Autor: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com ¿Cuál es la oración más perfecta? | |
Celebramos a Dios porque es bueno. Lo alabamos porque es grande y porque su misericordia es eterna. | |
El Papa Francisco destaca que la oración de alabanza se caracteriza por la espontaneidad. A David, la oración de alabanza "lo llevó a dejar toda compostura", como a Sara que después de haber dado a luz a Isaac dice: "¡El Señor me ha hecho bailar de alegría!" Imaginemos a una anciana bailando de alegría para celebrar al Señor por el gran favor que le hizo. Cuando recibimos un regalo, damos gracias. Cuando tenemos una necesidad, pedimos. Ante un deber, cumplimos. La alabanza, en cambio, es gratuita. Alabamos a Dios con total desinterés, simplemente porque se lo merece, por ser lo que es; no porque lo necesitamos ni porque hemos recibido favores, ni por obligación. Por eso, la alabanza es la oración más perfecta. Celebramos a Dios porque es bueno. Lo alabamos porque es grande y porque su misericordia es eterna. La alabanza no necesita más motivos ni justificaciones: reconocemos la belleza de Dios y lo celebramos. "La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por El mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que El es. Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de verle en la Gloria. Mediante ella, el Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios, da testimonio del Hijo único en quien somos adoptados y por quien glorificamos al Padre. La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente y su término: "un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos nosotros" (1 Co 8,6). Catecismo de la Iglesia Católica 2639. La alabanza brota de lo más profundo del corazón, está llena de afectos, de calidez, de alegría y es por tanto una oración fecunda. Es una forma de oración que nos ayuda a dirigirnos a Dios con espontaneidad, dejando que los afectos broten con toda naturalidad, sin formalismos ni esquemas hechos, con absoluta libertad. El último Salmo, el 150, nos enseña que al entrar al Tempo podemos alabar a Dios por sus obras magníficas, al ver el firmamento alabarlo por su inmensa grandeza. Y nos enseña a hacerlo de manera festiva, con instrumentos musicales, , con cantos y con bailes. Exhorta a todo ser que respira a alabar a su Creador. ¡Aleluya! Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su augusto firmamento, alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con danzas y tambores, alabadlo con laúdes y flautas, alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser vivo alabe al Señor ¡Aleluya! Se parece mucho al Salmo 97: Aclama al Señor, tierra entera, gritad, vitoread, tocad: tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas aclamad al Rey y Señor. Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. Todo puede ser ocasión para alabar a Dios, la vida humana como tal, vivida en plenitud, puede ser una oración de alabanza: San Ireneo de Lyón nos dice que «la gloria de Dios es el hombre viviente y la vida del hombre está en dar gloria a Dios». Esto parece expresar el Salmo 8, otro extraordinario canto de alabanza: Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos, para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Por ello, no se trata de alabar a Dios sólo en tiempos reservados para la oración, sino en todo lo que hagamos y en toda circunstancia: Al levantarte: ¡Alabado sea Dios! Al ver el amanecer y el rocío en la ventana: ¡Bendito sea Dios! Al escuchar el canto de los pájaros: ¡Alabado sea Dios! Al percibir el aroma del café: ¡Bendito sea Dios! Mientras vas de camino, alaba a Dios con cantos. Al comenzar las labores, bendícelo Al recibir buenas y malas noticias, di como Job: "El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor." (Job 1,21) Cuando experimentes el amor humano y también cuando te ofenden: ¡Alabado sea Dios! La gratuidad es otra de las características fundamentales de la oración de alabanza. Es como un abrazo: te lo doy porque te estimo, te lo regalo por el gusto de verte y de estar juntos; no pretendo pedir nada ni recibir nada, simplemente quiero darte un abrazo. Así ha sido Dios con nosotros: nos ha amado sin límites desde la creación del mundo sin más motivos que el amor, por pura benevolencia. Y así hemos de ser también nosotros con Él. Al hablar del amor, San Bernardo nos explica de manera magistral lo que ha de ser la oración de alabanza: "El amor basta por sí solo, satisface por sí solo y por causa de sí. Su mérito y su premio se identifican con él mismo. El amor no requiere otro motivo fuera de él mismo, ni tampoco ningún provecho; su fruto consiste en su misma práctica. Amo porque amo, amo por amar." A la luz de todo lo dicho, vemos que la oración debe tener tres cualidades de las que no se oye hablar mucho: espontaneidad, libertad y gratuidad. Y estas tres cualidades son características de la oración de alabanza. |
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martes, 11 de febrero de 2014
¿CUÁL ES LA ORACIÓN MÁS PERFECTA?
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE LOURDES
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE LOURDES
Santa María, Madre de Dios, Virgen Inmaculada, Vos habéis aparecido dieciocho veces a Bernardita en la gruta de Lourdes, para recordar a los cristianos las maravillas y las exigencias del Evangelio, invitándoles a la oración, a la penitencia, a la eucaristía y a la vida en la Iglesia.
Para mejor responder a vuestra llamada, yo me consagro por vuestras manos a vuestro hijo Jesús…
Hacedme dócil al espíritu; y por el fervor de mi fe, por la manifestación de mi vida, por mi dedicación al servicio de los enfermos, haz que yo trabaje con Vos en confortar a los que sufren, en reconocimiento a los hombres, en trabajar por la unidad de la Iglesia y por la paz del mundo.
Con toda confianza, oh Señora mía, yo os dirijo esta plegaria y os pido que la acojáis y la atendáis. Amén.
Nuestra Señora de Lourdes, rogad por nosotros.
Santa Bernardita, rogad por nosotros.
lunes, 10 de febrero de 2014
DIOS ES EL AMOR POR EXCELENCIA
Autor: María Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net Dios es el amor por excelencia | |
Dios es el amor por excelencia. Lo que los hombres y mujeres llamamos amor, es un destello. | |
La costumbre sajona de que los jóvenes se escogieran como prometidos en este día, probablemente se basa en la creencia popular que encontramos relatada en la literatura de los tiempos de Chaucer, de que los pájaros comenzaban a formar pareja el día se San Valentín. El envío de tarjetas fue una evolución natural de la costumbre. El día de San Valentín y todo el mes de febrero lo recordamos como el mes del amor y la amistad. El amor...¡qué se podrá decir del amor que no se haya dicho ya!. En todas las artes, la literatura, la poesía, la música, la pintura, la escultura, etcétera, se habla del amor. Desde niños aún, brota en nuestro corazón el deseo de amar y ser amados. Y llega el primer amor... y en él estamos más felices amando que siendo amados, embelesados en ese maravilloso sentimiento no nos cansamos de escribir el nombre de la persona amada en todos los cuadernos y papeles a nuestro alcance... Luego llega el enamoramiento del noviazgo, amando y siendo correspondidos en nuestro amor, más tarde el amor en el matrimonio, más sosegado, más sereno, pero también mucho más pleno, de dos seres que se aman y se convierten en uno. Y hay otros muchos amores, dignos y admirables: el que tuvo la Madre Teresa de Calcuta a sus pobres, el amor del sacerdote a su Iglesia, el amor del misionero a su entrega, el amor de las religiosas a los enfermos, a los niños desvalidos, muchos con capacidades especiales, a los ancianos. El amor de los padres buenos por sus hijos y el de los hijos por sus padres, el amor a la naturaleza, el amor al prójimo... Y no vamos a hablar en este espacio de lo que algunos jóvenes y parejas, quizá no tan jóvenes, abandonándose a sus pasiones, le dan el nombre de amor a algo que ni siquiera se le parece. San Pablo nos dice: El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe. El amor no es egoísta, no se irrita. El amor no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injusticia, se alegra de la verdad. El amor todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. El amor no acaba nunca (Cor. 13, 1-13). Los que aman así pueden decir que han conocido el VERDADERO AMOR. Podemos hablar mucho sobre el amor y para llegar a su verdadera esencia, tenemos que llegar a Dios. Dios es amor Dios es el amor por excelencia. Lo que los hombres y mujeres llamamos amor, es un destello, es un reflejo de esa plenitud amorosa que brota de nuestro Padre Dios. El Espíritu Santo es la conjunción del amor entre el Padre y el Hijo. Todo en Ellos es plenitud infinita. También la AMISTAD es una forma de amar. La amistad es un don donde la confianza y la honestidad, llenan el alma de quién tiene la suerte de poseerla. Durante este mes, "mes del amor y la amistad" recordemos al Mejor Amigo que nunca nos deja y nos acompaña en el camino. Recordemos al Amor, que dio su vida por ti y por mi ¡Qué mayor prueba del amor! |
BELLEZA Y FEALDAD
Belleza y Fealdad
Un día soleado, dos hermanas llamadas Belleza y Fealdad decidieron salir juntas a pasear.
Al pasar junto al río, sintieron deseos de tomar un baño, bajo el fuerte sol de verano; así que se despojaron de sus ropas y entraron lentamente a las aguas.
Juguetearon, salpicaron con sus saltos dentro del agua y rieron hasta ya
avanzada la tarde.
Al salir, se vistieron cometiendo una equivocación: Belleza se puso las ropas de Fealdad, y Fealdad se vistió con las ropas de Belleza ...
Hoy en día la gente sigue confundiéndolas ...
"La verdadera Belleza o Fealdad de una persona, se observa en su corazón."
FRASES QUE EDIFICAN
FRASES QUE EDIFICAN:
1. Dios no elige personas capacitadas; él capacita a los elegidos.
2. Uno con Dios es mayoría.
3. Mirándote a ti mismo te desanimas; mirando a los hombres te ensoberbeces; mirando a Jesús te redimes.
4. Vale mucho más una puerta que Dios te cerró que la abierta por el diablo.
5. Nunca pongas un signo de interrogación, donde Dios ya puso punto final.
6. No le cuentes a tu Dios cuán grande es tu problema; más bien cuéntale a tu problema cuán grande es tu Dios.
7. Debemos orar siempre, no hasta que Dios nos escuche, sino hasta que podamos oír a Dios.
8. Dios no puede hablar quedamente con personas apuradas.
9. Con Jesús, jamás una desgracia será la última noticia.
10. Moisés gastó: 40 años pensando que era alguien, 40 años aprendiendo que no era nadie y 40 años descubriendo lo que Dios puede hacer con un NADIE.
11. Sólo tendré todo de Dios, cuando El tenga todo de mí.
12. Sé que apenas soy un detalle, pero con Jesús, hago la diferencia.
13. La fe se ríe de las imposibilidades.
14. Hay personas que se salvan leyendo un folleto solamente, mientras otras se perderán conociendo la Biblia entera.
15. Nada está fuera del alcance de la oración, excepto lo que está fuera de la voluntad de Dios.
16. La tristeza mira hacia atrás; la preocupación mira alrededor; la fe mira hacia arriba.
17. El tiempo es por lejos más valioso que el dinero: No hay manera de hacer trueque con él.
18. No temas la presión; recuerda que ella transforma el carbón en diamante.
19. La grandeza del hombre se mide por la forma en que trata a los pequeños.
20. Perdonar es la mejor manera de vengarse
1. Dios no elige personas capacitadas; él capacita a los elegidos.
2. Uno con Dios es mayoría.
3. Mirándote a ti mismo te desanimas; mirando a los hombres te ensoberbeces; mirando a Jesús te redimes.
4. Vale mucho más una puerta que Dios te cerró que la abierta por el diablo.
5. Nunca pongas un signo de interrogación, donde Dios ya puso punto final.
6. No le cuentes a tu Dios cuán grande es tu problema; más bien cuéntale a tu problema cuán grande es tu Dios.
7. Debemos orar siempre, no hasta que Dios nos escuche, sino hasta que podamos oír a Dios.
8. Dios no puede hablar quedamente con personas apuradas.
9. Con Jesús, jamás una desgracia será la última noticia.
10. Moisés gastó: 40 años pensando que era alguien, 40 años aprendiendo que no era nadie y 40 años descubriendo lo que Dios puede hacer con un NADIE.
11. Sólo tendré todo de Dios, cuando El tenga todo de mí.
12. Sé que apenas soy un detalle, pero con Jesús, hago la diferencia.
13. La fe se ríe de las imposibilidades.
14. Hay personas que se salvan leyendo un folleto solamente, mientras otras se perderán conociendo la Biblia entera.
15. Nada está fuera del alcance de la oración, excepto lo que está fuera de la voluntad de Dios.
16. La tristeza mira hacia atrás; la preocupación mira alrededor; la fe mira hacia arriba.
17. El tiempo es por lejos más valioso que el dinero: No hay manera de hacer trueque con él.
18. No temas la presión; recuerda que ella transforma el carbón en diamante.
19. La grandeza del hombre se mide por la forma en que trata a los pequeños.
20. Perdonar es la mejor manera de vengarse
FELIZ CON LA FELICIDAD DE LOS DEMÁS
Feliz con la felicidad de los demás
Autor: Padre Justo López Melús
Se trata de un hombre que estaba harto de llorar. Abrió los ojos y vio que tenía delante la felicidad. Estiró la mano y quiso cogerla. La felicidad era un flor; la cogió, pero, al cogerla, ya se había deshojado. La felicidad era un rayo de sol; miró hacia él para calentar su rostro, pero una nube se lo tapó. La felicidad era una guitarra; la acarició con sus dedos, y las cuerdas se desafinaron. Al volver a casa por la noche el hombre seguía llorando.
Al día siguiente siguió buscando la felicidad. Vio a un niño que lloraba; cogió una flor y se la dio: la fragancia de la flor perfumó a los dos. Una mujer temblaba de frío; la llevó hasta el sol y se calentaron los dos. Unos niños cantaban; les acompañó con su guitarra y también él se deleitó. Por la noche, al volver a casa, el buen hombre sonreía de verdad. Había encontrado la felicidad.
EL EVANGELIO DEL DÍA: 10.02.2014
Autor: H. José de Jesús González | Fuente: Catholic.net Jesús es nuestra salvación | |
Marcos 6, 53-56. Tiempo Ordinario. La Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven mediante la gracia redentora de Cristo. | |
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron en seguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados. Oración introductoria Señor Jesús, que me amas tanto. Tú, misericordioso, que has derramado tu sangre para salvarnos del pecado y de la muerte. Derrama con abundancia tu gracia redentora sobre todos los hombres, especialmente sobre los más alejados de Ti por el pecado. Te ofrezco esta meditación por todos mis seres queridos. Abre nuestros corazones para acoger tu gracia con fervor y constancia, para cumplir tu voluntad en nuestra vida y alcanzar la salvación. Petición Señor, dispón nuestros corazones a la acción constante de tu gracia salvadora. Meditación del Papa Francisco La mirada de Jesús nos levanta siempre; nos eleva, nos alza; nunca nos deja ahí, donde estábamos antes de encontrarle. Ni tampoco quita algo: Nunca te abaja, nunca te humilla, te invita a alzarte, y haciendo oír su amor da el valor necesario para poderle seguir. Pero ¿cómo era esta mirada de Jesús? No era una mirada mágica, porque Cristo no era un especialista en hipnosis, sino algo muy distinto. Basta pensar en cómo miraba a los enfermos y los curaba o en cómo miraba a la multitud que le conmovía, porque la sentía como ovejas sin pastor. Es necesario reflexionar no sólo en cómo miraba Jesús, sino también en cómo se sentían mirados los destinatarios de aquellas miradas. Porque Jesús miraba a cada uno y cada uno se sentía mirado por Él, como si llamara a cada uno por su propio nombre. Por esto la mirada de Cristo cambia la vida. A todos y en toda situación. (S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2013, homilía en misa matutina en capilla de Santa Marta). Reflexión La Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven mediante la gracia redentora de Cristo. Nuestra entrega a la Misión tiene que ser un secundar esta gracia en nuestra vida y en la vida de los que nos rodean. Cristo nos llama a ser instrumentos de su gracia, corredentores con Él, apóstoles de su amor y misericordia. Que nuestra vida cotidiana esté siempre envuelta en ese ambiente redentor en el que Cristo está siempre al centro y que todas nuestras acciones tengan el dulce olor de Cristo salvador. Propósito En todas mis actividades tendré presente el fin último de mi vida que es llegar a Dios. Diálogo con Cristo ¡Jesús, qué alegría saberme salvado por tu gracia! Gracias por concederme sentirme renovado y fortificado con tu gracia santificante. Concédeme acercarme siempre a Ti con la fe y la sencillez del niño que todo lo espera de su padre. Que mi amor a tu amistad vaya siempre en aumento y el deseo de poseerte eternamente sea mi única ilusión. "Dios no se deja condicionar por nuestros prejuicios humanos, sino que ve en cada uno un alma que es preciso salvar, y le atraen especialmente aquellas almas a las que se considera perdidas y que así lo piensan ellas mismas." (Benedicto XVI, Ángelus, 31 de octubre de 2010) |
domingo, 9 de febrero de 2014
CUANDO TÚ QUIERES CAMBIAR
Autor: P. Dennis Doren LC | Fuente: Catholic.net Cuando tú quieres cambiar | |
Sembrando Esperanza II. El que tiene que cambiar, adaptarse y aceptar cada situación es uno, es decir, tú y nadie más. | |
Charles Dickens en su obra "Historia de dos ciudades", después de describir a tres individuos que hacen un viaje en diligencia de varias horas juntos, anota: "Es un hecho maravilloso y digno de reflexionar sobre él, que cada uno de los seres humanos es un profundo secreto para los demás. A veces, cuando entro de noche en una ciudad, no puedo menos de pensar que cada una de aquellas casas envueltas en la sombra guarda su propio secreto; que cada una de las habitaciones de cada una de ellas encierra, también, su secreto; que cada corazón que late en los centenares de millares de pechos que allí hay, es, en ciertas cosas, un secreto para el corazón que más cerca de él late". En medio de este secreto que eres tú mismo, en medio de esta necesidad que tienes de conocerte, está tu propia superación, tu propio crecimiento como persona, como cristiano, como parte de una sociedad. Siempre me ha llamado profundamente la atención, y ha sido un aspecto que he tratado de comprender, aquello que desde los primeros años de mi formación Nuestro Fundador nos enseñó: conócete, acéptate y supérate… parece fácil, pero conlleva muchos años de arduo trabajo... lo importante en todo esto, es que tú seas la persona que busque cambiar, mejorar y hacer de tu entorno algo mejor. Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito: Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de esta empresa; está invitado al velorio en el área de deportes. Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba: ¿Quién sería la persona que estaba impidiendo el progreso de la empresa? Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo..., cada uno se veía a sí mismo... Solo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡TU MISMO! Tú eres la única persona que puede hacer una revolución en tu vida, y más revolución unido a Dios. Tú eres la única persona que puede perjudicar tu vida, y tú eres la única persona que puede ayudarse a sí mismo. TU VIDA NO CAMBIA CUANDO CAMBIA TU JEFE, CUANDO TU EMPRESA CAMBIA, CUANDO TUS PADRES CAMBIAN, CUANDO TU PAREJA CAMBIA. TU VIDA CAMBIA CUANDO TÚ CAMBIAS, ERES EL ÚNICO RESPONSABLE POR ELLA. Por lo tanto, no esperes tanto que cambie tu hijo o tu esposa/o, o que la filosofía de tu empresa se modifique, o el trato que te da tal o cual persona; en realidad, el que tiene que cambiar, adaptarse y aceptar cada situación es uno, es decir, tú y nadie más. Los tristes piensan que el viento gime, los alegres piensan que canta. El mundo es como un espejo que devuelve a cada persona el reflejo de sus propios actos y pensamientos. La manera como tú encaras la vida es lo que hace la diferencia. Creo que hoy puede ser un día diferente para ti. Todo está en tus manos... |
COMO OVEJAS SIN PASTOR
Autor: Lorenzo Gómez, L.C | Fuente: Catholic.net Como ovejas sin Pastor | |
Marcos 6, 30-34. Tiempo Ordinario. El Señor nos quiere parte de una Iglesia que sabe abrir los brazos para acoger a todos. | |
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Oración introductoria Jesucristo, te doy gracias por los momentos en que piensas en mí sin que yo me dé siquiera cuenta. Concédeme imitar tu ejemplo. Que aprenda a mirar las necesidades de los demás antes que las mías. Que lo haga de corazón, no por aparentar. Te pido por mis seres queridos, por mis amigos y por las personas que aún no te conocen. Quiero ofrecerte esta oración en acción de gracias por tu presencia en la Eucaristía y en mi corazón. Petición Llévame, Señor, al silencio de mi alma para estar contigo y gozar de tu presencia. Meditación del Papa Francisco El Señor nos quiere parte de una Iglesia que sabe abrir los brazos para acoger a todos, que no es la casa de pocos, sino la casa de todos, donde todos pueden ser renovados, transformados, santificados por su amor, los más fuertes y los más débiles, los pecadores, los indiferentes, aquellos que se sienten desalentados y perdidos. La Iglesia ofrece a todos la posibilidad de recorrer el camino de la santidad, que es el camino del cristiano: nos hace encontrar a Jesucristo en los sacramentos, especialmente en la confesión y en la eucaristía; nos comunica la Palabra de Dios, nos hace vivir en la caridad, en el amor de Dios hacia todos. Preguntémonos, entonces: ¿nos dejamos santificar? ¿Somos una Iglesia que llama y acoge con los brazos abiertos a los pecadores, que dona valentía, esperanza, o somos una Iglesia cerrada en sí misma? ¿Somos una Iglesia en al que se vive el amor de Dios, en la que hay atención hacia el otro, en la que se reza los unos por los otros?. (S.S. Francisco, 2 de octubre de 2013). Reflexión apostólica La caridad de Jesucristo no conoce el ensimismamiento en los propios problemas o dificultades. Él nos enseña a salir del círculo estrecho de mi "yo y mis circunstancias", sean éstas felices o penosas. Cuando más queramos encerrarnos en nosotros mismos, levantemos la mirada del corazón y veamos a Cristo en la barca, predicando sin descanso a sus hermanos, los hombres. Imitemos su ejemplo y extendamos su Reino con generosidad. Pensemos en lo que realmente vale la pena: la salvación de las almas a nosotros encomendadas. Propósito Procuraré escuchar a mis amigos, familiares y compañeros con atención y sin dar muestras de prisas. Diálogo con Cristo ¡Gracias Jesús por enseñarme a mirar las necesidades de los demás antes que las propias! Ayúdame a entender que sólo el contacto contigo en la Eucaristía logrará cambiar mi corazón. No lo logrará ni mi buena voluntad, ni medicina alguna en el mundo. Haz que anhele el recogimiento de mi alma, ese humilde sagrario donde me esperas para enseñarme a vivir como Tú. "La caridad comienza en la oración; muchas veces sólo se pide por las propias necesidades y problemas, sin pensar en los que nos rodean." |
EL EVANGELIO DE HOY: 09.02.2014
Autor: P. Sergio Córdova | Fuente: Catholic.net La luz y la sal | |
Mateo 5, 13-16. Tiempo Ordinario. No basta con que Jesús sea la luz del mundo, Él quiere que también nosotros lo seamos. | |
Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. " Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Oración introductoria Señor, el día de hoy dispusiste todo para que pueda tener este momento de intimidad contigo. Me invitas a ser sal de la tierra, luz para los demás, y yo quiero hacerlo, dame la gracia que necesito y la fortaleza para ser fiel a tu amor. Petición Jesús, que la tibieza y mediocridad se mantengan alejadas de mi vida, quiero ser la luz y la sal en mi entorno familiar y social. Meditación del Papa Francisco El cristiano, según la metáfora evangélica, está llamado a ser la sal de la tierra. Pero si no transmite el sabor que el Señor le ha dado, se transforma en "sal insípida" y se convierte en "un cristiano de museo". ¿Cómo hacer para que la sal no se vuelva insípida? El sabor de la sal cristiana nace de la certeza de la fe, de la esperanza y de la caridad que brota de la consciencia de que Jesús resucitó por nosotros y nos ha salvado. Pero esta certeza no se nos dio simplemente para conservarla. La sal que hemos recibido es para darla; es para dar sabor, para ofrecerla. De otro modo se vuelve insípida y no sirve. Pero la sal tiene también otra particularidad: cuando se usa bien no se percibe el sabor de la sal misma ni altera el sabor de las cosas. Esta es la originalidad cristiana: cuando nosotros anunciamos la fe, con esta sal, cada uno la recibe en su peculiaridad, como los alimentos. Y es que la originalidad cristiana no es una uniformidad. Consiste en que cada uno sigue siendo lo que es, con los dones que el Señor le ha dado». (S.S. Francisco, 31 de mayo de 2013, homilía en misa matutina en capilla de Santa Marta). Reflexión Lucas nos cuenta que, cuando nació Jesús en Belén, se apareció un ejército celestial a un grupo de pastores para darles la buena nueva y la gloria del Señor los envolvió con su luz (Lc 2, 9). Y el anciano Simeón, cuando ve entrar a María y a José al templo para presentar el Niño al Señor, lo toma en brazos y lo llama “luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lc 2, 32). San Juan, por su parte, nos dice que en Cristo, "estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron" (Jn 1, 4). Y, un poco más adelante: "Él era la luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre. Estaba en el mundo y por Él fue hecho el mundo, pero el mundo no le conoció" (Jn 1, 9-10). Aparece aquí nuevamente el tema de la luz y de las tinieblas, del que hablamos hace dos semanas. San Juan trata repetidamente de esta realidad en su evangelio y en sus cartas. Efectivamente, Cristo mismo se definió "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14, 6); y afirmó que "el que crea en Él, no perecerá, sino tendrá la vida eterna... El que cree en Él, no es juzgado, pero el que no cree en Él ya está juzgado porque no creyó en el nombre del Unigénito Hijo de Dios. Y el juicio consiste en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas" (Jn 3, 16.18-19). La luz es la fe, el amor y la vida de cara a la verdad. Las tinieblas son la incredulidad, la hipocresía, la mentira, el odio, el no abrir el corazón ni aceptar a Cristo. El mismo Juan resume así todo el objetivo de su evangelio: "Estas cosas (semeia) fueron escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Jn 20, 31). Éste es como el núcleo central y el "leitmotiv" de su mensaje. Pero no basta con que Jesús sea la luz del mundo. Él quiere que también nosotros, cada cristiano, sea también luz del mundo: "Vosotros sois la luz del mundo; vosotros sois la sal de la tierra" (Mt 5, 13-14). Y enseguida nos explica este apoftegma: "Si la sal se desvirtúa, ¿con qué se salará? Para nada sirve ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres". Está claro que la sal es para salar y para dar sazón a la comida. En nuestra sociedad consumista, la sal es un ingrediente que carece prácticamente de valor porque nos hemos acostumbrado a tenerla. Y, además, es muy fácil conseguirla y cuesta poco. Pero si, por enfermedad o por algún otro motivo, nos vemos privados temporalmente de ella, nos damos cuenta de cuán necesaria es en la vida. Pero no sólo. Hoy en día contamos con refrigeradores, neveras y conservantes. En el tiempo de Jesús nada de esto existía. La sal era usada también para conservar los alimentos –sobre todo las carnes y el pescado- y era un elemento indispensable para que no se descompusieran. Cuando el Señor nos dice que los cristianos debemos ser sal de la tierra, nos está diciendo que tenemos que dar sabor y sazón al alimento; pero también que debemos servir como conservantes para que el mundo no se pudra en su pecado y en sus vicios. Tenemos que ser como la levadura en la masa, o como el alma en el cuerpo. A este propósito, existe un bello texto espiritual de la época de los Padres, llamado "Carta a Diogneto", que habla sobre la misión de los cristianos en el mundo. Dice así: Los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos; ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres. Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte; siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida; y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho. Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan esas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se les condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, pero abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados con la muerte, se alegran como si se les diera la vida. Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen; y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad. Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros el cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos porque se oponen a sus placeres. El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado del que no les es lícito desertar (Carta a Diogneto, cap. 5-6). Esto significa ser sal de la tierra. Esto significa ser luz del mundo. Propósito Ojalá que cada uno de los cristianos estemos a la altura de esta noble y excelsa misión para que, con nuestro testimonio y nuestra vida santa, hagamos que este mundo viva de un modo más humano y cada día más cerca de Dios. |
sábado, 8 de febrero de 2014
ANIMO EN LAS MANOS DE DIOS
ANIMO EN LAS MANOS DE DIOS
Aunque me tapo los oídos con la almohada y gruño de rabia cuando suena el despertador... gracias a Dios que puedo oír...Hay muchos que son sordos.
Aunque cierro los ojos cuando, al despertar, el sol se mete en mi habitación... gracias a Dios que puedo ver... Hay muchos que son ciegos.
Aunque me pesa levantarme y pararme de la cama... gracias a Dios que tengo fuerzas para hacerlo... Hay muchos postrados que no pueden.
Aunque regaño porque no encuentro mis cosas porque los niños hicieron un desorden... gracias a Dios que tengo familia... Hay muchos solitarios.
Aunque la comida no estuvo buena y el desayuno fue peor... gracias a Dios que tengo alimentos... Hay muchos con hambre.
Aunque mi trabajo es monótono y rutinario... gracias a Dios que tengo ocupación... Hay muchos desempleados.
Aunque no estoy conforme con la vida, peleo conmigo mismo y tengo muchos motivos para quejarme... gracias a Dios por la vida.
¿SABES AMAR?
SABES AMAR ?
Estoy aprendiendo...
Estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aun cuando ellas me decepcionan, cuando huyen del ideal que tengo para ellas, cuando me hieren con palabras ásperas o acciones impensadas.
Es difícil aceptar las personas como ellas son, sin que sean como deseamos que ellas sean.
Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo.
Estoy aprendiendo a amar.
Estoy aprendiendo a escuchar. Escuchar con los ojos y oídos.
A escuchar con el alma y con todos los sentidos.
Escuchar lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos, las manos inquietas.
Escuchar el mensaje que se esconde por entre las palabras vanas, superficiales.
Descubrir la angustia disfrazada, La inseguridad mascarada, la soledad encubierta.
Penetrar la sonrisa fingida,la alegría simulada, la vanagloria exagerada.
Descubrir el dolor de cada corazón.
Poco a poco, estoy aprendiendo a amar.
Estoy aprendiendo a perdonar. Pues el amor perdona, quita los rencores, y cura las heridas que la incomprensión e insensibilidad lo lastimaron.
El amor no alimenta resentimientos con pensamientos dolorosos.
No cultiva ofensas con lástimas y autoconmiseración. El amor perdona, olvida, extingue todos los esquicios de dolor en el corazón.
Poco a poco...
Estoy aprendiendo a perdonar.
Estoy aprendiendo a descubrir el valor que se encuentra dentro de cada vida, de todas las vidas.
Valor soterrado por el rechazo, por la falta de comprensión.
Cariño y aceptación, por las experiencias desagradables vividas a lo largo de los años.
Estoy aprendiendo a ver,en las personas su alma, y las posibilidades que Dios les dio.
Estoy aprendiendo,
¡Pero cómo es de lento el aprendizaje!,
¡Cómo es difícil amar, amar como Cristo amó!
Todavía, tropezando, errando, estoy aprendiendo...
Aprendiendo a no ver solamente ...mis propios dolores, mis intereses, mi ambición, mi orgullo, cuando estos impiden el bienestar y la felicidad de alguien !
¡¡Cómo es difícil amar, pero estoy aprendiendo!!.
CUANDO UN AMIGO SE VA
Cuando un amigo se va.
Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
se empieza a revelar
el duende manso del vino.
Cuando un amigo se va
galopando su destino
empieza el alma a vibrar,
porque se llena de frío.
Cuando un amigo se va
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.
Cuando un amigo se va
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.
Cuando un amigo se va
queda un espcio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
Alberto Cortés
BIOGRAFÍA DE SANTA JOSEFINA BAKHITA, 8 DE FEBRERO
Santa Josefina (Giuseppina) Bakhita
Esclava, religiosa, santa, de origen sudanés.
Fiesta: 8 de febrero
"Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa".
Bakhita: "Afortunada"
La verdadera fortuna es conocer, amar y servir a Dios. El nombre "Bakhita" significa "afortunada" y nuestra santa ciertamente lo es. Sin embargo, esa fortuna no le vino nada fácil. Bakhita es el nombre que recibió cuando fue secuestrada mientras que fue bautizada con el nombre de Josefina.
De su vida no se conocen datos exactos. Se cree que es de Olgossa en Darfur, y que nació en 1869. Vivió su infancia con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.
Su vida fue profundamente marcada cuando unos negreros llegaron a Olgossa y capturaron a su hermana. En su biografía escribió: "Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos". También cuento su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos.
Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: 'Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco'. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.
Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percaté que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: 'Si gritas, morirás! Síguenos!'".
Fueron esos hombres quienes le pusieron el nombre Bakhita sin comprender a donde ella llegaría. Llevaron a Bakhita a El Obeid donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos. Intentó escapar, pero sin éxito. Su cuarto amo fue el peor en sus humillaciones y torturas. Cuando tenía unos 13 años fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. Ella cuenta en su biografía: "Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal".
El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita en 1882. Era el quinto amo. Ella escribe: "Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad".
En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita quiso seguir con su amo cuando este se fue a Italia con su amigo Augusto Michieli. La esposa de Michieli los esperaba en Italia y quiso quedarse con uno de los esclavos que traían por lo que se le dió a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.
En 1888 la familia Michieli compró un hotel y se trasladaron a Suakin pero Bakhita decidió quedarse en Italia. Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia. Esta congregación, fundada en 1808, es mas conocida como Hermanas de Canossa.
Fue en el Instituto que Bakhita conoció de verdad a Cristo y que "Dios había permanecido en su corazón", por lo que le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, "pero recién en ese momento sabía quien era". Recibió al mismo tiempo el bautismo, la primera comunión y la confirmación, el 9 de enero de 1890, por manos del Cardenal de Venecia. Tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.
Al ser bautizada expresó: "¡Aquí llegué a convertirme en una de las hijas de Dios!". Se dice que no sabía como expresar su gozo y en su biografía cuenta que en el Instituto conoció cada día más a Dios, "que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma".
La Señora de Michieli volvió del Sudán a llevarse a su hija y a Bakhita, pero con gran valentía Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. Bakhita pudo prevalecer porque la esclavitud era ilegal en Italia. El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad profesó en la vida religiosa.
Bakhita fue trasladada a Venecia en 1902, donde trabajó limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero tenía fama de santidad. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.
Mucho le costó escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se hizo muy conocida y viajaba por toda Italia dando conferencias y recogiendo fondos para su congregación.
Aunque la salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y quedó con mucho dolor en silla de ruedas, no dejó de viajar. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: "Madonna! Madonna!"
Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, según cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos. Josefina se recuerda con veneración en Schio como "Nostra Madre Moretta".
Sus restos incorruptos fueron sepultados bajo el altar de la la iglesia del convento de Schio, Italia.
A los altares
En 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones sobre su santidad. El 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. El 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II, declarándose su fiesta el 8 de febrero. En esa ocasión el Papa reconoció que ella transmitió el mensaje de reconciliación y misericordia.
Bakhita fué canonizada por S.S. Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.
La historia de Bakhita es la de un continente. Ella sufrió graves males en manos de algunos cristianos pero su corazón no se cerró. Supo perdonar a los que la ultrajaron y descubrir que aquellos agravios, aunque cometidos por cristianos, son contrarios al camino de Jesús. Gracias a las religiosas encontró el verdadero rostro de Cristo y entró en Su Iglesia. Nada, ni los malos ejemplos, nos puede apartar del amor de Dios cuando le permitimos reinar en nuestro corazón. Bakhita nos deja este maravilloso testamento de perdón por amor a Cristo: "Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa". El Papa la llamó "Nuestra Hermana Universal".
EL EVANGELIO DEL DÍA: 08.02.2014
Autor: Lorenzo Gómez, L.C | Fuente: Catholic.net Como ovejas sin Pastor | |
Marcos 6, 30-34. Tiempo Ordinario. El Señor nos quiere parte de una Iglesia que sabe abrir los brazos para acoger a todos. | |
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Oración introductoria Jesucristo, te doy gracias por los momentos en que piensas en mí sin que yo me dé siquiera cuenta. Concédeme imitar tu ejemplo. Que aprenda a mirar las necesidades de los demás antes que las mías. Que lo haga de corazón, no por aparentar. Te pido por mis seres queridos, por mis amigos y por las personas que aún no te conocen. Quiero ofrecerte esta oración en acción de gracias por tu presencia en la Eucaristía y en mi corazón. Petición Llévame, Señor, al silencio de mi alma para estar contigo y gozar de tu presencia. Meditación del Papa Francisco El Señor nos quiere parte de una Iglesia que sabe abrir los brazos para acoger a todos, que no es la casa de pocos, sino la casa de todos, donde todos pueden ser renovados, transformados, santificados por su amor, los más fuertes y los más débiles, los pecadores, los indiferentes, aquellos que se sienten desalentados y perdidos. La Iglesia ofrece a todos la posibilidad de recorrer el camino de la santidad, que es el camino del cristiano: nos hace encontrar a Jesucristo en los sacramentos, especialmente en la confesión y en la eucaristía; nos comunica la Palabra de Dios, nos hace vivir en la caridad, en el amor de Dios hacia todos. Preguntémonos, entonces: ¿nos dejamos santificar? ¿Somos una Iglesia que llama y acoge con los brazos abiertos a los pecadores, que dona valentía, esperanza, o somos una Iglesia cerrada en sí misma? ¿Somos una Iglesia en al que se vive el amor de Dios, en la que hay atención hacia el otro, en la que se reza los unos por los otros?. (S.S. Francisco, 2 de octubre de 2013). Reflexión apostólica La caridad de Jesucristo no conoce el ensimismamiento en los propios problemas o dificultades. Él nos enseña a salir del círculo estrecho de mi "yo y mis circunstancias", sean éstas felices o penosas. Cuando más queramos encerrarnos en nosotros mismos, levantemos la mirada del corazón y veamos a Cristo en la barca, predicando sin descanso a sus hermanos, los hombres. Imitemos su ejemplo y extendamos su Reino con generosidad. Pensemos en lo que realmente vale la pena: la salvación de las almas a nosotros encomendadas. Propósito Procuraré escuchar a mis amigos, familiares y compañeros con atención y sin dar muestras de prisas. Diálogo con Cristo ¡Gracias Jesús por enseñarme a mirar las necesidades de los demás antes que las propias! Ayúdame a entender que sólo el contacto contigo en la Eucaristía logrará cambiar mi corazón. No lo logrará ni mi buena voluntad, ni medicina alguna en el mundo. Haz que anhele el recogimiento de mi alma, ese humilde sagrario donde me esperas para enseñarme a vivir como Tú. "La caridad comienza en la oración; muchas veces sólo se pide por las propias necesidades y problemas, sin pensar en los que nos rodean." |
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