Autor: Pedro García, Misionero Claretiano | Fuente: Catholic.net Veremos a Dios | |
Pero, al asegurar esto, ¿sabemos lo que decimos? ¿sabemos lo que significa ver a Dios?... | |
¿Qué es lo que esperamos en la otra vida? Nosotros no tenemos la menor duda: ¡Veremos a Dios! Pero, al asegurar esto, ¿sabemos lo que nos decimos? ¿sabemos lo que significa ver a Dios?... Llama mucho la atención en la Biblia el miedo que los judíos tenían de ver a Dios. Al sentir su presencia, se cubrían el rostro, porque podían morir con la vista del Señor. Así lo hace Moisés ante la zarza ardiendo: - Se cubrió el rostro, porque tenía miedo de mirar a Dios. Y el mismo Dios le dijo: - No podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir viviendo... Y recordemos a Jacob, a quien se aparece Dios, y exclama después: - ¡He visto a Dios, y sin embargo no he muerto!... Por eso venía a veces la nube, que manifestaba que Dios estaba allí, pero al mismo tiempo ocultaba su presencia, como ocurrió en la inauguración del Templo de Salomón. Y este miedo lo tuvieron incluso los apóstoles, en el mismo Evangelio. En el Tabor, apenas oyen la voz de Dios, escondido en la nube que aparece sobre el monte, caen aterrados y apegan el rostro al suelo, hasta que se acerca Jesús y les anima: - ¡No temáis!... Así era la fe de Israel. Pero viene Jesús, y en su sermón programático de las bienaventuranzas proclama y promete: - ¡Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios! La gente que oía a Jesús decir esto por primera vez, debió quedarse loca de alegría. -¿Cómo es posible eso de que vamos a ver a Dios, si a Dios no lo ha visto ni lo puede ver nadie? ¿Cómo es que ahora Jesús, el Maestro de Nazaret, que hace estos prodigios y que enseña con esta autoridad, nos dice que vamos a ver al mismo Dios?... Los humildes, los sencillos, los de conciencia recta, ven a Dios con una fe sin trabas ya en este mundo, y después contemplarán a Dios cara a cara, sin velos. Como nos dice Pablo: - Ahora vemos como en espejo, después cara a cara. Y completa Juan: - Aún no se ha manifestado lo que seremos, porque, cuando llegue, veremos a Dios tal como es él.. ¿Medimos lo que esto significa?... Sin darnos cuenta, estamos contando un imposible. ¿Cómo una criatura puede ver al Dios invisible, al que es santísimo, al que supera todas las fuerzas humanas y las de los mismos ángeles? Sin embargo, lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Y esto es lo que Dios nos promete: que lo veremos tal como es: lo contemplaremos sin velos, cara a cara, en una dicha y en un gozo inenarrables, metidos en Él de tal manera que miraremos a Dios con los ojos del mismo Dios... Esta es la gracia de las gracias. Todas las gracias que Dios nos hace van dirigidas a esta final: a verle a Él en la Gloria. Y, cuando lo veamos y poseamos, ya no desearemos nada más, porque se habrán colmado para siempre todos los anhelos del corazón. El Catecismo de la Iglesia Católica nos resume todo con estas palabras famosas de San Agustín: - Allí descansaremos y veremos; veremos y amaremos; amaremos y alabaremos. He aquí lo que acontecerá en el fin sin fin. ¿Y qué otro fin tenemos, sino llegar al Reino que no tendrá fin?... Todo esto es un sueño, el feliz sueño de los creyentes. Un sueño bendito, no producido por una droga alucinante, sino por la Palabra de Dios, que nos lo promete con toda su seriedad divina: - ¡Verán a Dios!... ¡Lo veremos cara a cara!... ¡Lo veremos tal como es Él!... Esta llamada de Dios a su visión y a su gloria tiene su precio. No es una imposición, es una oferta. Es un regalo, pero condicionado. Dios nos crea y nos pone en este mundo con una dirección precisa. Nos coloca en el principio de la carretera, y nos dice: - ¡Adelante, y hasta el fin! No te desvíes. No te salgas de la autopista. En un cruce que se atraviese, no te vayas ni a derecha ni a izquierda... El gran Catecismo de la Iglesia Católica nos repite lo que aprendimos de niños en el pequeño catecismo de nuestra parroquia: Que Dios nos ha puesto en el mundo para conocerle, servirle y amarle, y así ir al cielo. Esta es la carretera, la autopista real que conduce a Dios. Lo conocemos y lo aceptamos con la fe. Le servimos con nuestra adoración, nuestro culto y nuestra entrega a los hermanos que nos necesitan. Así le amamos con todo el corazón. El ver a Dios será regalo y será premio. Dios se nos ofrece, pero nos exige esfuerzo. Requiere perseverancia hasta el fin. Por eso nos repite la Carta a los Hebreos: - La perseverancia os es necesaria para alcanzar la promesa, todo eso que Dios nos ha ofrecido por nuestra fidelidad a su Palabra. - ¡Oh Dios, Tú eres mi Dios! ―repetimos con el salmo―, mi alma está sedienta de ti... ¡Y cuándo llegaré, para ver el rostro de mi Dios!... Lo veremos sin morir, sino viviendo siempre, siempre.... |
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viernes, 8 de junio de 2012
VEREMOS A DIOS...
ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA
Oh, Corazón Inmaculado de María,
ardiente de bondad,
muéstranos tu amor.
Que la llama de tu Corazón, Oh María,
descienda sobre todas las personas.
Te amamos inmensamente.
Imprime un amor verdadero en nuestro corazón.
Que nuestro corazón por ti suspire.
Oh, María, dulce y humilde de corazón,
acuérdate de nosotros cuando pecamos.
Tú sabes que nosotros, los hombres, somos pecadores.
Mediante tu sacratísimo y maternal corazón,
cúranos de toda enfermedad espiritual.
Haz que seamos capaces de ver la belleza de tu corazón maternal,
y así poder ser convertidos por la llama de tu corazón. Amén.
ardiente de bondad,
muéstranos tu amor.
Que la llama de tu Corazón, Oh María,
descienda sobre todas las personas.
Te amamos inmensamente.
Imprime un amor verdadero en nuestro corazón.
Que nuestro corazón por ti suspire.
Oh, María, dulce y humilde de corazón,
acuérdate de nosotros cuando pecamos.
Tú sabes que nosotros, los hombres, somos pecadores.
Mediante tu sacratísimo y maternal corazón,
cúranos de toda enfermedad espiritual.
Haz que seamos capaces de ver la belleza de tu corazón maternal,
y así poder ser convertidos por la llama de tu corazón. Amén.
ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Oh, Jesús, sabemos que eres manso (Mt 11,29),
que has dado tu corazón por nosotros,
que fuiste coronado de espinas por nuestros pecados.
Sabemos que aún hoy ruegas por nosotros,
para que no nos perdamos.
Jesús, acuérdate de nosotros si caemos en el pecado.
Con tu corazón santísimo
haz que nos amemos entre todos nosotros.
Haz que desaparezca el odio entre los hombres.
Muéstranos tu amor.
Todos nosotros te amamos
y deseamos que nos protejas,
con tu Corazón de Buen Pastor.
¡Entra, Jesús, en cada corazón!
Golpea a la puerta de nuestros corazones,
sé paciente y tenaz con nosotros.
Estamos aún encerrados en nosotros mismos
porque no hemos comprendido tu voluntad.
Golpea sin cansarte, Oh Jesús,
haz que nuestros corazones se abran a Ti,
al menos acordándonos de la Pasión
que sufriste por nosotros.
Amén.
que has dado tu corazón por nosotros,
que fuiste coronado de espinas por nuestros pecados.
Sabemos que aún hoy ruegas por nosotros,
para que no nos perdamos.
Jesús, acuérdate de nosotros si caemos en el pecado.
Con tu corazón santísimo
haz que nos amemos entre todos nosotros.
Haz que desaparezca el odio entre los hombres.
Muéstranos tu amor.
Todos nosotros te amamos
y deseamos que nos protejas,
con tu Corazón de Buen Pastor.
¡Entra, Jesús, en cada corazón!
Golpea a la puerta de nuestros corazones,
sé paciente y tenaz con nosotros.
Estamos aún encerrados en nosotros mismos
porque no hemos comprendido tu voluntad.
Golpea sin cansarte, Oh Jesús,
haz que nuestros corazones se abran a Ti,
al menos acordándonos de la Pasión
que sufriste por nosotros.
Amén.
Nardo del 8 de Junio ¡Oh Sagrado Corazón, que enviaste al Espíritu Santo!
Nardo del 8 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que enviaste al Espíritu
Santo!
Meditación: Jesús que nos enviaste tu Santo
Espíritu, que nos permitiste por Tu inmenso Amor ser templos del mismo Dios,
para así vivir en Ti y recibir a la Divinidad en nuestra pobre casa, llenándola
de gracias. Que seamos vasijas de barro, purificadas por el Fuego ardiente de
Dios, para que Sus dones se derramen en nuestras almas. ¡Oh que sublime
posesión sería ésta, ser poseídos por el Espíritu Divino que nos guía y renueva
como verdadera Iglesia!.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón
de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz
que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al
buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre
si. Amén.
Florecilla:Pidamos la efusión del Espíritu
Santo sobre cada uno de nosotros y sobre toda la Iglesia.
"Ven, Espíritu Santo, ven, por medio de
la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, Tu Amadísima Esposa,
ven¨" (se repite tres veces).
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
jueves, 7 de junio de 2012
PENSAMIENTO EUCARISTICO
La Eucaristía, que es el
sacramento por excelencia del misterio pascual, está en el centro de la
vida eclesial.
Juan Pablo II, Encíclica Ecclesia de Eucharistia
SEMILLAS SOMOS...
Semillas somos
Autor: Jorge Bucay
En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo internocomo si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de potencialidades.
Autor: Jorge Bucay
En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo internocomo si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de potencialidades.
...Y veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo. En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después. Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol,
Cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que dar. Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas como son los sueños secretos.
Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas... para convertirse en árboles. Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su solidez, que oigamos nuestra voz interior,
que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla.
que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla.
Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales de toda clase, en cada hecho, en cada momento, entre las cosas y entre las personas, en los dolores y en los placeres, en los triunfos y en los fracasos.
Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos cuenta. Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos de lucidez enceguecedora.
Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos...
Y un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus ramas que, como alas gigantescas, cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro pasado y nuestro futuro.
Nada hay que temer, ...una sabiduría interior las acompaña...porque cada semilla sabe.... cómo llegar a ser árbol...
CONOCEMOS A SAN PIO DE PIETRELCINA
Autor: P. Jesús Martí Ballester | Fuente: Catholic.net
San Pío de Pietrelcina |
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Vida y obra de San Pío de Pietrelcina. | |||
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CUERPO Y SANGRE DE JESÚS EN LA EUCARISTÍA
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net ¡Esto es mi cuerpo, esta es mi sangre! | |
Señor... ¡haznos dóciles siempre a tu amor pero especialmente en este hermosísimo día de Corpus Christi! | |
Una vez más ante ti, Señor. Hoy es un día grande para ti, para nosotros, para tu Iglesia. Es la solemnidad donde se exalta y glorifica la presencia de tu Cuerpo, tu Sangre y tu Divinidad en el Sacramento de la Eucaristía. ¡HOY ES CORPUS CHRISTI ! Tu Cuerpo, tu Sangre.... y tu Divinidad. ¿Qué te podemos decir, Señor? Tan solo caer de rodillas y decirte: - ¡Creo en ti, Señor, pero aumenta mi fe! Tu lo sabes todo, mi Dios, mi Jesús, y sabías cuando te quedaste en el pan y vino, - aparentemente tan solo de pan y vino -, con el único deseo de ser nuestro alimento, que aunque no te corresponderíamos como tu Corazón desea, no te importó y ahí te quedaste para ser nuestro refugio, nuestra fuerza para nuestras penas y dolores, para ser consuelo, para ser el cirineo que nos ayuda a cargar con la cruz de nuestro diario vivir, a veces demasiado pesada y dolorosa, que nos puede hacer desfallecer sin tu no estás.... y también para bendecirte en los momentos de alegría, para buscar que participes en los momentos en que nuestro corazón está feliz.... ¡ahí estás Tu!...¡ Bendito y alabado seas! Solo a un Dios locamente enamorado de sus criaturas se le podía ocurrir semejante ofrenda... por que no sabemos corresponder a ese amor, no, Jesús, no te acompañamos en la soledad de tus Sagrarios, no pensamos en tu gran amor .... somos indiferentes, egoístas, muchas veces solo nos acordamos de ti cuando te necesitamos porque las cosas no van, ni están, como nosotros queremos... Señor... ¡haznos dóciles siempre a tu amor pero especialmente en este hermosísimo día de Corpus Christi! ¡Señor Jesucristo! ¡Gracias porque te nos diste de modo tan admirable, y porque te quedaste entre nosotros de manera tan amorosa! Danos a todos una fe viva en el Sacramento del amor. Que la Misa dominical sea el centro de nuestra semana cristiana, la Comunión nos sacie el hambre que tenemos de ti, y el Sagrario se convierta en el remanso tranquilo donde nuestras almas encuentren la paz... (P. García) |
Nardo del 7 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, qué sensible y sencillo eres!
¡Oh Sagrado Corazón, qué sensible y sencillo
eres!
Meditación: Me parece entrever por una ranura
de la casa de Nazaret a un Joven trabajador que con habilidad modelaba un
rústico trozo de madera; en el aire se percibe un rico olor a viruta
fresca…parece absorto. De repente y ante una suave voz levanta Su cabeza…es el
Rostro de Mi Señor, que diligente y obediente responde al llamado de Su Madre.
En la otra habitación, en su lecho un anciano agonizante respira
agitadamente…es el pobre papá José. En la Mirada Amorosa de aquel Joven Niño se
reflejan tanto amor, tanto dolor, tanta paz. Entre tiernos cuidados y santas
lágrimas José inicia su marcha, hasta que se abra la Puerta de la Morada Santa.
¿Somos capaces de imitar la sencillez y el
amor que el Señor prodigó a todos los que tocó en Su vida terrena?. ¿O
escapamos en el mundo de hoy del cuidado de los ancianos y necesitados?.
Justificándonos en que tenemos nuestro trabajo y en que no podemos angustiarnos
tanto, ni siquiera podemos dar una sonrisa para aquel que agoniza. ¡Tenemos que
vivir…vivir para morir!. Amar de verdad es dar todo hasta desgarrar nuestro
mísero corazón en ofrenda al Señor, como lo hizo el Redentor.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón
de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz
que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al
buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre
si. Amén.
Florecilla:Demos cuidado y amor a un anciano
necesitado, como lo hizo y lo hace el Señor.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y
un Gloria.
miércoles, 6 de junio de 2012
ORACIÓN PARA SONREIR...
ORACION PARA SONREIR
Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.
Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.
-Madre Teresa de Calcuta-
Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.
Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.
-Madre Teresa de Calcuta-
SAN ANTONIO Y LA MULA
San Antonio y la mula
Predicaba San Antonio de Padua en Rímini (Italia). Allí los herejes patarinos habían desfigurado el dogma de la presencia real, reduciendo la Eucaristía a una simple cena conmemorativa.
Antonio, en su predicación, ilustró plenamente la realidad de la presencia de Jesús en la Hostia Santa. Mas los jefes de la herejía no aceptaban las razones del Santo e intentaban rebatir sus argumentos. Entre ellos, Bonvillo, que era el principal y se hacía el sabiondo, le dijo:
-Menos palabras; si quieres que yo crea en ese misterio, has de hacer el siguiente milagro: Yo tengo una mula; la tendré sin comer por tres días continuos, pasados los cuales nos presentaremos juntos ante ella: yo con el pienso, y tú con tu sacramento. Si la mula, sin cuidarse del pienso, se arrodilla y adora ese tu Pan, entonces también lo adoraré yo.
Aceptó el Santo la prueba y se retiró a implorar el auxilio de Dios con oraciones, ayunos y penitencias.
Durante tres días privó el hereje a su mula de todo pienso y luego la sacó a la plaza pública. Al mismo tiempo, por el lado opuesto de la plaza, entraba en ella San Antonio, llevando en sus manos una Custodia con el Cuerpo de Cristo; todo ello ante una multitud de personas ansiosas de conocer el resultado de aquel extraordinario compromiso contraído por el santo franciscano.
Encaróse entonces el Santo con el hambriento animal, y, hablando con él, le dijo:
-En nombre de aquel Señor a quien yo, aunque indigno, tengo en mis manos, te mando que vengas luego a hacer reverencia a tu Creador, para que la malicia de los herejes se confunda y todos entiendan la verdad de este altísimo sacramento, que los sacerdotes tratamos en el altar, y que todas las criaturas están sujetas a su Creador.
Mientras decía el Santo estas palabras, el hereje echaba cebada a la mula para que comiese; pero la mula, sin hacer caso de la comida avanzó pausadamente, como si hubiese tenido uso de razón, y, doblando respetuosamente las rodillas ante el Santo que mantenía levantada la Sagrada Hostia, permaneció en esta postura hasta que San Antonio le concedió licencia para que se levantara. Bonvillo cumplió su promesa y se convirtió de todo corazón a la fe católica; los herejes se retractaron de sus errores, y San Antonio, después de dar la bendición con el Santísimo en medio de una tempestad de vítores y aplausos, condujo la Hostia procesionalmente y en triunfo a la iglesia, donde se dieron gracias a Dios por el estupendo portento y conversión de tantos herejes.
Predicaba San Antonio de Padua en Rímini (Italia). Allí los herejes patarinos habían desfigurado el dogma de la presencia real, reduciendo la Eucaristía a una simple cena conmemorativa.
Antonio, en su predicación, ilustró plenamente la realidad de la presencia de Jesús en la Hostia Santa. Mas los jefes de la herejía no aceptaban las razones del Santo e intentaban rebatir sus argumentos. Entre ellos, Bonvillo, que era el principal y se hacía el sabiondo, le dijo:
-Menos palabras; si quieres que yo crea en ese misterio, has de hacer el siguiente milagro: Yo tengo una mula; la tendré sin comer por tres días continuos, pasados los cuales nos presentaremos juntos ante ella: yo con el pienso, y tú con tu sacramento. Si la mula, sin cuidarse del pienso, se arrodilla y adora ese tu Pan, entonces también lo adoraré yo.
Aceptó el Santo la prueba y se retiró a implorar el auxilio de Dios con oraciones, ayunos y penitencias.
Durante tres días privó el hereje a su mula de todo pienso y luego la sacó a la plaza pública. Al mismo tiempo, por el lado opuesto de la plaza, entraba en ella San Antonio, llevando en sus manos una Custodia con el Cuerpo de Cristo; todo ello ante una multitud de personas ansiosas de conocer el resultado de aquel extraordinario compromiso contraído por el santo franciscano.
Encaróse entonces el Santo con el hambriento animal, y, hablando con él, le dijo:
-En nombre de aquel Señor a quien yo, aunque indigno, tengo en mis manos, te mando que vengas luego a hacer reverencia a tu Creador, para que la malicia de los herejes se confunda y todos entiendan la verdad de este altísimo sacramento, que los sacerdotes tratamos en el altar, y que todas las criaturas están sujetas a su Creador.
Mientras decía el Santo estas palabras, el hereje echaba cebada a la mula para que comiese; pero la mula, sin hacer caso de la comida avanzó pausadamente, como si hubiese tenido uso de razón, y, doblando respetuosamente las rodillas ante el Santo que mantenía levantada la Sagrada Hostia, permaneció en esta postura hasta que San Antonio le concedió licencia para que se levantara. Bonvillo cumplió su promesa y se convirtió de todo corazón a la fe católica; los herejes se retractaron de sus errores, y San Antonio, después de dar la bendición con el Santísimo en medio de una tempestad de vítores y aplausos, condujo la Hostia procesionalmente y en triunfo a la iglesia, donde se dieron gracias a Dios por el estupendo portento y conversión de tantos herejes.
CADA NUEVO DIA...
Cada nuevo día...
Cada nuevo día es una página en blanco en el diario de tu vida.La lapicera está en tus manos, pero no todos los renglones serán escritos como deseas: Algunos provendrán del mundo y de las circunstancias que te rodean.
Cada nuevo día es una página en blanco en el diario de tu vida.La lapicera está en tus manos, pero no todos los renglones serán escritos como deseas: Algunos provendrán del mundo y de las circunstancias que te rodean.
Pero, por la gran cantidad de cosas que están bajo tu control, es preciso que sepas algo en especial.
El secreto de la vida radica en hacer tu historia la más bella posible.
Escribe el diario de tu vida y llena las páginas con palabras nacidas del corazón.
A medida que las páginas te lleven adelante, descubrirás senderos que agregarán penas y alegrías, pero si puedes hacer estas cosas,
siempre habrá esperanzas en el mañana.
siempre habrá esperanzas en el mañana.
LA VIDA SIN AMOR...
LA VIDA SIN AMOR...
La inteligencia sin amor...Te hace perverso.
La justicia sin amor...Te hace implacable.
La diplomacia sin amor...Te hace hipócrita.
El éxito sin amor...Te hace arrogante.
La riqueza sin amor...Te hace avaro.
La docilidad sin amor...Te hace servil.
La pobreza sin amor...Te hace orgulloso.
La verdad sin amor...Te hace hiriente.
La autoridad sin amor...Te hace tirano.
El trabajo sin amor...Te hace esclavo.
La pasión sin amor...Te hace promiscuo.
La oración sin amor...Te hace introvertido.
La ley sin amor...Te esclaviza.
La fe sin amor...Te fanatiza.
El deporte sin amor...Se convierte en una vana competencia.
La cruz sin amor...Se convierte en injusta tortura.
La justicia sin amor...Te hace implacable.
La diplomacia sin amor...Te hace hipócrita.
El éxito sin amor...Te hace arrogante.
La riqueza sin amor...Te hace avaro.
La docilidad sin amor...Te hace servil.
La pobreza sin amor...Te hace orgulloso.
La verdad sin amor...Te hace hiriente.
La autoridad sin amor...Te hace tirano.
El trabajo sin amor...Te hace esclavo.
La pasión sin amor...Te hace promiscuo.
La oración sin amor...Te hace introvertido.
La ley sin amor...Te esclaviza.
La fe sin amor...Te fanatiza.
El deporte sin amor...Se convierte en una vana competencia.
La cruz sin amor...Se convierte en injusta tortura.
La vida sin amor...NO TIENE SENTIDO.
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