Autor: Rafael Santos Varela | Fuente: Catholic.net La Transfiguración | |
Lucas 9, 28-36. Fiesta La Transfiguración. La maravilla del amor de Dios lo vemos en su rostro transfigurado. | |
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías, sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle. Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. Oración introductoria Jesucristo, ¡qué hermosa experiencia tuvieron Pedro, Santiago y Juan! Y hoy, de algún modo, me invitas a compartir esta experiencia en mi oración. Concédeme acallar mis preocupaciones para guardar ese silencio que me permita contemplarte y alabarte como mi Señor y mi Dios. Petición Señor, que mi corazón no se apegue al mundo, a lo pasajero, que sólo aspire a gozar de tu amor en la eternidad. Meditación del Papa El evangelista Lucas destaca de modo especial el hecho de que Jesús se transfigurara mientras oraba: la suya es una experiencia profunda de relación con el Padre durante una especie de retiro espiritual que Jesús vive sobre un alto monte en compañía de Pedro, Santiago y Juan, los tres discípulos siempre presentes en los momentos de la manifestación divina del Maestro [...] La intervención de Pedro: "Maestro, qué bien estamos aquí" representa el intento imposible de detener tal experiencia mística. Comenta san Agustín:"[Pedro]... sobre el monte... tenía a Cristo como alimento del alma. ¿Para qué descender para volver a las fatigas y a los dolores, mientras allí arriba estaba lleno de sentimientos de santo amor hacia Dios y que le inspiraban por ello una santa conducta?". Meditando este pasaje del Evangelio, podemos extraer una enseñanza muy importante. Sobre todo, el primado de la oración, sin la cual todo el empeño del apostolado y de la caridad se reduce a activismo. (Benedicto XVI, 24 de febrero de 2013). Reflexión No hay duda, todos somos capaces de distinguir la belleza de la creación, quedamos maravillados, deslumbrados ante un cielo estrellado, un atardecer. De la misma manera nos impacta el testimonio de una buena obra, de un hombre santo, de un acto de heroísmo. También es cierto que cuando algo sobrepasa nuestras capacidades quedamos atónitos, sin poder explicarlo o manifestarlo verbalmente, y, si lo hacemos, lo hacemos "más o menos". Sin embargo, el mundo se ha malacostumbrado a pedir milagros que pasen – según él- las líneas de lo meramente natural; quiere lo espectacular, quiere actos de magia, un atardecer o una noche estrellada ya no le dice nada. Cuándo seremos capaces de saber que la maravilla del amor de Dios, su rostro transfigurado, se muestra en esas personas que saben decir siempre sí ante los retos actuales del cristianismo. Ahora mismo debo hacerme la pregunta de si realmente contemplando lo maravilloso del rostro de Cristo, me puedo quedar con una actitud sólo de contemplación o de mero espectador, queriendo hacer "mi tiendita" para sentirme solamente "bien" y no ver lo que significa el contemplar el rostro de Cristo y querer el compromiso de llevarle a los demás. Diálogo con Cristo Señor, concédeme adherirme a tu voluntad de tal manera, que sea yo una sola cosa contigo. Tu amor es lo más importante en mi vida porque me ha liberado de la esclavitud de mi egoísmo y soberbia. Que tu gracia me transfigure y me convierta en luz que ilumina el camino de los demás. Propósito Darme el tiempo para contemplar y alabar a Cristo en la Sagrada Eucaristía. |
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martes, 6 de agosto de 2013
EL EVANGELIO DE HOY: 06.08.2013
lunes, 5 de agosto de 2013
UNA VISITA DEL PURGATORIO
Huella de la mano de la hna.Teresa
M. Gesta, en su visita desde el purgatorio.
Foligno, Italia.
Imagen cortesía de los Frailes Franciscanos
Recoletos de la Cruz, con permiso
Una Visita del Purgatorio
-Convento de las Terciarias Franciscanas, Foligno, Italia
Purgatorio
El día 4 de noviembre de 1859 murió de apoplejía fulminante, en el convento de Terciarias Franciscanas de Foligno, una buena hermana llamada Teresa Margarita Gesta, que era hace muchos años maestra de las novicias y a la vez encargada de la pobre ropería del monasterio. Había nacido en Córcega, en Bastia, en 1797 y había entrado en el monasterio en febrero de 1826.
Doce días después de la muerte de sor Teresa, el 17 de noviembre, la hermana Ana Felicia, que la había ayudado en su empleo y que la reemplazó después de su muerte, iba a entrar en la ropería, cuando oye gemidos que parecían salir del interior del aposento. Algo azorada, se apresuró a abrir la puerta: no había nadie. Mas dejándose oír nuevos gemidos acentuados, ella, a pesar de su ordinario valor, sintió miedo.
"¡Jesús, María!; -exclamó - ¿qué es esto?".
Aún no había concluido, cuando oyó una voz lastimera, acompañada de este doloroso suspiro:
"¡Oh, Dios mío! ¡cuánto sufro! Oh Dios! que peno tanto!".
La hermana, estupefacta, reconoció pronto la voz de la pobre sor Teresa. Se repone como puede, y le pregunta:
"¿Y por qué?"
"A causa de la pobreza", responde sor Teresa.
"¡Cómo!... - replica la hermana - ¡vos que erais tan pobre!"
"No es por mí misma, sino por las hermanas, a quienes he dejado demasiada libertad en este punto. Y tú ten cuidado de ti misma".
Y al mismo instante la sala se llenó de un espeso humo, y la sombra de sor Teresa apareció dirigiéndose hacia la puerta, deslizándose a lo largo de la pared. Llegando cerca de la puerta, exclamó con fuerza:
"He aquí un testimonio de la misericordia de Dios".
Y diciendo esto tocó el tablero superior de la puerta, dejando perfectamente estampada en la madera calcinada su mano derecha, y desapareciendo en seguida.
La pobre sor Ana Felicia se había quedado casi muerta de miedo. Se puso a gritar y pedir auxilio. Llega una de sus compañeras, luego otra y después toda la Comunidad; la rodean y se admiran todas de percibir un olor a madera quemada. Buscan, miran y observan en la puerta la terrible marca, reconociendo pronto la forma de la mano de sor Teresa, que era notablemente pequeña. Espantadas, huyen, corren al coro, se ponen en oración, y olvidando las necesidades de su cuerpo, se pasan toda la noche orando, sollozando y haciendo penitencia por la pobre difunta, y comulgando todas por ella al día siguiente.
Espárcese por fuera la noticia; los Religiosos Menores, los buenos sacerdotes amigos del monasterio y todas las comunidades de la población unen sus oraciones y súplicas a las de las Franciscanas. Este rasgo de caridad tenía algo de sobrenatural y de todo punto insólito.
Sin embargo, la hermana Ana Felicia, aun no repuesta de tantas emociones, recibió la orden formal de ir a descansar. Obedece, decidida a hacer desaparecer a toda costa en la mañana siguiente la marca carbonizada que había causado el espanto de todo Foligno. Mas, he aquí que sor Teresa Margarita se le aparece de nuevo.
"Sé lo que quieres hacer; -le dice con severidad -; quieres borrar la señal que he dejado impresa. Sabe que no está en tu mano hacerlo, siendo ordenado por Dios este prodigio para enseñanza y enmienda de todos. Por su justo y tremendo juicio he sido condenada a sufrir durante cuarenta años las espantosas llamas del purgatorio, a causa de las debilidades que he tenido a menudo con algunas de nuestras hermanas. Te agradezco a ti y a tus compañeras tantas oraciones, que en su bondad el Señor se ha dignado aplicar exclusivamente a mi pobre alma; y en particular los siete salmos penitenciales, que me han sido de un gran alivio".
Después, con apacible rostro, añadió:
"¡Oh, dichosa pobreza, que proporciona tan gran alegría a todos los que verdaderamente la observan!".
Y desapareció.
Por fin, al siguiente día, 19, sor Ana Felicia, habiéndose acostado y dormido, a la hora acostumbrada, oye que la llaman de nuevo por su nombre, despiértase sobresaltada, y queda clavada en su postura sin poder articular una palabra. Esta vez reconoció también la voz de sor Teresa, y al mismo instante se le apareció un globo de luz muy resplandeciente al pie de su cama, iluminando la celda como en pleno día, y oyó que sor Teresa con voz alegre y de triunfo, decía estas palabras:
"Fallecí un viernes, día de la Pasión y otro viernes me voy a la Gloria... ¡Llevad con, fortaleza la cruz!... ¡Sufrid con valor!".
Y añadió con dulzura: "¡Adiós! ¡adiós! ¡adiós!...
Se transfigura en una nube ligera, blanca, deslumbrante, y volando al cielo desaparece.
Abrióse en seguida una información canónica por el obispo de Foligno y los magistrados de la población. El 23 de noviembre, en presencia de un gran número de testigos, se abrió la tumba de sor Teresa Margarita, y la marca calcinada de la pared se halló exactamente conforme a la mano de la difunta.
El resultado de la información fue un juicio oficial que consignaba la certeza y la autenticidad de lo que acabamos de referir. En el convento se conserva con veneración la puerta con la señal calcinada. La Madre abadesa, testigo del hecho, se ha dignado enseñármela (dice Mons. de Ségur), y mis compañeros de peregrinación y yo hemos visto y tocado la madera que atestigua de modo tan temible que las almas que, ya sea temporal, ya sea eternamente, sufren en la otra vida la pena del fuego, están compenetradas y quemadas por el fuego.
Cuando, por motivos que sólo Dios conoce, les es dado aparecer en este mundo, lo que ellas tocan lleva la señal del fuego que les atormenta; parece que el fuego y ellas no forman más que uno; es como el carbón cuando está encendido.
*** *** ***
En medio de la crisis que hunde al mundo moderno en un rebrotar inmenso del paganismo, con todas sus secuelas de brutalidad y salvajismo, la fe, debilitada y languideciente, en las Verdades reveladas, nos presenta el espectáculo de personas tan preocupadas, hasta el traumatismo psicológico, por la "suerte" de las especies animales y aún las vegetales, que despliegan esfuerzos y queman energías en campañas medioambientales, mientras abandonan, sin la más mínima consideración, a sus seres queridos, (padres, hermanos, esposos o amigos) a sufrimientos atroces sin hacer nada por ellos, pudiendo haberles ayudado inmensamente si aún tuvieran algo de fe. Santo Tomás enseña que el dolor más grande en la tierra es menor que el más pequeño en el Purgatorio.
Pero lo peor de esta situación, y lo más doloroso, es constatar que este olvido de las almas de nuestros seres queridos ha sido causado, en gran medida, por la negligencia o la traición de hombres de Iglesia que no creen, o parecen no creer más el la realidad del Purgatorio, volcando sus esfuerzos "pastorales", casi exclusivamente, en los pleitos políticos contingentes, y curiosamente con el mismo fuerte cariz ideológico que alimenta dichas campañas medioambientales.
Por nuestra parte encomendemos a dichas almas abandonadas a su suerte que constituyen la parte de la Iglesia purgante cuyas oraciones, a su vez, a favor nuestro no dejan de favorecernos, hagamos celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, aprovechemos para ganar las indulgencias del jubileo para aplicarlas a nuestros seres queridos o a quienes quizás por culpa nuestra sufren en el Purgatorio. Cumplamos este deber ya sea en justicia o caridad; Un día, con seguridad, seremos nosotros los necesitados del auxilio que nos puedan prestar las almas fieles pertenecientes, en ese entonces, a la Iglesia militante.
Muchos al leer estas cosas las desprecian como puros cuentos. No quieren reconocer que la realidad del purgatorio que es enseñanza del magisterio y ha sido confirmada por numerosos testimonios. Pero el Señor no deja de advertirnos por el bien de los pocos que abren su corazón a la conversión.
"Concédeles Señor el descanso eterno: y brille para ellas la luz perpetua!"
SUFRIR SONRIENTE
Autor: Antonio Aldrette | Fuente: Buenas Noticias Sufrir sonriendo | |||
Afrontar el dolor con alegría | |||
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SEÑOR, DAME FUERZAS
Señor dame fuerzas
Señor…
Dame fuerza para sobrellevar mis penas y mis alegrías.
Dame fuerza para que mi amor se traduzca en continuos servicios.
Dame fuerza para no despreciar jamás al pobre y para no doblar las rodillas ante el poderoso insolente.
Dame fuerzas para mantener mi espíritu muy por encima de las pequeñeces humanas.
Dame fuerza para someter mi fuerza a tu voluntad por amor.
Dame serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar.
Valor para cambiar lo que puede y debe ser cambiado
Y Sabiduría para distinguir lo uno de lo otro.
Amén
AYÚDAME A NO SER TENTADO
AYÚDAME SEÑOR
Ayúdame Señor Jesús a no ser tentando/a
Ayúdame a hacer silencio, Señor, quiero escuchar tu voz.
Toma mi mano, guíame al desierto, que nos encontremos a solas, Tu y yo.
Necesito contemplar tu rostro, me hace falta la calidez de tu voz, caminar juntos… Callar, para que hables Tu.
Quiero revisar mi vida, descubrir en que tengo que cambiar, afianzar lo que anda bien, sorprenderme con lo nuevo que me pides.
Me pongo en tus manos.
Ayúdame a dejar a un lado las corridas, las preocupaciones que llenan mi cabeza.
Barre mis dudas e inseguridades, quiero compartir mi vida y revisarla a tu lado.
Ver donde aprieta el zapato para apurar el cambio
Me tienta el activismo. Me tienta la seguridad.
Hay que hacer, hacer y hacer. Y me olvido del silencio,
aflojo la oración, ¿leer la Biblia?, para cuando haya tiempo.
Me tienta la incoherencia. Hablar mucho y hacer poco.
Mostrar facha de buen cristiano; pero adentro, donde Tu y yo conocemos, tengo mucho para cambiar.
Me tienta la falta de compromiso. Es mas fácil pasar de largo que bajarse del caballo y hacer la de/l/la samaritano/a.
¡Hay tantos caído/a/s a mi lado, Señor, y yo me hago el/la distraído/a!
Me tienta separar la fe y la vida. Leer el diario, ver las noticias sin indignarme evangélicamente por la ausencia de justicia y la falta de solidaridad.
Me tienta el mirar la realidad sin la mirada del Reino.
Me tienta el alejarme de la política, la economía, la participación social. Que se metan otros; Yo, cristiano, el Domingo. Misa y gracias.
Me tienta el tener tiempo para todo menos para lo importante. La familia, los hijos, la oración.
Hay cosas mas importantes ¿Las hay?…
Me tienta, Señor, el desaliento, lo difícil que a veces se presentan las cosas.
Me tienta la desesperanza, la falta de utopia.
Me tienta el dejarlo para mañana, cuando hay que empezar a cambiar hoy.
Llévame al desierto, Señor, despójame de lo que me ata,
sacude mis certezas y pon a prueba mi amor.
Para empezar de nuevo, humilde, sencillo/a, con fuerza y Espíritu para vivir fiel a TI.
AMEN.
EL EVANGELIO DEL DIA: 05.08.2013
Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net La multiplicación de los panes. | |
Mateo 14, 13-21. Tiempo Ordinario. Cristo necesita de ti para darte de comer y a muchas almas. | |
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer. Jesús les replicó: No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer. Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces. Les dijo: "Traédmelos". Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente: Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Oración introductoria Jesús, como esa gente vengo a tu encuentro, quiero hablar contigo y escuchar tus palabras en esta oración. ¿Qué quieres que haga hoy por Ti? No busco ningún interés personal, lo único que te pido es que multipliques tu gracia en mí para poder experimentar tu amor y tu cercanía para trasmitirlos a los demás. Petición Señor, no permitas que deje pasar nunca la oportunidad de servir a los demás. Meditación del Papa "Aprendo a mirar a esta otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo". De ese modo, en las personas que encuentro reconozco a hermanos y hermanas por los que el Señor ha dado su vida amándolos "hasta el extremo". Por consiguiente, nuestras comunidades, cuando celebran la Eucaristía, han de ser cada vez más conscientes de que el sacrificio de Cristo es para todos y que, por eso, la Eucaristía impulsa a todo el que cree en Él a hacerse "pan partido" para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno. Pensando en la multiplicación de los panes y los peces, hemos de reconocer que Cristo sigue exhortando también hoy a sus discípulos a comprometerse en primera persona: "dadles vosotros de comer". En verdad, la vocación de cada uno de nosotros consiste en ser, junto con Jesús, pan partido para la vida del mundo. (Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, n. 88). Reflexión Los profesionales, las madres, los estudiantes, los trabajadores, los maestros, los padres, los hijos, en definitiva, todos los hombres buscan, consciente o inconscientemente, algo que les realice plenamente, algo que trascienda sus vidas, que les llene de paz interior. Estos hombres y mujeres hambrientos y sedientos de Dios se acercan a las puertas de la fe. Y al cruzar el umbral se encuentran con otros hombres y mujeres, como ellos, a quienes Jesús les ha mandado; dadles vosotros de comer. Así ha querido Jesús darse a conocer a lo largo de los siglos; por medio del testimonio y la evangelización de personas con una vocación especial: son los sacerdotes, las religiosas, las personas consagradas y los laicos. Es el milagro de los que han recibido a Cristo como alimento. Unidos a Jesús por medio de la Iglesia, son capaces de saciar el hambre de miles de personas. Pero son pocos, muy pocos los que lleven a Cristo a los demás. En este tiempo, hay millones de personas que todavía no conocen a Jesús. Muchos de ellos sienten la necesidad de orientar sus vidas hacia Dios y no tienen quien les ayude. Cristo nos urge a colaborar con Él en la tarea de dar de comer a las almas hambrientas de trascendencia. Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, gracias por hacerme parte de la historia de la salvación. ¡Sí! Yo quiero ser ese pan partido que pueda ayudar a los demás a descubrir y experimentar tu amor. Que mi debilidad no me detenga, que sepa poner los problemas en tus manos y, confiadamente, hacer lo que tu santa voluntad permita. Propósito Por la noche voy a examinar mi actitud y mis reacciones ante las dificultades, para ver si corresponden al espíritu de un verdadero discípulo y misionero de Cristo. |
domingo, 4 de agosto de 2013
JUAN XXIII, EL PAPA BUENO
El Papa Bueno en todo y en todos descubría lo bueno
Trataba de ver el lado bueno de las cosas, de los acontecimientos, y, sobre todo, de las personas.
Estando Juan XXIII, de Nuncio en Paris, encontróse con el Rabino principal de Francia, también fornido, ante la puerta de un ascensor estrecho, en el que imposible cupiesen ambas humanidades.---“Despues de usted”-le dijo cortésmente el Rabino.
-De ninguna manera -le contestó el Nuncio Roncalli- ¡Por favor, usted el primero!.
Siguió el forcejeo de cortesías, hasta que lo resolvió Roncalli, con la mejor de sus sonrisas:
-Es necesario que suba usted antes que yo, ya que siempre va delante el Antiguo Testamento, y sólo después, el Nuevo Testamento.
Hay personas que están siempre de buen humor. Todo les cae bien, bendicen siempre, y sonríen; su sonrisa es acogedora y, de esta forma, todo les sonríe en la vida.
Juan XXIII era de espíritu abierto, afable, condescendiente, misericordioso y tolerante, dotado con un extraordinario sentido del humor. No se tomó a sí mismo demasiado en serio, a pesar de que su figura era bien pesada. Se reía de sus debilidades.
Observando un día una de sus fotos se dirigió a Monseñor Fulton Sheen, diciéndole. "El buen Dios, que ya sabía que yo iba a ser elegido Papa, ¿no pudo haberme hecho algo más fotogénico?.
Tenía una imagen positiva, se apreciaba , estaba satisfecho con todo lo que el Señor le había dado.
El Papa Bueno en todo y en todos descubría algo bueno.. Trataba de ver el lado bueno de las cosas, de los acontecimientos, y, sobre todo, de las personas. Se preocupaba de una forma especial de la gente humilde y por los que sufrían . Visitaba los enfermos, los presos. Se acercaba a los obreros del Vaticano, con ellos compartía y tomaba un trago de vino.
Jamás tomó demasiado en serio los problemas, ni el mismo cargo de Papa. Una vez le manifestó un obispo que la carga de su nueva responsabilidad le producía insomnio, el Papa le contestó :"Eso mismo me ocurría a mi durante las primeras semanas de mi pontificado. Hasta que un día se apareció en mi aposento mi ángel custodio y me dijo:"Giovanni, no te consideres tan importante". Y yo comprendí. Desde entonces duermo perfectamente todas las noches".
Vivía en paz y estas fueron sus palabras al recibir el Premio Balzan por la Paz:"Os lo decimos con toda sencillez, como lo pensamos: ninguna circunstancia, ningún acontecimiento, por honroso que sea para nuestra humilde persona, puede exaltarnos ni turbar la tranquilidad de nuestra alma".
"Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de vinagre", decía san Francisco de Sales. Angelo Giuseppe Roncalli, nuestro Papa Bueno, sembró alegría y buen humor por donde pasó. Así consiguió abrir una ventana de aire puro donde pudiera entrar libremente el Espíritu y poder renovar desde lo más profundo la Iglesia a la que tanto amó. Su alegría y su buen humor nos lo dejó en herencia.
Autor: P. Eusebio Gómez Navarro OCD | Fuente: Catholic.net
" TE AMO, OH MI DIOS " - San Juan María Vianney
" TE AMO, OH MI DIOS "
Autor: San Juan María Vianney
Te amo, Oh mi Dios.
Mi único deseo es amarte
Hasta el último suspiro de mi vida.
Te amo, Oh infinitamente amoroso Dios,
Y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.
Te amo, oh mi Dios, y mi único temor es ir al infierno
Porque ahí nunca tendría la dulce consolación de tu amor,
Oh mi Dios,
si mi lengua no puede decir
cada instante que te amo,
por lo menos quiero
que mi corazón lo repita cada vez que respiro.
Ah, dame la gracia de sufrir mientras que te amo,
Y de amarte mientras que sufro,
y el día que me muera
No solo amarte pero sentir que te amo.
Te suplico que mientras más cerca estés de mi hora
Final aumentes y perfecciones mi amor por Ti.
Amén.
EL EVANGELIO DE HOY: 04.08.2013
Autor: P. Luis Gralla | Fuente: Catholic.net ¡Necio! Esta misma noche morirás | |
Lucas 12, 13-21. Tiempo Ordinario. En las buenas y en las malas contemos con Dios, con Él todo se puede. | |
En aquel tiempo, dijo uno de la gente a Jesús: Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo. Él le respondió: ¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros? Y les dijo: Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes. Les dijo una parábola: Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?" Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea." Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?" Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios. Oración introductoria Señor, creo, espero y te amo. No quiero confiar en mi propia fuerza o razonamiento. Te necesito. Ilumina mi oración, permite que sepa descubrir que el mayor tesoro al que puede aspirar es precisamente el poder tener este diálogo de amor contigo. Petición Jesús, que sea capaz de ponerte siempre y en todo en primer lugar. Meditación del Papa Nuestro camino también nos encontramos ante la tentación del tener, de la avidez de dinero, que insidia el primado de Dios en nuestra vida. El afán de poseer provoca violencia, prevaricación y muerte; por esto la Iglesia recuerda la práctica de la limosna, es decir, la capacidad de compartir. La idolatría de los bienes, en cambio, no sólo aleja del otro, sino que despoja al hombre, lo hace infeliz, lo engaña, lo defrauda sin realizar lo que promete, porque sitúa las cosas materiales en el lugar de Dios, única fuente de la vida. ¿Cómo comprender la bondad paterna de Dios si el corazón está lleno de uno mismo y de los propios proyectos, con los cuales nos hacemos ilusiones de que podemos asegurar el futuro? La tentación es pensar, como el rico de la parábola: "Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años... Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma". La práctica de la limosna nos recuerda el primado de Dios y la atención hacia los demás, para redescubrir a nuestro Padre bueno y recibir su misericordia. (Benedicto XVI, 22 de febrero de 2011). Reflexión Cuentan que en una ocasión murió el señor más rico y conocido de todo el mundo, y al llegar al cielo vio una gran cantidad de castillos y palacios. Se preguntaba en cuál de ellos habitaría: "Quizá en aquel que tiene seis torres, o este otro que tiene techos de oro". Al ver a su ángel le dijo: " Sin duda que aquel que tiene seis torres es el mío, pues como yo fui el hombre más famoso y rico de la tierra, ese debe ser el lugar donde viviré, además con todo mi dinero lo podía haber construido". Sin embargo, el ángel le dijo: "Lamento defraudarte, pero su sitio es aquel del fondo, esa casita con cuatro palos a punto de caerse, pues eso fue lo único que le pudimos construir con las cosas que atesoró para el cielo". Pongámonos por un momento en el lugar de este señor. Cuántas veces nosotros también atesoramos para la tierra y no para el cielo. Nos confiamos en el éxito de un examen, de un negocio, en la compra o venta de algún objeto. Preguntémonos ¿Cuántas veces ante un bienestar humano, en lugar de acercarnos más a Dios nos hemos alejado? ¿Por qué en ocasiones nos sucede que cuantos más bienes materiales tenemos sentimos menos necesidad de acudir a Dios? Y al contrario, cuando todo nos falla, cuando los amigos nos traicionan, cuando en el estudio o en el trabajo las cosas marchan mal, cuando el dinero no alcanza para pagar el colegio de los hijos, -y cada cual ponga su situación personal-, es cuando parece que tenemos más necesidad de Dios. Esta es la lección que Cristo nos quiere dejar hoy. Que en las buenas y en las malas contemos con Él. Con el que TODO lo puede. Con el que nos ha creado por amor, para hacernos felices en el amor a Él por encima de todo. El secreto del éxito en nuestra vida está en querer lo que Dios quiere de nosotros, pues Él sólo quiere para nosotros lo mejor. Propósito Que nuestro propósito para este día sea estar invariablemente unido a Cristo, a Dios. Que ante los éxitos de hoy sigamos unidos y confiados en Cristo de la misma manera que si recibimos desilusiones y fracasos. Diálogo con Cristo Líbrame, Señor, de las tentaciones; no permitas que edifique mi vida sobre las arenas movedizas de lo superficial y de lo aparente. Ayúdame a amarte por encima de todo. Sé Tú mi único tesoro, el verdadero sostén y el apoyo más firme de mi vida. |
sábado, 3 de agosto de 2013
LAS TRES PLENITUDES
LAS TRES PLENITUDES
Habla San Alberto Magno que existen tres géneros de plenitudes: "la plenitud del vaso, que retiene y no da; la del canal, que da y no retiene, y la de la fuente, que crea, retiene y da". ¡Qué tremenda verdad!
Efectivamente, yo he conocido muchos hombres-vaso. Son gentes que se dedican a almacenar virtudes o ciencia, que lo leen todo, coleccionan títulos, saben cuanto puede saberse, pero creen terminada su tarea cuando han concluido su almacenamiento: ni reparten sabiduría ni alegría. Tienen, pero no comparten.
Retienen, pero no dan. Son magníficos, pero magníficamente estériles. Son simples servidores de su egoísmo.
También he conocido hombres-canal: es la gente que se desgasta en palabras, que se pasa la vida haciendo y haciendo cosas, que nunca rumia lo que sabe, que cuanto le entra de vital por los oídos se le va por la boca sin dejar pozo adentro. Padecen la neurosis de la acción, tienen que hacer muchas cosas y todas de prisa, creen estar sirviendo a los demás pero su servicio es, a veces, un modo de calmar sus picores del alma. Hombre-canal son muchos periodistas, algunos apóstoles, sacerdotes o seglares. Dan y no retienen. Y, después de dar, se sienten vacíos.
Qué difícil, en cambio, encontrar hombres-fuente, personas que dan de lo que han hecho sustancia de su alma, que reparten como las llamas, encendiendo la del vecino sin disminuir la propia, porque recrean todo lo que viven y reparten todo cuanto han recreado. Dan sin vaciarse, riegan sin decrecer, ofrecen su agua sin quedarse secos. Cristo -pienso- debió ser así. El era la fuente que brota inextinguible, el agua que calma la sed para la vida eterna. Nosotros -¡ah!- tal vez ya haríamos bastante con ser uno de esos hilillos que bajan chorreando desde lo alto de la gran montaña de la vida.
Autor: José Luis Martín Descalzo
Texto enviado por Gabriela Alejandra Rubiolo.
SERÁS UN TRIUNFADOR
SERÁS UN TRIUNFADOR
Cuando el egoísmo no limite tu capacidad de amar.
Cuando confíes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preocuparte por el qué dirán.
Cuando tus acciones sean tan concisas en duración como largas en resultados.
Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida.
Cuando sepas distinguir una sonrisa de una burla, y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria.
Cuando actúes por convicción y no por adulación.
Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad.
Cuando sepas perdonar tan fácilmente como ahora te disculpas.
Cuando puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre, y junto al rico sin pensar que es un dios.
Cuando sepas enfrentar tus errores tan fácil y positivamente como tus aciertos.
Cuando halles satisfacción compartiendo tu riqueza.
Cuando sepas obsequiar tu silencio a quien no te pide palabras, y tu ausencia a quien no te aprecia.
Cuando ya no debas sufrir por conocer la felicidad y no seas capaz de cambiar tus sentimientos o tus metas por el placer.
Cuando no trates de hallar las respuestas en las cosas que te rodean, sino en Dios y en tu propia persona.
Cuando aceptes los errores, cuando no pierdas la calma, entonces y sólo entonces, serás... ¡UN TRIUNFADOR!
EL EVANGELIO DE HOY: 03.08.2013
Autor: P. Francisco Javier Arriola, LC | Fuente: Catholic.net Herodes manda matar a Juan Bautista | |
Mateo 14, 1–12. Tiempo Ordinario. La experiencia de Cristo nos da la fuerza para dar testimonio de Él. | |
En aquel tiempo, la fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes, y él dijo a sus allegados: «Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos». Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta. El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: «Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre. Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús. Oración Introductoria Señor mío y Dios mío, me pongo en tu presencia para escuchar tus palabras y para buscar tu voluntad. Ilumina mi entendimiento para comprender tu verdad y da fuerza a mi voluntad para cambiar lo que en mi vida deba enmendar para agradarte, bendecirte y ser una persona digna de tu amor y predilección. Petición Haz, Jesús Misericordioso, que te conozca personalmente para que no preste oídos a lo que el mundo dice de ti. No permitas que por debilidad e indiferencia pierda tu amistad. Jesús, que no me deje llevar por el "qué dirán" los demás, sino por lo que Tú dices de mí y para mí. Meditación del Papa Creer en Dios nos hace, por lo tanto, portadores de valores que a menudo no coinciden con la moda y la opinión del momento. Nos pide adoptar criterios y asumir una conducta que no pertenecen a la manera común de pensar. El cristiano no debe tener miedo de ir "contra la corriente" para vivir su fe, resistiendo a la tentación de "uniformarse". En muchas sociedades, Dios se ha convertido en el "gran ausente" y en su lugar hay muchos ídolos, diversos ídolos y especialmente la posesión del "yo" autónomo. Y también los significativos y positivos progresos de la ciencia y de la tecnología han introducido en el hombre una ilusión de omnipotencia y de autosuficiencia, y un creciente egoísmo ha creado no pocos desequilibrios al interior de las relaciones interpersonales y de los comportamientos sociales. Sin embargo, la sed de Dios no se extingue y el mensaje del Evangelio sigue resonando a través de las palabras y los hechos de muchos hombres y mujeres de fe.(Benedicto XVI, 23 de enero de 2013). Reflexión San Mateo comienza diciendo que tenía curiosidad de lo que oía acerca de Jesús. Así nos puede pasar cuando conocemos sólo de oídas a Dios. De ser así, nos arriesgamos a escuchar de un dios que es vengativo, castigador, lejano, indiferente al sufrimiento de las personas, injusto y sordo a la voz de los que le llaman y le invocan en su dolor. Este es el dios de quienes no le conocen más que de escuchar a los que se lamentan y a los que elaboran un dios a la medida de las fantasías humanas y filosóficas. Pero hay otro extremo: también nos puede pasar que creemos en el único Dios verdadero, pero lo tenemos maniatado, encadenado en el calabozo de nuestra indiferencia y olvido. También podemos convertirnos en otros "herodes" en nuestra vida espiritual: nos da curiosidad "ese tal" Jesús que hace milagros, pero que no lo podemos dejar actuar libremente en nuestra vida porque tememos que nos pida todo, aun aquello que más nos cuesta y no somos capaces de dárselo. Nos da curiosidad y le atribuimos aspectos mágicos que están opuestos a la fe, pero por miedo al "qué dirán", lo dejamos relegado en la prisión de nuestra falta de generosidad. Y si no hay generosidad, podemos ahogar las palabras que el Señor nos dirige en el fondo del corazón hasta que terminamos por eliminarlo con nuestro pecado e insensibilidad. Esto nos entristece, pero es lo que pasa cuando el mundo pide la "cabeza de dios" en la bandeja del materialismo, del hedonismo, del racionalismo, del laicismo a ultranza desligado de los deberes, pero que clama y reclama derechos que ni siquiera merece. Este es el mundo que grita la muerte de Dios y quiere verlo desaparecer porque Él no deja en paz su conciencia y desea justificar su maldad con la ilusión de una libertad que es libertinaje. Sí, esto nos entristece como a Herodes, pero podemos caer en el mismo escollo y sucumbir ante los ataques del mundo, del demonio y de la carne si no luchamos por defender la vida del Señor en nuestra alma en la lucha contra el pecado, contra la frivolidad, la falta de fe, de confianza y amor. Pero el Señor no nos deja solos, y esto es lo que nos consuela, saber que, a pesar de nuestras debilidades y reticencias, Él sigue manteniendo su promesa y su amor incondicional. Es cierto que hay cosas que están mal, pero hay muchas otras muy buenas y santas que no podemos ignorar: la Eucaristía, la Sma. Virgen, la fe, los santos, el testimonio de quienes aman a Dios, y los muchos pecadores que se levantan y vuelven pidiendo perdón al Señor de la Misericordia infinita. Nosotros, pecadores, gozamos del derecho a su Misericordia, porque más la necesitamos, según dice en sus revelaciones a Santa Faustina Kowalska. Nadie se arrepentirá nunca de haber buscado al Señor y conocerlo experiencial y personalmente porque quedará saciado de la bondad de Dios. «Mirad cuán grande cosa es la virtud. Herodes tuvo miedo de Juan a pesar de estar muerto, y por eso habla de su resurrección»… Esto es lo que nos dice san Juan Crisóstomo de Herodes. El ser humano queda perplejo ante las obras de Dios en el mundo, sobre todo aquellos que quiere borrar de sí las insistencias de su conciencia para dejar el mal y abrazar el bien. El santo temor de Dios corrige nuestras faltas, el temor de los hombres, en cambio, aplaza nuestros actos, pero no cambia la voluntad, de tal modo que quien se detiene por este motivo ante el mal, termina por ceder. Cristo nos sigue pidiendo ser luz del mundo. Creer en Jesús es dar testimonio de Él. A unos Dios les pedirá el testimonio con su sangre, a otros el testimonio con sus actos y buen ejemplo, y a otros el testimonio con la vida entera dedicada a Él. Sabemos que nuestra debilidad será siempre un obstáculo para nuestra fidelidad, pero contamos con la fuerza del que todo lo puede. San Pablo dice, "todo lo puedo en Aquel que me conforta" (Fil. 4, 13). No hay nada que temer si Él está con nosotros, pues nada nos puede separar de su amor, ni la muerte ni la vida ni ninguna otra criatura lo hará (cf. Rom 8, 38) si nosotros nos anclamos al Corazón de Jesús y nos dejamos amar por Él. Propósito Ofreceré el rezo de un misterio del santo rosario por todos aquellos cristianos que son perseguidos a causa de su fe, por los que sufren injusticias y por los más necesitados para que Dios y María santísima les fortalezcan y les hagan firmes testigos de Cristo resucitado, verdadera Luz y Vida del mundo. Diálogo con Cristo Jesús manso y humilde de Corazón, que cautivas y consuelas a los que se acercan a ti, vengo a suplicarte que fortalezcas mi fe para defenderte con mis palabras, con mis obras y con mi vida. Concédeme conocerte más, para amarte más, para llenar mi corazón de tu amor y darte a conocer a los demás. Ayúdame a cumplir fielmente tu voluntad y nunca permitas que me separe de ti. «Con mucha frecuencia el testimonio de la Iglesia, que va contracorriente, es mal interpretado, como algo retrasado y negativo en la sociedad actual. Por eso es importante destacar la buena nueva, el mensaje del Evangelio que da vida y la da en abundancia (cf. Jn 10, 10). Aunque es necesario denunciar con fuerza los males que nos amenazan, debemos corregir la idea de que el catolicismo no es más que "una serie de prohibiciones"».Benedicto XVI a los obispos de la Conferencia Episcopal de Irlanda, 28 de octubre de 2006 |
viernes, 2 de agosto de 2013
ACTO DE CONFIANZA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
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PRIMER VIERNES DEL MES DE AGOSTO: SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
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DE TI DEPENDE
De ti depende
En un pueblo oriental vivía en la montaña un anciano que era muy conocido por su sencillez y su sabiduria. Pero en el pueblo cercano vivía un joven malicioso y envidioso de aquel anciano.
Un día acompañado de un par de amigos decidió ir al encuentro de aquel anciano para dejarlo en evidencia, se compró un pájaro y fue al encuentro del anciano.
Cuando estuvo frente a El, le dijo:
- Buen anciano, todo el mundo habla bien de ti; yo quiero ponerte a prueba a ver si lo que dicen de ti es cierto. Este pájaro que llevo en la mano que pasará con El, cuando la abra:¿ volará o caerá muerto?. (porque el joven pensaba, si dice que volará, aprieto la mano, lo ahogo y caerá muerto, por el contrario, si dice que morirá abriré la mano y saldrá volando; este viejo, pensaba, no tiene escapatoria).
El buen anciano se dió cuenta enseguida del mal de aquel joven y empezó a mirarle fijamente a los ojos para que reflexionase, pero el joven insistía: ¿volará o caerá muerto?.
Finalmente el anciano le clavo sus ojos en los de El y le dijo: DE TI DEPENDE.
Fue suficiente, aquellas palabras le llegaron al fondo del corazón, abrió la mano, salió el pájaro libre y regreso junto con sus amigos en silencio al pueblo; parece que la lección de aquel anciano había servido de mucho
LA PARÁBOLA DEL TIEMPO
La parábola del tiempo
Un Experto Asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:
- ¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:
- ¿Está lleno?.
Todo el mundo lo miró y asintió.
Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.
El experto sonrió con ironía y repitió:
- ¿Está lleno?.
Esta vez los oyentes dudaron:
- Tal vez no.
- ¡Bien!.
Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
- ¿Está lleno? preguntó de nuevo.
- ¡No!, exclamaron los asistentes.
- Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.
- Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó.
Un alumno respondió:
- Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.
- ¡No!,concluyó el experto:
- Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después.
¿CUALES SON LAS GRANDES PIEDRAS EN TU VIDA?.
¡TUS HIJOS, TUS AMIGOS, TUS SUEÑOS, TU SALUD, LA PERSONA AMADA!.
RECUERDA, PONLAS PRIMERO.
- El resto encontrará su lugar
EL EVANGELIO DE HOY: 02.08.2013
Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net Nadie es profeta en su tierra | |
Mateo 13, 54-58. Tiempo Ordinario. ¡Cuánta fe le falta al hombre en sí mismo y en lo propio! | |
En aquel tiempo viniendo Jesús a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: «¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?» Y se escandalizaban a causa de Él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio». Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe. Oración introductoria Señor Jesús, en ese pasaje del Evangelio veo reflejada mi tendencia a ponerte límites, a no confiar plenamente en que Tú quieres y puedes estar presente en mi oración. Ante mi debilidad, ante la distracción, necesito de tu gracia para que nunca más desprecie la intimidad que puedo llegar a tener contigo en la oración. Petición Ven, Espíritu Santo, llena mi corazón con el fuego de tu amor. Meditación del Papa El hombre quiere conocer, quiere encontrar la verdad. La verdad es ante todo algo del ver, del comprender, de la theoría, como la llama la tradición griega. Pero la verdad nunca es sólo teórica. San Agustín, al establecer una correlación entre las Bienaventuranzas del Sermón de la montaña y los dones del Espíritu que se mencionan en Isaías 11, habló de una reciprocidad entre "scientia" y "tristitia": el simple saber -dice- produce tristeza. Y, en efecto, quien sólo ve y percibe todo lo que sucede en el mundo acaba por entristecerse. Pero la verdad significa algo más que el saber: el conocimiento de la verdad tiene como finalidad el conocimiento del bien. Este es también el sentido del interrogante socrático: ¿Cuál es el bien que nos hace verdaderos? La verdad nos hace buenos, y la bondad es verdadera: este es el optimismo que reina en la fe cristiana, porque a ella se le concedió la visión del Logos, de la Razón creadora que, en la encarnación de Dios, se reveló al mismo tiempo como el Bien, como la Bondad misma. Benedicto XVI, Discurso preparado para el Encuentro con la Universidad de Roma, La Sapienza el 17 de enero, visita cancelada el 15 de enero de 2011. Reflexión - Éste sí que habla bien. ¿De dónde será? – Admirado, preguntó un nazareno al conocido con quien compartía la banca de la sinagoga. - ¿No le conoces? Es el que vivía al lado del panadero, que hace dos años se fue. - ¿El hijo de la viuda, María, la que estaba casada con el carpintero? - Ése mismo – Asintió. - ¡Buenoo! – Concluyó algo desanimado. La psicología humana tiende a valorar más lo ajeno que lo propio. Con frecuencia preferimos el producto de importación al local o se nos antoja el coche del otro aunque el nuestro esté prácticamente nuevo. Pero esto se hace más notorio en lo personal. La vida de los demás nos parece con menos problemas que la nuestra; el trabajo más llevadero que el que nos ha tocado en suerte; incluso, nos parece que la familia ajena goza de más armonía que la nuestra. ¡Cuánta fe le falta al hombre en sí mismo y en lo propio! Saber que no hay otra familia mejor que la propia pues es la única que uno tiene, mejor trabajo que el que uno realiza pues es el único que le da ciertos ingresos, e incluso mejores problemas que los que uno vive pues son los únicos que podremos tener la satisfacción de superar. Pero, sobre todo, tomar conciencia que no hay otro Dios más grande que el nuestro. Además de que es el único, porque sólo él se ha manifestado como Padre, capaz de perdonar siempre y todo hasta el punto que él mismo ha dado la vida para que nosotros podamos tenerla en abundancia. Propósito Diariamente, pedir que sepa conservar y acrecentar el don más precioso que tengo: mi fe en la Santísima Trinidad. Diálogo con Cristo Señor, es tan grande tu bondad y misericordia que absurdamente llego a «acostumbrarme» a ellas, perdiendo así la capacidad de maravillarme continuamente de la grandeza de tu amor. Tú siempre dispuesto hacer grandes cosas en mi vida, yo distraído en lo pasajero. Por eso no quiero, no puedo y no debo dejar pasar más el tiempo sin seguir con confianza y valentía las inspiraciones de tu Espíritu Santo. Con tu ayuda, sé que lo voy a lograr. |
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