Recuérdame Señor que cada noche es un nuevo comienzo porque promete un nuevo día, que cuando elevo mi mirada al cielo entre la tenue luz de las estrellas, Tú me miras, yo te miro, no hay distancias. Recuérdame que mi vida es un instante, sólo un paso entre la tierra y la eternidad.
Recuérdame por favor cuánto me amas para que yo te ame sin reservas de una manera semejante y sólo en tu costado abierto quiera descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario