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viernes, 22 de febrero de 2013
miércoles, 20 de febrero de 2013
NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LA DULCE ESPERA
Novena a Nuestra Señora de la Dulce
Espera
La devoción a Nuestra Señora de la Dulce Espera se remonta a muchos años atrás. Hay imágenes de la Virgen María embarazada como por ejemplo la Virgen de Guadalupe Patrona de México y de América, donde se percibe el abultamiento de su vientre. Muchos son los que se encomiendan a nuestra Señora de la Dulce Espera pidiendo con Devoción por la llegada de un Hijo, por el feliz término de un embarazo, como también son múltiples los agradecimientos de aquellos que fueron escuchados por la Virgen y hoy disfrutan de la dicha de ver crecer sano y feliz al niño tan deseado. La imagen de la Virgen de la Dulce Espera se ha popularizado reproducida en Estampas, esculturas, etc., donde aparece con una mano sosteniendo un libro Símbolo de la Palabra y con la otra acaricia su vientre.
NOVENA:
1- Hacemos la señal de la
cruz.
2- Rezamos el Acto de
Contrición (confesando nuestros pecados y pidiendo perdón por haberlos
cometido)
3- Rezamos la meditación del
día correspondiente
4- Hacemos la
petición…
5- Nos despedimos rezando la
oración a Nuestra Señora de la Dulce Espera.-
ORACIÓN:
OH Virgen de la Dulce Espera
que en la persona de tu Divino Hijo, el Niño Jesús, has sido la causa de
nuestra Esperanza
trayendo en tu seño el mensaje de Salvación para todos los
hombres.
Haz también que en nuestra
dulce espera preparemos la llegada del fruto de nuestro amor Cristiano, con tu
protección y ayuda, agradeciendo a Dios, Autor de toda Vida, el colaborar con El
al aumento de la gran Familia Humana y que con el Bautismo inmediato lo
convirtamos en hijo de Dios. Amén
=
PRIMER
DÍA
Atiende nuestro pedido Dulce
Madre y Señora y protégenos en este trance, para que podamos tener en nuestros
brazos maternales al hijo que ansiosamente aguardamos.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
=
SEGUNDO
DÍA
Nuestra Señora de la Dulce
Espera guía nuestra vida, protégenos bajo tu manto y auxílianos en este deseo
ferviente de ser padres.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
=
TERCER
DÍA
Virgen María tu que fuiste
visitada por el Ángel Gabriel para recibir la gran noticia de ser la elegida
para ser Madre del Salvador, atiende nuestra suplica. En ti depositamos nuestras
esperanzas.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
=
CUARTO
DÍA
Nuestra Señora de la Dulce
Espera guía nuestro embarazo y acompáñanos como lo hiciste con tu prima Santa
Isabel, cuando ya mayor quedo embarazada de Juan el
Bautista.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
=
QUINTO
DÍA
Virgen María te pedimos hoy por
las futuras madres que afrontan solas el embarazo para que sientan alivio al
recurrir a tu ayuda.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
=
SEXTO
DÍA
Nuestra Señora de la Dulce
Espera Ilumina con Maternal cuidado estos nueve meses de Gracia en los que la
Virtud Creadora de Dios obra el mayor de los Milagros.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
=
SEPTIMO
DÍA
Virgen María ayúdanos como
cristianos a dar testimonio de tu amo, defendiendo la vida y siguiendo las
enseñanzas de tu Hijo el Salvador.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
=
OCTAVO
DÍA
Nuestra Señora de la Dulce
Espera te pedimos hoy por aquellas madres embarazadas que viven horas de
angustia por motivos económicos o familiares para que puedan dedicarse con total
empeño al niño que guardan en su seño.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
=
NOVENO
DÍA
Virgen María, Madre del
Salvador, te suplicamos hoy que atiendas el llamado de tantas parejas que desean
ver coronado su amor por la llegada de un hijo, y por todas las embarazadas que
se encomiendan a Ti buscando tu Maternal cuidado.
Y por aquellas futuras madres
que esperan un hijo en adopción, guíalas para que encuentren el camino hacia
aquel Ser que tienen predestinados en la vida para cumplir el Milagro del Amor.
Padre Nuestro – Ave María –
Gloría
Que la Virgen María, en su
advocación de Nuestra Señora de la Dulce Espera nos ilumine, nos proteja y nos
acompañe siempre.
Amén.
domingo, 17 de febrero de 2013
EL EVANGELIO DE HOY - DOMINGO 17
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio 26, 4‑10
Profesión de fe del pueblo escogido
Dijo Moisés al pueblo:
-“ El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios.
Entonces tú dirás ante el Señor, tu Dios:
"Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas.
Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa.
Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud.
Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia.
El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos.
Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel.
Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me has dado."
Lo pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en presencia del Señor, tu Dios.”
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“MARCADOS POR DIOS”
El texto de Deuteronomio 26 nos presenta lo que es la raíz y el fundamento de Israel, su credo, lo que le da consistencia frente a todos los pueblos: Dios prometió al padre del pueblo, a Abrahán una tierra y al final ha sido fiel a su promesa, el pueblo, y cada israelita en particular, siente el agradecimiento al Dios verdadero que no lo ha dejado en la estacada. La postración con los frutos de la tierra en sus manos es la proclamación de la fe en Dios frente a la esterilidad y la falsedad de la idolatría. Esa tierra y esos frutos son el argumento decisivo de la verdad de Dios sobre el resto de dioses.
El camino ha sido duro y el sufrimiento muy fuerte, cosa que les ha hecho curtir su fe y su confianza, ya que en muchos momentos han llegado a sentir que Dios lo había abandonado, pero esta situación de posesión y disfrute de una tierra que “mana leche y miel” es el argumento supremo de que Dios no falla, que todo lo que han sufrido y luchado tiene sentido y esto debe quedar bien grabado en la memoria del pueblo.
La fiesta de la cosecha que el pueblo celebra cada año, recuerda la entrada en la tierra, pues con la recogida de la cosecha se indica la posesión de la tierra que Dios prometió y que ya la ha regalado.
De la misma manera que el hombre entra en la tierra y se siente como acogido por Dios, ahora entra en el santuario con la ofrenda para ponerse en su presencia y adorarlo.
El sentido de elegido, custodiado, protegido, guiado y mimado por Dios es algo que hace que el israelita se sienta un individuo diferente al resto de hombres de la tierra. Esto le marcará su identidad.
Con Jesús, todo esto que el pueblo de Israel como un signo, se convierte en una realidad palpitante hasta el punto de invitarnos a sentir a Dios como un “Abba” y a tratarlo como a tal, y si nos lo dice, es porque lo somos y nuestra realidad ha cambiado radicalmente. Nuestra patria definitiva es el Reino, es algo que tenemos asegurado y es cuestión de empezar a actualizarlo… El problema es que no llegamos a creerlo y menos aún sentirlo.
Salmo responsorial Sal 90, 1‑2. 10‑11. 12‑13. 14‑15 (R.: 15b)
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.» R.
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R.
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones. R.
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré.» R.
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 8‑13
Profesión de fe del que cree en Jesucristo
Hermanos:
La Escritura dice:
“La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón.”
Se refiere a la palabra de la fe que os anunciamos.
Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás.
Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.
Dice la Escritura:
“Nadie que cree en él quedará defraudado.”
Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan.
Pues “todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.”
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“LA SALVACIÓN SOLO VIENE DE DIOS”
S. Pablo quiere hacer tomar conciencia a los cristianos de Roma de que Cristo ha cambiado radicalmente todo el orden de las cosas: hasta entonces, el pueblo de Israel era un símbolo de lo que Dios tenía pensado hacer con toda la humanidad, ahora ha venido, la salvación, la ha traído para todos, empezando por aquellos que Él había elegido desde el principio, para que fueran el signo de lo que pensaba hacer ante los hombres, pero ahora ha resultado que éstos no quieren reconocer el cumplimiento de todo lo que tenían como una promesa.
Sin embargo, S. Pablo ve en esta negación del pueblo a aceptar la hora de Dios, como una oportunidad para el resto de pueblos y espera que, más adelante, tal vez movido por los celos, su pueblo se dé cuenta que es estúpida su postura que ha tomado y acepte la salvación de Dios como sus antepasados aceptaron el regalo de la tierra.
Pero el pueblo se ha cerrado en pensar que la salvación es obra de él, que la puede conseguir con su esfuerzo y el cumplimiento de las leyes y no acepta que, así como la tierra fue un regalo, la salvación ahora es otro regalo mucho mayor.
Pablo siente que su pueblo está dividido: entre su boca y su corazón no hay coherencia: proclama una cosa y está sintiendo otra y no quiere que caiga la comunidad en el mismo error: proclamar que “Jesús es Señor” porque “Dios lo ha resucitad”, es sentir y vivir bajo la nueva realidad que Dios ha realizado con Él.
El pueblo de Israel ha cambiado las cosas y ha puesto su confianza en el Templo, en la Ley como fundamentos de su identidad y signos de salvación y nosotros podemos ponerla en cosas parecidas cayendo en el peligro de creer que podemos manipular a Dios, de forma que, en su nombre, nos atrevemos a hacer aquello que, incluso, repulsa a Dios: podemos quedarnos en la norma, en el gesto, en el símbolo… en el cargo, en el puesto y terminamos adorando esas cosas por encima del mismo Dios. Y la salvación, la verdad, la alegría, la paz no reside en nada de eso, sino en Dios, en Jesucristo que es lo que debe ser creído y proclamado.
Versículo antes del evangelio Mt 4, 4b
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 1‑13
El Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo:
-“Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.” Jesús le contestó:
-“Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre".”
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:
-“Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo.”
Jesús le contestó:
-“Está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".” Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: -“Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras".”
Jesús le contestó:
-“Está mandado: "No tentarás al Señor, tu Dios".”
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
“LAS TENTACIONES DE LA VIDA”
Jesús toma la decisión de dejar su aldea, Nazaret, y emplearse a fondo en el anuncio de la Buena Nueva, el proyecto de salvación que le Padre le ha encomendado, es el cambio radical de existencia que el evangelista S. Lucas quiere presentar a la comunidad en paralelo con la misma historia del pueblo de Israel que sale de la esclavitud de Egipto y se adentra en el desierto preparándose para una nueva existencia en libertad.
Jesús siente en su vida, durante su ministerio, las mismas tenciones que tuvo su pueblo durante la travesía del desierto: la tentación de volverse atrás y no complicarse la existencia, desconfiar del Dios que lo había sacado de la esclavitud, creer que lo ha dejado en la estacada… sin embargo, Jesús responde como el verdadero hijo que se fía de la Palabra y siente que su Padre no lo defrauda. La tentación que se le presenta es: “Si soy hijo de Dios, si tengo todo el poder en mis manos, ¿Por qué no hacer el milagro que necesito?... Pero vemos en todo el evangelio que Jesús jamás utiliza el poder que tiene para si, siempre lo hace en beneficio de los demás.
La segunda tentación es la del poder: no es justo aguantarse con lo que está ocurriendo, está justificado cualquier cosa que se haga para sacar al pueblo de la situación de injusticia que vive, el sistema que se ha impuesto es perverso, diabólico… idólatra, hacerse con el poder estaría perfectamente justificado y bien visto. Es curioso: Satanás utiliza las palabras del salmo 2 para decirle a Jesús que pierda el miedo y se lance, a lo que Jesús le contesta también con otra frase de la escritura: “Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto.”(Dt. 6,13). Con lo que podemos ver que la Sagrada Escritura mal utilizada o sacada de contexto puede ser un arma mortal. Jesús le deja muy claro al tentador que su ministerio es para ayudar a otros y no para salvarse Él: lo veremos en la cruz cuando le dicen: “Si eres Hijo de Dios… sálvate a ti mismo”.
Queda claro que aquel que usa su ministerio para engrandecerse y levantarse es un falso seguidor de Jesucristo, pues se sirve de su ministerio para su provecho personal, peor todavía reclamarle a Dios que haga milagros cuando Dios no necesita hacer nada extraordinario para que se realice su plan. Jesús nos muestra el camino, la actitud que hay que tener con al Padre, el resto son ya cosas secundarias.
-D. Melitón Bruque Garcia. Párroco de San José. LinareS
Lectura del libro del Deuteronomio 26, 4‑10
Profesión de fe del pueblo escogido
Dijo Moisés al pueblo:
-“ El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios.
Entonces tú dirás ante el Señor, tu Dios:
"Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas.
Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa.
Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud.
Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia.
El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos.
Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel.
Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me has dado."
Lo pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en presencia del Señor, tu Dios.”
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“MARCADOS POR DIOS”
El texto de Deuteronomio 26 nos presenta lo que es la raíz y el fundamento de Israel, su credo, lo que le da consistencia frente a todos los pueblos: Dios prometió al padre del pueblo, a Abrahán una tierra y al final ha sido fiel a su promesa, el pueblo, y cada israelita en particular, siente el agradecimiento al Dios verdadero que no lo ha dejado en la estacada. La postración con los frutos de la tierra en sus manos es la proclamación de la fe en Dios frente a la esterilidad y la falsedad de la idolatría. Esa tierra y esos frutos son el argumento decisivo de la verdad de Dios sobre el resto de dioses.
El camino ha sido duro y el sufrimiento muy fuerte, cosa que les ha hecho curtir su fe y su confianza, ya que en muchos momentos han llegado a sentir que Dios lo había abandonado, pero esta situación de posesión y disfrute de una tierra que “mana leche y miel” es el argumento supremo de que Dios no falla, que todo lo que han sufrido y luchado tiene sentido y esto debe quedar bien grabado en la memoria del pueblo.
La fiesta de la cosecha que el pueblo celebra cada año, recuerda la entrada en la tierra, pues con la recogida de la cosecha se indica la posesión de la tierra que Dios prometió y que ya la ha regalado.
De la misma manera que el hombre entra en la tierra y se siente como acogido por Dios, ahora entra en el santuario con la ofrenda para ponerse en su presencia y adorarlo.
El sentido de elegido, custodiado, protegido, guiado y mimado por Dios es algo que hace que el israelita se sienta un individuo diferente al resto de hombres de la tierra. Esto le marcará su identidad.
Con Jesús, todo esto que el pueblo de Israel como un signo, se convierte en una realidad palpitante hasta el punto de invitarnos a sentir a Dios como un “Abba” y a tratarlo como a tal, y si nos lo dice, es porque lo somos y nuestra realidad ha cambiado radicalmente. Nuestra patria definitiva es el Reino, es algo que tenemos asegurado y es cuestión de empezar a actualizarlo… El problema es que no llegamos a creerlo y menos aún sentirlo.
Salmo responsorial Sal 90, 1‑2. 10‑11. 12‑13. 14‑15 (R.: 15b)
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.» R.
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R.
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones. R.
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré.» R.
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 8‑13
Profesión de fe del que cree en Jesucristo
Hermanos:
La Escritura dice:
“La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón.”
Se refiere a la palabra de la fe que os anunciamos.
Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás.
Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.
Dice la Escritura:
“Nadie que cree en él quedará defraudado.”
Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan.
Pues “todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.”
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“LA SALVACIÓN SOLO VIENE DE DIOS”
S. Pablo quiere hacer tomar conciencia a los cristianos de Roma de que Cristo ha cambiado radicalmente todo el orden de las cosas: hasta entonces, el pueblo de Israel era un símbolo de lo que Dios tenía pensado hacer con toda la humanidad, ahora ha venido, la salvación, la ha traído para todos, empezando por aquellos que Él había elegido desde el principio, para que fueran el signo de lo que pensaba hacer ante los hombres, pero ahora ha resultado que éstos no quieren reconocer el cumplimiento de todo lo que tenían como una promesa.
Sin embargo, S. Pablo ve en esta negación del pueblo a aceptar la hora de Dios, como una oportunidad para el resto de pueblos y espera que, más adelante, tal vez movido por los celos, su pueblo se dé cuenta que es estúpida su postura que ha tomado y acepte la salvación de Dios como sus antepasados aceptaron el regalo de la tierra.
Pero el pueblo se ha cerrado en pensar que la salvación es obra de él, que la puede conseguir con su esfuerzo y el cumplimiento de las leyes y no acepta que, así como la tierra fue un regalo, la salvación ahora es otro regalo mucho mayor.
Pablo siente que su pueblo está dividido: entre su boca y su corazón no hay coherencia: proclama una cosa y está sintiendo otra y no quiere que caiga la comunidad en el mismo error: proclamar que “Jesús es Señor” porque “Dios lo ha resucitad”, es sentir y vivir bajo la nueva realidad que Dios ha realizado con Él.
El pueblo de Israel ha cambiado las cosas y ha puesto su confianza en el Templo, en la Ley como fundamentos de su identidad y signos de salvación y nosotros podemos ponerla en cosas parecidas cayendo en el peligro de creer que podemos manipular a Dios, de forma que, en su nombre, nos atrevemos a hacer aquello que, incluso, repulsa a Dios: podemos quedarnos en la norma, en el gesto, en el símbolo… en el cargo, en el puesto y terminamos adorando esas cosas por encima del mismo Dios. Y la salvación, la verdad, la alegría, la paz no reside en nada de eso, sino en Dios, en Jesucristo que es lo que debe ser creído y proclamado.
Versículo antes del evangelio Mt 4, 4b
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 1‑13
El Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo:
-“Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.” Jesús le contestó:
-“Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre".”
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:
-“Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo.”
Jesús le contestó:
-“Está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".” Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: -“Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras".”
Jesús le contestó:
-“Está mandado: "No tentarás al Señor, tu Dios".”
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
“LAS TENTACIONES DE LA VIDA”
Jesús toma la decisión de dejar su aldea, Nazaret, y emplearse a fondo en el anuncio de la Buena Nueva, el proyecto de salvación que le Padre le ha encomendado, es el cambio radical de existencia que el evangelista S. Lucas quiere presentar a la comunidad en paralelo con la misma historia del pueblo de Israel que sale de la esclavitud de Egipto y se adentra en el desierto preparándose para una nueva existencia en libertad.
Jesús siente en su vida, durante su ministerio, las mismas tenciones que tuvo su pueblo durante la travesía del desierto: la tentación de volverse atrás y no complicarse la existencia, desconfiar del Dios que lo había sacado de la esclavitud, creer que lo ha dejado en la estacada… sin embargo, Jesús responde como el verdadero hijo que se fía de la Palabra y siente que su Padre no lo defrauda. La tentación que se le presenta es: “Si soy hijo de Dios, si tengo todo el poder en mis manos, ¿Por qué no hacer el milagro que necesito?... Pero vemos en todo el evangelio que Jesús jamás utiliza el poder que tiene para si, siempre lo hace en beneficio de los demás.
La segunda tentación es la del poder: no es justo aguantarse con lo que está ocurriendo, está justificado cualquier cosa que se haga para sacar al pueblo de la situación de injusticia que vive, el sistema que se ha impuesto es perverso, diabólico… idólatra, hacerse con el poder estaría perfectamente justificado y bien visto. Es curioso: Satanás utiliza las palabras del salmo 2 para decirle a Jesús que pierda el miedo y se lance, a lo que Jesús le contesta también con otra frase de la escritura: “Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto.”(Dt. 6,13). Con lo que podemos ver que la Sagrada Escritura mal utilizada o sacada de contexto puede ser un arma mortal. Jesús le deja muy claro al tentador que su ministerio es para ayudar a otros y no para salvarse Él: lo veremos en la cruz cuando le dicen: “Si eres Hijo de Dios… sálvate a ti mismo”.
Queda claro que aquel que usa su ministerio para engrandecerse y levantarse es un falso seguidor de Jesucristo, pues se sirve de su ministerio para su provecho personal, peor todavía reclamarle a Dios que haga milagros cuando Dios no necesita hacer nada extraordinario para que se realice su plan. Jesús nos muestra el camino, la actitud que hay que tener con al Padre, el resto son ya cosas secundarias.
-D. Melitón Bruque Garcia. Párroco de San José. LinareS
miércoles, 13 de febrero de 2013
EL EVANGELIO DE HOY: MIERCOLES 13 FEBRERO
Autor: Alejandro Carrión | Fuente: Catholic.net Tu Padre que está en lo secreto | |
Mateo: 6, 1-6 16-18. Miércoles de Ceniza. Es en la oración donde gozamos de la presencia de Dios y descubrimos la grandeza de su amor. | |
Del santo Evangelio según san Mateo: 6, 1-6 16-18 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Tenga cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te lo recompensará. Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vaya a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te compensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, si no tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará» Oración introductoria Padre mío, vengo a encontrarme en este momento contigo. Vengo como un niño a ponerse en los brazos de su padre. Vengo a dejar de lado las preocupaciones de la vida para entrar a lo oculto de mi corazón donde Tú has querido quedarte. Pongo toda mi confianza en tu amor y misericordia. Inicio esta Cuaresma con un deseo sincero de crecer en la fe y en el amor, preparándome con decisión y generosidad en celebrar los misterios de tu pasión, muerte y resurrección. Petición Concédeme la gracia de aprender a vivir sólo para ti, para que todos los momentos de mi día, el trabajo, el estudio, mi mis quehaceres del hogar las viva por amor a ti. Meditación del Papa Con una expresión que es típica en la liturgia, la Iglesia llama al período en el que hemos entrado hoy, “Cuaresma”, es decir, un tiempo de cuarenta días y, con una clara referencia a la sagrada escritura, nos introduce en un contexto espiritual específico. Cuarenta es, de hecho, el número simbólico con el que el Antiguo y el Nuevo Testamento representan los aspectos más destacados de la experiencia de fe del Pueblo de Dios. Es una cifra que expresa el tiempo de la espera, de la purificación, de la vuelta al Señor, de la conciencia de que Dios es fiel a sus promesas. Este número no es un tiempo cronológico exacto, dividido por la suma de los días. Más bien indica una perseverancia paciente, una larga prueba, un periodo suficiente para ver las obras de Dios, un tiempo en el que es necesario decidirse y asumir las propias responsabilidades, sin dilaciones adicionales. Es el tiempo de las decisiones maduras. (Benedicto XVI, 22 de febrero de 2012 Reflexión La base de toda vida espiritual sólida es la oración. Es en la oración donde gozamos de la presencia de Dios y descubrimos la grandeza de su amor. Es allí donde adquieren sentido nuestras alegrías y nuestras tristezas. Pero la oración nunca se queda en vernos a nosotros, sino que nos lleva a contemplar las necesidades de los demás como las necesidades de Dios mismo. Propósito Cumplir, por amor a Cristo, con el ayuno prescrito para el día de hoy. Diálogo con Cristo Señor, inicio esta Cuaresma con mucho entusiasmo y mucho amor, te agradezco el gran don de la oración. Gracias por que me quieres tanto que te has quedado en lo escondido, en el fondo de mi corazón, para hacerme compañía. Gracias por que me haces escuchar tu voz; porque me muestras tu amorosa voluntad, único camino en el que encuentro la verdadera felicidad. La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre (San Agustín) |
¿QUÉ ES LA CUARESMA?
¿Qué es la Cuaresma...?
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
40 días
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
lunes, 11 de febrero de 2013
EL EVANGELIO DE HOY
Autor: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net Jesús en Genesaret | |
Marcos 6, 53-56. Tiempo Ordinario. Jesús no se cansa, cada día atiende a nuestras necesidades. | |
En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron enseguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados. Oración introductoria Señor, creo en tu capacidad de curar física y espiritualmente. Me acerco a Ti en esta oración enfermo y débil espiritualmente, confío en tu deseo de sanarme y fortalecerme. Te ofrezco humildemente mi vida, herida por el cáncer del amor propio, el orgullo y la autosuficiencia y me abandono en tu misericordia. Pido a la santísima Virgen de Lourdes que interceda por mí. Petición Señor, sana mi alma y mi corazón. Ayúdame a hacer lo que necesito hacer, para mantenerme siempre en gracia. Meditación del Papa Son frecuentes y a veces inquietantes esos interrogantes, que en verdad, en un plano meramente humano, no encuentran respuestas adecuadas, pues el dolor, la enfermedad y la muerte en su significado siguen siendo insondables para la mente humana. Pero viene en nuestra ayuda la luz de la fe. La Palabra de Dios nos revela que incluso estos males son misteriosamente "abrazados" por el plan divino de salvación; la fe nos ayuda a considerar que la vida humana es hermosa y digna de vivirse en plenitud, a pesar de estar menoscabada por el mal. Dios creó al hombre para la felicidad y para la vida, mientras que la enfermedad y la muerte entraron en el mundo como consecuencia del pecado. Sin embargo, el Señor no nos ha abandonado a nosotros mismos. Él, el Padre de la vida, es el médico del hombre por excelencia y no deja de inclinarse amorosamente hacia la humanidad que sufre. El Evangelio relata cómo Jesús "expulsaba los espíritus con su palabra y curaba a los enfermos", indicando el camino de la conversión y de la fe como condiciones para obtener la curación del cuerpo y del espíritu. (Benedicto XVI, 11 de febrero de 2009). Reflexión Los genios son genios no por lo que producen, sino por lo que proyectan, por lo que reparten. Un genio no es un hombre que tiene el alma muy grande, sino un hombre de cuya alma podemos alimentarnos. En los santos la cosa es aún más clara: son santos porque no se reservaron nada para sí, sino que se entregaron a todos cuantos les rodeaban. Jesús, que acababa de multiplicar los panes compadeciéndose de la multitud, les da después, a los discípulos, un susto tremendo. Por así decirlo, se trata de una de esas «bromas del Altísimo». Una vez que se les pasó el miedo de haber visto a Jesús caminando sobre las aguas, tocan tierra de nuevo. ¡Qué personalidad la de Cristo! En cuanto bajó de la barca, le reconocieron y corrieron a Él. ¡Es la fuerza de los santos, la fuerza de Dios! Cada tarde, al volver del trabajo, anhelamos encontrar a nuestros seres queridos y disfrutar de la paz del hogar. El esfuerzo cotidiano exige un buen descanso. Jesús no se detuvo a contemplar su cansancio, su fatiga ni siquiera, si estaba o no dentro de su horario de trabajo o si se le pagaría una prima extra. Esta es la verdadera generosidad. Esto es no reservarse nada para sí, sino entregarse a los demás. Le traían enfermos. Deseaban, al menos tocar la orla de sus vestidos para ser curados. A nosotros, Dios no nos pide directamente que curemos enfermos o hagamos todo tipo de milagros. Quizá no esté a nuestro alcance. Pero sí podemos dar una palabra de aliento al compañero de trabajo. Una sonrisa a quienes suben con nosotros en el ascensor. Una atención y un recuerdo en la oración para quien nos pide ayuda por la calle. La alegría y el detalle con nuestra esposa o esposo y nuestros hijos, a pesar de la tensión acumulada en el trabajo. Cosas sencillas pero que, a los ojos de Dios, tienen un valor inmenso. Los genios, los grandes santos, lo han sido a base de estos pequeños pero valiosos actos de amor y generosidad. Y tú, ¿qué esperas para ser feliz? Propósito Ofrecer a la Virgen de Lourdes un rosario por todas las personas enfermas, física o espiritualmente, para que encuentren consuelo en Cristo. Diálogo con Cristo Jesús, qué ciego he sido al temer más a la enfermedad o a los problemas cotidianos de la vida que al pecado. He abusado de tu eterna misericordia al no esforzarme por dominar mi debilidad, por eso suplico a la Virgen de Lourdes que me guíe para saber resistir la tentación. |
VIRTUDES CRISTIANAS
Virtudes Cristianas
Autor: Librería Beityala S.A. de C.V
Virtud significa "valor, fuerza, vigor, constancia en hacer el bien". Es el arte de hacer el bien y recta- mente.
Es la senda por el cual el hombre de bien llega a la gloria, al honor, al poder.
Existen varias clases de virtudes.
Las llamadas "Teologales" son las más importantes de la vida cristiana, por ser base y fundamento de las demás, como son las "Cardinales", alrededor de las cuales, a su vez, giran todas las virtudes "Morales".
Virtudes Teologales y Cardinales Hay siete virtudes principales. Las tres llamadas teologal es se refieren a la relación inmediata con Dios. Son la Fe, la Esperanza y la Caridad, y de ellas derivan todas las demás. Las cuatro virtudes llamadas cardinales, alrededor de las cuales giran las muchas virtudes morales como la puerta sobre sus quicios son Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza.
Hay 2 clases de Fe: fe humana, es la que se funda en la palabra o testimonio de otros hombres, y fe cristiana divina (de la que aquí hablamos) es la que se funda en la palabra de Dios. Nosotros no vimos nacer a Jesucristo en Belén, ni lo vimos morir en el Calvario, ni subir al cielo desde el monte de los Olivos; no hemos visto el Cielo, ni ve- mos a Jesucristo en la Eucaristía..., pero lo creemos porque Dios nuestro Señor así nos lo ha revelado y la Santa Madre Iglesia así nos lo enseña.
Viva es la fe del cristiano que ve, como con los ojos, la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, y oye al predicador sagrado como si oyere al mismo Jesu- cristo, pues Él es el que ha dicho a los predicadores de su Evangelio: "El que a vosotros oye, a Mí me oye..." (Lc. 10, 16).
Dice San Josemaría, en el núm. 582 de Camino, "Qué hermosa es nuestra fe católica -da solución a todas nuestras ansiedades, y aquieta el entendimiento y lle- na de esperanza el corazón". Esperanza es una virtud por medio de la cual espe- ramos con firme confianza el cielo y las gracias espe- ciales para alcanzarlo.
Así como el labrador vive con la esperanza de reco- ger el fruto de la tierra que ha sembrado (Sant. 5, 7- 8), así nosotros hemos de vivir esperando aquella vida que Dios ha de dar a los que no abandonan su fe "Mantengámonos firmes en la esperanza, porque es fiel el que nos ha prometido la vida eterna (Heb. 10,23). Caridad es la virtud sobrenatural por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a no- sotros mismos por amor a Dios.
Dice San Agustín: "Ninguna cosa es mayor en este mundo como el alma que tiene caridad... Ama a Dios y haz lo que quieras; si callas, calla por amor; si per- donas, perdona por amor; si castigas, castiga por amor; porque lo que por este amor se hace es meri- torio delante de Dios". Y en otro lugar, también comenta San Agustín: "Todas las virtudes pueden reducirse ala caridad o amor, porque la fe no es otra cosa que el amor que cree; y la esperanza, el amor que aguarda; y la paciencia, el amor que sufre; y la prudencia, el amor que reflexio- na; y la justicia, el amor que da a cada uno lo que es suyo; y la fortaleza, el amor generoso y valiente que vence..."
Esfuérzate por hacer el bien a todos y si hallas enemigos en el camino de la vida, véngate de ellos a ejemplo de Jesucristo, con oración, perdón, yamor. Acostúmbrate a devolver bien por mal.
Autor: Librería Beityala S.A. de C.V
Virtud significa "valor, fuerza, vigor, constancia en hacer el bien". Es el arte de hacer el bien y recta- mente.
Es la senda por el cual el hombre de bien llega a la gloria, al honor, al poder.
Existen varias clases de virtudes.
Las llamadas "Teologales" son las más importantes de la vida cristiana, por ser base y fundamento de las demás, como son las "Cardinales", alrededor de las cuales, a su vez, giran todas las virtudes "Morales".
Virtudes Teologales y Cardinales Hay siete virtudes principales. Las tres llamadas teologal es se refieren a la relación inmediata con Dios. Son la Fe, la Esperanza y la Caridad, y de ellas derivan todas las demás. Las cuatro virtudes llamadas cardinales, alrededor de las cuales giran las muchas virtudes morales como la puerta sobre sus quicios son Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza.
Hay 2 clases de Fe: fe humana, es la que se funda en la palabra o testimonio de otros hombres, y fe cristiana divina (de la que aquí hablamos) es la que se funda en la palabra de Dios. Nosotros no vimos nacer a Jesucristo en Belén, ni lo vimos morir en el Calvario, ni subir al cielo desde el monte de los Olivos; no hemos visto el Cielo, ni ve- mos a Jesucristo en la Eucaristía..., pero lo creemos porque Dios nuestro Señor así nos lo ha revelado y la Santa Madre Iglesia así nos lo enseña.
Viva es la fe del cristiano que ve, como con los ojos, la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, y oye al predicador sagrado como si oyere al mismo Jesu- cristo, pues Él es el que ha dicho a los predicadores de su Evangelio: "El que a vosotros oye, a Mí me oye..." (Lc. 10, 16).
Dice San Josemaría, en el núm. 582 de Camino, "Qué hermosa es nuestra fe católica -da solución a todas nuestras ansiedades, y aquieta el entendimiento y lle- na de esperanza el corazón". Esperanza es una virtud por medio de la cual espe- ramos con firme confianza el cielo y las gracias espe- ciales para alcanzarlo.
Así como el labrador vive con la esperanza de reco- ger el fruto de la tierra que ha sembrado (Sant. 5, 7- 8), así nosotros hemos de vivir esperando aquella vida que Dios ha de dar a los que no abandonan su fe "Mantengámonos firmes en la esperanza, porque es fiel el que nos ha prometido la vida eterna (Heb. 10,23). Caridad es la virtud sobrenatural por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a no- sotros mismos por amor a Dios.
Dice San Agustín: "Ninguna cosa es mayor en este mundo como el alma que tiene caridad... Ama a Dios y haz lo que quieras; si callas, calla por amor; si per- donas, perdona por amor; si castigas, castiga por amor; porque lo que por este amor se hace es meri- torio delante de Dios". Y en otro lugar, también comenta San Agustín: "Todas las virtudes pueden reducirse ala caridad o amor, porque la fe no es otra cosa que el amor que cree; y la esperanza, el amor que aguarda; y la paciencia, el amor que sufre; y la prudencia, el amor que reflexio- na; y la justicia, el amor que da a cada uno lo que es suyo; y la fortaleza, el amor generoso y valiente que vence..."
Esfuérzate por hacer el bien a todos y si hallas enemigos en el camino de la vida, véngate de ellos a ejemplo de Jesucristo, con oración, perdón, yamor. Acostúmbrate a devolver bien por mal.
OLVIDA EL AYER
Olvida el ayer
Autor:C. Torres Pastorino
"Recordar los malos ratos del pasado no aporta nada positivo al presente.
¿Por qué detenerse en el pasado si lo que importa es el futuro? El espejo retrovisor del automóvil te muestra el camino recorrido y sirve únicamente de aviso para ver los vehículos que te piden el paso y que podrían poner en peligro tu propio viaje.
El pasado sirve de base al presente como los muros del primer piso que hoy sostienen la azotea de mañana.
Quien está en el primer piso quiere sencillamente subir a la terraza y no detenerse escarbando en los cimientos de la casa porque encontraría sólo alacranes.
Sube y contempla las estrellas que te muestran los caminos del futuro y deja que la animalidad se pierda entre los terrenos del suelo húmedo y frío.
No vuelvas al pasado que se ha ido y no regresará jamás. Si regresara sería un gran impedimento para tu progreso.
Lo que pasó, pasó. La vida pasada te dejó experiencias y conocimientos que tendrías que aprovechar.
El estudiante experimenta en el laboratorio con instrumentos de química. Al salir del aula se lleva los conocimientos y deja las probetas y elementos porque ya no le sirven.
¿Qué ganamos con recordar errores, cuyas consecuencias nos hacen sufrir, si ya es imposible corregirlos y su recuerdo constante puede arruinar nuestro camino? Por eso, no vuelvas al pasado y mira hacia el porvenir.
No remuevas la tierra con la azada y planta frutales que mañana te abriguen y alimenten.
Olvida el ayer y orienta el corazón hacia mañana.
Cuando el hoy despuntó con la aurora del nuevo día, el ayer había concluido.
Táchalo en la hoja de tu vida.
Prepara tus lecciones para el examen de mañana porque en el examen de ayer fuiste aprobado con notas demasiados bajas.
Levántate y camina hacia lo alto y hacia adelante, dejando que los muertos en espíritu entierren a sus muertos (Mateo 8,22).
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