sábado, 25 de mayo de 2013

UN MINUTO MARIANO


UN MINUTO MARIANO

   María es la respiración del alma. Invocarla a menudo es señal de vida. 

Autor desconocido

EL EVANGELIO DEL DIA

Autor: Juan Gralla | Fuente: Catholic.net
Jesús y los niños
Marcos 10, 13-16. Tiempo Ordinario. Tener el alma de niños, Jesús no puede resistirse ante un niño.
 
Jesús y los niños
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 13-16

En aquel tiempo presentaron a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Pero Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

Oración introductoria

Señor, acrecienta mi fe, mi esperanza y mi caridad, para hacer una verdadera oración. Con espíritu de niño me pongo en tu presencia, confiando en que nada me impedirá experimentar tu cercanía, tu amor e interés por mi salvación.

Petición

Jesús, concédeme la sencillez, el idealismo y la confianza que caracterizan la personalidad de un niño.

Meditación del Papa

Lo que quería decir resulta muy claro si recordamos el episodio sobre los niños presentados a Jesús "para que los tocara", descrito por todos los evangelistas sinópticos. Contra la resistencia de los discípulos, que quieren defenderlo frente a esta intromisión, Jesús llama a los niños, les impone las manos y los bendice. Y explica luego este gesto diciendo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". Los niños son para Jesús el ejemplo por excelencia de ese ser pequeño ante Dios que es necesario para poder pasar por el "ojo de una aguja", a lo que hace referencia el relato del joven rico en el pasaje que sigue inmediatamente después. Poco antes había ocurrido el episodio en el que Jesús reaccionó a la discusión sobre quién era el más importante entre los discípulos poniendo en medio a un niño, y abrazándole dijo: "El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí". Jesús se identifica con el niño, Él mismo se ha hecho pequeño. Como Hijo, no hace nada por sí mismo, sino que actúa totalmente a partir del Padre y de cara a Él. (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, segunda parte, p. 7).

Reflexión

Los niños tienen una manera especial de captar lo religioso. Incluso nos sorprende ver con qué fervor rezan o se detienen ante una imagen de la Virgen. Es porque tienen un espíritu sencillo.

Es responsabilidad de los padres el cultivar los aspectos religiosos en los niños, igual que se les enseña a hablar o a leer. Captan muy bien lo que hacen los mayores, y si les ven rezando, yendo a Misa o explicándoles algún detalle de nuestra fe, lo asimilan con gran facilidad. Hay que aprovecharlo y no esperar a que sean adultos, porque el racionalismo propio de esa edad les impedirá acercarse a la fe.

Es fundamental la labor de los padres. Son ellos los primeros educadores. No pueden dejar esa función al colegio, ni siquiera a la catequesis de la parroquia, porque la familia es la primera escuela de la fe. ¿Cómo entenderá el amor de Dios si no ve amor en su casa? ¿O cómo será su relación con Dios Padre si su propio papá le da miedo o nunca está en casa?

Pero también Jesús quiere a niños de muchos años, pero con alma de niño, sencillos al rezar, al pedirle sus necesidades, al contarle sus preocupaciones y sus alegrías.
Tener el alma de niños, Jesús no puede resistirse ante un niño.

Deja que Jesús te de un abrazo, te bendiga, te imponga sus manos, acercate a Él, como si fueras un niño pequeño. Jesús te llenará de paz, de alegría y tus preocupaciones y sufrimientos serán menos, porque estás con Él, abandonalo todo en sus brazos.

Diálogo con Cristo

Señor, quiero ser merecedor de entrar a tu Reino. Me doy cuenta que las condiciones para entrar son exigentes, porque tienen que surgir de un amor total, por Ti y por los demás. Conoces mi inmadurez y mi egoísmo infantil, mi deseo de decir «sí»... para hacerlo mejor hasta mañana y luego otro hasta mañana y así sucesivamente; por ello suplico la intercesión de María, para que sepa abandonarme como un niño en su regazo, y su amor fiel y constante me estimule a querer crecer en mi amor.

Propósito

Escuchar con interés las opiniones de los demás y evitar las palabras llenas de orgullo o superioridad.

REGLAS DE ORO DEL DIA


Reglas de oro del dia

        Si abriste, cierra.
        Si encendiste, apaga.
        Si conectaste, desconecta.
        Si desordenaste, ordena.
        Si ensuciaste, limpia.
        Si rompiste, arregla.
        Si no sabes arreglar, busca al que sepa.
        Si no sabes qué decir, cállate.
        Si debes usar algo que no te pertenece, pide permiso.
        Si te prestaron, devuelve.
        Si no sabes cómo funciona, no toques.
        Si es gratis, no lo desperdicies.
        Si no es asunto tuyo, no te entrometas.
        Si no sabes hacerlo mejor, no critiques.
        Si no puedes ayudar, no molestes.
        Si prometiste, cumple.
        Si ofendiste, discúlpate.
        Si no sabes, no opines.
        Si opinaste, hazte cargo.
        Si algo te sirve, trátalo con cariño.

        Si no puedes hacer lo que quieres, trata de querer lo que haces
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OPTAR POR LA VIDA



        Optar por la vida
        Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD



              Cuenta una fábula china que, en cierta ocasión, una barca que transportaba a cinco personas zozobró en medio de un río y los pasajeros tuvieron que nadar para poder salvarse. Uno de ellos, el mejor nadador, se quedaba atrás a pesar de los esfuerzos que hacía. Le impedía avanzar el cinturón de monedas que llevaba amarrado. Los que habían llegado a la orilla le gritaron: “¡Eres tonto, no te empecines, vas a ahogarte!”. Entonces, ¿de qué te servirá el dinero? El hombre no tiraba el dinero. Poco después el agua se lo tragaba.

                   Tenemos un gran amor a la vida, pero a veces pueden más otros amores que, ofreciéndonos felicidad, nos quitan la vida.

                   La palabra vida despierta interés y, normalmente, la asociamos con la alegría, el amor, la paz, la felicidad...

                   Dios es un Dios de vivos y quiere que vivamos plenamente. Delante de nosotros está la vida y la muerte. En la elección de una u otra está el futuro para nosotros y para nuestra descendencia.

                   Los primeros creyentes se encontraron con Jesús lleno de vida. El Resucitado se les hacía presente en la vida cotidiana. La experiencia fundamental era el encuentro con Jesús vivo, que les daba una nueva posibilidad de vida, sin miedo, sin complejos, sin sobresaltos. Es curioso cómo los que, paralizados por la cobardía, no se atrevían a confesarse como discípulos, cuando se encontraron con el Resucitado, arriesgaron su vida por la causa del Crucificado. Él les cambió totalmente la existencia hasta poder decir como Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gá 2,20). Quien vive de Cristo resucitado se convierte en Buena Noticia para los demás.

                   Quien tiene la experiencia pascual, opta por la vida, ama la vida, trabaja porque todos tengan vida. El amor es vida y comunica vida. “Sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte (1 Jn 3,14).

                   Los que han optado por la vida, tendrán que seguir los pasos de Cristo. “Sería un error grave pretender apuntarse a la Resurrección de Jesús en su último estadio sin recorrer las mismas etapas históricas que recorrió Jesús” (Jon Sobrino). Los que sirven a la causa de la vida, sufrirán persecuciones, tribulaciones, pero Jesús estará con ellos.

                    Dios quiere que vivamos desbordantemente felices y que apoyemos la vida con decisión; pero nosotros, por querer vivir mejor, a nuestro aire, nos amarramos a lo que en vez de darnos vida (dinero, droga, placer, fama...) nos hunde cada día más en la muerte.

LA VIDA CRISTIANA ES BELLA. LA TRINIDAD Y YO


La vida cristiana es bella . La Trinidad y yo
Autor: P Evaristo Sada LC | Fuente: www.la-oracion.com



Es muy diferente un pozo seco a un manantial. El manantial tiene vida. El pozo seco o con agua estancada es muerte. Cuando nos referimos a la relación del hombre con Dios puesta en acto, hablamos de vida, vida espiritual.

¿Cuál es la fuente de la vida espiritual? ¿De dónde viene esta vida? ¿Quién da vida? La fuente de la vida espiritual es la vida de Dios, nuestra participación en la vida de la Santísima Trinidad por la gracia a través de los sacramentos y la oración.

Eso es lo que se mueve allá adentro de nosotros, esa es la sangre que corre por nuestras venas desde el día de nuestro bautismo. Desde entonces, el manantial que ocupa el centro de nuestro ser es la Trinidad. ¡Qué maravilla!

Una verdad existencial

El próximo domingo celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, misterio central de nuestra fe. Para mí esta fiesta es una invitación a poner en acto en la oración eso que creo por la fe, en forma de relación personal, de trato, con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No basta el conocimiento del misterio, la Iglesia nos  invita a través de la teología y de la liturgia a profundizar en su significado, pero profundizar de una manera no sólo intelectual, sino afectiva, existencial.

El bautismo: una llamada al amor

Al recibir en el bautismo el don de la gracia santificante, que nos hizo hijos de Dios, recibimos de parte de Él una llamada al amor. Después de esto nuestra vida cristiana consiste en responder al don recibido de Dios: “Si alguien me ama, guardará mi palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él.” (Jn 14, 23) Dios que puso amor, espera una respuesta de amor.

"La respuesta de la fe nace cuando el hombre descubre, por gracia de Dios, que creer significa encontrar la verdadera vida, la “vida en plenitud”. Uno de los grandes padres de la Iglesia, san Hilario de Poitiers, escribió que se convirtió en creyente cuando comprendió, al escuchar en el Evangelio, que para alcanzar una vida verdaderamente feliz eran insuficientes tanto las posesiones, como el tranquilo disfrute de los bienes y que había algo más importante y precioso: el conocimiento de la verdad y la plenitud del amor entregados por Cristo (Cf. De Trinitate 1,2)." (Benedicto XVI 13 de junio 2011)

Intimidad con Dios

Dios nos invita a participar de su vida íntima, de esa vida que consiste en el amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Se dice fácil, pero este es un misterio grandioso, algo sobrehumano, sobrenatural, y en el cual estamos sumergidos.

Cada vez que intimamos con Dios en la oración entramos en el misterio. Es fe orante. En ella nos dirigimos a Dios como Padre. Padre es el nombre propio de Dios. Así nos lo reveló Jesucristo, quien vive contemplándolo permanentemente. “El Padre, que me ha enviado, posee la vida, y yo vivo por él. Así también el que me come vivirá por mí” (Jn 6, 57).

En Jesucristo contemplamos la belleza del Padre, él es “resplandor de Su gloria” (Hb. 1,3), el que está con nosotros, Dios-con-nosotros (Is 7, 14) Su misión es nuestra salvación. Tratamos con Cristo como nuestro salvador, nuestro redentor: “Padre, yo deseo que todos estos que tú me has dado puedan estar conmigo donde esté yo” (Jn 17, 24). Somos pecadores rescatados por la sangre de Cristo y en la oración cristiana nos dirigimos a Él como nuestro Redentor para darle las gracias, pedirle perdón, aprender de Él.

Y tratamos con el Espíritu Santo cuya misión es nuestra santificación. A partir del bautismo tenemos toda una vida por delante para crecer y asemejarnos como hijos que somos, al Hijo con mayúscula. Esa labor paciente de transformación conforme a la imagen de Cristo la va realizando el Espíritu Santo en nosotros poco a poco, como el agua sobre la piedra de río, a medida que cooperamos con Él. El Espíritu Santo es el Santificador, el Huésped de nuestra alma, nuestro Socio con el que trabajamos para realizarnos en plenitud como hombres y como cristianos. Él es amor y derrama el amor de Dios en nuestros corazones. (Rom 5, 5)

La vida espiritual, la vida de oración, es simplemente maravillosa. ¡Qué gozada poder tratar como hijo con EL PADRE, como pecador rescatado con su mismo REDENTOR; como buscador con su GUÍA! Francamente, ¡qué maravilla!

La vida cristiana es bella.

N.B. Si un espectáculo de agua, luz y sonido (no dejes de verlo) puede ser tan armónico y bello, ¡qué será la belleza de la vida trinitaria que llevamos dentro!

viernes, 24 de mayo de 2013

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 24 DE MAYO DEL 2013



LOS  CINCO MINUTOS DE DIOS
24 DE MAYO DEL 2013


Un hombre sin ideas claras es un hombre desorientado, un hombre sin ruta; o al menos es un hombre que sigue una ruta que no termina en meta, sino que sigue caminos y caminos que se chocan y se entrecruzan, pero nunca lo conducen a un fin.
La idea es la madre de la acción; a ideas claras, seguirán acciones definidas y con orientación hacia su objetivo bien conocido y amorosamente buscado.
La idea necesita luz, la luz de la verdad. Dios es la verdad; cuanto más nos alejamos de Dios, más lejos estamos de la luz, más nos circundan las tinieblas del error; y por más esfuerzos que hagamos, más nos enfrascaremos en la oscuridad del error y en la maldad.
Y cuando el hombre camina en el error y la maldad, por más que él crea que se halla en la verdad y en el bien, no deja de dirigirse hacia la catástrofe, tanto más dolorosa y amarga, cuanto menos pensada y esperada por él. Por eso, para llegar a Dios, nada mejor que ir a El y buscarlo con sincero corazón.
"Envía tu luz y tu verdad, ellas me guíen y me conduzcan a tu monte santo" (Salmo 43, 3). Cristo es la verdad, y los que siguen a Cristo no marchan en el error sino que están en la verdad.

Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios"  de Alfonso Milagros

UN MINUTO MARIANO


UN MINUTO MARIANO

María es llena de gracia, Madre de Misericordia. Luego sus hijos, los más pobrecitos y necesitados, hemos de participar más que todos de su gracia y misericordia. ¿Y quién más necesitado que el pecador?. 

Autor desconocido

HOSPITAL DEL SEÑOR


HOSPITAL DEL SEÑOR

Fui al Hospital del Señor a hacerme una revisión de rutina y constaté que estaba enfermo. Cuando Jesús me tomó la presión vio que estaba baja de ternura. Al medirme la temperatura el termómetro registró 40 grados de egoísmo.

Hizo un electrocardiograma y el diagnóstico fue que necesitaba varios "by-pases" de amor porque mis venas estaban bloqueadas y no abastecían mi corazón vacío.

Pasé hacia ortopedia: no podía caminar al lado de mi hermano, y tampoco podía abrazarlo porque me había fracturado al tropezar con mi vanidad. También me encontraron miopía, ya que no podía ver más allá de las apariencias; cuando me quejé de sordera Jesús me diagnosticó quedarme sólo en las palabras vacías de cada día.

GRACIAS SEÑOR, porque las consultas son gratuitas, por tu gran misericordia. Prometo, al salir de aquí, usar solamente los remedios naturales que recetas en el Evangelio...

Al levantarme tomaré un vaso de AGRADECIMIENTO.

Al llegar al trabajo, una cucharada sopera de BUEN DÍA.

Cada hora un comprimido de PACIENCIA y una copa de HUMILDAD.

Al llegar a casa, SEÑOR, voy a tener diariamente una inyección de AMOR, y al irme a acostar dos cápsulas de CONCIENCIA TRANQUILA.

¡¡¡¡¡ GRACIAS SEÑOR !!!!!

VENGO POR TI

VENGO POR TI


Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar, la cual no me gustó mucho que digamos y tengo que comer la comida que no me gusta.

Voy a entrar al baño y mi hija de apenas año y medio no me deja porque quiere jugar conmigo. No entiende que estoy cansado y quiero entrar al baño.

Después, tomo mi revista para leerla en mi sillón y mi hija nuevamente quiere jugar y que la arrulle entre mis brazos. Yo quiero leer con tranquilidad mi revista, y sale mi esposa con su: "¿Qué tal me ves? Me arreglé para ti". Le digo que bien, sin despegar mis ojos de mi revista. Para variar, se enoja conmigo por que dice que no la comprendo y que nunca la escucho. No sé por qué se enoja si le pongo toda mi atención, es más, aún viendo la T.V. le pongo atención, bueno, siempre y cuando haya malos anuncios. A veces quisiera estar solo y no escuchar nada, yo sólo quiero descansar. Suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los de mi casa.

Mi padre también me molesta algunas veces y entre clientes, esposa, hija, padre, me vuelven loco, quiero paz. Lo único bueno es el sueño, al cerrar mis ojos siento un gran alivio de olvidarme de todo y de todos.

-Hola, vengo por ti.

-¿Quién eres tú? ¿Cómo entraste?

-Me manda Dios por ti, dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de descansar.

-Eso no es posible, para eso tendría que estar...

-Así es, sí lo estás; ya no te preocuparás por ver a la misma gente, ni por caminar, ni de aguantar a tu esposa con sus guisos, ni a tu pequeña hija que te moleste; es más, jamás escucharás los consejos de tu padre.

-Pero... ¿Qué va a pasar con todo? ¿Con mi trabajo?

-No te preocupes; en tu empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tu puesto y por cierto, está muy feliz porque no tenía trabajo.

-¿Y mi esposa y mi hijita?

-A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades que tú nunca observaste en ella y él acepta con gusto todos sus guisos sin reclamarle nada, porque gracias a Dios y a ella, tiene algo que llevarse a la boca todos los días a diferencia de otras personas que no tienen nada que comer y pasan hambre hasta durante meses. Y además, se preocupa por tu hija y la quiere como si fuera de él y por muy cansado que siempre llegue del trabajo, le dedica tiempo para jugar; son muy felices.

-No, no puedo estar muerto.

-Lo siento, la decisión ya fue tomada.

-Pero... eso significa que jamás volveré a besar la mejillita de mi hijita; ni a decirle te amo a mi esposa; ya no veré a mis amigos para decirles lo mucho que los aprecio; ni darle un abrazo a mi padre. Ya no volveré a vivir, ya no existiré más, me enterrarán en el panteón y ahí se quedará mi cuerpo cubierto de tierra. Nunca más volveré a escuchar las palabras que me decían: "Hey amigo, eres el mejor"; "Hijo mío, estoy orgulloso de ti"; "Cuánto amo a mi esposo"; "Hermano mío, me alegro de que vinieras a mi casa"; "Papi..."

-No, no quiero morir; quiero vivir, envejecer junto a mi esposa, no quiero morir todavía...

-Pero es lo que querías, descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para siempre.

-No, no quiero, no quiero. ¡Por favor, Dios!

-¿Qué te pasa amor? ¿Tienes una pesadilla? - dijo mi esposa despertándome.

-No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé, de mi familia, de todo lo que Dios creó. ¿Sabes?, Estando muerto ya nada puedes hacer y estando vivo tienes la oportunidad de hacer felices a los demás y hacer la voluntad de Dios. Una vez cerrados tus ojos, nadie te garantiza volver a abrirlos.

¡Que bello es vivir! Hoy lo logré, mañana... mañana Dios dirá

NOVENA A MARÍA AUXILIADORA

Novena a María Auxiliadora
(Recomendada por San Juan Bosco)


1º  Rezar, durante nueve días seguidos, tres Padresnuestros, Avemarías y Glorias con la siguiente jaculatoria: "Sea alabado y reverenciado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento" y luego tres Salves con la jaculatoria: "María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros".
2º Recibir los Santos Sacramentos de Confesión y Comunión.
3º Hacer o prometer una limosna en favor de las obras de apostolado de la Iglesia o de las obras salesianas.


San Juan Bosco decía "Tened mucha fe en  Jesús Sacramentado y en María Auxiliadora y estad persuadidos de que la Virgen no dejará de cumplir plenamente vuestros deseos, si han de ser para la gloria de Dios y bien de vuestras almas. De lo contrario, os concederá otras gracia iguales o mayores".

MARÍA AUXILIADORA - 24 DE MAYO


María Auxiliadora
(Se celebra el 24 de Mayo)



María Auxiliadora
Historia de la devoción a María Auxiliadora
 
En el siglo XIX sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón, llevado por la ambición y el orgullo, se atrevió a encarcelar al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas. El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica".

Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: "Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados", vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a acabar en triste prisión el resto de su vida. El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios.


LOS REGALOS DE DIOS


Autor: Pedro García, Misionero Claretiano | Fuente: Catholic.net
Los regalos de Dios
Las Tres Divinas Personas se nos han dado las tres, cada una a su manera, y se han dado del todo en forma asombrosa.
 
Los regalos de Dios
Cuando hablamos del Espíritu Santo en nuestros mensajes parece que se anima el Programa. Ese día estamos pensando en Dios más que nunca. Y esto a lo mejor es lo que nos va a pasar hoy...

Un himno de la Liturgia se dirige al Espíritu Santo y le dice: Eres el regalo grande del Dios altísimo. Tan grande, que Dios echó el resto con el Espíritu Santo y se quedó sin nada más que darnos.

Parece mentira cómo hace Dios las cosas. Todas las hace en grande, como Dios que es. En Él no cabe hacer nada pequeño. Y así es cómo se nos ha dado Dios desde el principio. Ha ido escalonando las cosas que daba, y al fin se ha quedado sin nada más.

¿Y el Cielo?, preguntarán algunos. Sí, Dios a estas horas nos ha dado ya también el Cielo. Porque incluso el Cielo ya lo llevamos dentro. Lo único que falta es que se rompa el velo de la carne mortal para que podamos disfrutar en gloria lo que ya poseemos en gracia.

Las Tres Divinas Personas se nos han dado las tres, cada una a su manera, y se han dado del todo en forma asombrosa. Aunque, cuando se nos daba una Persona, se nos daban las otras por igual, cada una según es en el seno de la Santísima Trinidad.

El primero que se nos dio fue el Padre con la creación. Toda la obra inmensa que contemplan nuestros ojos salió de sus manos amorosas y la puso en las manos nuestras para que la disfrutemos a placer. Nos creó en inocencia y nos dio su gracia, de modo que desde el principio éramos hijos suyos.

Se nos daba después el Hijo en la obra de la Redención. Cuando cometimos la culpa y perdimos la gracia, Dios manda su Hijo al mundo para que nos salve, y ya sabemos cómo se nos dio Jesús. Desde la cuna de Belén y desde Nazaret hasta el Calvario, y a través de todos los caminos de Galilea, ¡hay que ver cómo se entregaba Jesús! Y cuando había de marchar de este mundo, se las ingenió para irse y quedarse a la vez. Porque, si no, ¿qué otra cosa es la Eucaristía?... Y, ya en el Cielo, nos va a hacer junto con el Padre el regalo de los regalos.

Finalmente, le tocaba el turno al Espíritu Santo.
Sentado a la derecha del Padre, Jesús, con todo el poder que tiene como Dios, nos manda el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, para que tome posesión de nuestros corazones, derrame en nosotros el Amor increado de Dios, nos llene de su santidad, nos colme con todos sus dones, produzca en nosotros todos los frutos del Cielo, y sea la prenda de nuestra vida eterna.

Así Dios, el Dios Uno en las Tres divinas Personas de la Santísima Trinidad, siendo infinitamente rico, se queda sin nada más que darnos...

El Espíritu Santo es el resto, el colmo, el regalo grande del Dios altísimo, que ya no puede inventar nada mayor para poderlo regalar.

Son muchas las personas que en nuestros días, volviendo a la devoción que la Iglesia de los primeros siglos tuvo al Espíritu Santo, nos han dado una verdadera lección de felicidad. ¡Hay que ver cómo disfrutan del Espíritu Santo en sus asambleas! Parecen tener la feliz enfermedad de un Felipe de Neri, el Santo más simpático que llenó la Roma del siglo dieciséis.

Se preparaba para celebrar la fiesta de Pentecostés, porque era muy devoto del Espíritu Santo, cuando se sintió de repente abrasado por un fuego devorador.
- ¡Que no puedo más! ¡Que no puedo más!...
Los que le rodeaban empezaron a buscar agua fría, le aplicaban al pecho paños mojados, y nada... El corazón palpitaba como un tambor. Hasta las costillas se levantaban como para estallar.
Felipe no podía aguantar el gozo inexplicable que le invadía:
- ¡Basta! ¡Que no puedo con tanta felicidad!...
Aquel fenómeno místico no se lo explicaba nadie, porque aquel calor le duraba como duraban las llagas a San Francisco de Asís o al Padre Pío...
Llegaba el invierno y tenía que descubrirse la ropa del pecho para que el calor del amor no se sintiera tan intenso. Y como nadie sabía de qué procedía, el Santo, como hacía con todas sus cosas, lo tomaba a risa delante de los demás. Caminaba así descubierto en pleno invierno por las calles de Roma, por mucho frío que hiciese, y se les reía a los jóvenes:
- ¡Vamos! A vuestra edad, ¿y no aguantáis el poco frío que hace?
Los médicos, que tampoco entendían nada, le daban medicinas equivocadas y no conseguían nada tampoco. Ni disminuían las palpitaciones, ni se arreglaban las costillas. El Santo seguía riéndose:
- Pido a Dios que estos médicos puedan entender mi enfermedad...

Pues, bien. Eso que ni los jóvenes ni los médicos entendían, es lo que hace en nosotros el Espíritu Santo que se nos ha dado. Así estalla su amor en el corazón. Dios lo quiso manifestar externamente en Felipe Neri para que nosotros entendiéramos la realidad mística y profunda que llevamos dentro.

El Espíritu Santo es el Huésped de nuestras almas y el que santifica nuestros cuerpos. El Espíritu Santo es el que ilustra nuestras mentes para que entendamos la verdad y penetremos en las intimidades de Dios. El Espíritu Santo es quien nos empuja hacia Dios con la oración que suscita en nosotros.

El Espíritu Santo, don grandísimo de Dios, lo último que le quedaba a Dios... Eso, eso es lo que Dios nos ha dado...



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Pedro García Cmf

    jueves, 23 de mayo de 2013

    EL EVANGELIO DE HOY

    Autor: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net
    Haced esto en recuerdo mío
    Lucas 22, 14-20. Fiesta. Jesucristo es Sumo y Eterno Sacerdote que instituye el sacerdocio y la Eucaristía.
     
    Haced esto en recuerdo mío
    Del santo Evangelio según san Lucas 22, 14-20

    Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.» Y recibiendo una copa, dadas las gracias, dijo: «Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.» Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo, después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza, sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros.

    Oración introductoria

    ¡Señor, cuánta seguridad me dan tus palabras! Has dado tu vida por mí y me esperas en la casa del Padre. No dejes nunca que pierda de vista la meta a la que me llamas. Fortaléceme por medio de esta meditación para que logre pasar de la divagación a la oración y pueda transformarme en un auténtico receptor de tu gracia.

    Petición

    Señor, dame la sabiduría y fortaleza para seguir por tu camino.

    Meditación del Papa

    En la Eucaristía, la Iglesia responde a la indicación de Jesús: "Hagan esto en memoria mía"; repite la oración de acción de gracias y de bendición, y con ella, las palabras de la transustanciación del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nuestras Eucaristías se realizan en ese momento de oración, en un unirnos siempre y de nuevo a la oración de Jesús. Desde el principio, la Iglesia ha comprendido las palabras de la consagración como parte de la oración realizada junto a Jesús; como una parte central de la alabanza llena de gratitud, a través de la cual el fruto de la tierra y del trabajo del hombre, nos viene nuevamente donados como cuerpo y sangre de Jesús, como auto donación de Dios mismo en el amor acogedor del Hijo. Participando en la Eucaristía, nutriéndose de la Carne y la Sangre del Hijo de Dios, unimos nuestras oraciones a la del Cordero Pascual en la noche suprema, para que nuestra vida no se pierda, a pesar de nuestra debilidad y de nuestras infidelidades, sino que sea transformada. Queridos amigos, pidamos al Señor que, después de habernos preparado debidamente, también con el Sacramento de la Penitencia, nuestra participación en su Eucaristía, que es esencial para la vida cristiana, sea siempre el punto más alto de todas nuestras oraciones. (Benedicto XVI, 11 de enero de 2012).

    Reflexión

    Cristo estaba ansioso de celebrar la Pascua con sus apóstoles. Sabe lo que esta Pascua significa, pero no la teme, sino la desea, no huye, sino que la prepara cuidadosamente. Quiere compartir la mesa con sus apóstoles, despedirse, es su adiós en el tiempo.

    A nosotros también nos espera Cristo para compartir la mesa con nosotros. Y si al hacerlo nuestros corazones se encuentran abiertos y deseosos de conocer más y mejor al Señor, el Espíritu Santo trabajará en cada uno de nosotros, y así podremos vivir, cada día más,como cristianos auténticos, esforzándose por adquirir las virtudes necesarias para ello.

    Jesucristo es Sumo y Eterno Sacerdote que instituye el sacerdocio y la Eucaristía. En este jueves hagamos una reflexión de agradecimiento. Al despedirse Él, también promete su presencia viva, poniendo en manos de los Doce al Espíritu Santo que hará realidad el misterio de la Eucaristía. Demos gracias al Señor por cada sacerdote que hace posible, por medio del Espíritu, la presencia viva de Cristo.

    Oremos por las vocaciones, que no falten hombres que con sus manos consagradas hagan presente a Cristo para poder recibir la vida de Dios en la Eucaristía.


    HIMNO SACERDOTAL

    Brota de mi corazón un himno ardiente
    cuajado en el manantial del ser:
    Jesús Martí, yo te elijo, vente,
    yo te llamo: Jesús Martí Ballester.

    Cogiste mi corazón de niño
    con ternura delicada y paternal,
    me sedujeron tu afecto y tu cariño
    y me dejé cautivar.

    Yo escuché tu llamada gratuita
    sin saber la complicación que me envolvía,
    me enrolé en tu caravana de tu mano
    sin pensar ni en las espinas ni en los cardos.

    Te fui fiel, aunque a girones
    fui dejando en mi camino pedazos de corazón,
    hoy me encuentro con un cáliz rebosante de jazmines que potencian mis anhelos juvenilesy me acercan más a Dios.

    En el ocaso de la carrera de mi vida
    siento el gozo de la inmolación a Tí.
    Tienes todos los derechos de exigirme,
    puedes pedir si me ayudas a decir siempre que ¡Sí!.

    Necesitaste y necesitas de mis manos
    para bendecir, perdonar y consagrar;
    quisiste mi corazón para amar a mis hermanos, pediste mis lágrimas y no me ahorré el llorar.

    Mis audacias yo te di sin cuentagotas,
    mi tiempo derroché enseñando a orar,
    gasté mi voz predicando tu palabra
    y me dolió el corazón de tanto amar.

    A nadie negué lo que me dabas para todos.
    Quise a todos en su camino estimular.
    Me olvidé de que por dentro yo lloraba,
    y me consagré de por vida a consolar.

    Muchos hombres murieron en mis brazos,
    ya sabrán cuánto les quise en la inmortalidad, me llenarán de caricias y de flores el regazo, migajas de los deleites de su banquete nupcial.

    Pediste que te prestara mis pies
    y te los ofrecí sin protestar,
    caminé sudoroso tus caminos,
    y hasta el océano me atreví a cruzar.

    Cada vez que me abrazabas lo sentía
    porque me sangraba el corazón,
    eran tus mismas espinas las que me herían
    y me encendían en tu amor.

    Fui sembrando de hostias el camino
    inmoladas en la cenital consagración:
    más de treinta mil misas ofrecidas
    han actualizado la eficacia de tu redención.

    No me pesa haber seguido tu llamada,
    estoy contento de ser latido en tu Getsemaní;
    sólo tengo una pena escondida allá en el alma: la duda de si Tú estás contento de mí.

    Mi gratitud hoy te canto, ¡Cristo de mi sacerdocio!
    Mi fidelidad te juro, Jesucristo Redentor.
    Ayúdame a enriquecer con jardines a tu Iglesia, que florezcan y sonrían aún en medio del dolor.

    Sean esos jardines para tu recreo y mi trabajo, multiplica tu presencia por los campos hoy en flor,
    que lo que comenzó con la pequeñez de un pájaro, se convierta en muchas águilas que roben tu Corazón.


    Diálogo con Cristo

    Gracias, Señor, por recordarme que la Eucaristía es ese fuego que puede ir ablandando la coraza de piedra que aprisiona y endurece mi corazón. Permite que no participe simplemente como un observador en tu Eucaristía, sino que la sepa adorar, para poder unirme humildemente, con un corazón arrepentido, a tu oración. Toma todos mis esfuerzos y sacrificios de hoy por esta intención.

    Propósito

    Participar en una hora eucarística como un acto de reparación por los sacrilegios que se comenten en torno a la Eucaristía.

    _______________


    Hoy es un día especial para rezar por los sacerdotes: Oración y Preces por los sacerdotes.

    LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 23 DE MAYO 2013


    LOS  CINCO MINUTOS DE DIOS
     23 DE MAYO DEL 2013

    He aquí cuáles son los caminos del Señor, descritos por un soldado: "Pedí a Dios fuerza, para poder realizar; fui tornado débil, para poder aprender a obedecer humildemente. Pedí auxilio, para poder hacer cosas mayores; tuve dolor, para poder hacer cosas mejores. Pedí riquezas, para poder ser feliz; tuve pobreza, para poder ser sabio. Pedí todas las cosas, para poder aprovechar la vida; tuve la vida, para poder aprovechar todas las cosas. Nada tuve de lo que pedí; mas tuve todo cuanto esperé. A pesar de mí, mis ruegos fueron atendidos; yo soy, entre todos los hombres, el más ricamente obsequiado." No pocas veces se nos niega lo que pedimos, no por el afán de negarnos, sino porque no conviene que se nos conceda lo que pedimos y, en cambio, se nos da lo que no hemos pedido, no porque no lo hayamos pedido, sino porque eso es precisamente lo que necesitamos.

    "Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues lo somos! El mundo no nos conoce, porque no le conoció a El. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que cuando se nos manifieste, seremos semejantes a El" (1 Jn, 3,2).

    Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios"  de Alfonso Milagros

    HACERSE PAN...



    HACERSE PAN

    Puede que sea bonito pero no es fácil HACERSE PAN.
    Significa que ya no puedes vivir solo para ti, sino también para los demás.

    Significa que ya no puedes poseer nada, ni las cosas, ni el tiempo, ni los talentos, ni libertad como algo exclusivo. Todo lo tuyo, no es ya solo tuyo, es también de y para los demás.

    Significa que tenemos que estar, enteramente disponibles a tiempo completo.Ya no puedes protestar de cualquier modo, por cualquier cosa.No puedes refunfuñar si te requieren, te molestan o te llaman a cualquier hora, o para cualquier cosa.

    Significa que debes tener paciencia y mansedumbre…
    Como el PAN que se deja amasar, cocer y partir.

    Significa que debes ser humilde como el PAN, que no figura en los platos exquisitos; pero que siempre está ahí. Siempre para acompañar.

    Significa que debes cultivar la ternura y la bondad, porque así es el pan: TIERNO Y BUENO.

    Significa que debes estar dispuesta siempre al sacrificio,
    como el PAN que se deja triturar.

    Significa que debes vivir siempre en elamor más grande,
    capaz de morir para dar vida, como el PAN.

    Déjate triturar por los que están a tu lado, déjate amasar...
    por los trabajos y los servicio a favor de los hermanos.

    Déjate cocer por el fuego del amor y del espíritu.

    Así podrás darte a los que te necesitan.

    Ayúdanos Señor a ser PAN para los demás. Como Tú.

    UN MINUTO MARIANO


    UN MINUTO MARIANO

     La Virgen María ha sido el medio por el cual se unió la naturaleza divina con la humana... Muy acertadamente se la llama mediadora. 

    Miguel de Bolonia

    ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


    ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

    Con el velo del Santísimo Sacramento
    sean cubiertos mis seres queridos.
    y no sean heridos, ni muertos,
    ni presos, ni cautivos,
    ni de sus enemigos vencidos.
    por la flor en que nació,
    por la cruz en que murió,
    hablen y se defiendan
    y ablanden los corazones
    que estén en su contra.

    ¡Oh! Jesús sacramentado,
    si enemigos ven venir,
    la llaga de tu costado
    siempre los ha de cubrir.
    con el velo de Maria Santísima
    sean cubiertos mis seres queridos.
    y no sean heridos, ni muertos,
    ni presos, ni cautivos,
    ni de sus enemigos vencidos.

    El poder de Dios les valga,
    la fuerza de la fe,
    la pureza de María Santísima,
    y la castidad del señor San José.
    Así sea.

    PRECES POR LOS SACERDOTES


    autor: Mensaje | Fuente: Mensaje
    Preces por los sacerdotes
    A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor...



    A nuestro Santísimo Padre el Papa, Dale Señor tu corazón de Buen Pastor.

    A los sucesores de los Apóstoles, Dales Señor, solicitud paternal por sus sacerdotes.

    A los Obispos puestos por el Espíritu Santo, Compromételos con sus ovejas, Señor.

    A los párrocos, Enséñales a servir y a no desear ser servidos, Señor.

    A los confesores y directores espirituales, Hazlos Señor, instrumentos dóciles de tu Espíritu.

    A los que anuncian tu palabra, Que comuniquen espíritu y vida, Señor.

    A los asistentes de apostolado seglar, Que lo impulsen con su testimonio, Señor.

    A los que trabajan por la juventud, Que la comprometan contigo, Señor.

    A los que trabajan entre los pobres, Haz que te vean y te sirvan en ellos, Señor.

    A los que atienden a los enfermos, Que les enseñen el valor del sufrimiento, Señor.

    A los sacerdotes pobres, Socórrelos, Señor.

    A los sacerdotes enfermos, Sánalos, Señor.

    A los sacerdotes ancianos, Dales alegre esperanza, Señor.

    A los tristes y afligidos, Consuélalos, Señor.

    A los sacerdotes turbados, Dales tu paz, Señor.

    A los que están en crisis, Muéstrales tu camino, Señor.

    A los calumniados y perseguidos, Defiende su causa, Señor.

    A los sacerdotes tibios, Inflámalos, Señor.

    A los desalentados, Reanímalos, Señor.

    A los que aspiran al sacerdocio, Dales la perseverancia, Señor.

    A todos los sacerdotes, Dales fidelidad a Ti y a tu Iglesia, Señor.

    A todos los sacerdotes, Dales obediencia y amor al Papa, Señor.

    A todos los sacerdotes, Que vivan en comunión con su Obispo, Señor.

    Que todos los sacerdotes, Sean uno como Tú y el Padre, Señor.

    Que todos los sacerdotes, Promuevan la justicia con que Tú eres justo.

    Que todos los sacerdotes, Colaboren en la unidad del presbiterio, Señor.

    Que todos los sacerdotes, llenos de Ti, vivan con alegría en el celibato, Señor.

    A todos los sacerdotes, Dales la plenitud de tu Espíritu y transfórmalos en Ti, Señor.

    De manera especial te ruego por aquellos sacerdotes por quienes he recibido tus gracias; el sacerdote que me bautizó, los que han absuelto mis pecados reconciliándome contigo y con tu Iglesia, aquellos en cuyas Misas he participado y que me han dado tu cuerpo en alimento, los que me han transmitido tu palabra y conducido hacia Ti.



    A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

    JESUCRISTRO, SACERDOTE

    Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
    Jesucristo, Sacerdote
    Cristo es verdadero Sumo Sacerdote, el Salvador del mundo. De un modo personal, profundo, quiere ser, también, mi Salvador.
     
    Jesucristo, Sacerdote
    Nuestro corazón está herido por el pecado, nuestra mente vive dispersa en mil distracciones vanas, nuestra voluntad flaquea entre el bien y el mal, entre el egoísmo y el amor.

    ¿Quién nos salvará? ¿Quién nos apartará del pecado y de la muerte? Sólo Dios. Por eso necesitamos acercarnos a Él para pedir perdón.

    Pero, entonces, "¿quién subirá al monte de Yahveh?, ¿quién podrá estar en su recinto santo?" Sólo alguien bueno, sólo alguien santo: "El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura" (Sal 24,3-4).

    Sabemos quién es el que tiene las manos limpias, quién es el que tiene un corazón puro, quién puede rezar por nosotros: Jesucristo.

    Jesucristo puede presentarse ante el Padre y suplicar por sus hermanos los hombres. Es el verdadero, el único, el "Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec" (Hb 5,10; 6,20). Es el auténtico "mediador entre Dios y los hombres" (1Tm 2,5), como explica el "Catecismo de la Iglesia Católica" (nn. 1544-1545).

    Cristo es el único Salvador del mundo. De un modo personal, profundo, quiere ser, también, mi Salvador.

    Celebrar a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, nos llena de alegría. El altar recibe la Sangre del Cordero. El Sacerdote que ofrece, que se ofrece como Víctima, es el Hijo de Dios e Hijo de los hombres. El Padre, desde el cielo, mira a su Hijo, el Cordero que quita el pecado del mundo, el Sumo Sacerdote que se compadece de sus hermanos.

    El pecado queda borrado, el mal ha sido vencido, porque el Hijo entregó su vida para salvar a los que vivían en tinieblas y en sombras de muerte (cf. Lc 1,79).

    Podemos, entonces, subir al monte del Señor, acercarnos al altar de Dios, participar en el Banquete, tocar al Salvador.

    Como en la Última Cena, Jesús nos dará su Cuerpo y su Sangre. Como a los Apóstoles, lavará nuestros pies, y nos pedirá que le imitemos: "Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22,27). “Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (Jn 13,15).

    Ese es nuestro Sumo Sacerdote, el Cordero que salva, el Hijo amado del Padre. A Él acudimos, cada día, con confianza: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.

    Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna" (Hb 4,15-16).


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    martes, 21 de mayo de 2013

    LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 21 DE MAYO DEL 2013



    LOS  CINCO MINUTOS DE DIOS
    21 DE MAYO DEL 2013

    Tomar a cargo la felicidad de otro es el primer movimiento y la primera exigencia del verdadero amor; y es que el amor no se fija en sí, sino que se fija en la persona amada. 
    Luego siempre que te busques a ti mismo en primera línea, no. amas con auténtico amor; siempre que prefieras tu propia satisfacción o utilidad a la satisfacción y tranquilidad de los otros, no amar de veras. 
    Es decir, no amas a los otros, te amas a ti mismo; pero como amarse a sí mismo con detrimento de los otros es destruirse a sí mismo, y eso no es amarse, solamente te amarás a ti mismo cuando ames de veras a los otros, cuando te inmoles por los otros, cuando te preocupes por los otros, cuando te sacrifiques a ti mismo por los otros. 
    No te olvides: para que el amor sea verdadero, ha de ser total, único y entregado. Cuando uno se sirve de otro sin una perspectiva de entrega profunda, es imposible el amor.

    "Todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación, que está en Cristo Jesús con la gloria eterna" (2 Tim, 2, 10). Rubén Darío escribió: "Hemos de acordarnos que somos hermanos/hemos de acordarnos del dulce Pastor/que crucificado, lacerado, exánime/para sus verdugos imploró perdón" 


    Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios"  de Alfonso Milagros
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