FRENTE AL SEMAFORO
Semáforo 05
LA HORA DE LA LLAMADA
“Desde niño, aun antes de conocer la oro 05 Eucaristía, nos han enseñado la devoción a María: dichosos nosotros que hemos tenido tan buena educación.” (San José Marello)
Un día, Vincenzo, el papá de José ofreció al hijo un viaje hasta Savona, al mar. Para aquellos tiempos era sin duda una aventura estupenda para un muchacho. En fin, claro era un premio por la conducta de José, pero para el papá tenía otra finalidad también prepararlo a la vocación de comerciante. Savona era el puerto principal del reino del Piamonte.
Todo salió espléndidamente, muy divertido. El papá puso empeño en hacerle conocer a José y admirar el gran movimiento del puerto. No se sabe cómo se vino a la mente la idea de llevar a José al santuario de la misericordia, a unos ocho kilómetros de la ciudad. Para José fue un gesto claro de la Providencia. Cuando se puso de rodillas delante de la imagen de la Virgen y miró, sintió que lo llamaba a tomar una decisión: ¡seré sacerdote!
La virgen le estaba apremiando y él aceptó. A José no le eran desconocidos los proyectos de papa sobre él. Tendría que luchar contra esos proyectos. Pero el permanecería fiel a la llamada aceptaba la lucha para poder seguir su vacación. Detrás de él rezaba también el padre, y por cierto con otras aspiraciones y pedidos. No podía imaginar que la virgen se había puesto de acuerdo con José en otra dirección.
Sucede muchas veces que los padres programan el porvenir de los hijos, como a ellos les gusta, si tener en cuenta lo que decidirán los hijos. Así se ponen contra el destino delos hijos. Tal fue el caso de José Marello.
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