Los cinco minutos de María
Junio 9
Desde el siglo I la Iglesia ha recitado la oración del Avemaría, repetida ininterrumpidamente por el pueblo cristiano. Ha cantado el Magníficat con acentos proféticos, ha ido desglosando el Bajo tu amparo e invocando a María como “Theotokos” o Madre de Dios en la liturgia y en la vida privada.
Así ha ido la Iglesia adentrándose en el misterio de Cristo en su faceta mariana; así han ido los fieles servidores de Cristo viviendo su cristocentrismo a través de una mariología sentida y vivida.
Santa María de los días alegres, santifica nuestras alegrías.
* P. Alfonso Milagro
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