EN LAS LETANÍAS MARIANAS
En las letanías invocamos a María como Reina de la Paz y la misma celestial Señora nos ha prometido que la paz vendrá sobre el mundo si nos consagramos a su Inmaculado Corazón.
Desde el principio del año debemos comprometernos a vivir esa consagración al Inmaculado Corazón de María, haciendo que nuestra Señora sea la dueña de nuestra vida y ofreciendo cada mañana nuestras obras a su amor de Madre, simbolizado en su Inmaculado Corazón.
Todo lo haremos pidiendo su bendición maternal y todo lo haremos para agradarla y, por ella, agradar a Jesús.
María, que has visto consagrada tu morada por Dios, ayúdanos a vivir la consagración al Señor que iniciamos con nuestro bautismo.
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