Los cinco minutos de Dios
Junio 12
Si amar es servir, analiza prudentemente que podrías caer en el error de querer ser amado, porque anhelas ser servido; y anhelar ser servido ya no es amar, sino que muy fácilmente se confunde con el egoísmo.
Amor y egoísmo son dos realidades tan distintas y aún opuestas y, sin embargo, tan fáciles de entremezclarse, degenerando el amor en egoísmo, carcomiendo el egoísmo los fundamentos del auténtico amor.
¿Amas o deseas ser amado? ¿Amas para ser amado? ¿O eres amado porque primeramente amaste tú y te han respondido amor por amor?
Te quejas de que no eres amado, de que no eres aceptado, de que no tienes ambiente, de que no resultas simpático; ¿no será porque tú no das pie a ser comprendido, aceptado, deseado, amado?
Vale la pena que te examines sobre tu amor.
“Yo les ha dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado, esté en ellos y yo en ellos” (Jn 17,26). El amor de Dios es oblativo, es decir, se entrega por nosotros y se entrega a nosotros; así debe ser nuestro amor a Dios y al prójimo.
* P. Alfonso Milagro
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