El documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe con el título “Mater Populi fidelis”, ha causado revuelo en todos los círculos de la Iglesia. Y es de entender que, con tantos años, tantos títulos y tantas advocaciones, la figura de María puede prestarse a confusiones diversas, que van desde las más triviales hasta las fundamentales como las teologales.
El documento no está cerrado, es decir, no es concluyente, pero recomienda usar con cautela o evitar los títulos de “Corredentora y Mediadora”. Y como pueblo católico, por el momento nos queda asentir.
Por ser la madre del Redentor, sumado a su participación histórica y actualmente activa en la obra redentora de Cristo, se podría entender que ella es corredentora, subordinada a Cristo Redentor. Quizá pudo llamarse “cooperadora” (sin temor a equivocaciones), pero la pondría al mismo nivel de todos los que trabajan por la obra del Señor y es ahí, donde nuestro amor y admiración por ella, nos lleva a colocarla un tantito debajo de Jesús y un tantito arriba de nosotros… (solitos nos hacemos bolas).
En fin, estoy seguro que, a María no le importan los títulos. Lo que ella quiere es que nos acerquemos a Jesús y hagamos lo que Él nos dice… “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y al prójimo, como a ti mismo” actuemos en consecuencia.

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