sábado, 20 de febrero de 2016

HOY LA IGLESIA CELEBRA A LOS BEATOS FRANCISCO Y JACINTA, VIDENTES DE FÁTIMA, 20 DE FEBRERO


Hoy la Iglesia celebra a los Beatos Francisco y Jacinta, videntes de la Virgen de Fátima
Por Abel Camasca


 (ACI).- "Contemplar como Francisco y amar como Jacinta", fue el lema con el que estos dos videntes de la Virgen de Fátima fueron beatificados por San Juan Pablo II y cuya memoria se celebra el 20 de febrero.

Entérate de lo que pasó con ellos después de las apariciones, por quiénes ofrecieron sus sufrimientos y sus últimos consejos.

"Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y pida por ellas", les pidió la Virgen de Fátima a Francisco, Jacinta y Lucía.

Francisco nació en 1908 y Jacinta, dos años des pués. Desde pequeños aprendieron a cuidarse de las malas compañías y por eso preferían estar con su prima Lucía, quien solía hablarles de Jesús. Los tres cuidaban las ovejas, jugaban y rezaban juntos.

Del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917 la Virgen se les apareció en varias ocasiones en Cova de Iría (Potugal). Durante estos sucesos, soportaron con valentía las calumnias, injurias, malas interpretaciones, persecuciones y la prisión. Ellos decían: “Si nos matan, no importa; vamos al cielo”.

Luego de las apariciones, Jacinta y Francisco siguieron su vida normal. Lucía fue a la escuela, tal como se lo pidió la Virgen, y era acompañada por Jacinta y Francisco. De camino pasaban por la Iglesia y saludaban a Jesús Eucaristía.

Francisco, sabiendo que no viviría mucho tiempo, le decía a Lucía: “Vayan ustedes al colegio, yo me quedaré aquí con Jesús Escondido”. A la salida del colegio, las chicas lo encontraban lo más cerca posible del Tabernáculo y en recogimiento.

El pequeño Francisco era el más contemplativo y quería consolar a Dios, tan ofendido por los pecados de la humanidad. En una ocasión Lucía le preguntó: "Francisco, ¿qué prefieres más, consolar al Señor o convertir a los pecadores?" Él respondió: "Yo prefiero consolar al Señor”.


“¿No viste qué triste estaba Nuestra Señora cuando nos dijo que los hombres no deben ofender más al Señor, que está ya tan ofendido? A mí me gustaría consolar al Señor y después, convertir a los pecadores para que ellos no ofendan más al Señor." Y siguió, "Pronto estaré en el cielo. Y cuando llegue, voy a consolar mucho a Nuestro Señor y a Nuestra Señora."

Jacinta participaba diariamente de la Santa Misa y tenía gran deseo de recibir la Comunión en reparación de los pobres pecadores. Le atraía mucho el estar con Jesús Sacramentado. "Cuánto amo el estar aquí, es tanto lo que le tengo que decir a Jesús", repetía.

Cierto día, poco después de la cuarta aparición, Jacinta encontró una cuerda y acordaron partirla en tres y ponérsela a la cintura, sobre la carne, como sacrificio. Esto los hacía sufrir mucho, contaría Lucía después. La Virgen les dijo que Jesús estaba muy contento con sus sacrificios, pero que no quería que durmieran con la cuerda. Así lo hicieron.



A Jacinta se le concedió la visión de ver los sufrimientos del Sumo Pontífice. "Yo lo he visto en una casa muy grande, arrodillado, con el rostro entre las manos, y lloraba. Afuera había mucha gente; algunos tiraban piedras, otros decían imprecaciones y palabrotas", contó ella.

Por esto y otros hechos, los niños tenían presente al Santo Padre y ofrecían tres Ave María por él después de cada Rosario. Asimismo, las familias acudían a ellos para que intercedieran por sus problemas.

En una ocasión, una madre le rogó a Jacinta que le pidiera por su hijo que se había ido como el hijo pródigo. Días después, el joven regresó a casa, pidió perdón y le contó a su familia que después de haber gastado todo lo que tenía, robado y estado en la cárcel, huyó a unos bosques desconocidos.

Cuando se halló completamente perdido, se arrodilló llorando, y rezó. En eso, vio a Jacinta que lo tomó de la mano y lo condujo hasta un camino. Así pudo regresar a casa. Luego interrogaron a Jacinta si se había encontrado con el muchacho y ella dijo que no, pero que sí había rogado mucho a la Virgen por él.

El 23 de diciembre de 1918, francisco y Jacinta enfermaron de una terrible epidemia de bronco-neumonía. Francisco se fue deteriorando poco a poco durante los meses posteriores. Pidió recibir la Primera Comunión  y para ello se confesó y guardó ayuno. La recibió con gran lucidez y piedad. Luego pidió perdón a todos.

“Yo me voy al Paraíso; pero desde allí pediré mucho a Jesús y a la Virgen para que os lleve también pronto allá arriba”, le dijo a Lucía y Jacinta. Al día siguiente, el 4 de abril de 1919, partió a la casa del Padre con una sonrisa angelical.

Jacinta sufrió mucho por la muerte de su hermano. Más adelante su enfermedad se complicó. Fue llevada al hospital de Vila Nova, pero regresó a casa con una llaga en el pecho. Luego le confiaría a su prima: "Sufro mucho; pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María".

Antes de ser llevada al hospital de Lisboa le dijo a Lucía: “Ya falta poco para irme al cielo… Di a toda la gente que Dios nos concede las gracias por medio del Inmaculado Corazón de María. Que las pidan a Ella, que el Corazón de Jesús quiere que a su lado se venere el Inmaculado Corazón de María, que pidan la paz al Inmaculado Corazón, que Dios la confió a Ella”.

Operaron a Jacinta, le quitaron dos costillas del lado izquierdo y quedó una llaga ancha como de una mano. Los dolores eran espantosos, pero ella invocaba a la Virgen y ofrecía sus dolores por la conversión de los pecadores.

El 20 de febrero de 1920 pidió los últimos sacramentos, se confesó y rogó que le llevaran el Viático porque pronto moriría, pero poco después partió a la Casa del Padre con diez años de edad. Entre las cosas que le dictó a su madrina están:

Los pecados que llevan más almas al infierno son los de la carne

Las guerras son consecuencia del pecado del mundo. Es preciso hacer penitencias para que se detengan.

No hablar mal de nadie y huir de quien habla mal.

Tener mucha paciencia porque la paciencia nos lleva al cielo.

Los cuerpos de Francisco y Jacinta fueron trasladados al Santuario de Fátima. Cuando abrieron el sepulcro de Francisco, vieron que el Rosario que le colocaron sobre su pecho estaba enredado entre los dedos de sus manos. Mientras que el cuerpo de Jacinta, 15 años después de su muerte, estaba incorrupto.

LECTURAS BÍBLICAS PARA EL SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA, 21 DE FEBRERO DEL 2016


2 Domingo de Cuaresma – Ciclo C
Domingo 21 de Febrero de 2016

“Silencio y Escucha“

Primera lectura

Lectura del libro del Génesis (15,5-12.17-18):

En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo: «Mira al cielo; cuenta las estrellas, si puedes.»
Y añadió: «Así será tu descendencia.» Abrán creyó al Señor, y se le contó en su haber.
El Señor le dijo: «Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra.»
Él replicó: «Señor Dios, ¿cómo sabré yo que voy a poseerla?»
Respondió el Señor: «Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.»
Abrán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrán los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados.
Aquel día el Señor hizo alianza con Abran en estos términos: «A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río.»

Palabra de Dios    

______________________-

Salmo

Salmo Responsorial: 26,1.7-8a.8b-9abc.13-14

R/. El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mí corazón:
«Buscad mi rostro.» R/.

Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

______________________-

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (3,17–4,1):

Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.

Palabra de Dios




Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9,28b-36

En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» No sabía lo que decía.
Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.»
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Palabra del Señor

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc 9,28b-36

ESCUCHAR SOLO A JESÚS

La escena es considerada tradicionalmente como «la transfiguración de Jesús». No es posible reconstruir con certeza la experiencia que dio origen a este sorprendente relato, solo sabemos que los evangelistas le dan gran importancia pues, según su relato, es una experiencia que deja entrever algo de la verdadera identidad de Jesús.

En un primer momento, el relato destaca la transformación de su rostro y, aunque vienen a conversar con él Moisés y Elías, tal vez como representantes de la ley y los profetas respectivamente, solo el rostro de Jesús permanece transfigurado y resplandeciente en el centro de la escena.

Al parecer, los discípulos no captan el contenido profundo de lo que están viviendo, pues Pedro dice a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Coloca a Jesús en el mismo plano y al mismo nivel que a los dos grandes personajes bíblicos. A cada uno su tienda. Jesús no ocupa todavía un lugar central y absoluto en su corazón.

La voz de Dios le va a corregir, revelando la verdadera identidad de Jesús: «Este es mi Hijo, el escogido», el que tiene el rostro transfigurado. No ha de ser confundido con los de Moisés o Elías, que están apagados. «Escuchadle a él». A nadie más. Su Palabra es la única decisiva. Las demás nos han de llevar hasta él.

Es urgente recuperar en la Iglesia actual la importancia decisiva que tuvo en sus comienzos la experiencia de escuchar en el seno de las comunidades cristianas el relato de Jesús recogido en los evangelios. Estos cuatro escritos constituyen para los cristianos una obra única que no hemos de equiparar al resto de los libros bíblicos.

Hay algo que solo en ellos podemos encontrar: el impacto causado por Jesús a los primeros que se sintieron atraídos por él y le siguieron. Los evangelios no son libros didácticos que exponen doctrina académica sobre Jesús. Tampoco biografías redactadas para informar con detalle sobre su trayectoria histórica. Son «relatos de conversión» que invitan al cambio, al seguimiento a Jesús y a la identificación con su proyecto.

Por eso piden ser escuchados en actitud de conversión. Y en esa actitud han de ser leídos, predicados, meditados y guardados en el corazón de cada creyente y de cada comunidad. Una comunidad cristiana que sabe escuchar cada domingo el relato evangélico de Jesús en actitud de conversión, comienza a transformarse. No tiene la Iglesia un potencial más vigoroso de renovación que el que se encierra en estos cuatro pequeños libros.

LA PAZ INTERIOR


La paz interior



La paz del corazón es un tesoro tan grande que debes cuidarla y defenderla. La ambición desmedida, por ejemplo, puede entregarte de tal manera a una vida inquieta y agitada que, por lograr objetivos imprudentes, acabas destruido por dentro. Un mensaje de la Reina de la Paz para que aprecies y cultives la paz interior.

“¡Queridos hijos! Hoy los invito de manera especial a orar por la paz. Queridos hijos, sin la paz, ustedes no podrán experimentar la presencia de Jesús en su vida diaria. Por eso, oren al Señor de la Paz para que él los proteja con su manto y para que  los ayude a comprender la grandeza y la importancia de la paz en sus corazones. Yo estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante Dios. Oren, porque Satanás quiere destruir mis planes de paz. Reconcíliense unos con otros y, por medio de sus vidas, ayuden a que la paz reine en toda la tierra. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

La paz interior tiene enemigos: son los pensamientos y sentimientos negativos que perturban y agitan el cielo tranquilo de tu corazón. Hombres sabios que sondearon su interior con la luz del Espíritu los han especificado: insatisfacción, ansiedad, irritación, miedo, odio, tristeza, autocompasión, duda, abatimiento, impaciencia… Vigila y no les abras la puerta.


* Enviado por el P. Natalio

DIEZ COSAS QUE OCURREN CUANDO VAS MÁS SEGUIDO A LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA


10 cosas que ocurren cuando vas más seguido a la adoración eucarística
Encontrar tiempo para ir a adorar al Señor en la Eucaristía puede ser difícil, pero si vamos con un corazón abierto, los resultados serán sorprendentes.


Por: Ruth Baker | Fuente: http://catholic-link.com/ 




La Eucaristía se describe en el catecismo como la “fuente y cumbre” de nuestra fe. Encontrar tiempo para ir a adorar al Señor en la Eucaristía puede ser difícil, pero si vamos con un corazón abierto, los resultados serán sorprendentes.

«Durante la comida Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: “Tomen, esto es mi cuerpo” Tomó luego una copa, y después de dar gracias, se la entregó y todos bebieron de ella. Y les dijo: ′Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por muchos′»(Marcos 14, 22-24).

En la cultura actual la idea del crecimiento interior es muy poco valorada, es considerada una pérdida de tiempo o una costumbre pasada de moda practicada por nuestros antepasados ​​ingenuos. Por lo general solo el crecimiento exterior y el más palpable vale algo. La principal diferencia entre estos dos progresos (material y espiritual) es que el material siempre está fuera de ti. Este te ofrecerá ciertas sensaciones positivas, sin embargo, siempre estará coloreado con una especie de efímera e inconsistente temporalidad. Un progreso interior, por otro lado, significa que eres tú el que cambia haciendo tu espíritu más fuerte. Te puede sorprender el cambio que producirá en ti el tiempo que pases en la adoración Eucarística, este puede cambiarte de estas diez maneras:

1. Desarrollarás un sentido de asombro y maravilla

No hay nada como la atmósfera de una capilla o iglesia tranquila, el olor del incienso y el esplendor de la custodia para ayudarte a entender la verdad de lo que está sucediendo en la adoración. Estamos verdaderamente ante Jesucristo: su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Cuanto más te hundes en el silencio frente a Él, más te darás cuenta de que la única respuesta es la admiración y el asombro ante la grandeza de nuestro Dios.

2. Experimentarás la paz en otras áreas de su vida

Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy” (Juan 14, 27). La paz externa que podemos experimentar en la adoración (la tranquilidad y el silencio) llega mucho más profundo: nos llena de una paz interior que afecta a todas las áreas de nuestra vida. Esto no significa que todo será perfecto y sin sufrimiento, pero la paz de Cristo nos hace tener la certeza de que las tormentas de la vida no nos harán naufragar.



3. Comenzarás a mirar fuera de ti mismo

Jesús nos dijo: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado” (Juan 13, 34). Pasar tiempo en adoración nos conecta con todo el mundo –después de todo, estamos gastando tiempo con el Creador de todas las cosas–. Pasar tiempo alabando y adorando a Dios te abrirá los ojos para poder mirar más allá de tus propias preocupaciones y ver las necesidades de los demás.

4. Algunas veces te aburrirás, pero…

Habrá momentos en los que no sentirás nada glorioso, estarás distraído y tu mente comenzará a divagar. Tal vez en un principio tu oración estaba llena de sentimientos maravillosos, pero luego, con el tiempo, no fue tan especial. Nuestra fe es más que un sentimiento. Con tu perseverancia Dios seguirá trabajando en ti y convirtiendo tu corazón. Ésta es la belleza de la Encarnación: Dios hecho hombre que entra en todas nuestras tensiones, miedos, problemas -También en el aburrimiento-. La adoración es un continuo volver a Él cada vez que (durante algunos minutos) nuestra mente divaga, dando a Dios el mejor regalo que podemos entregar: nuestro tiempo y compañía.

5. A pesar de que te cueste, estarás entusiasmado por ir

Estando delante de Jesús descubriremos que nos ama y que quiere pasar tiempo con nosotros, de esa forma ya no habrá ninguna excusa que te impida ir.  Si la adoración alguna vez se sintió como un deber, luego se convertirá en un acto de amor, en una necesidad; no solo por las cosas que podemos obtener, sino porque fuimos creados para adorar. Como decimos en la Misa, es “justo y necesario” darle gracias al Señor. La adoración se imprime en nuestros corazones y “nuestro corazón está inquieto hasta que encuentren nuestro descanso en Él” (San Agustín).

6. La Gracia entrará en tu vida

Es increíble como el simple gesto de darle un tiempo corto al Señor hace una gran diferencia en el resto de tu vida. Podemos llevar su presencia mucho después de dejar la iglesia o capilla. Su gracia es la que nos sostiene, sobre todo en los momentos de tentación, en los que nos será más fácil resistir cuando pasamos tiempo y nos llenamos de Él.

7. Te darás cuenta de lo afortunado que eres

Si es tan simple como coger el carro o incluso caminar a la capilla cercana, te das cuenta de lo afortunado que eres. Hay quienes les encantaría pasar más tiempo con Jesús pero no pueden hacerlo porque les es imposible salir de casa, están enfermos o muy ocupados. Luego están aquellos alrededor del mundo que arriesgan sus vidas por la Eucaristía en los lugares donde son perseguidos por su fe. Cuando te acuerdas de los que caminan durante horas o días en situaciones peligrosas con el fin de estar un ratito con Jesús, te das cuenta de que es un regalo poder orar abiertamente, y eso sin hablar de tener un sacerdote que pueda administrarnos los Sacramentos.

8. Descubrirás que Jesús tiene un muy buen sentido del humor

Cuanto más somos capaces de sentarnos y dejar que Dios nos hable (en lugar de gastar todo nuestro tiempo llenando el espacio de silencio hablando), nos daremos cuenta de que Dios tiene un muy buen sentido del humor: le gusta hacernos una broma o dos, y a veces esos momentos son lo suficientemente divertidos para que nos queramos  reír en voz alta.

9. Querrás ir a confesarte más seguido

Esto puede sonar aterrador, pero no lo es. La confesión nos permite experimentar el océano sin límite de la misericordia de Dios. Su misericordia abraza todos nuestros pecados y nos da una libertad sin miedo que nos permite dar el salto al amor y la bondad presentes en todos sus planes para nuestra vida. Una y otra vez acudir a la confesión nos hace renovarnos en la certeza de que estamos seguros en los brazos de un Padre que nos ama y “no se cansa de perdonarnos” (Papa Francisco).

10. Te enamorarás

Cuando pasamos mucho tiempo con el corazón abierto en adoración y dejamos que Cristo nos ame, entonces lo amaremos también. Ese amor nos define y nos permite ser nosotros mismos. “Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia” (Juan 10, 10).

Entonces, ¿qué esperas? ¡Haz una cita ahora con Jesús y deja que Él transforme tu vida!

miércoles, 17 de febrero de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 17 DE FEBRERO DEL 2016


No se le dará otra señal que la de Jonás
Cuaresma y Semana Santa


Lucas 11, 29-32. Cuaresma. La señal más grande que Dios haya podido obrar en el alma es la conversión. 


Por: Andrés Pérez | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús y Él se puso a decirles: Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. 

Oración introductoria 
Señor, conoces mi corazón, todos mis pensamientos, deseos e intenciones, buenos y malos, y sé que puedo contar con tu amor, aunque no soy digno de él. Gracias por tu paciencia y misericordia, por las innumerables gracias que hoy quieres concederme en esta oración, por eso te pido que me ilumines para dedique estos preciosos momentos a contemplar la grandeza de tu amor.

Petición
Señor, no permitas que te pida señales o dude de Ti, ayúdame a crecer cada día en la fe y en la humildad.

Meditación del Papa Francisco
Realmente hace un milagro, porque en este caso él [Jonás] ha dejado de lado su terquedad y ha obedecido a la voluntad de Dios, y ha hecho lo que el Señor le había mandado.  Nínive se convierte y ante esta conversión, Jonás, que es el hombre que no es dócil al Espíritu de Dios, se enfada: Jonás sintió una gran tristeza y se desdeñó. E, incluso, reprende al Señor.     La historia de Jonás y Nínive se articula en tres capítulos: el primero es la resistencia a la misión que el Señor le confía; el segundo es la obediencia, y cuando se obedece se hacen milagros. La obediencia a la voluntad de Dios y Nínive se convierte. En el tercer capítulo, hay una resistencia a la misericordia de Dios.
Esas palabras: ‘Señor, ¿no era esto quizás lo que yo decía cuando estaba en mi pueblo? Porque Tú eres un Dios misericordioso y clemente’, y yo he hecho todo el trabajo de predicar, he hecho mi trabajo bien hecho, ¿y Tú les perdonas? Y el corazón con esa dureza que no deja entrar la misericordia de Dios. Es más importante mi sermón, son más importantes mis pensamientos, es más importante toda esa lista de mandamientos que debo observar, todo, todo, todo que la misericordia de Dios.
Y este drama también Jesús lo ha vivido con los doctores de la Ley, que no entendía por qué Él no dejó que lapidaran a aquella mujer adúltera, cuando Él iba a cenar con los publicanos y pecadores: no lo entendían. No entendían la misericordia. Hay que esperar en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en Él hay abundante redención. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 6 de octubre de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
Son palabras duras las del Señor. Y valen también para hoy, y con una actualidad que espanta. Veámoslo.

Dentro de los deseos del hombre constatamos con bastante frecuencia esa tendencia a ver "rarezas" por doquier. Nos causa mucho placer, nos devora la curiosidad, nos arrojaríamos casi sin pensarlo adonde algún evento nos sacie este anhelo de espectacularidades. Y más si se trata de lo del más allá y todas esas cosas.

Pero también están los "racionales", los que piensan que todo tiene que tener una explicación científica, como si todo fueran astros y cálculos matemáticos. El día en que algún científico logre hacer la ecuación que demuestre cuánto amor tiene un hijo por su madre, seguramente llegará el fin del mundo porque nunca lo logrará. Entonces tenemos a los demasiado crédulos y a los netamente incrédulos. Los que han pedido signos a Cristo representan a estos dos bandos. No pedirían nada si fueran verdaderos creyentes. Veamos si las cosas no están así hoy en día.

Cerremos los ojos. Recordemos personas, situaciones, programas de televisión, etc. Seguramente saldrán a la memoria aquellos sujetos que buscan hasta en las piedras volcánicas algún rastro de lo divino, o de los que se montan en una exótica pirámide para aspirar energía cósmica. También serán rememorados los sabios del mundo que, mirando estrellas, formulan teorías científicas sobre agujeros negros, quasares y supernovas mandando, eso sí, a la Inteligencia que los creó a la oscuridad de supersticiones vanas.

Unos y otros piden una señal. ¿Qué ha dicho Cristo hoy por boca del evangelista Lucas? Que, lamentablemente, somos “una generación malvada”, esto es, no hemos convertido el corazón al Dios vivo, lo tenemos cegado con nuestra mala conducta y soberbia de la vida. ¿Cómo pedimos, entonces, una señal de fe si hemos cerrado, con esta actitud, el corazón a acoger al Señor?

Por eso la única señal será la del profeta Jonás, el hombre que predica la conversión por toda la ciudad de Nínive, a ver si libremente cada uno de nosotros acepta la propuesta, muda el corazón, y nos volvemos a Dios. Ya con esto habremos logrado la más grande señal que Dios haya podido obrar en el alma libre: la conversión por propia y deliberada iniciativa al Dios que da la vida, Fuente perenne del verdadero creyente, Verdad eterna del verdadero sabio.
Es mejor no pedir ninguna señal al Señor. Con esto hacemos mejor mérito a nuestra fe en Él.

Propósito
Rezar el resto de esta semana, una oración para pedir la humildad.

Diálogo con Cristo 
Señor, ¡qué distinto sería el mundo si los cristianos viviéramos en todo tu mensaje redentor! Mi falta de fe y soberbia inutilizan tu gracia, porque aunque digo que soy cristiano, muchas veces, en la vida diaria, me comporto como si no lo fuera, porque frecuentemente pierdo la paciencia, soy mal humorado y altanero en mi trato con los demás. Ayúdame para que, lleno de alegría y optimismo, dedique mi tiempo a querer, a amar, a sonreír y a poner en práctica mi fe para hacer feliz a los demás.

OTRA CUARESMA


OTRA CUARESMA


Otra Cuaresma…otra Pascua… Anímate a vivir este año otro tipo de Cuaresma: más social, más solidaria, más entregada, más ayudadora, más compasiva.

Eso te llevará a vivir otra Pascua: más fraterna, más humana, más luminosa, más esperanzadora, más tierna, más nueva.

Una Cuaresma nueva para una Pascua nueva. Escucha la voz de la profecía: “Todo lo hago nuevo” (Ap 21,5).

Esta novedad hemos de forzarla para que pueda ser.

Por eso este pregón es una oferta, un envite, un reto. Jesús, incansable caminante, va a nuestro lado en el itinerario cuaresmal.

Hagamos camino con él abriéndonos a toda carne, sobre todo la más necesitada, a la más doliente, a la más humilde.


* Fidel Aizpurua

NIÑA QUE SOLO TIENE MEDIO CORAZÓN CORRIÓ, ABRAZÓ Y ALEGRÓ AL PAPA FRANCISCO EN MÉXICO


Esta niña que solo tiene medio corazón corrió, abrazó y alegró al Papa en México
Por María Ximena Rondón


(ACI).- Sabrina Puig, tiene ocho años y sólo la mitad del corazón. Esta pequeña tiene una enfermedad llamada ventrículo izquierdo hipoplásico, debido a que un lado del corazón no se le desarrolló. Ha sido operada cuatro veces y depende de los médicos para sobrevivir. Esta niña tuvo la oportunidad de abrazar al Papa Francisco en México.

Sabrina pasó la valla de seguridad afuera de la Nunciatura Apostólica en Ciudad de México y corrió hacia el Santo Padre a quien abrazó con fuerza.

Su madre, Karla Robles, dijo a ACI Prensa que la niña puede realizar las mismas actividades cotidianas de cualquier otra persona, aunque se cansa rápido. No puede hacer mucho ejercicio. Para ayudarla, están inscritas en la fundación Kardias, que atiende a niños con problemas cardiacos.


Gracias a la fundación, ayer 14 de febrero, ambas fueron junto a otros nueve niños, acompañados de sus padres, a esperar al Pontífice afuera de la Nunciatura.

“Tuvimos la fortuna de estar al frente de la puerta, ahí nos acomodaron. Yo no sabía pero la sección amarilla era para los enfermos y el Papa sabe que ellos necesitan su saludo y su bendición, creo que por eso se acercó”, comentó Karla.

Sabrina y ella estaban detrás de la valla colocada para contener a las personas, pero cuando salió el Papa la gente “nos empezó a empujar y para protegerla la saqué de la barra donde estaban las sillas de ruedas. Entonces se puso a correr hacia el Papa”.

“Estuve muy emocionada y Sabrina también me dijo: ‘¡lo abracé, lo abracé!’. Estaba muy contenta, se durmió con rosario que repartieron los que iban con el Papa. Incluso está preguntando que por qué el Papa tiene que vivir en Roma”, narró a ACI Prensa.

Karla también comentó que Sabrina está ahora más interesada en la religión católica  y que ella está “orgullosísima de que haya tenido esta oportunidad… me parece padrísimo y envidiable. Fue muy emotivo para mí y es un recuerdo que durará toda la vida”.

Esta madre comentó que la gente de seguridad se mostró muy amable con todos los asistentes. Les decían: “¿Cómo están?, ¿Cómo se sienten? (el Papa) Ya va a salir, espérennos tantito”.

NADIE CAMINA POR LA VIDA


Nadie camina por la vida



Nadie camina por la vida, 
sin haber pisado en falso muchas veces.

Nadie llega a la otra orilla, 
sin haber ido haciendo puentes para pasar.

Nadie deja el alma lustrosa, 
sin el pulimento diario de la vida.

Nadie puede juzgar,
sin conocer primero su propia debilidad.

Nadie consigue su ideal, 
sin haber pensado muchas veces 
que persiguía un imposible.

Nadie deja de llegar, 
cuando se tiene la certeza de un don, 
el crecimiento de su voluntad, 
la abundancia de la vida, 
el poder para realizarse y 
el impulso de si mismo.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: MIÉRCOLES 17 DE FEBRERO 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Febrero 17



El hombre es como un inmenso pulmón, sediento siempre de oxígeno, como un inmenso corazón hambriento siempre de sangre; el oxígeno, la sangre que el hombre ansía, es la felicidad.
A veces buscamos la felicidad fuera de nosotros mismos y nos equivocamos lamentablemente, pues la felicidad está dentro de nosotros y nosotros la construimos.

Nuestra felicidad es la consecuencia de la que hemos procurado a otros; tal vez nos diga algo de esto la madre que sonríe feliz ante la cama de su hijo dormido después de un día de trabajo por él.
No tenemos derecho a gozar de la felicidad, si no la creamos en torno nuestro; como no lo tenemos a disfrutar de la riqueza, si no la producimos.

Nuestra principal tarea en esta vida es ser felices; así lo quiere Dios; pero el camino más corto y más seguro para serlo, es hacer felices a los demás, pues no hay más que una manera de ser felices, y es hacer felices a los demás.
La felicidad comienza con “fe”. La fe, será, pues, la condición indispensable de una profunda y permanente felicidad. “El temor del Señor recrea el corazón, da gozo y alegría y larga vida; todo terminará bien para el que teme al Señor, él será bendecido en el día de su muerte” (Eclo 1,12-13)


* P. Alfonso Milagro

VATICANO SE PRONUNCIA TRAS REGAÑO DEL PAPA FRANCISCO A JOVEN EN MORELIA, MÉXICO


Vaticano se pronuncia tras regaño del Papa Francisco a joven en Morelia


 (ACI).- El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, P. Federico Lombardi, explicó a la prensa que lo ocurrido en Morelia con un joven que casi hace caer al Papa Francisco es un hecho sin mayor importancia.

El vocero vaticano consideró que la reacción papal de llamar la atención del joven fue natural. "Es una reacción muy humana, muy normal… cualquiera ante una situación similar habría reaccionado de esa forma, más aún después de una larga jornada de actividades", indicó.

Explicó que después de muchos encuentros en los que "pone todas sus energías en ser cariñoso con todos, y es tomado de una parte por caer, esto realmente es algo que puede hacer algo de nervosidad (nerviosismo)".



Reiteró que el incidente no tiene mayor importancia y que el Pontífice continuó sus actividades con el mismo entusiasmo y cariño por el pueblo de México.

Al concluir el encuentro con los jóvenes en Morelia, el Papa Francisco se acercó a quienes querían saludarlo. Mientras le daba un rosario a uno de los que se amontonaban para verlo, alguien provocó que el Santo Padre cayera sobre un muchacho con discapacidad lo que generó la severa corrección del Pontífice.

“Por favor”, dice el Papa antes de caer sobre un muchacho con discapacidad producto del jaloneo y la disputa de los jóvenes por un rosario que obsequió. “¿Qué te pasó? ¡No seas egoísta! ¡No seas egoísta!”, dijo enérgico el Papa al reponerse.

LA PAZ INTERIOR


La paz interior


La paz del corazón es un tesoro tan grande que debes cuidarla y defenderla. La ambición desmedida, por ejemplo, puede entregarte de tal manera a una vida inquieta y agitada que, por lograr objetivos imprudentes, acabas destruido por dentro. Un mensaje de la Reina de la Paz para que aprecies y cultives la paz interior.

“¡Queridos hijos! Hoy los invito de manera especial a orar por la paz. Queridos hijos, sin la paz, ustedes no podrán experimentar la presencia de Jesús en su vida diaria. Por eso, oren al Señor de la Paz para que él los proteja con su manto y para que  los ayude a comprender la grandeza y la importancia de la paz en sus corazones. Yo estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante Dios. Oren, porque Satanás quiere destruir mis planes de paz. Reconcíliense unos con otros y, por medio de sus vidas, ayuden a que la paz reine en toda la tierra. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

La paz interior tiene enemigos: son los pensamientos y sentimientos negativos que perturban y agitan el cielo tranquilo de tu corazón. Hombres sabios que sondearon su interior con la luz del Espíritu los han especificado: insatisfacción, ansiedad, irritación, miedo, odio, tristeza, autocompasión, duda, abatimiento, impaciencia… Vigila y no les abras la puerta.


* Enviado por el P. Natalio

¡CUIDADO! EN CUARESMA, EL DIABLO ANDA SUELTO


¡Cuidado!... En cuaresma, el diablo anda suelto
Los cristianos se están preparando para la Pascua. ¡Tengan cuidado! ¡En Cuaresma, el Diablo anda suelto!


Por: Roger Bonilla | Fuente: PildorasDeFe.net 




Cuando yo era niño, en Nicaragua, recuerdo que cuando empezaba la Cuaresma, las personas decían que el Diablo anda suelto. Yo nunca entendí qué significaba eso: "en Cuaresma, el diablo anda suelto"

Yo crecí y me hice un hombre adulto. Como yo era un hombre ateo, nunca me preocupó entender qué significaba esa frase que aún seguía resonando en mi cabeza: "en Cuaresma, el Diablo anda suelto"

Siendo ya un hombre maduro, y por la gracia de Dios, me hice cristiano y aquella frase siempre me tenía muy intrigado: "en Cuaresma, el diablo anda suelto".

Como en la Iglesia, por mucho tiempo no se hablaba acerca del diablo y hasta hubo veces que me encontraba con algunos sacerdotes y pastores que decían que el diablo no existía, ¡yo seguía sin entender por qué en Cuaresma, ¡el diablo anda suelto!

Después de muchos años de ser cristiano y de tener que aprender el tema del Diablo a patada limpia y por experiencia propia, finalmente entendí por qué en mi tierra dicen que: "en Cuaresma, el diablo anda suelto"


Mi humilde análisis:

En Cuaresma, aumenta el contacto con el Señor Jesús a través de la oración, el ayuno y las buenas obras. Los cristianos se dedican a orar, ayunar y hacen buenas obras todo el tiempo, pero en tiempos de Cuaresma, esas actividades aumentan muchísimo más, ¿verdad que si?

A Satanás no le gusta eso, por eso lo va a atacar a usted para que no las haga. ¿Saben cómo Satanás ataca a los cristianos?: A través de los siete Pecados Capitales. ¿Saben cuáles son los siete Pecados Capitales?

Satanás es muy inteligente, pero he notado que es un falso imitador de la obra de Dios Todopoderoso. ¡Satanás siempre quiere imitar a Dios! Si a través de los siete Sacramentos, Dios Todopoderoso da la salvación a los cristianos; a través de los siete Pecados Capitales, Satanás lleva a la condenación a los cristianos.

Satanás es tan inteligente que va a hacer que el cristiano cometa un Pecado Capital, especialmente cuando va a recibir un Sacramento o cuando está realizando una buena obra de caridad, un ayuno o una penitencia.

Empezó la Cuaresma. Los cristianos se están preparando para la Pascua. ¡Tengan cuidado! ¡En Cuaresma, el Diablo anda suelto!

DIME COMO REZAS Y TE DIRÉ CÓMO VIVES - PAPA FRANCISCO EN MORELIA, MÉXICO 2016


Dime cómo rezas y te diré cómo vives
Porque nuestra vida habla de la oración y la oración habla de nuestra vida.


Por: SS Papa Francisco | Fuente: Catholic.net 




Fragmento de la Homilía del Papa Francisco en  Morelia, 16 febrero 2016. Misa con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas.

Hay un dicho entre nosotros que dice así:

Dime cómo rezas y te diré cómo vives, dime cómo vives y te diré cómo rezas, porque mostrándome cómo rezas, aprenderé a descubrir el Dios que vives y, mostrándome cómo vives, aprenderé a creer en el Dios al que rezas; porque nuestra vida habla de la oración y la oración habla de nuestra vida. A rezar se aprende, como aprendemos a caminar, a hablar, a escuchar. La escuela de la oración es la escuela de la vida y en la escuela de la vida es donde vamos haciendo la escuela de la oración.

Y Pablo a su discípulo predilecto Timoteo, cuando le enseñaba o le exhortaba a vivir la fe, le decía acuérdate de tu madre y de tu abuela. Y a los seminaristas cuando entran al seminario muchas veces me preguntaban Padre pero yo quisiera tener una oración más profunda, más mental. Mira sigue rezando como te enseñaron en tu casa y después poco a poco tu oración irá creciendo como tu vida fue creciendo. A rezar se aprende como en la vida.

Jesús quiso introducir a los suyos en el misterio de la Vida, en el misterio de su vida. Les mostró comiendo, durmiendo, curando, predicando, rezando, qué significa ser Hijo de Dios.

FELIZ MIÉRCOLES!!!


martes, 16 de febrero de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 16 DE FEBRERO DEL 2016


Padre nuestro que estás en los cielos...
Cuaresma y Semana Santa


Mateo 6, 7-15. Cuaresma. Repetir con los labios de nuestro corazón estas palabras para gustar el don de ser hijos de Dios. 


Por: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15 
Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas. 

Oración introductoria 
Señor, quiero iniciar mi oración llamándote ¡Padre! Permite que sepa meditar la profundidad de esta realidad tan hermosa. Por mi bautismo, ¡soy un verdadero hijo tuyo! Tomado con fe, esperanza y mucho amor de tu mano, concédeme que la presencia de Jesucristo en mi vida me convierta en un digno hijo tuyo.

Petición
Padre, que siempre rece el Padrenuestro.

Meditación del Papa Francisco
Hoy quisiera destacar este aspecto: que la familia es un gran gimnasio de  entrenamiento en el don y en el perdón recíproco sin el cual ningún amor puede ser duradero. Sin entregarse y sin perdonarse el amor no permanece, no dura. En la oración que Él mismo nos enseñó —es decir el Padrenuestro— Jesús nos hace pedirle al Padre: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Y al final comenta: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”. No se puede vivir sin perdonarse, o al menos no se puede vivir bien, especialmente en la familia. Cada día nos ofendemos unos a otros. Tenemos que considerar estos errores, debidos a nuestra fragilidad y a nuestro egoísmo. Lo que se nos pide es curar inmediatamente las heridas que nos provocamos, volver a tejer de inmediato los hilos que rompemos en la familia. Si esperamos demasiado, todo se hace más difícil. Y hay un secreto sencillo para curar las heridas y disipar las acusaciones. Es este: no dejar que acabe el día sin pedirse perdón, sin hacer las paces entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas... entre nuera y suegra. Si aprendemos a pedirnos inmediatamente perdón y a darnos el perdón recíproco, se sanan las heridas, el matrimonio se fortalece y la familia se convierte en una casa cada vez más sólida, que resiste a las sacudidas de nuestras pequeñas y grandes maldades. Y por esto no es necesario dar un gran discurso, sino que es suficiente una caricia: una caricia y todo se acaba, y se recomienza. Pero no terminar el día en guerra. (Audiencia de S.S. Francisco, 4 de noviembre de 2015).

Reflexión
A un buen Padre no le hacen falta muchas explicaciones cuando un hijo pequeño se le acerca a pedirle algo. Un padre que se precie o una madre atenta saben, de antemano, lo que el hijo necesita, incluso cuando no sabe todavía pedirlo. La razón por la que los judíos y buena parte de los rabinos se perdían en largas oraciones y plegarias, está en que su Dios se había convertido para ellos en un Ser lejano, inalcanzable... razonaban humanamente pensando en que las oraciones crecían en valor a medida de su "longitud"... Del mismo modo habían ido añadiendo nuevas normas a las prácticas de la Ley mosaica.

Con ello exasperaban al mismo Dios. Con sus sacrificios, tan largos como vacíos de sentido, no se daban cuenta, y en esto nos podemos también incluir nosotros, que a Dios le bastan pocas palabras cuando éstas nacen verdaderamente del interior. Y que para acercársele la clave no está en añadir más sílabas o más "velas"... como si esto desencadenara un efecto "mágico" por sí solo.

Sin dejar de tener su valor, no es lo más importante. Bastaría quizás con iniciar esa oración que Cristo nos enseña conscientes de sus primeras dos palabras... "Padre nuestro". Sí, repetirlas con los labios de nuestro corazón lentamente para gustar el inefable don de ser hijos. No nos resulta fácil, en un mundo tan complicado y "alambicado", regresar a esa infancia espiritual. Esa niñez del alma que vive permeada por la sencillez ¡Cuánto bien nos haría volver a ser así! Se es más feliz cuando se vive más confiado en Dios (Padre), como hace un niño pequeño.

Recordemos las palabras del mismo Jesús: "Quien no se hace como uno de estos... no podrá entrar en el Reino de los Cielos..."

Propósito
Con confianza y humildad hacer un acto de alabanza y adoración a Dios recitando el padrenuestro y algunos salmos.

Diálogo con Cristo 
Gracias, Señor, por enseñarme a orar. Sé que me puedo acercar a Ti con toda confianza, con la seguridad de ser escuchado y la certeza de ser amado. Que esta familiaridad no me lleve a olvidar con quién estoy tratando. Humildemente te pido que sepa, al igual que tu Madre Santísima lo hizo, reconocer y corresponder a las grandes maravillas con las que quieres enriquecer mi vida.

IDENTIFICAR LAS TENTACIONES


Identificar las tentaciones



Según los evangelios, las tentaciones experimentadas por Jesús no son propiamente de orden moral. Son planteamientos en los que se le proponen maneras falsas de entender y vivir su misión. Por eso, su reacción nos sirve de modelo para nuestro comportamiento moral, pero, sobre todo, nos alerta para no desviarnos de la misión que Jesús ha confiado a sus seguidores.

Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo de vida?

En la primera tentación, Jesús renuncia a utilizar a Dios para «convertir» las piedras en panes y saciar así su hambre. No seguirá ese camino. No vivirá buscando  su propio interés. No utilizará al Padre de manera egoísta. Se alimentará de la Palabra viva de Dios. Sólo «multiplicará» los panes para alimentar el hambre de la gente.

Ésta es probablemente la tentación más grave de los cristianos de los países ricos: utilizar la religión para completar nuestro bienestar material, tranquilizar nuestras conciencias y vaciar nuestro cristianismo de compasión, viviendo sordos a la voz de Dios que nos sigue gritando: ¿dónde están vuestros hermanos?

En la segunda tentación, Jesús renuncia a obtener «poder y gloria» a condición de someterse como todos los poderosos a los abusos, mentiras e injusticias en que se apoya el poder inspirado por el «diablo». El reino de Dios no se impone, se ofrece con amor. Sólo adorará al Dios de los pobres, débiles e indefensos.

En estos tiempos de pérdida de poder social es tentador para la Iglesia tratar de recuperar el «poder y la gloria» de otros tiempos pretendiendo incluso un poder absoluto sobre la sociedad. Estamos perdiendo una oportunidad histórica para entrar por un camino nuevo de servicio humilde y de acompañamiento fraterno al hombre y a la mujer de hoy, tan necesitados de amor y de esperanza.

En la tercera tentación, Jesús renuncia a cumplir su misión recurriendo al éxito fácil y la ostentación. No será un mesías triunfalista. Nunca pondrá a Dios al servicio de su vanagloria. Estará entre los suyos como el que sirve.

Siempre será tentador para algunos utilizar el espacio religioso para buscar reputación, renombre y prestigio. Pocas cosas son más ridículas en el seguimiento a Jesús que la ostentación y la búsqueda de honores. Hacen daño a la Iglesia y la vacían de verdad.


* José Antonio Pagola
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...