Jesucristo ¡ayúdame!
En cada necesidad déjame acercarme a ti con humildad diciendo: Jesucristo ¡ayúdame!
En todas mis dudas, perturbaciones y tentaciones: Jesucristo ¡ayúdame!
En mis horas de soledad, cansancio y pruebas: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando mis planes y esperanzas fracasen; en los disgustos, problemas y pesadumbres: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando otros me fallen y solamente tu gracia me auxilie: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando acuda a ti en busca de tu amor como Padre y Salvador: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando mi corazón se sienta derrumbado por el fracaso y al ver que mis esfuerzos son inútiles: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando me sienta desesperado y mi cruz se haga mas pesada: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando me sienta solo y enfermo y mi cabeza y manos ya no funcionen: Jesucristo ¡ayúdame!
Siempre, siempre, a pesar de mis debilidades: Jesucristo ¡ayúdame!
y nunca me abandones, Jesús mío. Amén.
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