Santos con buen humor
1.- San Juan Pablo II
El Papa peregrino dejó una gran herencia espiritual a la Iglesia con sus conmovedores mensajes, su cercanía y sus gestos de cariño y piedad. También dejó en los corazones de los fieles el eco de su risa, como aquella vez en la que asistió a una actuación en el Vaticano de un payaso llamado Diego Poole.
Poole, conocido como el “Payaso Japo”, realizó seis espectáculos para el Pontífice y en algunos videos se puede ver a San Juan Pablo II riendo a carcajadas.
El payaso asistió a la ceremonia de canonización celebrada en Roma en el 2014 y contó a ACI Prensa que “no hay imágenes grabadas del Papa riéndose tanto y gracias a eso tenemos ya la imagen para siempre de un Papa que era profundamente humano, muy alegre, y muy simpático”.
2.- San Juan Bosco
Este santo italiano era muy alegre y carismático, especialmente con los jóvenes y niños. Se dice que cuando tenía problemas se le veía aún más alegre y esto se debe a su confianza en Dios y María Auxiliadora.
San Juan Bosco solía decir que la alegría, el estudio y la piedad eran “el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma”. También expresaba que si uno desea tener una vida tranquila y alegre, hay que procurar “estar siempre en gracia de Dios”.
Además, en una ocasión le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.
3.- San Felipe Neri
San Felipe Neri tuvo muchos dones y es el patrón de los educadores y humoristas. Desde pequeño expresaba su alegría y mostraba tanta bondad, que la gente solía llamarlo “Felipín el bueno”. En 1533, a los 18 años, tuvo una experiencia mística que lo motivó a renunciar a una vida opulenta para seguir el llamado al sacerdocio.
Viajó a Roma para estudiar filosofía y teología, pero abandonó esta ocupación para dedicarse a ser catequista. Realizaba obras de caridad y visitaba hospitales, tiendas, bancos y otros lugares públicos para evangelizar. Su sentido del humor y su simpatía lo ayudaron a cumplir con su cometido.
El día de su muerte, ocurrida el 25 de mayo de 1595, su médico le dijo: "Padre, jamás lo había encontrado tan alegre", y el sacerdote de 80 años respondió: "Me alegré cuando me dijeron: vayamos a la casa del Señor".
4.- San Lorenzo
San Lorenzo era diácono y uno de los siete hombres de confianza del Papa San Sixto. En el año 257 el emperador Valeriano publicó un decreto de persecución contra los cristianos y el santo soñaba con morir mártir.
Un año después, el alcalde de Roma, que era un hombre codicioso, le pidió que le traiga los tesoros más valiosos de la ciudad y Lorenzo se los llevó a los pobres y enfermos a los que les daba limosna. El alcalde se enfureció y mandó a que lo acostaran en una parrilla de hierro.
Tras un momento de estarse quemando en la parrilla, el santo dijo a sus verdugos: “"Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". Cuando estuvo totalmente quemado exclamó: “La carne ya está lista, pueden comer". Su martirio conmovió a muchos romanos e hizo que se convirtieran al cristianismo.
5.- San Félix
En latín, “Félix” significa “aquel que se considera feliz o afortunado” y este santo italiano vivió a plenitud el significado de su nombre. Desde niño tuvo fama de ser alegre, piadoso y llegó a tener experiencias místicas.
Cuando alguien lo insultaba, San Félix le respondía con humor: “voy a pedir a Dios que te haga un santo”.
Tras ingresar a la orden de los franciscanos, pedía que le redoblaran las penitencias y mortificaciones. También se destacó por su bondad hacia los más pobres.
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