseverar día a día en nuestra vida de piedad, sólo así Jesús, Tu Reino se establecerá en nuestros corazones. 

Oración final:
 Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- 

Tres Padrenuestros y Avemarías.



NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DÍA CUARTO 

Por la señal de la santa Cruz, etc. 


ORACIÓN PREPARATORIA 

Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones. 

Breve reflexión. 
Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20 3-8). Nos asomamos este cuarto día de la novena a tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que aún viendo la huella del Padre en cada criatura, viviste rodeado del pecado y de la obstinación del mal. Tan divino que nos enseñaste a no juzgar, a ser compasivos y misericordiosos, a que nunca hay ‘nuncas’ Contigo, ni con el Padre. En Ti, siempre hay ‘siempres’, siempres para levantarnos, siempres para buscar tu perdón, siempres para ser prontos a perdonar, siempres para pedir perdón, siempres para disculpar, siempres para callar la crítica, siempres para nunca hablar mal de nuestros hermanos. Nosotros, como Tú, también vivimos rodeados del pecado de una sociedad mortecina, triste, dividida y sin referente de eternidad. Del pecado de una Iglesia que es Madre y Maestra, pero también pecadora en muchas partes de Su Cuerpo. Te pedimos que aún en medio de la verdad del mal, nos eleves la mirada para saber mirar desde la tuya. 

Hermosura del Corazón de Jesús ¡Cautiva mi corazón! Cautiva nuestros corazones, no para mirar a otro lado, sino para saber descubrir la inmensidad de la belleza escondida en nuestra Fe, en nuestra Iglesia, en cada persona, en nosotros mismos. Cautívanos, Tú que eres el más hermoso de los hombres, cautívanos desde la fealdad aparente de tu cruz, como desde la eternidad aún velada a nuestros sentidos, pero no a nuestras almas. 

Oración final: 
Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén.

 Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- 

Tres Padrenuestros y Avemarías.


NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DÍA QUINTO

 Por la señal de la santa Cruz, etc.


 ORACIÓN PREPARATORIA 

Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestro Párroco y sus intenciones. 

Breve reflexión. 
Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20 3-8). Nos asomamos este quinto día de novena a las puertas de Tú Sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que te quedaste tres días en el templo sin avisar a tus padres, “porque estabas en las cosas de Tu Padre”. Tan divino, porque de esa forma misteriosa abriste aún más los ojos de la Fe a José y a María, ellos, al asomarse a Tu Templo y encontrarte allí y, escucharte… Se les debió abrir los ojos y oídos interiores para ver y descubrir ¡A la Trinidad misma! Quizá por eso: “María meditaba y guardaba todo en su corazón”. 

Tu Corazón, ya desde Niño nos enseña la obediencia interior, esa que va más allá del propio estado de vida; esa obediencia dócil, discreta y humilde que busca solamente agradar al Padre, -“Porque tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará”-. Esa obediencia positiva que nace por amor, para amar y desde el amor. La obediencia sujeta y sometida llanamente al depósito de la Fe recibida. La obediencia que Tú nos muestras es muy amable a los ojos de Dios, quizá incomprensible a los ojos humanos.

 La obediencia del detalle; la obediencia del corazón paciente; la obediencia del corazón que no busca imponerse; la obediencia del corazón abierto a otras posibilidades y perspectivas. La obediencia del corazón reparador, sensible a tus dolores y a nuestro pecado. La obediencia que escucha a Tú Corazón y a su conciencia. Porque Dios, Tú Padre, Nuestro Padre, siempre renueva y nos regenera con su novedad inspiradora. 


De las Invocaciones al Corazón de Jesús: 
Obediencia del Corazón de Jesús ¡Somete mi corazón! Ayúdanos como a María a sumirnos en Tú Corazón y desear abandonarnos a tus designios tan personales sobre cada uno: 

Amar a Jesús como María, Dios en Ella y Ella en Dios, Sin más seña de identidad que su fe. Sin más norma ni ley que el amor. La norma sin amor… mera tradición. La Madre de Dios entre los hombres paseaba, Nadie… de Ella se admiraba. Solo Dios, solo Dios. 

Oración final: 
Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén.

 Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena-

 Tres Padrenuestros y Avemarías.





NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DÍA SEXTO

 Por la señal de la santa Cruz, etc. 


ORACIÓN PREPARATORIA 

Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones. 

Breve reflexión.
 Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20 3-8). Nos asomamos este sexto día de la novena a las puertas de tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que nos enseñas el Reino de los cielos en parábolas, con el lenguaje de la creación, echando mano del día a día, de la realidad de quienes te escuchaban. Tan divino que tus palabras engendran vida, y vida eterna. Elevas a los incultos e ignorantes llenos de sencillo espíritu y muestras su ignorancia a los eruditos sin espíritu. 

Sabiduría del Corazón de Jesús ¡Conduce mi corazón! Tu sabiduría es la escuela de la cruz, la que mana de tu Costado abierto, condúcenos ahí, enséñanos a contemplar y escuchar la verdadera sabiduría, esa que minimiza y ridiculiza nuestras más íntimas pasiones contrarias al espíritu de Dios; esa sabiduría que nos amansa, llena de gozo y conforma plenamente a Tu Voluntad. 

La sabiduría del que perdiendo en lo humano, lo gana todo. La sabiduría del corazón que relativiza lo inmediato y antepone la vida interior al mundo exterior. 

La sabiduría del corazón apóstol que se abandona en la aparente pasividad aguardando tu iniciativa y se presta a sembrar para que sólo Tú coseches y salves a las almas para llevarlas al cielo, a Tú cielo. La sabiduría del corazón que busca que prevalezca el ser en Dios, antes que el hacer ante los hombres. 


Oración final: 
Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición - 

Tres Padrenuestros y Avemarías.




NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DÍA SÉPTIMO


 Por la señal de la santa Cruz, etc. 


ORACIÓN PREPARATORIA

 Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones.

 Breve reflexión.
 Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20 3-8). Nos asomamos este séptimo día de la novena a las puertas de tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que al ver el cortejo fúnebre del hijo de la viuda de Naim, te conmoviste, sentiste compasión y así te mostraste. Tan divino que sólo Tú podías realizar el milagro de resucitarle. 

Nadie como tú comprende nuestra incapacidad, el espíritu mundano, heredero del Maligno, cuántas veces nos seduce con prejuicios hacia el prójimo, nos procura “mentes selectivas”, bien inclinadas hacia quienes amamos, indiferentes hacia quienes desconocemos, obstinadas hacia quienes pensamos que no te aman bien, o ni nos consideran a nosotros. Tú eres “la” Misericordia, sólo tú puedes transformarnos, poseernos, contagiarnos de sentimientos y obras dignas del Padre: “Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica.” (Sal, 85).

 Misericordia del Corazón de Jesús ¡Perdona mi corazón! Perdónanos cuando nos mostramos inmisericorde, tu misericordia no conoces límites, más aún comienza donde acaba el límite del mal. Ayúdanos a no temer mostrarte un corazón contrito y humillado, porque tú no lo desprecias. Enséñanos el camino de la misericordia redentora y no permitas que nos salgamos de esa senda, sólo así podremos ser instrumentos dóciles en tus manos, sólo así repararemos tu Corazón dolido y mostraremos la alegría de Tú rostro a quienes aún no te conocen. 

Oración final: 
Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición - 

Tres Padrenuestros y Avemarías.




NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS DÍA OCTAVO 

Por la señal de la santa Cruz, etc.


 ORACIÓN PREPARATORIA 

Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones. 


Breve reflexión. 
Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20, 3-8). Nos asomamos este octavo día de la novena a las puertas de tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que tus silencios siempre muestran la verdad. Aquella mirada silenciosa entre tu Madre y tú cuando exclamaste: “Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan” (Lc 11, 27-28), porque sin duda, mirarías a Tú Madre aunque fuera de soslayo, no preocupado por Ella, pues ya sabía en Quien había puesto toda su confianza, ni Ella preocupada por las miradas ajenas, ya te conocía, no le importaba quedar en segundo plano. Tan divino que desde el silencio de la Eucaristía nos hablas y transformas. 

Silencio del Corazón de Jesús ¡Habla a mi corazón! Muchas veces silencias en nuestras almas tu divina presencia, así nos enseñas lo que dijiste a la Samaritana: “Dios es espíritu” y aquello de que “Dios busca adoradores en espíritu y en verdad” (Jn 4, 23-24). Enséñanos a escuchar a Tú Corazón, háblanos y conviértenos en adoradores humildes poniendo todo nuestro espíritu al servicio de Tú verdad. Fortalécenos pues tú mejor que nadie sabe cómo somos, cómo arrastramos las heridas del pecado original, cómo nos alejamos cuando atisbamos a algo o a alguien de espíritu elevado, no permitas que el demonio tire de nosotros hacia abajo, ennoblece nuestro corazón y háblanos, grítanos de esa forma suave que sólo Tú sabes para transformar nuestro corazón y hacerlo semejante al Tuyo.

 Oración final:
 Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición - Tres Padrenuestros y Avemarías.


NOVENA MEDITADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DÍA NOVENO


 Por la señal de la santa Cruz, etc.


 ORACIÓN PREPARATORIA 

Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones. 


Breve reflexión.
 Cuando Pedro y Juan se asomaron al sepulcro vacío, el discípulo amado “vio y creyó” (Jn 20 3-8). Nos asomamos este último día de la novena a las puertas de tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que no dudaste en echar a los vendedores y farsantes de Tú templo, de la Casa de Tú Padre. Tan divino que sólo Tú puedes tolerar y perdonar tantos sacrilegios, infidelidades, mentiras, saqueos, manipulaciones de tus hijos y hermanos redimidos. En estos tiempos de zozobra para la humanidad, donde aún permanece la oscuridad del pecado en el seno de Tú Iglesia, donde la mediocridad, la acedia y la tibieza domina a tantos corazones buenos de católicos, pero fríos en su piedad y amor a Ti, muéstranos el verdadero celo de Tú Corazón. En estos tiempos donde el sentido de lo sagrado, la verdadera religiosidad la viven unas minorías, revélanos la ciencia del verdadero celo por el amor al Padre, por el ansia de eternidad y abominación del pecado. 

Celo del Corazón de Jesús ¡Devora mi corazón! Aquí nos tienes, que tú celo lleno de santidad, mansedumbre, coherencia, valentía y humildad nos devore. Destierra de nuestros espíritus la somnolencia e incredulidad ante el mensaje del Evangelio. Sacúdenos con tu amor y alegría llena de paz para entregarnos de veras a Ti y a Tú obra redentora. No sólo nos has redimido, en tu magnanimidad sin límites, nos has hecho poderosos en el orden de la Gracia, nos asocias a Tú intercesión constante, a la de tu Madre María. Concédenos la Fe para creer y renovarnos en las Promesas de tu Sagrado Corazón. Sacúdenos para ser sin complejos, devotos de tu Sagrado Corazón y extender la verdad de Tu Reinado. 


Oración final:
 Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición - 

Tres Padrenuestros y Avemarías.



Santuario Diocesano de los Sagrados Corazones – Toledo
Novena meditada al Sagrado Corazón

ABRE TU CORAZÓN A LA CURACIÓN


Abre tu corazón a la curación



¿Estás pasando por un reto de salud, querido amigo? No importa cuan serio o sencillo pueda parecer, abre tu corazón a la curación. ¿Un amigo o un ser querido necesitan curación? Abre tu corazón y mantén el pensamiento más elevado de salud —perfección— y espera que la curación se lleve a cabo.

Cuando Jesús sanó a los enfermos, Su fe nunca flaqueó; Él nunca dudó. Por medio de Su fe, Jesús reconoció tres cualidades esenciales en la persona que sanaba. Tomemos en consideración estas cualidades: fe, voluntad y un corazón agradecido, a la luz de las curaciones de Jesús.

- Primero, la fe que sana es posible y es un requisito. La mujer quien tocó el borde de su manto fue sanada porque tenía fe. Esta mujer tenía tanta fe que Jesús le dijo: “Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado” (Mt. 9:22). Sin embargo, Jesús demostró que la curación no está limitada a quienes tienen una fe extraordinaria e inmutable.

Jesús dijo a Sus seguidores: “Si tenéis fe como un grano de mostaza… nada os será imposible” (Mt. 17:20). Aún si tienes la cantidad más pequeña de fe en la vida de Dios en ti, puedes ser sanado y puedes ser una bendición de curación para otros.

Toma la fe que tienes ahora, aún cuando sientas que es tan pequeña como una semilla de mostaza y edifica sobre ella. Edifica al reconocer las cosas a tu alrededor que Dios ya ha provisto para ti. Hasta una cantidad de fe equivalente a una semilla de mostaza, en lo profundo de tu corazón sabrá que la curación es posible. Di a ti mismo esto hoy, cada vez que ores y cada vez que la duda y el temor se filtren en tus pensamientos. Mantén esta conciencia en tu corazón: Tengo fe en la vida de Dios en mí para que haga su obra perfecta de curación.

¡Reconoce que esto es verdad! Permítete sentir la vida de Dios en ti y tomar más conciencia de ella cada día.

- Segundo, la voluntad es requerida de quienes vayan a ser sanados. Cuando el hombre en la piscina de Betesda pidió a Jesús que lo bajara a las aguas curativas, Jesús le preguntó: “¿Quieres ser sano?” (Jn. 5:6). Puede parecer extraño hacerle esta pregunta a alguien quien ha estado esperando tanto tiempo por curación. Pero cuando Jesús preguntó, el hombre se dio cuenta repentinamente que quería ser sanado. Él hizo la conexión necesaria con la vida de Dios en él y fue sanado.

Pregúntate ahora “¿quiero ser sanado?” y alguna parte de ti responderá con un “¡Sí!” atronador. Tu curación ha comenzado. A veces puedes decir que sí y sin embargo, no dar los pasos necesarios para propiciar la curación. Por ejemplo, quizás no estás siguiendo ideas prácticas que promueven la curación. La voluntad de sanar quiere decir seguir la guía de Dios.

- Tercero, la acción de gracias es necesaria. Las palabras de Jesús: “Padre, gracias te doy por haberme oído” (Jn. 11:41), demuestra Su énfasis en dar gracias. Jesús dio gracias antes de resucitar a Lázaro de entre los muertos, enseñándonos a dar gracias aún antes de que la curación física se haga evidente.

Una actitud agradecida puede no ser fácil de desarrollar cuando un reto de salud es aparente; sin embargo, la práctica diaria de dar gracias por la vida de Dios en ti te ayudará a alimentar el sentimiento de gratitud. Si sabes, como lo sabía el escritor de Proverbios, que “El corazón alegre es una buena medicina” (Prov. 17:22) y mantienes tu corazón alegre y lleno de alabanza, bendices a tu cuerpo con energía sanadora.

Cuando oras, bien sea por ti mismo o por otra persona, ve la vida de Dios en ti o en la otra persona llevando a cabo su obra sanadora y revitalizadora. Da gracias por toda evidencia de curación y permite que ésta se produzca.

Ten fe. Ten la voluntad. Da gracias. Al utilizar estas tres cualidades, abres tu corazón a la curación. Ten la seguridad de que la curación —la curación perfecta— tiene lugar ahora.

Peggy Pifer

SONREÍR


Sonreír



Ni la tristeza ni la desilusión ni la incertidumbre, ni la soledad. Nada me impedirá sonreír. Ni el miedo ni la depresión, por más que sufra mi corazón, nada me impedirá soñar.

En las tempestades y en los difíciles caminos, nada me impedirá creer en Dios, quiero vivir el día de hoy como si fuese el primero, como si fuese el ultimo, como si fuese el único, quiero vivir el momento de ahora, como si aun fuese temprano, como si nunca fuese tarde.

Quiero mantener el optimismo, conservar el equilibrio, fortalecer mi esperanza, recomponer mis energías para prosperar en mi misión y vivir alegre todos los días de mi vida.

Quiero caminar con la seguridad que llegaré, quiero luchar con la seguridad que venceré, quiero buscar con la seguridad que encontraré, quiero saber esperar para poder realizar los ideales de mi ser, en fin... quiero dar lo máximo de mí para vivir intensamente y maravillosamente todos los días de mi vida... nada es más fuerte que el deseo de vivir.

"De alguna manera, no sólo en Navidad, pero durante todo el año, el gozo que damos a los demás es el gozo que nos viene de vuelta. Y entre más invertimos en bendecir a los pobres, solitarios y tristes, más gozosas posesiones del corazón nos son retribuidas".

Para buscar pues, la calma Interior, no vayan donde todo es calma sino donde no hay paz, y sean ustedes la paz. De esta forma la encontrarán al darla, y la tendrán en la medida en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse.

John Greenleaf Whittier

CINCO CLAVES PARA ENTENDER POR QUÉ EL YOGA ES INCOMPATIBLE CON EL CRISTIANISMO


5 claves para entender por qué el yoga es incompatible con el cristianismo
Por Diego López Marina




 (ACI).- El yoga está fundado en una filosofía y en una visión que no son compatibles con la fe cristiana. Las siguientes claves resumen las publicaciones de los especialistas Joel S. Peters y P. James Manjackal sobre el tema.


1. El yoga es una disciplina espiritual hindú y no solo posturas o ejercicios físicos

La palabra yoga deriva de la raíz sánscrita “yuj” que significa "unión”. El objetivo del yoga es unir el yo transitorio (temporal) o "jiva", con el (yo eterno) infinito o "Brahman", el concepto hindú de Dios.

Este dios no es un dios personal, sino que es una sustancia impersonal espiritual que es “uno con la naturaleza y el cosmos”. Brahman es una sustancia impersonal y divina que "impregna, envuelve y subyace en todo".

El yoga no es únicamente un conjunto de posturas y ejercicios físicos, sino que es una disciplina espiritual que pregona llevar el alma al “samadhi”, es decir, a aquel estado en el que lo natural y lo divino se convierten en uno, el hombre y Dios llegan a ser uno sin ninguna diferencia.


2. Es panteísta y por lo tanto incompatible con el cristianismo

El panteísmo es aquella visión según la cual el dios y el mundo son uno solo. En el hinduismo existe una realidad única y todo lo demás es una ilusión (o Maya), es decir, el universo es entendido como una energía eterna, divina y espiritual, donde todos los entes que existen -incluyendo los humanos- son sus extensiones.

El yoga es la vía que lleva al practicante (varón=yogi, mujer=yogini) con esta energía cósmica.


Por otro lado, en el cristianismo, a través de la revelación contenida en la Tradición y las Sagradas Escrituras se conoce la verdadera naturaleza del hombre como creación única de Dios hecho a su imagen y semejanza; y que ni el hombre ni el universo creados son divinos.

En el hinduismo, el bien y el mal son ilusorios (Maya), y por lo tanto, inexistentes. Mientras que en el cristianismo, el pecado significa una transgresión de la ley de Dios y el rechazo de nuestro verdadero bien; además, es inseparable para nuestra fe porque es la razón por la que necesitamos un Salvador. La Encarnación, la Vida, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús son para los cristianos medios de salvación, es decir, para liberarnos del pecado y de sus consecuencias.


3. No se puede separar la espiritualidad hinduista de la práctica del yoga

Es un error creer que practicando yoga solo se conseguirán beneficios corporales sin ser afectado por su fundamento espiritual.

Esto se debe a que el yoga no trata esencialmente de la relajación o la flexibilidad, sino de utilizar los medios físicos para un fin espiritual.

Como explica el apologeta Michael Gleghorn, hay especialistas en yoga como Georg Feuerstein y Jeanine Miller, que al hablar sobre las posturas de esta práctica (asana) y de los ejercicios de respiración (pranayama), las señalan como algo más que solo otra forma de ejercicio: son “ejercicios psicosomáticos”, es decir, que el proceso de origen psíquico también tiene influencia en el cuerpo.

El reconocido investigador sobre yoga, Dave Fetcho, también señala que la filosofía oriental es interdependiente con la práctica del yoga:

“El yoga físico, según su definición clásica, es intrínseca y funcionalmente incapaz de ser separado de la metafísica de las religiones orientales. El practicante occidental que intente hacer esto lo está haciendo desde la ignorancia y en peligro, tanto desde el punto de vista del yogui como desde el punto de vista cristiano. (Yoga; 725:2)


4. La Iglesia Católica sí se ha pronunciado sobre el tema

En la “Carta a los obispos de la iglesia católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana” de 1989, la Congregación para la Doctrina de la Fe, si bien no condena expresamente el yoga, señala en el numeral 12 que se debe tener prudencia con la práctica de "métodos orientales", inspirados en el hinduismo y el budismo:

"Propuestas u otras análogas de armonización entre meditación cristiana y técnicas orientales deberán ser continuamente cribadas con un cuidadoso discernimiento de contenidos y de método, para evitar la caída en un pernicioso sincretismo".

En el numeral 14 se explica que la sola noción de que los seres humanos se unan “con una conciencia cósmica divina” contradice las enseñanzas de la Iglesia:

"Para aproximarse a ese misterio de la unión con Dios, que los Padres griegos llamaban divinización del hombre, y para comprender con precisión las modalidades en que se realiza, es preciso ante todo tener presente que el hombre es esencialmente criatura y como tal permanece para siempre, de tal forma que nunca será posible una absorción del yo humano en el Yo divino, ni siquiera en los más altos estados de gracia".

En el 2003, el Consejo Pontificio de la Iglesia Católica para el Diálogo Interreligioso publicó un documento titulado “Jesucristo: Portador del Agua de la Vida”, donde se ubica al yoga como una de las muchas prácticas de la New Age (Nueva Era), y que es “difícil de reconciliar con la doctrina y la espiritualidad cristianas”.

En el numeral 3 explica por qué el del yoga no ayuda a la meditación y oración cristiana:

"Para los cristianos, la vida espiritual consiste en una relación con Dios que se va haciendo cada vez más profunda con la ayuda de la gracia, en un proceso que ilumina también la relación con nuestros hermanos. La espiritualidad, para la Nueva Era, significa experimentar estados de conciencia dominados por un sentido de armonía y fusión con el Todo. Así, ‘mística’ no se refiere a un encuentro con el Dios trascendente en la plenitud del amor, sino a la experiencia provocada por un volverse sobre sí mismo, un sentimiento exultante de estar en comunión con el universo, de dejar que la propia individualidad se hunda en el gran océano del Ser".


5. El origen del yoga se remonta a los “vedas” y existe más de un tipo

Si bien sus orígenes se remontan a 5 mil años atrás y durante mucho tiempo sus principios fueron transmitidos oralmente, el yoga fue puesto por escrito e hizo su aparición en los 4 antiguos textos hindúes conocidos como los Vedas (después en los Upanishads).

Tiempo después, el pensador hindú Patañjali compiló y codificó todo el conocimiento del yoga en el Yoga Sutra, el texto de más autoridad sobre esta materia y reconocido por todas sus escuelas.

Patañjali explicó en sus escritos las 8 vías que guían las prácticas del yoga desde la ignorancia a la “iluminación” o unión con Brahman. Estas son: el autocontrol (yama), práctica religiosa (niyama), posturas (asana), ejercicios de respiración (pranayama), control de los sentidos (pratyahara), concentración o control mental (dharana), contemplación profunda (dhyana), iluminación (samadhi).

Es interesante observar que las posturas y los ejercicios de respiración que frecuentemente son considerados en Occidente como todo el Yoga, son los pasos 3 y 4 que buscan la unión con el llamado Brahman.

POR QUÉ ES BUENO ORAR? PAPA FRANCISCO HACE UNA ADVERTENCIA PARA QUIEN NO REZA

¿Por qué es bueno orar? El Papa Francisco hace una advertencia para quien no reza
Por Alvaro de Juana



 (ACI).- Un miércoles más, el Papa Francisco celebró la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, en la que habló de la importancia de la oración y pidió no cansarse nunca de rezar, aunque parezca que a veces no se es correspondido.

“La oración transforma el deseo y lo modela según la voluntad de Dios, sea cual sea, porque quien ora aspira antes que nada a la unión con Él, Amor misericordioso”.

La catequesis del Papa estuvo dedicada esta vez a la parábola del juez inicuo y la viuda inoportuna que oraba sin cesar. “No debemos desistir de rezar aunque no sea correspondida. Es la oración la que conserva la fe y ¡sin ella la fe vacila!”, pidió Francisco.

El Pontífice explicó que este relato pone de manifiesto “la necesidad de orar siempre, sin cansarse”. “No se trata de rezar alguna vez, cuando lo siento. No. Jesús, dice que se necesita ‘rezar siempre, sin cansarse’. Y pone el ejemplo de la viuda y del juez”.

El Papa describió al juez como “un personaje con poder, llamado a emitir un juicio sobre la base de la Ley de Moisés”, pero “este juez no temía a Dios”.


“Era un juez inicuo, sin escrúpulos, que no tenía en cuenta la Ley y hacía lo que quería, según sus intereses”.

La viuda “junto a los huérfanos y los extranjeros era parte de las categorías más débiles de la sociedad”. Por eso, “una pobre viuda allí sola, está indefensa y podía ser ignorada y dejada sin justicia, así como el huérfano, el extranjero, el migrante”.

“Frente a la indiferencia del juez, la viuda utiliza su única arma: continuar insistiendo importunándolo y presentándole su petición de justicia”, recordó el Papa.

“Es así, con esta perseverancia, como consigue su propósito. El juez, en efecto, en un cierto punto la escucha, no porque fuese movido por la misericordia, sino porque la conciencia se lo impone; simplemente admite: “como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme”.

Francisco subrayó entonces cómo Dios “que es un Padre bueno y justo, hará justicia a sus elegidos que gritan día y noche hacia Él”.

“Todos tenemos momentos de cansancio y de desánimo, sobre todo cuando nuestra oración parece ineficaz. Pero Jesús nos asegura: a diferencia del juez deshonesto, Dios escucha pronto a sus hijos, también si eso no significa que lo haga en los tiempos y en los modos que nosotros querríamos”.

“¡La oración no es una varita mágica!”, exclamó el Papa en la Plaza. “Ella ayuda a conservar la fe en Dios y en confiarnos a Él también cuando no comprendemos su voluntad.”.

El Pontífice añadió que “Dios de verdad ha salvado a Jesús de la muerte dándole la completa victoria en ella, pero la vía recorrida para obtenerla pasó a través de la misma muerte”.

El Santo Padre recordó también la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos cuando “oró al Padre para que lo librase del cáliz amargo de la pasión”.

“Pidamos al Señor -concluyó el Papa- una fe que se hace oración incesante, perseverante, como la de la viuda de la parábola, una fe que se nutre del deseo de su venida. Y en la oración experimentamos la compasión de Dios, que como un Padre viene al encuentro de sus hijos lleno de amor misericordioso”.

FONDOS DE PANTALLA DE LA VIRGEN DE FÁTIMA










MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 25 - REINA DE LOS ÁNGELES, REINA DE LOS PROFETAS


Vigésimo quinto día: Explicación de las letanías


Regina angelorum

Reina de los ángeles. Si se da a María el título glorioso de Reina de los Ángeles es porque en calidad de Madre del Creador y del soberano Señor de los cielos, sobrepasa en gloria a todas las inteligencias celestes. Es lo que reconoce la Iglesia cuando canta, en el día de la Ascensión de la Santa Virgen: La Santa Madre de Dios se elevó al Reno del os cielos por encima de todos los ángeles. También los ángeles con un afecto digno de las  complacencias de Dios mismo, no dejan de expresarle la ternura de sus sentimientos que los animan, mediante exclamaciones de alegría y exclamaciones de alegría y de alegría en las bendiciones que le dan.

Regina Patriarcarum

Reina de los patriarcas. Si Noé, Abrahán y los antiguos Padres que vivieron, hasta tiempos de Moisés, son llamados los Patriarcas del Antiguo Testamento, para que fueran los primeros jefes de familias, donde se conservó fielmente el recuerdo de Dios: y si se llama a San Agustín, San Benito y otros fundadores de Órdenes religiosas los Patriarcas del Nuevo testamento, porque son los jefes y como padres de las familias religiosas que se dedicaron especialmente al servicio de Dios, es a justo título que se da a María la calidad de Reina de los Patriarcas, porque siendo la Jesucristo que es el Rey de los patriarcas, el autor y consumador de la fe, ella es por esta calidad la Reina de los Patriarcas de la antigua y de la nueva ley.



Regina profetarum

Reina de los profetas. Si a partir del texto del Apocalipsis, capítulo XIX, el testimonio que se rinde a Jesucristo es el espíritu de profecía, María ¿no debe ser mirada como la Reina de los profetas puesto que ella rindió incomparablemente un testimonio de Jesucristo mayor que el que rindieron los profetas, porque ella lo engendró, lo reconoció como su Dios y siguió en todos los pasos de su Pasión, hasta el pie de la Cruz.

Ejemplo

San Francisco Javier, apóstol de las Indias y del Japón, no se demoró en ceder a los requerimientos de la gracia, que sintió nacer al mismo tiempo en su corazón, un tierno amor por María y un vivo deseo de imitarlo. Con miras a honrar su pobreza, y de afirmarse en esta virtud que miraba como indispensable para un obrero evangélico, eligió, para prepararse, mediante un retiro de horas, para celebrar su primera misa, un reducto abandonado que le representaba  el establo de Belén. Su amor por María  fue siempre en aumento: le encomendaba todas sus empresas; alentaba a todos a hacer lo mismo. Dios justificó su confianza, y aprobó sensiblemente su celo concediendo a menudo milagros con solo tocar su Rosario. Desligado de todo en la muerte tal como fue en la vida, y abandonado por sus amigos en un río lejano, este hombre apostólico encontró su consolación en María, no dejando de dirigirle a ella hasta su último suspiro, estas palabras; Mostra te esse Matrem.

María, nuestra Madre es reina, invoquémosla con confianza.


Transcripción de José Gálvez Krüger para ACI Prensa

martes, 24 de mayo de 2016

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 24 DE MAYO DEL 2016


Día litúrgico: Martes VIII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Mc 10,28-31): En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros».

«Nadie que haya dejado casa (...) por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno (...) y en el mundo venidero, vida eterna»



Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga 
(Sabadell, Barcelona, España)


Hoy, como aquel amo que iba cada mañana a la plaza a buscar trabajadores para su viña, el Señor busca discípulos, seguidores, amigos. Su llamada es universal. ¡Es una oferta fascinante! El Señor nos da confianza. Pero pone una condición para ser discípulos, condición que nos puede desanimar: hay que dejar «casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio» (Mc 10,29).

¿No hay contrapartida? ¿No habrá recompensa? ¿Esto aportará algún beneficio? Pedro, en nombre de los Apóstoles, recuerda al Maestro: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» (Mc 10,28), como queriendo decir: ¿qué sacaremos de todo eso?

La promesa del Señor es generosa: «El ciento por uno: ahora en el presente (...) y en el mundo venidero, vida eterna» (Mc 10,30). Él no se deja ganar en generosidad. Pero añade: «Con persecuciones». Jesús es realista y no quiere engañar. Ser discípulo suyo, si lo somos de verdad, nos traerá dificultades, problemas. Pero Jesús considera las persecuciones y las dificultades como un premio, ya que nos ayudan a crecer, si las sabemos aceptar y vivir como una ocasión de ganar en madurez y en responsabilidad. Todo aquello que es motivo de sacrificio nos asemeja a Jesucristo que nos salva por su muerte en Cruz.

Siempre estamos a tiempo para revisar nuestra vida y acercarnos más a Jesucristo. Estos tiempos y todo tiempo nos permiten —por medio de la oración y de los sacramentos— averiguar si entre los discípulos que Él busca estamos nosotros, y veremos también cuál ha de ser nuestra respuesta a esta llamada. Al lado de respuestas radicales (como la de los Apóstoles) hay otras. Para muchos, dejar “casa, hermanos, hermanas, madre, padre...” significará dejar todo aquello que nos impida vivir en profundidad la amistad con Jesucristo y, como consecuencia, serle sus testigos ante el mundo. Y esto es urgente, ¿no te parece?

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...