LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 15
La perfección no se tiene, pero se adquiere.
Nadie puede llamarse perfecto, pero todos estamos llamados a conseguir la perfección.
A nadie se le puede exigir que alcance la perfección en un solo día, pero todos podemos trabajar de continuo, esforzarnos día a día por alcanzar la perfección.
Nadie llega a ser eminente matemático en un solo día; necesita muchos esfuerzos. Nadie se convierte en músico famoso en una semana; se precisan muchos años.
Nadie podrá corregir sus defectos con un solo esfuerzo; pero si ese esfuerzo no lo hace y no lo repite a diario, nunca llegará a ser perfecto.
Es triste tener defectos, pero es mucho más triste hacer las pases con los defectos, resignarse a tenerlos.
“No tomen como modelo a este mundo; por el contrario transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo agradable, lo perfecto” (Rm 12,2). Conocer la voluntad de Dios sobre ti, y una vez conocida, vivirla fielmente: ésa debe ser tu norma de vida en todo y por todo. No olvides que lo que nos santifica es la voluntad de Dios.
* P. Alfonso Milagro
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