Autor: Clemente González | Fuente: Catholic.net La aparición a María Magdalena | |
Juan 20, 1-2. 11-18. Tiempo Ordinario. Es en los momentos duros cuando Dios está más cercano a nosotros. | |
El domingo por la mañana, muy temprano estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto". María se había quedado junto al sepulcro llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» Jesús le dice: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras. Oración introductoria Señor mío, te necesito. No soy digno y humildemente te pido perdón por todas mis debilidades. Permite, por tu inmensa misericordia, que hoy pueda reconocerte y experimentar tu cercanía para salir como Magdalena a anunciar a todos la Buena Nueva. Petición Dios mío, no permitas que las actividades diarias ni las atracciones del mundo me distraigan de mi fin último, de tu gloria y de tu servicio. Meditación del Papa Francisco Hay tantos cristianos sin Resurrección, cristianos sin Cristo Resucitado: acompañan a Jesús hasta el sepulcro, lloran, lo aman mucho, pero solo hasta ahí. Pensando en esta actitud de los cristianos sin Cristo resucitado, he encontrado tres, pero hay muchos otros: los temerosos, los cristianos temerosos; los avergonzados, los que tienen vergüenza; y los triunfalistas. ¡Estos tres no se han encontrado con el Cristo resucitado! Los temerosos: son aquellos de la mañana de la Resurrección, aquellos de Emaús que se van, tienen miedo. Los apóstoles se cierran en el Cenáculo por miedo a los judíos, donde también llora María Magdalena porque se han llevado el cuerpo del Señor. Los temerosos son así: tienen miedo de pensar en la Resurrección, como si se quedaran en la primera parte de la partitura, porque tienen miedo del Resucitado. También están los cristianos avergonzados. Confesar que Cristo ha resucitado lse da un poco de vergüenza en este mundo, que avanza tanto en la ciencia. A estos cristianos, Pablo les advierte que tengan cuidado de que nadie los engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, inspirados en la tradición humana. Estos tienen vergüenza para decir que Cristo, con su cuerpo, con sus heridas ha resucitado. Por último, está el grupo de los cristianos que en sus corazones no creen en el Señor resucitado y quieren alcanzar en ellos una resurrección más majestuosa que la real. Son los cristianos triunfalistas. Ellos no conocen la palabra "triunfo", solo dicen ´triunfalismo´, porque tienen un complejo de inferioridad y quieren hacer... Cuando vemos a estos cristianos, con tantas actitudes triunfalistas, en sus vidas, en sus discursos y en su pastoral, en la liturgia y tantas otras cosas, es porque en lo más profundo no creen en el Resucitado...(Cf S.S. Francisco, 10 de septiembre de 2013, homilía en Santa Marta). Reflexión Es justo para María Magdalena que, en su infinita ternura y misericordia, Jesús Renacido prefiera mostrarse por primera vez a ella con su cuerpo transfigurado. La compasión que Jesús siempre ha demostrado respecto a las almas en pena lo ha llevado a mostrar mayor atención hacia ellas. María Magdalena siguió durante años a Cristo en sus recorridos por las calles de Israel compartiendo alegrías y esperanzas con los otros discípulos, y ahora recibe el consuelo de ser la primera en ver a su Maestro vivo. ¿Cuántas veces también nosotros nos sentimos deprimidos, trastornados, embrujados por los hechos que se arremolinan violentamente en nuestra vida? Es precisamente en estos momentos cuando Dios está más cercano a nosotros, ansioso de donarnos el consuelo de su abrazo y su Resurrección, si logramos renunciar a nuestra autocompasión y dejamos de hurgar, orgullosos, en nuestro corazón herido buscando sólo el bien propio. Si nos esforzamos por volver a la luz, entonces secaremos de nuestros ojos las lágrimas de la desesperación. Entonces veremos la esperanza de Cristo, el Hijo de Dios que ha triunfado sobre el dolor, el pecado y la muerte. Diálogo con Cristo Jesús, con frecuencia me parece tan difícil darme el tiempo y buscar el mejor lugar para poder encontrarte en mi oración. Me dejo envolver en mis asuntos y no sé descubrirte en los demás. Dame un corazón humilde y sabio, para reconocer siempre que sin Ti no soy nada y que nada de lo que haga, por más maravilloso que pueda parecer, tendrá valor. Propósito Pedir al Espíritu Santo la sabiduría y la fortaleza para cambiar esta actitud o comportamiento que no es propio de un auténtico discípulo y misionero de Cristo. _______________________________ Hoy celebramos a María Magdalena, la pecadora que hoy ¡¡es santa!! |
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martes, 22 de julio de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 22 DE JULIO DEL 2014
EL PELIGRO DE LAS BRUJERÍAS
El peligro de las brujerías
El exorcista canadiense, P. Françoise-Marie Dermine (foto), advirtió a los católicos que creer en supersticiones y usar la magia para solucionar los problemas, es -en el fondo- confiar más en el demonio que en la Providencia de Dios.
"La superstición abre las puertas a la magia, y la magia abre las puertas al demonio, porque cuando una persona recurre a la magia no tiene confianza en Dios, piensa que Él no puede darle lo que quiere, entonces acude a los brujos para lograrlo", expresó en una entrevista con el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
"Lo que no saben -añadió el sacerdote exorcista- es que el brujo realiza ritos y emplea signos de los cuales el demonio se sirve para hacer su voluntad".
El sacerdote, que participó en el IX Congreso de Exorcistas de la Arquidiócesis de México el año pasado, explicó que la superstición nace de la falta de fe, pero "también puede deberse a causas psicológicas ocasionadas por carencias afectivas en la infancia, porque cuando una persona no se siente amada por sus padres, empieza a buscar protección en el mundo mágico".
Sin embargo, advirtió que "la magia siempre es magia y tiene complicidad con el demonio, siempre interviene una potencia externa que no es Dios, y esto no trae nada bueno, es contraproducente porque quizás sí obtengas lo que quieres, pero hay un después, y el demonio te cobra lo que tú le pediste".
Asimismo, indicó que una superstición es también otorgar a un santo más poder que Dios, "por ejemplo, cuando una persona enciende una vela a san Benito y lleva como amuleto una medalla con su imagen, pero sigue viviendo una vida desordenada, eso no sirve de nada".
El exorcista explicó que hay supersticiones pasivas y activas, que son más graves porque tienen el propósito de provocar un efecto, como creer en ídolos, atribuir al demonio el mismo poder de Dios o creer que el diablo es la causa ordinaria y constante de fenómenos que no podemos comprender.
El P. Dermine también advirtió a los católicos sobre el engaño que hacen los brujos al utilizar imágenes de santos o de la Virgen de Guadalupe para tranquilizar a las personas que llegan a solicitar sus servicios.
Finalmente, exhortó a los católicos a estar en guardia y no creer en amuletos, pues "si tuvieran fe, más confianza en Dios, todo esto no existiría. Está claro que en la vida hay problemas y dificultades, Jesús habla de que en esta vida vamos a tener afanes, dificultades, que hay una cruz que cargar".
Pero al mismo tiempo, explica el sacerdote, Jesús "nos dice que tener confianza en que Dios está presente, nos da la fuerza espiritual para enfrentar con cualquier dificultad".
Fuente: Catolicidad
BENDITO SEAS MI DIOS
BENDITO SEAS, MI DIOS
Bendito seas, mi Dios, mi aire, que estás ahí, tan cierto como el aire que respiro.
Bendito seas, mi Dios, mi viento, que me animas, me empujas, me diriges.
Bendito seas, mi Dios, mi agua, esencia de mi cuerpo y de mi espíritu, que haces mi vida más limpia, más fresca, más fecunda.
Bendito seas, mi Dios, mi médico, siempre cerca de mí, más cerca cuanto me siento más enfermo.
Bendito seas, mi Dios, mi pastor, que me buscas buenos y frescos pastos, que me guías por las cañadas oscuras, que vienes a mí cuando estoy perdido en la oscuridad.
Bendito seas, mi Dios, mi madre, que me quieres como soy, que por mí eres capaz de dar la vida, mi refugio, mi seguridad, mi confianza.
Bendito seas, Dios, bendito seas.
P. José Enrique Galarreta
Pequeñas Semillitas
SANTA MARÍA MAGDALENA, DISCÍPULA DEL SEÑOR, 22 DE JULIO
Autor: Alejandro E. Pomar | Fuente: La Biblia Online María Magdalena, Santa | |
Discípula del Señor, 22 de julio | |
Discípula del SeñorHoy celebramos a Santa María Magdalen, debemos referirnos a tres personajes bíblicos, que algunos identifican en una sola persona: María Magdalena, María la hermana de Lázaro y Marta, y la pecadora anónima que unge los pies de Jesús. Tres personajes para una historia María Magdalena, así, con su nombre completo, aparece en varias escenas evangélicas. Ocupa el primer lugar entre las mujeres que acompañan a Jesús (Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 8, 2); está presente durante la Pasión (Mc 15, 40) y al pie de la cruz con la Madre de Jesús (Jn 19, 25); observa cómo sepultan al Señor (Mc 15, 47); llega antes que Pedro y que Juan al sepulcro, en la mañana de la Pascua (Jn 20, 1-2); es la primera a quien se aparece Jesús resucitado (Mt 28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), aunque no lo reconoce y lo confunde con el hortelano (Jn 20, 15); es enviada a ser apóstol de los apóstoles (Jn 20, 18). Tanto Marcos como Lucas nos informan que Jesús había expulsado de ella «siete demonios». (Lc 8, 2; Mc 16, 9) María de Betania es la hermana de Marta y de Lázaro; aparece en el episodio de la resurrección de su hermano (Jn 11); derrama perfume sobre el Señor y le seca los pies con sus cabellos (Jn 11, 1; 12, 3); escucha al Señor sentada a sus pies y se lleva «la mejor parte» (Lc 10, 38-42) mientras su hermana trabaja. Finalmente, hay un tercer personaje, la pecadora anónima que unge los pies de Jesús (Lc 7, 36-50) en casa de Simón el Fariseo. Dos en una, tres en una No era difícil, leyendo todos estos fragmentos, establecer una relación entre la unción de la pecadora y la de María de Betania, es decir, suponer que se trata de una misma unción (aunque las circunstancias difieren), y por lo tanto de una misma persona. Por otra parte, los «siete demonios» de Magdalena podían significar un grave pecado del que Jesús la habría liberado. No hay que olvidar que Lucas presenta a María Magdalena (Lc 8, 1-2) a renglón seguido del relato de la pecadora arrepentida y perdonada (Lc 7, 36-50). San Juan, al presentar a los tres hermanos de Betania (Marta, María y Lázaro), dice que «María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos». El lector atento piensa: "Conozco a este personaje: es la pecadora de Lucas 7". Además, en el mismo evangelio de Lucas, inmediatamente después del episodio de la unción, se nos presenta a María Magdalena, de la que habían salido «siete demonios». El lector ratifica su impresión: "María Magdalena es la pecadora que ungió a Jesús". Y por último, en el mismo evangelio de San Lucas, pocos capítulos después (Lc 10), María, hermana de Marta, aparece escuchando al Señor sentada a sus pies. El lector concluye: "María Magdalena y esta María son una misma persona, la pecadora penitente y perdonada, que Juan también menciona por su nombre aclarándonos que vivía en Betania". Pero esta conclusión no es necesaria porque: no hay por qué relacionar a Juan con Lucas; los relatos difieren en varios detalles. Así, por ejemplo, la unción, según Lucas, tiene lugar en casa de Simón el Fariseo; su relato hace explícita referencia a los pecados de la mujer que unge a Jesús. Pero Mateo, Marcos y Juan, por su parte, hablan de la unción en Betania en casa de un tal Simón (Juan no aclara el nombre del dueño de casa, sólo señala que Marta servía y que Lázaro estaba presente), y mencionan el gesto hipócrita de Judas en relación con el precio del perfume, sin sugerir que la mujer fuese una pecadora. Sólo Juan nos ofrece el nombre de la mujer, que los demás no mencionan. los «siete demonios» no significan un gran número de pecados, sino -como lo aclara allí mismo Lucas- «espíritus malignos y enfermedades»; este significado es más conforme con el uso habitual en los evangelios. Dos teorías Los argumentos a favor de la identificación de los tres personajes, como vemos, son débiles. Sin embargo, tal identificación cuenta a su favor con una larga tradición, como se ha mencionado. Hay que decir también que los argumentos a favor de la distinción entre las tres mujeres tampoco son totalmente concluyentes. Es decir que ambas teorías cuentan con razones a favor y en contra, y de hecho, a lo largo de la historia, ambas interpretaciones han sido sostenidas por los exégetas: así, por ejemplo, los latinos estuvieron siempre más de acuerdo en identificar a las tres mujeres, y los griegos en distinguirlas. Una respuesta "oficial" A pesar de que ambas posturas cuentan con argumentos, hoy en día la Iglesia Católica se ha inclinado claramente por la distinción entre las tres mujeres. Concretamente, en los textos litúrgicos, ya no se hace ninguna referencia -como sí ocurría antes del Concilio- a los pecados de María Magdalena o a su condición de "penitente", ni a las demás características que le provendrían de ser también María de Betania, hermana de Lázaro y de Marta. En efecto, la Iglesia ha considerado oportuno atenerse sólo a los datos seguros que ofrece el evangelio. Por ello, actualmente se considera que la identificación entre Magdalena, la pecadora y María es más bien una confusión "sin ningún fundamento", como dice la nota al pie en Lc 7, 37 de "El Libro del Pueblo de Dios". No hay dudas de que la Iglesia, a través de su Liturgia, ha optado por la distinción entre la Magdalena, María de Betania y la pecadora, de modo que hoy podemos asegurar que María Magdalena, por lo que nos cuenta la Escritura y por lo que nos afirma la Liturgia, no fue "pecadora pública", "adúltera" ni "prostituta", sino sólo seguidora de Cristo, de cuyo amor ardiente fue contagiada, para anunciar el gozo pascual a los mismos Apóstoles. La liturgia de su fiesta Los textos bíblicos que se proclaman en su Memoria (que se celebra el 22 de julio) hablan de la búsqueda del «amado de mi alma» (Cant 3, 1-4a) o de la muerte y resurrección de Jesús como misterio de amor que nos apremia a vivir para «Aquel que murió y resucitó» por nosotros (2 Cor 5, 14-17). Ell evangelio que se proclama en la Misa es Jn 20, 1-2.11-18, es decir, el relato pascual en que Magdalena aparece como primera testigo de la Resurrección de Jesús, lo proclama «¡Maestro!» y va a anunciar a todos que ha visto al Señor. Como se ve, ninguna alusión a sus pecados ni a su supuesta identificación con María de Betania. Sólo pervive de esta supuesta identificación el hecho de que la Memoria litúrgica de Santa Marta se celebra justamente en la Octava de Santa Magdalena, es decir, una semana después, el 29 de julio. Santa María de Betania aun no tiene fiesta propia en el Calendario Litúrgico oficial. Los textos eucológicos de la Misa de la Memoria de Santa María Magdalena nos dicen, por su parte, que a ella el Hijo de Dios le «confió, antes que a nadie... la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual» (Oración Colecta). Magdalena es aquella «cuya ofrenda de amor aceptó con tanta misericordia tu Hijo Jesucristo» (Oración sobre las Ofrendas) y es modelo de «aquel amor que [la] impulsó a entregarse por siempre a Cristo» (Oración Postcomunión). En la Liturgia de las Horas ocurre otro tanto, ya que los nuevos himnos compuestos después de la reforma litúrgica (Aurora surgit lúcida para Laudes y Mágdalæ sidus para Vísperas) hacen hincapié en los mismos aspectos: María Magdalena como testigo privilegiado de la Resurrección, primera en anunciar a Cristo resucitado, y fiel e intrépida seguidora de su Maestro. Algo similar se verifica en los demás elementos del Oficio Divino, en los que -nuevamente- no hay alusión ninguna a los supuestos pecados de la Magdalena ni a su condición de hermana de Marta y Lázaro. Como claro contraste, cabe señalar que en la liturgia previa al Concilio, la Memoria del 22 de julio se llamaba «Santa María Magdalena, penitente», y abundaban las referencias a su pecado perdonado por Jesús y a su condición de hermana de Lázaro. El evangelio que se proclamaba era justamente Lc 7, 36-50, es decir, la unción de Jesús a cargo de «una mujer pecadora que había en la ciudad»: "in civitate peccatrix". Finalmente, mencionemos que el culto a Santa María Magdalena es muy antiguo, ya que la Iglesia siempre veneró de modo especial a los personajes evangélicos más cercanos a Jesús. La fecha del 22 de julio como su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente, pero en Occidente su culto no se difundió hasta el siglo XII, reuniendo en una sola persona a las tres mujeres que los Orientales consideraban distintas y veneraban en diversas fechas. A partir de la Contrarreforma, el culto a María Magdalena, "pecadora perdonada", adquiere aun más fuerza. La leyenda oriental señala que después de la Ascensión habría vivido en Éfeso, con María y San Juan; allí habría muerto y sus reliquias habrían sido trasladadas a Constantinopla a fines del siglo IX y depositadas en el monasterio de San Lázaro. Otra tradición -que prevalece en Occidente- cuenta que los tres "hermanos" (Marta, María "Magdalena" y Lázaro) viajaron a Marsella (en un barco sin velas y sin timón). Allí, en la Provenza, los tres convirtieron a una multitud; luego Magdalena se retiró por treinta años a una gruta (del "Santo Bálsamo") a hacer penitencia. Magdalena muere en Aix-en-Provence, adonde los ángeles la habían llevado para su última comunión, que le da San Máximo. Diversos avatares sufren sus reliquias y su sepulcro a lo largo de los siglos. Estas leyendas, naturalmente, no tienen ningún fundamento histórico y, como otras tantas, fueron forjadas en la Edad Media para explicar y autentificar la presencia, en una iglesia del lugar, de las supuestas reliquias de Magdalena, meta de innumerables peregrinajes. Finalmente, cabe consignar que el apelativo "Magdalena" significa "de Magdala", ciudad que ha sido identificada con la actual Taricheai, al norte de Tiberíades, junto al lago de Galilea. Oración María Magdalena, te pido me ayudes a reconocer a Cristo en mi vida evitando las ocasiones de pecado. Ayúdame a lograr una verdadera conversión de corazón para que pueda demostrar con obras, mi amor a Dios. Amén. |
lunes, 21 de julio de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 20 DE JULIO DEL 2014
Autor: H. Benoit Terrenoir | Fuente: Catholic.net Escribas y fariseos piden una señal | |
Mateo 12, 38-42. Tiempo Ordinario. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Reclamamos una señal del cielo. | |
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo». El les respondió: «Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día de Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón». Oración preparatoria Señor, por un momento dejo de lado mis ocupaciones. Quiero pasar estos minutos a solas contigo. Durante los tres años de tu vida pública, muchas veces te ibas de noche a rezar a tu Padre en algún lugar retirado y allí te pasabas la noche. Hoy quiero hacer lo mismo. Te confío todas mis intenciones, te entrego todos mis deseos, te doy todo mi ser. María, ¡ayúdame a rezar bien, a hacer una oración que le dé gusto a tu Hijo! Petición Señor, ¡ayúdame a aceptar siempre tu voluntad en mi vida! Meditación del Papa Francisco El signo de Jonás, el verdadero, es lo que nos da la confianza para ser salvados por la sangre de Cristo. ¿Cuántos cristianos, cuántos son los que piensan que van a ser salvados solamente gracias a lo que hacen, por sus obras. Las obras son necesarias, pero son una consecuencia, una respuesta al amor misericordioso que nos salva. Sin embargo, las mismas obras, sin este amor misericordioso no sirven. En cambio, el "síndrome de Jonás" tiene confianza solo en su justicia personal, en sus obras. Jesús habla entonces de "generación malvada" y "a la pagana, a la reina de Saba, casi la nombra jueza: que se levantará contra los hombres de esta generación". Y esto porque era una mujer inquieta, una mujer que buscaba la sabiduría de Dios. Es así que el "Síndrome de Jonás" nos lleva a la hipocresía, a aquella suficiencia, a ser cristianos limpios, perfectos, "porque hacemos estas obras: cumplimos los mandamientos, todo". Es una gran enfermedad… (Cf. S.S. Francisco, 14 de octubre de 2013, homilía en Santa Marta). Reflexión Los fariseos reclaman un signo a Jesús. Pero Jesús no quiere satisfacer su curiosidad, se niega a darles un signo, excepto el de Jonás. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Le decimos que no queremos ir a misa el domingo, que no nos interesa confesarnos, a no ser que nos lo pida de manera clara. Reclamamos una señal del cielo. Cristo quiere purificar nuestra intención, nos pide hacer el salto de la fe, confiar en su palabra y entregarnos a su voluntad. Él, cuando estaba sufriendo en la Cruz, no vio ningún signo del Padre, no escuchó ninguna voz celeste que le decía "¡Ánimo! ¡Sólo te faltan unos minutos!". Y, sin embargo, perseveró hasta el final. Por otro lado, los signos no nos van a servir si no queremos seguir a Cristo. Los fariseos habían visto muchos milagros y no se dejaron convencer. Es también el caso de los hermanos del rico Epulón en la parábola del pobre Lázaro (Lc 16, 27-31). --- Cristo no quiere darnos signos, pero nos llama a ser signos de su amor en el mundo. El profeta Jonás fue un signo de conversión para los habitantes de Nínive. Se arrepintieron y cambiaron de vida al escuchar su predicación. Nuestra sociedad se parece a la de Nínive del Antiguo Testamento, poblada por pecadores y gente que no conoce a Dios. Cristo nos manda como sus embajadores en el mundo. Propósito Entrar en una iglesia y visitar a Cristo para renovarle nuestra adhesión a su voluntad. Diálogo final Señor, ¡soy todo tuyo! Tú me has dado todo lo que tengo y todo lo que soy, el don de la vida, de la gracia bautismal y de mi vocación particular. ¡Hazme entender tu misericordia, que tu amor sea el único signo que necesite para creer en ti! «Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz. [...]Cuando mi alma desfallecía, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo. [...] yo, en acción de gracias, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis votos: ¡La salvación viene del Señor!» (Jonás 2, 3-10). |
PROBLEMAS
Problemas
Autor: Sergio Perez C df.
me gustaron los problemas,
aunque uno a veces es tan inexperto
que sin querer, se los busca y los
encuentra.
Mis padres trataron por todos los medios
a su alcance que no conociera lo que eran
los problemas económicos y crecí dentro
de una burbuja, en la cual ninguna penuria
penetraba.
Cuando adulto en vez de agradecerles
su dedicación y buena intención, se los
eché en cara , sin hacer caso de su mirada
dolida y confundida por mi ingratitud.
Y así tuve que aprender de los problemas,
tardíamente, de repente me vi en la
necesidad de aplicar mi libre albedrío,
sin haberlo experimentado antes.
Y me equivoqué, el mundo real me azotó
el rostro. con toda su miseria y grandeza,
con sus héroes anónimos y sus respetables
deshonestos, pero eso si con grandes
apellidos y exageradas vanidades.
Me equivoqué al escoger pareja,
me equivoqué al buscar amistades,
me equivoque al analizar el amor
de mis padres, y así siguieron una
serie de equivocaciones en el
transcurso de mi vida.
Mi vida ha sido un problema
sin resolver, es una lastima que
hasta hoy, haya aprendido la
ley universal de su existencia.
Los problemas no se pueden posponer,
exigen una pronta y correcta solución,
los problemas son míos, y no puedo
echárselos a la carga de los demás.
Los problemas a veces de penas se
convierten en alegrías, un problema
sin resolver es una tarea sin hacer.
Los problemas son generales, todo
mundo los tiene, la diferencia es que
los demás los enfocan a su manera
muy personal de ser, por esa razón
nadie puede resolver los problemas
de los demás.
Por esa misma razón, no hagamos
los problemas ajenos, propios, aunque
sean de alguien muy allegado, la peor
ayuda que podemos darle es resolvérselos,
lo mejor es enseñarles con nuestro ejemplo,
de como resolvemos nuestros problemas
personales.
Dicen, que los problemas propios, son como
una cruz, que nos tocó cargar y que su peso
corresponde exactamente a los problemas
que podemos resolver, si le agregamos
los de otro, el peso de la cruz nos aplastará.
Los problemas son como un saco de papas,
hasta que terminemos de pelar la ultima,
hasta entonces nuestra tarea terminará.
Cuando eso suceda, tomate un respiro y
descansa, que esa paz y tranquilidad......
! Bien que nos la hemos ganado. !
EL OBSERVATORIO ASTRONÓMICO VATICANO
Autor: Santa Sede | Fuente: Varias Observatorio Astronómico Vaticano | |||
Su origen se remonta a la segunda mitad del siglo XVI, es uno de los Observatorios astronómicos más antiguos del mundo | |||
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EL PECADO, TRAMPOLÍN A LA SANTIDAD
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
El pecado trampolín para la santidad
Un pecado nos apena porque ofendimos a Dios, porque pisoteamos nuestra conciencia, porque dañamos a otros.
El pecado trampolín para la santidad
Un pecado nos apena. Porque ofendimos a Dios, porque pisoteamos nuestra conciencia, porque dañamos a otros (aunque no nos demos cuenta), porque herimos a la Iglesia.
Desde esa pena, si tenemos confianza y nos abrimos a la gracia divina, surge el arrepentimiento. Llega la hora de pedir perdón. Entonces acudiremos al sacramento de la confesión, y tomaremos un generoso propósito de enmienda.
Pero a veces el pecado deja en nuestras almas la idea de que ya no podemos ser santos. Quizá habíamos trabajado por un tiempo para evitar un pecado, para extirpar una mala tendencia y para ser más buenos. Un momento de rabia, un pacto con el placer, una ambición que nos impidió ayudar a un pobre, y un nuevo pecado apareció en nuestras vidas: ¡otra vez caímos!
Se insinúa en nuestro interior una voz engañosa: la santidad no es para ti, no vas a poder, el mal siempre acaba por imponerse en tu alma, eres demasiado frágil...
Esa voz puede surgir desde el orgullo herido: pensábamos que aquel defecto ya estaba superado, y de repente renace con una fuerza que confunde y entristece. O puede surgir desde el demonio, experto en desalentar y mentir, hasta el punto de insinuar que ni siquiera Dios puede perdonarnos.
Necesitamos romper con ese orgullo destructor y cerrar los oídos a la voz del diablo. Porque para el cristiano el pecado no es nunca algo irremediable. Existe la gracia, existe la misericordia, existe un Dios Padre que envió a su Hijo y derramó el Espíritu Santo.
Entonces es posible algo maravilloso: ese pecado que para muchos parece un obstáculo para la santidad se convierte en un medio que nos conduce a ella. ¿Cómo? Porque nos hace humildes, nos acerca a Dios, nos permite acoger su misericordia.
Se hace realidad aquella maravillosa idea que expresó san Pablo desde la experiencia de su propia vida: “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rm 5,20). O lo que dijo en otro de sus textos: “cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte” (2Co 12,10).
De esta manera, el pecado se convierte en un auténtico trampolín para la santidad. No porque sea un medio para mejorar (nunca hemos de escoger el pecado en sí mismo), sino porque Dios es tan bueno que se vuelca con un cariño inmenso sobre el pecador arrepentido.
He pecado, lo confieso con pena. Acudo a Dios, acojo su perdón, me dejo guiar por su gracia. Entonces se produce el milagro: brilla la esperanza, la santidad está más cerca, y hay banquete de fiesta en el Reino de los cielos...
HISTORIA DE LA DEVOCIÓN AL DIVINO NIÑO JESÚS EN COLOMBIA
Historia de la devoción al Divino Niño Jesús
Comienza la devoción al Divino Niño en Colombia en el año 1907, primero entre los carmelitas y después en la Comunidad Salesiana. Fueron tantos los favores concedidos que los devotos agradecidos propagaron la devoción por todas partes. Citamos el testimonio del milagro del 1915, reconocido por el obispo:
Mi hija María de 18 años venía padeciendo terribles dolores de reumatismo. Eran tan grandes los dolores que padecía y tan devastadora la inmovilidad que el reumatismo le estaba produciendo, que viéndola ya en peligro de muerte llamamos al sacerdote que la confesó y le administró el viático y la extremaunción.
No podía hacer el menor movimiento de pies o de manos sin sentir agudísimos dolores. Los medicamentos de los médicos no le producían ninguna mejoría. Uno de los mejores médicos de la ciudad venía cada día a visitarla, pero los ataques reumáticos eran cada día más fuertes y le daban unas convulsiones que la dejaban medio muerta.
El 10 de noviembre del año pasado cuando en uno de los terribles ataques creí que se moría, al ver que recobraba otra vez el habla, se me ocurrió una idea: corrí a mi habitación y me traje una imagencita del Divino Niño que nosotros veneramos con mucho cariño, y acercándome a la enferma le dije: "Hija, Nuestro Señor hizo la promesa de que si le pedimos por los méritos de su infancia, nuestra oración será escuchada. Pidámosle por los méritos de sus 12 primeros años de vida, si te conviene para la salud del alma, te conceda la salud del cuerpo. Dále un beso a la imagen del Divino Niño y la colocamos luego junto a los pies que tanto te duelen".
Ella besó amorosamente al queridísimo Niño Jesús y luego colocamos la imagen en lecho, junto a la enferma y rezamos con toda fe.
Pasada una hora, de pronto mi hija gritó entusiasmada: "Papá, papá, estoy curada". Y para demostrarme que si era verdad, movía los brazos y los pies en todas direcciones sin sentir el menor dolor (siendo que hasta hacia unos minutos al menor movimiento de un brazo o de un pie daba un grito de dolor). Estaba totalmente curada.
Pronto nos reunimos todos los familiares y emocionados dimos gracias al Milagroso Niño Jesús que hace tales maravillas. Después de once meses mi hija se encuentra muy robusta y sin el más mínimo dolor de reumatismo y recomendamos a las personas necesitadas a que en cualquier angustia, dolor o necesidad invoquen con toda confianza a l Niño Jesús que tanto goza ayudando a los necesitados. El Señor Obispo que nos honra con su amistad y que había venido varias veces a visitar a la enferma, atestigua también este milagro que los médicos no han logrado explicar.
Certificamos que esta declaración es verdadera, firmado: Heladio, Obispo de Cali.
Firmado, con inmensa gratitud al Niño Jesús: Manuel Sinisterra. Cali 1916.
El padre Juan del Rizzo y la devoción al Niño Jesús
El padre salesiano Juan del Rizzo llega a Barranquilla, Colombia, en 1914. Con gran esfuerzo se dedica a recaudar fondos para la construcción de un templo pero no tiene éxito. Fue entonces que tuvo la inspiración de pedir a Nuestro Señor por los méritos de su infancia. Desde entonces el éxito del padre fue extraordinario y se convirtió en un gran devoto del Divino Niño, dedicando su vida a la propagación de la devoción.
Después de 13 años de ministerio en Barranquilla, el padre del Rizzo fue trasladado a Medellín, donde continuó su labor exhortando a todos a confiar en Jesús por los méritos de su infancia. Al principio la devoción del padre del Rizzo se identificaba con la imagen del Niño Jesús de Praga, pero en Medellín una asociación de devotos a esa devoción se le opuso, alegando que ellos tenían la exclusiva sobre el Niño de Praga. ¡Posiciones absurdas que se dan entre los seres humanos! El padre del Rizzo buscó entonces otra forma de expresar su devoción al Niño Jesús. El sabía que los milagros no los hace la imagen sino el mismo Jesucristo que está vivo.
En 1935 el padre del Rizzo fue trasladado a Bogotá y, providencialmente, se encontró allí con una preciosa imagen del Divino Niño. Colocó el padre la imagen en unos terrenos baldíos del Barrio 20 de Julio de Bogotá. Desde allí pregonaba a todo quien escuchase los prodigios que Jesús otorga a quienes honran su santa infancia. Los milagros se multiplicaron: Curaciones, empleos, reconciliación de familias, protección de negocios.... pero sobre todo muchas conversiones.
domingo, 20 de julio de 2014
MI AMIGO DIOS...
MI AMIGO DIOS
Estoy ante ti Señor, mi amigo-Dios
tocando las puertas de tu corazón
dejando en tus manos con humildad
el amor que siento por ti.
Te imploro mi Dios que me muestres
caminos de bien y de verdad.
Enséñame mi amigo- Dios
a tener paciencia cuando
la intransigencia invada mis sentidos,
a que mi conciencia este libre
de pensamientos mezquinos
desahoga mi alma a que no guarde
rencores ni odio ante mis semejantes.
Enséñame ¡si! Enséñame
a derribar los muros de inconsciencias
a través de tu palabra que acaricia
nuestras almas, a sacar esos miedos
para enfrentar la vida con valor.
Enséñame a brindar el perdón necesario
y a implorar el tuyo por mis pecados,
a luchar por mi bienestar y el de los míos
y no rendirme ante la adversidad.
¡Enséñame! enséñame a abrir las puertas de tu cielo
donde brille el consuelo a los quebrantos.
Regálame tu paz y tu armonía,
enséñame mi Dios a encontrar en medio
de la densa oscuridad tu Luz.
Enséñame mi Dios ,a amar , pero amar de verdad
con pasión y humildad y aceptar lo que me ofreces
sin buscar mas allá de lo que yo crea necesitar,
enséñame mi Dios a brindar mi amor
donde reine el desamor...
AUNQUE NO SEAS UN GRAN ARTISTA, DEJA HUELLA EN LA HISTORIA
Autor: P. Dennis Doren LC | Fuente: Catholic.net Aunque no seas un gran artista, deja huella en la historia | |
Depende de tu confianza en Dios y de tu empeño en ser digno instrumento en la manos del Gran Artesano. | |
Aunque no escribas libros, eres el escritor de tu vida. Aunque no seas Miguel Ángel, puedes hacer de tu vida una obra maestra. Aunque no entiendas de cine, ni de cámaras, tu existencia puede transformarse en un film de suspenso y acción con Dios de productor. Aunque cantes desafinado, tu existencia puede ser una sentida canción, que cualquier afamado compositor envidiaría. Aunque no entiendas de música, tu vida puede ser una magnífica sinfonía que los clásicos respetarían. Aunque no hayas estudiado en una escuela de comunicaciones, tu vida puede transformarse en un reportaje modelo. Aunque no tengas gran cultura, puedes cultivar la sabiduría de un buen vivir. Aunque tu trabajo sea humilde, puedes convertir tu día en oración llena de buenos frutos. Aunque tengas cuarenta, cincuenta, sesenta o setenta años, puedes ser joven de espíritu. Aunque las arrugas ya marquen tu rostro, vale más tu belleza interior. Aunque tus pies sangren en los tropiezos y piedras del camino, tu rostro puede sonreír. Aunque tus manos conserven las cicatrices de los problemas y de las incomprensiones, tus labios pueden agradecer. Aunque las lágrimas amargas recorran tu rostro, tienes un corazón para amar. Aunque no lo comprendas, en el cielo tienes reservado un lugar. Todo, todo... depende de tu confianza en Dios y de tu empeño en SER digno instrumento en la manos de este Gran Artesano que solo busca lo mejor para nosotros. Pon tu vida, aspiraciones, anhelos en las manos de Dios, Él nunca te defraudará. |
REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 20 DE JULIO DEL 2014 - SOBRE LA CIZAÑA
Francisco en el ángelus:
frente a la cizaña el discípulo debe imitar la paciencia de Dios
Ciudad del Vaticano, 20 de julio de 2014 (Zenit.org)
El santo padre Francisco se ha asomado esta mañana a la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano para rezar el ángelus junto con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
Estas son las palabras del Papa al introducir la oración mariana:
Queridos hermanos y hermanas, buenos días:
en estos domingos la liturgia propone algunas parábolas evangélicas, es decir, breves narraciones que Jesús utilizaba para anunciar a la multitud el Reino de los cielos. Entre las presentes en el Evangelio de hoy hay una más bien compleja, que no se entiende desde el principio, y Jesús da a sus discípulos la explicación: es la del grano bueno y la cizaña, que afronta el problema del mal en el mundo y resalta la paciencia de Dios. La escena tiene lugar en un campo donde el propietario siembra el grano, pero una noche llega el enemigo y siembra la cizaña, término que en hebreo deriva de la misma raíz que el nombre "Satanás" y reclama el concepto de división. Todos sabemos que el demonio es un cizañero, siempre intenta separar a las personas, las familias, las naciones y los pueblos. Los siervos querían quitar en seguida la hierba mala, pero el amo lo impide con esta motivación: "no, que al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo". Porque todos sabemos que cuando la cizaña crece se parece mucho al grano bueno, y está el peligro de confundirlos.
La enseñanza de la parábola es doble. En primer lugar dice que el mal que hay en el mundo no proviene de Dios, sino de su enemigo, el Maligno. Es curioso, este va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión, donde no hay luz pero va él y siembra la cizaña. Este enemigo es astuto: ha sembrado el mal en medio del bien, así es imposible separar claramente a los hombres; pero Dios, al final, podrá hacerlo.
Y aquí llegamos al segundo tema: la contraposición entre la impaciencia de los siervos y la paciente espera del propietario del campo, que representa a Dios. Nosotros a veces tenemos mucha prisa en juzgar, clasificar, poner aquí a los buenos, allí a los malos... Recordad, la oración de ese hombre soberbio, 'te doy gracias Dios porque yo soy bueno y no soy como ese otro que es malo'. Recordad esto. Dios sin embargo sabe esperar. Él mira en el "campo" de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también las semillas del bien y espera con confianza que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. Que bonito es esto. Nuestro Dios es un Padre paciente que siempre nos espera y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos, siempre nos perdona si vamos donde Él.
La actitud del amo es la de la esperanza fundada en la certeza que el mal no tiene ni la primera ni la última palabra. Y hay más. Gracias a esta paciente esperanza de Dios, la misma cizaña, es decir, el corazón malo con muchos pecados, al final, puede convertirse en grano bueno. Pero atención: la paciencia evangélica no es indiferencia al mal, ¡no se puede confundir entre bien y mal! Frente a la cizaña presente en el mundo, el discípulo del Señor está llamado a imitar la paciencia de Dios, alimentar la esperanza con el apoyo de una inquebrantable confianza en la victoria final del bien, es decir, de Dios.
Al final, de hecho, el mal será quitado y eliminado: en el momento de la siega, es decir del juicio, los sembradores seguirán la orden del amo separando la cizaña para quemarla. El día de la siega final el juez será Jesús, el que ha sembrado el grano bueno en el mundo y que se ha convertido Él mismo en "grano de trigo", ha muerto y ha resucitado. Al final todos seremos juzgados con el mismo metro, ¿cuál?, ¿con qué metro seremos juzgados? Con el metro con el que hemos juzgado: la misericordia que hemos usado hacia los otros será usada también con nosotros. Pidamos a la Virgen, nuestra Madre, que nos ayude a crecer en paciencia, esperanza y misericordia con todos los hermanos.
Rezo del ángelus.
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