martes, 8 de diciembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 8 DE DICIEMBRE DEL 2015


Alégrate llena de gracia
Solemnidades y Fiestas


Lucas 1,26-38. Solemnidad Inmaculada Concepción. Con María es fácil superar nuestros pecados, nuestras dificultades. Ella nos enseña a amar a nuestros hermanos. 


Por: Daniel Ochoa, LC | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 1,26-38
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin». María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.

Oración introductoria
María, te bendigo por las cosas grandes que ha hecho Dios en ti, te agradezco todas las gracias que recibo por tu medio y hoy, que inicia el Jubileo de la Misericordia, quiero consagrarte todos mis pensamientos, palabras y obras. Tómame de la mano y guíame en esta oración para poder recibir las luces del Espíritu Santo y corresponderle generosamente.

Petición
Madre mía, ayúdame a caminar siempre a tu lado, quiero aprender que el camino más corto y seguro hacia Dios, eres tú. Haz que jamás me olvide de ti, y si tal vez te olvidare, tú no te olvides de mí.

Meditación del Papa Francisco
Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.
El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor, para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la Puerta Santa. En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza. (Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, S.S. Francisco, 2015).
Reflexión 
Con María es fácil superar nuestros pecados, nuestras dificultades. Ella nos enseña a amar a nuestros hermanos. Cuando vemos con qué cariño y dulzura nos acoge Ella en su regazo, aprendemos la manera en que debemos de tratar a nuestros hermanos. Y si María, que es criatura, tanto nos ama, ¡cuánto más no nos amará Dios!
Propósito
Hoy rezaré un misterio del rosario y le pediré a María que me ayude a superar aquello que me aleja de Dios.

Diálogo con Cristo y María
María, hasta ahora tal vez no he sido tan buen hijo. Poco me acuerdo de ti y te doy pocas muestras de cariño; pues tú también eres mujer y te gustan las pequeñas muestras de afecto. Ayúdame a ser más cercano.

Jesús, Tú eres hijo de María. Tú sí sabes amarla como madre tuya que es. Que aprenda de ti las palabras, el cariño, la confianza que debo tener en Ella. Tú me la diste como madre al pie de la cruz, que sea yo agradecido por tan hermoso regalo.

"¡No apartes los ojos del resplandor de esta estrella, si quieres no ser destruido por las borrascas!" (San Bernardo, Hom. Sobre la Virgen Madre, 2)

LA INMACULADA CONCEPCIÓN - DOGMA - 8 DE DICIEMBRE


LA INMACULADA CONCEPCIÓN
8 DE DICIEMBRE 



Hoy nos alegramos con toda la Iglesia por ser una fiesta muy especial de nuestra Madre, la Santísima Virgen María. Entre tantas fiestas en honor de la Madre de Dios, hay dos más especiales para toda la Iglesia: el comienzo de la vida de María, como Inmaculada o llena de gracia, y el final, que fue su Asunción en cuerpo y alma al cielo.


El dogma de la Inmaculada Concepción fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus. Allí expresa "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de todo mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelado por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."


Así pues, María es un signo anticipado: de limpieza, de belleza, de santidad, de perfección, de plenitud, de vida nueva, de victoria pascual. Es un anticipo del ideal humano, del proyecto que Dios había soñado para el hombre. Un modelo, por lo tanto, para cada persona humana, para cada creyente, para la Iglesia, para la humanidad. Lo que tanto soñamos y deseamos es posible, en María se ha realizado ya.


®Pequeñas Semillitas

ORACIÓN DEL VIAJERO


Plegaria del viajero




Jesús mío, camino del Padre al hombre
y del hombre al Padre,
acudo a Ti en mi peregrinar
para que mi viaje se realice
en unión contigo, itinerante modelo.
Tú mismo fuiste peregrino
ya antes de nacer, en el seno de tu Madre
que fuera en busca de dónde dar a luz.
En compañía de María y José
fuiste de huída a Egipto,
fuiste presentado en el templo,
y subiste con ellos a la fiesta en Jerusalén.
Desde entonces fuiste caminando por propia iniciativa 
para evangelizar la Buena Nueva de liberación
a los pobres, marginados, enfermos y necesitados de Ti.
Cuando has querido consagrar a apóstoles y discípulos,
les invitaste no a quedarse sino a seguirte
por donde Tú irías, haciendo el bien.
Tu camino cumbre y más doloroso
llegaste a cumplir con sentido pascual
en compañía de tu Madre, Virgen del Camino,
fiel hasta el pie de tu Cruz.
Gracias, Jesús, por haber caminado
con tanto afán y tanto dolor por mí;
y bendito eres en mi caminar por Ti,
a tiempo y a destiempo,
en comodidad y en peligro,
en compañía y en soledad,
en llegadas y en salidas,
en adelantos y en retrasos,
por aire y por tierra,
cuando anuncio y cuando comparto, 
cuando gozo y cuando sufro,
cuando hablo y cuando escucho,
cuando predico y cuando celebro.
Virgen del Camino, Madre de Jesús-Camino,
acompáñame como acompañaste a Jesús
y muéstrame al fin de mi caminar
el rostro de tu Hijo, meta y camino,
para gozar con Él y en Él
del lugar del descanso eterno,
en la unión del Espíritu que solo me moverá
en la interiorización y perfección
de su plenitud de vida en el Padre.
Santo Domingo, incansable itinerante, 
infunde en mí tu espíritu de alegría y esperanza
y hazme cumplir con fidelidad creativa
tu misión actualizada en el mundo de hoy.
Y Tú, Padre Providente y Misericordioso,
bendice a los que encuentre en mi camino,
a los conocidos y a los desconocidos,
a los que me despiden y a los que me reciben
a los que se me acercan con cualquier intención
y llénalos a todos con tu Espíritu de amor.
Que Él me transforme de itinerante en camino
por el cual todos llegar a la felicidad en Ti
con Cristo, Tu Hijo, camino que une. Amén

LA INMACULADA: DE LA BOCA AL VIENTRE, DEL VIENTRE AL ÁRBOL


Inmaculada: de la boca al vientre, del vientre al Árbol
¡María es la verdadera Inmaculada! Es la Nueva Eva que floreció como flor de primavera del poder redentor de Dios.


Por: Celso Julio da Silva, L.C. | Fuente: Catholic.net 




Ocho de diciembre de 1854. Toda la cristiandad vuelca el corazón hacia la Basílica Vaticana. El cielo parece visitar la tierra en el repique vibrante de las campanas romanas. Pío IX, desde la cáatedra, levanta la voz proclamando a toda la Iglesia Universal el dogma de la Inmaculada Concepción.

Todos sabemos que la primera “inmaculada” de la historia, creada sin el pecado original, fue Eva. Su pureza permitía disfrutar de la presencia de Dios todos los días. ¡Quée gusto era poder platicar con Dios en los atardeceres del jardín del Edén!

Sin embargo, aquella pureza de repente se volvió hoja arrastrada por el viento de la soberbia y de la desobediencia. El demonio, en la figura de la serpiente, anestesió el corazón de Eva con discursos grandilocuentes de conocimiento y de poder- “seréis como dioses”- presentándole un camino bien fácil. La guía del camino tentador era: del árbol a la boca, de la boca al vientre y así el fruto, una vez en el vientre de Eva, desató el triste destino de la humanidad: pecado y muerte.

María, a su vez, fue concebida sin el pecado original, pues después de aquella nefasta tarde en el jardín del Edén, Dios jamás se olvidó del hombre, obra de sus manos. Para salvarnos, desde aquel instante, pensó también en María, la mujer pura que aplastaría la cabeza de la serpiente, dando a luz al Salvador Jesucristo.

¡María es la verdadera Inmaculada! Es la Nueva Eva que floreció como flor de primavera del poder redentor de Dios. En la Anunciación el ángel Gabriel podría perfectamente haber hecho un juego de palabras: “¡Ave- Eva!”, pues la llena de gracia aceptó cumplir el camino contrario de la primera Eva, un camino más arduo que era: de la boca al vientre, del vientre al Árbol. De este modo, contemplamos una tenue luz del misterio de la Inmaculada, de tal forma que nuestra oración recobra un sentido más profundo cada vez que rezamos: “¡bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús!”.  

De la boca al vientre: María Inmaculada no pretendió obtener conocimiento y poder delante de la propuesta divina del ángel Gabriel, sino que acogió el Fruto en la pureza y la humildad de una esclava, exclamando: “He aquí la esclava del Señor…”- “hágase en míii”. Aquí está: de la boca al vientre, no con pretensiones egoístas como Eva en el Paraíso, sumergida en la tentación del demonio, sino en la pequeñez de una sierva que acoge el Fruto de la Salvación en su vientre puro.



Y del vientre al Árbol: María es la corredentora en el plano de la Salvación. Por eso, dio a luz a Jesús, fruto bendito de su vientre, para devolver en la obediencia y la aceptación amorosa del misterio redentor el Fruto al Árbol. Pero no a aquel árbol del Paraíso, tan lejos en el tiempo, pero aunque aún tan atractivo, seductor, tentador y prohibido a los ojos y al corazón de hombre…; María devuelve ese Fruto, Cristo, al árbol de la vida, a la Cruz, que para nosotros no es tan atractiva, seductora y- claro está- jamás prohibida- pero he aquí que siempre huimos de ella. María es Inmaculada porque está de pie adorando al Árbol de la Vida, donde la Vida, fruto de su vientre inmaculado, está clavada por amor a los hombres.

Hoy, con toda la Iglesia, respirando el aire fresco de la apertura de este anhelado año jubilar de la Misericordia, elevamos nuestra gratitud de hijos de María Inmaculada por haber recorrido el difícil camino del Misterio en la fe y la pureza, el camino de la humildad de acoger a Dios en su vientre puro, cooperando con nuestra redención, para luego adorarlo sobre el Árbol de la Vida, que es la cruz de Jesucristo. Que María Inmaculada proteja la flor de la pureza en nuestra vida cristiana, y, de modo especial, en la vida de todos los jóvenes.

¡Por tu Inmaculada Concepción, oh María, purifica mi cuerpo y santifica mi alma! Amén.    

LA DEVOCIÓN A LA INMACULADA


La devoción a la Inmaculada
La devoción a la Inmaculada: nos humaniza, nos hace más delicados en el amor


Por: Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net 




“¿Quién es esta, que se levanta como la aurora, que es hermosa como la luna, y resplandece como el sol?”, proclama la Iglesia. La tierra y el cielo, la Iglesia entera, celebra gran fiesta, y nosotros también. Esta fiesta se extendió desde Oriente donde comenzó, por muchos sitios desde el siglo VII, y desde el siglo XIII ya se vivió como fiesta por todo el pueblo cristiano.

La Virgen no padeció mancha de pecado alguno, ni el original que nos legaron Adán y Eva, ni otro alguno. En este misterio celebramos que quedó constituida libre del pecado original desde el primer instante de su vida. Ella es la "plena de gracia", en virtud de un singular privilegio de Dios y en consideración de los méritos de Cristo. Fue constituida libre de cualquier egoísmo y atadura al mal. Convenía que la que tenía que ser Virgen María fuera la maravilla de la creación, la obra maestra.

Nos conviene contemplar a la más perfecta, la más bella de las mujeres. “Tota pulchra est Maria”: es la criatura más hermosa que ha salido de la mano de Dios. Reina del cielo y de la tierra, es superior por su gracia a todos los ángeles. Fue en 1854 cuando Pío IX dijo en la Bula “Ineffabilis Deus: “Declaramos, Proclamamos y Definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles”. Muchos pueblos sienten la devoción a la Inmaculada como algo muy suyo, basta pensar las imágenes que presiden muchas iglesias, grandes obras de arte del renacimiento o del barroco (por citar algunas, en escultura “La cieguecita”, de Juan Martínez Montañés y la “Virgen de la Oliva” en Lebrija, de Alonso Cano; en pintura, las de Murillo lo resumen todo); la devoción a la Inmaculada atrae a los jóvenes a cantarle (como en el caso de la imagen de Sevilla, que está al lado de la catedral), y también recuerdo la fiesta que se organiza en la plaza de España en Roma, donde el Papa Juan Pablo II solía ir a visitar piadosamente rodeado de multitudes, ante otra Inmaculada, también coronando una columna.

Esta devoción abarca aspectos muy cotidianos, como la costumbre de tantos sitios de saludarnos al entrar a una casa, con un: “ave María purísima”; y la respuesta de quien nos recibe dentro: “sin pecado concebida”. Es también muy bonito emplear este saludo inicial al ir a confesar. Y qué alegría oírlo cuando se oye o ve algo malo, que ofende el buen sentir, como un modo de reparar a la Virgen, de rectificar con amor aquella falta de amor...

También –y eso siglos antes de la proclamación dogmática – con juramentos proclamaban los ayuntamientos la fe en la Inmaculada Concepción, asimismo no se podía ser doctor en las universidades de Salamanca, Hispalense y otras muchas, si no se juraba como requisito defender esta verdad, al recibir el título universitario se hacía testimonio de esta fe.

En fin, que es devoción muy popular y muy arraigada. El corazón del pueblo cristiano -guiado por el espíritu Santo- tiene razones profundas, es el “sensus fidei”, el sentido de la fe. No serán razones muy razonadas, sino la expresión sencilla de la verdad, del corazón, el buen hijo que demuestra el amor a su madre. Como decía san Josemaría Escrivá, ¿como escogeríamos a nuestra Madre si hubiésemos podido hacerlo? Hubiéramos escogido la que tenemos, llenándola de todas las perfecciones y gracias. Así lo ha hecho Dios.

Convenía que la que tenía que ser Madre del Hijo de Dios fuera liberada del poder de Satanás y del pecado, de aquel pecado original que se borra por el bautizo. Por esto, debemos hacer propaganda de bautizar los niños cuanto antes, los padres tienen derecho, y los niños lo necesitan como el pecho de la madre para poder alimentarse. ¿Cómo vamos a decir a un niño que escoja tomar alimento cuando sea mayor? Sería una aberración, pues la madre quiere darle lo mejor, por eso le da alimento, y por eso le da la fe del bautismo por la que somos hijos de Dios. Este aniversario nos recuerda también la batalla que hay en el mundo a favor de la vida: Santa Ana concibe su hija María, y no la rechaza, como hacen muchos hoy dejándose llevar por una cultura del egoísmo y de la muerte: la recibe en sus entrañas como un don de Dios, recibe un tesoro privilegiado, recibe el don de la vida, que es sagrado. Y pensar que algunas personas están ciegas ante este don... Por esto nos viene tan bien la devoción a la Inmaculada: nos humaniza, nos hace más delicados en el amor.

FELIZ MARTES!!!


lunes, 7 de diciembre de 2015

CONOCER A MÁRTIRES FUE EXPERIENCIA HERMOSA QUE AGRADEZCO A DIOS, ASEGURA HERMANA MARLENE TRELLES - RELIGIOSA


Conocer a mártires fue experiencia hermosa que agradezco a Dios, asegura religiosa
Por David Ramos




CHIMBOTE, 05 Dic.  (ACI).- La Hermana Marlene Trelles, Esclava del Sagrado Corazón de Jesús, fue amiga cercana de dos de los tres mártires beatificados hoy en Chimbote, al norte de Perú. Para ella conocerlos fue una “experiencia hermosa”, por la que da gracias a Dios.

Los sacerdotes mártires Alessandro Dordi, nacido en Italia, y los polacos Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, fueron asesinados por el grupo terrorista marxista Sendero Luminoso, en 1991. Según el fundador y cabecilla de la organización criminal, el trabajo pastoral de los hoy beatos obstaculizaba la difusión de su ideología entre los pobladores.

El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, los proclamó beatos hoy.

Esta mañana, la Hermana Marlene fue una de las encargadas de llevar las reliquias de los mártires, que consistieron en huesos de las manos dentro de tres cruces de madera.

La religiosa conoció a los padres Miguel y Zbigniew cuando estos llegaron desde Polonia al poblado de Pariacoto, en la sierra de la región Ancash, el 31 de agosto de 1989.


 
Conocerlos, dijo la Hermana Marlene a ACI Prensa minutos antes de que comenzara la multidinaria ceremonia de beatificación, fue “una experiencia hermosa que ahora puedo darle gracias a Dios”.

“Los dos realmente fueron hombres de Dios, dedicados plenamente a trabajar por los demás. Desde que llegaron, nosotros los recibimos con mucho cariño y a full tiempo”, recordó.

Cuando los hoy beatos llegaron a Pariacoto alegraron mucho a los fieles, pues “por muchos años no teníamos un sacerdote estable, lo deseábamos con ansias”.

Los padres Miguel y Zbigniew “vinieron muy abiertos a meterse a evangelizar y a unirse a nosotros en toda la pastoral”.

El 9 de agosto de 1991, casi dos años después de su llegada a Pariacoto, los dos franciscanos conventuales fueron asesinados por los terroristas marxistas.

Esos días, recordó la Hermana Marlene, “fueron los momentos más duros, que creo que todavía la gente vive con dolor, pero ahora con esperanza”.

“Porque ir a Pariacoto es sentir que todo habla de ellos”, dijo.

Los padres Miguel y Zbigniew “tenían una unción especial los dos”, aseguró la religiosa, y destacó que al ser ambos franciscanos conventuales, vivían “muy dedicados a la oración y al trabajo”.

La beatificación, para el poblado de Pariacoto, significa “empezar a vivir con esperanza y continuar trabajando en la herencia que ha recibido de ellos”.

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 7 DE DICIEMBRE DEL 2015


Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa
Adviento


Lucas 5, 17-26. Adviento. ¿Somos de los que se presentan gustosos a llevar al enfermo en su camilla, a ayudarle, a dedicarle tiempo? 


Por: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26
Un día que estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados». Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?»
Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: "Tus pecados te quedan perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados, - dijo al paralítico -: "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa"». Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios. El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles». 


Oración introductoria

Señor, qué gran fe tenían esos hombres del Evangelio que supieron encontrar los medios para tener un encuentro contigo. ¡Dame una fe así de grande! Ilumina, guía mi oración para que sea el medio para creer, esperar y crecer en el amor.

Petición
Jesucristo, acrecienta mi fe en Ti para que no haya obstáculo que me impida crecer en el amor.

Meditación del Papa Francisco
Jesucristo al comienzo le dice: "¡Ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados". Tal vez esta persona quedó un poco sorprendida porque quería sanarse físicamente. Luego, frente a las críticas de los escribas, que entre sí lo acusaban de blasfemia, porque solo Dios puede perdonar los pecados, Jesús lo cura también en el cuerpo.
De hecho, las curaciones, la enseñanza, las palabras fuertes contra la hipocresía, eran solo un signo, un signo de algo más que Jesús estaba haciendo, es decir, el perdón de los pecados, porque es en Jesús en quien el mundo viene reconciliado con Dios, este es el milagro más profundo:
Esta reconciliación es la recreación del mundo: se trata de la misión más profunda de Jesús. La redención de todos nosotros los pecadores; y Jesús hace esto no con palabras, no con gestos, no andando por el camino, ¡no! ¡Lo hace con su carne! Es Él mismo Dios, quien se convierte en uno de nosotros, hombre, para sanarnos desde el interior, a nosotros los pecadores.
Jesús nos libera del pecado haciéndose Él mismo pecado, tomando sobre sí mismo todo el pecado y esto es la nueva creación. Jesús desciende de la gloria y se abaja, hasta la muerte, y una muerte de cruz, desde donde clama: Padre, ¡por qué me has abandonado! Tal es su gloria y esta es nuestra salvación. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 4 de julio de 2013, en Santa Marta).


Reflexión
El evangelio de hoy nos invita a adoptar una actitud activa en nuestra vida: ayudar a los demás a que se encuentren con Jesús. Son muchos los que a veces sin saberlo están buscando la curación, que viven en la ignorancia, en la duda o soledad. Gente que tal vez ya no espera nada en esta vida. O porque creen tenerlo todo, en su autosuficiencia. O porque están desengañados.

¿Somos de los que se presentan gustosos a llevar al enfermo en su camilla, a ayudarle, a dedicarle tiempo? Es el lenguaje que todos entienden mejor. Si nos ven dispuestos a ayudar, saliendo de nuestro horario y nuestra comodidad, facilitaremos en gran manera el encuentro de otros con Cristo, les ayudaremos a comprender que el Adviento no es un aniversario, sino un acontecimiento nuevo cada vez. No seremos nosotros los que curaremos o les salvaremos, pero les habremos llevado un poco más a la cercanía de Cristo, Médico.

Si también nosotros, como Jesús, que se sintió movido por el poder del Señor a curar, ayudamos a los demás y les atendemos, les echamos una mano, y si es el caso les perdonamos, contribuiremos a que éste sea para ellos un tiempo de esperanza y de fiesta.

Propósito
Ponerme al lado de los que sufren, pidiendo a Dios que pueda ser un testigo de su bondad.

Diálogo con Cristo 
Señor, gracias por mostrarme en esta oración el tipo de fe que puede transformar mi vida. Una fe humilde que reconozca mi fragilidad y te busque. Una fe fuerte que me mantenga siempre unido a Ti. Una fe operante que me lleve a buscar los medios para purificar mis actitudes, como sería una buena confesión.

ESCALONES HACIA LA FELICIDAD


Escalones hacia la felicidad




No puedes ser todo para todas las personas.
No puedes hacer todas las cosas al mismo tiempo.
No puedes hacer todas las cosas igual de bien.
No puedes hacer todas las cosas mejor de lo que lo hacen los demás, tú las haces a tu manera.
Tu humanidad se hace presente como en el resto de la gente.
Así que:
Debes buscar dentro de ti quién eres, y ser ése.
Debes decidir las prioridades, y cumplirlas.
Debes encontrar tu fuerza y usarla.
Debes aprender a no competir con los demás

Por lo tanto: 
Habrás aprendido a aceptar que eres único.
Habrás aprendido a fijar las prioridades y a tomar decisiones.
Habrás aprendido a vivir con tus limitaciones.
Habrás aprendido a respetarte.
Y serás un mortal más vital.

Atrévete a creer:
Que eres una persona maravillosa e irrepetible.
Que más que un derecho, es tu tarea encomendada ser quien eres. 
Que la vida no es un problema a resolver, sino un regalo que disfrutar.
De esta forma podrás sobreponerte y disfrutar de las cosas que antes te deprimían.

QUE LOS PRIMEROS MÁRTIRES DE PERÚ DEN FUERZA A LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS, DESEA EL PAPA FRANCISCO

































Que los primeros mártires de Perú den fuerza a los cristianos perseguidos, desea el Papa




(ACI).- El Papa Francisco ha recordado esta mañana desde el Vaticano la beatificación ayer en Chimbote (Perú) de tres sacerdotes mártires asesinados en 1991 por el grupo terrorista marxista Sendero Luminoso.

Después de rezar el Ángelus, Francisco pidió que “la fidelidad de estos mártires en seguir a Jesús nos dé fuerza a todos nosotros, pero especialmente a los cristianos perseguidos en diversas partes del mundo, de testimoniar con coraje el Evangelio”.

Los tres sacerdotes beatificados son Alessandro Dordi, Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski.



La ceremonia estuvo presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. En su homilía, destacó la relación entre el martirio y la próxima celebración de la Navidad.

“Con su encarnación, Jesús ha traído a la tierra el idioma del cielo, la lengua del cielo, que es la caridad”, indicó.

Jesús, en su vida terrena, “ha hablado la lengua de Dios. El Evangelio es el idioma de la caridad”.

“Con la caridad, Jesús ha trasladado el cielo a la tierra y por eso la caridad es esencial para los cristianos”, subrayó, y señaló la importancia para los fieles de “testimoniar la caridad”.

LA DEVOCIÓN A LA INMACULADA


La devoción a la Inmaculada
La devoción a la Inmaculada: nos humaniza, nos hace más delicados en el amor


Por: Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net 




“¿Quién es esta, que se levanta como la aurora, que es hermosa como la luna, y resplandece como el sol?”, proclama la Iglesia. La tierra y el cielo, la Iglesia entera, celebra gran fiesta, y nosotros también. Esta fiesta se extendió desde Oriente donde comenzó, por muchos sitios desde el siglo VII, y desde el siglo XIII ya se vivió como fiesta por todo el pueblo cristiano.

La Virgen no padeció mancha de pecado alguno, ni el original que nos legaron Adán y Eva, ni otro alguno. En este misterio celebramos que quedó constituida libre del pecado original desde el primer instante de su vida. Ella es la "plena de gracia", en virtud de un singular privilegio de Dios y en consideración de los méritos de Cristo. Fue constituida libre de cualquier egoísmo y atadura al mal. Convenía que la que tenía que ser Virgen María fuera la maravilla de la creación, la obra maestra.

Nos conviene contemplar a la más perfecta, la más bella de las mujeres. “Tota pulchra est Maria”: es la criatura más hermosa que ha salido de la mano de Dios. Reina del cielo y de la tierra, es superior por su gracia a todos los ángeles. Fue en 1854 cuando Pío IX dijo en la Bula “Ineffabilis Deus: “Declaramos, Proclamamos y Definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles”. Muchos pueblos sienten la devoción a la Inmaculada como algo muy suyo, basta pensar las imágenes que presiden muchas iglesias, grandes obras de arte del renacimiento o del barroco (por citar algunas, en escultura “La cieguecita”, de Juan Martínez Montañés y la “Virgen de la Oliva” en Lebrija, de Alonso Cano; en pintura, las de Murillo lo resumen todo); la devoción a la Inmaculada atrae a los jóvenes a cantarle (como en el caso de la imagen de Sevilla, que está al lado de la catedral), y también recuerdo la fiesta que se organiza en la plaza de España en Roma, donde el Papa Juan Pablo II solía ir a visitar piadosamente rodeado de multitudes, ante otra Inmaculada, también coronando una columna.

Esta devoción abarca aspectos muy cotidianos, como la costumbre de tantos sitios de saludarnos al entrar a una casa, con un: “ave María purísima”; y la respuesta de quien nos recibe dentro: “sin pecado concebida”. Es también muy bonito emplear este saludo inicial al ir a confesar. Y qué alegría oírlo cuando se oye o ve algo malo, que ofende el buen sentir, como un modo de reparar a la Virgen, de rectificar con amor aquella falta de amor...

También –y eso siglos antes de la proclamación dogmática – con juramentos proclamaban los ayuntamientos la fe en la Inmaculada Concepción, asimismo no se podía ser doctor en las universidades de Salamanca, Hispalense y otras muchas, si no se juraba como requisito defender esta verdad, al recibir el título universitario se hacía testimonio de esta fe.

En fin, que es devoción muy popular y muy arraigada. El corazón del pueblo cristiano -guiado por el espíritu Santo- tiene razones profundas, es el “sensus fidei”, el sentido de la fe. No serán razones muy razonadas, sino la expresión sencilla de la verdad, del corazón, el buen hijo que demuestra el amor a su madre. Como decía san Josemaría Escrivá, ¿como escogeríamos a nuestra Madre si hubiésemos podido hacerlo? Hubiéramos escogido la que tenemos, llenándola de todas las perfecciones y gracias. Así lo ha hecho Dios.

Convenía que la que tenía que ser Madre del Hijo de Dios fuera liberada del poder de Satanás y del pecado, de aquel pecado original que se borra por el bautizo. Por esto, debemos hacer propaganda de bautizar los niños cuanto antes, los padres tienen derecho, y los niños lo necesitan como el pecho de la madre para poder alimentarse. ¿Cómo vamos a decir a un niño que escoja tomar alimento cuando sea mayor? Sería una aberración, pues la madre quiere darle lo mejor, por eso le da alimento, y por eso le da la fe del bautismo por la que somos hijos de Dios. Este aniversario nos recuerda también la batalla que hay en el mundo a favor de la vida: Santa Ana concibe su hija María, y no la rechaza, como hacen muchos hoy dejándose llevar por una cultura del egoísmo y de la muerte: la recibe en sus entrañas como un don de Dios, recibe un tesoro privilegiado, recibe el don de la vida, que es sagrado. Y pensar que algunas personas están ciegas ante este don... Por esto nos viene tan bien la devoción a la Inmaculada: nos humaniza, nos hace más delicados en el amor.

JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA - DEL 8 DE DICIEMBRE 2015 AL 20 NOVIEMBRE 2016

Jubileo extraordinario de la Misericordia
Del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016





 El pasado mes de marzo de 2015, en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco anunció la convocatoria del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. El propio Papa Francisco lo justificaba de esta forma: "He anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes", en un momento en que la Iglesia vive un tiempo de nueva evangelización. Se trata de renovar el espíritu del Concilio Vaticano II en su quincuagésimo aniversario; ya que con el Concilio "la Iglesia sintió la responsabilidad de ser en el mundo signo vivo del amor del Padre"; ahora "la Iglesia siente la necesidad de mantenerlo vivo".

Se iniciará con la apertura de la Puerta Santa en el Vaticano durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 2015. Finalizará el 20 de noviembre de 2016, domingo en el que se celebrará la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo. Posteriormente, el tercer domingo de Adviento, se abrirá la Puerta Santa de la catedral de Roma, así como la basílica de San Juan de Letrán y sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras Basílicas Papales.

Ese mismo domingo, se establece que cada Iglesia particular abra, para todo el Año Santo, una Puerta de la Misericordia equivalente a la Catedral, que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la iglesia principal de la ciudad o en una iglesia de significado especial o santuario.

El Jubileo, por tanto, será celebrado en Roma y también en las Iglesias del resto del mundo como signo visible de la comunión de toda la Iglesia.

El lema de este año santo jubilar es "Misericordiosos como el Padre". El propio Papa Francisco dice que "es mi vivo deseo que el pueblo de Dios reflexione durante el Jubileo sobre obras de misericordia corporales y espirituales". Redescubrir las obras de misericordia corporales: dar de comer al que pasa hambre, acoger al forastero, asistir a los enfermos y visitar a los presos, etc. Y obras de misericordia espirituales: dar consejo a quien lo necesite, consolar al afligido, corregir al que se equivoca, perdonar ofensas, rezar por los vivos y los difuntos...

Durante este año, los fieles querrán atravesar la Puerta Santa con la posibilidad de adquirir la indulgencia plenaria. Sin embargo, el Regente de la Penitenciaría Apostólica, obispo Krzysztof Nykiel, recordó que el verdadero perdón llega con la Confesión: «Durante el Jubileo extraordinario de la Misericordia, el confesionario será la Puerta Santa del alma. Y la celebración del sacramento de la Reconciliación será la ocasión para un encuentro vivo y verdadero con Cristo Misericordioso».

El prelado señaló que este Jubileo será un año propicio para redescubrir la centralidad del sacramento de la Confesión en la vida de la Iglesia: «Todo el que quiera experimentar la alegría de sentirse acogido y amado por Dios deberá, en efecto, acercarse al confesionario, porque principalmente a través de este sacramento, Dios se manifiesta al hombre como Padre que no se cansa nunca de perdonar y de salvar».

Por ello –afirmó Mons. Nykiel– «todos los peregrinos que lleguen a Roma para obtener la indulgencia plenaria, deberán pasar a través de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, pero para que el fiel obtenga la absolución de los pecados y experimente la alegría del perdón de Dios, deberá pasar a través de las puertas del confesionario».

Durante el Año Santo, el Papa Francisco enviará por todo el mundo a los «misioneros de la misericordia», sacerdotes con la autoridad para perdonar también «los pecados que están reservados a la Santa Sede», es decir: «pecados que comportan la pena automática de la excomunión cuya remisión está reservada a la Sede Apostólica», y que por tanto necesitan ser sometidos generalmente al juicio de la Penitenciaría Apostólica para ser absueltos, como la profanación de la Eucaristía; la violación del secreto de confesión; la consagración del Obispo sin autorización; y la ofensa al Pontífice. También el pecado del aborto, que implica la excomunión pero que no está reservada la absolución a la Sede Apostólica sino al obispo o un delegado suyo.

Sobre las «condiciones» para absolver de estos pecados son las mismas que se piden para la absolución de otros pecados, es decir «el arrepentimiento y el deseo de recomenzar en la vida cristiana».

Los misioneros de la misericordia estarán presentes en todas las diócesis como "signo vivo de cómo el Padre acoge a todo aquel que busca el perdón".

Es realmente providencial y de la máxima importancia, pues la confesión –decía el venerable obispo Tihamér Tóth– «es bendición no solamente para el individuo, sino también para la sociedad. El síntoma más alarmante del hombre de nuestros días es precisamente que se ha oscurecido en él la conciencia del pecado y se ha debilitado el deseo de purificación. "

ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO EN EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA


Oración del Papa Francisco en el Jubileo de la Misericordia




Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.

Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:

¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Amén.

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