miércoles, 4 de diciembre de 2019

FALLECE JOVEN SACERDOTE ORDENADO CON PERMISO ESPECIAL DEL VATICANO


Fallece joven sacerdote ordenado con permiso especial del Vaticano
Redacción ACI Prensa
Créditos: Oficina de Prensa-Diócesis de Garzón




La Diócesis de Garzón (Colombia) informó que este miércoles 4 de diciembre falleció el P. Diego Omar Peña Navia a consecuencia de la enfermedad terminal que padecía. El Obispo de Garzón, Mons. Fabio Duque Jaramillo, expresó su dolor y pidió que Dios reciba el alma del joven sacerdote en su gloria.

A cuatro meses de su consagración, gracias a un permiso especial otorgado por la Santa Sede, el P. Peña con 31 años de edad partió al encuentro del Padre en la madrugada del día de hoy,  producto de un cáncer terminal.

Mons. Duque Jaramillo pidió que el “Señor a todos nos fortalezca con nuestra mirada puesta en la Resurrección”, y señaló que el dolor es natural por la condición humana, pero es superada por la esperanza que brota de la fe.

En declaraciones a ACI Prensa el 22 de agosto, Mons. Duque Jaramillo, manifestó que “todos los acontecimientos que vivimos, cuando lo hacemos desde una experiencia de fe, hacen palpable la cercanía de Dios”, en relación a cómo la enfermedad une a Peña con el Señor, así como la importancia de este hecho para la comunidad.

“Lo único que queremos confirmar es la madurez en la fe de este hermano, que le permita seguir asociando su sufrimiento colocando allí, en su propia realidad, asumiendo en su propio cuerpo el sufrimiento de Jesús”, comentó.

El P. Peña y su lucha contra el cáncer

Antes de sentir el llamado al sacerdocio, Diego Omar Peña estaba alejado de la fe y de cualquier experiencia cristiana, sin embargo, se le diagnosticaron los primeros síntomas de su enfermedad y, según Mons. Duque, fue el proceso y la superación de este mal lo que lo condujeron a “buscar una cercanía con Dios y la Iglesia”.

“Comenzó a frecuentar y participar en las celebraciones litúrgicas que se daban en su vereda y lentamente comenzó a experimentar, lo que él ha reconocido como, ‘un llamado muy fuerte del Señor, manifestado de múltiples maneras’ al ministerio sacerdotal en la Iglesia”, comenta Mons. Duque.

El 1 febrero de 2015, ingresó al Seminario Conciliar María Inmaculada de Garzón. En ese entonces “los certificados indicaban que no había huella dejada por la enfermedad”.

“A lo largo de estos cinco años de seminario, el joven Diego Omar ha presentado signos de crecimiento en la fe, y desde hace año y medio, cuando reapareció la enfermedad, se ha distinguido por enfrentar este momento tan difícil desde una profunda unión de su sufrimiento con la pasión de Cristo y haciendo palpable una serenidad envidiable frente a la realidad de la muerte”, afirmó el Obispo.

Debido a estos signos de madurez, Mons. Duque lo consideró apto para ser ordenado diácono y posteriormente sacerdote, por lo que realizó la consulta a la Congregación para el Culto Divino y la disciplina los Sacramentos, sobre la posibilidad de concederle la ordenación diaconal y sacerdotal.

El joven seminarista recibió la consagración sacerdotal el 22 de agosto, un día después de su ordenación diaconal.

El 30 de setiembre, Mons. Duque señaló que la enfermedad del P. Peña había avanzado, siendo atendido en Bogotá, en el Instituto Cancerológico de Colombia.

“Quiero morir con la casulla puesta, porque morir siendo sacerdote vale todo, tal como murió el padre polaco (Michel Los)” señaló el P. Peña al Canal SanTV, días antes de su ordenación sacerdotal. 

EL EVANGELIODE HOY MIÉRCOLES 4 DE DICIEMBRE DE 2019

Qué tiene que ver conmigo...
Santo Evangelio según san Mateo 15, 29-37. Miércoles I de Adviento


Por: H. Pedro Cadena, LC | Fuente: www.somosrc.mx



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, aquí estoy. Tú me conoces, sabes bien quién soy. Tú ves mi corazón. Sabes cómo es: sano y enfermo, fuerte y débil, valiente y miedoso... Quiero que toques mi corazón hoy, Jesús. Renuévame. Ayúdame a dejarte hacer. María, acompáñame, por favor.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 15, 29-37

En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió al monte y se sentó. Acudió a él mucha gente, que llevaba consigo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron a sus pies y él los curó. La gente se llenó de admiración, al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de Israel.

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque pueden desmayarse en el camino”. Los discípulos le preguntaron: “¿Dónde vamos a conseguir, en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?”. Jesús les preguntó: “¿Cuántos panes tienen?”. Ellos contestaron: “Siete, y unos cuantos pescados”.

Después de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús tomó los siete panes y los pescados, y habiendo dado gracias a Dios, los partió y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los pedazos que habían sobrado.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

¿Cuándo se irá esta gente?, te preguntas. Frente a ti, a lo lejos, el lago y las nubes del cielo se han teñido de rojos, naranjas y violetas. A orillas del lago se divisan ya algunas manchas de luces dispersas. Cafarnaúm, Magdala... Está atardeciendo y ya es el tercer día. ¡Tres días! Y la marea de gente sigue yendo y viniendo. Sientes una mano en tu hombro derecho. Volteas. Es Jesús. ¿Qué sientes cuándo sus ojos encuentran los tuyos? Si quieres quédate en este encuentro. Si lo prefieres, sigue contemplando. Escucha a Jesús: Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer... ¿Qué pasa en tu interior en estos momentos? Se lo puedes contar a Jesús si quieres...

«Los discípulos eran prudentes. Creo que en ese momento Jesús se enfadó en su corazón: ¡Denles ustedes de comer! El Señor – dice el Evangelio – tuvo compasión porque veía a aquellas personas como ovejas sin pastor. Por un lado, el gesto de Jesús, la compasión y, por otro, la actitud egoísta de los discípulos que buscan una solución, pero sin compromiso, que no se ensucian las manos, como diciendo que esta gente se las arregle».
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de septiembre de 2019, en santa Marta).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Jesús, Señor mío, Tú conoces mi corazón mejor que yo mismo. Hoy se ha movido algo dentro de mí, algunas cosas han salido a flote... Y Tú me miras. ¿Qué quieres que descubra hoy en tu mirada? Haz que sienta cómo me ves, y que escuche lo que me quieres decir. Libérame, sáname... Y toca hoy a quien Tú quieras a través de mí.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a cumplir mis deberes de estado (casado, estudiante, hijo...) con especial amor. Jesús, ayúdame a ser Tú para las personas que me has confiado hoy.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

BIENVENIDOS





lunes, 2 de diciembre de 2019

JUGANDO A LAS CARTAS


Jugando a las cartas


Los niños con sus salidas ingenuas son la alegría del hogar. Su sinceridad y falta de inhibiciones sociales provocan el regocijo de todos. Pero son siempre un llamado a ser más sinceros y sencillos, a quitarnos las máscaras, a comprometernos con la verdad… y a tener una mirada limpia, fresca y asombrada de las cosas, de la naturaleza, de las personas.

Un señor entra en un bar y observa que en una mesa hay tres hombres y un perro jugando a las cartas. Muy sorprendido se acerca a la mesa y pregunta: —Este dálmata, ¿puede realmente jugar a las cartas? —Sí. —¡Es algo maravilloso! —No crea. Cada vez que le tocan buenas cartas, mueve la cola y todos nos damos cuenta.

Vivir con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te cueste; a no valerte de una mentira para librarte de una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte. He aquí un camino de grandeza moral.



* Enviado por el P. Natalio

ADVIENTO, TIEMPO DE SILENCIO


Adviento, tiempo de silencio



Creo que el Adviento es un tiempo de silencios sagrados. En los que callo para oír la voz de Dios en el desierto de mi alma. El silencio y el amor están unidos.

Leemos en Amoris Laetitia: En el amor los silencios suelen ser más elocuentes que las palabras. Es Dios en ese silencio en el que me debato buscando respuestas. Ese silencio incómodo en el que espero oír su voz cuando permanece callado. O una señal que me indique cómo seguir buscando.

Comenta el Papa Francisco: En estos tiempos inquietos en que vivimos el misterio de la Encarnación nos recuerda que Dios siempre nos sale al encuentro y es el Dios-con-nosotros, que pasa por los caminos a veces polvorientos de nuestra vida y, conociendo nuestra ardiente nostalgia de amor y felicidad, nos llama a la alegría.

Ese Dios que está conmigo, que sale a mi encuentro. Ese Dios que acampa en mi alma. Que viene a buscarme a mi silencio. Allí donde no hay voces. Donde apenas oigo. Viene para que haga silencio acallando mis gritos. Calmando mis ansias y agobios. Levantando mi desánimo en medio de mi tristeza. Quiero aprender a guardar silencio.

Comenta Carmen Serrat: Aprender a meditar nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos y disfrutar del silencio y la soledad.

Sé que no siempre es tan sencillo disfrutar del silencio y la soledad. Son más cómodos los ruidos, las voces del mundo, la música, los tiempos inquietos.

Me duele hacer silencio, contemplar. Me duele permanecer solo, sin nadie a mi lado que me sostenga. Prefiero volcarme en el mundo para no pensar. Porque sé que si pienso sufro. Si callo me agobio. Me abismo en la oscuridad del alma buscando resquicios de una luz sagrada que me calme.

Callo, porque no quiero hablar demasiado. Porque en el amor que Dios me tiene sus silencios son más elocuentes que sus palabras. Como el silencio que guardan los amigos verdaderos en medio de sus pasos. O los cónyuges en un paseo a orillas de la vida. O ese padre que acompaña a su hijo enfermo. No hacen falta palabras.

El silencio del amor es elocuente. ¿Qué haces? Me preguntan. Nada. Respondo. Y acompaño la vida del que amo. Del que sufre a mi lado. Del que me necesita. Porque necesita más mi presencia que mis palabras. Porque las palabras no pueden contener todo lo que siento, lo que amo y lo que sufro. Porque en una palabra no cabe toda la eternidad. Quedaría reducida a un concepto vano y frío, demasiado pequeño.

Me gusta el silencio de María y José buscando posada. Un silencio inmenso. En medio de la incertidumbre de la vida que no controlo. Callan José y María. Yo también callo. Quiero guardar silencio ante mi amado que me busca. En esa cueva llena de silencios en la que Dios se vuelca. Y se hace carne. Y se hace noche llena de paz y plena de esperanza. Y se hace luz y estrella.

Como escribe Jorge Luis Borges: Toda casa es un candelabro. Y esa cueva, ese establo, se hizo casa, se hizo hogar. Y en medio del silencio el amor se volvió candelabro, luz, esperanza, destello de una vida que nace. En la oscuridad llena de silencios. Brota el llanto de un niño que se vuelve candelabro. Para mostrar lo densa que es la noche. Para dejar ver las siluetas sagradas de mi historia.


Carlos Padilla Esteban

LECTURAS BÍBLICAS DEL MARTES 3 DE DICIEMBRE DE 2019 - ADVIENTO

Lecturas del Martes de la 1ª semana de Adviento
ImprimirMartes, 3 de diciembre de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (11,1-10):

AQUEL día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de sabiduría y entendimiento,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra;
pero golpeará al violento con la vara de su boca,
y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.
La justicia será ceñidor de su cintura,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
el leopardo se tumbará con el cabrito,
el ternero y el león pacerán juntos:
un muchacho será su pastor.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león como el buey, comerá paja.
El niño de pecho retozará junto al escondrijo de la serpiente,
y el recién destetado extiende la mano
hacia la madriguera del áspid.
Nadie causará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país del conocimiento del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
será elevada como enseña de los pueblos:
se volverán hacia ella las naciones
y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios



Salmo
Sal 71,1-2.7-8.12-13.17

R/. Que en sus días florezca la justicia
y la paz abunde eternamente.

V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

V/. En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.

V/. Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.

V/. Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.


Evangelio
Lectura del santo evangelio segun san Lucas (10,21-24):


EN aquella hora Jesús se lleno de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio del martes, 3 de diciembre de 2019
Javier Goñi, cmf


Escuchando el Evangelio de hoy mi corazón me ha llevado lejos, a otras tierras y a otros pueblos. Me ha recordado comunidades y aldeas perdidas entre bosques tropicales con las que he tenido la suerte de compartir tanto… Y casi sin darme cuenta, me he puesto a compararlas con las comunidades parroquiales con las que estoy ahora. Vuelvo al Evangelio y no puedo menos que reconocer cuánta razón tenía Jesús.

Aquella gente sencilla, a pesar de su falta de formación, humana y teológica, en contextos de injusticia y violencia, a manos de narcotraficantes, gobiernos corruptos y empresas aprovechadas, y en medio de una gran pobreza, es capaz sin embargo de vivir con fuerza su fe y organizarse en comunidades vivas y comprometidas. Incluso teniendo que hacerlo a veces solos, apenas con alguna visita esporádica de algún sacerdote.

En cambio, aquí, en el mundo desarrollado, las iglesias se van quedando vacías. No del todo, no. Pero mirad quiénes quedan. También son gente sencilla: gente mayor, algunos inmigrantes y algún que otro joven o adulto buscador contracorriente. Poco más. En estos países de sabios, poderosos y entendidos, la fe está desapareciendo. O quedando reducida a pequeños grupos de gente humilde que lleva sobre sus espaldas la pobreza de los muchos años, o de los muchos sufrimientos.

¡Qué razón tenía Jesús!: “Gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños”. ¿Y tú? ¿Y yo? ¿Somos de los pequeños y sencillos? ¿O al menos, estamos a su lado, compartiendo con ellos, aprendiendo de ellos?

Si San Francisco Javier, el Santo Misionero cuya memoria celebramos este día, viviera hoy, quizás hubiera preferido quedarse en Europa, ahora tierra de misión. Y nos lo encontraríamos, quizás, rodeado de abuelos y abuelas, de jóvenes perdidos, de inmigrantes, de familias sin hogar, de víctimas de las drogas, del alcohol o del juego, anunciándoles la alegre noticia: la venida del Salvador.

Javier Goñi (fjgoni@hotmail.com)

MEDITACIÓN DEADVIENTO: DÍA 1 Y 2 DE DICIEMBRE



BREVE REFLEXIÓN
 PARA CADA DÍA DE ADVIENTO

A continuación, se muestra una breve reflexión para cada día de Adviento. Te servirán para preparar tu pesebre espiritual para cuando nazca el Niño Jesús. Por cada pequeño sacrificio que realices durante Adviento, añade una pajita al pesebre del Niño Jesús. Cuantos más pequeños sacrificios realices, más mullidito encontrará tu pesebre el Niño Jesús cuando nazca.





Pesebre 1 de Diciembre
Enciende la primera de las cuatro velas de la corona de Adviento. Reza un Avemaría para que la Virgen te ayude a preparar tu corazón para recibir a Jesús en la Sagrada Comunión en este primer domingo de Adviento.

- Virgen María, ayúdame para que pueda recibir dignamente a Jesús.

Reza un padrenuestro para pedirle a Dios que prepares bien la venida del Niño Jesús durante este Adviento.

- Jesús, me comprometo a dedicar un rato cada día de Adviento para meditar tu venida.



02 de Diciembre 
Reza al menos una decena del Rosario en honor a la Virgen y dedícalo a una intención.

Virgen María, te rezo esta decena del Rosario por la intención ... 
(se indica la intención)

Saca las figuras del Belén y todas las piezas complementarias. Haz una lista ordenada de todo lo que vas a montar. Reza un padrenuestro por los que no creen.

- Jesús, te pido por los que no creen, para que algún día cambien.

NO SOY DIGNO


No soy digno
Si se entiende bien, ante este tipo de dificultades para responder a la vocación diría que se puede pasar por alto la incompetencia, pero no la pusilanimidad: alma encogida, insuficiencia moral, desmoralización. Me explicaré -espero- de modo que se compre


Por: Juan Manuel Roca | Fuente: Fluvium.com




Si se entiende bien, ante este tipo de dificultades para responder a la vocación diría que se puede pasar por alto la incompetencia, pero no la pusilanimidad: alma encogida, insuficiencia moral, desmoralización. Me explicaré -espero- de modo que se comprenda, trayendo a nuestra consideración un conocido pasaje del Evangelio.

San Lucas relata que Jesús se subió un día a la barca de Pedro para predicar desde allí a la multitud y, al terminar, pidió a Pedro que llevara la barca mar adentro (es el Duc in altum!, ¡mar adentro!, que nos ha repetido Juan Pablo II como consigna para el tercer Milenio cristiano) y echara las redes para pescar. Pedro le respondió que habían estado toda la noche bregando y no habían pescado nada, pero añadió: "sin embargo porque tú lo dices echaré la red". Así lo hizo y quedó atónito, impresionado, al ver que casi no podían sacar la red del agua de tantos peces como habían cogido. Entonces se echó de rodillas a los pies de Jesús, con la cabeza inclinada hasta el suelo, y le dijo: "apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador" (Lc 5, 1-11).

Al ver el prodigio que había hecho Jesús contando con su obediencia, Pedro se asustó, porque se consideraba indigno de servir de instrumento a tales milagros. Pero Jesús le dijo: "no temas. Desde ahora serán hombres lo que tendrás que pescar". No sólo no considera que la indignidad de Pedro sea un obstáculo, sino que se apoya en su humildad para hacerle capaz de atraer a Dios a una muchedumbre incontable de hombres y mujeres, como sucedió ya durante su vida.

Por supuesto que somos indignos de que Dios nos elija para servirse de nosotros como instrumentos: sería grotesco que no nos diéramos cuenta. Pero ya hemos dicho que Dios no nos llama por nuestros méritos (Pedro, con toda su experiencia y su dominio del oficio, había estado toda la noche faenando en vano), sino porque quiere; por eso basta que reconozcamos nuestra indignidad y le hagamos caso, fiándonos de Él, para dar con nuestra vida obediente un fruto maravilloso.

Me parece muy lúcida esta manera de explicar cómo la indignidad y la humildad de los santos hacen que Dios se luzca en los frutos: "Un santo es un avaricioso que va llenándose de Dios, a fuerza de vaciarse de sí. Un santo es un pobre que hace su fortuna desvalijando las arcas de Dios. Un santo es un débil que se amuralla en Dios y en Él construye su fortaleza. Un santo es un imbécil del mundo -stulta mundi- que se ilustra y se doctora con la sabiduría de Dios. Un santo es un rebelde que a sí mismo se amarra con las cadenas de la libertad de Dios. Un santo es un miserable que lava su inmundicia en la misericordia de Dios. Un santo es un paria de la tierra que planta en Dios su casa, su ciudad y su patria. Un santo es un cobarde que se hace gallardo y valiente, escudado en el poder de Dios. Un santo es un pusilánime que se dilata y se acrece con la magnificencia de Dios. Un santo es un ambicioso de tal envergadura que sólo se satisface poseyendo cada vez más y más ración de Dios... Un santo es un hombre que todo lo toma de Dios: un ladrón que le roba a Dios hasta el Amor con que poder amarle. Y Dios se deja saquear por sus santos. Ése es el gozo de Dios. Y ése, el secreto negocio de los santos" (P. Urbano, El hombre de Villa Tevere).

Ya se ve que lo decisivo aquí es el amor impresionante de Dios por el hombre, que nos da motivos para esperarlo todo de Él. El quid de la santidad es una cuestión de fe, de confianza: lo que el hombre esté dispuesto a dejar que Dios haga en él. No es tanto el "yo hago", "yo lo haré", como el "hágase en mí" de aquella muchacha desconocida de Nazaret a la que Dios comunicó que la había elegido para ser Madre de su Hijo.

Las realidades grandes empiezan con humildad: "No te elegí porque seas grande, por el contrario eres el más pequeño de los pueblos; te he elegido porque te amo" dice el Señor al Pueblo de Israel en el Antiguo Testamento. Ciertamente, Dios no nos elige por nuestra grandeza; al contrario, la grandeza de Dios entra en nuestra vida cuando nos abrimos humildemente a sus planes amorosos, como nos enseña la Virgen María, que después de haber concebido en su seno purísimo al Hijo de Dios, canta, llena de humilde alborozo: "Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se llena de gozo en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la pequeñez de su esclava. Desde ahora me llamarán bendita todas las generaciones, porque el Todopoderoso ha hecho obras grandes en mí" (Lc 1, 46-49).

ASÍ PUEDES AYUDAR A LOS CRISTIANOS EN ORIENTE MEDIO A NO PERDER LA ESPERANZA


Así puedes ayudar a los cristianos en Oriente Medio a no perder la esperanza
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Open Doors



Open Doors lanzó la campaña internacional “Esperanza para Oriente Medio” para que, a través de la creación de Centros de Esperanza,  se puedan mantener a los cristianos y a las personas más necesitadas de estos países que sufren en sus vidas las consecuencias de la guerra. 

Oriente Medio lleva viviendo una situación límite desde los últimos ocho años. Para llamar la atención sobre esta crisis, Open Doors inició la campaña internacional “Esperanza para Oriente Medio”, con la que presentaron más de 800 mil firmas ante la oficina del secretario general de la ONU, además de la recogida de “millones de dólares destinados a la ayuda humanitaria, reconstrucción de las ciudades, desarrollo económico”. 

Aunque la estabilidad total no se ha conseguido todavía en la zona, el Estado Islámico está prácticamente erradicado y por eso millones de refugiados han vuelto para reconstruir sus casas. 


Por ello Open Doors comenzó la iniciativa “Centros de Esperanza” en donde las iglesias se convirtieron en “puntos neurálgicos de ayuda humanitaria, asistencia al trauma, consejería y formación”. 

Además se repartieron paquetes de alimentos y enseres de primera necesidad para más de 17 mil familias cada mes, sosteniendo a “personas solas, enfermas, ancianas o familias numerosas sin posibilidad de sustento”. 

Jina es una de las cristianas iraquíes que se ha beneficiado de estos Centros de Esperanza en Alepo. Su esposo, Rober, fue secuestrado por el Estado Islámico en 2013 por el simple hecho de ser cristiano. 

Otros que fueron secuestrados junto a Rober fueron liberados tras pagar un rescate y le contaron a Jina que su esposo fue torturado para que rechazara su fe y se convirtiera al islam. Sin embargo Rober sólo repetía: “Tengo a mi Dios, eso es todo”. 

Aunque la vida de Jina y su hijo no es fácil, al menos están cubiertos con paquetes de ayuda y gasolina que reciben del Centro de Esperanza en Alepo. El responsable de este Centro de Esperanza y de la Iglesia de la Alianza en Alepo, el pastor Abdallah, explicó que una de las ayudas que suelen prestar es el apoyo a comenzar “pequeños negocios mediante recursos como la capacitación y formación laboral, asesoramiento o prestación de microcréditos”. 

“Tres veces a la semana tenemos actividades para niños, los cuales pertenecen a la generación más dañada por la guerra. Queremos ir más allá en el apoyo psicológico para poder eliminar en la medida de lo posible los efectos de la guerra en ellos”, precisó el pastor Abdallah.

De esta manera pretenden que se abran cada vez más Centros de Esperanza para poder “dar asistencia postraumática a las víctimas del conflicto; dar ayuda humanitaria a desplazados internos y refugiados iraquíes; realizar programas de generación de empleos; así como la concesión de microcréditos para la creación de negocios y propiciar así la reconciliación entre confesiones religiosas”.

Más información sobre cómo colaborar con la creación de nuevos Centros de Esperanza en todo Oriente Medio AQUÍ.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 2 DE DICIEMBRE




LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
2 de Diciembre



La luz de Jesucristo, porque él es la verdad. Él mismo nos lo afirma, al decirnos: Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida
 (Jn 8,12).

Es verdad que repetidas veces se nos dice que también nosotros debemos ser luz: Ustedes son la luz del mundo (Mt 5,14). Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor (Ef 5,8); pero no somos la luz por nosotros mismos, sino en cuanto poseemos a Jesús, la luz de Jesús, la doctrina de Jesús, el espíritu de Jesús; todo eso debe estar en nosotros como en una lámpara, ése debe ser el aceite que alimente la llama de esa lámpara que, según el Evangelio, arde y resplandece.

No sólo Juan el Bautista estuvo llamado a ser lámpara, sino todo cristiano que a su alrededor y con el brillo de sus obras debe desterrar las tinieblas del error y de la maldad; cuando las obras no son claramente buenas, cuando las actitudes no aparecen notoriamente correctas, lejos de dar luz, aumentan las tinieblas.


P. Alfonso Milagro

ADMIRABLE SIGNUM: 10 DATOSDE LA CARTA DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL VALOR DEL PESEBRE EN NAVIDAD


Admirabile signum: 10 datos de la carta del Papa sobre el valor del pesebre en Navidad
Redacción ACI Prensa





Ayer 1 de diciembre el Papa Francisco firmó durante su visita a Greccio (Italia) la carta apostólica Admirabile signum sobre el significado y el valor del belén en Navidad, una tradición con cerca de ocho siglos de antigüedad que ayuda, de una manera “dulce y exigente”, a transmitir la fe de padres a hijos.

La carta ha sido firmada el día en que comienza el tiempo de Adviento como una invitación del Santo Padre a alentar esta hermosa tradición iniciada por San Francisco de Asís en la Navidad de 1223 en Greccio.


“Es realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad popular. Espero que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada”, alentó el Papa.

En ese sentido, para acoger la invitación del Papa Francisco a apreciar el valor del pesebre, te presentamos 10 puntos para comprender la carta apostólica Admirabile signum:

El pesebre es como un Evangelio vivo: El Papa Francisco recuerda que la escenificación del nacimiento de Jesús “surge de las páginas de la Sagrada Escritura” para invitar a los hombres a ponerse en camino atraídos por Cristo, que se “ha hecho hombre para encontrar a cada hombre”. El evangelista Lucas narra que María “dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada”.
San Francisco quería “contemplar” la fragilidad del Niño Jesús: Quince días antes de la Navidad de 1223, el santo le expresó a un hombre de nombre Juan que deseaba “celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno”. El hombre cumplió con el deseo del santo y el 25 de diciembre, junto a frailes y personas de distintos lugares, San Francisco encontró el pesebre con el heno, el buey y el asno. Las personas “mostraron frente a la escena de la Navidad una alegría indescriptible, como nunca antes habían experimentado”. “Después el sacerdote, ante el Nacimiento, celebró solemnemente la Eucaristía, mostrando el vínculo entre la encarnación del Hijo de Dios y la Eucaristía. En aquella ocasión, en Greccio, no había figuras: el belén fue realizado y vivido por todos los presentes”.
En 1223 uno de los presentes “vio” a Jesús en el pesebre: El Papa recuerda en su carta que “el primer biógrafo de San Francisco, Tomás de Celano, recuerda que esa noche, se añadió a la escena simple y conmovedora el don de una visión maravillosa: uno de los presentes vio acostado en el pesebre al mismo Niño Jesús. De aquel belén de la Navidad de 1223, ‘todos regresaron a sus casas colmados de alegría’”.
El pesebre manifiesta la ternura de Dios: “¿Por qué el belén suscita tanto asombro y nos conmueve?”, pregunta el Papa en su carta. Y señala que es porque “manifiesta la ternura de Dios”, que siendo Creador del universo, “se abaja a nuestra pequeñez”. Además, el belén “es desde su origen franciscano una invitación a ‘sentir’, a ‘tocar’ la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación” y “una llamada a encontrarlo y servirlo con misericordia en los hermanos y hermanas más necesitados”.
En el belén la creación participa en la fiesta de la venida de Jesús: En Admirabile signum, el Papa Francisco repasa los elementos que componen el nacimiento que se arma en los hogares, como el cielo estrellado, los paisajes, los animales y los pastores. Ellos, afirmó, recuerdan lo que habían anunciado los profetas, “que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías”. Además, “los ángeles y la estrella son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor”; asimismo, “los pastores se convierten en los primeros testigos de lo esencial, es decir, de la salvación que se les ofrece”.
María es la madre que contempla a su hijo: Al llegar a la Virgen María, el Papa destaca que en el pesebre su figura la muestra como la madre que contempla a su hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo. “Vemos en ella a la Madre de Dios que no tiene a su Hijo sólo para sí misma, sino que pide a todos que obedezcan a su palabra y la pongan en práctica”, afirma Francisco.
Representa a San José como custodio de la familia: Luego, el Pontífice afirma que “junto a María, en una actitud de protección del Niño y de su madre, está San José”, representado con el bastón en la mano y, a veces, sosteniendo una lámpara. “Él es el custodio que nunca se cansa de proteger a su familia” y que no duda en ponerse en camino ante la amenaza de Herodes. Fue el primer educador de Jesús niño y adolescente; “y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica”.
¿Y las otras figuras del pesebre?: En su carta, el Papa también se refiere a la costumbre de colocar “en nuestros belenes muchas figuras simbólicas, sobre todo, las de mendigos y de gente que no conocen otra abundancia que la del corazón”, pero que “están cerca del Niño Jesús por derecho propio, sin que nadie pueda echarlos o alejarlos de una cuna tan improvisada que los pobres a su alrededor no desentonan en absoluto”. Pero también están otras figuras “que parecen no tener relación alguna con los relatos evangélicos”. Sin embargo, “esta imaginación pretende expresar que en este nuevo mundo inaugurado por Jesús hay espacio para todo lo que es humano y para toda criatura. Del pastor al herrero, del panadero a los músicos, de las mujeres que llevan jarras de agua a los niños que juegan..., todo esto representa la santidad cotidiana”.
Nos pone ante el gran misterio de la vida: Francisco asegura en Admirabile signum que cuando en Navidad colocamos la figura del Niño Jesús “el corazón del pesebre comienza a palpitar”. “Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos”. Dios Creador esconde su poder “en la debilidad y en la fragilidad” de un niño cuyo nacimiento “suscita alegría y asombro, porque nos pone ante el gran misterio de la vida”. “Viendo brillar los ojos de los jóvenes esposos ante su hijo recién nacido, entendemos los sentimientos de María y José que, mirando al niño Jesús, percibían la presencia de Dios en sus vidas”, afirma el Papa.
Los Reyes Magos nos recuerdan nuestra misión evangelizadora: El Papa también recuerda que cuando llega la fiesta de la Epifanía está la costumbre de colocar las tres figuras de los Reyes Magos que llegan de Oriente para contemplar al Niño y ofrecerle los dones de oro, incienso y mirra. Esta escena llama “a reflexionar sobre la responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador”. Además, los Magos, hombres sedientos de lo infinito, “enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo”. Además “no se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo”; y cuando retornan a sus países, “habrán contado este encuentro sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes”.
El Papa Francisco invita en su carta apostólica a recordar cuando se era niño y se esperaba con impaciencia el tiempo para empezar a construir el belén. “Estos recuerdos nos llevan a tomar nuevamente conciencia del gran don que se nos ha dado al transmitirnos la fe; y al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de transmitir a los hijos y a los nietos la misma experiencia”, aseguró.

“No es importante cómo se prepara el pesebre, puede ser siempre igual o modificarse cada año; lo que cuenta es que este hable a nuestra vida. En cualquier lugar y de cualquier manera, el belén habla del amor de Dios, el Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, cualquiera que sea su condición”, expresa el Santo Padre en Admirabile Signum.

La carta completa puede leerse AQUÍ.

LECTURAS BÍBLICAS DEL LUNES 2 DE DICIEMBRE DE 2019 - ADVIENTO


Lecturas del Lunes de la 1ª semana de Adviento
Lunes, 2 de diciembre de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (2,1-5):

VISIÓN de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.
En los días futuros estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cumbre de las montañas,
más elevado que las colinas.
Hacia él confluirán todas las naciones,
caminarán pueblos numerosos y dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.
Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
la palabra del Señor de Jerusalén».
Juzgará entre las naciones,
será árbitro de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, venid;
caminemos a la luz del Señor.

Palabra de Dios

______________

PRIMERA LECTURA (opcional para el año A) Is 4, 2-6

Lectura del libro de Isaías.

AQUEL día, el vástago del Señor será el esplendor y la gloria, y el fruto del país será orgullo y ornamento para los redimidos de Israel.
A los que queden en Sion y al resto de Jerusalén
los llamarán santos: todos los que en Jerusalén están inscritos para la vida.
Cuando el Señor haya lavado la impureza de las hijas de Sion
y purificado la sangre derramada en Jerusalén,
con viento justiciero, con un soplo ardiente,
creará el Señor sobre toda la extensión del monte Sion y sobre su asamblea
una nube de día, un humo y un resplandor de fuego llameante de noche.
Y por encimo, la glora será un baldaquino
y una tienda, sombra en la canícula,
refugio y abrigo de la tempestad y de la lluvia.

Palabra de Dios.


Salmo
Sal 121,1-2.4-5.6-7.8-9

R/. Vamos alegres a la casa del Señor.

V/. ¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

V/. Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R/.

V/. Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.

V/. Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios». R/.

V/. Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R/.


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,5-11):

EN aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio del lunes, 2 de diciembre de 2019
ImprimirJavier Goñi, cmf


Ayer Isaías, San Pablo y el propio Jesús nos daban la señal de salida en el camino del Adviento: “caminemos a la luz del Señor”; “andemos como en pleno día … revestidos del Señor Jesucristo”; … “estad en vela … estad preparados”. Llamadas a la conversión y a la esperanza que resuenan con fuerza en nuestros corazones, tentados de tristeza y desesperanza en medio de tanta oscuridad como nos rodea.

Hemos comenzado el Adviento, y este primer lunes nos sorprende, como sorprendió a Jesús, el testimonio de un extranjero: “Os aseguro que en Israel no he encontrado tanta fe”. Aprender a confiar en el amor incondicional y fiel del Señor quizás sea el primer paso de conversión que hemos de dar para estar atentos a su venida.

En nuestro contexto cultural europeo y occidental, el de los países ricos y poderosos de hoy, mantener esa confianza radical en el amor de Dios encarnado no es fácil. Nuestras sociedades “desarrolladas” o se han olvidado de Dios, o lo han reducido a un falso dios que justifica el lujo y el consumo desmedido a costa de la desigualdad creciente, del injusto empobrecimiento de muchos y de la destrucción de la Naturaleza. Pero también hoy nos encontramos a veces con testimonios sorprendentes de fe.

No hace mucho, una hondureña me confesaba entre lágrimas que creía haber perdido su fe: estaba hundida por la pobreza y la violencia sufridas por su familia, por las injusticias y humillaciones padecidas en sus esfuerzos por emigrar, por las duras condiciones de vida y de trabajo para los que lo conseguían. “¿Cómo puede Dios permitir todo esto?; No lo entiendo: ¿por qué?”. Sin saber muy bien cómo consolarla, le pregunté por qué había venido a misa y a confesarse si había perdido la fe. La cara se le iluminó con una sonrisa: “Viera, Padre: cuando siento a Jesús cerquita todo se ilumina. He venido porque confío en Él, porque sé cuánto nos ha amado y cuánto nos ama”.

Dejémonos sorprender. Cuando menos lo esperamos, alguna inmigrante, algún discapacitado, algún sintecho, algún enfermo terminal, … a pesar de su pequeñez o su dolor, nos puede dar una verdadera lección de fe.

Javier Goñi (fjgoni@hotmail.com)

FELIZ SEMANA




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