LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 9
Quien más, quien menos, todos queremos ser mejores de lo que somos y aún, en cierta medida, nos esforzamos en serlo.
Sin embargo, no siempre conseguimos lo que pretendemos; ¿a qué se deberá tal ineficiencia?
Es que, para ser buenos, queremos hacer más, y no.... hacerlo mejor.
Sin embargo, más que pretender hacer, trabajar, actuar, etc., deberíamos fijarnos en los adverbios: plenamente, cuidadosamente, más perfectamente.
No es, pues, cuestión de verbos, sino de adverbios.
No es cuestión de más, sino de mejor.
Santo es, no el que hizo cosas extraordinarias, sino el que hizo las cosas ordinarias de un modo extraordinario.
Piensa que para mejorarte no es preciso que cambies de ocupaciones, sino que te esfuerces por hacer tus diarias ocupaciones con un nuevo corazón.
“Queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor, con la certidumbre de que los esfuerzos que realizan por Él no serán en vano” (1 Cor 15,58). Nada de lo que se hace por el Señor es inútil; aunque él sabe cuál es el momento oportuno para darle fecundidad y eficiencia.
* P. Alfonso Milagro
No hay comentarios:
Publicar un comentario