FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 04
¡TE HAREMOS CURA!
“Esta es nuestra misión: hacer conocer, hacer amar, hacer practicar la doctrina de Jesucristo”. (San José Marello)
José era un muchachito algo distinto de los otros muchachos del pueblo. La educación recibida y el haber residido en Turín le habían dado un trato amable y una manera de conversar fácil. Inteligente más de lo común, comprendía al vuelo y bien lo que se le enseñaba. Le gusta hablar y hacerse escuchar.
Todo esto movió a Don Torchio, el párroco, en el cuarto año de primaria a invitarlo a dar lecciones de catecismo a los más pequeñitos. José lo hizo de todo corazón. Varias veces el párroco se escondía a escuchar las lecciones tan amables del muchacho. A vece le vino el deseo… ojala se haga sacerdote.
También la gente veía en él un futuro sacerdote. Debía ser algo frecuente en las familia hablar de eso, porque a los compañeros de José les gustaba decirle como estribillo -¡Te haremos cura, te haremos cura! En fin, parte en broma, parte en verdad todos pensaban que él tenía las cualidades para ser un estupendo sacerdote. Solo el padre soñaba para su hijo el camino del comercio. José en silencio estaba escogiendo en su corazón la parte mejor ser un feliz embajador de Dios entre los hombres, un amigo de los pobres: en serio.
NOTA: Don Torchio lo vio sacerdote, secretario del Obispo, Canónigo; le presentó la mitra de Obispo a nombre del pueblo y lo acompaño a Roma a la consagración episcopal y a Acqui para la toma de posesión como nuevo Obispo.
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