Un regalo de verdad
Crea en torno a ti sentimientos y actitudes de paz, concordia y convivencia. Perdona las injurias presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu corazón para amar y comenzar una vida nueva cada día. Desea sinceramente la colaboración, la buena vecindad y el gozo de la fraternidad y del servicio.
Hace mucho tiempo un rey quiso hacer un regalo precioso a un místico musulmán. Era una tijera de oro incrustada de diamantes y de otras piedras preciosas. Agradeciéndolo educadamente, el sufí le dijo: —Vuestro gesto me conmueve, pero siento no poder aceptar vuestro regalo. La tijera sirve para cortar, separar, dividir... y toda mi enseñanza y toda mi vida se basan en el acercamiento y la reconciliación, la unión y la reunificación. Ofrecedme, si queréis, y para mi alegría una aguja, una sencilla aguja para unir cosas parecidas y también cosas diversas.
A la obra gigantesca de la paz mundial, tú puedes aportar tu sonrisa, la paz de tu propio corazón, porque quien está en paz consigo mismo, la irradia a su alrededor, a la familia, al círculo de amigos, al entorno de su trabajo cotidiano. Que el Señor te haga instrumento de su paz, favoreciendo el amor, la unidad, la buena convivencia…
* Enviado por el P. Natalio
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