miércoles, 26 de agosto de 2015

GRACIAS, SEÑOR


GRACIAS, SEÑOR


Gracias, Señor, por el día, por tu mensaje de amor que nos das en cada flor; por esta luz de alegría, te doy las gracias, Señor.

Gracias, Señor, por la espina que encontraré en el sendero, donde marcho pregonero de tu esperanza divina; gracias, por ser compañero.

Gracias por este camino, donde caigo y me levanto, donde te entrego mi canto mientras marcho peregrino, Señor, a tu monte santo.

Amén.

MENTIRAS SOBRE LA BEBIDA



Mentiras sobre la bebida



Que los niños y los borrachos dicen la verdad no es cierto, tanto es así que entre los tomadores hay una serie de mentiras que culturalmente se han afianzado y que vale la pena derribar. Estas son algunas de las más comunes, con sus correspondientes aclaraciones:

'Tomar de vez en cuando no hace daño'
Hay quienes piensan que beber solo los fines de semana no tiene efectos negativos sobre la salud, pero no hay tal; el daño que produce el alcohol no depende del día de la semana en que se ingiere sino la cantidad, la frecuencia y la velocidad con la que se bebe. Si estas son elevadas un solo día de la semana, los riesgos son terribles.

'Las bebidas suaves emborrachan menos'
El alcohol es uno solo, independientemente del tipo de bebida, y su impacto en el cuerpo depende de la graduación alcohólica del trago y de la cantidad consumida. Una jarra de sangría es tan lesiva como una botella de aguardiente.

'Con un solo trago puedo manejar'
Eso es falso: aun en pequeñas cantidades, el licor afecta los reflejos y la percepción del tiempo y del espacio.

'El trago alegra y estimula'
Nada de eso, el alcohol es un depresor del sistema nervioso; puede que dos tragos depriman lo inhibido, pero si se sigue tomando inevitablemente se va a fundir y sentir aburrido.

'Mi organismo es resistente al trago... Nunca me emborracho'
Eso es más grave, porque significa que se ha desarrollado una tolerancia al alcohol y cada vez se necesita más para producir algún efecto.

'El trago quita el guayabo (la resaca)'
No es cierto: los efectos del alcohol solo se calman cuando éste se elimina del cuerpo; eso ocurre a la velocidad de un aguardiente o un vaso de vino por hora, en un hombre de 80 kilos; en las mujeres ese proceso es más lento. Mientras tanto, mejor duerma e hidrátese.

'El alcohol facilita el sexo'
Hay que entender que es un depresor y puede inhibir la respuesta sexual. Con un poco puede haber cierta desinhibición, pero después el efecto será el contrario.

'Tomar con la barriga llena emborracha menos'
Puede que el alcohol se demore un poco en ser absorbido, porque la grasa lo mantiene más tiempo en el estómago... pero después el trago hará su efecto.

'El aguardiente con ajo es un buen purgante'
Es una costumbre muy arraigada, pero no existe ninguna evidencia de que esto sea cierto; ahora, los efectos del alcohol sí se quedan ahí, y si es un niño, mucho peor.

'El trago light y sin azúcar es más sano'
Eso es mentira, la mayoría de los licores se producen a partir de melazas u otro tipo de azúcares. Que tenga menos cantidad por concentración es otra cosa; al final, los efectos son los mismos, porque la gente tiende a tomar más.

Por último. El trago ni cura el frío ni quita la gripe. No se elimina todo por el sudor y la orina. ¡Ah!... tampoco es un embellecedor.


© Carlos Fernández

OH SAN JOSÉ, PROTÉGEME!


LA ORACIÓN: EL AMOR ES EL QUE HABLA


La oración: el amor es el que habla
Orar es dejar que hable el amor.¡Cuántas veces le tenemos miedo al amor, no dejamos que el amor hable!


Por: P. Pedro Barrajón, L.C. | Fuente: la-oracion.com 




Esta frase del libro de la vida de Santa Teresa nos ayuda a comprender lo que es la oración. Ella encuentra en Toledo a un Padre dominico conocido que no ve desde hace mucho tiempo. Le cuenta bajo secreto de confesión todo lo que le pasa a su alma y las penas sufridas por la reforma del Carmelo.

El religioso la escucha, la consuela y le pide que no deje de pedir por él. Teresa, agradecida, confía al Señor el alma de este sacerdote. Ella va al lugar a donde solía orar y allí se queda "muy recogida, con un estilo "abovado" que muchas veces, sin saber lo que digo, trato". Y añade: "que es el amor que habla" (Libro de la Vida, 34, 8).

Orar es dejar que hable el amor. ¡Cuántas veces le tenemos miedo al amor, no dejamos que el amor hable! Sino que preferimos que hable sólo nuestra razón o nuestra mera capacidad humana de entender las cosas. Muchas veces reprimimos el amor como si fuera muestra de debilidad como si también en la oración tuviéramos que demostrar los fuertes e inteligentes que somos. Sin embargo la oración, sin dejar impedirnos usar nuestro entendimiento, es el momento explayar el corazón, y de dejar que el Amor divino nos inunde y nos queme con sus rayos. En una sociedad más racionalista y secularizada, nos da vergüenza de liberar la parte más noble de nosotros mismos, nuestra capacidad de amar y ser amados. Y vivimos como mutilados, no respirando a pleno pulmón, caminando sólo al ritmo que nos permite nuestras convenciones humanas o nuestro miedo de amar demasiado.

Orar, "es el amor que habla". Santa Teresa cuenta que, dejando al religioso, comenzó a hablar con Dios con toda sencillez, como ella solía hacer, dejando que el amor hablase. No sólo el amor que su alma nutría hacia Dios, sino también "comprendiendo el amor que Dios le tiene a ella". La oración usa un lenguaje de amor. Y el lenguaje de amor es especial, es único, tiene su lógica, su gramática y su sintaxis. Lo entienden los que aman. Basta un gesto, una mirada, un movimiento, una sonrisa. Dejemos que el amor hable en nosotros. Dejemos que el Amor nos hable. Dejémonos conducir por el Espíritu Santo que es la persona de la Trinidad que es el Amor del Padre al Hijo y del Hijo al Padre.

Cuando aprendamos el lenguaje del amor que nos enseña el Espíritu Santo, lenguaje hecho de sencillez y espontaneidad, que cualquiera que tenga un corazón puede aprender, entonces comprenderemos que la oración no es sino un ejercicio de amor, es una expresión de amor, es un grito de amor, es una súplica de amor.

La mística Teresa continua diciendo que el Amor que Dios tiene al alma hace que ésta se olvide de sí y "le parece está en Él". Nada la separa de Él. La sencillez del amor logra el mejor estado de unión. Entonces el alma orante "habla desatinos". Comienza a usar el lenguaje más elevado y puro, el lenguaje del amor, porque, como diría San Juan de la Cruz, "ya sólo en amar es mi ejercicio" (Cántico Espiritual, 95).

martes, 25 de agosto de 2015

ALESSANDRO DORDI, SACERDOTE Y MÁRTIR, 25 DE AGOSTO


Alessandro Dordi, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de agosto


Por: . | Fuente: Catholic.net 



Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En distintas localidades de la diócesis de Chimbote, Perú, beatos Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowskisacerdotes profesos polacos de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, y Alessandro Dordi  sacerdote diocesano italiano, asesinados por odio a la fe. ( 1991)
Decreto martirio: en la mañana del 3 de febrero de 2015, S.S. Francisco recibió en audiencia al cardenal Angelo Amato S.D.B, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y autorizó a ese dicasterio a promulgar el decreto de martirio de estos Siervos. Al momento no se conoce la fecha en que se realizará la ceremonia de beatificación.
Breve Biografía

Alessandro Dordi fue el segundo de trece hermanos. Nació en Gromo San Marino-Bergamo (Italia) un 23 de enero de 1931, llegó a estudiar en el Seminario Diocesano de Cluson, donde fue ordenado Sacerdote cuando solo tenía 23 años, era miembro de Comunidad Misionera Paradiso de Bergamo cuando aceptó la invitación de Monseñor Luis Bambarén, entonces Obispo de Chimbote, para asumir la extensa parroquia Señor Crucificado de Santa.
Era un hombre bueno, austero y sencillo, hombre de oración. Sacerdote infatigable, valiente, caminante y misionero. Su carisma por el anuncio del Evangelio se evidenció desde siempre. Al ordenarse sacerdote, cuando tenía 23 años fue a trabajar a una Diócesis entre los campesinos y los que sufrieron de inundaciones en los años 50s. 11 años después pasó a un poblado de Suiza y acompañó por 14 años como capellán de los emigrantes italianos. Allí visitaba a las familias, enseñaba religión y dirigió un del Centro Profesional. Quería ir a África, a Burundi como misionero, pero luego de visitar algunos países de América Latina eligió el Perú y llegó a Santa en 1980.
1980 es precisamente el año que Sendero Luminoso emopezó sus actos violentos y en una durísima crisis económica. Tenía 49 años y se volcó en el servicio a los fieles de la región del Santa, en Ancash. Organizó cursos de apoyo a la mujer, programas de alfabetización, levantó capillas y casas parroquiales…
Intentó sentirse uno más entre los santeños, compartía sus costumbres, fiestas y la tensión de vivir en un país golpeado por la violencia política, atentados terroristas, secuestros, protestas…
La Catequesis Familiar fue su prioridad. Promovió muchos cursos y animaba la preparación para los sacramentos en las comunidades del valle, que visitaba constantemente sin importarle las distancias. Sabía trabajar en conjunto, con otros agentes pastorales y comunidades religiosas.
Consiguió donaciones para realizar diversas construcciones pastorales y de servicio social: Centro Promocional de la Mujer en 1983 con el apoyo de Caritas Española y más tarde organizó el Club de Madres para realizar actividades y talleres de manualidades, cursillos de alfabetización, corte y confección, bordado, enfermería, primeros auxilios, higiene y salud. Preocupado por atender a los enfermos construyó y puso en marcha el Botiquín Parroquial que funcionaba gracias a donaciones.
También fundó el Centro de Educación Ocupacional “Virgen del Carmen”, capillas, casas parroquiales y centros comunales en diversos poblados de Santa.
Por desgracia, no era un buen momento para el Perú: las semillas del terrorismo se había sembrado y producido tanto odio.
El contexto: obispo amenazado
El obispo de Chimbote, Luis Bambarén Gastelumendi, estaba amenazado por los terroristas comunistas. Como cuenta un reportaje en LaRepublica.pe "casi semanalmente recibía escritos y en su andar por la ciudad pesquera observaba pintadas rojas en las paredes de las casas. Sabía del inminente riesgo para él y los sacerdotes que predicaban su fe en diferentes puntos de la región. Hasta que una amenaza más llegó, pero esta vez mucho más específica: "Si no renuncia mataremos dos sacerdotes por semana", decía un mensaje escrito a mano que incluía otras tantas frases de odio que caracterizaba a Sendero Luminoso".
"Ante esta nueva arremetida, monseñor Bambarén, presuroso, no dudó en convocar a los padres de todas las parroquias bajo su influencia para informarles y advertirles de las amenazas. "Les doy libertad para que puedan alejarse de sus zonas: pueden retirarse a Lima o a sus países", recuerda haber dicho en una reunión con los sacerdotes. Presentes estaban los padres polacos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski y el italiano Alessandro Dordi. Aquella vez, los dos primeros que trabajaban en el poblado andino de Pariacoto y el último en Santa manifestaron su intención de no mudarse".
El martirio
Cuando se enteró del asesinato de los misioneros polacos escribió a un amigo: “En estos días estamos particularmente angustiados y preocupados. Seguramente han sabido como el 9 de agosto Sendero Luminoso ha matado a dos sacerdotes de la Diócesis de Chimbote. Son dos franciscanos polacos que trabajaban en un valle como el mío: tenían 32 y 34 años”.
“Puedes imaginar la situación de ansiedad en que vivimos, hay amenazas de próximos asesinatos. Sendero Luminoso, que con el terror quiere llegar al poder, ha puesto su mira en la Iglesia…La situación del Perú es angustiosa. Cada día nos preguntamos: ¿a quién le tocará hoy?”.
Dordi parecía prever que él sería el siguiente. “Adiós, ahora regreso ahí y me matarán”, escribió.
El 25 de agosto de 1991, acompañado de dos seminaristas en una camioneta, se dirigía de Vinzos a Santa para celebrar misa. Unos encapuchados de Sendero Luminoso rodearon el vehículo y obligaron a los dos jóvenes a salir. "Nos dijeron que bajáramos y nos llevaron lejos. Mientras caminábamos oímos los disparos de armas de fuego", relataron los seminaristas. El P. Dordi había sido asesinado con tres disparos.    
Fuentes: obispadodechimbote.org
religionenlibertad.com

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 25 DE AGOSTO DEL 2015


¡Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas!
Tiempo Ordinario

Mateo 23, 23-26. Tiempo Ordinario. Resistir a la gracia, al Amor, quizás es el pecado más grande. 


Por: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net 



Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la 21a. Semana del Tiempo Ordinario,  del domingo 23 al sábado 29 de agosto 2015.
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Del santo Evangelio según san Mateo 23, 23-26
En aquel tiempo Jesús habló diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!

Oración introductoria
Oh, Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, limpia mi conciencia para que pueda convivir permanente con tu gracia, te lo pido por intercesión de la Inmaculada Virgen María que supo actuar siempre de cara a la verdad.

Petición
Jesús, ayúdame a vivir según esta regla: «Es bueno lo que me ayuda a cumplir la voluntad de Dios, y malo lo que me estorba».

Meditación del Papa Francisco
El pueblo se lamenta delante del Señor porque no escucha sus ayunos. Es necesario distinguir entre el ayuno formal y el real. Para el Señor no es ayuno no comer carne y después pelear y explotar a los trabajadores. Por esto Jesús condenó a los fariseos porque hacían muchas observancias externas, pero sin la verdad del corazón.
Sin embargo, el ayuno que quiere Jesús es el que rompe las cadenas injustas, libera a los oprimidos, viste a los desnudos, hace justicia. Este es el verdadero ayuno, el ayuno que no es solamente externo, una observancia externa, sino que es un ayuno que viene del corazón. […] No es buen cristiano el que no es justo con las personas que dependen de él. Y no es buen cristiano el que no se despoja de lo necesario para él para dar al que lo necesita. Es esto, es doble, a Dios y al prójimo, es decir, es real, no es meramente formal. No es no comer carne solamente el viernes, hacer algo, y después hacer crecer el egoísmo, la explotación del prójimo, la ignorancia de los pobres. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 20 de febrero de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
Las severas advertencias de Jesús contrastan con la imagen que todos tenemos de Él. El buen pastor, el que va en busca de los pecadores y cura enfermedades, el que da el pan a los que tienen hambre, el que no juzga sino que perdona, incluso a sus enemigos y a los que le maltratan... ¿cómo es posible que sea Él mismo el que se muestre inflexible y hasta agresivo ante los fariseos y escribas?

¡Hasta cuándo he de soportaros! Exclamó Jesús... y no es para menos. Porque cuando juzgamos excesiva la reacción del maestro, ¿no será acaso porque no tenemos en cuenta todo lo que Él ha hecho por aquellos hombres? Sin embargo, su respuesta fue la incredulidad más hiriente y ciega. Resistir a la gracia, al Amor, quizás es el pecado más grande...

A veces, nos salta la tentación de juzgar también nosotros al Señor. No creemos que lo que nos ocurre sea justo. Nos parece excesivo, insoportable un problema, una enfermedad o la situación familiar de un amigo. Culpamos a Dios de todo esto y le negamos en nuestro interior porque Él no evitó tal circunstancia o no escuchó nuestras oraciones.

Quizás, si somos de verdad sinceros con nosotros mismos, nos comportamos con la misma dureza con la que creemos se comportó Jesús.

Propósito
Buscar «ser» más y mejor persona, en vez de hacer cosas para «parecer» buen cristiano.

Diálogo con Cristo 
Oh, Espíritu de santidad, ven y renueva mi corazón en esta oración. Ven, Espíritu de amor, de paz, y enséñame a ser auténtico y coherente con mi fe para llegar a ser benevolente, lleno siempre de amor y comprensión con todos, especialmente con los más cercanos. Ayúdame a corresponderte con un amor fiel, verdadero y apasionado.

APRENDER DEL ERROR


Aprender del error
Autor:  Gonzalo Gallo González
 
 
Los errores bien asumidos son mejores maestros que las victorias. Casi siempre aprendemos más de los fracasos que de los triunfos.

¡Cuán importante es aprender a fracasar! ¡Cómo nos sirve recordar que es sabiendo perder como se llega a ganar!

Hay que educar en el arte de fracasar porque estamos asediados por un facilismo y un inmediatismo que dan miedo.

Sí señor, en este mundo de una comodidad refinada es difícil aceptar que aprender a vivir es como aprender a caminar:

Aprender a punta de tropezones, caídas y un buen número de golpes. Nadie camina bien en los primeros intentos.

Por eso, decían los romanos hace siglos: Uno aprende equivocándose. En Latín: Errando, discutir.

Con lo cual no se está patrocinando la mediocridad sino aceptando con realismo que es de sabios presupuestar pérdidas e imprevistos.

Nos hace bien vacunarnos contra la soberbia que engendra los triunfos fáciles. Lo mejor es graduarnos en sencillez y en perseverancia.

PAPA FRANCISCO PRESIDE EL MIÉRCOLES LA AUDIENCIA GENERAL NÚMERO 100 DE SU PONTIFICADO


Papa Francisco preside el miércoles la audiencia general número 100 de su pontificado
Foto L'Osservatore Romano




VATICANO, 24 Ago. 15 / 04:02 pm (ACI).- El Papa Francisco presidirá el miércoles 26 de agosto la audiencia general número 100 de su pontificado que se inició en marzo de 2013.

Según señala Radio Vaticana en las previsiones de la semana del 24 al 31 de agosto, la audiencia general que está programada para el miércoles 26 las 10:00 a.m. se realizará en la Plaza de San Pedro y “se trata de la 100° audiencia general del Papa Francisco desde el inicio de su pontificado”.

El tema de la audiencia general será la oración en la familia, luego de dos catequesis en las que ha hablado de otros dos aspectos importantes para la institución familiar: la fiesta y el trabajo.

El miércoles pasado el Pontífice reflexionó sobre el lugar del trabajo en la familia y dijo además que le da dignidad a la familia.

SANTA ROSA DE LIMA: ESTE SERÍA SU VERDADERO ROSTRO


Santa Rosa de Lima: Este sería su verdadero rostro


LIMA, 24 Ago. 15 / 01:10 pm (ACI/EWTN Noticias).- Un equipo de científicos peruanos y brasileños, con autorización de la Orden de Predicadores (Dominicos), analizó el cráneo de Santa Rosa de Lima y con moderna tecnología reconstruyó el que habría sido el verdadero rostro de la patrona de América y las Filipinas.

Los dominicos guardan en el templo de Santo Domingo, en el centro histórico de la capital peruana, los cráneos de Santa Rosa, San Martín de Porres y San Juan Masías, fallecidos hace más de 400 años.

Los científicos de la Universidad San Martín de Porres (USMP) de Perú y del Equipo Brasileño de Antropología Forense y Odontología (EBRAFOL) Legal accedieron a estas reliquias para reconstruir sus rostros.

Bajo estrictas medidas de seguridad y con la custodia de frailes dominicos, los cráneos fueron trasladados temporalmente a una clínica en Lima, donde les realizaron tomografías computarizadas. La segunda fase del trabajo se realizó en Brasil.

El primer rostro en ser revelado ha sido el de Santa Rosa de Lima, cuya fiesta se celebra en Perú y en diversas partes del mundo el 30 de agosto. La presentación de la imagen se realizó en la parroquia de Santa Rosa en la isla brasileña de Guaruja, el 23 de agosto.

En noviembre de este año, el equipo científico presentará en Perú la conclusión de sus trabajos, develando además los bustos con los rostros de Santa Rosa, San Martín y San Juan Masías.

Este es el verdadero rostro de Santa Rosa de Lima

JESÚS, TÚ ERES MI PESCADOR


Jesús, tu eres mi Pescador
Jesús sabía muy bien lo que necesitamos, nos ha observado durante demasiados años nadar lejos de El.


Por: Oscar Schmidt | Fuente: reinadelcielo.org 




El hombre se despertó de madrugada en esa ciudad que no era la suya, a la que había ido tantas veces. No podía dormir. Pensó, ¿dónde estoy? con esa extraña sensación del que viaja demasiado y termina perdiendo sentido de tiempo y lugar. Ah, se dijo a si mismo algo confundido, aquí estoy, en esta ciudad tan bendecida por la Mano de Dios. Pero no puedo dormir.

El Rosario sobre la mesita de luz del hotel llamó su atención. Es bueno rezar a estas horas, el Señor siempre lo necesita porque es el horario en que más cosas feas pasan y los buenos están durmiendo, así que es importarte llenar este espacio oscuro con oraciones ofrecidas simplemente por las intenciones del Señor, que El las use a Su mejor conveniencia.

El pensamiento atravesó su mente, “de paso ayudo a bendecir un poco esta ciudad”. El rechazo a la idea fue inmediato, ¿qué clase de bendiciones puedo pedir yo al Señor, si es que soy literalmente “un pecado” que camina? El Señor le respondió, muy breve y conciso: “eres un pescado”. Nuestro amigo se quedó sorprendido, estupefacto. Pero Señor, yo dije que soy un “pecado que camina”, ¿y cómo es que Tú me dices que soy un pescado? El Señor le volvió a responder, tan breve y con el mismo tono de la vez anterior: “yo te pesqué”.

El señor de nuestra historia rió, y el Señor de la Historia rió también. Rieron juntos. Si, soy tu pescado, le dijo, y Tú, nadie menos que Tú, eres mi Pescador. Nuestro amigo se quedó absorto en sus pensamientos, alegre de saber que él mismo era la presa de Jesús. Y entonces recordó el signo, aquel signo que precedió a la Cruz, y que fue la forma en que se reconoció al pueblo cristiano y a Cristo mismo durante los primeros siglos de la Iglesia: el Pez. Aquel signo representaba lo que él era, no un pez, sino un pescado. Y se sintió parte de esa Iglesia primitiva, se sintió en una catacumba viendo ese signo pintado una y otra vez en las paredes alumbradas por la tenue luz de las lámparas de aceite.

Y luego recordó cómo había sido pescado por Jesús. Se imaginó al Señor pensando cual era la mejor estrategia para atrapar a Su presa, para que ese pez que andaba suelto por las peligrosas aguas del mar del mundo, mordiera su anzuelo y fuera recogido a su barca, la misma barca que San Juan Bosco viera en sus sueños, la gran Barca de la Iglesia. Jesús pensó: tengo que usar el mejor señuelo, el que tenga el color y el sabor adecuados, el que mejor llame la atención de Mi presa. El estudió al hombre, miró sus costumbres, sus gustos, sus hábitos, y trazó Su plan.

El buen pescador sabe muy bien que debe tener absolutamente todo en cuenta antes de abordar su desafío: el horario del día, la transparencia y temperatura del agua, la profundidad a la que hay que buscar a la presa, y en función de ello elige su señuelo. Los que son realmente buenos pescadores diseñan y construyen ellos mismos sus señuelos, utilizando materiales que encuentran aquí y allá. Ellos miran y sopesan una y otra vez de qué modo serán capaces de atraer la atención del pez buscado, y luego se lanzan a su misión con perseverancia, hasta hacer morder el anzuelo a su presa. ¡Entonces la alegría vale doble!

Jesús sabía muy bien lo que Su presa necesitaba, la había observado durante demasiados años nadar lejos de El. De tal modo que esta vez eligió utilizar el mejor señuelo del que disponía, uno literalmente irresistible. El lo llama de diversos modos, como Señuelo Santo, o Estrella de la Mañana, o también Rosa Mística, aunque lo más habitual es que lo llame simplemente Mamá. Con gran expectativa nuestro Pescador de hombres lanzó a las aguas del mundo a Su Gran Señuelo, y atrapó a Su presa esta vez. El pequeño hombre mordió el anzuelo con ganas, y aunque luego se resistió como todo buen pez que no quiere volverse pescado, no lo soltó nunca más.

Y así fue como se transformó en un orgulloso pescado, presa del Pescador de hombres, atrapado por no poder resistir el llamado del Señuelo Santo, de la Madrecita del mismo Dios. Nuestro amigo vio todo esto con tanta claridad que no pudo más que sonreír, abrazarse a la Cruz del Rosario, y sentirse feliz de comprender la profundidad de aquel signo que nos representa, el Pez, Ictis, símbolo de Jesucristo, Pescador de hombres. Así lo conocieron, así se presentó al mundo El desde la barca de Pedro, la misma Barca que dos mil años después sigue transportándolo por los mares del mundo, mientras El sigue pescando a hombres y mujeres de buena voluntad.

NO JUZGUES


NO JUZGUES

Él quería que sus hijos aprendiesen a no juzgar de manera apresurada. Por eso, a lo largo del año, mandó que cada uno de ellos viajase hasta una localidad distante, donde había un peral plantado.

Después de que volviese el último hijo, el hombre los reunió y pidió a cada uno que les describiera lo que habían visto.

El primero dijo que el árbol era feo y retorcido.

El segundo hijo manifestó su desacuerdo, indicando que el árbol tenía hojas verdes y estaba cubierto de preciosas flores de aroma tan dulce que él se arriesgaría a decir que eran las flores más graciosas que había visto.

El tercer hijo argumentó que estaban confundidos, ya que el árbol estaba repleto de frutos dorados, bellos y sabrosos. El árbol estaba tan cargado de frutos que estaba arqueado y lleno de vida.

El último hijo no estuvo de acuerdo con los demás, diciendo que el árbol no tenía flores ni frutos, aunque sí hojas coloridas con los más bellos tonos de rojo y dorado.

El hombre explicó a sus hijos que todos estaban en lo cierto, pues cada uno había visto el árbol en una estación diferente. Agregó que no se puede juzgar un árbol o a una persona por sólo una estación.

La vida sólo puede ser cuantificado al final, cuando todas las estaciones se completen. Quien desiste delante del invierno, pierde las delicias de las demás estaciones.

lunes, 24 de agosto de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 24 DE AGOSTO DEL 2015


El encuentro de Jesús con Natanael

Solemnidades y Fiestas



Juan 1, 45-51. Fiesta Bartolomé apóstol. Bartolomé permaneció vacilante hasta que escuchó las palabras de Jesús... ¡alabándole! 



Por: P Clemente González | Fuente: Catholic.net 




Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la 21a. Semana del Tiempo Ordinario,  del domingo 23 al sábado 29 de agosto 2015.
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Del santo Evangelio según san Juan 1, 45-51
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: Aquel de quien escribieron Moisés y la Ley y los Profetas lo hemos encontrado: a Jesús, hijo de José, de Nazaret. Natanael le replicó: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le contestó: Ven y verás. Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño. Natanael le contesta: ¿De qué me conoces? Jesús le responde: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Natanael respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Jesús le contestó: ¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores. Y le añadió: Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre.

Oración introductoria
Jesús, eres el hijo de Dios, el rey de mi vida y mi mejor amigo, maestro y pastor. Me tomas de la mano y me conduces al Padre. Me insistes en la conversión, pues sólo un corazón decidido puede a orar en la fe. Ayúdame a orar disponiendo mi corazón para hacer la voluntad del Padre.

Petición
Señor, concédeme buscar la santidad en la coherencia y en el cumplimiento de tu voluntad.

Meditación del Papa Francisco
La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más. Pero ¿qué amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer? Si no sentimos el intenso deseo de comunicarlo, necesitamos detenernos en oración para pedirle a Él que vuelva a cautivarnos. Nos hace falta clamar cada día, pedir su gracia para que nos abra el corazón frío y sacuda nuestra vida tibia y superficial.
Puestos ante Él con el corazón abierto, dejando que Él nos contemple, reconocemos esa mirada de amor que descubrió Natanael el día que Jesús se hizo presente y le dijo: “Cuando estabas debajo de la higuera, te vi”. ¡Qué dulce es estar frente a un crucifijo, o de rodillas delante del Santísimo, y simplemente ser ante sus ojos! ¡Cuánto bien nos hace dejar que Él vuelva a tocar nuestra existencia y nos lance a comunicar su vida nueva! Entonces, lo que ocurre es que, en definitiva, “lo que hemos visto y oído es lo que anunciamos”.
La mejor motivación para decidirse a comunicar el Evangelio es contemplarlo con amor, es detenerse en sus páginas y leerlo con el corazón. Si lo abordamos de esa manera, su belleza nos asombra, vuelve a cautivarnos una y otra vez. Para eso urge recobrar un espíritu contemplativo, que nos permita redescubrir cada día que somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva. No hay nada mejor para transmitir a los demás. (S.S. Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 264).
Reflexión
¿De este pueblo tan pequeño puede salir algo bueno? Estas fueron las palabras que San Bartolomé, también llamado Natanael, dijo a Felipe, sorprendido ante la noticia de que había un gran hombre venido desde Nazaret.

Natanael permaneció vacilante hasta que escuchó las palabras de Jesús, alabándole. Cristo demuestra que conoce perfectamente el interior del hombre, y por eso se permite elogiarle en público. ¿Y qué diría Jesús de nosotros? ¿Podría repetir las palabras que dirigió al santo que hoy contemplamos? Y tú, ¿qué opinión tienes de ti mismo?

Lo que en realidad somos está recogido en nuestra conciencia. Ella nos avisa ante la bondad o maldad de nuestros actos, antes y después de hacerlos. Por eso, el que actúa guiado por una conciencia recta, tiene la seguridad de llevar una vida honrada, ante sí mismo, ante los hombres y ante Dios.

Formar una buena conciencia es gran parte del secreto de nuestro obrar. ¿Y cómo se forma? Con criterios objetivos, válidos para todos y siempre. Por ejemplo, los diez mandamientos son la ayuda básica para saber qué debemos hacer y qué hay que evitar. Y una vez que hemos establecido fuertemente los principios, es necesario mantenerse firme en ellos.

Propósito
Restar importancia a mis puntos de vista, para estar más abierto a la opinión de los demás.

Diálogo con Cristo 
Jesús, frecuentemente soy escéptico y desconfío en que puedo alcanzar la santidad, porque no me dejo transformar por tu gracia y no cumplo la voluntad de Dios. Por eso te pido, hoy, que abras mi espíritu, mi corazón, mi entendimiento, para que sepa reconocerte siempre y darte el lugar que te corresponde en mi vida.

EL ESTILO DE TU VIDA DEPENDE DE TU LIBERTAD


El estilo de tu vida depende de tu libertad
Quizá hoy podamos cambiar la opción de nuestra vida.
Por: Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net 




Los últimos momentos de cualquier ser humano tienen un especial aire de solemnidad. Los últimos momentos de un gran hombre son todavía mucho más especiales.

Los últimos momentos de Sócrates fueron narrados por Platón hace ya mucho tiempo. El maestro se encontraba en la cárcel, sentado entre sus más fieles amigos. Se acercaba el momento de ejecutar la sentencia capital. Faltaban pocos minutos para que llegase el verdugo con el veneno, y todo acabaría. Bueno, no todo, pues el Sócrates que presenta Platón es un hombre que está convencido de que le espera una vida mejor, una vez franqueadas las fronteras de la muerte.

El misterio de la muerte nos pone ante el gran problema de la vida, de nuestra vida humana. Aquí las preguntas son muchas: ¿somos animales sofisticados que pasamos un tiempo en este planeta herido y contaminado, para luego desaparecer y ser recordados por unos cuantos íntimos? ¿O hay algo más allá de la muerte? La pregunta resulta fundamental, hoy como ayer, a la hora de orientar todo lo que queremos y realizamos. Si todo termina en el “gran teatro del mundo”, cuando baje el telón no habrá nada que temer: la muerte nos absorberá, cesará toda sensación, todo pensamiento, y una oscura tiniebla nos engullirá entre sus entrañas escabrosas, como en un abrazo letal. Pero si hay algo más después de la agonía...

El mundo de hoy vive, por un lado, de las herencias cristianas, y, por otro, de los progresos científicos. Entre los investigadores encontramos hoy un número no pequeño de neurólogos que quieren comprender lo que es el pensamiento, la conciencia, las emociones, el amor. Exploran el cerebro, hacen nuevos experimentos, lanzan teorías. Algunos pretenden explicar la reflexión humana como si fuese el resultado de la actividad de redes neuronales, actividad que termina cuando el “aparato” (eso que llamamos cerebro) es incapaz de coordinar eficazmente las 100 mil millones de neuronas que lo componen. Y nos muestran, con gráficas interesantes y comprensibles, las distintas zonas de la corteza cerebral responsables de la palabra, de la imaginación, de la creatividad, de los sueños. Hace poco alguno dijo que había descubierto la zona de la corteza que regula algunas experiencias religiosas...

Quizá sería bueno volver a escuchar al inquieto Sócrates para poner en duda parte de estas interesantes propuestas. En la narración de Platón, Sócrates hace una reflexión fundamental: es cierto que yo no estaría aquí, sentado y en diálogo con mis amigos, si no tuviese tendones, músculos, huesos, pulmones, aires, etc. Pero todo ello no es más que la condición (el instrumento) que me permite realizar algo más profundo: un acto de voluntad. He aceptado conscientemente la condena a muerte, porque he creído que ese era mi deber. Esta es la explicación verdadera del porqué me encuentro aquí, esperando la cicuta. De lo contrario, haría ya un buen tiempo que estas piernas y estos tendones habrían escapado lejos de Atenas para huir de una muerte deshonrosa...

Las reflexiones de Sócrates pueden estimular a los neurólogos de hoy. Es cierto que sin el cerebro no podemos pensar, ni amar, ni decir un disparate o escribir una poesía. Pero también es verdad que todo acto profundamente humano, todo pensamiento y todo amor, va más allá de lo que pueda ser un complicadísimo sistema de neuronas. En pocas palabras, y según el ejemplo de Sócrates, el cerebro es condición del pensamiento y del amor, pero no su explicación profunda. Al otro lado de la frontera inicia el mundo del espíritu, algo que escapa a los microscopios más sofisticados y a los experimentos más geniales.

Desde luego, habrá quien crea que los pobres espiritualistas, los que creen en la posibilidad de amar y de pensar (de vez en cuando, claro está) de modo inteligente, son víctimas de alguna ilusión que radica en alguna lesión de su cerebro, o en un desarrollo particular de tal o cual zona de la corteza. Pero será bueno ver, como afirmaba un abogado interesado en los temas científicos, Philip E. Johnson, si estos escépticos serán capaces de encontrar la parte de masa gris que hace que ellos piensen en clave materialista, que les lleve a no creer en el espíritu...

Desde luego, la vida más allá de la muerte será siempre un misterio. Sólo el día en que nos toque atravesar el dintel de ese momento dramático, se resolverán las dudas, y quizá haya más de alguna sorpresa inesperada. Mientras llega el momento, sigue siendo estimulante aquella intuición de Pascal: ¿quién tiene más miedo del mas allá, aquel que vive creyendo que no existe, pero comportándose de forma que podría merecer el infierno, o aquel que vive creyendo que sí hay otra vida, y busca merecer el premio definitivo? Aquí radica la diferencia entre un Hitler, un Stalin, un Sócrates, un Francisco de Asís o una Madre Teresa de Calcuta. El estilo de vida que cada uno escoja depende de su libertad. Y ahora, mientras las neuronas nos permitan mantenernos lúcidos, podemos decidirlo. Quizá después ya no podamos cambiar la opción de vida, que quedará fijada para siempre...

APEGOS


Apegos


Un pájaro herido no puede volar, pero un pájaro que se apega a una rama de árbol, tampoco. ¡Deja de apegarte al pasado!

Dice el proverbio hindú: "El agua se purifica fluyendo; el hombre, avanzando". El mundo está lleno de sufrimiento; la raíz del sufrimiento es el apego; la supresión del sufrimiento significa la eliminación, el abandono de los apegos.

Hay un deseo común, que es el cumplimiento de lo que se cree que va a dar felicidad al yo, al ego. Ese deseo es apego, porque ponemos en él la seguridad, la certeza de la felicidad.

Es el miedo el que nos hace desear la felicidad, y ella no se deja agarrar. Ella es. Esto sólo lo descubrimos observando, bien despiertos, viendo cuándo nos mueven los miedos y cuándo nuestras motivaciones son reales.

Si nos aferramos a los deseos, es señal de que hay apego. ¿Abandonar los apegos significa apartarse del mundo material? La respuesta es: ¡No!

Uno usa el mundo material, uno goza el mundo material, pero no debe hacer depender su felicidad del mundo material. ¿Está esto suficientemente claro?

Uno comienza a gozar las cosas cuando está desapegado, porque el apego produce ansiedad. Si estás ansioso cuanto te aferras a algo, difícilmente podrás gozarlo.

Por lo tanto, lo que te propongo no es una renuncia al goce: es una renuncia a la posesividad, a la ansiedad, a la tensión, a la depresión frente a la pérdida de algo.

¿De dónde crees que provienen todos los conflictos? De los apegos.

¿De dónde crees que proviene el sufrimiento? De los apegos.

¿De dónde crees que proviene la soledad? De los apegos.

¿De dónde crees que proviene el vacío? Tú lo sabes: el origen es el mismo.

¿De dónde crees que provienen los temores? También de los apegos. Sin apego no hay temor. ¿Lo pensaste alguna vez? Sin apego no hay temor.

SALVADO POR UNA MISA


Salvado por una misa
Cuando Pedro recuperó la conciencia y pudo recordar lo que había ocurrido, enseguida hizo un balance de su vida...

Por: Redacción | Fuente: salvadmereina.co.cr 




En las ciudades pequeñas todo el mundo se conoce. Los lazos de amistad se estrechan aún más y los buenos amigos se tratan como auténticos hermanos. Es lo que ocurrió con Marcos y Pedro. Los dos crecieron en la acogedora localidad de Lagoa Dourada: juntos hicieron la Primera Comunión en la parroquia del Señor Buen Jesús, estudiaron en la Escuela Pública y participaron activamente en las actividades parroquiales, especialmente como monaguillos en las celebraciones solemnes.

El primero pertenecía a una familia muy católica y en el seno de la misma le habían transmitido una gran devoción a la Santa Misa. Desde pequeñito su abuela, doña Matilde, le llevaba a la iglesia bien temprano para participar en la Sagrada Eucaristía y le iba explicando paso a paso cada parte del Santo Sacrificio del Altar, lo que le dejaba encantado al ver el amor de Jesús por cada uno de nosotros.

Sin embargo, Pedro no había recibido en su hogar tan piadosas influencias. Sus padres eran católicos, sí, aunque poco devotos; tan sólo se preocupaban por gozar de buena salud y tener éxito en los negocios. Había sido doña Matilde la que le había dado una adecuada formación religiosa.

Era ella quien les enseñaba el Catecismo a los dos inseparables compañeros, quien les había preparado para que hicieran la Primera Comunión y quien les animó a que fueran monaguillos en la iglesia parroquial.

El tiempo había pasado y estos buenos amigos ya se habían hecho hombres maduros. Cada uno constituyó su propio hogar, ambos tuvieron hijos y los dos continuaron viviendo en la misma Lagoa Dourada.

Marcos era un padre dedicado y procuraba transmitir a sus hijos toda la buena formación que había recibido de su abuela. Pero sobre todo se esforzaba por darles el ejemplo de un buen cristiano: rezaba el Rosario en familia, enseñaba el Catecismo a los pequeños e iba a Misa todos los días, pues ésta había sido siempre su devoción más grande.

Pedro, por el contrario, se había olvidado de las enseñanzas recibidas y empezó a preocuparse, al igual que sus progenitores, únicamente por el bienestar material de su familia. Su comportamiento en materia de religión no era de lo mejor: nunca rezaba con sus hijos y sólo iba a Misa los domingos… si es que ese día no había organizado alguna visita a las haciendas de sus colegas.

Todas la mañanas, después de dejar a su hijos en la escuela, Marcos asistía a Misa. Al terminar el Sagrado Banquete, se iba a desayunar a su panadería y se comía un buen pan calentito, untado con mantequilla derretida, hecha con la leche pura y grasa de su granja.

De vez en cuando Pedro iba a visitarle, pero la amistad entre ellos iba siendo menos robusta. Las conversaciones giraban casi exclusivamente sobre sus negocios y, aunque intentara mantener las apariencias, se notaba que sus intereses cada vez se distanciaban más de los de Marcos.

Del enfriamiento de las relaciones al rencor había sólo un paso. A pesar de que Marcos no vivía para los negocios como Pedro, su panadería era envidiable, su hacienda muy productiva y su fábrica de lácteos un modelo de factoría bien dirigida. ¿Cuál sería la razón de este éxito? —pensaba Pedro, quien no escatimaba esfuerzos para que sus negocios prosperaran y que sufría con una cosecha escasa, con el desgaste de la tierra y con las enfermedades de su ganado; sin hablar de las crecientes deudas que tenía, las cuales amenazaban su patrimonio…

Un día, los dos amigos fueron invitados a un congreso de terratenientes que se realizaría en la capital de la región. Marcos le propuso que hicieran el viaje juntos y Pedro aceptó por puro interés, porque así los gastos serían menores. La salida quedó fijada para un miércoles, después de la Misa matutina.

Sin embargo, el párroco no pudo celebrarla en el horario habitual aquel día, pues había sido solicitado para que atendiera a un enfermo de una aldea vecina, y avisó que sí habría Misa al mediodía. Marcos, entonces, decidió retrasar el viaje, pero Pedro intentó disuadirlo diciéndole:

— ¡Qué tontería! ¿Qué hay de malo si no vas a Misa un día?

— La Misa tiene un valor infinito, le respondió Marcos. Prefiero esperar.

— Bien, entonces te vas tú solo más tarde. Yo ya me marcho…

Y antes de alejarse añadió:

— ¿Cómo es posible que atrases un viaje de esta envergadura únicamente por causa de una Misa? Tienes toda la vida para asistir a otras muchas más…

En realidad, Pedro se alegraba por la situación que se había creado, pues pensaba que si llegaba antes que Marcos a la ciudad podría escoger la mejor negociación del momento y conseguir superiores resultados.

Sin embargo, en la carretera —llena de curvas— que une Lagoa Dourada con la ciudad vecina se produjo un derrumbe en el justo momento en que Pedro estaba pasando por ahí con su camioneta. La avalancha de tierra le hizo perder el control de su vehículo y cayó barranco abajo.

Fue llevado al hospital y pasó varios días en coma. Cuando recuperó la conciencia y pudo recordar lo que había ocurrido, enseguida hizo un balance de su vida: se dio cuenta de lo alejado que estaba de Dios y de los Sacramentos, y se preguntaba si aquel accidente de automóvil no sería una señal de alerta que venía de la eternidad.

¡Qué locura había sido el haber menospreciado de esa manera una Misa! ¡Qué cerca estuvo de no poder participar en ninguna más! Hizo llamar a su amigo Marcos y al verlo entrar en la habitación del hospital, el convaleciente le dijo:

— Has sido salvado por una Misa. Fui muy codicioso y desprecié el valor supremo e infinito que tiene una sola Celebración Eucarística…

Marcos trató de animarlo inmediatamente y Pedro le expresó lo arrepentido que estaba de la vida que llevaba. Le confió que el accidente le hizo acordarse de todo lo que había aprendido con doña Matilde y, sobre todo, de la frase que repetía con tanta seriedad: “Si supiese que habría una Misa en el rincón más apartado de la Tierra y no tuviera oportunidad de participar en otra, haría lo que fuera para ir hasta allí”.

Cuando Pedro se recuperó totalmente y regresó a su casa, cambió radicalmente de vida. Volvió a ser un amigo leal y empezó a frecuentar otra vez los Sacramentos, con toda su familia. Sus negocios prosperaron y su espíritu, libre de envidias y egoísmos, encontró nuevamente la paz.

Esa única Misa le salvó de un accidente a Marcos, pero también le dio nueva vida al alma de Pedro.

MARTIRIO DE SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL, 24 DE AGOSTO


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