LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Febrero 15
Siempre son más alegres los días de sol que los de tormenta; siempre resultará más agradable la vida cuando se la enfoca en proyección de optimismo que cuando se la mira con desconfianza.
Por eso:
Yo canto a la mañana, que vio mi juventud, y al sol, que día a día nos trae nueva inquietud.
Le canto a mi madre, que dio vida a mi ser, le canto a la tierra, que me ha visto nacer.
Y canto al día en que sentí el amor.
Andando por la vida, aprendí esta canción.
Y unas voces amigas nos brindan también estas estrofas:
Canto a la flor del campo, canto al viento, canto al mar.
Canto a la luz que muere en el trigal.
Canto al amor sincero, canto al fuego del hogar.
Canto a la verdadera libertad.
Canto a los verdes prados, canto al aire, canto al sol.
Canto al azul del cielo y al amor.
Canto a la gente humilde, que me mira sin rencor, canto a la paz del mundo, canto a Dios.
“Yo soy la Vida, nadie va al Padre, sino por mí” (Jn 14,6)
* P. Alfonso Milagro
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