Lo principal es amar
Wild Bill era abogado en Varsovia y vivía con su mujer y sus cinco hijos en el ghetto judío. Un día los soldados alemanes llegaron a su barrio, alinearon a todos contra un muro (excepto al abogado,
porque hablaba alemán) y los ametrallaron sin piedad. Un día, en torno a unas tazas de té, cuando Ritchie hablaba de la dificultad que podían sentir los exprisioneros para perdonar a sus verdugos
nazis, Wild Bill contó su admirable historia. Dijo:
“Tuve que decidir si iba a permitirme odiar a los soldados que habían hecho aquello. De hecho, fue una decisión fácil. Yo era abogado. En mi profesión había visto con demasiada frecuencia lo que el odio puede hacer en los espíritus y en los cuerpos de la gente. El odio acababa de matar a las seis personas que eran para mí los seres más preciosos del mundo.
Decidí en aquel momento dedicar el resto de mi vida –fueran pocos días o muchos años– a amar a cada una de las personas con las que entrase en contacto”.
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