EL BUEN PASTOR...
La parábola del Buen Pastor me permite recordar que Tú eres quien debe
guiar mi vida. Buscas mi bien y por eso me invitas a entrar por la
puerta de la fe, para que pueda realmente tener un encuentro personal
contigo en la oración y mi vida sacramental. Ayúdame a nunca temer, que
me atreva a abrir, entrar y recorrer el camino que me señalas, porque es
el camino a la felicidad.
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