"Cada vez que rezamos el Padre
Nuestro, nuestra voz se entrelaza con la de la Iglesia, porque quien ora
jamás está solo"
«No somos plenamente hijos de Dios,
sino que hemos de llegar a serlo más y más mediante nuestra comunión
cada vez más profunda con Cristo. Ser hijos equivale a seguir a Jesús» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Madrid 2007, p. 172).
Cada vez que rezamos el Padre Nuestro, nuestra voz se entrelaza con la de la Iglesia, porque quien ora jamás está solo. «Todos
los fieles deberán buscar y podrán encontrar el propio camino, el
propio modo de hacer oración, en la variedad y riqueza de la oración
cristiana, enseñada por la Iglesia... cada uno se dejará conducir... por
el Espíritu Santo, que lo guía, a través de Cristo, al Padre»
(Congregación para la doctrina de la fe, Carta sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, 15 de octubre de 1989).
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