Los cinco minutos de María
Julio 31
Ven Señora, a nuestra soledad, ven a nuestro corazón, a tantas esperanzas que se han muerto, a nuestro caminar sin ilusión.
Ven y danos la alegría que nace de la fe y del amor, el gozo de las almas que confían en medio del esfuerzo y del dolor.
Virgen clementísima, preséntanos al Padre, para que seamos agradables a él.
* P. Alfonso Milagro
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