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jueves, 1 de septiembre de 2022
lunes, 29 de agosto de 2022
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 29 DE AGOSTO DE 2022 - EL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA
29 de Agosto: El martirio de san Juan Bautista
Lunes 29 de agosto de 2022
1ª Lectura (2Tes 3,6-10.16-18): En nombre de nuestro Señor Jesucristo, hermanos, os mandamos: no tratéis con los hermanos que llevan una vida ociosa y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros. Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. Cuando vivimos con vosotros, os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. Que el Señor de la paz os dé la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros. La despedida va de mi mano, Pablo; ésta es la contraseña en toda carta; ésta es mi letra. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.
Salmo responsorial: 127
R/. Dichosos los que temen al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.
Versículo antes del Evangelio (1Jn 2,5): Aleluya. Quien guarda la palabra de Cristo, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. Aleluya.
Texto del Evangelio (Mc 6,17-29): En aquel tiempo, Herodes había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.
Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino». Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?». Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista». Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.
«Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano’»
+ Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM
(Barcelona, España)
Hoy recordamos el martirio de san Juan Bautista, el Precursor del Mesías. Toda la vida del Bautista gira en torno a la Persona de Jesús, de manera que sin Él, la existencia y la tarea del Precursor del Mesías no tendría sentido.
Ya, desde las entrañas de su madre, siente la proximidad del Salvador. El abrazo de María y de Isabel, dos futuras madres, abrió el diálogo de los dos niños: el Salvador santificaba a Juan, y éste saltaba de entusiasmo dentro del vientre de su madre.
En su misión de Precursor mantuvo este entusiasmo -que etimológicamente significa "estar lleno de Dios"-, le preparó los caminos, le allanó las rutas, le rebajó las cimas, lo anunció ya presente, y lo señaló con el dedo como el Mesías: «He ahí el Cordero de Dios» (Jn 1,36).
Al atardecer de su existencia, Juan, al predicar la libertad mesiánica a quienes estaban cautivos de sus vicios, es encarcelado: «Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano’» (Mc 6,18). La muerte del Bautista es el testimonio martirial centrado en la persona de Jesús. Fue su Precursor en la vida, y también le precede ahora en la muerte cruel.
San Beda nos dice que «está encerrado, en la tiniebla de una mazmorra, aquel que había venido a dar testimonio de la Luz, y había merecido de la boca del mismo Cristo (…) ser denominado "antorcha ardiente y luminosa". Fue bautizado con su propia sangre aquél a quien antes le fue concedido bautizar al Redentor del mundo».
Ojalá que la fiesta del Martirio de san Juan Bautista nos entusiasme, en el sentido etimológico del término, y, así, llenos de Dios, también demos testimonio de nuestra fe en Jesús con valentía. Que nuestra vida cristiana también gire en torno a la Persona de Jesús, lo cual le dará su pleno sentido.
HOY SE CELEBRA EL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA, PROFETA Y MÁRTIR DE LA VERDAD, 29 DE AGOSTO
Hoy se celebra el martirio de San Juan Bautista, profeta y mártir de la verdad
Redacción ACI Prensa
Cada 29 de agosto la Iglesia Católica conmemora el Martirio de San Juan Bautista, el gran precursor del nacimiento, la predicación y la muerte de Jesucristo. Juan, primo del Señor, fue condenado a muerte por haber anunciado la verdad y denunciado aquellas conductas del pueblo de Israel que ofendían a Dios.
Antigua y profunda veneración
San Juan Bautista es el único santo al que se celebra tanto su nacimiento (24 de junio) como su muerte (29 de agosto), acontecida por medio del martirio.
El Papa Benedicto XVI, en la audiencia general del 29 de agosto de 2012, recordaba que la memoria de Juan el Bautista “se remonta a la dedicación de una cripta de Sebaste, en Samaria, donde ya a mediados del siglo IV se veneraba su cabeza. Su culto se extendió después a Jerusalén, a las Iglesias de Oriente y a Roma, con el título de ‘Decapitación de San Juan Bautista’”.
Luego, el Papa Emérito añadía: “En el Martirologio romano se hace referencia a un segundo hallazgo de la preciosa reliquia, transportada, para la ocasión, a la iglesia de San Silvestre en Campo Marzio, en Roma. Estas pequeñas referencias históricas nos ayudan a comprender cuán antigua y profunda es la veneración de San Juan Bautista”.
El relato del martirio
El relato del martirio de Juan el Bautista se encuentra en el Evangelio de San Marcos: "Herodes había mandado poner preso a Juan Bautista, y lo había llevado encadenado a la prisión, por causa de Herodías, esposa de su hermano Filipos, con la cual Herodes se había ido a vivir en unión libre. Porque Juan le decía a Herodes: 'No le está permitido irse a vivir con la mujer de su hermano'. Herodías le tenía un gran odio por esto a Juan Bautista y quería hacerlo matar, pero no podía porque Herodes le tenía un profundo respeto a Juan y lo consideraba un hombre santo, y lo protegía y al oírlo hablar se quedaba pensativo y temeroso, y lo escuchaba con gusto" (Mc 6, 17 - 29).
Llegó el día en que Herodes ofreció un banquete a los tribunos y principales de Galilea por su cumpleaños. Durante la fiesta, se presentó a bailar la hija de Herodías y fue tal el agrado que Herodes encontró en la danza de la joven que le prometió que cumpliría cualquier deseo que tuviese. Por eso ella, a sugerencia de su madre, pidió la cabeza de Juan Bautista. Herodes sintió pena por Juan, al que escuchaba con gusto, pero no tuvo el valor de rechazar el pedido ni quiso verse comprometido frente a sus invitados. Al rato, la cabeza de Juan le fue entregada en una bandeja.
San Juan Bautista, mártir de la verdad
Benedicto XVI, en la referida audiencia de 2012, añadía: "La Iglesia celebra hoy la memoria del Martirio de san Juan Bautista, el precursor de Jesús, que testimonia con su sangre su fidelidad a los mandamientos de Dios. Su vida nos enseña que cuando la existencia se fundamenta sobre la oración, sobre una constante y sólida relación con Dios, se adquiere la valentía de permitir que Cristo oriente nuestros pensamientos y nuestras acciones".
Además, destacó que "celebrar el martirio de san Juan Bautista nos recuerda también a nosotros, cristianos de nuestro tiempo, que no se puede descender a negociar con el amor a Cristo, a su Palabra, a la Verdad. La Verdad es verdad y no hay componendas".
"La vida cristiana exige, por decirlo de alguna manera, el 'martirio' de la fidelidad cotidiana al Evangelio, es decir, el valor de dejar que Cristo crezca en nosotros y sea Él quien oriente nuestro pensamiento y nuestras acciones. Pero esto sólo puede suceder en nuestra vida si la relación con Dios es sólida. La oración no es tiempo perdido, no es robar espacio a las actividades, incluso a las apostólicas, sino que es exactamente lo contrario: sólo si somos capaces de una vida de oración fiel, constante y confiada, será el mismo Dios quien nos dará la capacidad y la fuerza para vivir de modo feliz y sereno, para superar las dificultades y testimoniarlo con valor. Que san Juan Bautista interceda por nosotros, a fin de que sepamos conservar siempre la primacía de Dios en nuestra vida", agregó el hoy Papa Emérito.
INVITAR A LOS POBRES
Invitar a los pobres
Jesús vivió un estilo de vida diferente. Quien quiere seguirlo con sinceridad se siente invitado a vivir de manera nueva y revolucionaria, en contradicción con el modo «normal» de comportarse que observamos a nuestro alrededor.
¿Cómo no sentirnos desconcertados e interpelados cuando escuchamos palabras como estas? «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, porque corresponderán invitándote y quedarás pagado... Cuando des un banquete, invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos. Dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos».
Se nos invita a actuar desde una actitud de gratuidad y de atención al pobre, que no es habitual. Se nos llama a compartir sin seguir la lógica de quienes buscan siempre cobrar las deudas, aun a costa de humillar a ese pobre que siempre está en deuda con todos.
Jesús piensa en unas relaciones humanas basadas en un nuevo espíritu de libertad, gratuidad y amor fraterno. Un espíritu que está en contradicción con el comportamiento normal dentro del sistema, que siempre termina abandonando a los más indefensos.
Los seguidores de Jesús hemos de sentirnos llamados a prolongar su estilo de vivir, aunque sea con gestos muy modestos y humildes. Esta es nuestra misión: introducir en la historia ese espíritu nuevo de Jesús; contradecir la lógica de la codicia y la acumulación egoísta. No lograremos cambios espectaculares, y menos de manera inmediata.
Pero con nuestra actuación solidaria, gratuita y fraterna criticaremos el comportamiento egoísta como algo indigno de una convivencia sana.
El que sigue de cerca a Jesús sabe que su actuación resulta absurda, incómoda e intolerable para la «lógica» de la mayoría. Pero sabe también que con sus pequeños gestos está apuntando a la salvación definitiva del ser humano.
(Padre José Antonio Pagola)
domingo, 28 de agosto de 2022
EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 28 DE AGOSTO DE 2022
Domingo XXII (C) del tiempo ordinario
Domingo 28 de agosto
1ª Lectura (Eclo 3,17-18.20.28-29): Hijo, actúa con humildad en tus quehaceres, y te querrán más que al hombre generoso. Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y así alcanzarás el favor del Señor. «Muchos son los altivos e ilustres, pero él revela sus secretos a los mansos». Porque grande es el poder del Señor y es glorificado por los humildes. La desgracia del orgulloso no tiene remedio, pues la planta del mal ha echado en él sus raíces. Un corazón prudente medita los proverbios, un oído atento es el deseo del sabio.
Salmo responsorial: 67
R/. Tu bondad, oh, Dios, preparó una casa para los pobres.
Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Cantad a Dios, tocad a su nombre; su nombre es el Señor.
Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece.
Derramaste en tu heredad, oh, Dios, una lluvia copiosa, aliviaste la tierra extenuada; y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad, oh, Dios, preparó para los pobre.
2ª Lectura (Heb 12,18-19.22-24a): Hermanos: No os habéis acercado a un fuego tangible y encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni al estruendo de las palabras, oído el cual, ellos rogaron que no continuase hablando. Vosotros, os habéis acercado al monte Sion, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a las miríadas de ángeles, a la asamblea festiva de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos; a las almas de los justos que han llegado a la perfección, y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.
Versículo antes del Evangelio (Mt 11,29ab): Aleluya. Tomad mi yugo, dice el Señor, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 14,1.7-14): Un sábado, habiendo ido a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: ‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».
Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos».
«Los invitados elegían los primeros puestos»
Rev. D. Enric PRAT i Jordana
(Sort, Lleida, España)
Hoy, Jesús nos da una lección magistral: no busquéis el primer lugar: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto» (Lc 14,8). Jesucristo sabe que nos gusta ponernos en el primer lugar: en los actos públicos, en las tertulias, en casa, en la mesa... Él conoce nuestra tendencia a sobrevalorarnos por vanidad, o todavía peor, por orgullo mal disimulado. ¡Estemos prevenidos con los honores!, ya que «el corazón queda encadenado allí donde encuentra posibilidad de fruición» (San León Magno).
¿Quién nos ha dicho, en efecto, que no hay colegas con más méritos o con más categoría personal? No se trata, pues, del hecho esporádico, sino de la actitud asumida de tenernos por más listos, los más importantes, los más cargados de méritos, los que tenemos más razón; pretensión que supone una visión estrecha sobre nosotros mismos y sobre lo que nos rodea. De hecho, Jesús nos invita a la práctica de la humildad perfecta, que consiste en no juzgarnos ni juzgar a los demás, y a tomar conciencia de nuestra insignificancia individual en el concierto global del cosmos y de la vida.
Entonces, el Señor, nos propone que, por precaución, elijamos el último sitio, porque, si bien desconocemos la realidad íntima de los otros, sabemos muy bien que nosotros somos irrelevantes en el gran espectáculo del universo. Por tanto, situarnos en el último lugar es ir a lo seguro. No fuera caso que el Señor, que nos conoce a todos desde nuestras intimidades, nos tuviese que decir: «‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto» (Lc 14,9).
En la misma línea de pensamiento, el Maestro nos invita a ponernos con toda humildad al lado de los preferidos de Dios: pobres, inválidos, cojos y ciegos, y a igualarnos con ellos hasta encontrarnos en medio de quienes Dios ama con especial ternura, y a superar toda repugnancia y vergüenza por compartir mesa y amistad con ellos.
HOY CELEBRAMOS A SAN AGUSTÍN, DOCTOR DE LA IGLESIA, 28 DE AGOSTO
SAN AGUSTÍN
28 de agosto
San Agustín no es reconocido como el santo de la humildad, pero sin humildad, no habría llegado a santo.
Aprovechamos la lectura de hoy, donde El Señor Jesús nos enseña sobre la humildad, para resaltar que san Agustín, un hueso duro de roer, no pudo reconocer a Dios sino hasta que reconoció humildemente su fragilidad y limitación como ser humano, criatura de Dios.
Solo con humildad, pudo abrir sus ojos a Dios y verle como el Señor de todo y verse a sí mismo como el siervo inútil y necio. Lo buscó en su mente, llena de dudas y conceptos heréticos; lo busco en libros que poco le decían, lo buscó en su corazón, pero la soberbia no le dejaba ver. Pero en las sagradas escrituras, vistas con deseos de fe y la actitud humilde, pudo comprender que a quien buscaba siempre estuvo con él.
El gran problema de las grandes, es creérselo. Y el gran problema de los pequeños, es que desean ser grandes. La humildad es tan sencilla. Cuando Agustín era aplaudido por sus grandes ponencias de oratoria, el ego lo hacía presa. Porque es en los aplausos que la humildad encuentra su principal lucha. Incluso cuando te aplauden por ser humilde. La humildad radica en reconocer nuestra posición ante Dios con nuestras pequeñas grandezas y nuestras grandes pequeñeces.
jueves, 25 de agosto de 2022
¿QUÉ ES LA EUCARISTÍA?
ORACIÓN AL SEÑOR DE LA MISERICORDIA
Oración al Señor de la Misericordia
Oh Señor mi dulce amigo...
Por: Ma. del Refugio Vallejo | Fuente: Catholic.net
Oh Señor mi dulce amigo
cuatro cosas hoy te pido
con mucha necesidad.
Paciencia para sufrir
Fuerza para trabajar
Valor para resistir
las penas que han de venir
y me han de mortificar.
Temperamento sereno
para poder resolver
las cosas con santa calma.
Y así tener en el alma
perfecta tranquilidad.
Esto tengo que pedirte
oh mi Jesús adorado
en este día consagrado
para adorarte y servirte
por siempre.
Amén.
¿QUIÉN FUE SAN JOSÉ DE CALASANZ?