sábado, 20 de agosto de 2016

CUANDO DIOS TE ORDENA ALGO ESCUCHA


Cuando Dios te ordena algo… escucha
Nosotros podemos ser sus vasijas, sus enviados, sus siervos, sus escogidos, si prestamos atención a su voz


Por: Fernando de Navascués | Fuente: ACC – Agencia de Contenido Católico 




Muchos hombres y mujeres en la Biblia escucharon la voz de Dios y atendieron su llamado, entre ellos: Noé, Samuel, Jeremías, Amos, María, María Magdalena y Moisés. Este último es un ejemplo claro de obediencia y heroísmo, pero también de lo que muchos hacemos cuando escuchamos el llamado del Señor.

Ya sea para empresas sencillas como ayudar a nuestros padres en el hogar, o para obras más grandes como visitar a un enfermo, o ayudar a alguien en necesidad económica, o bien para comisiones mayores como un ministerio en la iglesia o una misión evangélica en otro continente, para oír el llamado de Dios es necesario no resistirnos, y sobre todo ser humildes, a fin de poder comprender aquello que se nos ha encomendado.

Tener fe, es decir, confiar en Dios, y obedecer, son los elementos finales que nos conducirán al éxito de la empresa encomendada, luego de que el Señor nos haya dotado de su gracia y de todo lo necesario para llevarla a cabo y concluirla cabalmente, de acuerdo a su voluntad y propósito.

En el capítulo 3 del libro de Éxodo se narra cómo Moisés, un pastor de ovejas, vio un día una zarza ardiendo, se acercó y Dios le habló, lo llamó por su nombre. Moisés respondió: “Heme aquí”. Sin embargo, él tuvo miedo y se cubrió el rostro. Dios le pidió que se quitara los zapatos porque estaba pisando tierra santa. Dios le mandó ir ante el Faraón de Egipto, quien tenía en cautividad al pueblo de Israel, y pedirle que los dejara ir.

Moisés presentó diversas objeciones ante Dios: le dijo que el pueblo no le creería, que le preguntarían el nombre de quien lo había enviado, que él no estaba facultado para hablar ante Faraón porque sufría de una especie de tartamudeo, y básicamente declaró su inseguridad ante el llamado del Señor. Sin embargo, Dios tuvo paciencia con él, porque ya había resuelto convertirlo en un líder espiritual.



Dios le mostró el poder que podía darle cuando convirtió su vara en serpiente, y luego en vara nuevamente; también puso lepra en una de sus manos y luego quitó la lepra en un instante. Asimismo, puso junto a él a su hermano Aarón para que hablara por él. Ambos se presentaron ante Faraón en repetidas ocasiones, de quien recibieron múltiples rechazos y negativas, por lo cual Dios envió diez plagas sobre Egipto. Finalmente, Faraón dejó ir al pueblo, que se dirigió a la tierra de Canaán, la tierra prometida donde fluiría leche y miel.

El pueblo de Israel siguió a Moisés, aunque no fue del todo obediente ni fiel a Dios. Pero Moisés sí lo fue. Dios partió las aguas del mar en dos para dejar pasar al pueblo y salvarlo de la persecución final de Faraón. Con mucho esfuerzo, dolor y sacrificio cumplió el mandato de Dios hasta el día de su muerte.

Así que, cuando Dios te mande a hacer algo, cuando escuches su voz en tu corazón o mientras ores, cuando escuches su llamado, no opongas resistencia, piensa en las grandes hazañas que Dios quiere hacer a través de ti. Cuántas personas pueden ser aliviadas, consoladas, liberadas, salvadas o redimidas si tan sólo obedeces a la voz de Dios y dejas que Él te use con poder, tal como usó a tantos profetas, discípulos y apóstoles.

¿Quieres responder: “Pero, Señor, yo no…”? ¿O quieres decirle: “Heme aquí, Señor, envíame a mí”?, tal como lo hizo el profeta Isaías (Isaías 6:8). No es necesario que seas perfecto, sino sólo que estés dispuesto. No importa cuánto tome de ti, Dios te dará la fuerza, los recursos y la habilidad para cumplir aquello que te ha mandado a hacer. Moisés se despojó de su calzado; nosotros deberemos despojarnos de todo aquello que estorbe al llamado de Dios, así como presentarnos ante Él desnudos y dispuestos.

Dios hará el resto. Él es el verdadero héroe de todas las historias, nosotros podemos ser sus vasijas, sus enviados, sus siervos, sus escogidos, si prestamos atención a su voz.

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 20 DE AGOSTO 2016



Que el mayor entre ustedes sea el servidor
Tiempo Ordinario


Mateo 23, 1-12. Tiempo Ordinario. Nuestro testimonio de cristianos debe ser coherente entre lo que decimos y lo que en realidad ponemos en práctica.


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a las multitudes y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".

Oración introductoria
Padre mío, te pido que me libres de toda presunción e hipocresía. Tú sólo debes ser el centro de mi vida. Ilumina mi oración, soy tuyo y por este amor quiero servir a los demás.

Petición
Padre, que nuestro testimonio de cristianos sea coherente entre lo que decimos y predicamos y lo que en realidad ponemos en práctica.

 
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Qué actitud tengo ante los demás.
En el texto del Evangelio de hoy, Jesús condena la incoherencia y la falta de sinceridad en la relación con Dios y con el prójimo. Está hablando contra la hipocresía tanto de los escribas y los fariseos de aquel tiempo como de nosotros, hoy.


El error básico: dicen y no hacen. Jesús se dirige a la multitud y hace ver la incoherencia entre palabra y práctica. Hablan y no practican. A pesar de todo, Jesús reconoce la autoridad y el conocimiento de los escribas. Están sentados en la cátedra de Moisés. Por esto, haced y observad todo lo que os digan. Pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Jesús enumera varios puntos que revelan una incoherencia: Algunos escribas y fariseos imponen leyes pesadas a la gente. Conocían bien las leyes, pero no las practicaban, ni usaban su conocimiento para aliviar la carga de la gente. Hacían todo para ser vistos y elogiados, usaban túnicas especiales para la oración, les gustaba ocupar sitios importantes y ser saludados en la plaza pública. Querían ser llamados ¡“Maestro”¡ Representaban un tipo de comunidad que mantenía, legitimaba y alimentaba las diferencias de clase y de posición social. Legitimaba los privilegios de los grandes y la posición inferior de los pequeños. Ahora, si hay una cosa que a Jesús no le gusta son las apariencias que engañan.
¿Cómo combatir esta incoherencia? ¿Cómo debe ser una comunidad cristiana? Todos los trabajos y responsabilidades de la ida en común deben ser asumidos como un servicio: El mayor entre vosotros será vuestro servidor. A nadie hay que llamar maestro (rabino), ni padre, ni guía. Pues la comunidad de Jesús debe mantener, legitimar, alimentar no las diferencias, sino la fraternidad. Ésta es la ley primordial: Ustedes son hermanos y hermanas. La fraternidad nace de la experiencia de que Dios es Padre, y que hace de todos nosotros hermanos y hermanas. Pues, el que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.
             Rabino, guía, maestro, padre. Son los cuatro títulos que Jesús no permite que la gente use. Y sin embargo, hoy en la Iglesia, los sacerdotes son llamados «padre». Muchos estudian en las universidades de la Iglesia y obtienen el título de «Doctor» (maestro). Mucha gente tiene dirección espiritual y se aconseja con las personas que son llamadas «directores espirituales» (guía). Lo que importa es que se tenga en cuenta el motivo que llevó a Jesús a prohibir el uso de estos títulos. Si son usados para que una persona se afirme en una posición de autoridad y de poder, de vanidad y egoísmo… son mal usados y esta persona se merece la crítica de Jesús. Si son usados para alimentar la fraternidad y el servicio y para profundizar en ellos, no son criticados por Jesús.
Todo esto nos puede llevar a plantearnos preguntas como éstas: ¿Cuáles son las motivaciones que tengo para vivir y trabajar en la Iglesia, en la comunidad, en mi trabajo? ¿Cuál es mi actitud? ¿Servicio, amor o presunción, dominación? ¿Cómo la comunidad, mis amigos, familiares, compañeros me ayudan a corregir y mejorar mis motivaciones?
«Decía san Francisco a sus hermanos: Predicad siempre el Evangelio y, si fuera necesario, también con las palabras. No hay testimonio sin una vida coherente. Hoy no se necesita tanto maestros, sino testigos valientes, convencidos y convincentes, testigos que no se avergüencen del Nombre de Cristo y de su Cruz ni ante leones rugientes ni ante las potencias de este mundo.»
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de junio de 2015).
Reflexión
Claras y duras son las palabras de Nuestro Señor en este pasaje. Su estilo transparente puede hacernos sentir algo "incómodos" y es que, no habrá en la historia de la humanidad hombre tan coherente como lo fue Jesús, el único. Que nos puede advertir acerca de la hipocresía con justa razón. ¡Cuántas veces nos muestra a lo largo de los Evangelios su descontento con los hipócritas! ¡Cuántas veces nos exhorta a no ser como ellos! Y es que el Señor sabe muy bien cuánto daño hace la hipocresía en nuestro trabajo con los demás, y cuántas almas permanecen cerradas al amor de Dios porque no ven en nuestro testimonio de cristianos una coherencia entre lo que decimos y predicamos y lo que en realidad ponemos en práctica.

"Haced y cumplid lo que os digan, pero no hagáis lo que hacen..." ¡Qué actual es esta recomendación que nos da el Señor! ¡Cuánto nos cuesta a los soberbios aceptar estas palabras! ¿Por qué desoímos tantas veces lo que el Señor nos pide a través de su Palabra? ¿No será para justificarnos en la incoherencia de los demás? "No juzguéis y no seréis juzgados" dice el Señor. Mejor sería que pusiéramos en práctica todo lo que el Señor nos va pidiendo sin esperar nada de los demás, sin olvidar que el instrumento es pequeño.

Así pues, levantemos la mirada del horizonte y miremos en vertical, porque es de Dios y para Dios todo en nuestra vida. No justifiquemos nuestros errores en los errores de los demás, pues nuestro único modelo debe ser Jesús, en Él debemos fijar todas nuestras metas. Ante Él la verdad y la autenticidad permanecen, todo lo demás es desechado. Continúa el pasaje: “uno sólo es vuestro Padre, el del cielo." Dice la canción: "¡Dios es mi Padre, qué feliz soy!"

Realmente es así de sencillo y de maravilloso, pero, ¿cuándo vamos a creer del todo estas palabras? ¿cuándo vamos a interiorizarlas y a asumir la grandeza de este hecho? Porque si Dios es mi Padre, me conoce totalmente, me cuida, se preocupa por mí, le interesa lo que a mí me interesa, vela por mi vida, por mi bien, me da lo que necesito... Con Jesús descubrimos que Dios no es un Padre autoritario ni justiciero, sino amoroso y misericordioso que me ha amado y me ha creado y, así, mi vida cobra un sentido, mi vida no es un absurdo. Podemos llegar aún más lejos: si Dios es mi Padre, entonces Él tiene que encontrar en mí signos de que yo soy su hijo, pues los padres y los hijos se parecen.

Propósito
Que Dios sea todo en nuestra vida. No justifiquemos nuestros errores en los errores de los demás.

Diálogo con Cristo
Jesús mío, meditando tu Evangelio, me doy cuenta de que frecuentemente me preocupo de cosas sin importancia, olvidando lo que debe ser mi principal preocupación: corresponder a tu amor. Mi fe no se manifiesta en ritos o devociones, sino en mis actos concretos de amor a Dios y a los demás. Ayúdame, dame tu gracia, para que sepa amar, dejando a un lado toda vanidad y deseo de aparecer.

BUENOS DÍAS


viernes, 19 de agosto de 2016

SALMO 106, DAD GRACIAS AL SEÑOR, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA


Salmo
Sal 106,2-3.4-5.6-7.8-9



R/. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia

Que lo confiesen los redimidos por el Señor,
los que él rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países:
norte y sur, oriente y occidente. R/.

Erraban por un desierto solitario,
no encontraban el camino de ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se les iba agotando la vida. R/.

Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.
Los guió por un camino derecho,
para que llegaran a ciudad habitada. R/.

Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Calmó el ansia de los sedientos,
y a los hambrientos los colmó de bienes. R/.

LOS TRES CONSEJOS


LOS TRES CONSEJOS


Una pareja de recién casados, era muy pobre y vivía de los favores de un pueblito del interior. Un día, el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa: Querida yo voy a salir de la casa. Voy a viajar bien lejos, buscar un empleo y trabajar hasta tener condiciones para regresar y darte una vida más cómoda y digna. No sé cuanto tiempo voy a estar lejos; sólo te pido una cosa: que me esperes y mientras yo este lejos, seas fiel a mí, pues yo te seré fiel a ti."

Así, siendo joven aún, caminó muchos días a pie, hasta encontrar un hacendado que estaba necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda. El joven llegó y se ofreció para trabajar y fue aceptado. Pidió hacer un trato con su jefe, el cual fue aceptado también. El pacto fue el siguiente: Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo encuentre que debo irme, el señor me libera de mis obligaciones. Yo no quiero recibir mi salario. Le pido al señor que lo coloque en una cuenta de ahorros hasta el día en que me vaya. El día que yo salga, usted. me dará el dinero que yo haya ganado."

Estando ambos de acuerdo, aquel joven trabajó durante 20 años, sin vacaciones y sin descanso.

Después de veinte años, se acercó a su patrón y dijo: Patrón, yo quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi casa." El patrón le respondió: "Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo. Sólo que antes quiero hacerte una propuesta, ¿está bien?. Yo te doy tu dinero y tú te vas, o te doy tres consejos y no te doy el dinero y te vas. Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta." Él pensó durante dos días, buscó al patrón y le dijo: "QUIERO LOS TRES CONSEJOS" El patrón le recordó: Si te doy los consejos, no te doy el dinero." Y el empleado respondió: "Quiero los consejos" El patrón entonces le aconsejó:

* NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida.

* NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL, pues la curiosidad por el mal puede ser fatal.

* NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, pues puedes arrepentirte demasiado tarde.

Después de darle los consejos, el patrón le dijo al joven, que ya no lo era tanto: AQUÍ TIENES TRES PANES: dos para comer durante el viaje y el tercero es para comer con tu esposa, cuando llegues a tu casa". El hombre, entonces, siguió su camino de vuelta, de veinte años lejos de su casa y de su esposa que él tanto amaba.

 Después del primer día de viaje, encontró una persona que lo saludó y le preguntó: "¿Para donde vas?" Él le respondió, "Voy para un camino muy distante que queda a más de veinte  días de caminata por esta carretera." La persona le dijo entonces: "Joven, este camino es muy largo. Yo conozco un atajo con el cual llegarás en pocos días". El joven, contento, comenzó a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer consejo. Entonces, volvió a seguir por el camino normal. Días después, supo que el atajo llevaba a una emboscada.

Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión a la vera de la carretera, donde poder hospedarse. Pagó la tarifa por día y, después de tomar un baño, se acostó a dormir. De madrugada se levantó asustado con un grito aterrador. Se levantó de un salto y se dirigió hasta la puerta para ir a donde escuchó el grito. Cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo. Regresó y se acostó a dormir. Al amanecer, después de tomar café, el dueño de la posada le preguntó sino había escuchado el grito y él le contestó que sí lo había escuchado. 

El dueño de la posada le preguntó "Y no le dió curiosidad"? él le contesto que no. A lo que el dueño le respondió: "Ud. es el primer huésped que sale vivo de aquí, pues mi único hijo tiene crisis de locura; grita durante la noche y cuando el huésped sale, lo mata y lo entierra en el quintal".

El joven siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa.

Después de muchos días y noches de caminata, ya al atardecer, vio entre los árboles humo saliendo de la chimenea de su pequeña casa. Caminó y vio entre arbustos la silueta de su esposa. Estaba anocheciendo, pero alcanzó a ver que ella no estaba sola. Anduvo un poco más y vio que ella tenía sobre su regazo, un hombre al que estaba acariciando los cabellos. Cuando vio aquella escena, su corazón se llenó de odio y amargura y decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiró profundo, apresuró sus pasos, cuando recordó el tercer consejo. Entonces se paró y reflexionó y decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una decisión. Al amanecer, ya con la cabeza fría, él dijo: NO VOY A MATAR A MI ESPOSA. Voy a volver con mi patrón y a pedirle que me acepte de vuelta, sólo que antes, quiero decirle a mi esposa que siempre le fui fiel."

 Se dirigió a la puerta de la casa y tocó. Cuando la esposa le abrió la puerta y lo reconoció, se colgó de su cuello y lo abrazó afectuosamente. Él trató de quitársela de encima, pero no lo consiguió. Entonces, con lágrimas en los ojos le dijo: Yo te fui fiel y tu me traicionaste...

Ella espantada le respondió, "¿Cómo? Yo nunca te traicioné. Te esperé durante veinte años". Él entonces le preguntó, "¿Y quién era ese hombre que acariciabas ayer por la tarde? Y ella le contestó, "AQUEL HOMBRE ES NUESTRO HIJO. Cuando te fuiste, descubrí que estaba embarazada. Hoy él tiene veinte años de edad". 

Entonces, el marido entró, conoció, abrazó a su hijo y les contó toda su historia, mientras su esposa preparaba la cena. Se sentaron a comer el último pan juntos. DESPUÉS DE LA ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO, CON LÁGRIMAS DE EMOCIÓN, él partió el pan y al abrirlo, se encontró todo su dinero: el pago de sus veinte años  de dedicación

Muchas veces creemos que los atajos "queman etapas" y nos ayudan a llegar más rápido, lo que no siempre es verdad... Muchas veces somos curiosos; queremos saber de cosas que ni nos dan respeto  ni nos traen nada de bueno Otras veces reaccionamos movidos por el impulso, en momentos de rabia, y después tardíamente nos arrepentimos...

Espero que no nos olvidemos de estos consejos, no te olvides también de CONFIAR (aunque tengas muchos motivos para desconfiar)

PAPA FRANCISCO REGRESA EN SEPTIEMBRE A LA TIERRA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

El Papa regresa en septiembre a la tierra de San Francisco de Asís


VATICANO, 18 Ago. 16 /  (ACI).- Dos actividades entre fines de agosto y septiembre se han añadido a la agenda del Papa Francisco para las próximas semanas. Una es el discurso que dará el 31 de agosto en la Feria de Roma a cardiólogos de todo el mundo y la otra es una nueva visita a la localidad de Asís.

El miércoles 31 de agosto a las 12:15 del día, el Papa Francisco dará un discurso a médicos de 144 países reunidos en el ESC Congress 2016, que por primera vez se realiza en la capital italiana y es organizado por la Sociedad Europea de Cardiología.

“La visita del Papa Francisco es un acontecimiento que me emociona en lo profundo”, expresó Pietro Piccinetti, administrador de la Feria de Roma.

Asimismo, el 20 de septiembre el Pontífice estará nuevamente en la localidad italiana de Asís –luego de su visita del 4 de agosto– para participar en la clausura de la Jornada Mundial de Oración por la Paz que promueve la Comunidad de San Egidio, en colaboración con las familias franciscanas, la diócesis local, entre otros.

Ese día también estarán presentes el Presidente de Italia, Sergio Mattarella, el rector de la universidad islámica de al-Azhar (Egipto); el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolome I; y el Arzobispo de Canterbury y líder de la Iglesia anglicana, Justin Welby.

Así, ambas actividades se suman a otras ya programadas, como son la canonización de la Madre Teresa de Calcuta el 4 de septiembre y el viaje apostólico a Georgia y Azerbaiyán del 30 de septiembre al 2 de octubre.

DAR LA CARA


Dar la cara…



Qué valentía supone buscar con pasión la verdad, sin transigir con las excusas que nos vuelven esclavos de nuestras mentiras. Sólo la verdad nos hará libres, dijo Jesús. Libres y auténticos, al reconocer con sensatez nuestras “fortalezas” y “debilidades”. No es fácil porque vivimos en un entorno de convencionalismos y máscaras.

Una persona refirió que un día dejó el coche aparcado junto al hospital. Al volver, vio que alguien había arrancado el paragolpes y lo había dejado sobre el capó. Había una nota en el parabrisas que decía: “Ha sido una furgoneta, que se fue sin decir nada. Sus datos son... Puedo testificar si lo desea” Y firmaba. La nota la había escrito la madre de un niño con síndrome de Down que esa misma mañana había venido al hospital por una urgencia de su hijo. Esto hace pensar que las personas que sufren la enfermedad de un paciente, son las que más pendientes están de los demás.

La persona honesta es coherente entre lo que hace y lo que dice. Vive de principios. Vive auténticamente como un ser humano. No se justifica diciendo que todos actúan así; o que es la única forma de salir adelante. Se atreve a ir “contra corriente”. Y se abstiene de mentir con firme decisión. Sabe asumir las consecuencias de sus actos, sin excusas. Da la cara.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 19 DE AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 19



Las trilogías, que bien pueden ser símbolos de la Trinidad, tienen la capacidad de explicarnos muchas cosas…

Tres cosas debemos ser: íntegros, justos y honrados.

Tres cosas debemos tener: valor, afecto y amabilidad.

Tres cosas debemos dar: limosna al necesitado, consuelo al triste y estima a quien la merece.

Tres cosas debemos amar: la sabiduría, la virtud y la inocencia.

Tres cosas debemos ensalzar: la frugalidad, la laboriosidad y la presteza.

Tres cosas debemos despreciar: la crueldad, la arrogancia y la ingratitud.

Tres cosas debemos lograr: la bondad de corazón, la integridad de nuestros propósitos y la alegría.

Si a eso añades las Bienaventuranzas, habrás duplicado el mérito.
“El tiempo de nuestra vida es una sombra fugaz y nuestro fin no puede ser retrasado: una vez puesto el sello, nadie vuelve sobre sus pasos” (Sab 2,5). Es prudente aprovechar el tiempo que Dios nos concede para la práctica del bien; porque aunque todo pasa, el bien que hagamos nunca pasará.


* P. Alfonso Milagro

LA VERGÜENZA INVENCIBLE AL CONFESARSE

La vergüenza invencible al confesarse
El Padre Fortea ofrece una solución



Por: P. Antonio Fortea | Fuente: ACI Prensa 





El P. José Antonio Fortea, famoso teólogo español, propuso una práctica solución para quienes tienen una “vergüenza invencible”, que les impide recurrir normalmente al sacramento de la Reconciliación, y que “preferirían hacer una peregrinación de cien kilómetros antes que tener que confesar cara a cara determinadas acciones que les humillan de un modo terrible y espantoso”.
A continuación, el texto completo del artículo publicado por el P. José Antonio Fortea bajo el título de “La vergüenza invencible al confesarse”:
Hay personas que, al tener que confesar pecados muy vergonzantes, sienten como si hubiera un muro que les impide hacerlo. Preferirían hacer una peregrinación de cien kilómetros antes que tener que confesar cara a cara determinadas acciones que les humillan de un modo terrible y espantoso.
Los pastores deben ser paternales con este tipo de personas que llevan estas cargas sobre sus conciencias. De manera que en cada ciudad, al menos, debe haber un confesionario donde en vez de rejilla haya una plancha con agujeros que haga totalmente imposible ver a la persona que se confiesa.
No solo eso, sino que la persona debe poder arrodillarse en el confesionario sin ser visto al acercarse, y sin ser visto al alejarse. En la ciudad de Alcalá de Henares donde resido este confesionario existe en tres iglesias.


Y en una de esas iglesias, ese confesionario cuenta con siete confesores fijos que se turnan cada día de la semana desde las 22:00 a las 23:00. El vidrio de la puerta del sacerdote no es transparente, de forma que no ve quien entra o sale del confesionario.
Con esta medida, la inmensa mayoría de los fieles pueden resolver el problema de la vergüenza. Aun así, hay casos más raros en los que la vergüenza puede convertirse en una obstáculo invencible.
Para esos casos, verdaderamente muy raros, lo mejor es llamar por teléfono, de forma anónima, a un sacerdote de la ciudad y comentarle este problema. En muchos casos la conversación telefónica bastará para que el penitente cobre confianza y pueda acercarse a un confesionario del tipo antes citado.
Pero si la vergüenza de decir los pecados continuara siendo algo insuperable, en estos casos, el penitente y el sacerdote pueden quedar un día en el confesionario para entregarle los pecados escritos de un modo claro y breve.
En el confesionario de Alcalá que he mencionado, es posible que el penitente corra la portezuela de la pantalla un poco, unos milímetros, para deslizar una hoja.
La confesión escrita, preferiblemente, no debería exceder más allá de una hoja como máximo. Mejor si se da impresa, para poder leerla con más claridad.
El sacerdote dará los consejos, la penitencia y la absolución sin necesidad de cruzar ninguna pregunta al penitente. En este caso hacer preguntas sería contraproducente.
Esa confesión es perfectamente posible en casos de vergüenza invencible, puesto que a los sordos y a los mudos siempre se les ha permitido hacer la confesión por escrito. Y un caso como el descrito se asemeja en todo al caso de imposibilidad por cuestiones físicas. La imposibilidad psicológica puede ser tan real como la física.
La norma general es que la confesión debe hacerse de forma oral, es decir hablando. Pero, ante una situación de extraordinaria tensión por parte del penitente, se puede hacer lícitamente del modo que he dicho.
Habiendo llamado previamente por teléfono a un sacerdote, éste le dirá en qué confesionario resulta posible deslizar una cuartilla de papel por la rejilla y cuando pueden quedar para ello.
Lo que sí que no es posible es confesarse por teléfono. Uno puede confesarse incluso con intérprete, si no desea esperar a tener un sacerdote de su lengua. Pero por teléfono no es posible.
Artículo publicado originalmente en ACI Prensa

ESTAMPAS CON ORACIONES AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


















EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 19 DE AGOSTO 2016, AMARÁS A DIOS CON TODO TU CORAZÓN



Amarás a Dios con todo tu corazón

Tiempo Ordinario



Mateo 22, 34-40. Tiempo Ordinario. Este amor a Dios debe salir de nuestro corazón y convertirse en amor a los hombres. 



Por: P Clemente González | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él le dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.

Oración introductoria
Jesús, gracias por recordarme que lo más importante es amarte en los demás. El mantener una relación personal contigo en la oración debe ser la prioridad en mi vida. Creo, espero y te quiero, ilumina mi oración para que el amor me transforme.

Petición
Señor, enséñame a ser fiel y amar a los demás con tu caridad divina

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Los dos horizontes del Reino.
Resumir toda la Escritura, poner en una frase todo el mensaje de Dios a lo largo de la historia… Esto es lo que Cristo nos dice en este Evangelio. Pero no se trata de una fórmula mágica que resuelve todos los problemas; es, más bien, el doble horizonte que da sentido a la vida, el criterio para ir en la dirección correcta.
Primero Cristo nos habla de un horizonte hacia lo alto. “Amarás al Señor tu Dios…” Es verdad que hay muchas responsabilidades, necesidades y problemas en nuestra vida. A veces demasiados, y a veces como si nos estiraran en todas las direcciones… Sin embargo, en medio de ese aparente desorden, existe un punto firme, central, que pone en la proporción todo lo demás: «…con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.»


Señor, quiero que seas Tú el fondo y el sentido de todo lo que hago. Que mi trabajo, mis amistades, mis pasatiempos sean para Ti y por Ti en primer lugar. Quiero amarte con todo mi corazón, y por eso te ofrezco todo lo que hay en él: mis intereses, mis deseos, también mi necesidad y mi pecado
En segundo lugar, tenemos el horizonte alrededor de nosotros, con todos aquellos hombres y mujeres que encontramos a nuestro lado. Cristo nos invita a amarlo también en nuestros hermanos y hermanas, buscando el bien de ellos como si fuera nuestro propio bien. ¿Amamos más nuestro interés, o la necesidad del otro? «Amarás a tu prójimo como a ti mismo…» El que ama de verdad siente la alegría del otro como propia, se entristece por la tristeza de su hermano. Al igual que Cristo, que construyó el Reino de los cielos amando a su Padre sobre todas las cosas y amándonos hasta el extremo, dándose totalmente a nuestra salvación.
Señor, ayúdame a amar como Tú amas, extendiendo mi corazón en los dos horizontes que me muestras. Enséñame a amar hoy un poco más, a darme un poco más, y así contribuir en la edificación de tu Reino en mi vida.
«Estas palabras nos recuerdan ante todo que el amor por una persona, y también por el Señor, se demuestra no con las palabras, sino con los hechos; y también “cumplir los mandamientos” se debe entender en sentido existencial, de modo que toda la vida se vea implicada. En efecto, ser cristianos no significa principalmente pertenecer a una cierta cultura o adherir a una cierta doctrina, sino más bien vincular la propia vida, en cada uno de sus aspectos, a la persona de Jesús y, a través de Él, al Padre.»
(S.S. Francisco, Angelus, 15 de mayo de 2016).
Reflexión
La religión consiste en amar a Dios. El versículo que cita Jesús (Dt 6, 5) es parte del Shema: el “credo” básico y esencial del judaísmo. Esta frase, con la cual también hoy se da inicio a cada servicio litúrgico hebraico, es el primer texto que todo joven hebreo aprende de memoria. Significa que debemos dar a Dios un amor total, un amor que controla nuestras emociones, que dirige nuestros pensamientos y que mueve cada una de las acciones.

La verdadera religión comienza con el amor y la entrega total de la vida a Dios. Este amor a Dios debe salir de nuestro corazón y convertirse en amor a los hombres. Observemos el orden de los mandamientos: primero debe venir el amor a Dios y después el amor al prójimo. Sólo podemos querer verdaderamente a los hombres si amamos a Dios. Esto sucede porque hemos sido creados a su imagen y semejanza.

También en la sociedad actual el amor a Dios es un factor insustituible. Si eliminamos el amor a Él, con más facilidad se abre el camino a la impaciencia, a la rabia y al odio entre lo hombres. Así, la paz y la convivencia fraternal desaparecen.

Diálogo con Cristo 
Jesús, dame la gracia de amar a los demás con todo mi esfuerzo y buena voluntad. Que mi amor no sea sólo un buen, pero vago, deseo sino que se concretice en buenas obras. Quiero contemplarte, experimentar tu cercanía para que pueda aprender a querer a los demás, especialmente a los más cercanos, como Tú me quieres.

Propósito
Examinar mi conciencia y, honestamente, evaluar la espontaneidad, la profundidad y la extensión de mi caridad hacia los demás, especialmente con aquellos que supuestamente amo más.

FELIZ VIERNES!!!


jueves, 18 de agosto de 2016

SALMO 50, DERRAMARÉ SOBRE VOSOTROS UN AGUA PURA


Salmo
Sal 50,12-13.14-15.18-19

R/. Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará de todas vuestras inmundicias

Oh Dios, crea en mi un corazón puro, 
renuévame por dentro con espíritu firme; 
no me arrojes lejos de tu rostro, 
no me quites tu santo espíritu. R/. 

Devuélveme la alegría de tu salvación, 
afiánzame con espíritu generoso: 
enseñaré a los malvados tus caminos, 
los pecadores volverán a ti. R/. 

Los sacrificios no te satisfacen: 
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. 
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; 
un corazón quebrantado y humillado, 
tú no lo desprecias.R/.

EL ECO, UNA ENSEÑANZA


EL ECO: Una Enseñanza



Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas.

De pronto el hijo se cae, se lastima y grita: "Ahhhh"

Para su sorpresa, oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: "Ahhhh!"

Con curiosidad, el niño grita: "¿Quién está ahí?"

Y escucha: " ¿Quién está ahí? "

Enojado con la respuesta, el niño grita: "Cobarde".

Y recibe de respuesta: "Cobarde".

El niño mira a su padre y le pregunta: "¿Qué sucede?"

El padre le contesta: "Presta atención hijo".

Y grita: "¡Te admiro!".

Y la voz responde: "¡Te admiro!

"¡Eres un campeón!"

"¡Eres un campeón!"

Y el padre le explica: "La gente lo llama ECO", pero,

en realidad, es la VIDA...........que te devuelve todo lo que haces.

Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones.

Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor.

Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean.

Si quieres una sonrisa en el alma, dirige una sonrisa al alma de los que conoces.

Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida.

La vida te dará de regreso... exactamente aquello que tú le has dado.

Tu vida, no es una coincidencia, es un reflejo de tí.

Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa bien lo que estás dando!!".

ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO


ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO


Vengo, Jesús mío, a visitarte.

Te adoro en el sacramento de tu amor.

Te adoro en todos los Sagrarios del mundo.

Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado y eres más ofendido.

Te ofrezco todos los actos de adoración que has recibido desde la institución de este Sacramento y recibirás hasta el fin de los siglos.

Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San Juan, tu discípulo amado, y de las almas más enamoradas de la Eucaristía.

Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.

Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre todos los Sagrarios del mundo.

Di a Jesús cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendición para mí.

AMÉN
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