Rodeados de maravillas...
Un frigorífico es uno de los inventos más útiles creados por el ser humano. ¿A quiénes se lo debemos?
Fue por allá, en 1685, cuando un científico de apellido Lahire descubrió las propiedades refrigerantes del cloruro armónico.
Un siglo más tarde Cullón produjo frío con una máquina neumática y en 1834 Perkins avanzó más al evaporar éter en el vacío.
Fue después, en 1857, cuando Ferdinand Carré causó sensación al mostrar una máquina que fabricaba bloques de hielo gracias al calor.
El mismo construyó un apartado portátil para usos domésticos, y lo que se hizo después fue agregar mejoras ya no tan determinantes.
Como podemos ver, los inventos se deben a muchas personas y casi siempre son el fruto de una gran dedicación y de aceptar fracasos.
Lo grave es que no valoremos a las maravillas que usamos y nos quejemos tanto en lugar de dar gracias sin cesar.
No estaría mal que fijaras este mensaje en tu nevera y, al verlo cada día, te animaras a agradecer y a mirar el lado amable de la vida. ¡Ten presente que vives rodeado de maravillas!
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