Nardo del 5 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, qué tierno eres!
Meditación: Dicen que una vez la Santísima
Virgen a un niño se le presentó, le habló del Amor y de su Corazón, pero el
niño que sorprendido la escuchaba se atrevió a preguntarle por el Niño Dios. De
tal modo, una conversación parecida a ésta se escuchó:
Perdón, Virgen María, ¿pero si voy al Cielo
voy a poder jugar con el Niño Jesús?. La Virgen sonriendo contestó: "Sí,
en el Cielo se te da todo lo que buscas con un corazón de niño". El
pequeño prosiguió: ¿Al fútbol también podré jugar con El?. La Virgen contestó:
Si así lo deseáis... El niño: Ah, pero siempre va a ganar Jesús, porque El es
el mejor, es Dios. La Virgen, llena de ternura, contestó: "No, mi amor,
porque en el Cielo no hay competencia y mi Jesús siempre deja ganar…". A
lo que el niño, poniéndose a llorar respondió: "Entonces yo no quiero
ganar, sólo quiero ser como Jesús...".
¡Qué lección la de la Madre de Dios!. Ella
nos muestra la humildad y la ternura del Corazón de Su Hijo, que todo nos da,
nos deja hasta querer ¨ganar¨ para que podamos aprender a ser como El, y ver
que el Rey, todo Poder, trabaja en la pequeñez. ¿Qué nos queda entonces a
nosotros?.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón
de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz
que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al
buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre
si. Amén.
Florecilla: Que tratemos de ser niños guiados
por la voz de nuestra Madre, practicando la humildad.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y
un Gloria.
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