sábado, 8 de marzo de 2014

CADA MAÑANA


CADA MAÑANA

 Cada mañana sales al balcón 
y observas el horizonte
para ver si vuelvo.

Cada mañana bajas saltando las escaleras
y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.

Cada mañana me cortas la palabra,
te abalanzas sobre mí
y me rodeas con un abrazo redondo
el cuerpo entero.

Cada mañana contratas la banda de músicos
y organizas una fiesta para mí
por el ancho mundo.

Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
“Hoy puedes empezar de cero”.

                                                          P. Loidi

EL EVANGELIO DE HOY: 08.03.2014

Autor: Juan Pablo López C | Fuente: Catholic.net
No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores
Lucas 5, 27-32. Cuaresma. Él nunca se cansa de salir a nuestro encuentro, siempre es el primero en recorrer el camino que nos separa de Él.
 
No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores

Del santo Evangelio según san Lucas 5, 27-32

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de impuestos y le dijo; "Sígueme". Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles: ¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores? Jesús les respondió: No son los sanos los que necesitan al médico sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan.


Oración introductoria

Dios mío, Tú me conoces mejor que nadie y sabes cuánta es mi miseria y debilidad. Por eso vengo a ti, para que Tú llenes mi corazón, para que todos mis actos estén impregnados de amor a Ti. Yo soy otro publicano o recaudador de impuestos si Tú no estás conmigo. Cuando Tú me faltas, siento un gran vacío. Colma mi corazón de Ti y no permitas que jamás me separe de Ti.

Petición

Señor, que mi vida sea un consuelo para tu corazón, en tu camino al Calvario.

Meditación del Papa Francisco

[Los recolectores de impuestos] Eran doblemente pecaminosos, porque estaban apegados al dinero e incluso eran traidores a la patria, al ser quienes recogían los impuestos de su pueblo para los romanos. Jesús, por lo tanto, ve a Mateo, el recaudador de impuestos, y le mira con misericordia: "Y a aquel hombre, sentado en el banco de impuestos, en un primer momento Jesús lo mira y este hombre siente algo diferente, algo que no sabía -la mirada de Jesús sobre él-, siente un estupor por dentro, escucha la invitación de Jesús: "¡Sígueme! ¡Sígueme!" Y en ese momento, se vuelve un hombre lleno de alegría, pero también un poco dubitativo, porque está muy apegado al dinero. Y bastó solo un momento a solas -que sabemos cómo logró expresarlo el Caravaggio: aquel hombre que miraba, pero que también, con sus manos, tomaba el dinero-, para que Mateo diga sí, deje todo y se vaya con el Señor. Es el momento de la misericordia recibida y aceptada: "¡Sí, voy contigo!". Es el primer momento del encuentro, una experiencia espiritual profunda. (S.S. Francisco, 5 de julio de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). 

Reflexión 

La cuaresma es un tiempo precioso, para enderezar nuestra vida hacia Dios. Todos de alguna u otra manera le hemos negado algo a Dios. El tiempo de cuaresma nos ayuda a responder con alegría y prontitud, como Mateo, a la llamada a la santidad que Dios nos hace. La santidad, es algo que Dios quiere para todos, no sólo los consagrados a Él deben ser santos. Dios sigue invitando cada día a responder generosamente a su llamado de amarle sobre todas las cosas. Aprovechemos este tiempo, para enfocar nuestra vida hacia Él, tomándonos de su mano misericordiosa.

Propósito

Haré una visita a Cristo Eucaristía, renovándole mi amor sobre todas las cosas.

Diálogo con Cristo

Jesús mío, gracias por acercarte a mí, que tantas veces te fallo; abre mi corazón y llénalo de tu amor. Que en esta cuaresma haga la experiencia de tu amor, que te llevó a cargar la cruz por mí. Que tu sangre, me mueva a amarte más, a ponerte en el centro de mi vida. Y que cada día responda un "sí" generoso a seguir tu Voluntad.


¿Cómo no abrir nuestro corazón a la certeza de que, a pesar de ser pecadores, Dios nos ama? Él nunca se cansa de salir a nuestro encuentro, siempre es el primero en recorrer el camino que nos separa de Él (Benedicto XVI)


  • Preguntas o comentarios al autor
  • Juan Pablo López C 

    EL PENSAMIENTO DEL DÍA


    viernes, 7 de marzo de 2014

    INICIAMOS EL TIEMPO DE CUARESMA 2014



    Autor: P Idar Hidalgo | Fuente: Catholic.net
    Iniciamos el tiempo de Cuaresma
    Hoy se nos da la oportunidad de vivir este misterio de amor y la Iglesia nos invita a vivir con mayor intensidad este tiempo de Gracia, tiempo de perdón.

    Iniciamos el tiempo de Cuaresma
    Iniciamos ya el tiempo de Cuaresma... tiempo de conversión... camino hacía la Pascua. 

    Tiempo encuentro con nuestra identidad de cristianos, encuentro con nuestra intimidad perdida por el pecado... este tiempo está sostenida en el trípode del ayuno, de la oración y las obras de misericordia: 

    Por eso es tiempo de encuentro, porque por medio de la oración nos encontramos con la intimidad de Dios que es amor. 
    Por el ayuno nos encontramos a nosotros mismos necesitados... y enfermos de egoísmo.. necesitados de ser curados. 
    Y por medio de las obras de caridad nos encontramos con el prójimo. 

    Las tres están íntimamente enlazadas, porque no podemos recibir la misericordia de Dios sino pedimos perdón o no dejamos reconciliarnos... pero no puedo a amar a Dios que no veo si no amo a mi prójimo que si veo... pero no puedo amar al prójimo si no me amo a mi mismo y amarse uno mismo es aceptarse en la limitación para ser sanado en el perdón. 

    Este tiempo, se torna una oportunidad para pedir perdón y perdonar las ofensas que nos han hecho, es un tiempo propicio para reconciliarnos y en este tiempo de cuaresma caminar juntos como comunidad, como asamblea, como familia al encuentro de la Celebración de la Pascua Cristiana. 

    Hoy se nos da la oportunidad de vivir este misterio de amor, y la Iglesia nos invita a que caminemos junto con nuestros pastores ... retornar a la casa de Padre... y participar de la celebración que Dios misericordioso ha preparado para todos aquellos pecadores que volvemos al padre... como está puesto de manifiesto en la parábola del Hijo Pródigo 

    Dejarnos mover por el Espíritu Santo... que nos llevé a vivir con mayor intensidad este tiempo de Gracia, tiempo de perdón... Otra gran oportunidad para retomar nuestra identidad de cristianos... y vivir desde ese amor misericordioso del Padre... 

    Pidamos a la Santísima Virgen María que nos ayude a vivir con docilidad de espíritu este tiempo maravilloso... de gracias... que nos permita salir de nuestro egoísmo... que nos permita des-instalarnos para poder caminar por el desierto... que las ataduras del mundo no impidan el aceptar esta invitación... que Dios quite las cadenas del pecado que nos atan a las criaturas... y purificados por el ayuno, la oración y las obras de caridad... podamos vivir la fiestas de la Pascua. 

    Hemos de recordar, que el encuentro es celebración... solo cuando se ama. y si cuaresma es lugar de encuentro y si lo vivimos con amor... será tiempo de celebración del amor de Dios en nosotros. 

    PRIMER VIERNES DEL MES DE MARZO DEL 2014, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


    PRIMER VIERNES DEL MES DE MARZO

    Breve consideración.- Jesús a su confidente Margarita María de Alacoque:

    "Tengo una sed abrasadora de ser honrado en el Santísimo Sacramento del Altar ¡ay!, y casi no encuentro quien, cediendo a mis deseos, mitigue esa sed con una correspondencia generosa a mi Corazón. Sírveme tú de asilo..., recíbeme en la Sagrada Comunión y, entronizando en tu alma, adórame, ofreciéndote al Padre, para obtener piedad por los pobres pecadores. No olvides que una alma santa, y que me pertenezca de veras, puede obtener el perdón de mil y más criminales."


    ORACIÓN:

    ¡Oh Corazón abrasado de amor! ¡Oh santuario de la divinidad, templo de la majestad soberana, altar de la caridad divina, Corazón que ardes en llamas de amor por Dios y por mi! Yo te adoro, y desfallezco de amor en tu presencia. Yo me uno a tus santas intenciones, yo quiero, sí, yo quiero abrazarme en tus ardores y vivir de tu vida. ¡Cuánto huelgo de verte feliz en tus triunfos y en tu gloria! ¡Cuán de veras querría yo padecer y morir antes que desagradarte! ¡Oh corazón mío, si obras, sea tan sólo por los impulsos del Corazón de Jesús; muere, en silencio, delante de Él a todo lo que es natural o humano! ¡Oh Corazón divino!, a Ti me adhiero, en Ti me pierdo, y sólo de Ti quiero vivir. Así, toda mi ocupación será, Señor, enmudecer y adorar anonadado delante de Ti, como una lámpara encendida que se consume delante del Sagrario. ¡Amar, padecir y morir por tu Sagrado Corazón!

    (De Santa Margarita María de Alacoque)




    TERCERA PROMESA:

    "Los consolaré en todas sus aflicciones"


    (Agradezcamos esta promesa y pidamos que Jesús la cumpla con nosotros en nuestros  continuos pesares, recitando las:

     LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    Señor, ten piedad de nosotros.
    Cristo, ten piedad de nosotros.
    Señor, ten piedad de nosotros
    Jesucristo óyenos.
    Jesucristo, escúchanos.
    Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
    Dios Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
    Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

    Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

    (A todas las invocaciones que siguen se responde: “Ten misericordia de nosotros”)


    Corazón de Jesús, Hijo del Padre Eterno,
    Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
    Corazón de Jesús, al Verbo de Dios substancialmente unido,
    Corazón de Jesús, de majestad infinita,
    Corazón de Jesús, Templo santo de Dios,
    Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
    Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta del cielo,
    Corazón de Jesús, Horno ardiente de caridad,
    Corazón de Jesús, Santuario de justicia y de amor,
    Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
    Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes,
    Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
    Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
    Corazón de Jesús, en que están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
    Corazón de Jesús, en que mora toda la plenitud de la divinidad,
    Corazón de Jesús, en que el Padre se agradó,
    Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nosotros hemos recibido,
    Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
    Corazón de Jesús, paciente y muy misericordioso,
    Corazón de Jesús, liberal con todos los que te invocan,
    Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad,
    Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
    Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
    Corazón de Jesús, desgarrado por nuestros pecados,
    Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
    Corazón de Jesús, con lanza traspasado,
    Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
    Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
    Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
    Corazón de Jesús, víctima por nuestros pecados,
    Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan,
    Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren,
    Corazón de Jesús, delicias de todos los Santos,
    Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
    Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
    Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
    V.- Jesús manso y humilde de corazón.
    R.- Haz nuestro corazón conforme al tuyo.

    Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno: mira el Corazón de tu amantísimo Hijo y las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te tributa; y concede aplacado el perdón a éstos que piden tu misericordia en el nombre de tu mismo Hijo Jesucristo. Quien contigo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.



    Un Padrenuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.




    Una palabra de Margarita María a sus hermanos asociados: "Si quieres dar un gusto inmenso al Corazón de Jesús, ofrécele, sacrifícale por entero los vuestros un primer viernes, después de comulgar, y prométle en ese instante solemne dos cosas: pertenecerle de veras, amándole sobre todas las cosas, y extender la gloria y el amor de su Sagrado Corazón"

    Un Padre Nuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.



    ACTO DE CONSAGRACIÓN
    SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

    Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

    Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

    Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


    Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

    Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

    San José, Ruega por nosotros.

    Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

    LOS MALABARISTAS DEL SEMÁFORO


    LOS MALABARISTAS DEL SEMÁFORO 

    Aquel día me desperté con mucha pereza y renegando. Con esfuerzo, pude deshacerme de las mantas. Me dirigí al baño arrastrando los pies mientras maldecía el tener que levantarme de la cama sin poder quedarme en ella todo el día.

    Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente. Tal pereza me dominaba, que por no meter el pan en la tostadora, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella. ¿Por qué tener que trabajar? ¡Esa sí era una verdadera maldición!

    Salí de mi casa en dirección a la oficina en mi vehículo con asientos de piel y calefacción, observando en el camino el pavimento humedecido por la lluvia, mientras refunfuñaba porque estaba lloviendo, igual que lo hacía cuando había sol, nubes, viento, gente...

    El semáforo se puso en rojo y, de pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo que parecía un bulto. Por curiosidad, abrí más mis ojos somnolientos y pude descubrir que era un joven montado en un pequeño carro de madera. Aquel chico no tenía piernas y le faltaba un brazo. Sin embargo, con su mano izquierda lograba conducir el pequeño vehículo y manejar con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía juegos malabares.

    Las ventanillas de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista, el cual mostraba un pequeño letrero sobre el pecho. Cuando se acercó a mi auto pude leerlo:

    "Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano paralítico". Con su mano izquierda señaló hacia la banqueta y ahí pude ver a su hermano, sentado en una silla de ruedas colocada frente a un atril que sostenía un lienzo, en el cual estaba pintando algo con un pincel que manejaba con su boca.

    El malabarista, al ver el asombro de mi cara, me dijo:

    - ¿Verdad que mi hermano es un artista? Por eso escribió esa frase sobre el respaldo de su silla.

    Entonces leí la frase que decía: - "Gracias Señor por los dones que nos das. Contigo no nos falta nada".

    Recibí un fuerte golpe en mi interior mientras este hombre se retiraba. Y así como el semáforo de la calle pasó del color rojo al verde, mi "semáforo" interior también cambió desde aquel día: Nunca más me volví a dejar paralizar por la luz roja de la pereza, ni
    volví a renegar por lo que no aceptaba. Ahora trato de mantener la luz verde y realizar mis trabajos y actividades con renovada energía.

    Ante aquellos jóvenes de la calle, aquel día descubrí que yo era el paralítico. Desde aquel mismo día, nunca he dejado de agradecer. Ahora no tengo todo lo que quiero, pero le doy gracias a Dios por lo que tengo. El salario apenas me alcanza para pagar las cuentas, pero
    gracias a Dios que por lo menos tengo un trabajo para ganar el sustento. Los problemas se me han venido multiplicando como si fueran mágicos, pero gracias a Dios tengo paciencia y fortaleza para- sobrellevarlos.

    Los años han ido pasando rápidamente, mi piel está un poco arrugada y mis cabellos se están poniendo blancos, pero le doy gracias a Dios por la alegría que siento de vivir, por los conflictos que pude resolver, por los problemas que pude superar, por la enfermedad 
    que pude soportar, por el odio que se transformó en amor, por la soledad que pude sobrellevar. Cada día lo bendigo por haberme enseñado a decir:

    "Gracias Señor por los dones que me das. Contigo no me falta nada".

    NO JUZGUES


    NO JUZGUES


    Él quería que sus hijos aprendiesen a no juzgar de manera apresurada. Por eso, a lo largo del año, mandó que cada uno de ellos viajase hasta una localidad distante, donde había un peral plantado.

    Después de que volviese el último hijo, el hombre los reunió y pidió a cada uno que les describiera lo que habían visto.

    El primero dijo que el árbol era feo y retorcido.

    El segundo hijo manifestó su desacuerdo, indicando que el árbol tenía hojas verdes y estaba cubierto de preciosas flores de aroma tan dulce que él se arriesgaría a decir que eran las flores más graciosas que había visto.

    El tercer hijo argumentó que estaban confundidos, ya que el árbol estaba repleto de frutos dorados, bellos y sabrosos. El árbol estaba tan cargado de frutos que estaba arqueado y lleno de vida.

    El último hijo no estuvo de acuerdo con los demás, diciendo que el árbol no tenía flores ni frutos, aunque sí hojas coloridas con los más bellos tonos de rojo y dorado.

    El hombre explicó a sus hijos que todos estaban en lo cierto, pues cada uno había visto el árbol en una estación diferente. Agregó que no se puede juzgar un árbol o a una persona por sólo una estación.

    La vida sólo puede ser cuantificado al final, cuando todas las estaciones se completen. Quien desiste delante del invierno, pierde las delicias de las demás estaciones.

    EL EVANGELIO DE HOY: 07.03.2014

    Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
    El ayuno de los discípulos
    Mateo 9, 14-15. Cuaresma. Cristo vino a cargar con nuestras flaquezas. Él tiene el bálsamo que cura nuestra alma
     
    El ayuno de los discípulos
    Del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15


    En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercaron a Jesús, preguntándole: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: -¿Es que pueden guardar luto los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán.

    Oración introductoria 

    Señor, dame la gracia de caminar esta Cuaresma por la senda de una fe viva, operante y luminosa que me permita iluminar todos los acontecimientos de mi vida con tu luz, y me ayude a ser fiel y perseverante en mis propósito de acompañarte en la cruz con amor y generosidad.

    Petición

    Señor, dame la gracia de renunciar, por amor, a algo lícito y placentero, para que este sacrificio sea el medio para reparar y purificarme de mis debilidades.

    Meditación del Papa Francisco

    De estos cristianos hay muchos. No son cristianos, se disfrazan como cristianos. No saben quién es el Señor, no saben lo que es la roca, no tienen la libertad de los cristianos. Y, para decirlo de un modo simple, no tienen alegría: los primeros tienen una cierta "alegría" superficial. Los otros viven en una continua vigilia fúnebre, pero no saben lo que es la alegría cristiana. No saben cómo disfrutar de la vida que Jesús nos da, porque no saben hablar con Jesús. No se afirman sobre Jesús, con la firmeza que da la presencia de Jesús. Y no solo no tienen alegría: no tienen libertad. Son esclavos de la superficialidad, de esta vida generalizada, y estos son los esclavos de la rigidez, no son libres. En su vida, el Espíritu Santo no tiene cabida. ¡Es el Espíritu quien nos da la libertad! El Señor hoy nos invita a construir nuestra vida cristiana en Él, la roca, Aquel que nos da la libertad, que nos envía el Espíritu, que te hace ir adelante con alegría, en su camino, en sus propuestas. (S.S. Francisco, 27 de junio de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). 

    Reflexión

    A un observador de las cosas de este mundo parecería que el hombre debe esperar a llegar al Cielo para tener una vida sin preocupaciones. Si hay carestía de algo en el mundo, no es precisamente de preocupaciones. El que tiene hijos se preocupa por ellos, quien tiene ancianos a su cuidado se preocupa por ellos. El empresario se preocupa porque su empresa vaya adelante, el ama de casa se preocupa de que su hogar esté en orden y dispuesto, el estudiante se preocupa por aprobar sus exámenes. Todos tenemos nuestra ración cotidiana de preocupaciones.

    Algunas sin embargo son muy pesadas, y nadie puede negar su importancia. Son enfermedades o situaciones familiares y sociales de muy difícil solución. El evangelio de hoy nos presenta un aspecto de la figura de Cristo que debe llenar de esperanza los corazones atribulados. Cristo como aquel que "tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras iniquidades". Esto puede parecernos simple palabrería, pues el que tiene problemas no siempre encuentra una solución a ellos en la oración. Y surge la tentación de pensar que a Cristo le son indiferentes nuestras preocupaciones. Sin embargo es cierto que Cristo vino a cargar con nuestras flaquezas.

    Tal vez no como nosotros lo esperamos, pero seguro que sí como Él quiso entregarse. Porque lo que Cristo nos ofrece quizás no sea la solución material a nuestras dificultades, pero no cabe duda que nadie como Él tiene el bálsamo que cura nuestra alma, el remedio que calma nuestro espíritu, la palabra que pacifica nuestro corazón.

    Propósito

    Mortificar mi egoísmo haciendo, por amor, un acto de caridad con alguien cercano a mí.

    Diálogo con Cristo

    Señor, dame el gozo y la generosidad en el sacrificio al saber que es el medio que me acerca a Ti. Tú te entregaste por mí hasta morir en la cruz para salvarme, yo, para corresponderte, quiero ayunar más de mí mismo y de mis cosas, no quiero escatimar nada para colaborar contigo en la salvación de los hombres mis hermanos. 

    LOS PROPÓSITOS PERSONALES DE LA CUARESMA 2014


    jueves, 6 de marzo de 2014

    DIETA CUARESMAL



    DIETA CUARESMAL

    Amiga, amigo, comienza la Cuaresma, tiempo de buenos propósitos y mejores intenciones, tiempo de penitencia y conversión, tiempo ideal para bajar esos kilos de más… Kilos que no se depositan en el abdomen, sino que van directamente al corazón, y que afean, y de qué forma, nuestra vida de cristianos, de amigos de Jesús…

    Ha llegado el momento de ponerse en forma. Por delante, cuarenta días para lograr un corazón en línea… ¿Te animas? ¡Toma nota! El Dietista por excelencia, Jesús de Nazaret, te aconseja...

     Ayuna de insultos, palabras vulgares y golpes sobre la mesa o sobre el hermano, y date un atracón de palabras amables, abrazos apretados y gestos conciliadores.

     Ayuna de egoísmos, paseos en torno al ombligo y espejitos mágicos, y llénate con las preocupaciones, las inquietudes y las necesidades de tus hermanos.

     Ayuna de pesimismo, derrotismo fácil y caras largas, y llénate de confianza en Dios, de las pequeñas luchas de cada día y de sonrisas sinceras y esperanzadoras.

     Ayuna de juicios a la ligera, críticas despectivas y reproches destructivos, y mastica palabras de ánimo, consejos positivos y llamadas de atención constructivas.

     Ayuna de marcas famosas, últimos modelitos y modas pasajeras, y saborea tu propia personalidad, tu carácter más auténtico y tu moda más genuina (la que brota del corazón, la que no se ve pero se siente).

     Ayuna de desidia, apatía e indiferencia, y devora compromiso, inconformismo ante las injusticias y ganas de cambiar el mundo, empezando por tu entorno más cercano.

     Ayuna de pedir papeles, de cerrar puertas y de clasificar personas, y empáchate con los papeles del corazón, con puertas sin mirilla y con seres humanos que son todos ellos tus hermanos, tu familia.

     Ayuna de series televisivas, actividades internautas y maquinitas individuales e intransferibles, y prueba libros de lectura, actividades solidarias y juegos compartidos.

     Ayuna (y valga la redundancia) de un ayuno falso (bajo en calorías del corazón) de una limosna interesada (algo sacaré de todo esto) y de una oración obligada (toca, que lo vamos a hacer) y paladea un ayuno verdadero, una limosna solidaria y una oración comprometida.

     Finalmente ayuna de creerte que tú solito puedes llevar adelante esta dieta, e ingiere el convencimiento y la fe de que, Jesús de Nazaret, está contigo, y si quieres y lo pides, te ayudará a conseguir un corazón lleno de vida.

    ORACIÓN DIARIA POR LOS SACERDOTES


    Oración diaria por los sacerdotes.

    Que todos traten de hacerse perfectos como el Padre celestial es
    perfecto: Señor, danos Sacerdotes santos.
    Que la Santa Misa sea ofrecida continuamente por la vida y necesidades del mundo: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que el Santísimo sea amorosamente accesible y adorado:
    Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que el Evangelio sea proclamado fielmente y sin descanso:
    Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que en la absolución sacramental encontremos nuestra paz y felicidad: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que la unión en la oración traiga la unión entre todos los
    cristianos: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que nuestras Iglesias locales y sus líderes sean siempre leales al
    Santo Padre: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que toda vida humana sea protegida y defendida como sagrada: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que la misericordia de Dios se extienda a los pecadores, moribundos y difuntos: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que la juventud tenga ayuda para crecer libre de las drogas y toda
    adición: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que los encarcelados, los ancianos y los sin techo encuentren fe y
    esperanza en Cristo: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que el amor de Cristo sane los desamparados, los que guarden cama y los enfermos: Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que Cristo sea la meta y el gozo de los jóvenes y los fuertes:
    Señor, danos Sacerdotes santos.

    Que los que han oído la llamada de Dios escúchenlo para hacerse
    líderes futuros: Señor, danos Sacerdotes santos.

    OREMOS. Dios de misericordia y santidad, escucha el grito angustiado de tu pueblo para tener sacerdotes santos que les guíen. Llena sus corazones con celo luminoso a fin de que puedan desempeñarse dignamente en tu presencia, sean siempre leales a tu Iglesia, y alcancen amarte con un amor eterno. 

    Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

    Amen

    TEN SIEMPRE CONFIANZA


    Ten siempre confianza.

    A veces parece que todos los caminos se cierran,
    que la noche es eterna,
    que el invierno ha congelado los corazones,
    que no existen más rosas,
    que tu destino son las lágrimas,
    que no hay sino soledad para tí,
    que han desaparecido las estrellas,
    que la sonrisa se apagó sobre la tierra,
    que los días son cortos y lluviosos,
    que las noches son interminables y sin luna,
    que no hay espacio alguno para tus pies,
    que no hay salida en la calle de tu vida,
    que la indiferencia y la desilusión aprisionan tu corazón ...

    Pero aún entonces puedes confiar
    que tú eres un camino eterno y abierto,
    que tu eres un día luminoso,
    que en tu alma no hay estaciones,
    sólo las hay en tu mente,
    que hasta en el desierto más árido
    y seco hay una flor,
    que las lágrimas, como el agua,
    dan vida y fecundidad,
    que tú eres el mejor amigo de ti mismo,
    que tu alma es un cielo lleno de luz y de estrellas,
    que dentro de tí el rostro de la vida sonríe,
    que en ti está el sol radiante,
    solo es noche si le das la espalda,
    que el mundo es ancho y no ajeno,
    sino tuyo porque tú eres el mundo,
    que norte, sur, este y oeste
    son punto para tu elección,
    que tu eres amor pleno.

    Estás destinado a dar, más que a recibir.

    Ten confianza porque aunque tu mente
    te hable de puertas cerradas y de soledad,
    ése es un engaño temporal y pasajero.

    Tu estás destinado a ser luz
    para muchos que necesitan
    de tu luz y de tu amor.

    No te quedes cerrado en tu rincón.

    RENACERÁS


    Renacerás

    Cuando caminando tu vida encuentres siempre la misma piedra, llévala contigo. 

    Cuando pierdas un amigo cuando menos lo esperabas, consuélate por haberlo tenido.

    Cuando la injusticia te deje desvalido sin aliento, Vuelve a creer.

    Cuando ¡Amaste tanto! hasta perder la piel, recupérate pronto, te perteneces.
    Cómo pájaro herido, descansa, cura tus alas, vuelve a volar.

    Cuando tu vida se vuelva noche, no desesperes, busca las estrellas.

    Cuando sientas ya tu existencia desperdiciada como un árbol seco, recuerda que la primavera
    siempre llega, aterciopelando rosas en tu mirada.

    Encuentra tu manantial, riega siempre el jardín de tu vida.

    Renacerás...

    Así como he renacido yo una y mil veces.

    ORACIÓN A SANTA ROSA DE VITERBO, 6 DE MARZO


    EL AYUNO, NECESARIO PARA CREER



    Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic net
    El ayuno, necesario para creer
    Tiene que convertirse, para nuestra generación, en algo imprescindible para descubrir lo imprescindible.



    Muchos bautizados no comprenden el valor del ayuno, no saben para qué ayunar y por qué ayunar. Algunos, porque ni siquiera conocen qué enseña el Evangelio y la Iglesia sobre el tema. Otros, porque han dejado la propia fe en el armario del pasado. Otros, simplemente, porque ven el ayuno como algo que va contra los propios gustos, contra la "realización personal". 

    Mientras no se produzca un despertar religioso en muchos corazones, el ayuno seguirá en el olvido. O será vivido, entre quienes desean "cumplir" y obedecer lo que pide la Iglesia, con rutina, con fastidio, como una norma del pasado que se soporta con la esperanza de que pronto termine la Cuaresma y llegue la Pascua. 

    La fe profunda y el sentido religioso permiten descubrir el porqué del ayuno. Pero si no hay fe, si la religión es una dimensión raquítica, ¿qué hacer? 

    Lo que hay que hacer es, precisamente, ayunar para abrirnos al mundo de la fe. Porque sólo cuando aprendemos a romper con la esclavitud de la avaricia, del placer, de la gula, del vivir esclavos de la curiosidad malsana y de los caprichos, empezamos a dejar espacio libre a la acción de Dios en las almas. 

    En otras palabras: la tibieza con la que se ve el ayuno se destruye cuando acogemos el mismo ayuno como camino para romper esa tibieza y para abrirnos al mundo de la fe, de la esperanza, del amor. 

    El ayuno no sirve sólo para fortalecer al creyente (algo muy importante); sirve, sobre todo, para iniciar el camino de la fe. No sirve sólo para alimentar la esperanza; sirve, especialmente, para alejarnos de seguridades falsas y para confiar en el único Omnipotente. No sirve sólo para que repartamos nuestros bienes y nuestro tiempo con quien lo necesita; sirve, de un modo concreto y profundo, para romper con los engaños de la ambición y del egoísmo, para abrir los ojos ante tantas personas que necesitan amor, compañía, solidaridad, ayudas concretas y urgentes en su cuerpo y en su espíritu. 

    Como explicaba el Papa Benedicto XVI, la privación del "alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación. Con el ayuno y la oración Le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios" (Mensaje para la Cuaresma 2009). 

    El ayuno tiene que convertirse, para nuestra generación, en algo imprescindible para descubrir lo imprescindible. De este modo, podremos vivir según un Evangelio que cura, que salva, que levanta y que cambia el corazón y la vida. 

    EL EVANGELIO DE HOY: 06.03.2014

    Autor: Miguel Esponda | Fuente: Catholic.net
    Si alguno quiere venir en pos de mí
    Lucas 9, 22-25. Cuaresma. Bueno es aquel que no cubre con su yo la luz de Dios, no se pone delante él mismo, sino que deja que se transparente Dios.
     
    Si alguno quiere venir en pos de mí
    Del santo evangelio según san Lucas 9, 22-25

    En aquel tiempo, dijo Jesús: "El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día". Decía a todos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?".

    Oración introductoria

    Jesús, se nota que lo que tú querías no era -ni ha sido nunca- ganarte un buen número de seguidores que quisieran ir en pos de ti para hacer milagros, o para adquirir mucha fama entre la gente, o incluso para vivir un evangelio diseñado a su comodidad. Por eso, desde que predicaste tu mensaje, dejaste bien claro que implicaba necesariamente la cruz, renunciar a sí mismo, perder la vida por ti. Ese es el camino para seguirte, para acercarnos al misterio tan gigante de tu persona y para encontrar en ti la verdadera vida.

    Petición

    Jesús mío, dame mucha fe y amor para llevar la cruz que tú me has dado, pues es el camino por donde has querido que te encuentre y llegue hasta ti.

    Meditación del Papa Francisco 

    Tenemos todo: tenemos la Iglesia, tenemos a Jesucristo, los sacramentos, a la Virgen, todo, un buen trabajo para el Reino de Dios. Pero no basta el bienestar espiritual sino hasta un cierto punto. Como aquel joven que era rico: quería ir con Jesús, pero hasta un cierto punto. Falta esta última unción del cristiano, para ser cristiano de verdad: la unión de la cruz, la unción de la humillación. ¿Soy un cristiano de cultura y de bienestar? ¿Soy un cristiano que acompaña al Señor hasta la cruz? El signo es la capacidad de llevar la humillación. La verificación si un cristiano es un verdadero cristiano es su capacidad de llevar con alegría y con paciencia las humillaciones; y como esto es algo que a nadie le gusta... hay muchos cristianos que, mirando al Señor, piden humillaciones para parecerse a Él. Esta es la elección: o cristianos de bienestar - que irán al Cielo ¿eh?, seguro te salvarás ¿eh? - o cristiano cerca de Jesús, por el camino de Jesús. (S.S. Francisco, 27 de septiembre de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta).

    Reflexión 

    El camino que Cristo propone es difícil. Pero ¿qué es aquello que ha movido a tantos hombres y mujeres a seguir a alguien que predica todo lo contrario que el mundo de hoy ofrece? Es cierto, que hay algo de locura en esto. Una locura que experimentan sólo quienes han conocido a Cristo y, por consiguiente, le han experimentado vivo y enérgicamente atractivo. Por algo el Papa Juan Pablo II gritaba con ardor en sus labios: "¡Abrid de par en par las puertas a Cristo! ¿Qué teméis? Tened confianza en él. Arriesgaos a seguirlo. Esto exige, evidentemente, que salgáis de vosotros mismos, de vuestros razonamientos, de vuestra «prudencia», de vuestra indiferencia, de vuestra suficiencia, de vuestras costumbres no cristianas que quizá habéis adquirido. Dejad que Cristo sea para vosotros el camino, la verdad y la vida. Dejad que sea vuestra salvación y vuestra felicidad."

    Propósito

    Sobrellevaré con gozo las contrariedades y dificultades que forman mi cruz de este día.

    Diálogo con Cristo

    Jesucristo, estoy dispuesto a seguirte por este camino hermosísimo de ser cristiano. Ante todo lo que tú has hecho por mí, no encuentro otro camino para corresponderte que rendirme a tus pies para aprender de ti, para vivir lo que tú viviste. Sé que este camino entraña abnegación y sacrificio, y será fecundo sin comparaciones si busco encontrarte.

    "Pon amor donde no hay amor, y sacarás amor" (San Juan de la Cruz).




  • Preguntas o comentarios al autor
  • Miguel Esponda 

    SONRÍE, JESÚS TE AMA


    miércoles, 5 de marzo de 2014

    ¿QUÉ SIGNIFICA EL RITO DE LA CENIZA?


    ¿Qué significa el rito de la Ceniza?
    La cuaresma empieza para los cristianos con la ceniza de la conversión y acaba con la luz pascual renovadora
     



    Miércoles de Ceniza

    Hoy empezamos la Cuaresma a través de la imposición de las cenizas, un símbolo que es muy conocido para todos. La ceniza no es sino un símbolo de muerte que indica que ya no hay vida ni posibilidad de que la haya. Nosotros la vamos a imponer sobre nuestras cabezas pero no con un sentido negativo u oscuro de la vida, pues el cristiano debe ver su vida positivamente. La ceniza se convierte para nosotros al mismo tiempo en un motivo de esperanza y superación. La Cuaresma es un camino, y las cenizas sobre nuestras cabezas son el inicio de ese camino. El momento en el cual cada uno de nosotros empieza a entrar en su corazón y comienza a caminar hacia la Pascua, el encuentro pleno con Cristo.

    Jesucristo nos habla en el Evangelio de algunas actitudes que podemos tener ante la vida y ante las cosas que hacemos. Cristo nos habla de cómo, cuando oramos, hacemos limosna, hacemos el bien o ayudamos a los demás, podríamos estar buscándonos a nosotros mismos, cuando lo que tendríamos que hacer es no buscarnos a nosotros mismos ni buscar lo que los hombres digan, sino entrar en nuestro interior: “Y allá tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.”

    Es Dios en nuestro corazón quien nos va a recompensar; no son los hombres, ni sus juicios, ni sus opiniones, ni lo que puedan o dejen de pensar respecto a nosotros; es Nuestro Padre que ve en lo secreto quien nos va a recompensar. Que difícil es esto para nosotros que vivimos en una sociedad en la cual la apariencia es lo que cuenta y la fama es lo que vale.

    Cristo, cuando nosotros nos imponemos la ceniza en la cabeza nos dice: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres; de lo contrario no tendrán recompensa con su Padre Celestial”. ¿Qué recompensa busco yo en la vida?

    La Cuaresma es una pregunta que entra en nuestro corazón para cuestionarnos precisamente esto: ¿Estoy buscando a Dios, buscando la gloria humana, estoy buscando la comprensión de los demás? ¿A quién estoy buscando?

    La señal de penitencia que es la ceniza en la cabeza, se convierte para nosotros en una pregunta: ¿A quién estamos buscando? Una pregunta que tenemos que atrevernos a hacer en este camino que son los días de preparación para la Pascua; la ceniza cae sobre nuestras cabezas, pero ¿cae sobre nuestro corazón?

    Esta pregunta se convierte en un impulso, en un dinamismo, en un empuje para que nuestra vida se atreva a encontrarse a sí misma y empiece a dar valor a lo que vale, dar peso a lo que tiene.

    Este es el tiempo, el momento de la salvación, nos decía San Pablo. Hoy empieza un período que termina en la Pascua: La Cuaresma, el día de salvación, el día en el cual nosotros vamos a buscar dentro de nuestro corazón y a preguntarnos ¿a quién estamos buscando? Y la ceniza nos dice: quita todo y quédate con lo que vale, con lo fundamental; quédate con lo único que llena la vida de sentido. Tu Padre que ve en lo secreto, sólo Él te va a recompensar.

    La Cuaresma es un camino que todo hombre y toda mujer tenemos que recorrer, no lo podemos eludir y de una forma u otra lo tenemos que caminar. Tenemos que aprender a entrar en nuestro corazón, purificarlo y cuestionarnos sobre a quién estamos buscando.

    Este es le sentido de la ceniza en la cabeza; no es un rito mágico, una costumbre o una tradición. ¿De qué nos serviría manchar nuestra frente de negro si nuestro corazón no se preguntara si realmente a quien estamos buscando es a Dios? Si busco a Dios, esta Cuaresma es el momento para caminar, para buscarlo, para encontrarlo y purificar nuestro corazón.

    El camino de Cuaresma va a ser purificar el corazón, quitar de él todo lo que nos aparta de Dios, todo aquello que nos hace más incomprensivos con los demás, quitar todos nuestros miedos y todas las raíces que nos impiden apegarnos a Dios y que nos hacen apegarnos a nosotros mismos. ¿Estamos dispuestos a purificar y cuestionar nuestro corazón? ¿Estamos dispuestos a encontrarnos con Nuestro Padre en nuestro interior?

    Este es el significado del rito que vamos hacer dentro de unos momentos: purificar el corazón, dar valor a lo que vale y entrar dentro de nosotros mismos. Si así lo hacemos, entonces la Cuaresma que empezaremos hoy de una forma solemne, tan solemne como es el hecho de que hoy de una forma solemne, tan solemne como es el hecho de que hoy guardamos ayuno y abstinencia (para que el hambre física nos recuerde la importancia del hambre de Dios), se convertirá verdaderamente en un camino hacia Dios.

    Este ha de ser el dinamismo que nos haga caminar durante la Cuaresma: hacer de las mortificaciones propias de la Cuaresma como son lo ayunos, las vigilias y demás sacrificios que podamos hacer, un recuerdo de lo que tiene que tener la persona humana, no es simplemente un hambre física sino el hambre de Dios en nuestros corazones, la sed de la vida de Dios que tiene que haber en nuestra alma, la búsqueda de Dios que tiene haber en cada instante de nuestra alma.

    Que éste sea el fin de nuestro camino: tener hambre de Dios, buscarlo en lo profundo de nosotros mismos con gran sencillez. Y que al mismo tiempo, esa búsqueda y esa interiorización, se conviertan en una purificación de nuestra vida, de nuestro criterio y de nuestros comportamientos así como en un sano cuestionamiento de nuestra existencia. Permitamos que la Cuaresma entre en nuestra vida, que la ceniza llegue a nuestro corazón y que la penitencia transforme nuestras almas en almas auténticamente dispuestas a encontrarse con el Señor.


    Autor: Cipriano Sánchez | Fuente: Catholic.net

    POR CUARESMA...



    POR CUARESMA.!
      
    Como ciertos utensilios, también las personas necesitamos
    una revisión personal de nuestra vida. El mejor escáner
    es la Palabra de Dios. Escúchala y medítala con cierta frecuencia.
    Te dará pistas para situar aquellos aspectos de tu persona
    que no están en armonía con Jesús
      
    Participar en una fiesta implica el revestirse interior
    y exteriormente en consonancia con la situación.
    La Pascua, la cruz, el amor de Dios, la muerte de Jesús
    y su Resurrección, nos exige derribar esos muros
    que nos impiden vivir cerca de Él.

    En cuaresma, durante 40 días, intentamos recuperar
    el brillo perdido de nuestra fe cristiana. Acompañar a Jesús
    en el camino hacia la cruz. En definitiva tenemos un reto:
    recuperar y consolidar el estilo de los primeros cristianos
    que celebraban con gran alegría la Pascua del Señor.

    Aprovechemos este tiempo para convertirnos (regresar
    de caminos equivocados), para entrar en una comunión
    más perfecta con Dios (la oración) y para no olvidar
    los sufrimientos de los demás (la limosna).

    La cuaresma es un espacio de tiempo en el que peregrinamos
    hacia el interior de nosotros mismos. Ante tanta dispersión,
    estas semanas, nos invitan al recogimiento, a la reflexión
    y a encontrarnos con nosotros mismos. Jesús nos acompaña.

    La cuaresma es un camino que nos lleva al Señor.
    No nos detengamos en ninguno de sus cuarenta peldaños.
    Este tiempo tiene un fin: llevarnos al encuentro personal
    con la misericordia de Dios. Lo hace por nosotros.
    Por nuestra salvación.

    Que contemplando la cruz, y arropados por María
    y por Juan, acompañemos al Señor que ofrece todo
    lo que es por la humanidad. En Juan tendremos un amigo
    y, en la Virgen, una buena Madre.

    Muchos son los ídolos que llaman nuestra atención.
    Que no nos acostumbremos a tener al Señor como una especie
    de legado, de herencia de tiempos pasados. Es mucho más:
    ¡es el Señor! ¡El Salvador que nos revela plenamente
    el amor que Dios nos tiene!

    Saltar al camino de la cuaresma es saber que estamos
    llamados a despojarnos de aquello que nos impide ser
    “otros cristos”. La oración, el ayuno y la limosna nos abrirán
    una ventana a Dios, una oportunidad para el dominio personal
    y una mano para el que vive en dificultades.

    Los cuarenta días de la cuaresma pueden ser un noviazgo
    entre el Señor y cada uno de nosotros. Es la hora de tomar
    posiciones: ¿El pecado o la gracia? ¿La vida o la muerte?
    ¿La conversión o la mediocridad? ¿La verdad o la mentira?
    ¿La oración o la dispersión?

    La cuaresma es un tiempo de conocimiento de Jesús.
    Que no falte su Palabra y la eucaristía diaria. Sólo así podremos
    comprender y entender lo qué quiere de nosotros y seremos
    fuertes en el duro combate de la vida.

    La cuaresma es un “volver a casa”. Como el hijo pródigo
    meditamos nuestros errores y nuestras traiciones a Dios Padre.
    Pensándolo es bueno dar marcha atrás, examinar y clarificar
     nuestra conciencia y blanquear nuestro interior con una buena
    confesión sacramental

    La cuaresma es discernimiento y, también, afán identitario
    de lo que somos: cristianos. Jesús va por delante y nos muestra
    esa opción desde la proclamación pausada del Evangelio diario.

    Igualmente, este periodo pre-pascual, es una oportunidad
    para dar testimonio de nuestra fe. Los discípulos, camino
    de Jerusalén, acompañaron al Señor. Se dejaron seducir
    por su Palabra, oración y milagros. Que no nos perdamos
    en el inmenso carnaval que nos rodea.

    La cuaresma no es un fin en sí misma; es un camino
    que desemboca en la Pascua. En la pasión, muerte
    y resurrección de Jesús. No aventurarnos a recorrer
    este camino no nos facilitará el vivir con intensidad
    esos misterios que nos aguardan.

    Toda obra escrita tiene un índice. La gran obra redentora
    de Jesús fue su “semana santa”. La cuaresma es un índice
    que nos ayuda a centrar y nos conduce a celebrar la obra
    de la salvación que Jesús nos trae en la Pascua.

    P. Javier Leoz

    EL AYUNO EN LA CUARESMA



    EL AYUNO EN LA CUARESMA

    El ayuno fortifica el espíritu, mortificando la carne y su sensualidad; eleva el alma a Dios; abate la concupiscencia, dando fuerza para vencer y amortiguar sus pasiones y dispone el corazón para que no busque otra cosa distinta de agradar a Dios en todos.

    El ayuno purifica el alma, eleva el espíritu, sujeta la carne al espíritu, da al corazón contrición y humildad, aplaca los ardores del placer y enciende la luz de la castidad.

    El ayuno significa un dominio sobre nosotros mismos, ser exigentes en las relaciones con nosotros mismos, estar prontos a renunciar a las cosas y no solo a los manjares sino también a los goces y placeres diversos que nos perjudican.

    El ayuno riguroso es penitencia gratísima a Dios sin poner en riesgo nuestra salud.
    Es alimento del alma y del espíritu, la vida de los Ángeles, la muerte del pecado, la extinción de las culpas, el remedio de la salud, la raíz de la gracia, el fundamento de la castidad.

    La abstinencia y la mortificación del cuerpo son excelentes virtudes, cuando al mismo tiempo nos abstenemos de los vicios y pecados.
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