Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net La segunda tentación | |
Esa que nos hace pensar que no ha pasado nada. O esa que nos dice que es imposible volver a empezar. | |
Llega una tentación. De avaricia o de lujuria, de envidia o de soberbia, de pereza o de egoísmo, de vanidad o de ira. Si no estuvimos atentos, si no recurrimos a la ayuda divina, la tentación penetra, poco a poco, en el alma. Luego crece desde las pasiones, entre dudas y ansiedades. Al final, sucumbimos. Hemos pecado. Entonces puede insinuarse la segunda tentación. Esa que nos hace pensar que no ha pasado nada. O esa que nos dice que es imposible volver a empezar. O esa que nos aparta de Dios: si hemos sido tan malos, ¿con qué cara podemos pedir misericordia? La segunda tentación es terrible: paraliza el corazón, encadena la voluntad, hiere mortalmente la esperanza, prepara el terreno a nuevos pecados, nos aparta de Dios. Si el pecado ha vencido en nuestras vidas, si nos ha robado la amistad con Dios y la unión con los hermanos, necesitamos más que nunca pedir la gracia del perdón. No podemos permitir que la segunda tentación nos hunda más y más en el mal cometido. No podemos dejar crecer el monstruo de la desconfianza que destruye tantas vidas. No podemos abrir las puertas al pecado diabólico por excelencia: pensar que ni siquiera Dios es capaz de perdonarnos. Resistir la primera tentación es posible sólo con Dios. Si el pecado se hizo presente por nuestra culpa, necesitamos más que nunca volver a Dios para resistir al más terrible de los males: la segunda tentación. Para ello, hemos de aprender a ver nuestro pecado como Dios lo ve: como la herida en un hijo. Porque para Dios el hijo no deja de serlo si está enfermo. Somos también suyos en medio del lodo del pecado. La mirada paterna del Dios de misericordia nos da fuerzas para reemprender la lucha, para acudir al sacramento de la confesión, para amar más porque hemos sido muy amados, para perdonar a mis hermanos porque también yo, mil y mil veces, he sido perdonado... |
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lunes, 14 de noviembre de 2011
LA SEGUNDA TENTACIÓN
¿POR QUÉ LLORAS?
¿Por qué
lloras?
¿Por qué lloras? Déjame
ayudarte.
Yo también he caminado por ese sendero.
Yo también me he sentido solo.
Yo sé lo que es llorar.
Yo sé lo que es sufrir.
Yo sé lo que es perderlo todo,
hasta las esperanzas.
Yo también he caminado por ese sendero.
Yo también me he sentido solo.
Yo sé lo que es llorar.
Yo sé lo que es sufrir.
Yo sé lo que es perderlo todo,
hasta las esperanzas.
Pero también sé lo que es vivir,
también sé lo que es reir,
también sé lo que es amar.
¿Qué cómo?
Era una noche,
una noche más oscura que cualquier otra noche,
mis lágrimas rodaban por mis mejillas
cuando oí una voz que me preguntó:
"¿Por qué lloras?"
Y yo al mirarlo y él al verme,
ví de sus ojos que brotaban lágrimas
pero no eran lágrimas naturales,
eran lágrimas de sangre,
en donde yo podía ver lo que me estaba pasando.
también sé lo que es reir,
también sé lo que es amar.
¿Qué cómo?
Era una noche,
una noche más oscura que cualquier otra noche,
mis lágrimas rodaban por mis mejillas
cuando oí una voz que me preguntó:
"¿Por qué lloras?"
Y yo al mirarlo y él al verme,
ví de sus ojos que brotaban lágrimas
pero no eran lágrimas naturales,
eran lágrimas de sangre,
en donde yo podía ver lo que me estaba pasando.
Y le pregunté: "¿Por qué lloras?".
Y él me respondió:
"Yo he visto tus lágrimas y he oído tu clamor,
pero esas lágrimas yo las dí en la cruz por ti,
y éstas son las que han abierto caminos en el desierto,
y ríos en la soledad".
Y él me respondió:
"Yo he visto tus lágrimas y he oído tu clamor,
pero esas lágrimas yo las dí en la cruz por ti,
y éstas son las que han abierto caminos en el desierto,
y ríos en la soledad".
En que se ocupa Dios
En que se ocupa Dios
Cierta vez un rey, ya anciano, pensó que en su vida había visto todo lo que deseaba, solamente le faltaba ver a Dios. Llamó a sus sabios y consejeros, y les ordenó que le hicieran ver a Dios. Aquellos le respondieron que era imposible cumplir tal orden. Él los amenazó con duros castigos.
En el campo, un pastor de ovejas se enteró del deseo del rey y de sus amenazas. Llegó hasta el palacio e hizo avisar al rey que él haría posible que viera a Dios. Una vez en la presencia del monarca, éste le preguntó si era capaz de mostrarle a Dios. El pastor le dijo que si quería ver a Dios, tenía que salir al patio, con él, al mediodía. Así lo hicieron. El pastor le indicó entonces que, durante un minuto mirara fijamente el sol. El rey trató de mirarlo, pero no pudo, y protestó creyendo que el propósito del pastor era que quedara ciego. Entonces el pastor replicó:
-Señor, el sol es una de las obras de Dios, y no de las más grandes. Si Ud. no puede mirar directamente una de las obras de Dios, ¿cómo pretende ver al Creador del sol?
El rey reconoció que tenía razón y desistió de su propósito.
-Sin embargo -agregó- tengo una pregunta que formularte. ¿Qué había antes de Dios?
-Para obtener la respuesta -dijo el pastor- debe contar en forma regresiva a partir del número 10.
El rey contó: diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.
El pastor pidió que siguiera contando. El rey, fastidiado, dijo:
-¡No hay más números!
El pastor agregó:
-Tiene razón. De la misma manera, el Uno es Dios. Con el comienza todo, antes de él no hubo nada.
El rey quedó conforme con la respuesta, pero le hizo otra pregunta.
-¿En qué se ocupa Dios?
El pastor le contestó:
-Para saber eso, su majestad debe quitarse sus ropas reales y dármelas.
El rey se quitó sus ropas, las entregó al pastor, quien se vistió con ellas y pasó sus ropas pastoriles al rey, pidiéndole que se vistiera con ellas. El rey preguntó:
-¿Qué más debo hacer?
El pastor le respondió:
-Ahora tiene que bajar del trono y sentarse en el piso.
El rey así lo hizo. Entonces el pastor se sentó en el trono y declaró:
-La ocupación de Dios consiste en ensalzar a los humildes y humillar a los soberbios.
Jacobo Beredjiklian - Cuento orienta
Cierta vez un rey, ya anciano, pensó que en su vida había visto todo lo que deseaba, solamente le faltaba ver a Dios. Llamó a sus sabios y consejeros, y les ordenó que le hicieran ver a Dios. Aquellos le respondieron que era imposible cumplir tal orden. Él los amenazó con duros castigos.
En el campo, un pastor de ovejas se enteró del deseo del rey y de sus amenazas. Llegó hasta el palacio e hizo avisar al rey que él haría posible que viera a Dios. Una vez en la presencia del monarca, éste le preguntó si era capaz de mostrarle a Dios. El pastor le dijo que si quería ver a Dios, tenía que salir al patio, con él, al mediodía. Así lo hicieron. El pastor le indicó entonces que, durante un minuto mirara fijamente el sol. El rey trató de mirarlo, pero no pudo, y protestó creyendo que el propósito del pastor era que quedara ciego. Entonces el pastor replicó:
-Señor, el sol es una de las obras de Dios, y no de las más grandes. Si Ud. no puede mirar directamente una de las obras de Dios, ¿cómo pretende ver al Creador del sol?
El rey reconoció que tenía razón y desistió de su propósito.
-Sin embargo -agregó- tengo una pregunta que formularte. ¿Qué había antes de Dios?
-Para obtener la respuesta -dijo el pastor- debe contar en forma regresiva a partir del número 10.
El rey contó: diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.
El pastor pidió que siguiera contando. El rey, fastidiado, dijo:
-¡No hay más números!
El pastor agregó:
-Tiene razón. De la misma manera, el Uno es Dios. Con el comienza todo, antes de él no hubo nada.
El rey quedó conforme con la respuesta, pero le hizo otra pregunta.
-¿En qué se ocupa Dios?
El pastor le contestó:
-Para saber eso, su majestad debe quitarse sus ropas reales y dármelas.
El rey se quitó sus ropas, las entregó al pastor, quien se vistió con ellas y pasó sus ropas pastoriles al rey, pidiéndole que se vistiera con ellas. El rey preguntó:
-¿Qué más debo hacer?
El pastor le respondió:
-Ahora tiene que bajar del trono y sentarse en el piso.
El rey así lo hizo. Entonces el pastor se sentó en el trono y declaró:
-La ocupación de Dios consiste en ensalzar a los humildes y humillar a los soberbios.
Jacobo Beredjiklian - Cuento orienta
sábado, 12 de noviembre de 2011
LA VIRGEN MARÍA, FORMADORA EN EL CAMINO CRISTIANO
Autor: Marianistas.org | Fuente: Catholic.net
María, formadora en el camino cristiano
Como Madre de una gran familia, distribuye los bienes según las necesidades, las circunstancias y la fidelidad de cada uno.
María, formadora en el camino cristiano
«Madre de la vida y de la gracia». «El Padre ha puesto en manos de María los tesoros adquiridos por Cristo, para que ella ejerza las funciones de su maternidad». María está en el comienzo, acompañando la llamada, pero también está en el camino: engendra, acompaña y forma. María forma «recibiendo y entregando» : «es el canal que recibe y deja correr hasta nosotros». Recordemos que este doble movimiento es el de la transmisión kerigmática del Evangelio: «porque yo recibí lo que a mi vez os he transmitido» (1 Cor 15,3 ). Hay que caminar sabiendo recibir y comunicar lo recibido.
El primer deber de una madre es alimentar a sus hijos, y la primera necesidad que siente es la de amarlos. María no ha querido renunciar a esta obligación sagrada. Madre de la vida y de la gracia, nos ha dado la vida, y cada día derrama en nuestras almas la gracia que debe alimentarlas, fortificarlas y hacerlas llegar a la plenitud de la edad perfecta. Efectivamente, de su bondad recibimos todos los auxilios que conducen a la salvación. Es verdad que Jesucristo, de quien viene todo nuestro valer, es el único que nos ha podido merecer esas gracias por su muerte. Como Padre, ha provisto abundantemente de todo lo necesario para la vida de nuestras almas, para el aumento de nuestras fuerzas, para la curación de nuestras enfermedades y para el desarrollo de la fe y de todas las virtudes.
Al mismo tiempo, ha puesto en manos de María los tesoros de bendición adquiridos por su sangre, para que ella ejerza las funciones de su maternidad. De ese modo, María, como Madre de una gran familia, distribuye todos los bienes según las necesidades, las circunstancias y la fidelidad de cada uno. Por eso, nada viene del cielo sin pasar por la Santísima Virgen. Ella es el canal que recibe y deja correr hasta nosotros el agua bienhechora de la gracia. Como dice san Bernardo, María ha sido dada al mundo para que por ella se transmitan sin cesar los dones celestiales de Dios a los hombres; y Jesucristo ha querido poner en manos de María el fruto de sus méritos para que recibamos de ella todos los bienes que podamos obtener.
María, formadora en el camino cristiano
Como Madre de una gran familia, distribuye los bienes según las necesidades, las circunstancias y la fidelidad de cada uno.
María, formadora en el camino cristiano
«Madre de la vida y de la gracia». «El Padre ha puesto en manos de María los tesoros adquiridos por Cristo, para que ella ejerza las funciones de su maternidad». María está en el comienzo, acompañando la llamada, pero también está en el camino: engendra, acompaña y forma. María forma «recibiendo y entregando» : «es el canal que recibe y deja correr hasta nosotros». Recordemos que este doble movimiento es el de la transmisión kerigmática del Evangelio: «porque yo recibí lo que a mi vez os he transmitido» (1 Cor 15,3 ). Hay que caminar sabiendo recibir y comunicar lo recibido.
El primer deber de una madre es alimentar a sus hijos, y la primera necesidad que siente es la de amarlos. María no ha querido renunciar a esta obligación sagrada. Madre de la vida y de la gracia, nos ha dado la vida, y cada día derrama en nuestras almas la gracia que debe alimentarlas, fortificarlas y hacerlas llegar a la plenitud de la edad perfecta. Efectivamente, de su bondad recibimos todos los auxilios que conducen a la salvación. Es verdad que Jesucristo, de quien viene todo nuestro valer, es el único que nos ha podido merecer esas gracias por su muerte. Como Padre, ha provisto abundantemente de todo lo necesario para la vida de nuestras almas, para el aumento de nuestras fuerzas, para la curación de nuestras enfermedades y para el desarrollo de la fe y de todas las virtudes.
Al mismo tiempo, ha puesto en manos de María los tesoros de bendición adquiridos por su sangre, para que ella ejerza las funciones de su maternidad. De ese modo, María, como Madre de una gran familia, distribuye todos los bienes según las necesidades, las circunstancias y la fidelidad de cada uno. Por eso, nada viene del cielo sin pasar por la Santísima Virgen. Ella es el canal que recibe y deja correr hasta nosotros el agua bienhechora de la gracia. Como dice san Bernardo, María ha sido dada al mundo para que por ella se transmitan sin cesar los dones celestiales de Dios a los hombres; y Jesucristo ha querido poner en manos de María el fruto de sus méritos para que recibamos de ella todos los bienes que podamos obtener.
CLINICA DEL ALMA
CLINICA DEL ALMA
Para una mayor y más profunda relación con Cristo.
Médico cirujano: Jesucristo
Título: Hijo de Dios
Médico Auxiliar: El Espíritu Santo
Enfermera solícita: Virgen María
Campo de estudio: El corazón
Experiencia: Infalible y Eterno
Residencia y oficina: En todas partes
Su poder: ilimitado
Radioterapia: EL AMOR
Su obsequio a nosotros: La Gracia, Vida Divina
Su libro de recetas: El Evangelio
Enfermedades para sanar: Todas
Precio del tratamiento: Gratuito
Garantía de la operación: Absoluta
Residencia Clínica: La Iglesia
Quirófano: El Altar
Dieta a cumplir: Oración y ayuno
Ejercicios de curación: Eucaristía y Penitencia
Otros ejercicios necesarios: Buenas obras y frutos
Acuda hoy mismo: Es mejor en los primeros síntomas
Hora de consulta: Guardia permanente
Médico cirujano: Jesucristo
Título: Hijo de Dios
Médico Auxiliar: El Espíritu Santo
Enfermera solícita: Virgen María
Campo de estudio: El corazón
Experiencia: Infalible y Eterno
Residencia y oficina: En todas partes
Su poder: ilimitado
Radioterapia: EL AMOR
Su obsequio a nosotros: La Gracia, Vida Divina
Su libro de recetas: El Evangelio
Enfermedades para sanar: Todas
Precio del tratamiento: Gratuito
Garantía de la operación: Absoluta
Residencia Clínica: La Iglesia
Quirófano: El Altar
Dieta a cumplir: Oración y ayuno
Ejercicios de curación: Eucaristía y Penitencia
Otros ejercicios necesarios: Buenas obras y frutos
Acuda hoy mismo: Es mejor en los primeros síntomas
Hora de consulta: Guardia permanente
EL ÁRBOL DE LOS AMIGOS
El Arbol De Los Amigos
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá, que nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en lo alto de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, dicha y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única, siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Habrá de los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida, y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá, que nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en lo alto de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, dicha y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única, siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Habrá de los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida, y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
viernes, 11 de noviembre de 2011
LA VIDA TE SONREIRÁ
La vida te sonreirá...
No tomes a la vida como una carrera. No es la vida una competencia hacia una meta de llegada. Dios no quiere que llegues a El por lógica inercia o con apuros fanáticos. No quiere que al final de la vida digas: "solo se trataba de esto y nada más". No.
La vida es más que la suma de seres vivos, la vida es un tesoro compartido, un brillante tiempo que ilumina al universo mismo en cuanto te ha sido dada, porque allí es donde nace la esperanza, donde hay un soplo de vida cálido, un soplo de eternidad.
La vida es la sonrisa de una madre en el recuerdo, es la palabra y la mirada de nuestro padre, llena de comprensión y misterio que nos habla en algún rincón de la memoria. La vida es saber disfrutar y compartir el cariño inmenso que nos rodea cuando estamos en familia. Lo comprobamos en alguna fiesta, cuando nace un nuevo integrante, cuando se casa un pariente. Los ojos llenos de esperanzas, la piel fresca de alegría. La vida es un abrazo temprano a quienes queremos y un beso sincero en el encuentro.
Cuando aprendas a ver el corazón de las cosas, cuando veas con los ojos del alma la razón de lo que no tiene razón, entonces comprenderás que la vida es más que la suma de sus partes, que es la esencia misma bailando en el espacio, cantando en el viento, mojándote en la lluvia, abrigándote en el silencio de una noche fría frente al fuego. Comprenderás que el otro tiene las mismas inquietudes, los mismos miedos ocultos, que también siente respeto por algo, que alberga culpas que no logra sacar, sonrisas que no puede brindar, ganas de ser querido, ¡tantas cosas! .... tantas.... como también tienes tú.
Verás que el otro es parte de tu vida y tú vives porque hay otro que vive para verte, que aprendiste muchas cosas, porque otro te las enseñó. Tus padres, tu escuela, tus amigos, la vida misma. Comprenderás que la vida es siempre un camino que solo se hace al caminar con la mirada franca y un beso lejano esperándonos en algún horizonte. Sabrás que transitamos por un sendero único e irrepetible porque es la huella que vamos haciendo en el mundo, nuestra marca, nuestra señal, que escribimos en los renglones de un relato compartido. Y tan solo de nosotros depende un verso mejor, una gran alegría, una palabra triste, un momento de olvido o una canción de amor, de nosotros depende elegir la forma de mejorar nuestro rumbo y que cada día sea un canto al sol.
La vida es para aprender a amar y a perdonar, a olvidar cuando debemos olvidar, a recordar cuando debemos recordar. La vida es para ampliar los afectos y reflexionar sobre nuestras vivencias, para que pensemos en los frutos de nuestros actos y veamos claramente, sin ningún tipo de adorno ni justificaciones oportunistas lo que hemos hecho en el tiempo y todavía, si podemos, volver sobre nuestros pasos para cambiar alguna situación.
No ocupes tu tiempo en ver solo el aspecto negativo de las cosas... sueña, imagina, planea una salida, invita a alguien a comer a tu casa, da un abrazo y ríete con las personas que sonríen, ama con las personas que aman, alégrate con quienes te alegren el día, haz las cosas simples porque en los simple brilla una pequeña luz que se hace fantástica e inmensa a los ojos de quien atesora ilusiones.
Nunca hagas o digas algo que resulte demasiado duro a alguien solitario, porque aunque a ti te parezca que en circunstancias normales, cualquiera lo tomaría con naturalidad, una persona solitaria podría verse herida mortalmente, pues su mente y su corazón son más sensibles a las influencias del exterior. Trata de llevarle un motivo de felicidad, un minuto de alegría, un momento de amor y te lo agradecerá infinitamente.
Sabes, la felicidad es pariente de la belleza y la belleza es el rostro de la verdad. Cuando descubrimos una verdad, descubrimos algo bello, y lo bello solo puedo regocijarnos en el alma porque la verdad y la belleza son atributos de Dios. No pienses en aquello de que la verdad es "dura", lo duro, feo o desagradable no es la verdad, eso se llama realidad, la que el ser humano crea todos los días con su insistente capacidad de nombrar y clasificar las cosas. La verdad es otra cosa, la verdad es el motivo de la felicidad y la libertad, porque nos libera de fantasmas y dudas al caminar, porque nos hace bellos si la sabemos cuidar, porque es el final del camino al que hemos de llegar.
La vida es un encuentro entre Dios y tú. Disfruta tu tiempo sabiendo que el pasado y el futuro son instantes de una realidad que se actualiza de acuerdo a tu conciencia, la cual se enciende a cada instante e ilumina lo que toca, lo que ve y hasta lo que niega.
Recuerda que la vida es más que la suma de seres vivos, es un tesoro compartido del cual formas parte. Cuando comprendas esto, llenarás tus pulmones vacíos con un soplo de eternidad y serás uno con la vida, y la vida te sonreirá
No tomes a la vida como una carrera. No es la vida una competencia hacia una meta de llegada. Dios no quiere que llegues a El por lógica inercia o con apuros fanáticos. No quiere que al final de la vida digas: "solo se trataba de esto y nada más". No.
La vida es más que la suma de seres vivos, la vida es un tesoro compartido, un brillante tiempo que ilumina al universo mismo en cuanto te ha sido dada, porque allí es donde nace la esperanza, donde hay un soplo de vida cálido, un soplo de eternidad.
La vida es la sonrisa de una madre en el recuerdo, es la palabra y la mirada de nuestro padre, llena de comprensión y misterio que nos habla en algún rincón de la memoria. La vida es saber disfrutar y compartir el cariño inmenso que nos rodea cuando estamos en familia. Lo comprobamos en alguna fiesta, cuando nace un nuevo integrante, cuando se casa un pariente. Los ojos llenos de esperanzas, la piel fresca de alegría. La vida es un abrazo temprano a quienes queremos y un beso sincero en el encuentro.
Cuando aprendas a ver el corazón de las cosas, cuando veas con los ojos del alma la razón de lo que no tiene razón, entonces comprenderás que la vida es más que la suma de sus partes, que es la esencia misma bailando en el espacio, cantando en el viento, mojándote en la lluvia, abrigándote en el silencio de una noche fría frente al fuego. Comprenderás que el otro tiene las mismas inquietudes, los mismos miedos ocultos, que también siente respeto por algo, que alberga culpas que no logra sacar, sonrisas que no puede brindar, ganas de ser querido, ¡tantas cosas! .... tantas.... como también tienes tú.
Verás que el otro es parte de tu vida y tú vives porque hay otro que vive para verte, que aprendiste muchas cosas, porque otro te las enseñó. Tus padres, tu escuela, tus amigos, la vida misma. Comprenderás que la vida es siempre un camino que solo se hace al caminar con la mirada franca y un beso lejano esperándonos en algún horizonte. Sabrás que transitamos por un sendero único e irrepetible porque es la huella que vamos haciendo en el mundo, nuestra marca, nuestra señal, que escribimos en los renglones de un relato compartido. Y tan solo de nosotros depende un verso mejor, una gran alegría, una palabra triste, un momento de olvido o una canción de amor, de nosotros depende elegir la forma de mejorar nuestro rumbo y que cada día sea un canto al sol.
La vida es para aprender a amar y a perdonar, a olvidar cuando debemos olvidar, a recordar cuando debemos recordar. La vida es para ampliar los afectos y reflexionar sobre nuestras vivencias, para que pensemos en los frutos de nuestros actos y veamos claramente, sin ningún tipo de adorno ni justificaciones oportunistas lo que hemos hecho en el tiempo y todavía, si podemos, volver sobre nuestros pasos para cambiar alguna situación.
No ocupes tu tiempo en ver solo el aspecto negativo de las cosas... sueña, imagina, planea una salida, invita a alguien a comer a tu casa, da un abrazo y ríete con las personas que sonríen, ama con las personas que aman, alégrate con quienes te alegren el día, haz las cosas simples porque en los simple brilla una pequeña luz que se hace fantástica e inmensa a los ojos de quien atesora ilusiones.
Nunca hagas o digas algo que resulte demasiado duro a alguien solitario, porque aunque a ti te parezca que en circunstancias normales, cualquiera lo tomaría con naturalidad, una persona solitaria podría verse herida mortalmente, pues su mente y su corazón son más sensibles a las influencias del exterior. Trata de llevarle un motivo de felicidad, un minuto de alegría, un momento de amor y te lo agradecerá infinitamente.
Sabes, la felicidad es pariente de la belleza y la belleza es el rostro de la verdad. Cuando descubrimos una verdad, descubrimos algo bello, y lo bello solo puedo regocijarnos en el alma porque la verdad y la belleza son atributos de Dios. No pienses en aquello de que la verdad es "dura", lo duro, feo o desagradable no es la verdad, eso se llama realidad, la que el ser humano crea todos los días con su insistente capacidad de nombrar y clasificar las cosas. La verdad es otra cosa, la verdad es el motivo de la felicidad y la libertad, porque nos libera de fantasmas y dudas al caminar, porque nos hace bellos si la sabemos cuidar, porque es el final del camino al que hemos de llegar.
La vida es un encuentro entre Dios y tú. Disfruta tu tiempo sabiendo que el pasado y el futuro son instantes de una realidad que se actualiza de acuerdo a tu conciencia, la cual se enciende a cada instante e ilumina lo que toca, lo que ve y hasta lo que niega.
Recuerda que la vida es más que la suma de seres vivos, es un tesoro compartido del cual formas parte. Cuando comprendas esto, llenarás tus pulmones vacíos con un soplo de eternidad y serás uno con la vida, y la vida te sonreirá
APRENDER DE LOS FRACASOS
Aprender de los fracasos
Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta para SER personas exitosas es...
¡aprender de "nuestros fracasos"!
Aunque en algunas personas éstos han sido más frecuentes que en otras, todos hemos tenido fracasos más de una oportunidad, podemos hablar de líderes políticos que alcanzaron el triunfo después de haber fallado o fracasado en diversas ocasiones pero lo que les ayudó a conquistar sus aspiraciones fue que supieron asimilar con madurez la adversidad comprendiendo que los fracasos son peldaños que conducen al verdadero éxito.
Fracaso no significa que todavía no hemos logrado nada,
Significa que hemos aprendido algo.
Fracaso no significa que hemos actuado como necios,
Significa que hemos tenido mucha fe.
Fracaso no significa falta de capacidad,
significa que debemos hacer las cosas de distinta manera.
Fracaso no significa que somos inferiores,
Significa que no somos perfectos.
Fracaso no significa que hemos perdido nuestra vida,
Significa que tenemos buenas razones para comenzar de nuevo.
Fracaso no significa que debemos echarnos atrás,
Significa que debemos luchar con mayor ahínco.
Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas,
Significa que tardaremos un poco más en alcanzarlas.
Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado,
Significa que Dios tiene una idea mejor para ti.
Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta para SER personas exitosas es...
¡aprender de "nuestros fracasos"!
Aunque en algunas personas éstos han sido más frecuentes que en otras, todos hemos tenido fracasos más de una oportunidad, podemos hablar de líderes políticos que alcanzaron el triunfo después de haber fallado o fracasado en diversas ocasiones pero lo que les ayudó a conquistar sus aspiraciones fue que supieron asimilar con madurez la adversidad comprendiendo que los fracasos son peldaños que conducen al verdadero éxito.
Fracaso no significa que todavía no hemos logrado nada,
Significa que hemos aprendido algo.
Fracaso no significa que hemos actuado como necios,
Significa que hemos tenido mucha fe.
Fracaso no significa falta de capacidad,
significa que debemos hacer las cosas de distinta manera.
Fracaso no significa que somos inferiores,
Significa que no somos perfectos.
Fracaso no significa que hemos perdido nuestra vida,
Significa que tenemos buenas razones para comenzar de nuevo.
Fracaso no significa que debemos echarnos atrás,
Significa que debemos luchar con mayor ahínco.
Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas,
Significa que tardaremos un poco más en alcanzarlas.
Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado,
Significa que Dios tiene una idea mejor para ti.
LAS ESPINAS DAN ROSAS
Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Las espinas dan rosas
La vida es un rosal que produce espinas y rosas. Debo cuidarme de no clavarme las espinas, pero no siempre lo conseguiré.
Las espinas dan rosas
El hábito de mirar el mejor lado de las cosas es una clave para ser feliz. Claro que hay sombras, pero también hay sol. Claro que hay problemas en la vida, pero también hay soluciones.
Todas las cosas tienen el lado bueno y el lado menos bueno. Algunos se empeñan en ver sólo el lado malo, y se amargan la existencia. Otros, en cambio, buscan en todas las cosas el lado bueno, y son felices. “Los tallos de rosa tienen espinas”, dicen los pesimistas. Pero los optimistas responden: "Las espinas producen rosas”.
La vida es un rosal que produce espinas y rosas. Debo cuidarme de no clavarme las espinas, pero no siempre lo conseguiré. Algunas espinas se me clavarán en el alma. Pero eso no me impedirá disfrutar de las maravillosas rosas que produce el rosal.
Una vez que perdemos el ánimo, perdemos un cierto número de días de nuestra vida. El que nos desanima, nos hace un daño total, y, si somos nosotros mismos, nos convertimos en nuestros peores enemigos.
Todo se puede remediar, mientras dura la vida. El ser más animoso de todos es Dios, que logra continuamente cambios de pecadores empedernidos en santos de altar. Él sabe que se puede; que hoy pueden estar las cosas negras, pero mañana pueden amanecer blancas. ¡Qué fácilmente nos damos por vencidos! Cada día más. El colmo del desaliento es la desesperación total, el darse un tiro en la sien, colgarse de una cuerda. Suicidarse, de la forma que sea, significa que no queda ni rastro de esperanza.
No todos llegan al suicidio, pero se pueden acercar peligrosamente. Y los problemas, ¿qué? Los problemas están ahí, pero yo estoy aquí, y no me dejo apabullar, porque sé que cada problema tiene por lo menos una solución. Sé que la actitud frente a un problema, la forma de reaccionar frente al mismo es mil veces más importante que el problema mismo. Hasta se podría decir: ¡Felicidades, tienes un problema!
Si puedo amar a Dios y a mis hermanos; si puedo realizar grandes cosas para mejorar el mundo; si puedo hacer felices a los demás y a mí mismo vale la pena vivir, aunque me clave alguna espina de dolor en el trayecto. Mas aún, las espinas pueden convertirse en rosas: Los sufrimientos de la vida, llevados por amor, se convierten en las rosas más bellas.
jueves, 10 de noviembre de 2011
JESÚS Y MARÍA ....
Jesús y María
Mi mejor invento, dice Dios, es mi Madre. Me faltaba una y me la hice. Hice yo a mi Madre antes que ella me hiciese. Así era más seguro.
Ahora sí que soy hombre como los demás. Ya no tengo nada que envidiarles, porque tengo una Madre, una Madre de veras.
Mi Madre se llama María. Su alma es absolutamente pura y llena de gracia.
Su cuerpo es virginal y habitado de una luz tan espléndida, que cuando yo estaba en el mundo, no me cansaba nunca de mirarla, de escucharla, de admirarla.
Qué bonita es mi Madre!. Qué bien se está en los brazos de mi Madre!
Además, hice a mi Madre así también para mis hermanos los hombres, para que tengan una Madre de veras en el cielo.
Ah, si de verdad creyesen esto!
Que se aprovechen!, dice Dios. En el cielo tienen una Madre que les sigue con sus ojos, que les ama con todo su corazón. Si los hombres quisieran.... bien se aprovecharían. Cómo no se darán cuenta de que yo no puedo negar nada a mi Madre?
Qué queréis! (Es mi Madre! Yo lo quise así.... Y no me arrepiento.
Fuente: educadormarista.com
Mi mejor invento, dice Dios, es mi Madre. Me faltaba una y me la hice. Hice yo a mi Madre antes que ella me hiciese. Así era más seguro.
Ahora sí que soy hombre como los demás. Ya no tengo nada que envidiarles, porque tengo una Madre, una Madre de veras.
Mi Madre se llama María. Su alma es absolutamente pura y llena de gracia.
Su cuerpo es virginal y habitado de una luz tan espléndida, que cuando yo estaba en el mundo, no me cansaba nunca de mirarla, de escucharla, de admirarla.
Qué bonita es mi Madre!. Qué bien se está en los brazos de mi Madre!
Además, hice a mi Madre así también para mis hermanos los hombres, para que tengan una Madre de veras en el cielo.
Ah, si de verdad creyesen esto!
Que se aprovechen!, dice Dios. En el cielo tienen una Madre que les sigue con sus ojos, que les ama con todo su corazón. Si los hombres quisieran.... bien se aprovecharían. Cómo no se darán cuenta de que yo no puedo negar nada a mi Madre?
Qué queréis! (Es mi Madre! Yo lo quise así.... Y no me arrepiento.
Fuente: educadormarista.com
ORACIÓN PARA UNA VISITA A JESÚS SACRAMENTADO
ORACIÓN PARA UNA VISITA A JESÚS SACRAMENTADO
¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado a tus plantas, arrepentido y confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. Cansado de todo, sólo a Ti quiero, sólo a Ti busco, sólo en Ti hallo mi bien. Tú, que fuiste en busca de la Samaritana; Tú, que me llamaste cuando huía de Ti, no me arrojarás de tu presencia ahora que te busco.
Señor, estoy triste, bien lo sabes, y nada me alegra; el mundo me parece un desierto. Me hallo en oscuridad, turbado y lleno de temor e inquietudes...; te busco y no te encuentro, te llamo y no respondes, te adoro, clamo a Ti y se acrecienta mi dolor. ¿Dónde estás, Señor, dónde, pues no gusto las dulzuras de tu presencia, de tu amor?
Pero no me cansaré, ni el desaliento cambiará el afecto que me impulsa hacia Ti. ¡Oh buen Jesús! Ahora que te busco y no te encuentro recordaré el tiempo en que Tú me llamabas y yo huía... Y firme y sereno, a despecho de las tentaciones y del pesar, te amaré y esperaré en Ti.
Jesús bueno, dulce y regalado padre y amigo incomparable, cuando el dolor ofusque mi corazón, cuando los hombres me abandonen, cuando el tedio me persiga y la desesperación clave su garra en mí, al pie del Sagrario, cárcel donde el amor te tiene prisionero, aquí y sólo aquí buscaré fuerza para luchar y vencer.
No temas que te abandone, cuando más me huyas, más te llamaré y verteré tantas lágrimas que, al fin, vendrás... Sí..., vendrás, y al posarte, disfrutaré en la tierra las delicias del cielo.
Dame tu ayuda para cumplir lo que te ofrezco; sin Ti nada soy, nada puedo, nada valgo... Fortaléceme, y desafiaré las tempestades.
Jesús, mío, dame humildad, paciencia y gratitud, amor..., amor, porque si te amo de veras, todas las virtudes vendrán en pos del amor.
Te ruego por los que amo... Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que tienen; socórrelos con generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes, de los huérfanos, consuela a los que padecen, fortalece a los débiles, conmueve a los pecadores para que no te ofendan y lloren sus extravíos.
Ampara a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre.
Y a mí, que te acompaño cuando te abandonan otros, porque he oído la voz de la gracia; a mí, que no te amo por el cielo, ni por el infierno te temo; a mí, que sólo busco tu gloria y estoy recompensado con la dicha de amarte, auméntame este amor y dadme fortaleza para luchar y obtener el apetecido triunfo.
Adiós, Jesús de mi alma salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en medio del bullicio del mundo estaré pensando en Ti, y a cada respiración, entiende. oh Jesús, que deseo ser tuyo.
Amén.
Señor, estoy triste, bien lo sabes, y nada me alegra; el mundo me parece un desierto. Me hallo en oscuridad, turbado y lleno de temor e inquietudes...; te busco y no te encuentro, te llamo y no respondes, te adoro, clamo a Ti y se acrecienta mi dolor. ¿Dónde estás, Señor, dónde, pues no gusto las dulzuras de tu presencia, de tu amor?
Pero no me cansaré, ni el desaliento cambiará el afecto que me impulsa hacia Ti. ¡Oh buen Jesús! Ahora que te busco y no te encuentro recordaré el tiempo en que Tú me llamabas y yo huía... Y firme y sereno, a despecho de las tentaciones y del pesar, te amaré y esperaré en Ti.
Jesús bueno, dulce y regalado padre y amigo incomparable, cuando el dolor ofusque mi corazón, cuando los hombres me abandonen, cuando el tedio me persiga y la desesperación clave su garra en mí, al pie del Sagrario, cárcel donde el amor te tiene prisionero, aquí y sólo aquí buscaré fuerza para luchar y vencer.
No temas que te abandone, cuando más me huyas, más te llamaré y verteré tantas lágrimas que, al fin, vendrás... Sí..., vendrás, y al posarte, disfrutaré en la tierra las delicias del cielo.
Dame tu ayuda para cumplir lo que te ofrezco; sin Ti nada soy, nada puedo, nada valgo... Fortaléceme, y desafiaré las tempestades.
Jesús, mío, dame humildad, paciencia y gratitud, amor..., amor, porque si te amo de veras, todas las virtudes vendrán en pos del amor.
Te ruego por los que amo... Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que tienen; socórrelos con generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes, de los huérfanos, consuela a los que padecen, fortalece a los débiles, conmueve a los pecadores para que no te ofendan y lloren sus extravíos.
Ampara a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre.
Y a mí, que te acompaño cuando te abandonan otros, porque he oído la voz de la gracia; a mí, que no te amo por el cielo, ni por el infierno te temo; a mí, que sólo busco tu gloria y estoy recompensado con la dicha de amarte, auméntame este amor y dadme fortaleza para luchar y obtener el apetecido triunfo.
Adiós, Jesús de mi alma salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en medio del bullicio del mundo estaré pensando en Ti, y a cada respiración, entiende. oh Jesús, que deseo ser tuyo.
Amén.
TE AMO SEÑOR... !PERO NO LO GRITO!
Autor: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net Te amo Señor...¡pero no lo grito! | |
Si he conocido lo que es amarte... ¡cómo es posible que no lo grite y a veces hasta guarde silencio! | |
Yo te amo, Señor, pero a veces siento que soy avara de ese amor... que no pienso, que no reparo, que si he conocido lo que es amarte... ¡sea posible que no lo grite a los "cuatro vientos"! Y no solo que no lo grite sino que guarde silencio a veces por respeto humano, porque no se sonrían burlonamente, por no entrar en discusión....porque no me tachen de "mocha"...¡Qué gran cobardía! ¡Perdón, mi amado Jesús !. El Papa Benedicto XVI nos lo pide. La Iglesia nos lo pide y Tu mi Jesús Sacramentado, nos lo pediste desde hace muchos siglos... pero no nos animamos a dar la respuesta con decisión, con una postura radical y valiente. La respuesta tiene que ser ahora y desde este momento. Tenemos un serio y grave compromiso, como hijos de Dios, de ser verdaderos apóstoles. Este compromiso me enfrenta primero, con los más cercanos, con los seres que me rodean, con las personas que forman mi familia y mi entorno. En todo momento, tu nos pides, Señor, que estemos "en pie de lucha", que quiere decir que no deje pasar la ocasión para acercarme a quién pudiera sentir o pensar que me necesita. Solemos decir: - " No, yo no me meto... yo no digo nada, cada quién su vida"... Es cierto que a veces no es fácil abordar o penetrar en la forma de vivir de las personas, pero si están muy cerca de nosotros, tal vez no sea tan difícil buscar la ocasión para poder brindarle, a esa persona, nuestro apoyo y consuelo, hablándole de Dios, del amor que nos tiene, de que trate de encontrar o recuperar esa fe que no se sabe en qué momento se perdió.... y orar, orar mucho por esa persona, ante Ti, ante este misterio de amor que nos brindas diariamente ¡oh, tu mi Jesús Sacramentado!. Tu nos oyes siempre y la oración puede no cambiar las cosas... pero si cambia los corazones y la forma de ver las cosas. Ya no podemos decir: - "Eso hay que dejárselo a los sacerdotes". Los sacerdotes son pocos y la mies es mucha. No dejes que lo olvidemos....ha llegado nuestro momento. Si estamos convencidos de que tenemos la VERDAD, en nuestra religión católica, es indispensable que esa VERDAD, la trasmitamos con el mismo ardor, con muchísimo más ardor que invitamos y casi empujamos a los amigos animándolos para que vayan a ver una obra de teatro o película, que nos pareció excelente o que no se pierdan un paseo o lugar sensacional porque los queremos y deseamos que disfruten tanto como nosotros lo disfrutamos... Seguirte a Ti, mi Jesús, es una aventura tan maravillosa para el ser humano que en ello hemos de poner toda la fuerza de nuestra existencia. Seguirte a Ti, mi Jesús, es participar de la verdad sublime de sabernos hijos de Dios y herederos del Cielo... pero no para nosotros solos... No tengo que tener miedo o reparo de hablar de Dios, de Ti, Jesús, de la Santísima Virgen a los demás....Hay tanta ansia en el corazón de los hombres y mujeres de encontrar un camino....y nosotros les podemos hablar te ti, del único Camino, del que dijo:- " yo soy la luz, yo soy el camino, la verdad y la vida, quién cree en mí no morirá". ¡Qué triste no compartir, no participar a los demás de esa grandeza de amor que ciega la vista por ser más luminosa que el mismo sol...! Hemos de ser valientes con nuestra fe y proclamarla. Ayudanos, Jesús para hablar con los que nos rodean, de esta "gran experiencia" que aún en medio de los sufrimientos o infortunios, nos traerá la paz en nuestro diario caminar por la vida. |
ABRIR CORAZONES
ABRIR CORAZONES
Un día hallándose de paso en Nueva York, Dominique Lapierre lee en un periódico la noticia sorprendente: “La Madre Teresa de Calcuta ha abierto, en pleno corazón de las calles más calientes de Manhatan, un hogar para acoger las víctimas del sida sin recursos. Seis hermanas atienden a presidiarios de Sing, toxicómanos negros de Harlem, visitantes asiduos de los lupanares “gay” cercanos”.
Siempre me entusiasma el ver personas que dedican su vida a atender a los más necesitados: pobres, enfermos, ancianos... Un día se encontraron con el Dios de la vida desde los gritos de cólera, desde los sollozos de la rebeldía de los cuerpos deshechos. Entonces decidieron entregar su vida para ser fuerza de una vida que se iba secando por falta de savia.
Cuando el ser humano da cabida a Dios en su corazón, éste no puede por menos de abrirse al de los otros seres humanos. Sin haber mirado de cerca a Dios, puede pasar desapercibido todo el dolor de los que desde niños, han sufrido la falta de ternura, de amor y de pan. Muchos que nacen en esta escuela se entrenan en un duro aprendizaje, caldo de cultivo para todas las desgracias.
Dios quiere que vivamos como hermanos, hijos del mismo Padre. La realidad es bien distinta y bien distante de sus deseos. El mundo se desangra por las guerras, por la falta de justicia social. No reina la ley del amor, sino del odio, del rencor. El más fuerte impone las reglas del juego. El 80% de las riquezas del mundo están en manos de un 20%.
¿Qué hacer para tomar conciencia de que necesitamos cambiar? Es fundamental la educación. Los niños y jóvenes deben aprender por ósmosis a amar, a compartir, a ser los constructores de una sociedad más humana y más divina. La escuela es importante para este aprendizaje, pero el hogar es imprescindible.
Algunas escuelas y familias aprovechan el tiempo de vacaciones para que los jóvenes puedan acercarse al mundo de los pobres, para tocar puertas y abrir corazones. Algunos hablan de misionar y ser misionados al mismo tiempo. Puede ayudarnos el testimonio de una adolescente, que traigo aquí algunas de sus reflexiones. Dice así:
Desde la primera casa que entré me di cuenta de que no habíamos venido a misionar, sino a ser misionados. Bajo lluvia y frío tocamos todas las puertas, y con cada una que se abría, también se abría una más en nuestro corazón, tanto así que terminamos todos con los corazones abiertos a la entrega.
Cuando vine a misionar no esperaba nada más que aventurarme un poco al frío, pero me equivoqué. Viví la realidad de un modo totalmente. Viví lo que es aprender a amarse como una familia, aprendí lo que es un hogar. Vi de cerca una casita hecha con unas cuantas ramas, sin agua; vi a un bebé recién nacido temblar de frío y a los chicos que caminaban descalzos, pero andaban contentos porque tenían una familia.
Aunque no haya nacido aquí, con esta gente quiero llorar y reír. Estas familias, también son mi familia, porque no es sólo familia los de la misma sangre, sino todos los que se les quiere, se les escucha y se sabe que son hermanos.
Mientras hablaba en la capilla lloré de emoción, desde lo más profundo de mi alma lloré porque me tenía que ir y ver que había alcanzado un sueño. Mas las misiones no habían terminado, simplemente acababan de empezar a abrir los ojos y el corazón a Dios y a los otros.
Fr.Eusebio Gómez Navarro O.C.D
Un día hallándose de paso en Nueva York, Dominique Lapierre lee en un periódico la noticia sorprendente: “La Madre Teresa de Calcuta ha abierto, en pleno corazón de las calles más calientes de Manhatan, un hogar para acoger las víctimas del sida sin recursos. Seis hermanas atienden a presidiarios de Sing, toxicómanos negros de Harlem, visitantes asiduos de los lupanares “gay” cercanos”.
Siempre me entusiasma el ver personas que dedican su vida a atender a los más necesitados: pobres, enfermos, ancianos... Un día se encontraron con el Dios de la vida desde los gritos de cólera, desde los sollozos de la rebeldía de los cuerpos deshechos. Entonces decidieron entregar su vida para ser fuerza de una vida que se iba secando por falta de savia.
Cuando el ser humano da cabida a Dios en su corazón, éste no puede por menos de abrirse al de los otros seres humanos. Sin haber mirado de cerca a Dios, puede pasar desapercibido todo el dolor de los que desde niños, han sufrido la falta de ternura, de amor y de pan. Muchos que nacen en esta escuela se entrenan en un duro aprendizaje, caldo de cultivo para todas las desgracias.
Dios quiere que vivamos como hermanos, hijos del mismo Padre. La realidad es bien distinta y bien distante de sus deseos. El mundo se desangra por las guerras, por la falta de justicia social. No reina la ley del amor, sino del odio, del rencor. El más fuerte impone las reglas del juego. El 80% de las riquezas del mundo están en manos de un 20%.
¿Qué hacer para tomar conciencia de que necesitamos cambiar? Es fundamental la educación. Los niños y jóvenes deben aprender por ósmosis a amar, a compartir, a ser los constructores de una sociedad más humana y más divina. La escuela es importante para este aprendizaje, pero el hogar es imprescindible.
Algunas escuelas y familias aprovechan el tiempo de vacaciones para que los jóvenes puedan acercarse al mundo de los pobres, para tocar puertas y abrir corazones. Algunos hablan de misionar y ser misionados al mismo tiempo. Puede ayudarnos el testimonio de una adolescente, que traigo aquí algunas de sus reflexiones. Dice así:
Desde la primera casa que entré me di cuenta de que no habíamos venido a misionar, sino a ser misionados. Bajo lluvia y frío tocamos todas las puertas, y con cada una que se abría, también se abría una más en nuestro corazón, tanto así que terminamos todos con los corazones abiertos a la entrega.
Cuando vine a misionar no esperaba nada más que aventurarme un poco al frío, pero me equivoqué. Viví la realidad de un modo totalmente. Viví lo que es aprender a amarse como una familia, aprendí lo que es un hogar. Vi de cerca una casita hecha con unas cuantas ramas, sin agua; vi a un bebé recién nacido temblar de frío y a los chicos que caminaban descalzos, pero andaban contentos porque tenían una familia.
Aunque no haya nacido aquí, con esta gente quiero llorar y reír. Estas familias, también son mi familia, porque no es sólo familia los de la misma sangre, sino todos los que se les quiere, se les escucha y se sabe que son hermanos.
Mientras hablaba en la capilla lloré de emoción, desde lo más profundo de mi alma lloré porque me tenía que ir y ver que había alcanzado un sueño. Mas las misiones no habían terminado, simplemente acababan de empezar a abrir los ojos y el corazón a Dios y a los otros.
Fr.Eusebio Gómez Navarro O.C.D
miércoles, 9 de noviembre de 2011
REFLEJO DE TUS ACCIONES
Reflejo de tus acciones
Conducía camino a mi casa durante una noche lluviosa; delante de mi iba otro automóvil que constatemente me deslumbraba con una luz proveniente de la parte de atrás del automóvil.
Me molesté pues a demás de la lluvia y el estado de la carretera tenía que lidiar con el destello que aquel automóvil me reflejaba. Pensé que algún niño travieso llevaba algún artefacto luminoso e iba jugando por la carretera.
Más adelante llegamos a un semáforo donde un poco molesto me coloqué al lado de aquel automóvil, cuando se abrió la ventana del otro auto y el conductor me dijo:
- "Disculpe, pero su luz izquierda está desprendida Debería repararla o puede tener algún accidente"
Me dí cuenta entonces que el reflejo era producto de mi luz averiada.
Esto me hizo reflexionar mucho sobre lo que pensamos de los demás. A veces una actitud negativa o mala de otras personas, puede no ser mas que el reflejo de nuestras acciones en aquella persona.
Comprendí entonces las palabras de Jesús de tratar a los demás como quisiéramos ser tratados, y servir como si fuéramos los últimos para así ser los primeros.
Mantén la paz con tus amigos y compañeros, y antes de criticar o juzgar, mira tu corazón y piensa si aquello no es el resultado de tus acciones para con aquella persona Y recuerda no juzgar pues con la misma medida serás juzgado, deja el juicio y a Dios, que ES MISERICORDIOSO, lento para enojarse y generoso para
perdonar.
Conducía camino a mi casa durante una noche lluviosa; delante de mi iba otro automóvil que constatemente me deslumbraba con una luz proveniente de la parte de atrás del automóvil.
Me molesté pues a demás de la lluvia y el estado de la carretera tenía que lidiar con el destello que aquel automóvil me reflejaba. Pensé que algún niño travieso llevaba algún artefacto luminoso e iba jugando por la carretera.
Más adelante llegamos a un semáforo donde un poco molesto me coloqué al lado de aquel automóvil, cuando se abrió la ventana del otro auto y el conductor me dijo:
- "Disculpe, pero su luz izquierda está desprendida Debería repararla o puede tener algún accidente"
Me dí cuenta entonces que el reflejo era producto de mi luz averiada.
Esto me hizo reflexionar mucho sobre lo que pensamos de los demás. A veces una actitud negativa o mala de otras personas, puede no ser mas que el reflejo de nuestras acciones en aquella persona.
Comprendí entonces las palabras de Jesús de tratar a los demás como quisiéramos ser tratados, y servir como si fuéramos los últimos para así ser los primeros.
Mantén la paz con tus amigos y compañeros, y antes de criticar o juzgar, mira tu corazón y piensa si aquello no es el resultado de tus acciones para con aquella persona Y recuerda no juzgar pues con la misma medida serás juzgado, deja el juicio y a Dios, que ES MISERICORDIOSO, lento para enojarse y generoso para
perdonar.
Eficacia de las tres Avemarias
Eficacia de las tres Avemarias
Andrés Molina Prieto, pbro.
El P. Nazario Pérez, ejemplar jesuita fallecido santamente hace varias décadas y fecundo escritor mariano, que tanto ha contribuido con su pluma a difundir la devoción a la Virgen y la consagración según el espíritu de san Luís María Grignion de Montfort, asegura la autenticidad del hecho que narramos a continuación.
Estando un sacerdote en el confesonario de la Capilla Angélica de la Virgen del Pilar en Zaragoza, vio a un militar allí rezando, quien por tres veces salió y volvió a entrar. Iba ya el padre a salir del confesionario, cuando le detiene el militar diciendo: "Espere, quiero confesarme, pero le voy a contar lo que me pasa. Hace muchos años que no vivo como cristiano. Al morir mi madre me hizo dos encargos: rezar todos los días tres Avemarías y hacer una visita a la Virgen del Pilar de Zaragoza. Siempre he rezado las tres Avemarías, y hoy, aunque sentía tentaciones de dilatarlo, he venido a hacer la visita. Rezando a los pies de la Virgen, he sentido una voz interior que me decía: "Confiésate", y he respondido: "No quiero". De nuevo he oído la misma voz: "Confiésate", y por segunda vez he constestado: "Antes morir". Por tercera vez he oído la voz misteriosa: "Confiésate o mueres". Por dos veces me he levantado para salir de la iglesia y no he podido. He tenido que volver a los pies de la Virgen. Ya no puedo resistir más. Padre, quiero confesarme. Hace treinta y seis años que no lo hago".
El militar arrepentido se confesó, comulgó y pasó todo aquel día a los pies de la Virgen. Cuando el sacristán por la noche tuvo que cerrar las puertas, le mandó salir y vio que el sitio donde había estado quedaba humedecido por las lágrimas.
COMENTARIO BREVE. La fidelidad al rezo de las tres Avemarías hizo el milagro moral de la conversión del militar que hemos referido, como ha originado y seguirá provocando innumerables conversiones. La narración sincera de lo que ocurrió en la Capilla Angélica acredita que estamos ante una extraordinaria intervención de Nuestra Señora Intercesora y Medianera de todas las gracias. Ella sabe mover el corazón de un pecador endurecido y reacio al Sacramento de la Reconciliación, pero muy perseverante en obsequiarla a diario con las tres Avemarías.
En el Libro de las Revelaciones (particulares) de santa Matilde se lee que, encontrándose la sierva de Dios en oración pidiendo a la Virgen que la asistiera en la hora de la muerte, oyó esta amabilísima respuesta: "Sí que te asistiré. Pero quiero que me reces todos los días tres Avemarías para agradecer las gracias obradas en mí por las tres Personas de la Santísima Trinidad: Del Padre recibí el poder. Del Hijo recibí la sabiduría. Y por el Espíritu Santo me fue otorgada la misericordia".
¡Hermosa y sencilla devoción, facilísima de cumplir, y que se ve recompensada tan espléndidamente por nuestra Señora! Que nunca la dejemos por nada del mundo.
Andrés Molina Prieto, pbro.
El P. Nazario Pérez, ejemplar jesuita fallecido santamente hace varias décadas y fecundo escritor mariano, que tanto ha contribuido con su pluma a difundir la devoción a la Virgen y la consagración según el espíritu de san Luís María Grignion de Montfort, asegura la autenticidad del hecho que narramos a continuación.
Estando un sacerdote en el confesonario de la Capilla Angélica de la Virgen del Pilar en Zaragoza, vio a un militar allí rezando, quien por tres veces salió y volvió a entrar. Iba ya el padre a salir del confesionario, cuando le detiene el militar diciendo: "Espere, quiero confesarme, pero le voy a contar lo que me pasa. Hace muchos años que no vivo como cristiano. Al morir mi madre me hizo dos encargos: rezar todos los días tres Avemarías y hacer una visita a la Virgen del Pilar de Zaragoza. Siempre he rezado las tres Avemarías, y hoy, aunque sentía tentaciones de dilatarlo, he venido a hacer la visita. Rezando a los pies de la Virgen, he sentido una voz interior que me decía: "Confiésate", y he respondido: "No quiero". De nuevo he oído la misma voz: "Confiésate", y por segunda vez he constestado: "Antes morir". Por tercera vez he oído la voz misteriosa: "Confiésate o mueres". Por dos veces me he levantado para salir de la iglesia y no he podido. He tenido que volver a los pies de la Virgen. Ya no puedo resistir más. Padre, quiero confesarme. Hace treinta y seis años que no lo hago".
El militar arrepentido se confesó, comulgó y pasó todo aquel día a los pies de la Virgen. Cuando el sacristán por la noche tuvo que cerrar las puertas, le mandó salir y vio que el sitio donde había estado quedaba humedecido por las lágrimas.
COMENTARIO BREVE. La fidelidad al rezo de las tres Avemarías hizo el milagro moral de la conversión del militar que hemos referido, como ha originado y seguirá provocando innumerables conversiones. La narración sincera de lo que ocurrió en la Capilla Angélica acredita que estamos ante una extraordinaria intervención de Nuestra Señora Intercesora y Medianera de todas las gracias. Ella sabe mover el corazón de un pecador endurecido y reacio al Sacramento de la Reconciliación, pero muy perseverante en obsequiarla a diario con las tres Avemarías.
En el Libro de las Revelaciones (particulares) de santa Matilde se lee que, encontrándose la sierva de Dios en oración pidiendo a la Virgen que la asistiera en la hora de la muerte, oyó esta amabilísima respuesta: "Sí que te asistiré. Pero quiero que me reces todos los días tres Avemarías para agradecer las gracias obradas en mí por las tres Personas de la Santísima Trinidad: Del Padre recibí el poder. Del Hijo recibí la sabiduría. Y por el Espíritu Santo me fue otorgada la misericordia".
¡Hermosa y sencilla devoción, facilísima de cumplir, y que se ve recompensada tan espléndidamente por nuestra Señora! Que nunca la dejemos por nada del mundo.
martes, 8 de noviembre de 2011
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
Señor Jesús, que me conozca a mi
y que te conozca a Ti,
Que no desee otra cosa sino a Ti.
Que me odie a mí y te ame a Ti.
Y que todo lo haga siempre por Ti.
Que me humille y que te exalte a Ti.
Que no piense nada más que en Ti.
Que me mortifique, para vivir en Ti.
Y que acepte todo como venido de Ti.
Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti.
Que siempre escoja seguirte a Ti.
Que huya de mí y me refugie en Ti.
Y que merezca ser protegido por Ti.
Que me tema a mí y tema ofenderte a Ti.
Que sea contado entre los elegidos por Ti.
Que desconfíe de mí
y ponga toda mi confianza en Ti.
Y que obedezca a otros por amor a Ti.
Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti.
Que quiera ser pobre por amor a Ti.
Mírame, para que sólo te ame a Ti.
Llámame, para que sólo te busque a Ti.
Y concédeme la gracia
de gozar para siempre de Ti. Amén.
Señor Jesús, que me conozca a mi
y que te conozca a Ti,
Que no desee otra cosa sino a Ti.
Que me odie a mí y te ame a Ti.
Y que todo lo haga siempre por Ti.
Que me humille y que te exalte a Ti.
Que no piense nada más que en Ti.
Que me mortifique, para vivir en Ti.
Y que acepte todo como venido de Ti.
Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti.
Que siempre escoja seguirte a Ti.
Que huya de mí y me refugie en Ti.
Y que merezca ser protegido por Ti.
Que me tema a mí y tema ofenderte a Ti.
Que sea contado entre los elegidos por Ti.
Que desconfíe de mí
y ponga toda mi confianza en Ti.
Y que obedezca a otros por amor a Ti.
Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti.
Que quiera ser pobre por amor a Ti.
Mírame, para que sólo te ame a Ti.
Llámame, para que sólo te busque a Ti.
Y concédeme la gracia
de gozar para siempre de Ti. Amén.
CARGAR LAS PIEDRAS...
Cargar las piedras
Hu-Ssong propuso a sus discípulos el siguiente relato:
-Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra. Igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar. ¿Qué piensan ustedes de ese hombre?
-Que es un necio -respondió uno de los discípulos-. ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?
Dijo Hu-Ssong:
-Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han
hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias
equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos.
Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros,
nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro.
Así dijo Hu-Ssong, y los discípulos se hicieron el propósito de no cargar
nunca el peso del odio o del resentimiento.
Hu-Ssong propuso a sus discípulos el siguiente relato:
-Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra. Igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar. ¿Qué piensan ustedes de ese hombre?
-Que es un necio -respondió uno de los discípulos-. ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?
Dijo Hu-Ssong:
-Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han
hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias
equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos.
Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros,
nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro.
Así dijo Hu-Ssong, y los discípulos se hicieron el propósito de no cargar
nunca el peso del odio o del resentimiento.
LA OTRA ORILLA
La otra orilla
Por qué miras siempre hacia el otro lado?
¿Por qué piensas siempre que los otros, amigos, conocidos y vecinos, son más dichosos, y dices con ligereza: a los otros les va mucho mejor, y yo doy lo mejor de mí y no llego a nada?
La otra orilla siempre es más bella. Yace muy lejos.
Como petrificado, miras fijamente hacia la bella claridad.
Jamás tuviste en cuenta que también los de la otra orilla te observan y piensan que posees mucha mas felicidad, pues ellos solo ven tu parte agradable.
Tus pequeñas y grandes preocupaciones no las conocen.
Vivir feliz es un arte.
Para ello conviene sentirse satisfecho.
La felicidad no está en la otra orilla...Está en tu forma de ver tu orilla!!!!
Aprecia la orilla donde Dios te puso, y no creas que la otra es la mejor, pues Dios te puso donde debes estar.
Por qué miras siempre hacia el otro lado?
¿Por qué piensas siempre que los otros, amigos, conocidos y vecinos, son más dichosos, y dices con ligereza: a los otros les va mucho mejor, y yo doy lo mejor de mí y no llego a nada?
La otra orilla siempre es más bella. Yace muy lejos.
Como petrificado, miras fijamente hacia la bella claridad.
Jamás tuviste en cuenta que también los de la otra orilla te observan y piensan que posees mucha mas felicidad, pues ellos solo ven tu parte agradable.
Tus pequeñas y grandes preocupaciones no las conocen.
Vivir feliz es un arte.
Para ello conviene sentirse satisfecho.
La felicidad no está en la otra orilla...Está en tu forma de ver tu orilla!!!!
Aprecia la orilla donde Dios te puso, y no creas que la otra es la mejor, pues Dios te puso donde debes estar.
lunes, 7 de noviembre de 2011
LO QUE NECESITAMOS...
LO QUE NO NECESITAMOS...
Estaba Sócrates caminando por la tienda de túnicas cuando sus discípulos miraban tal acto y decidieron reunir dinero para entregarlo a Sócrates y que éste se comprara una túnica nueva ya que la suya estaba sucia, vieja y rota.
Cuando los discípulos reunieron cierta cantidad de dinero, fueron y se lo entregaron a Sócrates:
Discípulos: Sócrates, hemos reunido este dinero para que usted pueda comprarse una túnica nueva ya que la suya está vieja y maltratada.
Sócrates: Queridos discípulos, yo no necesito comprarme nada, estoy bien con lo que tengo.
Discípulos: Pero maestro si lo vemos desde hace rato parado frente a la vitrina de esta tienda mirando las túnicas.
Sócrates: Os equivocáis, yo no miro las túnicas ni las ropas, yo veo todo aquello que no necesito.
A veces nos entretenemos por buscar algo que no necesitamos, nos rodeamos de muchas cosas que guardamos por tanto tiempo , que al final ni las utilizamos.
Debemos saber discernir qué es lo que verdaderamente necesitamos y si esto nos va a ayudar en realidad.
Estaba Sócrates caminando por la tienda de túnicas cuando sus discípulos miraban tal acto y decidieron reunir dinero para entregarlo a Sócrates y que éste se comprara una túnica nueva ya que la suya estaba sucia, vieja y rota.
Cuando los discípulos reunieron cierta cantidad de dinero, fueron y se lo entregaron a Sócrates:
Discípulos: Sócrates, hemos reunido este dinero para que usted pueda comprarse una túnica nueva ya que la suya está vieja y maltratada.
Sócrates: Queridos discípulos, yo no necesito comprarme nada, estoy bien con lo que tengo.
Discípulos: Pero maestro si lo vemos desde hace rato parado frente a la vitrina de esta tienda mirando las túnicas.
Sócrates: Os equivocáis, yo no miro las túnicas ni las ropas, yo veo todo aquello que no necesito.
A veces nos entretenemos por buscar algo que no necesitamos, nos rodeamos de muchas cosas que guardamos por tanto tiempo , que al final ni las utilizamos.
Debemos saber discernir qué es lo que verdaderamente necesitamos y si esto nos va a ayudar en realidad.
SABER MIRAR...
Saber mirar
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
Un día, al atardecer, un campesino se sentó a la puerta de su casa a tomar el fresco. Pasaba por allá el sendero en dirección al cercano pueblo.
Un hombre que iba de camino, al divisar al campesino sentado pensó para sí: Este hombre es un perezoso. No trabaja, y pasa el día sin hacer nada sentado a su puerta.
Y siguió de largo.
Luego cruzó otro hombre en dirección al pueblo y, al ver al campesino sentado rumió en su interior: Ese hombre es un mujeriego. Pasa el rato sentado junto al camino para apreciar el paso de las muchachas y alternar con ellas.
Y siguió de largo.
Pasó otro viajero en dirección al pueblo y, al ver al campesino sentado junto a la puerta de su casa, reflexión para sí: Este hombre es muy trabajador. Ha trabajado duro todo el día y ahora, al caer la tarde, se toma un merecido descanso.
Segundo Galilea
“La lámpara del cuerpo es el ojo; si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; si tu ojo está malo, todo tu cuerpo está a oscuras” (Mt, 6.22.23).
Los ojos son la expresión de lo que somos: alegría, tristeza, bondad o malicia. Ellos ponen al descubierto lo que llevamos dentro: codicia, avaricia, envidia…amor. Con la mirada salvamos o matamos.
Cristo, porque era todo amor, curó y sanó a través de su mirada. Miró con cariño al joven que quería seguirle y le dijo: “sólo una cosa te falta” (Mc. 10.21). Miraba con cercanía a todos porque El estaba muy unido al Padre, siempre alzaba y levantaba los ojos al Padre para pedirle, darle gracias, entregarse (Mc 6.41. 7.34).
Los ojos de un niño son la lumbrera de nuestra humanidad. No sólo tendríamos que ver a través de ellos, sino también leer los signos y mirar profunda y contemplativamente al Dios de nuestra salvación. Si los padres pudieran sacar cada día diez minutos para ver de cerca los ojos de sus hijos, sin parpadear, todo el “otro que han perdido”, todos los valores que han despilfarrado, volverían a sus manos. Cuando se acepta la presencia de un niño, su inocencia, y se escucha el palpitar de su corazón, no habrá corazón endurecido que pueda resistir la explosión de ternura y vida.
Dios es la lumbre de los ojos para quien no lleva los ojos en otra cosa ni cuidado si no es en Dios. Quien mira la bondad de Dios, podrá descubrir lo bueno del otro, porque mirará con el corazón de Dios. Tendrá la mirada tierna de un niño.
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
Un día, al atardecer, un campesino se sentó a la puerta de su casa a tomar el fresco. Pasaba por allá el sendero en dirección al cercano pueblo.
Un hombre que iba de camino, al divisar al campesino sentado pensó para sí: Este hombre es un perezoso. No trabaja, y pasa el día sin hacer nada sentado a su puerta.
Y siguió de largo.
Luego cruzó otro hombre en dirección al pueblo y, al ver al campesino sentado rumió en su interior: Ese hombre es un mujeriego. Pasa el rato sentado junto al camino para apreciar el paso de las muchachas y alternar con ellas.
Y siguió de largo.
Pasó otro viajero en dirección al pueblo y, al ver al campesino sentado junto a la puerta de su casa, reflexión para sí: Este hombre es muy trabajador. Ha trabajado duro todo el día y ahora, al caer la tarde, se toma un merecido descanso.
Segundo Galilea
“La lámpara del cuerpo es el ojo; si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; si tu ojo está malo, todo tu cuerpo está a oscuras” (Mt, 6.22.23).
Los ojos son la expresión de lo que somos: alegría, tristeza, bondad o malicia. Ellos ponen al descubierto lo que llevamos dentro: codicia, avaricia, envidia…amor. Con la mirada salvamos o matamos.
Cristo, porque era todo amor, curó y sanó a través de su mirada. Miró con cariño al joven que quería seguirle y le dijo: “sólo una cosa te falta” (Mc. 10.21). Miraba con cercanía a todos porque El estaba muy unido al Padre, siempre alzaba y levantaba los ojos al Padre para pedirle, darle gracias, entregarse (Mc 6.41. 7.34).
Los ojos de un niño son la lumbrera de nuestra humanidad. No sólo tendríamos que ver a través de ellos, sino también leer los signos y mirar profunda y contemplativamente al Dios de nuestra salvación. Si los padres pudieran sacar cada día diez minutos para ver de cerca los ojos de sus hijos, sin parpadear, todo el “otro que han perdido”, todos los valores que han despilfarrado, volverían a sus manos. Cuando se acepta la presencia de un niño, su inocencia, y se escucha el palpitar de su corazón, no habrá corazón endurecido que pueda resistir la explosión de ternura y vida.
Dios es la lumbre de los ojos para quien no lleva los ojos en otra cosa ni cuidado si no es en Dios. Quien mira la bondad de Dios, podrá descubrir lo bueno del otro, porque mirará con el corazón de Dios. Tendrá la mirada tierna de un niño.
EL ÁRBOL QUE DABA MANZANAS
El árbol que daba manzanas
Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y el le daba sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.
Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.
Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste:
"¿Vienes a jugar conmigo?" pero el muchacho contestó "Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos".
"Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero... Te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes".
El muchacho se sintió muy feliz.
Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz.
Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste.
Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó:
"¿Vienes a jugar conmigo?" "No tengo tiempo para jugar. Debo de trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos.
Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y el le daba sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.
Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.
Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste:
"¿Vienes a jugar conmigo?" pero el muchacho contestó "Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos".
"Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero... Te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes".
El muchacho se sintió muy feliz.
Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz.
Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste.
Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó:
"¿Vienes a jugar conmigo?" "No tengo tiempo para jugar. Debo de trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos.
LA CONFESIÓN, LA IMPORTANCIA QUE MERECE
Autor: P. Fernando Pascual L.C.
| Fuente: Catholic net
Darle a la confesión la importancia que merece |
|||
Para el cristiano un tema central, decisivo, del cual depende la vida eterna de miles y miles de personas, es el de la confesión. | |||
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sábado, 5 de noviembre de 2011
ALÉGRATE....
Alégrate
Autor: Amado Nervo
Si eres pequeño, alégrate;
porque tu pequeñez sirve de contraste
a otros en el universo; porque esa pequeñez
constituye la razón esencial de su grandeza;
porque para ser ellos grandes,
han necesitado que tu seas pequeño,
como la montaña para culminar
necesita alzarse entre colinas, lomas y cerros.
Si eres grande, alégrate, porque lo inevitable se manifestó en ti
de manera excelente, porque eres un éxito del artista eterno.
Si eres sano, alégrate; porque en ti las fuerzas de la naturaleza
han llegado a la ponderación y a la armonía.
Si eres enfermo, alégrate; porque luchan en tu organismo
fuerzas contrarias que acaso buscan una resultante de belleza
porque en ti se ensaya ese divino alquimista que se llama el dolor.
Si eres rico, alégrate, por toda la fuerza que el Destino
ha puesto en tus manos para que la derrames...
Si eres pobre, alégrate; porque tus alas serán más ligeras;
porque la vida te sujetará menos; porque el Padre realizara en ti
más directamente que en el rico, el amable prodigio periódico del pan cotidiano...
Alégrate si amas; porque eres más semejante a Dios que los otros.
Alégrate si eres amado; porque hay en esto una predestinación maravillosa.
Alégrate si eres pequeño,
alégrate si eres grande;
alégrate si tienes salud;
alégrate si la has perdido;
alégrate si eres rico;
si eres pobre, alégrate;
alégrate si te aman;
si amas, alégrate;
¡alégrate, siempre,
siempre, siempre!
Autor: Amado Nervo
Si eres pequeño, alégrate;
porque tu pequeñez sirve de contraste
a otros en el universo; porque esa pequeñez
constituye la razón esencial de su grandeza;
porque para ser ellos grandes,
han necesitado que tu seas pequeño,
como la montaña para culminar
necesita alzarse entre colinas, lomas y cerros.
Si eres grande, alégrate, porque lo inevitable se manifestó en ti
de manera excelente, porque eres un éxito del artista eterno.
Si eres sano, alégrate; porque en ti las fuerzas de la naturaleza
han llegado a la ponderación y a la armonía.
Si eres enfermo, alégrate; porque luchan en tu organismo
fuerzas contrarias que acaso buscan una resultante de belleza
porque en ti se ensaya ese divino alquimista que se llama el dolor.
Si eres rico, alégrate, por toda la fuerza que el Destino
ha puesto en tus manos para que la derrames...
Si eres pobre, alégrate; porque tus alas serán más ligeras;
porque la vida te sujetará menos; porque el Padre realizara en ti
más directamente que en el rico, el amable prodigio periódico del pan cotidiano...
Alégrate si amas; porque eres más semejante a Dios que los otros.
Alégrate si eres amado; porque hay en esto una predestinación maravillosa.
Alégrate si eres pequeño,
alégrate si eres grande;
alégrate si tienes salud;
alégrate si la has perdido;
alégrate si eres rico;
si eres pobre, alégrate;
alégrate si te aman;
si amas, alégrate;
¡alégrate, siempre,
siempre, siempre!
COMENZAR...
Comenzar...
Que tiene de importante el comienzo de un nuevo año?
Muchos piensan que es un nuevo comienzo, es el dejar atrás las cosas viejas y empezar otras nuevas. Pero yo te digo... no pienses que el comenzar requiere un nuevo año.
No importa la estación... No importa el dia o la hora... No
importa si te perdiste en el camino... lo que tienes que hacer es bajar tu cabeza y pedirle al Padre que perdone tus pecados...
Entonces puedes comenzar de nuevo. Un nuevo comienzo... una nueva vida. No te preocupes si tropiezas y caes porque el Señor siempre te recogerá cuando le llames.
Olvida las resoluciones de año nuevo... haz un compromiso de caminar en la luz de Cristo, entonces te regocijaras cada dia de tu vida.
Así que recuerda, amigo/a, no esperes por las campanadas de medianoche, sino que coge tu Biblia hoy y lee Su Santa Palabra y simplemente comienza...
Que tiene de importante el comienzo de un nuevo año?
Muchos piensan que es un nuevo comienzo, es el dejar atrás las cosas viejas y empezar otras nuevas. Pero yo te digo... no pienses que el comenzar requiere un nuevo año.
No importa la estación... No importa el dia o la hora... No
importa si te perdiste en el camino... lo que tienes que hacer es bajar tu cabeza y pedirle al Padre que perdone tus pecados...
Entonces puedes comenzar de nuevo. Un nuevo comienzo... una nueva vida. No te preocupes si tropiezas y caes porque el Señor siempre te recogerá cuando le llames.
Olvida las resoluciones de año nuevo... haz un compromiso de caminar en la luz de Cristo, entonces te regocijaras cada dia de tu vida.
Así que recuerda, amigo/a, no esperes por las campanadas de medianoche, sino que coge tu Biblia hoy y lee Su Santa Palabra y simplemente comienza...
viernes, 4 de noviembre de 2011
PIENSA BIEN Y ACERTARÁS
Piensa bien y acertarás
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
En nuestras manos está el ser libres o esclavos. Nosotros mismos nos hacemos señores o dependientes de lo que somos y tenemos. Los pensamientos, según sean, hacen de nosotros personas libres o esclavas. “Nuestras vidas son el producto de nuestros pensamientos” (Marco Aurelio).
Indudablemente que cada uno es lo que piensa. Si se piensa en cosas tristes, se vivirá tristemente; si se piensa en positivo, se vivirá alegremente. Si el miedo al fracaso se ha apoderado de nuestra mente y nuestro corazón, no tardaremos en ver cómo toda nuestra existencia se arruina. Es, pues, necesario acostumbrarse a pensar bien. El que la vida sea bella o trágica depende, muchas veces, de cómo se piense, de cómo se oriente. Si se mejora el pensamiento sobre las cosas y personas, todo mejorará en la vida. “Lo que amarga nuestra vida es que pensamos muy poco en lo bueno que tenemos y vivimos pensando en lo que nos falta” (Schopenhauer). La felicidad está en disfrutar lo que se tiene y no vivir quejándose de lo que falta.
Para cambiar los pensamientos, los dolores y los problemas, se tiene que actuar como si no existieran. Hay personas que ponen peros a todo. Son profetas de lamentaciones, de aguar cualquier fiesta y matar hasta las ilusiones más puras. Es necesario reemplazar los pensamientos y palabras tristes por pensamientos, palabras y obras positivas y entusiastas. “La acción logra cambiar los sentimientos. Así que si alguien siente que ha perdido alegría y entusiasmo, que se dedique a obrar como si tuviera entusiasmo y alegría, y verá cómo la acción transforma su sentimiento” (W. James).
Para cambiar los pensamientos, los dolores y los problemas, se tiene que actuar como si no existieran. Hay personas que ponen peros a todo. Son profetas de lamentaciones, de aguar cualquier fiesta y matar hasta las ilusiones más puras. Es necesario reemplazar los pensamientos y palabras tristes por pensamientos, palabras y obras positivas y entusiastas. “La acción logra cambiar los sentimientos. Así que si alguien siente que ha perdido alegría y entusiasmo, que se dedique a obrar como si tuviera entusiasmo y alegría, y verá cómo la acción transforma su sentimiento” (W. James).
“Al mal tiempo, buena cara”, dice el refrán popular. Buena cara pedía San Francisco de Asís a sus frailes: “Tengan cuidado para no aparecer jamás como melancólicos, con semblante hosco y cabizbajo”. El alegre no se queja por nada; en cambio, el triste se queja de todo. “Las personas más desdichadas que he conocido no son las más enfermas, ni las más pobres, ni las más ignorantes, sino las que no sienten amor a Dios y las que no tienen alegría” (Madre Teresa de Calcuta).
Hay una receta mágica que obra milagros hasta en el corazón más herido y endurecido: dejar los problemas a Dios y darle gracias por todo. Hay un buen negocio al alcance de cualquiera: cambiar quejas por acción de gracias.
Nunca tenemos que angustiarnos, aunque el problema sea enorme. Hay que hacer lo que se pueda y el resto dejárselo a Dios. “Descarga en Yahvé tu peso, y él te sustentará” (Sal 55,23). Cada día hay que renovar fuerzas y energías, olvidándose de las espinas de ayer, confiando en Jesús. “En el mundo tendréis dificultades. Pero, ¡ánimo!: yo he vencido al mundo” (Jn 16,33).
Hay que agradecer a Dios todo lo que nos ha dado. Hay que acostumbrarse a ver con los ojos de Dios, a creer profundamente que de todo lo que acontece se puede sacar provecho...
Hay que agradecer a Dios todo lo que nos ha dado. Hay que acostumbrarse a ver con los ojos de Dios, a creer profundamente que de todo lo que acontece se puede sacar provecho...
El hombre «light»
El hombre «light»
El
adjetivo inglés «light» en su sentido originario viene referido a
cierto tipo de productos alimenticios: la coca-cola light sin cafeína ya
no será la «chispa de la vida», la cerveza light sin alcohol, la
mantequilla light sin grasa, la sacarina light o azúcar sin glucosa.
Al
decir hombre «light» queremos definir a ese tipo de hombre sin
sustancia, ligero, casi vacío, hueco por dentro, con mucha fachada y
escaso fondo, que vive de impresiones, de fogonazos, sin ninguna
resonancia interior, sin brío y sin brillo. Esta palabra se puso de moda
en USA hacia los años ochenta y después llegó a Europa y a todo el
mundo.
I. Perfil espiritual del hombre light:
1) Horizontalista: sin esa verticalidad que dan las virtudes teologales que oxigenan el espíritu y conectan inmediatamente con Dios, que nos ponen en su misma onda y sintonía hertziana. El hombre light vive la hipertrofia de lo material, de lo inmediato para satisfacer las necesidades más elementares y primarias (comer, divertirse, dormir, vestirse) y no busca satisfacer las necesidades íntimas: su hambre de Dios, de eternidad, de sentido. Ya su mente no busca la verdad suprema... ni su voluntad se adhiere al bien supremo... ni su corazón se enamora del amor supremo. Es una flota sin asideros, una casa sin cimientos, un piso sin columnas.
2)
Desorientado: no sabe a dónde va, qué quiere, qué anhela en la vida de
consagración. Va a la caza de espejismos que encuentra en la cuneta de
la vida, cuando camina por la vereda de su egoísmo. Cuando lo urgente
sería ponerse en el camino de Dios y de su voluntad santísima. Hombre
sin orientación clara: no sabe exactamente a dónde va, qué pretende con
esta formación que está recibiendo. Ha perdido el rumbo. No tiene a Dios
como última referencia de su pensar, querer, obrar.
3)
Desorganizado: Hombre sin programas serios, comprometidos que camina a
la deriva; no se ha sentado para hacerse su mapa de ruta: no tiene
programa de meditaciones, ni de exámenes prácticos, ni de lecturas
espirituales, ni programa de primavera ni de verano ni de otoño ni de
invierno. Vive al «ahí se va», «a lo que se tercie».
4)
Desmotivado: La motivación en general siempre es energía, fuerza,
resorte, incentivo, estímulo interno, impulso para reaccionar frente a
una situación determinada. Por ejemplo, ante la sed se siente uno movido
a buscar algo que le sacie esa sed. Por tanto la motivación viene a ser
como un mecanismo interno de defensa, de autoconservación en la vida.
El hombre light es un hombre sin motivaciones espirituales: no estudia
por motivos espirituales, sino por motivos espúreos: acrecentar su
ciencia y fama, sus intereses y curiosidades intelectuales. No trabaja
sino para conseguir más dinero.
5)
Descrucificado: el hombre light ha tirado a la cuneta la cruz. Y cuando
no puede, la ha dulcificado, amortigua la aspereza de esa cruz: el
hombre light pone cojines, terciopelo, algodón de su comodidad. Ya la
cruz no pesa, no raspa, no hiere, no se hunde en nuestra carne, no corta
nuestras pasiones, no purifica nuestro corazón, no nos madura, no nos
da peso interior, no nos convierte en corredentores junto con Cristo. Me
contaba ayer un señor que él no entiende lo del sufrimiento y que está
dispuesto a hacer que sus hijos no sufran, como él ha tenido que sufrir
en esta vida.
Autor: Antonio Rivero, L.C.
jueves, 3 de noviembre de 2011
SAN CARLOS BORROMEO - 4 DE NOVIEMBRE
Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net Carlos Borromeo, Santo | |
Arzobispo de Milán, Noviembre 4 | |
Cardenal Arzobispo de MilánEtimología: Carlos = Aquel que es dotado de noble inteligencia, es de origen germánico La gigantesca estatua que sus conciudadanos le dedicaron en Arona, sobre el Lago Mayor en el norte de Italia, expresa muy bien la gran estatura humana y espiritual de este santo activo, bienhechor y comprometido en todos los campos del apostolado cristiano. Había nacido en 1538. Sobrino del Papa Pío IV, fue creado cardenal diácono cuando sólo tenía 21 años. El mismo Papa lo nombró secretario de Estado, siendo el primero que desempeñó este cargo en el sentido moderno. Aún permaneciendo en Roma para dirigir los asuntos, tuvo el privilegio de poder administrar desde lejos la arquidiócesis de Milán. Cuando murió su hermano mayor, renunció definitivamente al título de conde y a la sucesión, y prefirió ser ordenado sacerdote y obispo a los 24 años de edad. Dos años después, muerto el Papa Pío IV, Carlos Borromeo dejó definitivamente Roma y fue recibido triunfalmente en la sede episcopal de Milán, en donde permaneció hasta la muerte, cuando tenía sólo 46 años. En una diócesis que reunía a los pueblos de Lombardía, Venecia, Suiza, Piamonte y Liguria, Carlos estaba presente en todas partes. Su escudo llevaba un lema de una sola palabra: “Humilitas”, humildad. No era una simple curiosidad heráldica, sino una elección precisa: él, noble y riquisimo, se privaba de todo y vivía en contacto con el pueblo para escuchar sus necesidades y confidencias. Fue llamado “padre de los pobres”, y lo fue en el pleno sentido de la palabra. Empleó todos sus bienes en la construcción de hospitales, hospicios y casas de formación para el clero. Se comprometió en llevar adelante las reformas sugeridas por el concilio de Trento, del que fue uno de los principales actores. Animado por un sincero espíritu de reforma, impuso una rígida disciplina al clero y a los religiosos, sin preocuparse por las hostilidades que se iban formando en los que no querían renunciar a ciertos privilegios que brindaba la vida eclesiástica y religiosa. Fue blanco de un atentado mientras rezaba en la capilla, pero salió ileso, perdonando generosamente a su atacante. Durante la larga y terrible epidemia que estalló en 1576, viajó a todos los rincones de su diócesis. Empleó todas las energías y su caridad no conoció límites. Pero su robusta naturaleza tuvo que ceder ante el peso de tanta fatiga. Murió el 3 de noviembre de 1584. Fue canonizado en 1610 por el Papa Pablo V. Si quieres saber más consulta corazones.org |
¿ME REGLAS UNA SONRISA?
¿Me regalas una sonrisa?
Un día, un niño se adentró en la selva, y después de haber caminado mucho, vio una pobre cabaña. Creyendo que la cabaña no estaba habitada, se acercó con toda cautela y miró por las rendijas. Vio a un anciano con una larga barba blanca, echado sobre una cama.
–– “Pasa niño –le dijo–. ¡Ven, acércate! Te sentí llegar cuando estabas a un kilómetro de distancia. ¡Ven!”.
El niño entró, se acercó, y preguntó:
–– “¿Cómo es posible que tú me hayas sentido desde tan lejos?”.
–– “Ves, mi querido amigo –replicó el anciano–, cuando se llega a esta edad es tan grande el deseo de tener a alguien cerca, que es como si prestara su oído al nuestro, para así poder oírle desde lejos. Después de haber visto tantas cosas tengo la nostalgia de una sonrisa, ¿puedes regalarme una sonrisa tuya?”.
Un día, un niño se adentró en la selva, y después de haber caminado mucho, vio una pobre cabaña. Creyendo que la cabaña no estaba habitada, se acercó con toda cautela y miró por las rendijas. Vio a un anciano con una larga barba blanca, echado sobre una cama.
–– “Pasa niño –le dijo–. ¡Ven, acércate! Te sentí llegar cuando estabas a un kilómetro de distancia. ¡Ven!”.
El niño entró, se acercó, y preguntó:
–– “¿Cómo es posible que tú me hayas sentido desde tan lejos?”.
–– “Ves, mi querido amigo –replicó el anciano–, cuando se llega a esta edad es tan grande el deseo de tener a alguien cerca, que es como si prestara su oído al nuestro, para así poder oírle desde lejos. Después de haber visto tantas cosas tengo la nostalgia de una sonrisa, ¿puedes regalarme una sonrisa tuya?”.
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