Los sedientos de Dios
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB
Puede que seas un chico o una chica que anda a la deriva por el desierto de la vida. Sientes sed de cosas nobles que den un nuevo rumbo a tu vida. Esto se llama, en el lenguaje cristiano, sed de Dios.
Conoces a muchos y muchas- también adultos – que andan con la cara triste a pesar de que, aparentemente. no les falta nada.
-¿Por qué están así?, te habrás preguntado alguna vez.
- El Maestro te da la respuesta en su Evangelio.
- Hay gente que bebe agua mineral, vino, whisky, cubatas y demás cocktails. Y, sin embargo, tienen, en el fondo de sus corazones, ansias y sed de algo nuevo. Esta novedad se la aporta mi reino.
En la vida hay tristeza en mucha juventud y adultos porque les falta el agua de Dios, sus valores, su reino de paz, justicia y amor. Estas realidades son las que sostienen el cuerpo y el espíritu. Si faltan – como de hecho ocurre – la humanidad va por derroteros de sed que intentan saciar con sustitutivos. La Samaritana fue una mujer prostituta pero, ante la novedad del Maestro, le pidió el agua y el alimento que él ofrecía.
-¿ Descuidas tu vida espiritual?
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